La propina

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Escribir una leyenda

Un enrejado metálico sustentado por torres separa la zona pública y la privada del Parque de Chamberí en Madrid. Llegarse hasta esa tela entretejida que detiene el paso, permite visualizar una historia que en el fondo es la eterna relación entre los señoritos y el pueblo llano. Eterna, en España sobre todo. Una trama de desequilibrios que se repite. Por su gestación, ni siquiera por los usuarios. No falta ni un ingrediente.

Quiso el guión que fuese por entonces hasta marquesa consorte la protagonista principal. Esperanza Aguirre, convertida en presidenta de la Comunidad de Madrid gracias al «Tamazayo» en 2004, inaugura en 2007 por primera vez –hubo más– el que dice ser un complejo deportivo y de ocio en lugar privilegiado de la capital. Ha modificado el plan de Alberto Ruíz-Gallardón –que también puso una primera piedra– para construir un parque de 120.000 metros cuadrados sobre el tercer depósito del Canal de Isabel II, ubicado en un barrio, Chamberí, con 150.000 vecinos. Aguirre le va a comer un buen pedazo para destinarlo a un Campo de Golf privado. Y, claro, entre que las pelotas se salen y cualquier persona puede entrar sin pagar, le levantan el vallado. En aquella inauguración, entre gritos a favor y en contra, Aguirre se dio unos pases de fútbol con Florentino Pérez, a la sazón presidente de la empresa constructora y un par de futbolistas famosos.

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Siempre me ha parecido una propina de parque. Los usuarios habituales se han acostumbrado sin duda, pero produce cierto impacto verles disfrutar del trozo que les quedó en los bordes, frente a ese campo casi vacío por lo general. Caminar, jugar al fútbol, subir a las instalaciones del parque infantil, o sentarse, con esa vista.

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La asociación vecinal es potente y ha luchado durante una década por tener un parque completo para el barrio, escaso de zonas verdes. El empeño dio su fruto, con la ayuda del cúmulo de irregularidades que jalonaron el proyecto de Aguirre. Hasta que la justicia lo tumba por considerarlo ilegal, en doble sentencia. Vean aquí un resumen de la peripecia.

Y de nuevo la España perenne resucita. La sentencia habla de restablecer la parcela al estado físico previo a la ilegalidad, lo que implica para los vecinos quedarse también sin la propina que les dejó el PP de Madrid a través de sus sucesivos presidentes: Aguirre y González. Y, como por milagro, irrumpe un afamado tertuliano especializado en estas labores y cuenta al vecindario que todo es culpa… de Podemos y un sector díscolo del PSOE. Ante hechos ocurridos, como siempre, mucho antes de nacer. El sector díscolo del PSOE, desde luego el de Podemos. Disculpen que no enlace su cosa para no contribuir a las visitas de la publicación.

¿Y los vecinos? Las dos actitudes del manual. De un lado los que nunca se movieron y ahora culpan a los que sí lo hicieron de quedarse sin el algo es más que nada. Niños llorosos que no van a poder jugar al fútbol llegaron en protesta por alguna parte, ancianos que tampoco van a poder bajar a pasear. Del otro, el mayoritario, un cúmulo de propuestas para mantener las instalaciones existentes y añadir nuevas en el terreno ganado. Y, sin duda, tirar el separador de tela metálica. Parece que las instituciones implicadas, Comunidad de Madrid, Ayuntamiento, Canal, tienen buena disposición al arreglo. Si no se cruzan otros intereses.

Lo llamativo es la aceptación de la propina en lugar de los derechos. El ataque al mediador. El dardo envenenado convertido en noticia, tan oportuno. De esta forma, la parábola del parque propina ayuda a ver una realidad bastante más general de lo que se cree.

Empleos, como propinas del sistema. Porque aunque es cierto que las propinas valoran servicios, a veces se convierten en versiones modernas y dulcificadas de la limosna. Con los saques que de vez en cuando da la patronal pidiendo, por ejemplo, pagar por debajo del salario mínimo a los menores de 25 años. O contando como trabajo emplearse a tiempo muy parcial. «En 2016, se firmaron 176.400 contratos de un día de duración», contaba el economista Eduardo Garzón entre otros datos igual de impactantes.

La salud y la vida incluso como propina, si nos portamos bien. En 10 años el Estado ha pagado a la sanidad privada de Madrid 1.500 millones de euros, según denuncia CATMadrid, la Coordinadora antiprivatización. La factura anual es un buen pellizco mientras se deteriora la pública niveles hasta de derrumbe físico. Y pásense por otras muchas comunidades: Andalucía, Cataluña, y la mayoría que quiera usted mirar. En junio publicaba Raúl Rejón en eldiario.es otra sustanciosa historia de enriquecimiento en la sanidad a costa de dinero público. Nada raro si tenemos en cuenta que la inversión en sanidad pública ha descendido en Madrid, desde Aguirre precisamente, un 77%, según informe de CCOO.

La luz que ilumina, la electricidad llave que calienta, cuece o conserva, es otro lujo que se entrega graciosamente a los mortales. El ministro de Energía dice que hay que «acostumbrarse» a precios de la luz más altos, en momentos en los que su cuantía ha alcanzado la alarma social.

En los medios también se huele la propina de la que debe dotarse a puestos de cierta relevancia. De otra forma no se entenderían actitudes tan dóciles al mando, o a los deseos del mando.

En política, se acuerda un salario mínimo de 800 euros y luego se firma uno de 700 como un logro. Entibiar exigencias descabalga objetivos. Devaluar los sueños los convierte en propinas. El alpiste en el comedero, frente al banquete en el que otros se atiborran con el dinero de todos.

Estamos llegando a un punto en el que hasta la democracia se está convirtiendo en una propina. Su principal característica es la discrecionalidad con la que se otorga, impredecible en su cuantía y momento. Generalmente para agradecer dadivosamente un servicio. Mucho reconocimiento deben, sin duda, a la paciencia y templanza de esta ciudadanía, pero no a base de paguitas de marqués a vasallo.

En sentido estricto, los trabajos, los servicios, requieren una compensación formal y adulta. Contractual. Y las propinas sobran. De otra forma, es lo primero que se quita. Textualmente ya. Harrods, la potente cadena de grandes almacenes británica, sorprendió a los trabajadores de sus restaurantes hace unas semanas requiriéndoles el 75% de las propinas que recibían de los clientes, según denunciaron los sindicatos. Difícilmente se puede llegar a mayor mezquindad y a mayor sumisión de los afectados. La degradación de los derechos, por necesidad en el caso de los empleos, es arma de doble filo. En esto, el primero que acepta marca tendencia. También recuperar terreno y derribar vallas. Porque hay veces que se baja tanto la cabeza que ya no se puede volver a levantarla.

*Publicado en eldiarioes

Lo utópico (Podemos) y lo pragmático (regalar bancos rescatados con dinero público)

La congregación lo tiene claro: las propuestas de Podemos y la izquierda en general son irrealizables. Id y comunicad la sentencia de la alta magistratura por los cauces habituales. Y la consigna vuela en todos los tonos, desde la condescendencia a la amenaza e incluso la desesperación. Alguna mosca entre los votantes se pegará al reclamo impregnado de miel. O de hiel.

 Lo auténticamente quimérico hubiera parecido un sistema en el que se paga con dinero de todos el rescate a los bancos por sus malas prácticas. Y que, como sucedió este mismo lunes, se regale prácticamente Catalunya Banc al BBVA perdiendo casi 12.000 millones de euros procedentes de nuestros impuestos, a los que prevén añadir no menos de 300 millones más para cubrir distintos pufos como las preferentes o las cláusulas suelo. Que se prime –y se logre- en general el enriquecimiento desmesurado de unos pocos a costa de la mayoría. Y ahí lo tenemos. Lo irreal era imaginar que ciudadanos adultos aceptaran una merma radical de sus condiciones de vida sin rechistar, como así han hecho. Que permitieran la rebaja de sus sueldos, el restringir la comida de sus hijos o cercenarles el futuro. Devaluar su educación, repagar en sanidad llegando a prever que si cae una enfermedad cara te puedes dar por muerto si no tienes dinero para curarte. Ilusorio resultaba que personas poseedoras de unos derechos, unos servicios y una vida perdieran tanto y no montaran un auténtico escándalo. Que bajaran la cerviz ante el brutal aumento de las desigualdades que han traído políticas deliberadas para llegar a ese fin. Pero ha sucedido.

 A cualquiera que le hubieran dicho hace 5 años que tragaría lo que ha tragado, no lo hubiera creído. Sería digno de ver cómo se expresan los ejecutores en sus reuniones, deben estar asombrados de que cuele tanto atropello, tanta mentira, tan burdas consignas. A alguno de ellos –como Santamaría o Montoro- hasta se le escapa a veces una risa burlona.

 Las aberraciones que pasan por ser de lo más coherente y ortodoxo tienen un amplio recorrido.  Por ejemplo que un gobierno pague a una empresa que produce terremotos  (de Florentino Pérez por más señas) dinero público para que cese esa actividad. O que hayan quedado impunes las muertes de seres humanos a quienes se disparó pelotas de goma en Ceuta mientras nadaban indefensos. O que se maltrate de forma alucinante a los enfermos. Como al que han reducido su pensión de invalidez absoluta, entendiendo que «ayudar a los enfermos es como un trabajo» y que igual no está tan malo. O que sancione la presunta bondad de la Reforma Laboral su inspirador, devenido en presidente del Tribunal Constitucional por el cupo de jueces que pertenece al PP. El propio hecho de que los tribunales de Justicia se formen por cuotas de partidos da idea de la calidad de nuestra democracia que, por definición, establece la separación de poderes.

 Pura ficción hubiera parecido que se fuera convenciendo sucesivamente a la opinión pública de que “alquilar es tirar el dinero”, “comprar es una inversión que siempre se recupera”, “te dimos la hipoteca por un valor, pero ahora que no puedes pagar las cuotas, se ha depreciado que no veas”,“vete a la calle que este piso es del banco y encima le debes dinero” y “ni se te ocurra acercarte a parar el desahucio que te clavo una multa de 30.001 euros”. ¿A qué eso hubiera parecido por completo absurdo?

 Lo delirante era suponer que un partido con caja B –según confirma la policía judicial, el juez y Hacienda- siga tan campante al frente del gobierno. Que continúen cobrando sobresueldos –al menos los que según Rajoy “cobra todo el mundo” por no hablar de que para algo estará ahí esa caja de dinero negro- y que se atrevan a hablar de regeneración. Habrá que oír sus carcajadas sin micrófonos.

 Lo fantástico es comprobar que todo esto y mucho más es obviado o aligerado por unos medios de comunicación entregados al poder o al dinero que palia su ruina (por una temporada al menos). Porque algunos políticos ya habían avisado –siquiera en conversaciones grabadas- que entraban en esto “para forrarse” o que pretendían joder a los perdedores en las urnas, como dijo en sede parlamentario la diputada popular Andrea Fabra en aquellos inicios prometedores. Pero, como periodista, me cuesta entender, me parece irreal, que existan personas amparando, desde la manipulación de la verdad, los atropellos a una sociedad a la que deberían prestar un servicio público. Lo asombroso es que pase por información la propaganda, por debate el espectáculo, por periodismo los intereses de partido y de empresa.

Cuando la congregación de notables afirma que una política diseñada para el bien común es utópica ¿en qué razones se basa? Dado que económica y socialmente es viable otra fiscalidad, la persecución del fraude, exigir la devolución de lo robado de las arcas públicas, o –entre otras muchas medidas- recuperar sectores estratégicos que muchos países incluso con mayoría de derechas conservan ¿Por qué dicen verlo irrealizable? El ataque de terror a que otra forma de organizarse les levante de la poltrona, es de una evidencia diáfana. Alguna desequilibrada anda como una peonza pasándose de vueltas. Entonces, ¿a qué se refieren?  probablemente a que los poderes fácticos –buena parte de ellos mismos, para concretar- no permitirán que se alteren sus beneficios y prebendas. Y a que ellos, no solo no pondrán el mínimo reparo, sino que contribuirán a que todo siga como está. Sea cual sea la forma que se elija para detener el avance de la sociedad. Entonces ya estaríamos hablando de otra cosa, no de política realista. Ni siquiera de política.

Cuando un político, por muy bien intencionado que sea, afirma que es utópico atenuar las desigualdades y acabar con los recortes y abusos, que una vez que llegas al poder las cosas cambian, debe reconocer su impotencia y marcharse. Dejar sitio a otra persona que obre para lo que fue elegido: representante de la sociedad, uno más que trabaja por ella. No para sí mismo o para su grupo.

Y aquí estamos, con un sistema en el que la corrupción a todos los niveles y por múltiples flancos nos enfanga. Con una deuda pública disparada a un insólito 97% cuando “venden” recuperación. Saqueados, empobrecidos, engañados, insultados, apaleados, amordazados por leyes hechas para mantener los privilegios de unos pocos. ¿Esto es lo pragmático, lo realista?

 ¿Cuándo van a entender que hay amplios sectores de la sociedad que están hartos de ellos? ¿De qué se sorprenden? Llega un momento en el que, lejos de ser utópico, resulta de los más práctico asegurarse de que uno va a poder vivir con lo que gana, curarse si enferma, llegar a la vejez con una pensión digna, poseer derechos, no sufrir humillaciones en su dignidad, defenderse de las agresiones con una recuperada y regenerada justicia, ser libre y hasta feliz. Que como varias de mis amigas, jóvenes periodistas, podrán ejercer su profesión honestamente, en lugar de trabajar de dependientas en Primack, cajeras en Ikea o realizar innumerables masters para luego, preparadísimas, no encontrar trabajo. En la línea de muchos otros profesionales de cualquier actividad.

  Lo práctico, lo posible, lo conveniente, es acabar por la vía de las urnas con este sistema que hizo posible el sueño de pisotear a toda una ciudadanía haciéndole engullir que eso es lo normal y lo realista.

*Publicado, con título corto, en eldiario.es

Wyoming: Wert es un mentiroso compulsivo

Lo ha encontrado Àngels Martínez Castells que lo incluye en este artículo de imprescindible lectura.

No vamos a tener ni dónde caernos muertos

Perdida en una noticia local, encuentro que Ana Botella -la alcadesa de Madrid a la que nadie votó para el cargo- ha acordado disolver la Sociedad Mixta de Servicios Funerarios. La gran privatizadora consorte nos está vendiendo todo el sector público, y hasta los cuadros para pagar pufos, pero esto de no tener donde caernos muertos me parece ya concluyente.

Un rosario kilométrico de nuevos atropellos nos sacude esta mañana como sucede a diario, de todo signo, pero quizás convenga hablar de esto. Morirse es cosa seria, definitiva sobre todo. Y las políticas que sigue el PP nos abocan conminatoriamente a ello.

 

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No puede expresarlo mejor El Roto. El recorte de pensiones se ha “argumentado” así: la culpa es nuestra por vivir demasiado. Muénrase antes, todos, e igual mantenemos lo que teníamos, no más, claro. La gente pobre, aunque se haya empobrecido por medidas erráticas deliberadas, es cara. Por eso empezamos desde niños a matarlos de hambre. Cuenta Fernando Berlín cómo los medios internacionales están alarmados por los datos del incremento de la pobreza infantil en España. El prestigioso ‘British Medical Journal’ ha elaborado un informe afirmando que los recortes en sanidad en nuestro país están poniendo vidas en peligro, que aumentan las enfermedades. Ellos andan a lo suyo, con sus sobres y sobresueldos y, como nos cuenta un juez afectado, presiones a la Justicia en busca de dificultarla. La Fiscalía entregada a conseguir que se declara nulo el juicio a Blesa. ¡La Fiscalía!

Y la masa de apoyo a estas atrocidades , el percebismo congénito,   imperturbable.

Botella heredó la alcaldía de Madrid como Ignacio González la Comunidad de manos de sus edificantes antecesores y mentores Gallardón y Aguirre. González, entre su “reforma” de la sanidad pública y la drástica retracción del fomento del empleo, también trabaja por la causa: un Madrid para gente de bien. La que puede pagar lo que sea, desde el lujo al tanatorio de última hora. La chusma que palme.

No sé si Botella reactivará las fosas comunes que por Ley –todavía y hasta que se cambie si es menester- todavía han de mantenerse en la competencia municipal. Pero igual no estaba de más plantar a los muertos en las aceras hasta que alguien reaccione. Ella misma podría sentir un absceso de asco ante tamaño ordinariez e irse de por vida a consolarse en un spa portugués.

Por el momento, esta señora ya ha firmado la supresión de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios. No tendremos dónde caernos muertos. Literalmente. Y desde luego este estupendo  “ahorro”, esta sólida fuente de riqueza privada, pronto se extenderá a toda España. Otra cosa no, pero la muerte está asegurada. ¿Quién se priva de explotarla para el lucro de quien convenga? Así que, mientras tanto, a disfrutar de la vida, queridos.

La codicia del PP llega hasta a nuestra salud

Hace unos días, The New York Times dedicó un reportaje en portada a la corrupción española. De su contenido llamaba la atención su previsión de  que –tras agotar el ladrillo como fuente de lucro corrupto- ahora se va a por nuestra salud, a por nuestra vida. Palabras mayores. «Pronto, otros sectores comenzarán a ocupar el lugar de la construcción», decía uno de sus entrevistados, “el sistema sanitario, que está siendo sometido a la privatización, fácilmente podría tomar este lugar en el futuro, a menos que se realicen cambios».

Cada día asistimos estupefactos a un reguero de las graves consecuencias que está acarreando la política del PP -o la de CIU- respecto a la sanidad pública. Estamos hablando ya incluso de muertes. Varias personas con aneurisma diagnosticado que se consumen –literalmente- en largas listas de espera por los recortes  y que terminan entregando su vida al “austericidio”. Seres humanos que fallecen sin tratamiento porque carecen de tarjeta sanitaria. El último derecho que debería quitarse.

Se han mermado, precarizado,  culpabilizado e insultado a  las plantillas. Nos hacen repagar en farmacia lo que ya costean nuestros impuestos. Ya hay también quien espacia o suspende tratamientos por su elevado coste. Han cortado la ayuda a la Dependencia. Y la sombra de que a quién le caiga una enfermedad “cara” o paga o muere, es más que una sospecha de futuro.

Nos dan menos servicios por más impuestos, Mientras asistimos a los lujos y prebendas de esa “mayoría absoluta” votada… por la cuarta de los españoles, están acabando con el Estado del Bienestar. Es una de las máximas del pensamiento neoliberal.

La alerta de The New York Times va más allá y ha pasado desapercibida. No se trata solo de restar servicios a los ciudadanos en esa idea del “sálvese quien pueda” que representa esta ideología, es que se practica deliberadamente. Y con un objetivo. El empecinamiento de Ignacio González en Madrid –heredero en cuerpo, mente y alma de Esperanza Aguirre- en privatizar hospitales y centros de atención primaria, debería ser llamada de alerta hasta de los más adictos al PP. Un 70% de los españoles se opone a esa privatización, la mayoría real, pero un 30% no. Casi un tercio está dispuesto a poner su salud en la mesa del casino y para lucro de otros. Aunque vean el trasiego de puertas giratorias por las que varios consejeros de la Comunidad de Madrid, aunque no solo, han pasado a cobrar jugosos sueldos de las empresas a las que beneficiaron. La consulta imprescindible a mantener es la de la agudeza visual, la del cerebro.

Les veía estos días por la muerte de una colega. Todos (y todas). Cospedal, Soraya… Ana Mato. La autora de tanto sufrimiento no muestra empatía alguna, en cambio, hacia sus víctimas.  El Estado del Bienestar lo creó Europa tras la segunda Guerra Mundial, para reconstruirla y lograr mayor equidad entre las personas. Contribuyentes además, de una forma u otra. Ninguno de sus pilares puede ser objeto de especulación, pero, probablemente, el que menos la salud. Es lo que nos mantiene vivos. Así de simple.

Los profesionales de la sanidad pública y los usuarios racionales  están en pie. En Madrid se están recogiendo firmas para intentar parar esta loca usura. Se la pasarán por el forro de sus ricos trajes, probablemente. Lo seguirán intentando. Hasta que la marea blanca, la de todos los colores, llegue a barrer sus inmundicias.

Castilla-La Mancha, España, peligro de muerte

Castilla-La Mancha, como pionera (junto a la Cataluña de CiU) de los grandes recortes de derechos, ha decretado las tarifas a pagar por las personas a las que se les ha quitado la tarjeta sanitaria. Inmigrantes sin legalizar en España, o parados y jóvenes mayores de 26 años de nuestra nacionalidad que no cumplen los requisitos. En el conjunto del país son más de 900.000 personas que pronto pueden seguir la suerte de la comunidad regentada por María Dolores de Cospedal, secretaria general a su vez del PP.

A modo indicativo vamos a detenernos en algunos apartados porque estas medidas marcan una tónica, incluso de copagos. Eso que «estudia» Ana Mato. De Guindos incide en el asunto al anunciar «grandes novedades» en «reformas» en los próximos días. Estamos en crisis por los errores del poder financiero y de las políticas de austeridad, y eso han de pagarlo los ciudadanos. Y no por igual, con marcada intencionalidad ideológica además.

Por estancia hospitalaria se cobran 580,75 euros, con diversos tramos que varían ligeramente el porcentaje.

Si el ingreso es en el servicio quirúrgico se pone en 1.138,97 euros diarios.

En el servicio neonatal y pediátrico puede llegar a 755,94 euros, a partir del 5º día, muy poco menos los primeros.

Los precios por estancia en UVI, UCI o Unidades Coronarias serán:

Tramo 1: (5 primeros días): 1.497,53 euros.

(A partir del 6º día): 1.347,77 euros.

Tramo 2: (5 primeros días): 1.619,01 euros.

(A partir del 6º día): 1.457,11 euros.

Tramo 3: (5 primeros días): 2.824,04 euros

(A partir del 6º día): 2.541,64 euros.

Tramo 4: (5 primeros días): 1.497,53 euros.

(A partir del 6º día): 1.347,77 euros.

Se facturará aparte, y a precio de coste, los implantes, así como el resto de productos considerados de alto coste.

Procesos obstétricos.

Cesárea con complicaciones. 4.392,77 €

Cesárea sin complicaciones. 3.806,95 €

Parto Vaginal con complicaciones. 3.114,97 €

Parto Vaginal sin complicaciones. 2.369,48 €

Parto Vaginal con esterilización y/o dilatación. 3.606,39 €

Aborto sin dilatación y legrado. 1.476,98 €

Cesárea de alto riesgo con complicaciones. 6.264,49 €

Cesárea de alto riesgo sin complicaciones. 3.819,88 €

El precio por urgencias será: 222,73 euros.

Se facturará siempre, tanto si el paciente ingresa en el Centro como si es dado de alta.

Como muestra, aquí los precios de algunas pruebas diagnósticas, cuyo precio aumenta según se utilice o no contraste por ejemplo:

Tac. Por estudio simple con o sin contraste: 158,85 euros.

Resonancia magnética: 294,31 euros.

Angiografía: 817,10 euros.

Mamografía para diagnóstico: 82,62 euros.

Arteriografía: 841,56 euros.

Densitometría ósea sencilla: 92,54 euros.

Ecografía abdomen: 50,76 euros.

Estudio gastroduenal (EGD): 166,83 euros.

Fistulografía: 77,25 euros.

Radiología simple de tórax: 12,20 euros.

Pruebas de alergia que suele consistir en que el médico observe si se produce alguna reacción al tomar una pastilla o el marcado en el brazo de algunos elementos potencialmente alergenos: 183,89 euros.

Cardiología. Ecocardiograma: 93,89 euros.

Colonoscopia larga diagnóstica y terapéutica: 230,33 euros.

Gastroscopia diagnóstica: 164,51 euros.

Ecoendoscopias Gástricas: 510,56 euros

Otorrinolaringología. Audiometría: 183,89 euros

La consulta de Sintron que precisan miles de personas de forma habitual bajo peligro de supervivencia: 183,89 euros.

Enfermería:

Vacunas. Primera consulta: 114,77 euros

Consultas a Domicilio.

Sin cuidados de enfermería y sin pruebas: Primera consulta: 91,80 euros

Traslados por Servicio de Urgencias y Emergencias.

En UVI móvil: 1.033,13 euros.

En general por una simple ambulancia cobran hasta tarifas por kilómetros. Por ejemplo, por cada Kilómetro de recorrido en carretera: 2,00 euros. Y, como en los taxis,tiempos de espera (por cada hora): 19,49 euros.

Llama la atención que, además del fuerte incremento del precio en los servicios funerarios, en Castilla-La Mancha –de momento solo ahí pero pronto veremos novedades- van a cobrar la autopsia a quienes no dispongan ya de tarjeta sanitaria. Cuesta 1.803,65 euros. Por ese precio se puede matar impunemente a alguien. La vida solo es para quien, como la primera autora de estas medidas, dispone desde la nada (el De distintivo se lo añadió) de un chalé de 600 metros cuadrados, construidos en una finca de 12.000 metros cuadrados. La adquirió, junto a su marido, hace aproximadamente un año por 2,3 millones de euros.  6 policías la custodian durante las 24 horas del día, a los que hay que añadir 5 más que le dan protección personal.  ¿A que algo no cuadra?

Otoño… negro como el fondo de un pozo ¿O no?

Comienza curso con las peores perspectivas posibles. De no cambiar el rumbo de las decisiones políticas, porque soluciones diferentes las hay. Desde el 1 de Septiembre nos hemos visto más empobrecidos por las medidas decretadas que han entrado en vigor. Se cumple a rajatabla la tendencia que ya he apuntado en otras ocasiones: cada vez pagamos más por menos.

Es decir, más de 900.000 personas -inmigrantes y españoles- se han quedado sin sanidad gratuita. 417  medicamentos de uso habitual salen desde ahora del Sistema Nacional de Salud, lo que se añade al re-pago en las farmacias. El IVA ha registrado la mayor subida de la historia. Y dice Rajoy – en el mismo pueblo gallego en el que año pasado aseguró que no subiría el IVA- que es “porque no hay otro remedio para pagar los servicios sociales». Casualmente, solo se puede recortar de ahí. Se puebla Internet con los vídeos en los que Rajoy aseguraba que el IVA es “el sablazo del mal gobernante”. O Soraya Sáenz de Santamaría  –cuando lo elevó, menos, Zapatero- planteando -con la misma convicción y firmeza que cuando sentencia lo contrario- que sería «la puntilla para las clases medias.» Tenían razón entonces, es así. «Las mentiras tienen las patas muy cortas», como decía Esperanza Aguirre.

Lo ha ordenado “Bruselas” en realidad, lo mismo que el BCE, el FMI, a cambio del dinero que nos da para rescatar a los bancos.  A los neoliberales solo les interesa que paguemos a los especuladores. Zapatero era responsable por sí mismo cuando empezó a seguir estos mandatos, Rajoy no tiene culpa alguna: la cosa viene desde fuera.

Pero, además de las involuciones ideológicas, del cambio de modelo social en el que se ha aplicado como nadie el Gobierno del PP, tenemos los resultados de las políticas económicas. Estamos en recesión, a punto de un segundo rescate (esta vez para el país entero que obligará a más recortes y más dinero y derechos a exprimir de nuestros bolsillos y de nuestras vidas), las cifras de paro han subido en verano lo que no ocurría nunca y lo harán mucho más en otoño. Es la consecuencia lógica de la reforma laboral.

Dice Rajoy que han gobernado mucho y bien. Jalea sus desastrosos decretos. Pero lo cierto es que también en cuanto a la gestión su labor ha sido nefasta: el déficit del Estado supera en los 7 primeros meses del año, el objetivo propuesto para todo 2012. 4,62% del PIB frente al 4,5 que Europa amplió desde el 3,5%. Ha gastado 48.000 millones más de lo previsto, que es una cuarta parte más que en el mismo tramo del año anterior. Si con todos los recortes y subidas de precios, se han ventilado todo el presupuesto en 7 meses ¿qué más van a necesitar para llegar a fin de año sin sacar de las arcas un solo euro? Rescate, a pagar por la sociedad en general, no nos regalan el dinero, es un crédito. Y más recesión. Y… la cadena interminable que lleva a Grecia.

España hoy, el gobierno de Rajoy, no genera confianza. La salida de capitales en el primer semestre de este año ha sido de 219.817 millones de euros. En el mismo periodo de 2011, entraron 22.457.

Europa en su conjunto no genera confianza porque se han empeñado en una política de huída hacia delante que sin embargo está enriqueciendo “a sus chicos”, como cuenta Juan G. Olivares en el caso de España. Categórico el dato que daba en twitter el economista José Carlos Diez: «En mayo 2010, cuando Europa apostó por austeridad compulsiva, la producción industrial de la Eurozona crecía 12% ahora cae 2%».

Y, en estas condiciones, sale Rajoy de ese planeta en el que parece vivir y habla en Galicia para apoyar a su candidato (y anunciar, a este fin, que el AVE que inició el PSOE llegará ¡¡¡en 2018!!!), y concede una entrevista a ABC (que reproducen 3 periódicos conservadores europeos: Corriere, Le journal de Dimache y Bild) y en cambio niega una presumiblemente no complaciente al director del prestigioso diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, según ha sabido Sol Gállego-Díaz.

¿Y qué dice Rajoy? Que «cumplir con su deber le llevará a ganar las próximas elecciones» (no solamente piensa quedarse ahora tras su estrepitoso fracaso sino añadirle cuatro años más) Que «en Junio de 2013 ya empezaremos a recuperarnos». Palabra de Rajoy tan cierta como las anteriores. O que, como comentaba al principio, «no hay otro remedio» que subir el IVA (cuando sí lo hay por Sí hay dinero… que no quiere tocar). O estos balones fuera: «Yo no tengo varitas mágicas y nunca prometí milagros. Saldremos de ésta con esfuerzo, perseverancia y fe en nosotros mismos». ¿Habéis probado a meter cerezas, melocotones, o tomates podridos en un cesto lleno de estos vegetales sanos? Pues eso pasaría, pasa, con nuestro «esfuerzo» entregado a Rajoy y su equipo.

A Rajoy apenas parecen pasarle mentira sus mentiras, sus políticas que nos llevan a la ruina, ni siquiera su falta de tacto. Porque se ha apresurado a dar otros 4.500 millones de euros más –en contra de la opinión de Bruselas – a Bankia, el mismo día que sube el IVA, y se ponen en marcha los medicamentazos o la exclusión de seres humanos de la sanidad.  ¿Cómo se estima en tan poco tanta gente que aún no relaciona conceptos? ¿Y cómo sigue creyendo que se arreglará algo por este camino? ¿No bastan los hechos y las mentiras reiteradas?

Y entretanto siguen deslizándose peligrosas inducciones de conceptos: «Acoso al Estado«, por ejemplo. El gobierno no es el Estado. El Estado es una organización social compuesta por muchas Instituciones y personas. España no es el PP. Y las protestas contra el gobierno son absolutamente lógicas y legítimas.

No, el otoño no es negro. No puede tener más matices y colores. Sólo hay que quitarle el manto de inmundicia que lo impregna, antes de que lo corroa, si aún estamos a tiempo.

Parque de la Fuente del Berro. Madrid. Desde una ventana de RTVE. 2008.

Neoliberalismo: de la teoría a la práctica

 Una ciudadanía informada sabe lo que elige y por qué.  El neoliberalismo que nos aplasta tiene como objetivo fundamental acabar con el Estado (salvo para utilizarlo ayudando a grandes poderes financieros o en reprimir protestas sociales a través de las fuerzas de seguridad). Mermar el Estado es también suprimir los servicios públicos. Argumentan que no tenemos dinero y se hace imprescindible realizar ajustes. El neoliberalismo se fijó entre sus objetivos aligerar la carga impositiva de los más ricos y obtener ingresos de reducir el bienestar de los ciudadanos «corrientes» (ajustes salariales, prestaciones, pensiones) y privatizando lo público.

    Ésta es la explicación teórica, ahora vais a ver las consecuencias. Conocí muchos casos similares en EEUU. ¿Qué implica cercenar la sanidad pública y encaminar a la privada? Ved… Y oíd, sobre todo oíd.

Objetivo prioritario: ganar dinero

En el Reino Unido se están planteando gravar con impuestos la comida basura, el fast food. Lo más curioso es la razón: argumentan que quien ingiere estos alimentos de baja calidad tiene peor salud… y es más costoso para la sanidad pública.

El truco secreto para el éxito de estos comestibles es su bajo precio. Dudo que alguien prefiera una hamburguesa a un solomillo. Regularmente, otra cosa es hacerlo de ve en cuando por variedad o capricho.

¿Y por qué la comida basura es más barata? Perogrullo acude en mi ayuda: porque contiene lo peor del segmento alimentario. Así que los usuarios habituales enferman más y, ¡habrase visto! hay que curarlos con cargo al erario público.

Tengo por ahí un artículo que escribí en 1993. Un tal Harry Elphick fue la primera víctima conocida de la búsqueda prioritaria de la rentabilidad en la medicina, impuesta por Margareth Tachtcher. Ocurrió en Manchester. El hombre fumaba. Y tenía sobrepeso y colesterol alto. Y le dio un infarto, del que sobrevivió. Pero precisaba una operación posterior, y los médicos le dijeron que no lo harían hasta que no dejara al menos de fumar. Y el bueno de Harry murió sin conseguir su empeño.  Por aquel entonces la sanidad británica comenzaba a postergar en sus listas de espera a los chicos malos que no practican hábitos de vida sanos. Si uno ingiere hasta el colmo grasas de cerdo de primera, bebe D. Perignon (a más de 100 euros vi la botella el otro día pasando por una tienda de “ofertas”) y esnifa heroína pongamos por caso, para eso tiene médicos privados que le curarán. Y además sin demoras.

En la retina aún el Día de las enfermedades raras. Un día en el año (ellos los padecen los 365) nos cuentan que hay gente por ahí que deambula de médico en médico, hasta que llega a sufrir síntomas incluso invalidantes. Pero no tienen cura. Porque no se han investigado. Les ha tocado en la ruleta rusa que sus males solo afecten a una persona entre 2.000, que tampoco es una nadería. Y no es rentable invertir dinero en buscar soluciones. Se siente.

Palabra que puedo llegar a entender que una empresa farmacéutica privada decida no gastar dinero en fabricar medicamentos con los que no se va a forrar. Es mucho entender, pero intento hacerlo. Ahora bien ¿no hay nadie más por ahí que se ocupe de estos asuntos? Para eso está el sector público que pagamos con nuestros impuestos.  Ya, que mientras no me toque a mí… ¿no?

Los ejemplos se multiplican en otros sectores. Leo de vez en cuando que no se investiga en modelos superiores de aviones, por ejemplo, por lo mismo… porque no son rentables. Si el viajero ya vuela, para qué darle mejoras que cuestan dinero. Y los dueños están para ganar cuanto más mejor. Pero ¿no hay nadie más que lo haga? El desarrollo se detiene por el beneficio inmediato.

Y ya llegamos a la honda preocupación de los especuladores (dejémonos ya del eufemismo “mercados”) por las revueltas árabes. Señores, aguántense con su hambre, su humillación y sus dictaduras, que nos fastidian el negocio.

Lo más asombroso es la falta de criterio de una buena parte de la sociedad que todo esto lo ve muy bien. En twitter tengo yo unos “cons” (abreviatura cariñosa de “neocons”) que discuten y todo las bondades del neoliberalismo, de buscar el lucro privado contra viento y marea. Más aún, lo que deje vivo Zapatero del sector público, se lo ventilará en dos días el Partido Popular. Y les votaremos para que lo hagan, y nos quedaremos tan anchos.

No consigo recordar el autor de un cuento que me impactó sobremanera hace muchos años. Era del realismo mágico sudamericano. Creía que de Cortazar pero lo busqué y no lo encontré. La historia hablaba de una ciudad para cuyo obligatorio acceso y salida, para vivir simplemente en ella, se debía atravesar un túnel. Cada cierto tiempo, las compuertas de ese túnel se cerraban y gaseaban a quienes se encontraban allí en ese momento. Todos lo sabían, pero era inevitable atravesarlo. Si te tocaba morir, mala suerte. Cada día pues atravesaban el túnel la mayoría. Y unos cuantos perecían en el intento. Y la cotidianidad seguía. Lo tenían asumido.

Ahora también nos está ocurriendo. Salud, justicia, víctimas de los bancos… al que le toca, con su pan se lo coma. El egoísmo elevado a los altares por el neoliberalismo es la causa. Lo peor es que no sé si todos los sabemos. Si estamos dispuestos a hacer algo por las víctimas, aunque no seamos nosotros mismos o seres queridos. Pero pasen, señores, el túnel de la suerte o la desgracia nos espera.

TDT, informar, formar y entretener

Visto en la programación de tarde de VEO. Ya sabemos el objetivo de la televisión y de cualquier medio: informar, formar y entrener.

La publicidad comenzó a hacerse en directo, dado que entonces no había medios técnicos de grabación. Ahora, en el gran avance tecnológico de la TDT, también. Sólo que antes se especificaba que se trataba de un anuncio, aquí, aparentemente, es información sobre salud. Libertad digital Tv:

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