Mientras atendías al himno…

España vive un nuevo apasionado debate por sus esencias y sus patrias. Ahora con música, ministros de cultura y cultura de ministros, presidentes de partidos de derechas en función de gobierno y los coros habituales de apoyo a la moción y palo al disidente. Entretanto, hay movimientos decisivos -mucho menos entretenidos para el gran deporte nacional del chismorreo-, que cualquier ciudadano sensato debería tener en cuenta.

Luis de Guindos será vicepresidente del BCE. A los expertos les preocupaba que “los próximos altos cargos del BCE (…)  serán quienes lidien con la próxima gran crisis (…) los líderes europeos deberían elegir a los mejores”. Lo Explicaba Paul de Grauwe, de la London School of Economics, a Claudi Pérez en El País. La “próxima gran crisis”, anoten. La van anunciando. El sistema corrompido en el que vivimos se alimenta de esos movimientos. Cruje, y unos ganan y otros pierden. Sin importar las víctimas que orillan.

Los intereses han inclinado la balanza a favor De Guindos. En contra de la opinión del Europarlamento que prefería al candidato irlandés, Philip Lane. Doctor en economía por la Universidad de Harvard, profesor adjunto en la cátedra de Economía y Asuntos Internacionales de la Universidad de Columbia y actual gobernador del Banco de Irlanda. De Guindos es licenciado en economía por el Instituto de Estudios Financieros, CUNEF, en Madrid y Doctor por la Complutense.

El ministro del gobierno español carga en su maleta de marca haber sido el director para España y Portugal (y asesor para Europa) de Lehman Brothers, en el momento justo en el que quebró para ser históricamente la espoleta de la crisis que padecemos. Su gestión en España se saldó con recortes y mentiras. Los ciudadanos no íbamos a pagar nada del rescate y lo pagamos casi todo. El Banco de España dio por perdidos no menos de  60.000 millones del dinero públicoentregado para sanear el sistema bancario.

Así nos dirigimos a la “próxima gran crisis”.

Así y con una cadena de datos en España tan contundentes como indicadores de seria alarma.

Estamos con los bolsillos vacíos. Como país –amarillo y rojo y no pido perdón- con la Deuda Pública más alta de la historia y saqueando la hucha de las pensiones. La Deuda la han triplicado durante la “crisis”. La de la Seguridad Social creció más en 2017 que en los 22 años anteriores juntos.

 Como sociedad, con la tasa de ahorro bordeando el mínimo de su historia. El colchón se desinfla. Solo se ahorra un 6% de los ingresos, como media. Pero un 38% de los ciudadanos no puede afrontar ningún gasto extra. Los que ni les cabe encender la calefacción, ni hacer las tres comidas al día, parecen ya descontados.Y hay quien nada en la abundancia. La media se saca con todos ellos.

Los ingresos del Estado, vía recaudatoria, flaquean también y con manifiesta injusticia. En los impuestos han ejecutado una auténtica revolución en las últimas décadas. En este  recorrido que analiza Joaquín Estefanía vemos que desde los años noventa, ha habido un “desplazamiento de la carga tributaria desde las rentas del capital hacia las del trabajo”. Añadamos el consumo, con la espectacular subida del IVA. Los ciudadanos sostenemos el tinglado, con cada menos servicios a cambio. La evasión de capitales a paraísos fiscales goza, entretanto, de una salud envidiable.

Un panorama que afrontamos como país con sueldos cada vez más precarios. El asalariado medio español ha perdido, al menos,  347 euros de poder adquisitivodesde 2015. Y eso que al auténtico tajo se arrastra desde 2012, año en el que el PP implantó su Reforma laboral, aquella que, precisamente Luis De Guindo anticipó, satisfecho y haciendo méritos, en la UE como “ extraordinariamente agresiva“. Esto sí lo cumplieron. Ha arrojado un 26% de temporalidad y un 32% de asalariados cobrando el salario mínimo, entre otras pérdidas de derechos. Visto en millones, los contratos temporales han pasado de 12,8 millones en 2012 a 18 millones en 2017. Las mujeres y los jóvenes son quienes más lo sufren.  Casi la mitad de los contratos formativos actuales son de peones, camareros y dependientes, según CCOO.

Y, mientras, vuelven a inflar la burbuja del ladrillo. Los pisos para vivir se siguen diseñando como objeto de especulación y no como una necesidad social. Con algún matiz añadido.  La construcción de  vivienda de protección oficial se ha reducido un 93% entre 2007 y 2016. Los alquileres están por las nubes, sobre todo por su potenciación como uso turístico, caiga quien caiga. Los alquileres son mas caros que las hipotecas, dicen en las inmobiliarias. Pero las hipotecas exigen un compromiso de pago -so pena de desahucio-, que requiere un trabajo o unos ingresos fijos que, hoy por hoy, no se pueden asegurar. Ahora asistimos al boom de los autónomos, a los que aún se lo ponen peor en este punto.

Al mismo tiempo, no solo restan, sino que expolian servicios esenciales. La escuela pública ha vuelto a las  cifras de inversión de los años 80, como detallaba Antón Losada. “Tras sobrevivir a los recortes y a la precarización de los docentes, la escuela pública soporta una nueva oleada de acoso y abuso por parte de la vieja y la nueva derecha”, destacó Losada. Y ya ni se esconden.  Defendemos la educación concertada, claro que sí -de pago,  y subvencionada-  declara Cifuentes presidenta de la Comunidad de Madrid.

España ha perdido 12.000 científicos desde 2010 por los brutales recortes a la ciencia bajo la excusa de la crisis. Algunos por completo, se dedican a otra cosa.  Las empresas españolas, entretanto, invierten la mitad que la media europea en investigación.

Mientras atendías al himno, rojo y amarillo, para emocionarte o abochornarte, supimos por eldiario.es que la ministra Tejerina  frena en Europa una bajada de tóxicos en los fertilizantes. Fue alta directiva de Fertiberia, el mayor productor español de fertilizantes, que pertenece al grupo Villar Mir. El Gobierno se opone a que la nueva regulación introduzca límites de cadmio estrictos: “Nos sacaría del mercado”, dice un documento interno de Agricultura. Ni con la salud, se conmueven, no como con el himno de la exiliada fiscal en Miami Marta Sánchez.

Ese punto hemos de tenerlo claro. El negocio de la salud es un bocado muy apetecible para el sistema que nos gobierna y aplican políticas que lo favorecen como tal. La sanidad privada crece imparable a costa del deterioro del sistema público. La inversión en la sanidad pública cae 4.000 millones en 5 años. La sanidad privada ingresa 5.000 millones más. Entre 2009 y 2015.

 En el diario de la corrupción, tenemos hoy la declaración en juicio de uno de los grandes conseguidores de la Gürtel. ‘ El Bigotes’ apunta al marido de Cospedal y dice: “Venía a soltar ‘el mondongo’ y no le he visto en ningún banquillo”. Los espectadores del Telediario de TVE han recibido una versión muy recortada de la realidad, el marido de la ministra de Defensa no existe para la tele pública. En nivel presunto, surge  la número dos del PP de Málaga pagándose un máster y cenas de lujo con dinero público.

Los próceres del PP, inquietos por el ascenso en las encuestas de Ciudadanos, se dieron un buen homenaje hasta con carabineros y jamón de bellota en una comida, al tiempo que el PP pedía ahorrar para la educación de hijos y nietos y  para la pensión. Desde jóvenes incluso propugnan en un anuncio que los jóvenes empiecen ahorrar. Porque ya no se esconden. Es ideológico. Calculan que los jubilados perderán 350 euros al mes, a la larga, por las últimas reformas de pensiones.

La cultura oficial la tenemos en listón Marta Sánchez.

Ricos sí somos ahora, en recortes de derechos y demagogia. El Supremo acaba de confirmar la pena de tres años y medio de cárcel para el rapero Valtonyc, al que considera culpable de injuriar al rey Juan Carlos en sus letras. Lo que lleva a plantearse lo impropio de tal sentencia en un país democrático.

Todo esto y más pasaba mientras mirabas lo que se cotillea del himno. Los medios lo han ido contando, pero sin obtener el potente foco mediático y político del que disfrutan los temas viscerales. Aguanta Marta Sánchez. Sube puntos Anna Gabriel. Puigdemont es pieza fija.

Es para estar amarillo de ira y rojo de vergüenza.

Devuélvannos nuestro dinero

Sres. Gobernantes, tenemos que plantearnos la revisión de nuestro contrato de ciudadanía. Hablo en mi nombre pero también en el de muchos a quienes ni les salen las cuentas, ni justificaciones razonables y éticas a las decisiones que se están adoptando. Verán, yo acepté pagar impuestos porque, según nuestra Constitución, vivimos en un Estado social que iba a ocuparse de necesidades básicas de las personas que lo componemos. De sanidad, educación, trabajo, vivienda, pensiones, transportes, justicia, información, protección a los más desfavorecidos, derechos. Somos un país que históricamente ha dedicado menos dinero que la media europea a estas partidas y podíamos comprender una cierta demora en la obtención de objetivos plenos; lo que es intolerable es que, lejos de avanzar, se hayan recortado hasta los extremos que hoy nos ocupan.

En mi caso concreto, trabajo desde los 13 años. He pagado, por tanto, dinero al Estado como para residir en mi jubilación con todo tipo de comodidades, una sanidad sin cortapisas, y, si nos ponemos exquisitos, hasta para viajar frecuentemente a los balnearios de Baden-Baden o donde quiera que me apetezca. Como soy solidaria y hasta ahora me sentía parte de una comunidad, prefiero que reviertan en mí una cantidad digna, que me libre de sobresaltos, y repartan el resto para cubrir lo que otras personas necesitan. Que jueguen con mi dinero y me ofrezcan un futuro de precariedad no me parece admisible.  En absoluto.

Yo pagué, pago y pagaré mientras viva, también y sobre todo para que mi hijo y todos los hijos de otros padres pudieran tener una vida. Un trabajo de acuerdo con su preparación que les permitiera formar una familia si era su deseo, les pagara casa, un buen pasar y un retiro seguro. Carecen completamente de todo eso. Salvo los hijos, sobrinos, amigos y toda la parentela de Vds.

He cotizado durante décadas para que los enfermos puedan curarse al menos como se hacía hasta que Vds. llegaron a los diversos gobiernos que regentan. Para que niños y jóvenes puedan acceder a una educación en conocimiento y en valores, en espíritu crítico. O para que no dejen en la calle a familias enteras, bancos y cajas a los que Vds. han dado nuestro dinero.

Pido también no romperme la crisma al andar por las calles llenas de socavones cuando son capaces de gastarse 220.000 euros en que la alcaldesa que me dejaron en herencia haga el ridículo internacional alardeando de relaxing cafés con leche.

Es cierto que  España, su España, debe mucho dinero. Mucho más desde que están Vds. en el gobierno. Gracias exclusivamente a su gestión, la deuda pública ha crecido exponencialmente. Los más de 30 puntos de incremento en apenas dos años que aceptan, sin mover un músculo, entran en los anales de la economía ficción, si no fuera tan dolorosamente cierto. No cabe alimentar más el negocio de la especulación que representa cuanto rodea a la gestación, pago e intereses de la deuda pública, a la que Vds. se dedican con especial preferencia.  Costéenlo de su bolsillo, sáldenlo como les parezca, pero no nos esquilmen más.

También he pagado por derechos inherentes a residir en un país democrático. Mi derecho a la información –hoy tan manipulada– o a la libertad de expresión y manifestación, tan legalmente amenazadas. Devuélvannos al menos los derechos que teníamos.

Quiero que no me timen con la Justicia, ya ven. Que los chorizos vayan a la cárcel sea cuál sea su pedigrí. Ya saben de qué hablo, las personas no tenemos pedigrí; me refiero a las alimañas que se aprovechan hasta de la vida de otros para lucrarse.

Vamos a ser razonables. De no cumplir estas demandas con prontitud, hemos de regresar a las condiciones básicas para suscribir un nuevo acuerdo. Comencemos por la devolución del 90% de todos los impuestos que hemos pagado. Es lo justo y se lo explico. Su gobierno –como otros con anterioridad– aprobó una amnistía para las fortunas evadidas a paraísos fiscales, cuentas opacas dentro y fuera del país y dinero negro. No fue muy exitosa porque Vds no dan una más que a derechas, pero a estos delincuentes solo les cobraron un 10% de impuestos. La necesaria igualdad ante la ley exige que todos los ciudadanos recibamos igual trato. Nos sentimos discriminados –y lo que es casi peor– estúpidos por haber pagado lo que los evasores se quedaron íntegra y tan ricamente para ellos.

Con ese dinero, nuestro, podemos organizarnos para volver a tener –mejorado– un Estado del Bienestar como la lógica manda. Apáñense con sus compromisos adquiridos. Ensayen ese hermoso Estado Mercantil y usurero que les gusta en una isla a la que se trasladen todos Vds. y que ahora con el neoliberalismo pueden comprar a buen precio. Déjennos vivir al resto.

Han roto el contrato social, el contrato de ciudadanía. La menor de las reparaciones –igual hay que estudiar más– es siquiera que nos devuelvan nuestro dinero. Lo dice, con especial ímpetu, aquel himno que tiene su origen en los cantos de los estibadores negros más sojuzgados, con este gran énfasis perifrástico: Pay me My Money down. No sé si lo saben, pero la esclavitud se erradicó hace tiempo.

*publicado en eldiario.es

El PP subió el IVA y… ha descendido la recaudación

Tal como avisamos -hasta casi desgañitarnos-, la subida del IVA ha supuesto un descenso de la recaudación por ese tributo. Es decir, nos han empobrecido más con precios más caros, hemos limitado el consumo privándonos  probablemente de cosas que antes adquiríamos y el Estado ha conseguido menos dinero. Y es que ya lo dijo Gallardón: gobernar a veces es repartir  dolor. A la vista de lo que ocurre parece que sea en realidad el objetivo, que el PP gobierne para causar dolor.  A la sociedad, no a ellos. ¿Por qué llenarnos de privaciones para recaudar menos?…

Pero vamos con el dato. Concretamente se ha recaudado por el IVA en el primer cuatrimestre un 9,9% menos que en el mismo período del año anterior. Era previsible y, además, bastaba mirar a Portugal donde sucedió lo mismo.

El resto de nuestra economía va en la misma línea: el despeñe. Cuenten lo que cuenten el gobierno y sus medios y tertulianos afines. Un resumen demoledor del nuevo balance, aquí.  Es decir, que -insistimos- «así no se arregla nuestra situación, no hace sino empeorar». Por cierto, miremos también aquí a Portugal que nos precede. Y eso que allí no tienen ni Bankias, ni Bárcenas, etc…

El 9 de Julio de 2012 publiqué este artículo en el blog. Lo copio simplemente. Es jugoso: lo sabía hasta el PP.

«Lo ha confirmado el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro. Como ellos mismos decían es una medida que detrae el consumo y la economía y perjudica gravemente a los ciudadanos. «Es el sablazo que el mal gobernante les pega a todos sus compatriotas que ya están muy castigados por la crisis», en definición de Rajoy que hasta a apeló al pobre niño al que le subían los «chuches».

Pues ahí los tenéis. Y ni a Mariano Rajoy ni al resto del PP se les cae la cara de vergüenza. Ni la mayor parte de los ciudadanos se «REBELAN» como les pedía Esperanza Aguirre. Imperdible el vídeo para los desmemoriados.

Precisamente, Esperanza Aguirre lo  explicó con mucho detalle en otro momento y coreando y todo. ¿Dónde están hoy los asistentes a aquel mitin o los que firmaron en contra del IVA?

También ataca el PP a los funcionarios del escuálido sistema público español, uno de los más reducidos de Europa. El que mantiene en pie el Estado del Bienestar en todos ellos.

Cómo será lo que está ocurriendo que Dolores Cospedal,  saturada de decir y participar en planificaciones de mentiras, ha tenido un lapsus donde ha dicho la verdad. Habla de Castilla-La Mancha, el modelo a seguir en toda España. ¿O era la Comunidad valenciana de Camps?»

Por cierto y volviendo a día de hoy, Bruselas le ha pedido a Rajoy a cambio de su excelente gestión y mejor logro de prologar el tiempo para reducir el déficit y esas dos decimillas de propina, entre otras cosas y precisamente… ¡volver a subir el IVA!

Cospedal ganó más (aún) de lo que dice

  El último día hábil para declarar sus ingresos, un 31 de Diciembre que permite que la noticia pase más desapercibida al no publicarse diarios el 1 de enero, hemos sabido lo que -dice- ganó María Dolores De Cospedal en 2011. La cantidad ha causado alarma en quienes pese a todo han logrado conocerla. Lo curioso es que ni siquiera esa abultada cifra parece cierta. Es mayor. Ignacio Escolar se ha molestado en hacerse preguntas y buscar respuestas, indagando en más datos. Éste es el resultado:

Las trampas en la declaración de la pluriempleada De Cospedal

Ignacio Escolar

Como imagino ya sabrán, María Dolores de Cospedal ha declarado ganar 158.388 euros en 2011. Es falso o, al menos, una media verdad. En realidad cobró bastante más: por encima de los 200.000 euros en solo un año. ¿La razón? Que De Cospedal ha cambiado el modelo de la declaración de ingresos de los diputados de Castilla-La Mancha para tapar sus vergüenzas. Hasta hace un año, se declaraban los ingresos íntegros. Ahora son solo los “ingresos netos”, descontando los impuestos. Por eso a los 158.388 euros hay que sumar las retenciones para hacerse una idea más real de la demagogia de esta política que tanto reivindica la austeridad. La de los demás.

La trampa de los ingresos netos permite camuflar algunos datos. El más llamativo: que el año pasado, en plena crisis, el PP pagó a De Cospedal un 65% más. Como lo oyen. Según sus propios datos, De Cospedal cobró en 2010 como secretaria general del PP 153.271 euros brutos, 107.289 euros netos. Si dividimos el sueldo en doce pagas, salen 8.940 euros limpios al mes. Al año siguiente, en 2011, De Cospedal se llevó 88.897 euros netos del PP por medio año, “hasta junio de 2011”. Es decir, 14.817 euros limpios al mes.

A bote pronto hay dos opciones para explicar esta enorme diferencia: o bien le subieron el sueldo –y no poco: salen 5.877 euros más por cada mes–, o bien el PP le pagó algún tipo de indemnización extraordinaria cuando dejó de cobrar. Ambas son igualmente cuestionables y merecerían alguna explicación porque el dinero de los partidos, aunque se gestione de forma opaca y arbitraria, sigue siendo dinero público.

Si es misterioso el sueldo del PP, el del Senado no lo es menos aún. De Cospedal declaró cobrar 32.191 euros netos como senadora en 2010. Sin embargo, en esta última declaración asegura que cobró en seis meses del Senado prácticamente la misma cantidad que en todo el año anterior: 31.775 euros netos hasta “julio de 2011”. Los números solo cuadran, y no del todo, sumando la parte proporcional de las dietas de desplazamiento: 25.513 euros en 2010, a pesar de que De Cospedal tiene una vivienda de 265 metros cuadrados en Madrid. No se sabe, eso sí, por qué De Cospedal separó las dietas en otro apartado de su declaración de 2010, como “indemnización del Art 23.1 del Reglamento del Senado” mientras que en esta última declaración no aparecen como tal.

En total, De Cospedal declaró ganar 223.597 euros brutos en 2010. Tras las retenciones, se quedaban en 168.859 euros. Este año, no sabemos el salario bruto, pero el neto es solo de diez mil euros menos. Hablamos de l a misma política que, tras años de cobrar tres sueldos públicos, ha decidido dejar sin salario a la oposición.

*En eldiario.es donde Ignacio publica su artículo, tenéis las fotocopias de las declaraciones de la Secretaria General del PP y Presidenta de Castilla-La Mancha.

Asustarse o no asustarse, that´s the question

La viñeta de Forges me ha arrancado una rotunda carcajada, muy liberadora para comenzar día y semana. Para cuando he llegado a ella ya había visto la enorme preocupación de los medios grandes por Cataluña, si acaso País Vasco, nada Galicia que es “como dios manda”. O por Hugo Chávez y su Venezuela, o, por la Argentina de Cristina Fernández que también nos inquieta mucho.

A mí me han llamado la atención otras cosas. Vamos con algunas de ellas…

Las empresas pagaron por impuestos solo el 11,6% de sus beneficios en 2011, nos cuenta El País, con datos de la Agencia Tributaria. Es decir, menor porcentaje de lo que cotizamos los asalariados.

Este año acabará con 180.000 nuevos desahucios, en información de eldiario.es. Bate un récord. Y se suman a los perpetrados ya durante la crisis. Desde 2007, el impago de hipotecas ha afectado a 374.230 hogares, cuyos inquilinos se han visto en la calle. Recordemos que en muchos casos los bancos y cajas ejecutores han recibido dinero público para su mantenimiento. Y en cantidades astrónomicas.

El gobierno prepara una estupenda Ley de Transparencia que nos meterán por los ojos como un gran logro, aunque prevé la posibilidad del silencio como respuesta. Es decir, que contestan a las preguntas de la ciudadanía… si les viene en gana.

ABC abra su web con un anuncio -camuflado de información- en el que se promociona a una empresa que da los pisos a 10 euros. Con un pequeño trámite: es una lotería. Tal cual, sin eufemismos.

Ignacio Escolar también ha hecho revista de prensa con el tratamiento dado por los medios grandes a la dimisión de Esperanza Aguirre. Los panegíricos del ultraconservador Mario Vargas Llosa o del «renovado» Informe Semanal nos han dejado estupefactos -de no haberlo esperado, claro-. Pero también aprovecha Nacho para recordarnos cuánto de liberal tiene Aguirre con un profuso contenido en enlaces que lo atestiguan. Empieza así…

«En todas las hagiografías con la que la prensa está despidiendo a Esperanza Aguirre estomaga especialmente el abuso de un adjetivo –“liberal”– para cantar las virtudes de la lideresa que se va. Liberal: partidario de la libertad individual y social en lo político y de la iniciativa privada en lo económico. Al hilo de esta definición, ¿cómo de liberal fue la “ gestapillo”? ¿O el tamayazo? ¿O la gestión de Bankia? ¿O Fundescam? ¿Cómo de liberales fueron los contratos otorgados a los donantes de esta fundación del PP de Madrid –como Arturo Fernández, como Díaz Ferrán–, unos filántropos que recuperaron con creces su inversión tras pagar su campaña electoral?

¿Cómo de liberal es regar de publicidad institucional a la prensa para engrasar su lealtad? ¿Cómo de liberal es que la Comunidad de Madrid gaste en anuncios tres veces más que Cataluña? ¿Es acaso liberal, o es como para sospechar, invertir cantidades indecentes en anunciar cosas que todo el mundo ya conoce, como que del grifo sale agua o que en Madrid tenemos un suburbano fenomenal? ¿Es normal que el Metro de Madrid (vuela) invierta diez veces más en publicidad que el de Barcelona? ¿Es liberal, o es libertinaje, despilfarrar 4,5 millones de euros en campañas publicitarias de las que nada se supo, salvo que ese zurrón de pasta se pagó sin rechistar?

¿Cómo de liberal fue despedir a Germán Yanke tras esta entrevista? ¿Y contratar tiempo después a Hermann Terstch en su mismo lugar (con un sueldo que nadie ha querido nunca explicar)? ¿Cómo de liberal fue presionar al ABC hasta forzar el despido de José Antonio Zarzalejos? ¿Cómo de liberal es Telemadrid

Y sigue así…

En estas condiciones -y otras muchas-, la «Marca España» anda por los suelos. Tanto como para que otro medio grande, en este caso mundial y hasta ahora acreditadísimo, el New York Times se permita publicar un reportaje de fotografías en blanco y negro de nuestro país bajo el título «En España, austeridad y hambre«. A los más viejos de lugar os recordará aquella España de Las Hurdes de posguerra. Tal cual.

Cría ricos y te comerás sus «crisis»

El profesor Vicenç Navarro escribe en Público -«Los ricos y la deuda pública»- uno de sus habituales artículos llenos de datos y conocimiento. Por ejemplo:

«Los bancos españoles poseen el 52% de la deuda española. Reciben préstamos de dinero del Banco Central Europeo a intereses muy bajos (1%), y con este dinero compran bonos públicos del Estado español que les dan una rentabilidad de un 6%. Es difícil diseñar un sistema que sea más favorable para los ricos y para sus bancos. Y mientras se hacen superricos, piden a la ciudadanía que se apriete el cinturón bajo la excusa de que “no hay alternativa”. Y los mayores medios le dicen a la población que la “presión de los mercados financieros” (la frase más utilizada en la cultura dominante del país) obliga al Estado español a seguir políticas públicas enormemente impopulares, presentándolas como necesarias e inevitables. Pero esta presión, en el caso español, deriva primordialmente de los bancos y de los ricos españoles, que causaron la crisis (sus especulaciones en el mercado inmobiliarios), y ahora se están beneficiando de tales políticas, exigiendo dinero al Estado (con intereses elevados de los bonos) para prestarles su dinero, el mismo dinero que consiguieron pagando menos impuestos.
Es obvio que hay alternativas. De este análisis se deduce que la mejor manera de evitar el endeudamiento del Estado no es bajando el gasto público (muy bajo en el caso español), sino subiendo los impuestos de los ricos y superricos a los niveles del periodo anterior (y en el caso español a niveles homologables a los países nórdicos). Un trabajador de la manufactura paga ya el 78% de lo que paga su homólogo en Suecia. Un rico (el 1% de renta superior) paga en impuestos un 20% de lo que paga su homólogo en Suecia. Y así nos va».

Artículo completo.

Y tranquilos que esto lo arregla Rajoy.

¿Por qué no se puede incomodar con impuestos a los ricos españoles?

Pregunta Ignacio Escolar ¿Por qué los recortes sociales de Zapatero son para junio y las subidas de impuestos a los más ricos serán «en su momento”?

Elena Salgado declaró que si subía las tasas a las SICAV se irían de España. «El capital viaja a la velocidad de la luz«, declaró en concreto. Y en ésa idea sigue hoy mismo. Pero de hecho se han ido ya, como sucede en todos los países desarrollados, en busca de mano de obra “barata”, es decir, explotada.

 Puestos a reflexionar qué nos supondría su partida, vemos que fuera no mueren por el sello español. Se han trabajado a fondo que así sea. Sólo un centenar de empresas españolas son reconocidas internacionalmente. Las principales: Inditex, Telefónica, los Bancos y los Clubes deportivos. Nuestras estrellas económicas representan un 2% de las marcas mundiales. Sólo hay tres entre las 100 grandes compañías del orbe. La primera que aparecía en la lista Forbes de empresas 2008 -no encuentro la de 2010, quizás no la hagan ya-, es el Banco de Santander, que figuraba en el puesto número 58. Telefónica estaba en el 76 y Repsol YPF, en el 92. Puede que nos les convenga demasiado competir en el mercado internacional, sin las prebendas de las que gozan aquí.

Siempre son los mismos y el año pasado, el de la crisis,  incrementaron su patrimonio -como siempre- sobre el anterior. El único rico de solemnidad como individuo es Amancio Ortega (Inditex) eso sí en el puesto 9. Hay que llegar hasta el 400 para encontrar al grueso de los demás. Florentino Pérez con todo su esfuerzo está en el 536. Y para bucear por el resto de los Billioners de todo el mundo y sus ganancias, aquí el enlace en inglés.

 Pero veamos,  la mayoría de nuestros millonarios lo son por sus inversiones en el mercado de valores, luego tampoco dan trabajo, salvo ¿a los corredores de bolsa? Los importantes suelen ser de otros países.  Inditex fabrica fuera de España. Luego aquí emplea básicamente a dependientas. Telefónica también tiene operadoras «deslocalizadas» en países latinoamericanos. Están los técnicos, a ésos parece que dan trabajo. Los bancos a personal de gestión. ¿Y los clubes de fútbol? A los jugadores, entrenadores y equipo técnico, a los que cuidan el campo y a los vendedores de camisetas y de entradas. Vamos, nada que ver con Altos Hornos de Vizcaya o los Astilleros de Vigo, que ya no convienen a los nuevos tiempos. Ahora no se fabrica, no se da trabajo y riqueza a la zona, se juega en el casino.

  Dejan dinero, eso sí, en los comercios de lujo, siempre que no vayan a comprar a Roma o Nueva York.  En los restaurantes idem. En los clubs de golf e hípicos selectos. ¿Los fabricantes de yates?  Quizás -es una sugerencia- podríamos pasar sin ellos y reciclar a los afectados por su marcha.

  ¿Por qué no se puede incomodar a los ricos españoles? No veo otra explicación que por miopía intensa. Y, quizás, por seguir un modelo y un mito, sin analizar la realidad.

Actualización: gracias al primer comentario recuerdo que «los partidos obtienen el 70% de sus recursos de la banca«. Claro que, hace unos días, escuché a Carlos Elordi (Cadena SER) decir que pagan los créditos que reciben del BCE al 1% y lo prestan al Estado español al 4% ó 5%. Me sigo quedando con la miopía, por no insultar, vamos.

Alemania no baja los impuestos

Alemania rectifica: no bajará los impuestos como anunció para ganar las elecciones. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha descartado la rebaja fiscal anunciada por el Gobierno de coalición de la canciller federal, Angela Merkel, ante los problemas para la financiación del déficit público del país a causa de la crisis económica. Un déficit del 6% por cierto, pese a su poderosa industria y lo poco que dependen del ladrillo.

Es decir, los alemanes sacaron de la coalición de gobierno a los socialdemócratas –empeñados en mantener los tributos fiscales para asegurar los derechos sociales de los que disfrutan (muchos, muchos)- para votar a los liberales que prometieron bajarlos. Ahora la CDU de Merkel dice que no están las finanzas del Estado para juegos.

¿Adónde mirará ahora el PP? Alemania no baja los impuestos. Mejor dicho, promete que lo hará para ganar las elecciones y luego no lo hace. Es un sistema. Sólo que los ciudadanos alemanes no suelen consentir que les engañen.

Rajoy y la inteligencia por estirpe

Mariano Rajoy ha presentado su propuesta para la educación en España. Entre sus medidas –además de disolver en porciones descafeinadas la asignatura de Educación para la Ciudadanía-, está la de acortar el tiempo de la enseñanza obligatoria. A los 15 años, un niño deberá decidir si su futuro pasa por la Universidad o por los oficios que se aprenden en la Formación Profesional. La medida va dirigida sobre todo a los “rezagados” en los estudios. Éste es un país para listos. Tan listos como un registrador de la propiedad -cuyo imaginario cultural apenas sale de el Tato y de Maricastaña y que no habla ningún idioma extranjero- que puede llegar a regir los destinos de un país. Por supuesto, afectará sólo a los estudiantes mediocres sin recursos económicos, los ricos disponen de excelentes universidades norteamericanas, británicas, de cualquier lado, donde les expendan un título, cueste lo que cueste.

Verse con un pie en la Moncloa, está lanzando a Rajoy a mostrar su auténtico pensamiento. Ya nos contó hace poco su disposición a abaratar el despido. Lo que piensa el líder del PP respecto al asunto que hoy nos ocupa lo dictó por escrito hace un cuarto de siglo. Y pienso que conviene recordarlo.

Rajoy no cree que todas las personas sean iguales y tengan la misma capacidad. Para él la desigualdad es consustancial género humano. “Faro de Vigo”, 4 de Marzo de 1983”, Rajoy firma un texto titulado “Igualdad humana y modelos de sociedad”. Y dice: “Ya en épocas remotas se afirmaba como verdad indiscutible que la estirpe determina al hombre (…), era un hecho objetivo que los hijos de ‘buena estirpe’ superaban a los demás«.

Por ello, «todos los modelos, desde el comunismo radical hasta el socialismo atenuado, que predican la igualdad de la riqueza» tienen como objetivo imponerla y son «radicalmente contrarios a la esencia misma del hombre (…) y por ello, aunque se llamen modelos progresistas, constituyen un claro atentado al progreso porque contrarían y suprimen el natural instinto del hombre a desigualarse, que es lo que ha enriquecido al mundo y elevado el nivel de vida de los pueblos».

Un año más tarde, Rajoy comenta en el mismo periódico un libro «La envidia igualitaria», de un ilustre -e ilustrado- franquista, Gonzalo Fernández de la Mora. Y describe la desigualdad humana fundada en los genes de mayor o menos calidad: «El hombre es desigual biológicamente, nadie duda hoy que se heredan los caracteres físicos como la estatura, el color de la piel y también el cociente intelectual. La igualdad biológica no es pues posible. Pero tampoco lo es la igualdad social: no es posible la igualdad del poder político».

Rajoy traduce la desigualdad en la que cree, al descender al terreno práctico y echarse las manos a la cabeza porque la Declaración de la Renta impone baremos distintos: «¿Por qué, mediante la imposición progresiva, se hace pagar a unos hasta un porcentaje diez veces superior al de otros por la misma cantidad de ingresos? Para penalizar la superior capacidad, o sea, para satisfacer la envidia igualitaria». Es imposible, por cierto, que la cantidad percibida sea la misma. En ese caso se aplicaría el mismo porcentaje. Sospecho que los ingresos globales, los niveles de renta, sí deben ser algo distintos.

Durante siglos sólo las clases privilegiadas tuvieron acceso a la educación. Y no implicaba que fueran más listos. Poco a poco se fue consiguiendo democratizar la enseñanza para brindar oportunidades a todos. El problema es que tampoco este proyecto de Rajoy –que implica la recuperación del clasismo- afectará a sus votantes. Ellos, los españoles en general, ya se sienten superiores porque habitan una casa propiedad de un banco durante los próximos 30 años, y viajan y gastan. Los oficios son para los pobres. Aunque ganen más dinero que muchos de ellos y su labor sea esencial para la sociedad.

Un pacto por la educación es vital para la España analfabeta funcional en que la vivimos. La educación obligatoria hasta los 18. Luego continuas campañas de reciclaje de los adultos. Y como primera medida para labrar un futuro distinto: Educación para la ciudadanía obligatoria –como sucede en el resto de Europa sin problemas- extensiva a los padres que se oponen a que sus hijos la aprendan. La educación actual –y no sólo en España- asiste a una progresiva frivolización tendente a seguir infantilizando a la sociedad. Ése es el camino a abordar. No con menos años de estudio, con más.

Los artículos completos de Rajoy aquí.

Más impuestos para todos… salvo para ascetas y riquísimos

Mareando la perdiz durante semanas, provocando expectativas y reproches, declaraciones de todo signo, y hoy llega una subida de impuestos que no es la que se espera de un gobierno socialista y que suscitará nuevas críticas.

El injusto y poco progresivo impuesto de la renta para las personas físicas (IRPF), permanece tal como estaba, cuando había margen para retocarlo, en la linea que lo tienen otros países con más equilibrio social.

Sube el IVA general del 16% al 18%, aproximándonos a los tributos por ese concepto de los países cuyos sueldos nos superan ampliamente. Ahora ya quedan por debajo de España, Reino Unido, Luxemburgo y Chipre con un 15%. Sin embargo, este módulo se aplica en España a productos que no son de uso diario: informática, repuestos del automóvil, textil, cosméticos, hoteles de 5 estrellas, por ejemplo.

Se compensa con el 8% del “IVA reducido” que sube un punto en España. Pero aquí entra casi todo, medicamentos, hostelería, transportes, bebidas no alcohólicas, aguas, gafas graduadas, lentillas, entre otras cosas. Alemania lo tiene en el 7%.

Y se mantiene el 4% del llamado “IVA ínfimo”: pan, leche, huevos, quesos, frutas, verduras, hortalizas, tubérculos y cereales, periódicos, libros o viviendas de protección oficial. De este IVA carecen casi todos los países de nuestro entorno.

Es decir, que, salvo los ascetas, el grueso de la sociedad va a pagar más. Y se trata de un impuesto que grava a todos por igual según el consumo.

Las rentas del capital también suben. Del 18% al 21% a partir de 6.000 euros de ahorro, y del 18% al 19% por debajo de esa cifra. La Ministra, Elena Salgado, ha proporcionado datos:

“Los 12,5 millones de contribuyentes que declaran rentas del capital, el 94% declaran rentas inferiores a 6.000 euros y aportan el 17% de la recaudación total por dichas rentas. Por el contrario, el 6% de los contribuyentes que declaran rentas superiores a 6.000 euros dan origen al 86% de la recaudación por este concepto.

Concretamente, ha indicado que hay 11,5 millones de contribuyentes que declaran rentas de capital inferiores a 6.000 euros y así tributarán de media 6 euros más al año y los que declaran rentas de 6.000 euros, pagarán al año 60 euros más. «Es decir, 5 euros más al mes”.

“Por el contrario –ha dicho- los aproximadamente 100.000 contribuyentes que declaran rentas de capital superiores a 60.000 euros tendrán un incremento en la tributación equivalente en media a 5.000 euros más al año. De éstos, los miles que tienen rentas del capital superiores a un millón de euros, verán incrementada su tributación en 30.000 euros al año”. Salgado espera que esto afecte a los dueños de las SICAV, que van a seguir pagando su insignificante 1% de impuestos, como si no supiera de sus entramados legales para enmascarar las ganancias. Argumentó en su día, que de tocarlo se produciría una evasión de capitales.

La única medida que sí parece progresista es la rebaja de cotización de las PYMES y autónomos. Cinco puntos del Impuesto sobre Sociedades, hasta el 20%, para las pequeñas y medianas empresas con menos de 25 trabajadores e ingresos menores a 5 millones de euros, que mantengan o creen empleo y esta misma medida se trasladará también a los autónomos.

También se suprime la polémica deducción de 400 euros para todos los contribuyentes, que, anunciada el año pasado como de una sola vez, había vuelto a aplicarse.

Con estas nuevas tributaciones, el gobierno espera recaudar 11.650 millones de euros, menos de los 15.000 calculados inicialmente por los que fue ampliamente criticado.

En los presupuestos generales para 2010, Salgado ha hablado de una reducción del gasto en casi 4 puntos, y de esta distribución:

El 51,6% del gasto se destinará a gasto social, el 21% a trasferencias a otras administraciones, el 6,3% a I+D e infraestructuras, el 6,6% al pago de los intereses de la deuda, el 6,2% a la financiación de servicios públicos básicos y el 8,3% restante a otras actuaciones económicas. De ser ciertas estas cifras, supondrían un incremento de más de 1 punto en el gasto social, pero de este apartado básico no se ha hecho ampliación alguna.

Y luego dice el Gobierno que tiene problemas de comunicación con los ciudadanos.

De cualquier forma, lo que no se endereza es la mala organización de este país de punta a punta. Veamos un ejemplo: «España gasta 450 millones de euros en alumbrado público, casi el doble que Alemania», cuando en Alemania que ven el sol y la luz bastante menos precisarían mucho más alumbrado.