Urnas para los griegos, ansiolíticos para los Mercados

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Los griegos vuelven a las urnas y regresa también la feroz campaña del miedo para que no voten a Syriza, la coalición de izquierda que se quedó en puertas del triunfo en Junio de 2012. Fue un gran éxito del conciliábulo neoliberal: la Troika (BCE,UE, FMI), Merkel, todos los gobiernos afines, sus bancos, todos sus medios y asesores. La coacción fue abrumadora.

 A los griegos, además, les habían destituido a su jefe de gobierno Georgios Papandreus porque pretendió consultar en referéndum a la ciudadanía sobre los durísimos nuevos recortes que les decretaban.  Les colocaron, a dedo, a Lukás Papademos, vicepresidente del Banco Central Europeo, y decidieron quién tenía que ganar en los siguientes comicios: los que estaban, es decir, Nueva Democracia y el PASOK. Aquellos a quienes Goldman Sachs había ayudado a maquillar las cuentas del Estado para entrar en la UE. En estos momentos siguen apostando por los mismos: La Familia.

Desde 2010 estamos viendo sucumbir a los griegos.  Un país de instituciones corruptas y en el que muchos ciudadanos se apuntaban, siquiera con su comprensión, a las migajas de la fiesta. Como en España. Su máximo error fue, sin embargo, votar a quienes les llevaron a la bancarrota. Y se lo están haciendo pagar con sangre. Aquellos primeros 110.000 millones de euros de rescate (cuando a los bancos se le habían dado ya 1,6 billones declarados) les costaron la soberanía, prácticamente la democracia, y la vida en muchos casos. Los insostenibles recortes a la población para pagar la deuda han sumido a Grecia en la pobreza extrema. Sus ciudadanos fueron los primeros en salir a la calle para protestar, el gobierno (el democrático) llegó a gasearlos a niveles casi letales. Por eso se organizaron en política para concurrir a elecciones.

Vemos escenas griegas que parten el alma. Les han quitado todo. Educación, subsidios, pensiones, sus casas, sanidad. Tres millones de personas, más de la cuarta parte de la población,  se han quedado sin cobertura. Lloran, lamentándose de que después de cotizar durante  años, se van a morir en la calle. El cáncer solo se atiende ya en estado terminal. El tratamiento para la hepatitis C que racanea el gobierno español –con su secuela de muertes rotundas, sin eufemismos- es una anécdota frente al dolor de los griegos. Han tenido que organizarse entre ellos. Cooperativas de voluntarios que cuidan unos de otros, mientras su gobierno vela… por los intereses de los mercados. Con la Troika que, por ejemplo, pidió cerrar los ambulatorios de atención primaria. Con todos los asesores y voceros del mundo  que pontifican desde los medios, en España también, amenazando con el grave peligro que, en su opinión declarada, representaría la llegada al gobierno de Syriza.

 “Es que los mercados entran en pánico” escuchamos de continuo. Por eso precisamente se ha despeñado la bolsa griega y tiembla el resto. Son muy sensibles los  mercados, bipolares. Pasan de la euforia al miedo, por lo que interpretan como amenaza a su poder. Cuesta más entender cómo se nos pide mimo hacia «los mercados» sin exigir en absoluto la misma reciprocidad. A los poderes financieros no les importa en lo más mínimo lo que nos ocurre a los ciudadanos. Ni siquiera el daño que ellos mismos producen. Asombra que se admita esa posición dominante como lo más natural y que desde la UE, gobiernos varios u organismos internacionales como el FMI se defienda esa arbitrariedad.

 Llegados a este punto, hay que recomendar a los mercados que se traten con ansiolíticos. Bien es cierto que acuciados por la preocupación, se les despierta el pragmatismo y rebajan cuantías y extienden plazos como sucedió en Islandia, e igual pueden moderar la dosis terapéutica.  Si el nerviosismo es muy agudo y alguno de ellos entra en quiebra, pueden irse a vivir debajo de un puente como han mandado a tantos ciudadanos. Cuando, además, habían costeado sus errores por la generosidad de los gobiernos.  La jugada del 2008 les salió perfecta, aún deben estar riéndose de Sarkozy cuando dijo aquello tan jocoso de que había que refundar el capitalismo. Les refundamos sus balances con colmo y todo.

 Lo sucedido en Grecia nos da lecciones de enorme trascendencia. Son y serán aplicables en España que sigue los pasos calcados del vecino mediterráneo. La estabilidad de los mercados, su sosiego y felicidad, no pueden edificarse a costa del bienestar y de la vida de millones de personas. No puede ser ése el parámetro que rija para condicionar la democracia.  No se nos puede quitar todo para engrosar sus ingentes beneficios. Así funcionan quizás las empresas, no los países, no las sociedades compuestas de personas. Las que, para mayor escarnio, pagan este obsceno tinglado con sus impuestos y, según pretenden, a cambio de nada. No es nada personal, son negocios.

 De otro lado, vemos el derrumbe absoluto de la socialdemocracia. Ya no hace falta darles cancha. Y ahí, siguiendo los pasos de Blair y el Felipe González de hoy, del último Zapatero, de la actual cúpula del PSOE, tenemos al Mesías delsocioliberalismo –dicen que le llaman-, Manuel Valls, pregonando en turné  que la socialdemocracia está obsoleta, y abriendo la puerta de par en par a la ultraderecha. Ellos y toda su corte de economistas, asesores y periodistas. El PASOK paga coaliciones y tibiezas desapareciendo casi del mapa en los sondeos. Seguro que alguien protesta oponiendo que tienen buenas intenciones y precisan una oportunidad.

 Nos están obligando a tragar un único camino: el capitalismo… salvaje. El que arrasa con todo. Y se muestran fuertes en su posición. Haber colocado al Juncker de LuxLeaks al frente de la Comisión Europea es toda una declaración de intenciones. Es el primero, ya saben, que se permite recriminar a los que votan “mal”. O sea, a Syriza en Grecia, a Podemos, llegado el caso, en España.

 ¿Y así existe alguna posibilidad de salirse del carril decretado? ¿Qué conserva todo esto de Democracia? Por si les queda un resquicio de vergüenza, habrá que intentarlo. Hoy Grecia, la sociedad griega, está peor que estaba en todos sus parámetros. La tragedia de la mayoría de la población ha sido inútil, porque a «los mercados» nunca les basta. Como aquí. Aún han tenido, la UE, el FMI,  la desfachatez de admitir que quizás se equivocaron en las condiciones y previsiones del rescate. Pero no por eso rectifican. Total, solo pagaban los errores unos ciudadanos que no eran Mercados de alcurnia. Fueron sus cobayas e insisten en que lo sigan siendo. Así será si se dejan. Por si acaso, lo primero que ha hecho el contrito FMI es quitarles la ayuda hasta que haya nuevo gobierno. Nada inocente jugada.

 La economía financiera -que es básicamente a lo que se dedican- no da de comer más que a ellos. Opíparamente, por cierto. No es fácil, pero el único camino digno es intentar otra salida, un cambio. Por esta vía, ya tenemos la seguridad de que no funciona. Alguna vez ocurrirá que, en la vida real, millones de Davides ganen a Goliat.

Alicia en la Europa de las maravillas

La frase procede del economista José Carlos Díez. No dejamos hoy de oír, ver y leer la palabra «euforia» a raíz del apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel, a Rajoy en su visita a Madrid y de las decisiones anunciada por el presidente del BCE, Mario Draghi. Suben las bolsas, baja la prima y todos nuestros problemas se han arreglado.

Faltan unos «pequeños escollos», la letra pequeña que quiere leer Rajoy antes de pedir el rescate. El rescate, sí. Mario Dragui respondió así a la pregunta de cómo de «suave» iba a ser el nuevo rescate de España: «¿rescate suave? En absoluto. Tiene condiciones estrictas». Rápidamente le han adjudicado otro apelativo: «precautorio», es un rescate precautorio.

Bernardo Elrich ha imaginado la escena en las cocinas de diseño de eufemismos:

 Las estrictas condiciones van a por lo poco que ya nos queda: pensiones y desempleo. Rajoy dijo a la vera de Merkel que no tocaría las primeras… «en este momento».  Y queda más espacio para meter la tijera donde ya hay unos buenos rotos. Ana Mato estudia sacar del sistema de salud o de la gratuidad, mamografías o rehabilitación. Es más lucrativo curar cánceres de mama. Y más acorde con nuestra condición ir doblados de dolor por la artrosis o las secuelas de un accidente.

Rajoy es capaz de, como ya hiciera en las elecciones andaluzas (error que constatan continuamente los periódicos extranjeros), aplazar la petición de rescate y de estas medidas hasta la celebración de los comicios gallegos. Las pérdidas aumentárían.

 Los mercados están contentos, sí. Tienen dinero fresco que esnifar. Hasta que se les pase el efecto de la dosis y pidan más. José Carlos Díez explica el escenario abierto este jueves por Dragui y sus sensaciones. Tras exponer la dureza de los datos, él cree que tiene que haber una luz al final del túnel, que «algún día» se saldrá de esto, no ahora. Yo no por este camino.  O solo a costa de una ciudadanía completamente depauperada. Lo explica muy bien, merece la pena leerlo completo, ver cómo desmenuza las impresiones  y los datos. ¿Euforia? la verdad es que lo que concluye es bastante realista:

«Y luego puramente en clave española, ayer fue un día triste en el que se confirma que nuestros socios europeos nos fuerzan a perder la soberanía y entrar en un programa tutelado. Esto ya ha pasado en Irlanda y luego en Portugal. Primero te ponen alfombra roja para pedir el rescate. Luego quitan alfombra y comienza un proceso político muy complejo en el que entran en juego los parlamentos nacionales y los contribuyentes de cada país. Al final despiertas con un Memorandum largo y espeso en el que nada es sagrado: pensiones, prestaciones por desempleo, sanidad, costes de despido, etc. Cuando piensas que estás al límite de un ajuste fiscal, sólo estás al 50% de tus posibilidades.

En julio discutía sobre economía española con un ex ministro de economía de un país de América Latina que vivió un rescate del FMI. Su consejo fue “deben estar preparados para perder soberanía o el sufrimiento será aún mayor” Y en un intercambio de correos electrónicos con uno de los economistas europeos más prestigiosos se despidió “mis mejores deseos, lamentablemente va a ser un año duro para ustedes”

Este economista observador seguirá contándolo y con la confianza y la seguridad de que hay luz al final del túnel. Pero de momento, el personal ya ve la luz la reunión de ayer del BCE, pero yo sigo pensando que es otro tren que viene arrollarnos. Prudencia y espero equivocarme. Pronto saldremos de dudas».

Disturbios en Londres: una vuelta de tuerca

Existía claramente el peligro y ha ocurrido. La muerte por disparos de la policía de un joven negro, Mark Duggan, en Tottenham ha desatado una ola de violencia en Londres que ya se extiende por otros barrios y por otras ciudades. Solo faltaba una chispa. Frente a las protestas pacíficas en España o en Grecia, buscando colaborar y un futuro mejor, la británica quema y roba lo que encuentra. Una enorme diferencia.

Este Agosto tórrido donde los haya, vivimos sobresaltados por semanas “negras” bursátiles que se arrastran de lunes a lunes, incluyendo la antaño sagrada paz del descanso dominical. Los mercados campan a sus anchas doblegando gobiernos e instituciones, y una empresa privada basada en el lucro –Standard&Poor´s- se permite bajar la nota al aún país más poderoso de la tierra provocando –muy probablemente- una gran recesión mundial. Una agencia de calificación, sin más, tan desprestigiada como sus colegas Moody´s (que dio la máxima nota a las hipotecas basura causando el derrumbe financiero de 2008) y Fitch (que algo más prudente ya parece ser). Y hasta el Banco Central de Europa pierde los oremus por los pasillos (una vez que reacciona, bien es verdad, que se lleva lo suyo en hacerlo) para poner parches con nuestros impuestos que se despegarán en dos días.

Vivimos en una sociedad en la que los ricos no pagan impuestos. Legalmente menos que los demás por medios de trucos de elusión y llevándose lo grueso a no cotizar un céntimo en paraísos fiscales. En un mundo en venta en el que las facturas –cada vez más engrosadas- han de salir de las costillas de los ciudadanos de a pie. “Ajustes imprescindibles”, “reformas”, mermas en derechos laborales y hasta humanos. Lo estamos viendo en Cataluña, que tras cerrar hospitales, ahora también afronta “recortes” hasta en guarderías. En un mundo que reduce los presupuestos para educación.

Y a la vez, en el que fomenta el consumismo feroz. Los chicos de Londres quieren IPODS, IPADS, móviles de última generación, televisores de plasma, cuando los durísimos ajustes de Cameron y Cleggs están privando a las clases desfavorecidas -a las que ellos pertenecen- casi de comer y desde luego de un futuro. Pues va uno y lo coge, han pensado. Y violentamente que desfoga.

Los periódicos conservadores españoles –la mayoría- en su inmenso alejamiento de la realidad, ya tienen a sus violentos a quienes culpabilizar. “Atracadores infiltrados en el 15M”, escribía el otro día el ABC, “Radicales, extranjeros y con antecedentes, detrás de los «indignados».  Llevan haciéndolo varias semanas con los pacíficos españoles. “La crisis económica no puede convertirse en la única explicación de los episodios de violencia que se están multiplicando en Europa”, escribe hoy en su editorial ¡El País! ¿Dónde ha estado la violencia en España, en Grecia? ¿En las cargas de la policía que, por ejemplo, gaseó  literalmente a los manifestantes griegos? Lo de Inglaterra es otra cosa muy diferente. Una vuelta de tuerca. Una revuelta hija de un tiempo de consumismo, deseducacion, desinformación, y flagrantes injusticias.  ¿Se justifica todo esto? No. En ningún caso. Se explica. Llamo la atención sobre que los problemas de fondo no han cambiado un ápice, se agravan cada día. Peligrosísimo camino: suele acabar muy mal.

¿Quiénes son los «mercados»?

David Fernández nos los presenta en este artículo: «Las manos que mecen los mercados»…. Observaréis que ninguno fabrica nada. Sí, aire. Y ese aire mueve millones y millones de dólares, de euros. Lo peor es que también asfixia a los ciudadanos (en ausencia o connivencia de los políticos).

«Los actores principales son los fondos de inversión. La inversión colectiva maneja activos por valor de 18 billones de euros. El 41% de ese dinero está invertido en renta variable, el 21% en bonos y el 18% en renta fija a corto plazo (money market). Los intereses de los ahorradores anglosajones son los que priman: el 55% del dinero invertido en fondos procede de EE UU, el 32% de Europa y el 13% del resto de regiones mundiales.

La mayor gestora del mundo es Blackrock. Esta entidad maneja una suma de dinero equivalente a dos veces el PIB de España y su presidente, Laurence Fink, es uno de los hombres más influyentes (en octubre pasado le recibió el rey Juan Carlos en Zarzuela) del orbe financiero. En el área de renta fija la principal referencia es la gestora Pimco (patrimonio superior al billón de euros). Su presidente, Mohamed A. El-Erian, es columnista habitual del Financial Times y la carta mensual de su gestor estrella, Bill Gross, tiene una gran influencia en el mercado de deuda. Tras el pulso político vivido en Washington en torno al techo de deuda, Gross ha calificado a EE UU de «república bananera». Este gestor ya lanzó una puya a España el pasado año al recordar que nuestro país había suspendido pagos 13 veces en los últimos 200 años.

Tras los fondos de inversión, los siguientes protagonistas son los fondos de pensiones. Los productos de jubilación manejan casi 14 billones de euros (invertidos principalmente en renta fija)…

Seguid leyendo porque falta lo mejor, los «hedge funds» por ejemplo, desencadenantes -impunes- de la crisis de 2008 que ahora son quienes  deciden por encima de los demás…

Los «mercados» hacen su agosto

Ni acuerdos en EEUU, ni la infinita y eterna comprensión de la UE, los «mercados» se están forrando esta mañana.

El diferencial de la prima de riesgo española alcanza (a las 9,45) los 405 puntos, con una rentabilidad para los «inversores» superior al 6%.

  Con los países «rescatados», les va mucho mejor . Los bonos irlandeses se disparan  a 866 puntos básicos, con un rendimiento del 10,964%, y  los griegos ya van a 1.256 puntos, que rinden un 14,795%.

   Recordemos que los bancos, principales «inversores» y «mercados», reciben el dinero al 1%.

  Pedro J. Ramírez les anima, entusiasta, desde El Mundo, haciendo campaña para el Partido Popular.

No se puede borrar la historia

 Aunque creo que se intenta con denuedo y a veces se consigue, me parece interesante este artículo, «No se puede borrar la historia», que firma en Público,  Robert Reich es Exsecretario de Trabajo de EEUU. Catedrático de Políticas Públicas en la Universidad de Berkeley. Autor de ‘Aftershock’:

El gobernador de Maine, Paul LePage, ordenó a trabajadores públicos que retiraran del vestíbulo del Departamento de Trabajo de ese Estado un mural de 11 metros que describe la huelga de 1937 en Auburn y Lewiston. También recoge la imagen icónica de Rosie la Soldadora, quien en la vida real trabajó en Bath Iron Works  (uno de los mayores astilleros de EEUU, situado en Maine). Un panel del mismo mural muestra a uno de mis antecesores en el Departamento de Trabajo de EEUU, Frances Perkins, quien fue enterrada en Newcastle, Maine.

La Administración LePage también se encuentra en el proceso de rebautizar salones que han llevado los nombres de líderes históricos del movimiento obrero, como lo fue la exsecretaria Perkins.

El portavoz del gobernador ha explicado que el mural y los nombres de las salas de conferencias “no se ajustan a los objetivos del Departamento en favor de los negocios”.  ¿Estamos en Estados Unidos?

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Mercados, sí, bwana

Portugal es la víctima más reciente del neoliberalismo. Resulta asombroso contemplar la naturalidad con la que los informativos nos cuentan los problemas a los que ha llevado a nuestros vecinos su deuda. Asumiéndolos como normales, sin antecedentes ni contexto. Cómo tiene que dimitir el presidente porque no le acepta el parlamento su nuevo plan de ajuste. Ver acudir a Sócrates compungido a rendir cuentas a Bruselas. Asistir al nuevo dedo en el ojo que meten a Portugal las agencias de «rating» bajando su calificación. Asumir en el horizonte portugués –y en todos- más y más “austeridad”. Para los ciudadanos de a pie, naturalmente. Y cómo éstos siguen la peripecia tan tranquilos aparentemente.

En 2008, 13 de Septiembre, emerge una descomunal crisis financiera que ha llenado los bolsillos de bancos y “mercados” con cuantiosas ganancias basadas en la nada (y en fraudes). Se les inyecta dinero público para mantenerlos porque… “son demasiado grandes para caer”. Sólo en EEUU, 70.000 millones de dólares. En Europa país por país, e incluso el Banco Central Europeo interviene aportando 30.000 millones de euros.

Y, héteme aquí, que le dan la vuelta a la tortilla.

Acudo a Alberto Garzón y Juan Torres para explicar cómo y con qué consecuencias:

 1) Los bancos también tuvieron un papel clave en la especulación contra la deuda pública. Cuando los Estados se vieron obligados a salvar a la banca y a desembolsar dinero público en diferentes programas de estímulo para evitar una catástrofe mayor tuvieron que incrementar sus niveles de deuda pública. Y esta deuda fue financiada, paradójicamente, por la propia banca. Así, mientras los estados estaban prestando dinero a la banca a bajos tipos de interés (con el objetivo de que la banca lo prestase a empresas y familias), ésta estaba dedicando ese dinero en comprar deuda pública. El resultado era la permanencia de la recesión, el incremento de la deuda pública y el crecimiento de los beneficios bancarios.

2) Muchos de estos fondos y otras tantas entidades vinculadas a los bancos están registrados en paraísos fiscales, de forma que no pagan impuestos con los que financiar los servicios públicos. Esto invierte el sentido de los sistemas fiscales, ya que al final los servicios públicos acaban financiándose por aquellos sectores que no pueden evadir impuestos (las clases populares) mientras que los bancos y las grandes fortunas apenas contribuyen. Esto repercute necesariamente en una peor calidad de los servicios públicos, lo que se utiliza a su vez como excusa y justificación de su privatización .

3) En efecto, los bancos aprovecharon su desigual poder y cultura financiera ante los individuos para imponerles condiciones leoninas y realmente explotadoras, creando de esa forma el método de punción de riqueza que sustentó la burbuja financiera. La banca creó nuevas formas para el pago de las hipotecas, con nuevos y complejos tipos de interés que confundían a quienes suscribirían nuevos contratos. La gente, obligada en muchos casos por las circunstancias a tener que endeudarse (por los bajos salarios, la necesidad de una vivienda y la retracción de los servicios públicos) fue manipulada y engañada no sólo por los agentes bancarios sino también por los brokers o comisionistas, quienes eran contratados por los bancos para ampliar su cartera de hipotecas y cobraban en función del volumen total suscrito. Grandes beneficios para la banca a costa del empobrecimiento generalizado de la población.

Rajoy está contento con lo sucedido en Portugal. Dice que los países necesitan a veces un revulsivo (lo que hace vomitar). El presidente se va y llega otro. Con su acierto habitual, el candidato del PP entiende que el nuevo titular del gobierno es… un revulsivo. Lo que hace vomitar.

La desmemoriada sociedad no recuerda “El papel de las derechas en el desempleo estructural de España”.  Pero las políticas neoliberales son también aplicadas ahora por los socialistas. Y el sector “izquierda exquisita” anda en el cauce canalizado de la consignas incuestionadas. Optimista por naturaleza, espero que quede por ahí alguien, muchos, incontaminado.

¿Quién dice a los especuladores, a la inefable UE azul, sí, bwana? los gobiernos. Los que elegimos. Los que decide esta ciudadanía informada y con criterio. Y protestas ni una que todo son asuntos internos.

Igual habría que volverse “mercado” e irse a especular a Portugal que en nada lo venden a precio de saldo. Es un país que adoro. Pobre Portugal vecino de barbas en remojo.

Una buena noticia: El presidente de Yemen se declara dispuesto a ceder el poder pacíficamente. Menos mal que los yemeníes se las han apañado solos. Y no todos los dictadores son San Gadafi. Si es que una se anima con cualquier cosa.

Caos en las aulas

En la clase estamos muy preocupados. Algunos, bien es verdad. A la mayoría de los chicos se les ve muy entretenidos con piruletas, la nintendo, móviles y ordenadores en los que husmean el tuenti. Nos los dieron a todos, pero unos pocos preferiríamos estudiar, ya que estamos aquí, para llegar a ser adultos de provecho. Cada cosa a su hora.

Hoy ha venido una profe adjunta y nos ha dicho que está muy feo descargarse cosas por Internet. Que eso es robar. Y que no lo vamos a poder hacer nunca jamás. Claro que la hemos visto por los cristales hablar muy compungida con unos catedráticos norteamericanos que mandan mucho en el colegio, no sabemos por qué, y que gritaban ni se sabe. La profe ha señalado a unos cuantos de la clase con el dedo y hemos podido deducir que pedía ayuda a sus superiores estadounidenses para que convencieran a los díscolos. Entre los líderes de grupo, naturalmente, los chicos normales que protestan no veas las palizas que se llevan. En eso el profesorado es muy ejemplarizante, hasta al ejército han llamado en algunos casos.

Iban todos de un lado para otro. Algunos más de la clase han prestado atención, no muchos. Nacho, que es un alumno muy responsable, nos ha explicado a todos los que pasaba. Pero, entonces, han llegado unos señores que parecían empresarios, con unos trajes estupendos y relojes de marca en sus muñecas, han agarrado por la solapa a la profe adjunta y le han espetado con autoridad: O se para lo de Internet o ponemos a todos los alumnos, sin faltar uno, de cara a la pared. No sabemos bien qué pasará aunque se ve que quien más grita, es quien gana.

Con ser desagradable el incidente, no es ni con mucho lo peor que nos está pasando. Porque día sí, día no, se presentan en la clase unos tipos con muchas ínfulas. Se llaman “mercados” nos ha contado el profe, todos los profes nos lo cuentan. A veces vienen ellos en persona, otras -las más- nos mandan a sus delegados que disponen de muchos.

En lo que va de curso, nos han quitado los libros y los cuadernos, las mochilas, la pizarra, una pata de cada silla –con lo que es un suplicio mantenerse en equilibrio-, el bocadillo de media mañana y el postre. Las nintendo y todo eso no, el profe asegura que las necesitamos para estar contentos. A algunos nos parece que el profe sufre, pero es que todos vociferan mucho y bastante tiene con ir como una peonza por todo el recinto a atender lo que pide quien presiona más.

Ahora han venido, en medio de semejante guirigay, unos gafapastas que dicen ser de la OCDE ¿qué será eso? Sector mercados, sin duda. Han dado un empujón al profe y se han sentado en su mesa. Nos dicen que vamos a tener que dejar la escuela porque el mundo nos necesita trabajando. Ya. Para cobrar una pensión a los 70 años, precisamos emplearnos desde muy jovencitos. Anuncian que lo de los subsidios ya veremos, de todos modos, que se gasta mucho en eso. En realidad, vamos a tener que pagar por trabajar y muchas otras cosas que nos andamos pasando unos alumnos a otros en notas, muertos miedo, porque muertos de miedo estamos todos:  los mercados lo exigen, para ganar ellos mucho dinero, y comprarse muchos coches, y pisos, y joyas, y manjares, y viajes paradisíacos.

El profe, que parecía tan majo, anda de lado a lado del aula. Nos están quitando los zapatos, los guantes, las bufandas, los anorakcs, mientras, él sonríe para que no se enfaden los mercados.

Muchos alumnos siguen jugando con el ordenador. Algunos aprovechan el desconcierto, para mangar las tizas, los punteros, la pantalla, las mesas, que eran de todos. Nos cobrarán entrada hasta para salir al recreo, y el que quiera jugar a la pelota, o subirse a un columpio, tendrá que cotizar lo que ellos estimen. Los veo muy espabilados, creo que van para mercados. Y se entrenan desvalijando cuanto pillan. A mí, sin ir más lejos, unos chicos me han vaciado el bolso. Ni el móvil me han dejado.

Algunos de mis amigos dicen que esto hay que pararlo. Unos proponen romper los ordenadores en protesta por eso de Internet, otros dicen que hay que centrarse en que no nos sustraigan las simientes del jardín, los más que habría que asomarse a la ventana a pedir ayuda a ver si alguien nos oye.

En la puerta aguarda un profe nuevo. Con venerable barba cana. Da un paso hacia delante, otro hacía atrás, y vuelta a empezar. Dice que nos enseñará el Catón, origen de todos los principios, y que preguntará a todos lo que queremos, para ver si le dejan hacerlo. Los mercados le sonríen y le dan palmaditas en el hombro. Se ve que el profe nuevo es un hombre feliz, nunca soñó que llegaría a ocupar ese puesto, en realidad él iba para registrador de la propiedad ¡qué edificante historia de superación personal! Por eso, está radiante. No como el todavía titular, esta pobre, hoy, marioneta, que sigue deambulando por el aula, tapando agujeros, y destapando todos los boquetes que le piden sus superiores.

Cada día estoy más preocupada. En realidad, de lo que más tengo ganas es de gritar. Y eso que por todas partes me aconsejan que no me inquiete. Apenas nos queda nada. Sólo una enorme pantalla de televisión. Con voces muy sonoras, tranquilizadoras y monocordes.  Y, en efecto, en ella nos aseguran que todo va bien.

La mutación del ave del paraíso

Circula por la Red un vídeo de enorme éxito que muestra un prodigio de la naturaleza. Lo rodó la BBC que aún sigue siendo una televisión –pública- generadora de contenidos, a pesar de los mercados. Por el momento, al menos. Y llevo un rato meditando sobre lo que he visto.

El ave del paraíso es un pájaro de Nueva Guinea Papúa. Y tiene un empeño: conquistar a una pajarita. Para ello estima que ha de sorprenderla, alucinarla, y así caerá rendida a sus patas. Y muta.

No sé si la Naturaleza se imita a sí misma, pero vivimos tiempos de grandes transformaciones. Los socialistas se transfiguran en neoliberales y demagogos, y nos decretan estado de alarma, mientras permiten que las eléctricas nos suban el recibo de la luz un 10%, tras el 7% que ya se incrementó el precio este año, y ven cómo pagar menos en pensiones arguyendo no sé qué de la esperanza de vida, mientras no cortan las prejubilaciones y el 40% de los jóvenes están paro. ¡Alehop! prestidigitación. Claro que ellos conservan unos retiros estupendos en nombre de su excelsa labor en beneficio de la sociedad. Y dicen, también,  que «quien reta al Estado paga», que «no toleran chantajes«… mientras pierden las plumas por tranquilizar a eso que llaman los mercados. No sabemos cuál es su meta. Conquistar a la sociedad parece que no. Será a los grandes emporios. ¿Para qué? ¿Para lograr su amor o qué?

Los conservadores no mutan, nada, nada, lo suyo no es mutar, sino mantener las esencias, cuanto más rancias mejor. O quizás sí transforman algo: su pasado con el fin de aparecer como tiernas palomas. Pero también agitan el plumaje al sol para cegar el raciocinio, y en este caso sí, lograr su deseo: la cópula perfecta, la que desahogue su instinto urgente. La pajarita puede darse por preñada.

Los mercados, los grandes poderes, no se disfrazan ya: evolucionan. En gavilanes, en cuervos. Ni se molestan en el baile del cortejo, aprietan con sus garras los gaznates, hincan su pico donde les place,  y ya tienen a los políticos, a la UE macrosoberana, al FMI y demás retahíla,  y a muchos medios de comunicación para danzar en ángulos perfectos y crear ilusiones ópticas.

El ave del paraíso de Nueva Guinea Papúa se embarca en tan poderoso esfuerzo por amor, o por deseo, o por lograr un instante de placentero goce sexual. Aunque no, parece que estos machos van con intenciones serias: a sus malabarismos los califican los expertos de “nupciales”. La hembra Paradisaeidae (su nombre científico) debe ser bastante exigente y selectiva. No es un efecto. Científicos han estudiado y explicado cómo puede darse semejante fenómeno.

Sigo meditando sin embargo: quizás la hembra es bastante más condescendiente de lo que parece, por qué hace falta tener muy atrofiado su único ovario operativo para ceder a las pretensiones de este macho, en lugar de salir corriendo. Está pajarita está muy tonta. Tanto como nosotros. No me lo negaréis.

Comienza un nuevo día de la marmota

Mientras los viajeros en tierra lloraban en los aeropuertos y la ciudadanía se irritaba con los privilegiados controladores –más que nadie muchos privilegiados periodistas-, mientras nos lo contaban exhaustivamente y el gobierno decretaba el estado de alarma, la gasolina registraba un subidón épico: un 3,36% en las dos últimas semanas. Ya está, en España, a 1,23 euros el litro de la más común, a un paso de su récord en 2008. En la UE también se ha incrementado el precio de los carburantes. Algo más. Lo pagan, a 1,40, solo que ellos ganan el doble y el triple que nosotros de sueldo. Y no parece muy proporcional.

La debacle financiera de 2008 venía precedida de un alza histórica tanto de los carburantes como de los alimentos, convertidos ambos en materia de especulación. Ahora hay barra libre para todo.

Varios factores influyen: la depreciación del euro frente al dólar. El mayor consumo de los países emergentes. La reducción de la producción. La especulación. Me ha encantado este titular tan descriptivo: “Apetito por las materias primas”. Los mercados, entiéndase. Nada, chicos, no os privéis. Todo ello para que el barril de Brent ande ya por los 91 dólares en tendencia alcista. En el fatídico verano de 2008 se puso en más de 140.

Como vemos, el alza actual de la gasolina no se corresponde absolutamente con el precio del barril. Lo que ocurre es que los países, en especial España, lo han cargado de impuestos. En tanto, los emergentes subvencionan el combustible.

Los males que los expertos nos auguran por la elevación de la gasolina son muy poco halagüeños: subirán los precios de todo y se frenará el crecimiento. De todo lo leído, destacado ahora este párrafo:

“La subida del petróleo supone, de forma automática, incrementos en la inflación. Y eso puede llevar también al BCE a endurecer su política monetaria (subidas de tipos, abandono de las compras de deuda pública, menos facilidades financieras a la banca), como algunos consejeros del banco central piden ya. El efecto en el crecimiento también sería inmediato. En un reciente análisis, el organismo supervisor calculaba que un incremento del 10% en el precio medio del crudo restaba tres décimas al crecimiento del PIB en la eurozona en tres años. Y situaba a España entre los cinco países más vulnerables”.

Todo esto se cuenta en esas aburridas páginas económicas de los periódicos más serios. Los desinformativos de televisión siguen dando la barrila con los controladores. O dedicando un apartadito discreto –en el mejor de los casos- a las ya terribles revelaciones de wikileaks. Incluso con errores de bulto que es aún mayor delito. Puñaladas traperas y gracietas varias también tendrán preferencia. Y volveremos a llorar e indignarnos, que tanto desahoga, por la caída de una estrella del cada vez más sucio deporte de competición.

Hoy, también, es el día ése en el que se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos ¡Qué bonito cuentan que fue aquello! Y se entrega el nobel de la paz. No se entrega, vamos. Que China no deja salir a su chico, Liu Xiabo, condenado a 11 años de cárcel por redactar un manifiesto democrático. Una venteina de paises no acuden al acto, en solidaridad con China. Unos por ser tan dictatoriales como ella, otros por mantener negocios que no quieren perder. Merece la pena destacarlos, el conchabeo político tiene grados: Afganistán, Argelia, Arabia Saudí, Argentina, China, Colombia, Cuba, Egipto, Irak, Irán, Kazajistán, Marruecos, Pakistán, Rusia, Serbia, Sri Lanka, Sudán, Túnez, Venezuela y Vietnam.

Y nada, entretanto, a Assange lo tienen incomunicado. Digo yo que será para que nadie le agreda o le diga cosas feas, o le abracen con demasiada efusión. Este sábado, la ciudadanía no mediatizada pedirá su liberación y libertad de información.

Una chica de twitter, me ha recordado lo que yo digo siempre, que vivimos en el permanente día de la marmota. Con lo útil que es para todos la memoria y la cooperación.