Las tribus de la Sociedad del Espectáculo

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Van de sorpresa en sorpresa. De conmoción en conmoción. Si hace unos meses fue el Brexit británico, ahora es el Plan de Paz del gobierno colombiano con la guerrilla de las FARC. Tras 54 años de conflicto, 250.000 muertos y 6 millones de víctimas, ha acudido a votar solo el 37% de la población y por unas décimas ha ganado el NO. Los ejemplos se suceden y nos queda mucho más por ver. Son consecuencias, en mayor o menor medida, de la Sociedad del Espectáculo.

Hay numerosas. En España acabamos de asistir a la representación completa de la tragicomedia del PSOE –televisada, radiada, escrita e interpretada– de cuyo cómputo de víctimas destaca sobre todas la credibilidad. Y empieza el juicio de la Gürtel que será manufacturado según convenga. Mejor que no se vea mucho que igual alguien considera una desvergüenza tener y apoyar para que repita el gobierno de un partido procesado por corrupción. A qué punto habrá llegado esta sociedad para que tal aberración este ocurriendo.

La frivolidad es la característica dominante de esta nueva comunidad de adictos a hacer de la vida un show. Cada vez se lee menos y se profundiza menos en los análisis. Parecen haberse sustituido por opiniones ajenas de confrontación, a ser posible, surtidas de lo que llaman –sin ninguna inocencia– «rifirrafes» y «zascas». Se evidencia pereza para siquiera elaborar los argumentos que les sirven precocinados. Y, sobre todo, para seleccionar el grano de la bazofia. Borrado de la memoria por la sucesión de impactos que llenan el disco duro de los cerebros. Y pasión por el espectáculo.

En el caso de Colombia, vemos a dos políticos que afrontan de muy diferente forma el problema del terrorismo. Álvaro Uribe con mano dura y acción militar, Santos negociando. El expresidente Uribe –a quien se llamó el Aznar de Colombia y mantiene excelentes relaciones con Felipe González– ha hecho campaña por el NO. Con todo el argumentario clásico: con el sí se daría pie a un gobierno del «castrochavismo» y se haría presidente a un terrorista. Ocho años lleva repitiéndolo a diario Uribe, dos meses mostrando Santos los pormenores y ventajas del trato. Un acuerdo de paz  no es fácil, presiones y errores se añaden; lo que no se puede es abordarlo superficialmente y manipulado.

En el Reino Unido ocurrió esta misma simplificación. El aspecto más destacado por analistas serios fue la extrema frivolidad con la que se presentaba algo de tal trascendencia como la salida del país de la Unión Europea. Con cuanto implica desde todos los puntos de vista. Después, siempre, la sorpresa. ¿Y si repetimos votaciones hasta que salga de nuestro gusto? Es que mucha gente no se enteró o no se enteró bien.

En poco tiempo, los ciudadanos pasaron a ser consumidores y ya se han convertido en espectadores. Muchos de ellos se agrupan en tribus gregarias –o grupos fijos de abonados– de efectos negativos para el bien común. Los departamentos comerciales les eligen candidatos con los que puedan identificarse. Lo que esté de moda en el momento. Ahora se llevan los modelos de madres amantísimas de sus electores, buenas perversas, impúdicos sabelotodo, mucho cortesano, cínicos de toda la vida, y escasa cultura para dar cercanía a la baja exigencia. Despunta en tendencia el hombre gris y presuntamente sensato y moderado. Siquiera para animar el cartel, el argumento y los protagonistas amenazan con ser idénticos. Las tribus apuntalan los cimientos del teatro, no se saldrán del guión.

La tribu de los idiotas

Idiota no nació como insulto, pero es así como se llama desde la antigua Grecia a «aquel que no se ocupaba de los asuntos públicos, sino sólo de sus intereses particulares». En Atenas, su desinterés y aislamiento llevaban al idiota a perder derechos que le correspondían. De ahí que el idiota terminara por ser a asimilado a un ignorante que renuncia por voluntad propia a la política que le afecta. Son los que repiten: bastante tengo con ocuparme de buscar el sustento, atender a mis hijos y qué menos que distraerme con el fútbol o lo que echen por la tele. Y por tanto se inhiben de cualquier responsabilidad social.

La tribu de los «a mí»

Son vástagos de los anteriores. La diferencia apenas radica en que sí prestan atención a los asuntos de la vida pública, pero situándose en el centro de todo argumento. «A mí’ no me han bajado el sueldo. «A mí» que me arreglen lo pedí, «a mí» la calle. «A mí» me atienden en hospitales muy limpios y bonitos. Y un sinfín de visiones absolutamente egoístas que no contemplan ni el daño ni el bienestar de otros.

La tribu de los cuñados

Mucho más definida y popular. Son los que todo lo saben, dan argumentos pueriles y, sin embargo, se dicen y se creen sapientísimos. Sin rastro de pudor para mostrar bien alto su ideario. Con osadía infinita.

*La variedad Hater nos presenta a un cretino integral que no se cortaría en discutir e increpar, sintiéndose en el mismo nivel, al reciente premio Nobel de Medicina sobre su hallazgo: la autofagia. La especie abunda en Twitter y en el periodismo de zascas.

La tribu de los «así ha sido toda la vida»

El voto conservador se nutre de ellos en particular. Amantes de las tradiciones, llama la atención que hayan permanecido impermeables a los cambios y avances que se producen en un mundo en constante evolución. De Heráclito ya, ni hablamos. Ajenos a los hechos que han mutado y obligan a otras respuestas. Incrustados en el blanco y negro, tras varias décadas desde que llegó el color a la televisión. Pueden salir a votar con el rosario en la mano a quienes condenan a la pobreza y la desesperanza a muchos seres humanos y roban el dinero de todos. Son capaces de afirmar –por miles, por millones–  que, el PP, por ejemplo, « al margen de la corrupción lo hace bien«.

Al margen, como si pudiera deslindarse, en el caso de ser cierto ese «hacerlo bien» para el conjunto de la sociedad. Es de suponer que en la planificación de sus cuentas del mes incluyen un apartado para la «mordida» que se llevan los corruptos.

Alas de mariposa

Tendríamos que hablar de muchas otras tribus. Etiquetas para una sociedad cómoda que no sabe prescindir de ellas. Del «me gusta» y «no me gusta» como base de decisión en asuntos trascendentales para la convivencia de todos. De los serviles y de los que siempre apuestan a caballo ganador aunque caigan bajo sus herraduras. De quienes se fían de toda la pléyade de predicadores del ultraliberalismo que pueblan ya las pantallas; idiotas para idiotas, en la terminología griega. Y de los manipuladores. Y de los Jockers para odiar y vender más.

De ese público que se apasiona, apuesta, sufre y se divierte con la realidad hecha ficción y festejo. Piensas: no se comprarán un coche o un piso con tan poco criterio. En la práctica sí, más: confían su salud y la de su familia, la educación de sus hijos, el futuro de todos, guiados por el político o tertuliano que les cae bien. O por cualquiera que les diga lo que quieren oír para justificarse: « que otros lo harán peor». Odian más a quienes les señalan, aunque ni le conozcan, que a quien les hace daño.

El problema es grave. No ha hecho sino aumentar desde que se dieron las primeras voces de alarma. No lleva camino de frenarse salvo que los propios ciudadanos tomen conciencia de lo que está ocurriendo. La Sociedad del Espectáculo, creada a conciencia, se ha hecho un monstruo incontrolable. Pero la principal responsabilidad es de quien la traga. Cuesta entender que seres adultos se sienten a dejarse hacer tinte, champú y corte con sus cerebros.

Los hechos tienen consecuencias. El Efecto Mariposa, con aquel suave aleteo que provocaba tornados al otro lado del mundo, es cosa de niños al lado de la destrucción que está causando ya la Sociedad del Espectáculo.

*Publicado en eldiarioes

El populismo y otras realidades oficiales

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García Albiol y Rajoy. La «limpieza» de emigrantes puede esperar a después de las elecciones.

El populismo, como acusación, es el nuevo comodín político para distraer de errores y atropellos. Ni la Real Academia de la Lengua ha acertado aún a definirlo y sin embargo en cualquier parte encontraremos a quién nos diga qué es populismo y a quién se lo asigna. En España, la mayoría de los más dóciles adoctrinados dirá que es Podemos, las candidaturas ciudadanas o prometer lo que no se puede cumplir. Algo que –según aseguran- es lo que caracteriza a los mencionados. Dada la escasa experiencia aún en labores de gobierno de estas formaciones “populistas”, se coloca el calificativo prioritariamente a la Syriza de Tsipras. Y los peor intencionados meten en el mismo saco a la ultraderecha más reaccionaria y xenófoba. Todo es “extremo”, salvo ese centro… que nos ha asestado golpes radicalmente fuertes y no lleva visos de parar.

Lo cierto es que llaman “populismo” a la demagogia. Es decir, una degeneración de la democracia, en la que los políticos usan falsas promesas y apelan a los sentimientos más primarios de los ciudadanos para conseguir o mantener el poder. Puestos a mirar, no cabe mayor demagogia que la desplegada por el PP con su programa de chicle y vuelta y vuelta. Las medidas electoralistas –con dinero de todos– como el devolver a los funcionarios parte de la paga que les quitaron. Acusando a otros de corrupción como si descendieran límpidos del cielo. La propia repetición de las consignas, de su cinismo manifiesto, se rige por los manuales más acreditados de la manipulación política. Una mentira mil veces repetida termina siendo verdad para quien no reflexiona. Y parece que a sus laxos votantes les funciona. Y ya, como estrella de la fiesta populista, pasean al candidato catalán que ora hace gimnasia abierto de piernas, ora se fotografía con emigrantes de aquellos que prometió “limpiar”. El colmo de la desvergüenza.

Como lo es la carga ideológica y manipuladora de buena parte de los medios grandes en períodos electorales como éste. Con las continuas amenazas a los catalanes para condicionar su voto. La ejemplar clase empresarial ha salido este lunes en el Telediario de TVE contando que precisan estabilidad política para crecer. Y ya se sabe lo que ésta pide. Su campaña se ha extendido ya por la prensa con su mensaje catastrofista a evitar si ganan los buenos.

“Populismo”, para resumir, es “todo lo que no sea el bipartidismo defensor de la ideología neoliberal”, máxime si intenta algún cambio. Eso es lo que realmente quieren decir y ahí tenemos a quienes, hasta con buena intención, terminan por ser cómplices también de la trágala. Se ven, así, muy prudentes y objetivos. Los cambios desestabilizan y dan miedo. A otros, les da mucho más miedo que todo siga igual. Las inquisitivas preguntas, incluso de periodistas solventes, no se formulan a todos los actores y en su justa proporción. Grecia es un ejemplo paradigmático.

“No queremos que nos pase como a Grecia”, dicen y repiten, seguidos del coro que en la calle ha engullido la idea. Como la Grecia de Tsipras, se entiende. Porque “lo de la Grecia de Samarás y Papandreu” es el estado anterior, el origen, y ya lo hemos padecido. Ese camino de corrupción, despilfarro, mala gestión y luego recortes y privatizaciones, es idéntico al desarrollado en España por sus correligionarios, en mayor o menor medida.  ¿Han visto ustedes a algún periodista preguntar a Rajoy por las actividades, incumplimientos y responsabilidades de Samarás y los gobiernos de Nueva Democracia que fueron quienes ocasionaron la quiebra?  ¿Afearle que su colega –y él aquí, de paso- no cumplió lo que prometió? ¿Indagar en cómo llegó Grecia con ellos a una deuda pública que suponía el 158% del PIB en el primer rescate e interesarse por la que ha aumentado Rajoy aquí hasta el 98% por valor de más de un billón de euros? ¿Mencionarlo siquiera? Yo no. Quienes causaron la ruina de Grecia fueron los partidos tradicionales. Y pensaban seguir en ello, Samarás había firmado más recortes y más ventas del patrimonio público. Estos sí que son calcados. Y los medios se cuidan muy mucho de relacionarlos.

Esencial saber lo que entienden las realidades oficiales por prometer “lo que no se puede cumplir” y  por qué no se puede cumplir. ¿Hay alguna imposibilidad física en hacer una mejor distribución de las cargas y la riqueza? ¿En gobernar buscando el bien de las personas y no prioritariamente el propio sin hacer ascos a robar y ungirse de prebendas? ¿En dar un trato a los ciudadanos siquiera similar al de los bancos y sus problemas?

Tsipras cedió y no le permitieron ni coser el extremo de la herida. Más aún, ahondaron en ella, y él debió retirarse. Es imprescindible insistir en que se le dio un castigo moral y ejemplarizante endureciendo las condiciones por haber consultado a los griegos.  Ese día marcó un antes y un después en la historia de la UE, cuando todos callaron y firmaron ese escarmiento. Dejó al descubierto en qué Europa vivimos. Esta profunda anormalidad que ya constatamos a diario.

Entonces, la razón de defender lo que hay es porque “de toda la vida de dios ha habido ricos y pobres y el pez gordo come al chico”. Y así mil años más, como en la Edad Media. Algún día habrá que cambiar ese axioma. No ha funcionado nunca. Han sido esas políticas las que nos han traído hasta aquí, a todos. Y los oprimidos explotan ya de forma incontenible saltando sobre las conciencias, si se tienen. Lo malo conocido, las viejas fórmulas, solo funcionan para unos pocos. Sin duda para quienes se emplean –incluso desde los medios– en convencer a los votantes.  Mucho mejor quedarse como estamos, con esta gente tan seria y consecuente que cumple lo que promete. Y muchos, millones, lo creen o quieren creerlo.

El mundo es mucho peor hoy, transcurridos ya 7 años de la crisis. Otro de los puntos aún sin retorno fue consentir que el capitalismo solucionara sus juegos malabares refundándonos a los ciudadanos y haciéndonos pagar sus pérdidas. Y en la zozobra han cambiado los términos de convivencia.

El egoísmo, el desprecio de todo cuanto no sea uno mismo, el desprecio de todo cuando no sea dinero, pisotear los derechos humanos,  la ley de la selva en definitiva, desembocan en este virus que se está adueñando de Europa.  Y que de nuevo trae el germen del fascismo.  Los Viktor Orban avisan. Y de lejos. Los García Albiol también. Los Rajoy son ya libros abiertos. Los que asignan populismos, y ocultan la mitad de la verdad, de igual modo. Avisaron y ya están aquí. Lo próximo es tener sentada a Marine Le Pen en El Elíseo y en Bruselas, seguir con Cameron y con Rajoy –el mejor aliado de Orban fuera del Este–, ver cómo sigue creciendo la extrema derecha, la peste que ya nos costó muy cara en el siglo XX.

Hay veces en que lo prudente y moderado termina dando cobertura a uno de los períodos más terribles y trágicos de nuestra historia: el que estamos viviendo. Solo será superado por lo que vendrá, si no se varía el rumbo. Existen otros caminos y hay que andarlos: éste lleva al abismo.

*Publicado en eldiario.es

El nuevo curso era para aprender

Entre los tópicos que ha impuesto la mediocridad, destaca el de llamar “Nuevo curso” a la reanudación de  la actividad tras el verano. Los cursos nuevos solían ser para acrecentar conocimientos, para progresar en sabiduría y criterio. Solían. Ahora nos conocemos de tal forma el temario que van a impartir, es tan poco motivador y tan cargante, que  afrontamos este periodo hastiados de antemano.

Nos sirve el mismo material, idénticos textos –aunque nos los cobren otra vez- los mismos dispositivos electrónicos, cuadernos y lápices del itinerario anterior. Nos sabemos tan bien a los profesores que tenemos la idea exacta de cuánto van a dar de sí. Una pequeña –en número- y muy reciente renovación del claustro propiciada por padres y alumnos, les ha hecho revolverse para aferrarse al cargo con auténtica saña. No les falta más que meter una serpiente pitón en la cama de alguna nueva profesora para disuadirla y que se vaya, si no logran echarla antes.

El domingo nos dijeron: “se ha iniciado el nuevo curso en el tradicional Soutomaior ”… En fin, que es como en Oxford pero con Mariano Rajoy haciendo campaña. Las matemáticas se le dan mal al director y a los jefes de estudios. Y a los medios que cuentan el programa. No vale aportar el resultado y solo algunos datos de la ecuación para resolver los problemas. Y no son cifras saneadas las que han disparado la deuda pública por encima del billón de euros. Ni es posible hablar de recuperación sin que hayan aumentado los sueldos recortados y el empleo creado sea tan precario que no da para sustentar un futuro. Nunca aceptará una persona cuerda que es 10 el resultado de sumar 6 con no sé sabe qué, dado que lo ocultan. Y menos cuando constata el brutal aumento de la desigualdad en este período. Al punto de liderarlo en Europa.

No es posible hablar de recuperación sin que hayan aumentado los sueldos recortados y el empleo creado sea tan precario que no da para sustentar un futuro

El presunto nuevo curso traerá -con dos citas electorales decisivas- más contabilidad y menos humanidad. Reforzados ataques a la inteligencia y a la decencia. La ética hace tiempo que se apartó del temario oficial español, y cada uno la busca como puede. Ha sido sustituida, de hecho, por un doctorado en cinismo. Ver a Pablo Casado, portavoz del PP, acusar de corrupto a Artur Mas sin mover una pestaña, le catapulta a esa Matrícula Cum Laude que ya obtuvieron Arenas, González Pons o Hernando, y a colocarse en la orla junto a Cospedal, la innombrable arpía de Madrid, Soraya Sáenz de Santamaría o el propio Mariano Rajoy. Ese ser que camina mirando al frente, pretendidamente impoluto, cuando son abrumadoras las acusaciones y pruebas de corrupción que jalonan desde hace décadas el partido que preside. Y es evidente, palmaria, constatable, su política en favor de los privilegiados y a costa del resto.

La misma Matrícula cum Laude en cinismo merece el susodicho Artur Mas, autoerigido también como azote de  corruptos, mientras aparta el fiemo que emana su protector Jordi Pujol con su amplia familia y amistades. O cuando la bandera del independentismo, de cuño reciente en su caso, le sirve para tapar recortes trágicos, en la salud pública para empezar.

¿Nuevo curso? Nos sabemos de memoria hasta sus tics, los aspavientos de los políticos metidos en campaña permanente bajo su disfraz de periodista. El ruido, el atronador ruido, que emiten la mayoría de los medios (sin y con audiencia) destinado sobre todo a ese sector del alumnado que solo quiere estar en el recreo. Y nos carga con sus mochilas a todos como con una losa.

El nuevo curso seguirá sin contar a los afectados y futuras probables víctimas, cuál es su situación real.  Cómo se distribuyen las cargas desde la llamada crisis, para qué les ha servido a quienes dirigen el entramado. Seguirá arrojando culpas contra los infectos contrabandistas de personas únicamente, obviando quiénes y por qué les echaron de sus casas y quiénes y por qué les cierran las puertas. Y qué camino espera a Europa y sus ciudadanos asignando las causas de la crisis a las víctimas y no a los verdugos. A los verdugos de todos. A las cómplices armas y negocios comerciales con los que se trafica.

En la asignatura troncal del curso –el miedo- tendrán a mano a Albania y Venezuela, para llamar nazis y fascistas a los catalanes díscolos, cuando Europa sufre la peor crisis de racismo y ultraderecha desde la Segunda Guerra Mundial.

O a Grecia. Sin mencionar qué gobiernos la llevaron a la bancarrota. Y que, si allí se ha impuesto alguna realidad como dicen, es la de que el matón de la clase impone su ley y el resto calla y apoya. El ex presidente Felipe González corrobora este hecho al escribir: “ Después de que más del 60% de los griegos lo creyeran, Tsipras aceptó condiciones mucho peores que las que habían rechazado en referéndum”. La culpa, para González, es de Tsipras, no de quien endureció los requisitos como castigo por la consulta.

Nos sabemos cada palabra que dirán de aquí a diciembre. Cada gesto. Cada mueca. Todas y cada una de las ideas y maledicencias que intentarán imbuir, a salvo de las novedades que pergeñen en ese terreno.

Tratarán de agotarnos por cansancio, por aburrimiento, por desesperanza. Porque el principal objetivo del Nuevo Curso es cerrar las salidas, agostar la ilusión por los cambios posibles. Hasta que terminemos admitiendo que la condena es de cadena perpetua, ellos atesoran la llave, racionan y castigan a su antojo, y no podremos escapar.

El nuevo curso era para aprender. Es para aprender. Aprendamos.

*Publicado en eldiario.es

La Web de Carmena y otras hipocresías del periodismo oficial español

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La columna la firma en El País el crítico cinematográfico Carlos Boyero. El mismo periódico que hoy da certificados de radicalidad y «centralidad» y que nos lleva a diario de zozobra en zozobra a quienes un día lo admiramos como ejemplo. Al ABC lo tenemos lanzando portadas de esta guisa, en total impunidad.

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Su director es opinante fijo en RTVE.

Su colega Marhuenda no sale tampoco de las tertulias de opinión.

De esta guisa vienen hoy los principales diarios escritos:

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Y sin embargo la bronca de la semana es que el Ayuntamiento de Madrid ha creado una web para desmentir noticias que considera falsas, aportando pruebas que las rebatan. En privado, periodistas serios no ven objección alguna, de hecho esas páginas existen en varios países y organismos, hasta la UE dispone de una. Lo que ocurre es que públicamente se manifiestan menos. Miguel Ángel Aguilar sí, preguntaba a las Asociaciones de Periodistas su opinión sobre RTVE.

Y es que tanto la FAPE, Federación de Asociaciones de la Prensa de España, como la APM de Madrid han cargado a fondo contra «la Web de Carmena». Le ven «un halo de censura»   al igual que toda la caspa que publica -no confundamos con periodismo todo lo que se publica-. Listas negras de periodistas, dicen. ¿De periodistas? pregunto yo. De mentirosos, manipuladores y partidistas igual cuadraba más. El asunto es tratado hasta haciendo gracietas por ese otro sector de la banalidad que también se ha insertado en nuestra profesión.

«El papel del periodista es ejercer ese contrapoder imprescindible en la sociedad y que garantiza a la ciudadanía el derecho a recibir información libre», declara Elsa González presidenta de la FAPE. Exacto, ese debería ser el papel aunque no parece serlo mucho últimamente sino todo lo contrario. Contrapoder dice.

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¿Y el PP? El PP ha salido en tromba. Con esa gran adalid de la libertad de expresión que es Esperanza Aguirre o con sus portavoces Hernando y Casado. Esto es propio de «regímenes totalitarios», dicen. Con un par.

Como digo, son pocos los periodistas que se manifiestan públicamente -y es bien sintomático del clima que vivimos- acerca del ataque político a Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid… mientras le aguante el cuerpo ante el acoso sistemático de la prensa «independiente». Que una cosa es crítica al poder -consustancial al periodismo- y otra esta locura.

Escuchaba a un periodista argumentar que la web no tiene espacio para comentarios que rebatan lo expuesto. Lo decía en una radio. Pues ahí tienes tu altavoz, en tu radio, como otros en sus periodicos y televisiones. Un total despropósito. En unos casos por simple corporativismo, en otras con bastante peor intención. Es de locos pensar que el periodismo puede publicar informaciones falsas y que haya que aguantarse. O utilizar, como decía la presidenta de la APM los mecanismos que ya existen. Sí, quizás la publicación en página impar y abajo de una nota tras meses de dilación.

Juan Tortosa se muestra enfurecido en su blog de Público y en Twitter. En particular con esas asociaciones de periodistas tan discretas criticando al poder o al periodismo manipulador. Tantas fotos y actitudes lo demuestran…

Juan Tortosa en Público

Juan Tortosa en Público

Infolibre trae hoy una jugosa información sobre La red de «periódicos fantasma» de la trama Púnica vinculada esencialmente a ayuntamientos del PP y al del PSOE de Parla (Madrid) y en el que está implicado -y en prisión- el que fuera número 2 de Aguirre y tertuliano de pro, Francisco Granados. Hay gente  «trabajando» en las redes a favor de políticos.

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Comunidad Valenciana, Madrid, León y Murcia, «cuando el alcalde pagaba 2.000 euros tenía derecho a un redactor» que, por entre 200 y 400 euros al mes, le manipulaba una información negativa o le creaba otras que la contrarrestaran.  Pero la red tenía, según la información de Infolibre, más clientes de postín.

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¿Dónde están la FAPE y la APM para comentar todo esto? Es de gran entidad, dado que se disfrazaban o se inventaban los hechos.

La verdad, lo confieso, es que he pensado otra cosa al leerlo: que poca falta hacía pagar para lavar la cara de los políticos amigos o cargarse a los enemigos, a la vista de lo que se está publicando ampliamente. Es así de triste.

También he meditado si realmente merece la pena siquiera denunciarlo. Todo seguirá igual. Mecanismos de disuasión, borrado y olvido. Hay gente ahora mismo, en festivo y en verano de ola de calor cobrando por eso. Una miseria o mucho más. Pensemos que sí, pensemos en cuando el periodismo, la información, han logrado y logran aportar datos a la sociedad para contribuir a un criterio más sólido.

Cuando votas desahucios y fondos buitre

Entre las noticias que casi tapa la actualidad, encuentro ésta de catalunyaplural de eldiario.es:

Los fondos buitre compran pisos de desahuciados en Catalunya por entre 5.000 y 20.000 euros.

Hay que leer el titular despacio, paladearlo, y reflexionar sobre los extremos de esta aberración: echan de sus casas a personas por impago de hipotecas y luego prácticamente regalan los pisos a Fondos Buitre para que hagan negocio. En muchos casos tras haber entregado dinero de todos para arreglar sus pufos.

La Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona van a poder optar a su adquisición gracias a un decreto de medidas urgentes que elaboraron y que ha aprobado el Parlament. Algo se salva de la quema. Pero es imprescindible meditar y sacar conclusiones sobre lo que nos ha traído hasta aquí.

En este caso, el principal monto de las viviendas procede de Catalunya Caixa, una de las tantas cajas que palmó por mala gestión, a la que sufragamos y que luego fue vendida por el gobierno de España a través del FROB  a… el BBVA ésta. Convertida ya en Catalunya Banc, el BBVA lo compró por la irrisoria cifra de 1.165 millones de euros.  La “cartera hipotecaria” se la quedó Blackstone, un fondo buitre norteamericano.

El BBVA soltará también “lastre”, despidiendo a 1.600 trabajadores de la entidad adquirida. Ya no les sirven.

El resto de los pisos en estas ventajosísimas condiciones se distribuyen así:  Bankia, con 200 viviendas y BBVA con 100. Los restantes provienen de Banco Sabadell-Solvia (20), Sareb (11), Santander (5), Crédit Agricole (6) o Deutsche Bank (5).

Casualmente, Blackstone es el Fondo Buitre al que Ana Botella, alcaldesa de Madrid, eligió también para venderle viviendas sociales para la especulación. Angels Martínez Castells detalla algunos pormenores en ReaccionaDos:

Las 1.860 viviendas (ubicadas en Carabanchel, Centro, Villa de Vallecas y Villaverde) tenían un valor contable de 162 millones pero se colocaron por 128,5 millones, es decir, con un descuento del 20%. La EMVS reconoce unas pérdidas asociadas de 30,6 millones y dos millones más en comisiones. Sin embargo, unos meses después vendió otras 163 viviendas, la mayoría habitadas, en Villa de Vallecas, 90 viviendas vacías en Vicálvaro y  82 viviendas, también habitadas en su mayor parte, en Usera.  Ana Botella demostró, de nuevo, que no sabía hacer las cosas: en agosto del 2014  un juzgado de Madrid abrió diligencias previas por la venta a Blackstone de pisos en Madrid a 67.000 euros, mientras se negaba la posibilidad de los inquilinos a acceder a la propiedad de su hogar por el mismo precio y se incrementaban los desahucios.

Ada Colau con La PAH defendía soluciones como la dación en pago para saldar las deudas hipotecarias, la paralización de los desahucios y el alquiler social, mientras Ana Botella sigue poniendo en venta vivienda pública de alquiler.”

¿Tan difícil es de entender que esto lo vota la gente?

En este día de nuevo tan cargado de noticias,  copa la atención mediática la crisis en Podemos. La dimisión de Juan Carlos Monedero de la dirección del nuevo partido. Tiempo habrá de comentarlo. Estomaga, sin embargo, ver a los adictos al sistema y a sus colaboradores necesarios saltando de gozo. Hasta obviando la carta que Monedero ha dedicado «A su amigo Pablo» en el que deja entrever muchos matices. No nos engañemos, como decía el procer, «Estamos trabajando en ello».

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Ya no queda espacio para los millones de parados que acumula en España la bolsa de la estafa. Ni se cuestiona con energía (sino todo lo contrario) que la aspiración del gobierno, exhibida como un triunfo, es llegar a la cifra de paro que encontró, solo que con un empleo mucho más precario y sin derechos.

El rendezvous llega a la babosería en el periódico menos vendido de los nacionales, pero eso sí, perenne en los encuentros televisados de los sábados y otros para impartir doctrina.

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Ni hay  lugar ya para el «debate» que apuntó el ministro de Justicia sobre una vuelta de tuerca de la Ley Mordaza (los interesados podéis leer aquí la respuesta de Ignacio Escolar). Ni mucho menos para el recibimiento con honores, banquete oficial con los reyes incluido, del golpista y sanguinario dictador de Egipto, de cuya crítica se ha ocupado Olga Rodriguez y poco más. 

Pues bien, todo forma parte del mismo paquete. Es lo que votamos. No al rey directamente, faltaría más, pero sí a quienes mantienen este estado de cosas a todos los niveles. Y que a nadie le quepa duda es que regalar a Fondos Buitres las viviendas de desahuciados lo han votado varios millones de personas.  ¿O no saben lo que va a suceder? El voto no es un papelito que se mete en la urna sin más.

La campaña (feroz, inaudita, sin precedentes) para sacar a Podemos de las posibilidades electorales se ha cobrado una víctima potente. Si al menos la gente supiera discernir que quienes dirigen las cacerías terminan por ser los que propician un gobierno para los bancos y contra la gente,  la venta de casas con fines especulativos, recibir dictadores o amordazar a los periodistas libres… mucho cambiaría. En la guerra que libran contra la ciudadanìa ni un solo paso es inocente.

«Tsipras desafía a la UE con una ley para paliar la crisis humanitaria», titula El País

El País, 19/03/2015

El País, 19/03/2015

Jamás he visto un titular, un desarrollo de la información, una selección de la imagen, que refleje con más certera precisión el sistema que vivimos. Cómo funciona la UE actual, la España en elecciones, sus medios.

Grecia insiste en seguir adelante con las medidas contra la pobreza a pesar del veto de los socios europeos tras la prórroga del rescate, añade el corresponsal.

Será malnacido el tal Tsipras que ha venido a fastidiar el invento ¿eh? Y encima se pone a auditar la deuda.  E investigando a Goldman Sachs (que manipuló las cuentas), la Troika, Siemens y hasta la Dictadura de los Coroneles. 

Han hecho creer ya a esa parte de la sociedad empecinada en anular su cerebro que la situación de Grecia es culpa de Syriza, Tsipras y sobre todo de Varoufakis, su ministro de finanzas. Y no, no llevan ni dos meses en el cargo. La «crisis humanitaria» que admite el sistema en Grecia, -claro que sí, es evidente- la ocasionaron los gobiernos de Nueva Democracia (el PP griego para entendernos) y el PASOK, los socialistas. Quienes, además, abrieron la puerta de par en par para que entrara la Troika a servirse. ¿Volvemos a recordarlo? Así estaba Grecia antes de las elecciones, según publiqué entonces con datos contrastados que tenía todo el mundo que quisiera tenerlos:

  • Un 23,1% de los griegos vive en riesgo de pobreza
  • El PIB ha caído un 25% desde 2008.
  • La deuda está en el 174% del PIB
  • El paro juvenil es del 52,8%.
  • El salario mínimo ha bajado un 20% desde 2010
  • Los empleos públicos se han reducido casi un 40% desde 2009.
  • Las pensiones quedaron reducidas a apenas 400 euros por término medio y se han suprimido las dos extraordinarias, tras seis “reformas”.
  • Han cerrado prácticamente todos los ambulatorios de atención primaria como pidió la Troika.
  • Tres millones de personas, más de la cuarta parte de la población,  se han quedado sin cobertura sanitaria.
  • El cáncer solo se atiende ya en estado terminal.
  • Todo esto ha sido a cambio de rescates financieros por valor de 200.000 millones de euros. A los bancos se les entregó 1,6 billones de entrada, al inicio de la crisis, sin contrapartidas. Y luego barra libre.

Así estaba Grecia en enero, insisto, antes de las elecciones. Que no engañen más a nadie. Porque lo hacen sobre todo quienes callaron -como dicen callan las meretrices- ante el desastre de anteriores gobiernos.

Nos dice el corresponsal de El País -como se puede ver- y repito…

Grecia insiste en seguir adelante con las medidas contra la pobreza a pesar del veto de los socios europeos tras la prórroga del rescate.

Qué osadía. Y siguen deslizándose las palabras: Contra la pobreza, veto de sus socios europeos. Esos que han dado millones y millones de euros -nuestros, de nuestros impuestos- para «salvar a la banca» como dijo en el TD1 de TVE la presentadora este miércoles. Salvar, no rescatar. Es que somos tan generosos con lo que importa.

Nunca he leído, como digo, una información tan certera: Paliar la crisis humanitaria que ocasionaron los gobiernos afines al sistema, es un «desafío». Y lo vetan. Lo único importante es amasar dinero en la cuenta de aquellos para quienes se gobierna. Amasar, no tienen ni tiempo de gastar tanto.

Y en la ignominiosa campaña española para las elecciones andaluzas, todo vale: dedicar un programa especial a Venezuela, nuevo eje geoestrategico mundial, de periodismo amarillo puro y duro a ver si acojonamos al personal con Podemos que por lo visto es quien gobierna allí. Sacar a la secta españolista de los Vargas LLosa, Carlos Herrera (reciente fichaje de la COPE «con el visto bueno del gobierno» que ahora da «vistos buenos» para lo que hagan las empresas de comunicación-, aquella cosa de CCOO -Fidalgo- que pasea por todas las opciones, nenas de FAES, que es la que viene delante y en medio como florero,etc… a decir que Podemos es una amenaza para España y que no les voten los ciudadanos.

Libres e iguales, se dicen.

Libres e iguales, se dicen.

Un apabullante apoyo mediático a sus colegas, a los colegas de españolismo, de Ciudadanos jalona también la campaña andaluza, que sigue con la severa vara de medir a Podemos que guardan en el cajón para el resto.

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Lástima que no esté completa la información. Al menos parece haber una explicación legal para limitarse a ese aforo.

Lo realmente tierno es esto y máxime para el Día del Padre. Qué detalle tan bonito.

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Más páginas para la Historia de la Ignominia que solo ciudadanos lúcidos, íntegros y responsables podrán cambiar. Tardaré en olvidar el titular de cabecera y cuanto implica. Solo nosotros podemos sanear todo esto.

El País, 19/03/2015

El País, 19/03/2015

Syriza abre una brecha en la jaula

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Muchos ciudadanos nos sentimos desde hace tiempo como ese gorila que da vueltas interminables en una escueta jaula de un cutre zoológico. Camina entre límites que no logra franquear hasta que cae rendido y duerme para volver a levantarse y seguir andando como un autómata. Pocas imágenes más expresivas de la desolación, de la rutina sin horizontes, de la derrota, que las de ese animal encarcelado.

A estas breves alturas del triunfo electoral en Grecia de Syriza, contamos ya con todas las previsiones posibles acerca del futuro. Honestas e interesadas, clarificadoras y tendentes a enturbiar, cada cual sabrá discernirlo (si lo intenta). No desdeñemos, sin embargo, la simbología de la brecha que se abre en la jaula y los pasos del sujeto liberado construyendo el que será su propio camino. Es una clave llena de estímulos.

Parecía que no podría ser, que la austeridad suicida impuesta por la estafa de la crisis, el propio fraude en sí, las mentiras, los abusos, la rapiña, la propaganda, la disuasión, eran pena de cadena perpetua. Y comprobamos que hay salida si la ciudadanía quiere y no se deja intimidar. Todavía no sabemos cuál será el recorrido, si acertarán, si les dejarán, hasta dónde conseguirán llegar, pero un trazado abierto es una oportunidad. Incluso para alguien herido y obligado a portar una pesada carga. Como es el caso.

Dada la pasión por restringir la libertad real de las personas, por cortar alas y manos que forjen puertas, la historia nos sitúa en numerosas ocasiones en similar encrucijada. La última fue hace cuatro años, cuando una ola de indignación recorrió gran parte del mundo con epicentro en Túnez. La Primavera Árabe ha sido derrotada hasta el sadismo si miramos al Egipto golpista que mata la protesta. En Europa, el inconformismo se fue transformando. El 15M comenzó a mutar aquella misma noche de mayo. Paralelamente, Grecia se organizaba ya en cambio posible, pragmático (como demuestra desde las primeras decisiones Tsipras, en su alianza de Gobierno con los conservadores nacionalistas griegos). Acaba de verse el fruto. Y hay que regarlo, hay que preservarlo de las plagas. No es fácil. Por el contrario, lo van a poner muy difícil.

Las elecciones griegas han vuelto a demostrar que, como en España, hay un porcentaje alto de la población, en torno al 30%, a quien no le importa ver morir a sus conciudadanos sin medicinas, ni pasar hambre, ni carecer de casa y de abrigo, ni su dolor. El llanto ajeno, su desgracia, su angustia, les resbala. Les da lo mismo mientras crean guardar su propio ombligo y hasta el último y más fútil de sus caprichos. Así se han comportado siempre.

A los griegos, a los más vulnerables, el Gobierno de Nueva Democracia (ND) y Pasok les ha sometido a lo que puede definirse como tortura. Contemplen las heridas de su rescate y juzguen. Por mandato de la troika y Merkel, quienes dieron a los bancos solo en el primer trienio de la crisis 1,6 billones de euros, según datos de la UE, sin contrapartidas, sin que se les refriegue a diario, mientras exigían esquilmar a los griegos por 210.000 millones. Aún se felicitan de los logros obtenidos en las cuentas planas a costa de la gente. Y ha habido un 27% que lo ha apoyado. A ND, con los socialistas han sido más duros los electores. Suele ocurrir.

Mientras todo esto sucedía, en España nos proyectaban en el zoo un auténtico esperpento. “Hay personas que quieren acabar con la democracia”, malmetía sin pudor Mariano Rajoy, el autor intelectual de las nuevas leyes y códigos mordaza, ejecutadas con precisión por su Gobierno. Otra vuelta a la llave de la jaula. Como un jarrón chino que aún habita en La Moncloa, el presidente se jalea a sí mismo y se felicita por sus presuntos logros. Aznar, el digitalizador, le regaña aun así. Su esposa –la alcaldesa de Madrid debido a ese parentesco– se sienta con mando en plaza en primera fila, al tiempo que las fuerzas del orden de su partido echan a la calle a una familia con niños pequeños, tan pequeños como menos de dos meses de vida. Residían en una vivienda municipal, pero Botella la vendió –de saldo– a un fondo buitre. No hay piel que lo cubra.

Y la corrupción, todos mirando para otro lado, cuando esa legión de “personas de las que ustedes nos hablan” les caen en chorretones por su rostro de titanio haciéndola doblemente visible. Y el postre: el gran hombre –y a pesar de su excelencia, sencillo y sincero– visitando hogares de ciudadanos, en persona, sin plasma del que huir de los periodistas, de la verdad. Dando las gracias por su voluntario sacrificio que nos ha permitido salir de la crisis gracias a él. A estas alturas, quien más quien menos se siente como si en la jaula nos hubieran soltado un enjambre de avispas hambrientas.

En Grecia, poco más allá dentro de las riberas mediterráneas, Syriza, sus votantes, ha abierto un camino. Con toda la ‘Congregación de Notables’ en contra. Es radicalmente incierto que no exista otra vía que esquilmar a las personas para que funcionen los mercados y sus beneficiarios. No es casual que la primera reacción al triunfo de Tsipras fuera del Bundesbank alemán, para dejar claro en qué terreno se juega y con qué cartas.

La prensa tradicional española también se ha quitado las caretas, si es que aún las mantenían. La guerra va a ser dura también aquí. “Desgrecia”, estampa Marhuenda en La Razón, dilapidando su última neurona.razon.desgrecia

Pero quizás es aún más duro ver la portada de un periódico que se arriesgó a enfrentar el golpe de Estado de 1981, con Tejero aún en el Congreso, titulando ahora “La victoria de Syriza anticipa un periodo de agitación en Europa” y subtitulando con opiniones de alguien tan solvente como Mariano Rajoy.

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De la importancia de los caminos abiertos nos habló hasta Antonio Machado, hace ya un siglo, para convertirse en tópico de resultados pendientes. Se hace camino al andar. Sobre todo cuando el gorila (enjaulado) no puede ya ni cantar, ni casi respirar.

El problema es que, por si faltara poco, en el zoo ha habido muchos recortes. Escasea la comida, las restricciones en limpieza dejan un olor nauseabundo; hace demasiado frío o demasiado calor, han suprimido los ahuyentadores de insectos, y encima nos bombardean con tanto ruido sucio que produce náuseas. No lo entienden. Creen que se puede oprimir eternamente, y no a todos nos funciona. Así que abramos puertas y echemos a andar, que siempre hay tiempo de ajustar el rumbo. La libertad, la real, la que cercenan, es lo que tiene: la posibilidad de, respetando las normas de convivencia –lo que ellos no hacen–, construirse el propio camino.

*Publicado en eldiario.es 

PD. Tsipras ha formado un gobierno más reducido, con nombres prometedores como el ministro de finanzas Yanis Varufakis, pero sin una sola mujer.  Lástima que se cometa tal error de entrada. Ya digo, en los caminos nuevos se hace preciso revisar el rumbo.

Ejercicio de texto: Vender un país endeudado hasta las pestañas como si fuera un éxito

El PP denuncia el «intento de manipulación informativa» para alarmar a la población

Es la primera actuación del gabinete de crisis del Ébola que preside la vicepresidenta del gobierno. En una línea bien efectiva. ¿Acallar bocas?

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Los propios profesionales se quejan de los fallos del protocolo y van a presentar una demanda. Así dieron «el master» en colocarse el traje, además de una charla de 20 minutos.

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Este es el kit de protección

Fotos de los propios profesionales

Fotos de los propios profesionales

Y ahora veamos hacía qué lado han manipulado los medios.

A TVE le pareció mejor poner fotos de un hospital alemán como si fueran del Carlos III en España.

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La insistencia en que Teresa se tocó la cara proceden de esto que rescató Fernando Berlín.

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Y ahora un pequeño surtido de otros medios…

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Hay un problema: esta gente es muy previsora, y ha dedicado su tiempo a pertrecharse de normas y leyes que permiten disuadir críticas a través de multas o cárcel. De profesionales de la sanidad o del auténtico periodismo. Claro que eso lo haría un gobierno no democrático y que le preocupara más la población (su salud en este caso) que mantenerse en el poder.

Podría… ser una noticia. O no

El País irrumpió en su día con un Libro de Estilo que suponía una revolución en el periodismo. En su artículo 1 decía: “El rumor no es noticia”. Pero si nos atenemos a titulares de noticias publicadas y difundidas ampliamente, el rumor y la especulación se han enseñoreado de la profesión periodística. Es uno más de sus graves cánceres.

Empezó ese subgénero llamado periodismo deportivo que las televisiones serias sacan de sus telediarios. Y el resto de la información se imantó.

Fernando Alonso tendría contrato con Ferrari… desde que comenzó a despuntar. Habría dos competiciones paralelas de Fórmula 1. Sus bólidos llevarían cubierta. Piquet hubiera  entrenado su accidente. Pedrosa estaría  sin moto. Sin contar los incontables fallidos fichajes del fútbol.

Los “podría” ahora nos inundan porque son la puerta por donde entra todo el periodismo sensacionalista.

Telecinco, hace 5 minutos, ha encontrado a alguien que dice que tiene las fotos del que podría ser un bebé extraterrestre en México. En este caso, ni siquiera escribe el preceptivo «podría».

Pero sigamos:

Nueva técnica podría encontrar otra Tierra en el espacio.

USA podría invadir militarmente México –con vídeo y todo…que no os recomiendo, es una inmundicia-.

Mickey Mouse podría no ser de Disney.

Soraya podría ser descalificada de Eurovisión.

Un nanomaterial podría mejorar la eficacia de las vacunas contra la gripe.

La ONU advierte de que el Ártico podría quedarse sin hielo en verano en 2030.

El intercambio de ADN entre monos podría evitar enfermedades hereditarias.

Apple podría estar rediseñando los MacBook de plástico.

Penélope Cruz podria estar embaraza.

Halley Bery podría estar embarazada por segunda vez.

Rajoy podría tener rival en el Congreso de Valencia.

Zapatero podría reducir el número de ministerios.

Opel podría desaparecer si sigue en manos de General Motors.

Enfriar la Tierra podría ser el último recurso contra el calentamiento global.

Capturan con Google Earth una imagen que podría ser el monstruo del Lago Ness.

¿Para qué seguir? Bajo el epígrafe de “podría” figuran 47.100.000 resultados en Google.

Si titulan “podrían” es –en el mejor de los casos- porque existe algún indicio –datos, estudios- que inclina a que eso se produzca. ¿No sería mejor contar escuetamente la verdad aunque sea menos sabrosa y venda menos? ¿No sería mejor esperar a confirmaciones?

Que “Bob Dylan podría ser la voz de los GPS británicos” es una falsa noticia –ha declarado el interesado– que le han colado a lo más granado de los periódicos del mundo.

¿Se retractan quienes publican que tal cosa “podría” suceder cuando no sucede? Rajoy no tuvo rival -oficial- en el Congreso de Valencia, y Zapatero no redujo los ministerios.

Pero la especulación cala. Y al cabo de un tiempo la sociedad cree que ha sucedido lo que no ha sucedido. Y aún discute y afirma los bulos que ha leído, visto o escuchado. De forma que el «podría» inicial se convierte en certeza. De «podría haber persecucción política» a «(hay) persecucción política», entre mil ejemplos.

En consecuencia, cuando veamos el «podría», debemos pensar que en el futuro será una noticia… o no. Caminamos sobre un suelo de fango que no aporta seguridad alguna. ¿O no?