Las fotos las tomé este verano en Villaviciosa, Asturias. Y creo que, en estos entrañables días, o semanas, o meses, en los que la publicidad nos aboca a los sentimientos puros que inspira la Navidad, es un buen momento para compartirlo.
Una parroquia remitía al Jubileo de la Misericordia que justo está ahora en plena celebración. Bien es verdad que era misericordia, no justicia. Pero, viendo la enumeración, tan bien intencionada sin duda, me quedé perpleja. ¿Tiene algo que ver la teoría y la práctica?
Dar de comer y beber, vestir, a quien lo necesita, evidentemente no se cumple. ¿Acoger al forastero? su sola mención produce vergüenza pensando en el maltrato que se da a los refugiados y a los emigrantes, siempre que no sean ricos. Diría que el tramo que más se aplica es el que habla de Dar buen consejo, enseñar al que no sabe y corregir al que se equivoca. Desde luego desde sus criterios y modos, no siempre compartidos.
De cualquier forma creo que estas pautas pueden ser motivo para reflexionar y buena parte de ellas metas a conseguir desde cualquier orientación. ¿No os parece?
Es,con alguna licencia, el título de un afamado sketch del grupo británico Monty Python. La Inquisición española nos hizo famosos y hay épocas en las que parece que siga de plena vigencia.
Dos noticias coinciden a mediodía del viernes en algunas portadas, pocas. Ésta es de Público.
La prensa cortesana sigue ocupada, empecinada, en Podemos.
Es grave, por su significado, que un país aconfesional, según estipula la Constitución, castigue a alguien por «ofensa a los sentimientos religiosos». Por una protesta en la capilla de una Universidad laica, en 2011, momento en el la hoy portavoz del Ayuntamiento (de izquierdas) de Madrid era estudiante. Las palabras del locutor de extrema derecha, Jiménez Losantos, criado en los medios de la Conferencia Episcopal y el diario El Mundo, han quedado absolutamente impunes. Ni una sanción administrativa, ni un reproche. Estas:
Pero chirría todavía más cuando el partido en el Gobierno, el que mantiene sin reformar la Justicia, el que vota una minoría mayoritaria de esta sociedad (7.200.000 personas), está inmersa en unos métodos que parecen entrar de lleno en lo delictivo. Es no grave, sino muy grave, lo que cuenta Público.
El PP cambió los discos duros de sus ordenadores de Tesorería y quiso alterar sus números de serie
La empresa suministradora de HP se negó a cambiar las placas de identificación porque es ilegal. El partido pidió que se dejasen los Hewlett-Packard usados de Contabilidad como si fueran nuevos semanas antes de las elecciones generales.
La sociedad del espectáculo y la banalización dedicará horas a la condena de Rita Maestre. Saldrán los marhuendas, indas y demás ralea a opinar en «animado debate» con otros contertulios, mientras mantienen en su limbo al PP. Las pinceladas parciales no van al fondo. Seguirán, igualmente, influyendo en las conciencias electorales. No podremos acercarnos a una televisión, incluso a las radios, y no digamos los periódicos, sin que nos asalte esa turba de seres inanes de la que escribo hoy en eldiario.es, cuyo fin es disuadir la reflexión.
Destaco el artículo de un querido colega, Gumersindo Lafuente, también en eldiario.es: LA IRA, lo llama.
Empieza hablando de Rajoy, Rita Barberá, Ignacio González y su ático. De Ada Colau y el concejal del PP que la veía más propia fregando suelos que de alcaldesa. De Soraya Sáenz de Santamaría, siempre moviendo los hilos. De López Madrid, el compi-yogui de la reina de España, que se ha ido a vivir a Londres, alejado de sus imputaciones. Y sigue:
«Y es que la ira, ahora sí, empieza a mover nuestro mundo. Sobre todo cuando vemos que la misma justicia que encarcela titiriteros y les graba sus conversaciones en prisión por ser peligrosísimos criminales, deja en libertad a un ultraderechista que el pasado 8 de marzo rajó la cara de boca a oreja -literalmente- de otro joven por ser un «guarro rojo de mierda» (ya salió la palabrita, esta vez en un sonoro y plebeyo castellano).
Qué quieren que les diga, quizá tenemos lo que nos merecemos por consentir que la misma Iglesia Católica que se ha dedicado durante años a presionar a los gobiernos en todo tipo de asuntos, mientras protegía a los curas abusadores, subvencione 13TV, su órgano de agitación y propaganda, con el dinero que ventajosamente obtiene vía IRPF. No olvidemos que este canal ha sido gentilmente donado a la Iglesia en la lotería de adjudicaciones puesta en marcha in extremis por Mariano Rajoy, esta vez sí, con pleno conocimiento de lo que hacía, ora pro nobis, en busca de la salvación eterna, supongo».
Y concluye:
Ojalá espabilen, nada bueno puede traernos en esta ocasión regresar a lo malo conocido. Un bipartidismo que, entre otras desgracias, ha dejado a la mitad de los jóvenes sin trabajo y, de los que lo tienen, a uno de cada cinco en la pobreza, según datos del informe Sueños Rotos de la Fundación porCausa, en la que tengo la suerte de colaborar. Señores ministros, diputados, concejales, jueces, fiscales, empresarios, curas, machistas… tengan cuidado, un empujón más y lograrán que la paciencia se convierta en ira, y entonces ya veremos.
Lo de Rita Maestre es la confirmación de cómo es la España del PP. Si Europa no se estuviera desangrando en su desprecio a los Derechos Humanos, igual volvía a recordar, a la vista de lo que ocurre, que la Inquisición Española es esperada siempre. Y lo seguirá siendo mientras no trabajemos en cambios profundos. Por el camino que se apunta, se antoja bastante difícil.
El partido de la Caja B y sueldos B, según la justicia, la policía y Hacienda, ha decidido llevar nada menos que al Boletín Oficial del Estado el adoctrinamiento religioso del catolicismo más ultraconservador. Es prácticamente creacionismo, negando la evolución de las especies. El alumno «reconoce con asombro y se esfuerza por comprender el origen divino del cosmos», dice. El texto que antecede es real, el PP se ha atrevido a promulgar esta norma en un Estado que la Constitución declara aconfesional. Esta ley reguladora de la enseñanza de la religión, ahora computable en nota, es, como podéis comprobar en el enlace, digna de un gobierno talibán, y apareció por sorpresa el martes 24, iniciando el Debate de la Nación. José Ignacio Wert es el responsable del departamento junto a su pareja Monserrat Gomendio quien afirma que la Universidad no es sostenible. Integrantes, por supuesto, del gobierno de Rajoy/Saénz de Santamaría.
No podemos ser felices sin dios, les van a enseñar a las criaturas.
Cada día, casi cada hora, se suceden los atropellos que el PP perpetra contra el nivel de vida de los ciudadanos y sobre todo contra la inteligencia y la decencia de quienes las tienen. Y no pasa nada. La última guinda es ésta. A la que se lanzan como si fueran a permanecer en el cargo por siempre jamás. Si ya cuentan con millones de apoyos a sus acciones de gobierno y… de las otras, ¿qué será si consiguen imponer esta ley promulgada ya?
Es cierto que todavía quedamos muchos que crecimos así. Y nos liberamos, aunque estas cosas siempre dejan huella. «Salimos adelante nunca sé la razón». Rosae, rosae. Labordeta.
La frase me impactó como pocas. Era el comentario suscrito por la APA del Colegio Madre Alberta de Palma de Mallorca, tras lo que parece ser el suicidio de una niña.
La chica, de 12 años, sufría acoso escolar y lo dejó dicho en una carta. Varias compañeras la llamaban… “gorda”. La policía y los padres de los alumnos “no descartan otras hipótesis” como causa pero el caso es que la niña se precipitó al vacío el lunes, a media tarde, en un edificio de la calle Juan Gris de Palma. Y murió al día siguiente a consecuencia de las graves heridas sufridas. Ya digo, la policía y los padres “no descartan otras hipótesis”, igual no es lo que parece, que le hicieron la vida imposible, nadie la atendió, ni paró el bullying, escribió la carta por entretenerse y finalmente se asomó a una ventana y se cayó accidentalmente. En cualquier caso, es lógico que se analice.
Y va la Asociación de Padres de Alumnos y lo primero que dice en un comunicado es esto:
«La alumna de nuestro colegio nos acaba de dejar para reunirse con nuestro Señor, ya goza del descanso y la felicidad eternas junto a la Virgen y a Madre Alberta. Desde hoy -prosigue- contamos con un angelito más en el cielo. Sabemos que es un hasta pronto. Seguiremos disfrutando de ella a través de la Comunión de los Santos, hasta que llegue nuestra hora y también nos toque a nosotros el premio del descanso eterno«, según publicaba La Vanguardia.
A este tipo de integristas religiosos se les debería quitar la custodia de sus hijos. Las criaturas no tienen la culpa del enorme riesgo que corren. Mucha comunión y las compañeras de la fallecida no se libraban de los tópicos mundanos: hay que incordiar a la “gorda”, burlarse de ella. Lo peor es que a ella le afectó y que nadie la atendió. Nadie, al parecer, le hizo ver la realidad. La trampa de los modelos estéticos al uso, la crueldad con el diferente, la hipocresía de esa comunidad talibán. Esa chica merecía algo más que la presunta “felicidad eterna junto a la Virgen y a la Madre Alberta”, merecía vivir.
El hecho ha pasado bastante desapercibido. Estamos más ocupados con otro angelito que anda por los cielos ya y que va a dar jugosas cifras de audiencia a Telecinco. Albéniz lo cuenta en detalle. Es tan vomitivo que prescindo yo de elaborarlo más y uso su texto.
Y en el cielo no, pero vivas con unos cuantos traumas, andan las chicas del Colegio Valdeluz de Madrid víctimas reiteradas de abusos sexuales por parte de un profesor, según denuncian. Ahora, porque la Comunidad de Madrid aconsejó a algunas de ellas que no lo llevaran a los tribunales. Las trataron -a su manera imagino- pero ocultaron el asunto a la justicia. De nuevo el integrismo ideológico.
Son muchas las noticias del día dignas de enorme atención. Se ha denunciado que en el Hospital de Toledo han dado orden de no ingresar a mayores de 80 años. Fue donde fallecieron hace poco en los pasillos dos enfermos… mayores de 80 años. No son rentables. Ayer lo difundí cuanto pude en las redes, Angels Martínez Castells lo desarrolla con pasión y… datos.
No hay tiempo, ni dedicación suficientes, para atender a las tropelías y atropellos de esa España profunda que siega todo progreso. Todos esos hijos de… el concepto Satanás que han acosado la vida de la mayoría de los ciudadanos durante siglos. Abducidos, siguen dando poder a quien perpetúa estos comportamientos. Algo que se usa tanto para amarrar la ideología como para maniobrar en lo económico. Y ningún angelito del cielo intercede por las víctimas.
“Hay individuos y grupos sin escrúpulo alguno, que desprecian el valor de la vida humana y su carácter inviolable, subordinándolo a la obtención de sus intereses económicos, sociales y políticos”, dijo Antonio María Rouco Varela en su despedida –obligada- como presidente de la Conferencia Episcopal. Lo sabe bien. Toda su gestión ha sido un desprecio de la vida humana, en unión de individuos y grupos que –como él- todo lo subordinan a la obtención de sus intereses económicos, sociales y políticos.
Jamás se le ha visto u oído al lado de los más débiles. De los hambrientos, desahuciados de sus casas, empobrecidos por las políticas de esos individuos o grupos a los que él defiende. Solo se ha movido –y mucho- por perpetuar la ideología política más ultraconservadora y el catolicismo más integrista. Se ha metido en las camas, cuerpos y cerebros de quién le ha parecido, salvo en los abusos de la pederastia de sus sacerdotes. Ni una palabra sobre la corrupción de individuos y grupos sin escrúpulos a quienes tan bien conoce. Y así hasta el final. “Volvió a mostrar su aprecio por las virtudes teologales que se llevaban en el siglo XIX, por citar una fecha reciente”, dice José María Izquierdo.
Rouco Varela amparó que desde la COPE, la emisora de los obispos, se difundiera y alentara la teoría de la conspiración del 11M, inventada por El Mundo de Pedro J. Ramírez. Destrozó la vida de muchas personas. En algunos casos literalmente. Y aún tiene el valor de dar lecciones y aún tiene el valor el gobierno de encomendarle ese funeral. Bien pensado no es extraño: son iguales. Del mismo grupo.
“Le escuchaba atentamente la crème del Gobierno: Santamaría, Gallardón y una Cospedal que acababa de hacer las siguientes declaraciones: “Ha habido una sentencia, pero con todo y con eso… toda la luz que se pueda arrojar sobre este acontecimiento será bienvenida”. ¿Impresentable? Pues espere a escuchar lo que había dicho unas horas antes Ignacio González, el del ático, sin inmutarse: “Lo importante es saber quién hizo aquel atentado tan salvaje”, escribe Javier Pérez de Albéniz. La crème de la créme, sí.
Una España de sotana e incienso, de púrpura y velatorio. De reyes. Hasta mal avenidos que aguantan el tipo por interés. De autoridades enlutadas capaces de jugar con la vida y los sentimientos de las personas como hicieron el 11M de 2004 y darse golpes en el pecho 10 años después. O seguir sembrando basura como acabamos de ver. Un funeral de Estado. Una misa poblada de polillas que es lo único que dan a las víctimas en busca de consuelo. Ésa es la España de Rouco. La que elige a un presidente de obispos ambicioso y maniobrero hasta el último de sus días en el puesto. Cómo serán sus electores.
O la que de entre todo el empresariado español, opta por los Díaz Ferrán o Arturo Fernández que manipulan empresas o estafan a sus trabajadores. Cómo serán quienes les votan.
Juan Tortosa le dedica diez admoniciones a Rouco en “este deseado y gozoso día de su jubilación”. Las que siempre debió recordar… Así empieza, y luego sigue…
1. La iglesia no debe patrocinar ninguna forma ni ideología política, y si alguien utiliza su nombre para cubrir sus banderías, está usurpándolo manifiestamente.
2. No pertenece a la misión de la iglesia presentar opciones o soluciones concretas de gobierno en los campos temporales de las ciencias sociales, económicas o políticas.
3. La fe cristiana no es una ideología política ni puede ser identificada con ninguna de ellas.
4. La iglesia nunca debe determinar qué autoridades han de gobernarnos.
5. Hay que exigir a todos los gobernantes que trabajen al servicio de la comunidad entera, que protejan y promuevan el ejercicio de la adecuada libertad de todos y la necesaria participación común en los problemas comunes y en las decisiones de gobierno.
“Adiós, monseñor y, como dicen en mi pueblo, tanta paz lleve como descanso deja”, concluye Tortosa.
“Tenemos el gusto de decirle, alto y claro, vaya con Dios, don Antonio María Rouco. Vaya, vaya…”, apostilla Izquierdo.
Yo no paro de recordar a Machado estos días: “Aquel trueno, vestido de nazareno”. ¿Esta España del incienso tapa olores es la que nos representa? Es que esto ya lo contamos por siglos y ya vale ¿no?
Contra viento y marea el tertuliano Wert ha sacado adelante su ley de “mejora” –dice- de la educación, LOMCE. Quiere acabar con el fracaso escolar –nos repite todo el corifeo gubernamental- y para ello entre los puntos sobresaliente de la ley está volver a considerar la religión católica tan importante y decisiva como las matemáticas. Evalúa y computa lo mismo y hasta sirve para conseguir becas. En un estado aconfesional. Es decir que en su peregrina idea, el fracaso escolar podría acabarse… rezando, como ya nos adelantaba el telediario de TVE para lograr el sosiego por la desastrosa situación económica a la que nos ha llevado el gobierno del PP, agravando con creces la que «heredó».
Hablaremos más despacio y muchas más veces de esta terrible norma que nos retrotrae a la época predemocrática. En mi libro Salmones contra Percebes anoto las “novedades” que se apuntaban y que van mucho más allá de imponer la religión. Trata, en definitiva, de evadir aún más el razonamiento y el pensamiento crítico. Esa educación percebe de la derecha española más ultramontana que tanto añora todo el gobierno en pleno y a su cabeza, Rajoy. Resulta bastante molesto que su infinita mediocridad le libre de ser considerado responsable de los hechos que se están produciendo y que obedecen también a su mezquindad y al mando que él imprime.
Aún nos falta la otra pata de la involución ideológica: Gallardón y sus leyes de reforma del Código Penal y del aborto, por las que también batalla duro.
Acabo de leer que Luis del Olmo regresa a RNE para ver si palia su estrepitosa caída de audiencia. Un gran profesional sin duda pero el hecho de que triunfara también en los 70´ en la radio pública da idea de esa añoranza del PP de hoy por la “época de extraordinaria placidez del franquismo” que, según estamos viendo, nunca quiso abandonar. No sé si porque la impunidad a la corrupción de entonces es también algo a añorar.
Quería hoy traer tres grandes artículos que hablan de lo que implica la ley werteliana. Comienzo con Juan González Bedoya que titula “Se han salido con la suya” y del que destaca “Hasta ahora, ningún Gobierno, tampoco el de Aznar, había legislado a satisfacción plena de los obispos”:
“La toma de poder ha sido ocupación preferida de las jerarquías cristianas desde que Constantino hizo del Cristianismo la religión oficial del imperio a cambio de servirle para doblegar a revoltosos. En premio, el emperador se empleó a fondo (y con fuerza bruta) para derrotar al obispo Arrio e imponer la idea de que Jesús era hijo de Dios y él mismo Dios. Modernamente, tras perder el poder terrenal salvo el minúsculo Estado del Vaticano, que fue un regalo del dictador Mussolini —a cambio, hubo también servidumbres, no la menor la de alabar Pío XI al líder fascista como “un enviado a nosotros por la Divisa Providencia”—, la jerarquía católica actúa mediante un método que los trotskistas popularizaron como entrismo, es decir, formando a minorías selectas destinadas a dirigir la vida pública entrando en los grupos que detentan el poder”.
El segundo es de Lolo Rico, la autora de la Bola de Cristal, aquel programa mítico de TVE. Conviene leerlo entero porque sigue un cuidado razonamiento. Destaco de su «Gritando y leyendo» esto por ejemplo:
«El ministro basa su razonamiento en el fracaso escolar pero parece desconocer que para saber hay que estudiar y para estudiar hay que leer. La falta del hábito lector imposibilita el enfrentarse con éxito a libros de texto. Se considera que se aprende a leer cuando se conoce el alfabeto y se sabe que la ‘m’ con la ‘a’ es ‘ma’, pero no es así; si no se adquiere el habito de la lectura uno esta destinado a ser un analfabeto funcional. Es decir, que leerá y escribirá pero apenas entenderá lo que lee y escribirá siempre mal. El analfabetismo funcional está mucho más extendido de lo que podemos pensar y se esconde detrás de la mayoría de la frustración escolar. Si no entienden lo que leen ni pueden leer con agilidad, con soltura y, en consecuencia, con interés aquellos libros que deberían producirles placer por ser de entretenimiento, mucho menos los que exigen un esfuerzo de concentración y se les cae de las manos de puro aburrimiento. Sin embargo, el precio de los libros no esta al alcance de todas las economías pero no me consta que se subvencionen editoriales y librerías y que se apoyen las bibliotecas publicas y, muy especialmente las de las escuelas. O sea se aísla y el libro y a los lectores del conocimiento y de la cultura, palabra que no figura entre las que utiliza el ministro.
Por otra parte, el momento por el que atraviesa la gran mayoría de niños y niñas que no gozan de una situación económicamente desahogada, es de pesadilla: padres y madres sin trabajo y en riesgo de un inminente desahucio. Según las encuestas, un millón de niños vive en situaciones de pobreza. ¿Se puede estudiar cuando todo lo que te rodea es tan angustioso? ¿Están esas familias en condiciones de ayudar a los niños en su desarrollo intelectual, de darles ánimos, de leer con ellos? Incluso los que trabajan llegan a casa después de jornadas de explotación impuesta por empresarios sin escrúpulos. ¿Se dan cuenta estas criaturas de que cuestan muy caros sus estudios, que escasamente sus padres los pueden pagar, que el porcentaje de becas concedidas ha descendido de manera drástica? ¿Se sienten una carga?, ¿De dónde pueden sacar los libros escolares si no se los pagan? ¿Si la escuela publica, gracias a Wert, ni siquiera les puede dar de comer?»
Y por último, Paco Altemir. ¿Qué quiere decir Rajoy cuando habla de paciencia? Solo el comienzo es así de contundente, os invito a leer el resto en el enlace también. Define a la perfección el percebismo puro.
«Se le nota a Rajoy que no ha olvidado los consejos que le daba su preparador para las oposiciones a registrador pues las repite constantemente: perseverancia y paciencia. Que las iniciales coincidan con las siglas de su partido político parece una premonición pero lo que es una realidad es que, con esas “virtudes”, el obediente opositor llegó a registrador para convertirse, con el tiempo, en presidente del gobierno de España. Por eso nos recomienda que seamos pacientes (más bien enfermos) de la dura enfermedad que nos ha inoculado mediante la austeridad, recomendada por algunos economistas ineptos y descerebrados, como me comenta todos los días mi panadera cuando ve que aumenta la ingesta de pan mientras cierran otras tiendas por esa enfermedad que elimina el consumo.
Me permito dudar acerca de la extendida creencia de que la obediencia, la paciencia y la perseverancia sean “virtudes”. Mas bien opino que son antivalores que nos han inoculado para que seamos mansos, dóciles y sumisos.
La educación debería buscar, ante todo, liberar al hombre de los prejuicios y del pensamiento único y permitir resistir a la presión que ejercen las fuerzas del estado y de la sociedad por medio de la publicidad y la propaganda»…
Estamos de luto por estos enormes atropellos que va a costar generaciones reparar. Cada día que pasa es peor y más difícil, porque además no van a cejar en el empeño de devolvernos a su querido mundo predemocrático, mientras, encima, se les hunde la economía que fue por lo que al parecer buena parte de los incautos votantes les dieron su confianza. Pero no es, no puede ser, un luto resignado por lo que ha muerto sin remedio. Estamos vivos. Nos aqueja un mal perverso, pero no es irremediable. Lo sería si la mayoría sigue engullendo todo esto.
El PP se ha fabricado otra argucia para legitimar (hacer legal) uno de sus atropellos… con un nuevo despropósito calculado. Eva Belmonte lo ha desmenuzado en su blog. Éste es el Comité que el Gobierno ha preparado para evaluar la nueva ley del aborto en la que está empecinado Gallardón (Gracias Piezas por la alerta).
Al menos 7 de los 12 miembros se han declarado antiabortistas
Dos de ellos impulsaron el manifiesto contra la ley del aborto socialista
El Gobierno ha aplazado la tramitación de la reforma, prevista en otoño
La Ministra de Sanidad, Ana Mato, firmó el pasado 19 de diciembre una orden para renovar a los 12 miembros del Comité de Bioética una vez expirados los cuatro años en el cargo que marca la ley. Los correspondientes ceses y nombramientos que han sido publicados hoy en el BOE dan forma al nuevo comité, el órgano consultivo que tendrá que emitir un informe sobre la reforma de la ley del aborto que prepara Alberto Ruiz-Gallardón. El ministro de Justicia aseguró que la nueva norma estaría lista el pasado otoño, pero el Gobierno postergó finalmente su tramitación hasta nuevo aviso. Este retraso permitirá que sea el nuevo comité, y no el anterior, el encargado de juzgar la reforma.
La elección de los 12 miembros se reparte a partes iguales entre las comunidades autónomas y el Gobierno, a través de los ministerios implicados (Economía, Sanidad, Justicia e Industria). En total, al menos 7 de los 12 elegidos se han declarado abiertamente antiabotistas.
DESIGNADOS POR EL GOBIERNO
La elección de los ministerios de Economía y de Sanidad permiten a Carlos Alonso Bedate y a César Nombela Cano permanecer, cuatro años más, en el comité. Ambos fueron las únicas voces discrepantes cuando el comité avaló la reforma del aborto de José Luís Rodríguez Zapatero en 2009. Alonso, licenciado en filosofía, teología y biología, manifestó que era una norma “éticamente inaceptable”. Nombela, por su parte, emitió un voto particular en contra de la decisión del comité. Catedrático en microbiología, es uno de los promotores del manifiesto de Madrid de 2009 contra la ley del aborto socialista y firme detractor de la eutanasia y del aborto en todos los supuestos.
Una de los nuevos nombres designados por el Gobierno es Natalia López Moratalla, presidenta de la Asociación Española de Bioética, contraria al aborto en todos los supuestos y quien afirmó, al ser preguntada por las interrupciones del embarazo en los casos de violaciones, que en España se habían producido sólo tres violaciones en seis años. La acompañan Maria Teresa López López, vicepresidenta de la Fundación Acción Familiar, que ya ha defendido la reforma de Gallardón en un comunicado; y José Miguel Serrano Ruiz-Caldera, profesor de filosofía del derecho en la Universidad Complutense de Madrid y vocal de la junta directiva de la Asociación Bioética de la Comunidad de Madrid, con posiciones claramente contrarias a la investigación con células madre. A ellos se suma Fidel Cadena Serrano, fiscal del Tribunal Supremo. Una curiosidad: Cadena fue nombrado fiscal el mismo día que el ahora ministro Gallardón.
DESIGNADOS POR LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS
Entre los designados por las comunidades autónomas, con mayoría popular, está Carlos Romeo Casabona, director de la cátedra de Derecho y Genoma Humano de la Universidad del País Vasco y uno de los tres miembros que permanece en el comité tras el baile de sillas junto a Alonso y Nombela. También se encuentra Pablo Ignacio Fernández Muñiz, médico y que fue suplente en la lista electoral del PSOE para Avilés en 2007. Ambos, según una información publicadas en El País en octubre, son los únicos avalados porcomunidades autónomas socialistas.
Los otros cuatro designados por las comunidades son Nicolás Jouve de la Barreda, catedrático de genética e impulsor también del manifiesto de Madrid en 2009 contra la reforma de la ley del aborto del PSOE; Vicente Bellver Capella, profesor de filosofía y derecho y abiertamente contrario a la investigación con células madre y el aborto; Federico de Montalvo, abogado y profesor de la Universidad Pontificia de Comillas; y Manuel de los Reyes López, cardiólogo y miembro de honor de la Asociación Bioética.
Una se queda perpleja al ver que conflictos graves se saldan con un “perdón”. Lo ha hecho el Rey, le pidieron hacerlo así hasta partidos de presunta izquierda. Dice “lo siento” la ministra Ana Mato mientras pega un tajo mortal a la sanidad pública y, junto con todo el Gobierno de Rajoy, al –ya de por sí raquítico- Estado del Bienestar español. Una aspiraba a vivir en un ordenamiento social y jurídico serio donde los desvíos no se dilucidan en el campo de la moralidad sino en el de la Justicia (la oficial y la ética).
Ocurre sin embargo que el neoliberalismo ultraconsevador aúna con sin igual desparpajo la presunta “libertad” –que solo es de mercado y por ella se cercena el Estado de todos y los derechos de las personas- con el “como dios manda”. Por eso quiero hoy reflexionar sobre la maldad. Un concepto moral sin raíces racionales. El bien y el mal forman parte de la naturaleza humana. Aterrada ante lo que no entiende, separa lo positivo de lo negativo, llegando a la aberración en el maniqueísmo que solo ve ambos extremos sin matiz alguno intermedio. Yo prefiero utilizar el concepto “ética” con fundamentos filosóficos casi opuestos, porque más bien habla de los valores que rigen en una sociedad desde un punto de vista racional.
Lo peor es que el utraconservadurismo de los neoliberales que nos gobiernan enarbola en la mano –derecha, naturalmente- la religión (católica en España, protestante en otros países anglosajones sobre todo). Y se cree en el derecho de imponer lo que entienden por “bien”, su “bien”. De ahí que Rajoy prometiera “felicidad” –lo que ya debió ser un preocupante síntoma-, y ahora solo se vea exultantes a sus correligionarios encargados de accionar la motosierra.
Claro que existe la maldad o como quiera llamarse a esa actitud. De nuevo definida por conceptos morales, son más precisos sus sinónimos: negativo, nocivo, perverso, canalla, ruin, cruel, abominable, virulento, diabólico. Actuar con maldad es hacerlo con egoísmo, sin afecto natural por su entorno y quienes le rodean. También implica contravenir deliberadamente códigos de conducta o comportamiento. En los distintos significados se le atribuye a la maldad apartarse de lo lícito u honesto, ser corrupto y destructivo, y desde luego perpetrar desgracia, calamidad, infortunio, desdicha.
Maldad es mentir deliberadamente. Es un clamor cómo lo hizo el PP para alcanzar el poder. De ahí que el portavoz de Sanidad en el Congreso, Jesús Aguirre, dijera hace unos días sin mover un músculo: «Ya no estamos en campaña; es momento de decir lo que de verdad pensamos». Y ni aún así lo hacen. Siguen mintiendo con negaciones y eufemismos destinados a esa clientela educada en la dicotomía de “el bien y el mal”, que no ha salido de ella en su infinita simplicidad y falta de aprecio a sí mismos como seres humanos. A los que ante las afirmaciones que ahora mismo hago te dirían: “Pues el PSOE”, “Pues la herencia”, como si a todos nos afectara la desgracia de poseer dos únicas neuronas. Es de nuevo “el bien y el mal” y punto, no hay para ellos otros horizontes.
Maldad es recortar los derechos conseguidos tras largas luchas y sufrimientos para enriquecer a la camarilla de notables afines. Maldad es podar la sanidad, la salud y la vida; aumentar las desigualdades robando el acceso a todos a la educación o la cultura. Maldad es decir que «pronto se arreglará» cuando saben que sus política conducen a más paro y más recesión, y así se lo dicen hasta organismos abanderados del neoliberalismo.
Maldad es manipular, embrutecer, aprovecharse de la ignorancia, fomentarla. Villanía, infamia, cobardía, desproporción en la fuerza para acallar la disidencia. Reírse de la desgracia que provocan, en su felicidad…
De ser unos auténticos desalmados se puede calificar lo que hacen los correligionarios de CiU en Cataluña con la salud, y cuyas medidas sigue paso por paso el PP. Un carné por puntos determinará el acceso a quirófano para aligerar estadísticamente las listas de espera, y ahorrarse tratamientos e intervenciones. La consejería de Salud evaluará la situación laboral o personal del enfermo antes de otorgarle el «privilegio» de ser operado en la sanidad pública. La información desarrolla varios ejemplos:
«En las operaciones de prótesis de cadera o de rodilla, el paciente deberá sumar 75 puntos. Para llegar a ellos, el baremo da 18 puntos si se tiene «la patología muy avanzada», 33 si se sufre «dolor grave» y 20 si se «es incapaz de realizar la mayor parte de las actividades cotidianas». Con el peor diagnóstico, un enfermo alcanzaría 71 puntos y no tendrá garantizada la operación.
Sería el caso de una persona que no trabaje, que tenga una persona que le cuide y sin nadie a su cargo, tres variables que suman cero puntos y que son habituales en pacientes ancianos. El sistema puede perjudicar, por ejemplo, a los parados».
Esto mientras se entregan cantidades bimillonarias a los bancos (que encima no dan créditos que reactiven la economía) o se elude de la molesta carga de cotizar el mismo baremo de impuestos que pagamos todos a las rentas altas, ofreciendo el caramelo demágogico a la galería desinformada de que abonen (en las medidas del PP) un 60% de los medicamentos.
Contra la maldad no cabe el perdón, ni rezar tres avemarías; para el daño existe la Justicia, siquiera, como decía, la ética. “Para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada», dicen que dijo allá por el siglo XVIII el pensador irlandés Edmund Burke. Seguimos regidos por conceptos morales. Para alejarme del maniqueísmo quiero entender que el daño practicado a sus semejantes, ellos lo llevan a cabo por un “bien” superior, el que su dios manda. El dios del dinero, el egoísmo, las castas, el desprecio al inferior, la acumulación de prebendas para los elegidos por el Todopoderoso.
El peligro reside en no identificar a los culpables, en desviar la atención, a veces, hacia otros tan desgraciados o más que nosotros. Lo hacía Edward Norton en este impresionante alegato de la película «La última noche» dirigida por Spike Lee. Se queda como una rosa al expresarlo en un grito, pero lo cierto es que acaba… bien jodido.
Vamos de pasmo en pasmo, sobre todo cuando -al no relacionar los datos previos que es por definición el raciocinio- no se está alerta sobre el desarrollo previsible de acontecimientos. El mismo día y casi a la misma hora en la que se conocía la asignación pública al Rey (292.000 euros anuales según sus informaciones) el Gobierno anunciaba la congelación del salario mínimo español en 641,40 euros. El más bajo, junto con los de Portugal y Grecia, de la UE de nuestro nivel (UE15), es la primera vez en democracia que tal cosa sucede. Los incrementos fueron notablemente menores con los gobiernos del PP, pero nunca se había llegado a no subirlo absolutamente nada. Máxime cuando en esa UE15 los ciudadanos cobran el doble y el triple que nosotros. En cambio, a nuestros grandes ejecutivos los tenemos a la cabeza del ranking europeo, los que más ganan. Evidentemente, tanto el rey como los jefes varios de empresas, «viven por encima de nuestras posibilidades» de mantenerlos.
El pasmo doble llega cuando nos enteramos de otros extremos de las negociaciones para las nuevas mermas de los derechos laborales y sociales (eso a lo que llaman “reforma laboral”). Rajoy ha decidido suprimir los “puentes”, a pesar en este caso de que tales puentes eran una falacia y los españoles trabajamos más horas que la media europea. La alegada falta de productividad española como excusa debería valorar la responsabilidad empresarial, la organización deficiente y la falta de innovación y estructuras que otros trabajadores europeos sí tienen. Igual es que aquí no les hacen falta tales premisas si la ciudadanía traga.
Esa CEOE moderna y emprendedora ha objetado que algunos de las fiestas que se valoran para cambiar de día están sujetas al concordato con la Iglesia Católica. El año próximo el problema de fecha reside en tres: el 15 de agosto -la Asunción de la Virgen-, el 1 de noviembre -Todos los Santos- y el 8 de diciembre -la Inmaculada Concepción-. En consecuencia, y en tanto ven como van a misa y repican al mismo tiempo, la CEOE -según fuentes sindicales-, propone que en lugar del 8 de diciembre se traslade a lunes el 6, día de la Constitución. Total para lo que nos sirve la Constitución. Aunque siempre es un consuelo encomendarse a la Purísima.