Si está muriéndose, pulse 1

-Si está muriéndose, pulse 1.

-Si puede llegar a la consulta por su propio pie, pulse 2.

-Para el resto de circunstancias, deje su nombre y número de teléfono que cuando la operadora se pare a respirar, le llamará.

Esta puede llegar a ser la alterativa del seguro privado de salud, ante el deterioro de la sanidad pública creado por el Partido Popular (y CiU en Cataluña). En el conjunto del Estado con sus políticas y en distintas comunidades autónomas. La que a mí me afecta es Madrid. Comunidad a cuya sanidad comenzó a darle el tajo mortal Esperanza Aguirre, hoy candidata mejor situada para la alcaldía de la capital.

Estoy viviendo con cierta proximidad el caso de un paciente que acude a su ambulatorio con un problema imprevisto y le dicen que tiene que pedir hora y si es urgente acudir adonde su propio nombre indica: urgencias. Hombre, para tanto no es. Finalmente le atienden, de favor, en espera de que pida hora para su médico habitual.

Está de baja y no le han sustituido. Insistiendo, consigue hora con otro facultativo del centro para una semana después. Una semana. En medicina general.

Están abocando con claridad a que se suscriba un seguro privado. Van viento en popa. Allí las puertas giratorias y las gateras como las llama Angels Martínez Castells funcionan a pleno rendimiento. Hoy mismo trae noticia eldiario.es. El negocio de la sanidad privada crece como la espuma. La media de fondos públicos per cápita ha caído un 10,3% en cinco años, mientras que el sector del aseguramiento ingresa un 14% más: 894 millones de euros.

Pero también están muchos de ellos saturados. También se topa el paciente con esos contestadores que aplazan algo tan simple y vital como que un médico te vea y te ponga un tratamiento. Los contestadores de disco saturados es una realidad, aunque -todavía- no han incorporado la variable que cito en el título: Si se está muriendo, pulse 1. A este paso puede ocurrir.

Profesionales defensores acérrimos de la sanidad pública -al punto de haber perdido dinero en las huelgas por defenderla-  se ahogan en sus cupos. 3.000 pacientes tiene el de una amiga mía en Atención Primaria. Menos mal que no van todos a la vez. Los responsables del PP andarán poniéndole una vela a alguna de sus vírgenes predilectas. O no. Sospecho que les importa un pimiento. Y, por lo que se ve, a sus votantes también.

Tampoco es raro que algunos médicos tiren por la calle de enmedio y receten ansiolíticos y antidepresivos a la mínima,  La proliferación de estas prescripciones sería digna de estudio. Lo hacen por si es «psicosomático». Si no lo es, los enfermos se quedan más calmaditos con su mal.

Mi servicio médico lo tengo suscrito por la Seguridad Social a través de la Asociación de la Prensa de Madrid que, como muchas otras, parece tener ese servicio como objetivo prioritario para sus asociados. Las especialidades se atienden en régimen de copago, repago.

Como exfumadora (sí, lo logré) acudí hace poco a una revisión de neumología, que fue mínima, porque no me hacía falta más. Visita para prescribir, un par de espirometrías (soplando a un ingenio mecánico no al  Gran Colisionador de Hadrones) y nueva visita para resultados. Todo estupendo. Para colgarme en un cuadro como ejemplo. Me han clavado 28 euros. La mitad de lo que cuesta un servicio privado para todo un mes, con especialidades, pruebas, operaciones y todo.

Y gracias que no nos cae una hepatitis C o enfermedades graves que ahí sí que la has palmado.

El servicio nacional de salud español estuvo hasta 2013 -como suelo repetir- el quinto entre los más eficientes del mundo en la lista Bloomberg. Aguantó el tirón gracias a la calidad y entrega de sus profesionales. En 2014 ya se encuentra en el 14 y yo lo veo caer en barrena.

El PP dice otra cosa. Con todo su cinismo. La verdad va por un lado y ellos caminan impertérritos mirando al frente.

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Y no se le rebate con eficiencia. Y se lucha en cambio para que nada cambie. Es flagrante el apoyo mediático a que nada altere sustancialmente el sistema tal como está.

Cuando metes la papeleta en la urna, votas también que se carguen el sistema de salud. En la misma disyuntiva están en el Reino Unido. Todo para que se forren unos pocos. Es paradójico que se hable de que no se puede costear todo, mientras se cobran sobresueldos. En A, como admitió Rajoy, y en B, como confirma hasta la inefable Aguirre.

El que saca algo del entierro allá sabrá con su ética, pero que las víctimas se vayan alegremente a secundar estos atropellos es inaudito.

La vida, la salud, para el PP

Muchos son los atropellos a los que nos está sometiendo el PP que, sin embargo, no deja de presumir de sus presuntos logros pero los destrozos ocasionados en la sanidad pública revisten especial peligro. La salud humana se ha convertido en manos del PP y también de CiU en un objeto de negocio. De ahí las privatizaciones. De negocio y de exclusión de sectores que su ideología rechaza. Dos casos altamente alarmantes lo demuestran.

Milagros. 37 años. Venezolana. Inmigrante en España sin permiso de residencia.  En Julio, su embarazo acabó en aborto porque un hospital de Denia  (Alicante) no la atendió cuando acudió a urgencias con pérdidas de sangre. Le exigían un compromiso de pago de 185 euros dado que la Ley de Mato le quitó la tarjeta sanitaria. El Hospital Marina Salud de Denia  es de la red pública, gestionado por las empresas privadas DKV Seguros y Ribera Salud, como buena parte de otros en distintas comunidades gestionadas por el PP. Y niega la versión de la mujer que, sin embargo, abortó.

 La historia que relata eldiario.es, a consultar en todos sus detalles, resulta espeluznante.  “Me decía a gritos que cómo me había atrevido a pedir cita si no tenía papeles, que eso no entraba dentro de la asistencia gratuita y que tenía que tramitar mi caso con una trabajadora social», relata.  El parte médico es claro.

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Una ley que no ha demostrado que sirva para ahorrar, que desde la ONU califican de bomba de relojería para la salud  pública de toda la población, parece tener más una intención ideológica. Ciudadanos de primera y de segunda. Como toda extrema derecha que se precie, no gusta de los extranjeros pobres.  A los ricos les abre la puerta de par en par.

El otro caso nos remite a los tratamientos “caros”.  Hemos rescatado bancos, autopistas con dinero público, pagamos sobresueldos, pero hay muchas cosas que no se pueden costear. Estamos viendo el drama de los enfermos de hepatitis que siguen aguardando decisión de la ministra, a ver ahora que ya habrá acabado sus vacaciones en la playa.

Pero hay ya incontables víctimas de esta concepción de la salud, recordemos también los maltratados niños con cáncer de Toledo.Y está Álvaro,  un niño afectado por la enfermedad de Pompe a quien quieren retirar el tratamiento porque es caro y ya tiene una mala calidad de vida. Lo viene denunciando la muy activa Marea Blanca de Zaragoza. Es el único nieto de un amigo de uno de mis hermanos que, como el resto de la familia, está desolado.  No se le ha dado especial relevancia, son ya tantas las bajas ocasionadas por la religión del lucro y la hipocresía suma (encima se atreven a hablar de «el derecho a la vida» para las células embrionarias) que ya ni nos detenemos en todas.

Es decir en esta sanidad privatizada, en la sanidad de tarjeta en la boca para ser atendido, se puede dejar ir a una madre con amenaza de aborto y se puede dejar morir a un niño porque está tarado y cuidarlo es caro.

El nombre para todo esto lo ponéis vosotros. Junto al futuro que nos espera a todos por este camino. Una y otra vez asombra que seres humanos aparentemente normales secunden estas atrocidades, siquiera con su silencio.

 

La #mareablanca vence al PP de Madrid

La marea blanca ha vencido a los cuervos negros empecinados en privatizar 6 hospitales públicos de Madrid. Tras múltiples maniobras para que la justicia decidiera a favor del gobierno del PP en la Comunidad, ha visto cómo el Tribunal Superior de Justicia de Madrid rechazaba su recurso. Ignacio González renuncia a seguir con el proceso de privatización que ya estaba incluso adjudicado y dimite el Consejero de Sanidad Fernández-Lasquetty.

Ha sido la #mareablanca, profesionales de la sanidad que desde el primer momento hicieron huelga y salieron a la calle a defender la salud de todos. También presentaron denuncias. Acudo a la información de eldiario.es y a la parte en la que resume la peripecia legal:

“La Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) contrató un bufete de abogados para tramitar la oposición en los juzgados. 50 diputados regionales del Partido Socialista de Madrid presentaron un recurso similar al de los médicos, pero los jueces entendieron que no estaban «legitimados». Esa medida también está recurrida. También medio centenar de senadores del PSOE presentaron un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas de la Comunidad de Madrid, que permitía abrir el proceso administrativo de privatización. El TC lo admitió a trámite el 23 de abril de 2013, pero esto no conllevaba medidas cautelares porque sólo surten efecto inmediato cuando el que presenta el recurso es el Gobierno central (como en el caso del euro por receta, cuya reclamación por parte de Mariano Rajoy paralizó la tasa en Madrid y Cataluña).

Estas causas fueron derivadas a la supersala para que las resolvieran en conjunto 50 jueces del Tribunal Superior de Justicia, pero una vez reunidos decidieron devolver las causas a las respectivas salas a las que habían sido asignadas.

Además de esta batalla en el Tribunal Superior de Justicia, el Juzgado de Instrucción Nº 4 de Madrid tiene abierta una causa por la querella presentada por la AFEM contra un proceso anterior de privatización de centros sanitarios similar al actual (aunque de menor escala) y por el que están imputados los exconsejeros de Sanidad Manuel Lamela y Juan José Güemes, así como la actual viceconsejera, Patricia Flores, y el director de Atención Especializada, Antonio Bargueño”.

Tengo amigos en la #mareablanca, enfermeras, médicos, auxiliares. Perdieron dinero, han estado saliendo a la calle sin descanso, lloviendo y con sol abrasador. Con coraje y viendo también flaquear las fuerzas cuando no se veían resultados. Han vencido. Esta batalla. La lucha es dura. Pero se puede ganar, acabar con la irracionalidad y los despropósitos que se han adueñado de este país. Las mayorías, por muy absolutas que sean, no autorizan a todo timo de desmanes.

Escribí acerca de las fanfarronadas de Lasquetty. “No habrá marcha atrás en las reformas”, decía. Pero fue casi al comienzo, en Diciembre de 2012 cuando se mostró especialmente gracioso.

Me preguntaba aquél día en qué altar cree encontrarse, de qué pasta está hecho y de qué orla supone estar ungido un individuo que se mofa de la lucha de los profesionales de la medicina de Madrid, siendo él responsable de la sanidad pública de la Comunidad. Miles de ciudadanos, sanitarios y usuarios, “abrazaron” simbólicamente los hospitales para defenderlos de los planes privatizadores del equipo de Ignacio González. Pues bien, Lasquetty comentó jocosamente que le parece “muy bien” la protesta porque supone “una demostración de afecto” a los centros y a quienes trabajan en ellos. Ahora, se lo ha comido con patatas.

Personas como él –aquí reflejaba su trayectoria también– nunca se quedan en la calle. Hasta ahora. Todo puede cambiar. Lo que sí es cierto es que es llegada la hora de devolverle el abrazo a la #mareablanca con todo nuestro cariño y agradecimiento.

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Qué hace el PP en el Consejo de Ministros

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Solo así, con este tipo de deliberaciones del Consejo de Ministros, se explica la borrachera de mentiras y salidas de tono que está pariendo el gobierno. Se ha intensificado en los últimos días. Como si hubieran entrado en un delirum tremens.

El inefable Carlos Floriano, número 3 del PP, decía hace unos días primero que estamos saliendo de la crisis. Segundo que lo hacemos “gracias al esfuerzo de los que más tienen”. Tercero, “sin tocar la educación y la sanidad públicas”. Se comenta por sí solo: los datos atestiguan que es justo al revés. Pero alguien debe creerles aún cuando se atreven a seguir diciendo estas paridas. Que, por otro lado, no son nada inocentes. 

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El ministro del Interior, Jorge Fernández Díez, -tras hablar con Dios directamente en Las Vegas- ahora dialoga con sus subalternos y así declaró hace poco que “Santa Teresa está intercediendo para mejorar la situación del país».  Se va ampliando el equipo, el paro lo lleva la Virgen del Rocío.

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Hay muestras de que en parte se creen sus falacias. Que ajustan la realidad a sus deseos con gran desparpajo. La Cadena SER ha tenido acceso a la memoria de impacto de la aprobada Ley del Aborto de Gallardón. Sin despeinarse, dicen y escriben que “la reforma del aborto hará más libres a las mujeres» y que «tendrá un efecto positivo en la economía”. El gobierno confía en un «impacto neto positivo por los beneficios esperados por el incremento de la natalidad».  Ya andamos muchos diciendo que será por los viajes al extranjero para hacer lo que no se va a permitir en España, pero estas barbaridades no deberían tomarse a broma.

Como mentir debe ser el medio para conseguir el fin buscado que les perdonan en confesión, el Ministerio de Gallardón dice que la reforma se justifica porque no han disminuido los abortos con la ley que aún está en vigor. Es falso, rotundamente falso.

Debería dar qué pensar a los fieles a este partido, a los que aún le sustentan –porque alguien debe sostenerles para que todavía sigan ahí con todo lo que están haciendo- si todos sus cálculos económicos se basan en los mismos parámetros fiables y racionales.

El desmantelamiento de la Justicia y por tanto del Estado de Derecho, es decir, de la Democracia formal, sigue también su curso. Gallardón de nuevo -aunque por supuesto con la aquiescencia de Rajoy, Sáenz de Santamaría y todo el gobierno- preparan otra reformita para evitar enjuiciar genocidios y torturas. El fin de la Jurisdicción Universal la inició el PSOE de Zapatero a petición (sospechosamente) de Israel -y fue uno de los primeros temas sobre los que escribí en el blog-, el PP la remata. La justicia es algo molesto para ciertas gentes: acaba con la impunidad.

Entretanto, también se acrecienta la subasta de nuestra salud –en especial en Madrid, ciudad en la que empieza a ser un riesgo vivir-. A la denuncia de la Cámara de Cuentas que hablaba de subcontratas sin control en los hospitales privatizados de segmentos claves como anestesiología o hematología, se añade otro matiz: El hospital Infanta Elena, de gestión privatizada, encarga la anestesiología a un grupo de médicos del centro que han formado una empresa. De seguir esto así, para “ahorrar” igual contratan para anestesiar a los Vigilantes Jurados –ascendidos ahora con la Ley de Seguridad Ciudadana del Gobierno- para que la practiquen a base de mamporros.

Y, a la vez, nos esquilman (porque nos dejamos) por todos los flancos. Los precios de la electricidad duplican en España los que pagan los ciudadanos del Norte de Europa. Será porque en la Europa culta hay, eso, ciudadanos, que ejercen como tales. Recordemos que allí los salarios medios duplican o triplican los españoles. Resumo: ganan el doble y pagan la mitad de luz.

La viñeta de Vergara, basada en declaraciones de estos individuos que forman ahora el gobierno español, no está completa. Lo dice uno de los comentarios en eldiario.es: Falta el mazo: A dios rogando y con el mazo dando. Lo que realmente falta es una letanía de gracias por el coro de amebas sumisas que les permiten seguir perpetrando tantos insultos a la inteligencia y tantos atropellos. No es cuestión ya ni de ideología, solo hay que tener neuronas y dignidad y usarlas.

Último trabajo en Fukushima

La noticia saltó entre las de los menús navideños, la propaganda política o las bazofias varias de distracción: en Japón se están reclutando indigentes para limpiar el desastre de Fukushima. El reportaje de la agencia Reuters que reproducen varios medios, habla de algunas detenciones, pero también de una enorme opacidad en los trabajos que tratan de paliar los destrozos ocasionados por el escape nuclear. Hay más de 700 empresas subcontratadas por la Administración, pero además no está nada claro cómo lograron algunas sus contratos cuyas bases no fueron ni publicadas. Los periodistas de la agencia británica descubrieron que un grupo de empresas no pueden siquiera ser identificadas. El caso es que urge ver qué hacen con el desaguisado y no parecen estar siendo muy escrupulosos con la legalidad.

Y así reclutadores de desesperados recorren las estaciones o lugares donde se “alojan” los sin techo. Limpiar Fukushima es un trabajo. Alguno de los contratistas hasta escatima el salario mínimo, “algo es mejor que nada” ¿no dicen eso también aquí?

La radiación nuclear no desaparece, o lo hace en miles de años. Hubo héroes durante el escape de hace 3 años que se quedaron dentro para tratar de minimizar los daños. Muchos murieron. Tras tanto tiempo de abandono y desconcierto, entrar ahora a “limpiar” es un suicidio. El pan para hoy y la muerte para mañana en toda su crudeza.

La ciencia ficción había retratado el escenario. Elysium es hasta ahora la última película en hacerlo. Pero ya está aquí. Nadie en su sano juicio se emplearía en semejante actividad, salvo los desesperados. Aquellos a quienes les da lo mismo ya vivir que morir, si es que se llega a tal grado de hundimiento. He pensado mucho en ellos estos días. Son la constatación gráfica de que ya existen los desechos del sistema. La muerte silenciosa de cada día, la que viene de la precariedad,  de repagos y restricciones sanitarias, tiene un paso más adelante: trabajar para morir. En lo que nadie quiere. Únicamente los ya descartados… en vida. Han «enfermado», les han hecho enfermar, de pobreza.

Estamos aceptando estas condiciones. La rebaja continua de las cláusulas laborales y hasta de las de vida. Privatizados servicios de la Comunidad de Madrid, limpieza, lavandería sanitaria, pagan ahora la mitad a los mismos empleados. Hacemos la vista gorda a que se subcontrate en sucio incluso la gestión de la salud, como ha encontrado la Cámara de Cuentas pasa en la sanidad pública que privatiza también el PP en la Comunidad de Madrid. No se sabe ya quien anestesia o analiza y trata la sangre, y no son asuntos baladíes.  Este mundo hemos fabricado. Su único fin es el lucro… de unos pocos. Resulta incomprensible que tanta gente, víctimas incluso, lo amparen.

Lo malo de la degradación es que no se para. No sola. Una vez iniciada pone el turbo y avanza sin freno. Lo estamos viendo.

Si yo fuera una indigente japonesa de todos modos no me iría sola de este mundo, ya puestos mejor ir en compañía  de unos cuantos responsables de esta situación. Pero sigue el manto de impunidad y silencio para todos los atropellos. Un trabajo para limpiar Fukushima puede ser el último, el que pague la última comida del condenado por el sistema. Y no hay paños calientes. Esto está pasando.

¿Y si el PP legislara que hay que colgar por los pies a los pelirrojos de 5 a 7?

Lo comenté hace unos días en Twitter, a raíz de la Ley Mordaza, y la gente aseguró que cuantos no fueran pelirrojos mirarían para otro lado. Muy probablemente. El resto de los partidos harían declaraciones y preguntas parlamentarias. Y en Europa diversos organismos mostrarían su seria preocupación. Pero empiezo a pensar que también los afectados, los pelirrojos, mostrarían una actitud parecida, dado que ya está ocurriendo. Varias leyes y actuaciones que ha llevado a cabo el PP son igual de arbitrarias que el asunto de los pelirrojos, igual o más dañinas, pero se contemplan como ejercicio del poder.

En ese caso pues, también les permitiríamos que dictaran una norma por la que los hombres solo pudieran comer los días pares y las mujeres los impares. Lo que quieran. Seguro que habría quien defendiera que “no se puede hacer otra cosa” y “es lo que toca”. Como si de vez en cuando nos atacara un virus maligno, irremediable. Y aunque vieran comer a cuatro mandíbulas a las élites que se autodesignan a sí mismas como tales.

Pero es malo caminar contracorriente. Una costumbre que a mí me afean desde hace muchos años. Una se topa con masivas reuniones de periodistas, con periodistas de renombre como interlocutores, y comprueba que no está en la corriente que se lleva.

He sabido así que el periodismo no puede ni debe hacer nada para detener el robo de la sanidad pública. Pongamos este caso que es extensible a la educación, a todos los servicios públicos, a sueldos, pensiones, derechos y libertades. Cada periodista, “como ciudadano” vota y puede acudir o no a la marea blanca o a la que quiera. Uno vota y ya está. Si el gobierno decide colgar por los pies a los pelirrojos -un ratito- no pasa nada, hay que esperar cuatro años –o los que resten- y votar a otro, o al mismo si les resulta decorativa la imagen de gente suspendida por los pies.

Es “política” hacer crítica al sistema hablando, expresándolo; no lo es apoyar al sistema con los hechos -haga lo que haga- y siendo muy objetivos en las expresiones. No, eso no es política.

Y en estas condiciones ¿la sociedad está informada? ¿También de lo que le atañe?

¿Puede un periodista descansar con su voto como ciudadano aunque vea que los otros ciudadanos no saben -a través del periodismo- lo que les ocurre y por qué?

Del periodismo como compromiso social, de eso ya… ni hablamos.

Pero el camino errático no lleva a parte alguna. No se resuelven los problemas ante el ingente número de personas que no se mueven. Se da la nota cuando no hay nada más elegante que el silencioSe siente una como si hablara en chino mandarín del Siglo II. Y hasta se crían bilis que enferman. Y tal como están dejando la sanidad el problema se acrecienta, puede ser hasta letal.

Hablando de periodistas, hay gente que siempre cae de pie. Siempre están donde quieren estar. En el resto de los poderes, ya se sabe, se utilizan todo tipo de soportes y atajos. Ganas tontas son las de llevar la contraria.

Y, además, en España la población es mayoritariamente morena de color de pelo, hay rubios también, pero los pelirrojos escasean. Qué más darían que los colgaran por los pies ¿No?

El sistema sanitario español todavía es el 5º más eficiente del mundo

Sólo nos superan en el mundo y, por este orden, Hong Kong, Singapur, Japón e Israel.  En Europa la sanidad española es la más eficiente. Sigue a poca distancia, el 6º, Italia. En el puesto 10º mundial está Suecia,  y después en el 14ª el Reino Unido, 19º, Francia, el 25º, Holanda, 27º Portugal y el 30º Alemania.  En la cola Irán, Estados Unidos, Serbia y Brasil.

Lo ha evaluado la Agencia estadounidense Bloomberg  y se han basado 3 parámetros:  esperanza de vida (con un peso del 60%), coste per capita relativo de la sanidad (30%) y coste absoluto per capita del sistema (10%). Radiocable -que ha encontrado la noticia- explica así el procedimiento utilizado: El coste relativo es es el coste per capita como porcentaje del PIB per capita. El coste absoluto es todo lo que se gasta en sanidad y que cubre los servicios de salud preventivos y curativos, planificación familiar, actividades de nutrición y ayuda de emergencia.

A todo esto tenía que poner remedio el PP que se ha empleado a fondo en destruir la sanidad pública y privatizarla para lograr rentabilidad privada con nuestra salud. Incluso a una empresa portorriqueña en entredicho ha entregado Madrid 3 de nuestros hospitales. Cada día crecen las denuncias por la prolongación de las listas de espera, por tener que pagar hasta el agua del grifo a 10 cms el vaso como ocurre, nos dicen, en un Hospital de Valladolid. Cada día se precariza y se oprime más a sus profesionales. A ellos sobre todo debemos esa eficiencia reconocida.

Esa masa amorfa y con escasa conciencia que aún apoya estas prácticas igual piensa que está bien así, que por bajar unos puestos en calidad se arregla la crisis o se mantienen –porque ellos lo valen– los sobresueldos que impúdicamente cobran sus admirados políticos. Lamentablemente no son ellos solos -como sería lo justo- quienes padecen el deterioro.

Malos tiempos para mermar la sanidad cuando la desesperanza por tanto atropello impune nos anega. De momento seguimos en cabeza de los mejores, pero la aceleración de los destrozos no trae los mejores augurios. No durará por este camino.

No vamos a tener ni dónde caernos muertos

Perdida en una noticia local, encuentro que Ana Botella -la alcadesa de Madrid a la que nadie votó para el cargo- ha acordado disolver la Sociedad Mixta de Servicios Funerarios. La gran privatizadora consorte nos está vendiendo todo el sector público, y hasta los cuadros para pagar pufos, pero esto de no tener donde caernos muertos me parece ya concluyente.

Un rosario kilométrico de nuevos atropellos nos sacude esta mañana como sucede a diario, de todo signo, pero quizás convenga hablar de esto. Morirse es cosa seria, definitiva sobre todo. Y las políticas que sigue el PP nos abocan conminatoriamente a ello.

 

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No puede expresarlo mejor El Roto. El recorte de pensiones se ha “argumentado” así: la culpa es nuestra por vivir demasiado. Muénrase antes, todos, e igual mantenemos lo que teníamos, no más, claro. La gente pobre, aunque se haya empobrecido por medidas erráticas deliberadas, es cara. Por eso empezamos desde niños a matarlos de hambre. Cuenta Fernando Berlín cómo los medios internacionales están alarmados por los datos del incremento de la pobreza infantil en España. El prestigioso ‘British Medical Journal’ ha elaborado un informe afirmando que los recortes en sanidad en nuestro país están poniendo vidas en peligro, que aumentan las enfermedades. Ellos andan a lo suyo, con sus sobres y sobresueldos y, como nos cuenta un juez afectado, presiones a la Justicia en busca de dificultarla. La Fiscalía entregada a conseguir que se declara nulo el juicio a Blesa. ¡La Fiscalía!

Y la masa de apoyo a estas atrocidades , el percebismo congénito,   imperturbable.

Botella heredó la alcaldía de Madrid como Ignacio González la Comunidad de manos de sus edificantes antecesores y mentores Gallardón y Aguirre. González, entre su “reforma” de la sanidad pública y la drástica retracción del fomento del empleo, también trabaja por la causa: un Madrid para gente de bien. La que puede pagar lo que sea, desde el lujo al tanatorio de última hora. La chusma que palme.

No sé si Botella reactivará las fosas comunes que por Ley –todavía y hasta que se cambie si es menester- todavía han de mantenerse en la competencia municipal. Pero igual no estaba de más plantar a los muertos en las aceras hasta que alguien reaccione. Ella misma podría sentir un absceso de asco ante tamaño ordinariez e irse de por vida a consolarse en un spa portugués.

Por el momento, esta señora ya ha firmado la supresión de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios. No tendremos dónde caernos muertos. Literalmente. Y desde luego este estupendo  “ahorro”, esta sólida fuente de riqueza privada, pronto se extenderá a toda España. Otra cosa no, pero la muerte está asegurada. ¿Quién se priva de explotarla para el lucro de quien convenga? Así que, mientras tanto, a disfrutar de la vida, queridos.

A España ya no la conoce ni la madre que la parió

En poco más de año y medio de mandato, el PP ha dejado España irreconocible. Este viernes ha perpetrado un giro drástico en el Tribunal Constitucional que pasa a tener mayoría claramente ultraconservadora. La ley del aborto, el Estatut o los recortes estarán en sus manos. Es una medida trascendental, es consagrar por vía -digamos- legal todo cuanto hace el gobierno. «Separación» de poderes que se dice.

Por ejemplo, mirando lo más reciente, conceder a la industria alimentaria que pueda frenar los estudios que le perjudican. Es decir, cuando se detecte que comemos auténtica cochambre se buscarán nuevos informes de “expertos” que digan lo contrario. Y listo. Arias Cañete es el autor de la medida, secundada por todo el PP.

El gobierno también ha buscado «expertos» para rebajar las pensiones.  Están entre las más miserables de Europa (a pesar de la subida de Zapatero: partían de niveles ínfimos)  pero son un dispendio, ya veis. Hace unos días dieron la cifra de que casi el 27% de los hogares españoles viven de la pensión de los abuelos. Y eso no puede ser, hay que apretarse el cinturón…  para que sigan dilapidando o robando directamente.  Los minijobs y empleos a tiempo parcial que tanto les gustan y con los que maquillan las cifras del paro tendrán un retiro de miseria. Estos «expertos» han llegado al colmo del insulto al animar en su informe a rebajar las pensiones «ahora que se acepta mejor el sacrificio«. La doctrina del shock en estado puro.

Este viernes también acaba el plazo para la puja de los hospitales que Ignacio González y su mentora y actora en la sombra Esperanza Aguirre se han empeñado en privatizar en Madrid. Casi nadie los quiere. Han dicho -y lo he escuchado de su viva voz en la Cadena SER- que no están seguros de poder sacar el beneficio que esperan. Es decir, confiesan abiertamente a los ciegos empecinados votantes del PP que juegan con nuestra salud para obtener ganancias. Es de esperar que González les haga alguna rebajita, se los dé de saldo si es preciso porque está claro que al PP de Madrid nadie le aparta de sus objetivos. Algunos antiguos consejeros de sanidad bien se han lucrado con ello.

Y mientras, niños españoles ya pasando hambre. Muchos ya solo comen en el colegio, una comida al día. Ni desayunan, ni cenan. Como ahora vienen vacaciones, están pensando que ese único alimento se lo den en un centro de caridad.

El Parlamento europeo entretanto le ha concedido un premio a la PAH, Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Es el de Ciudadano Europeo y se otorga desde 2008 “a personas u organizaciones excepcionales que luchen por los valores europeos, promuevan la integración entre ciudadanos y los Estados miembros o faciliten la cooperación transnacional en el seno de la Unión, y a los que día a día tratan de promover los valores de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE”. Pues bien, el PP ha montado en cólera. Pide que se les retire, argumentan que es un escándalo que se galardone a una organización «violenta», y Carlos Iturgaíz, del PP, ha llegado a decir: Hoy es Ada Colau, mañana será Otegui. Iturgaíz es el mismo que en un debate en la Eurocámara se quejó a la presidencia por las palabras de Colau diciendo como en una guardería: Huy, me ha insultado, me ha insultado. Lo tenéis al final de este vídeo.

Éste es un somero repaso a las noticias que he recogido esta mañana después de una pausa de dos días deliciosos. Mi viaje a Valencia para presentar Salmones contra Percebes casi parece un espejismo. O no, un oasis. Impresionante e impagable la labor de María Dolores Amorós que llenó el acto y consiguió numerosas entrevistas. Con Ana Noguera, la otra presentadora del acto. Un gran hallazgo para mí. Una política nata y brillantísima que -¿lógicamente?- ha expulsado de la primera línea la mediocridad instalada en los partidos.

Si una se pone a pensar estas personas existen. Y muchas más. El PP ha conseguido que a España no la conozca ni la madre que la parió, decía. Pero no, la conoce precisamente la madre y toda la parentela que durante cinco siglos de impunidad ha parido esta caspa. Pero no todo está perdido. Ahora que recomponer todo esto va a costar mucho. Cada día más cuanto más avance la apisonadora PP. Y ha puesto el turbo.

La codicia del PP llega hasta a nuestra salud

Hace unos días, The New York Times dedicó un reportaje en portada a la corrupción española. De su contenido llamaba la atención su previsión de  que –tras agotar el ladrillo como fuente de lucro corrupto- ahora se va a por nuestra salud, a por nuestra vida. Palabras mayores. «Pronto, otros sectores comenzarán a ocupar el lugar de la construcción», decía uno de sus entrevistados, “el sistema sanitario, que está siendo sometido a la privatización, fácilmente podría tomar este lugar en el futuro, a menos que se realicen cambios».

Cada día asistimos estupefactos a un reguero de las graves consecuencias que está acarreando la política del PP -o la de CIU- respecto a la sanidad pública. Estamos hablando ya incluso de muertes. Varias personas con aneurisma diagnosticado que se consumen –literalmente- en largas listas de espera por los recortes  y que terminan entregando su vida al “austericidio”. Seres humanos que fallecen sin tratamiento porque carecen de tarjeta sanitaria. El último derecho que debería quitarse.

Se han mermado, precarizado,  culpabilizado e insultado a  las plantillas. Nos hacen repagar en farmacia lo que ya costean nuestros impuestos. Ya hay también quien espacia o suspende tratamientos por su elevado coste. Han cortado la ayuda a la Dependencia. Y la sombra de que a quién le caiga una enfermedad “cara” o paga o muere, es más que una sospecha de futuro.

Nos dan menos servicios por más impuestos, Mientras asistimos a los lujos y prebendas de esa “mayoría absoluta” votada… por la cuarta de los españoles, están acabando con el Estado del Bienestar. Es una de las máximas del pensamiento neoliberal.

La alerta de The New York Times va más allá y ha pasado desapercibida. No se trata solo de restar servicios a los ciudadanos en esa idea del “sálvese quien pueda” que representa esta ideología, es que se practica deliberadamente. Y con un objetivo. El empecinamiento de Ignacio González en Madrid –heredero en cuerpo, mente y alma de Esperanza Aguirre- en privatizar hospitales y centros de atención primaria, debería ser llamada de alerta hasta de los más adictos al PP. Un 70% de los españoles se opone a esa privatización, la mayoría real, pero un 30% no. Casi un tercio está dispuesto a poner su salud en la mesa del casino y para lucro de otros. Aunque vean el trasiego de puertas giratorias por las que varios consejeros de la Comunidad de Madrid, aunque no solo, han pasado a cobrar jugosos sueldos de las empresas a las que beneficiaron. La consulta imprescindible a mantener es la de la agudeza visual, la del cerebro.

Les veía estos días por la muerte de una colega. Todos (y todas). Cospedal, Soraya… Ana Mato. La autora de tanto sufrimiento no muestra empatía alguna, en cambio, hacia sus víctimas.  El Estado del Bienestar lo creó Europa tras la segunda Guerra Mundial, para reconstruirla y lograr mayor equidad entre las personas. Contribuyentes además, de una forma u otra. Ninguno de sus pilares puede ser objeto de especulación, pero, probablemente, el que menos la salud. Es lo que nos mantiene vivos. Así de simple.

Los profesionales de la sanidad pública y los usuarios racionales  están en pie. En Madrid se están recogiendo firmas para intentar parar esta loca usura. Se la pasarán por el forro de sus ricos trajes, probablemente. Lo seguirán intentando. Hasta que la marea blanca, la de todos los colores, llegue a barrer sus inmundicias.

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