El golpe en el PSOE retumba en toda España

Lo publiqué hace unos días en eldiarioes, estaba claro. Este domingo se ha dado un paso más y en una semana tenemos a Rajoy de presidente del gobierno de nuevo.

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La operación está a punto de concluir. Con esa quemazón de los lazos que nos atan y atan fuerte en España. La investidura de Rajoy como presidente del gobierno, gracias al PSOE salido del alucinante motín del 1 de octubre, tiene mucha más envergadura aún de la que parece. El cambio de rumbo supone avalar a un partido anegado por la corrupción y condenar a la sociedad a unas políticas que el PSOE rechazaba. Así lo hicieron creer a sus votantes y no votantes.

Volverá a gobernar Rajoy. A ese fin se montó la defenestración de Pedro Sánchez. No hay alternativa, dicen, se trata de ir a terceras elecciones o abstenerse en favor del PP. No hay alternativa, desde luego, para una posición férreamente conservadora y aposentada que es la que se ha hecho con los mandos del PSOE. Y no por el método más airoso.

Nunca existió la posibilidad de un gobierno progresista. Por más que se llenen la boca de exculpaciones e inculpaciones numerosos miembros del PSOE. No lo hubieran consentido, como se ha visto ahora. Probablemente Pedro Sánchez intentó al suscribir el acuerdo con Albert Rivera distraer y apaciguar a quienes preferían pactar con el PP o con el diablo antes que con Podemos. Pensó, quizás, que Pablo Iglesias se sumaría con una abstención con tal de echar a Rajoy, no a lo que representa. Sánchez, además, parecía sintonizar con Rivera. Pero Ciudadanos tenía una labor que anunció reiteradamente: el pacto había de ser con el PP, jamás con Podemos, ni luego con Unidos Podemos.

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Felipe González también avisó. El expresidente tomó de alguna manera las riendas pocos días después de las primeras elecciones del 20D. Como ahora son múltiples las portavocías mediáticas de «la gran coalición»; en enero lo contó La Razón. Había que buscar a las viejas glorias para que frenarán a Sánchez no fuera a ser que se desmandara. Y parece ser que Sánchez sí pensó en serio al final en un gobierno progresista porque era su única salida. Susana Díaz lo quería fuera, en cualquier circunstancia.

El País se convirtió en este periodo en un órgano de presión y tutelaje del candidato y del propio PSOE. Ya se dice, con acierto, que deberá estudiarse lo que un periódico ha llegado a hacer con un partido político. Se marcaron las pautas, se alabó y se censuró. Se llegó a insultar a Pedro Sánchez y reiteradamente. En el cúmulo de improperios se le acusó de tener «un partido secuestrado», o aquel terrible «insensato sin escrúpulos» que señaló su derrocamiento. Ningún saqueador de las arcas públicas ha recibido ese trato. Hubo también un sobrecogedor final de editorial del 4 de septiembre: « Hay que evitar la repetición de elecciones a cualquier precio«.

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Y el miércoles 28 de septiembre Felipe González acude a la Cadena SER y se duele de haber sido engañado por Pedro Sánchez. Le dijo que se iba a abstener y no lo hizo. Y hay que abstenerse, no lo puede dejar más claro. Por la tarde le presentan a Pedro Sánchez 17 dimisiones en la Ejecutiva. El sábado, solo 4 días después, en una bochornosa sesión, Sánchez pierde ante los amotinados. La triunfadora es Susana Díaz, quien ha decidido por fin dar el salto a Madrid. El presidente asturiano Javier Fernández es colocado al frente de una Gestora con sobradas atribuciones.

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La maniobra se ha desarrollado ante nuestros ojos. Con menor pudor cuanto más colaba la osadía. Puede ser lícito que, de existir una mayoría en los órganos de decisión, se cambie a la persona que ocupe la Secretaría General sin cumplir los plazos y procedimientos. Pero no es eso lo que ha ocurrido, o no en la forma. Sánchez fue nombrado en primarias y le echa el Comité Federal, tras la declaración de guerra de la Ejecutiva. Lo hemos visto todos. El método para desbancar a Sánchez fue impresentable. El golpe de un sargento chusquero como lo calificó el socialista Josep Borrell. Ahora, el golpe en sí ha quedado en un segundo plano informativo. Y es clave en la historia.

La Fiesta del 12 de Octubre brindó múltiples pistas. La jefa -sin coronar aún- fue la estrella. Y hubo movimientos a amplias bandas. Sonrisas, parabienes, celos, algún crujido de sapos saltando en el estómago. Un cierto tufo a conchabeo en las cumbres. Susana Díaz deja el trabajo duro a otros –dicen que es su especialidad– y, ante el requerimiento de declaraciones, afirma: «Ya os cansaréis de oírme». Da por hecha su ascensión. ¿Adónde? ¿A la Presidencia del gobierno? Mucho tiene que llover para eso. O no, visto lo visto. O sí, visto lo visto.

Varias voces en el PSOE, escasas, son conscientes de lo ocurrido. De su gravedad también. Pero el conocido como Susanato, o Sultanato, agrupa –con la presidenta andaluza y su círculo de apoyo–, a barones territoriales de su mismo corte: se asemejan mucho a la figura del cacique español que conoce bien el sustento de redes clientelares.

Los estamos viendo pronunciarse y defender la inevitabilidad de un gobierno de Rajoy. Las declaraciones tras la reunión de este martes, con sus acatamientos y excusas, producen sonrojo y casi dolor ajenos. El presidente de la Gestora insiste en que «abstenerse no es apoyar» y que «la democracia directa no está en la cultura del PSOE». Varios barones se pronuncian en el mismo sentido. El portavoz de la Gestora, Mario Jiménez, declaró que « investir a Rajoy servirá para ‘sanar el daño’ que hizo el PP».  Y hay quien ya se consuela con la oposición tan constructiva que va a hacer el PSOE que igual consigue comisiones de investigación.

La división en el PSOE apunta indicios de ser traumática, y ocasionar la ruptura y separación de algunas federaciones como el PSC y la pérdida de figuras fundamentales. O puede que incluso también se diluya. Los objetivos de los amotinados son inapelables. En realidad solo necesitan brindarle a Rajoy, a lo que representa en el Sistema, 11 abstenciones, un «Tamayazo» amplio.

Esta crisis fue largamente preparada y, sin embargo, se ejecutó con torpeza extrema. Como en un ataque de urgencia o de soberbia que se precipitara eludiendo los cauces previstos. El «nuevo» PSOE ha quedado en tal situación de debilidad que no puede ni exigir contrapartidas a su apoyo. Corre el riesgo de que Rajoy les convoque elecciones y les mande al pozo del que no les salvarán las complacientes encuestas. La faena trae a la memoria la Ley de Clark, formulada, en su despido, por un científico de la NASA: «La incompetencia suficientemente avanzada es indistinguible de la mala voluntad».

Todo está pasando ante nuestros ojos para quienes quieran verlo. Gracias a los procesos por corrupción que se están desarrollando, hasta los menos informados pueden ver el montaje de hilos entrelazados y se van afinando algunas de las figuras que los mueven. Podemos intuir más. Es la punta del iceberg. Algunas nunca las conoceremos. Ni tampoco los papeles de quienes gestionan la difusa urdimbre que mueve más de lo que muchos creen nuestras vidas. Los países menos o nada corruptos se libran de esta lacra.

Facilitar el gobierno a este PP es escandaloso, sin atenuantes. No solo por la corrupción, con ser letal e intolerable; son las políticas para la desigualdad, el aumento de la pobreza de todos los días, la demagogia impenitente, las trampas sonrojantes, o el peligroso autoritarismo que ha caracterizado el gobierno del PP con sus Leyes y Códigos Mordaza en vigor. Apoyarlo es sustentar todo esto. Y su continuidad. Rajoy no ha brindado ni una concesión a sus socios. Teatrillos habrá con el juego de minorías pero lo fundamental está atado.

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Dicen que durará poco la legislatura pero, mientras no haya una conciencia ciudadana responsable, el entramado opera a sus anchas. Y si han sido capaces de hundir al PSOE para que nada cambie, ¿qué más cabe esperar de este tiempo que se avecina?

*Publicado en eldiarioes

La envidia del villano

Publico en ctxt.es este artículo que quisiera ser más reflexivo que el apresurado comentario de noticias…

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Horrach ha perdido frente a Castro. El fiscal del Caso Nóos que se dilucida en Palma acaba de ver derrotadas las tesis que le enfrentan al juez: la infanta Cristina seguirá sentada en el banquillo de los acusados por delito fiscal.

Asistimos en España a una serie de duelos que nos afectan. Un solo duelo, quizás. Al estatus vigente le han nacido incómodos rivales y se defiende agrio. Síntoma de que algo está realmente cambiando. La pugna se representa en varios escenarios destacados por los que, de alguna manera, brilla el eterno mito de la envida del villano. Del que llega a serlo, al ver irrumpir en su estabilidad a alguien que, aparentemente, solo aparentemente, logra sin esfuerzo aquello por lo que él tanto ha luchado.

Cuentan las crónicas serias que Salieri no fue el ruin envidioso que se esforzaba en poner palos en el camino de Mozart. No tanto. La música del Siglo XVIII y de toda la posteridad se enriqueció con el pique entre ellos. Lo cierto es que su relación sirve de paradigma de los casos que nos ocupan: un profesional asentado, docente, compositor y maestro de capilla de la Corte de Viena, en cuya apacible vida irrumpe otro músico dotado por el genio, cuyas obras trascenderán la historia. La competencia es un estímulo, el peligro se plantea cuando se convierte en rivalidad y ésta en un asunto personal que lleva a querer la aniquilación del otro. Más o menos simbólica. Parece que Salieri, en contra de la leyenda, cuidó a un Mozart que murió en la pobreza con solo 35 años. Pero el prototipo es muy gráfico y se mantiene en diferentes versiones.

El fiscal Pedro Horrach y el juez José Castro trabajaron durante años formando equipo en el archipiélago balear. De su pericia emergió uno de los grandes nidos de corrupción vinculados al PP, junto a Madrid y Valencia. El caso Palma Arena, por posibles prácticas corruptas en la construcción del velódromo de la capital mallorquina, va a aportar sorpresas. Precisamente Horrach será quien encuentre el hilo que les conduce al Instituto Nóos del yerno del rey Juan Carlos, Iñaki Urdangarin. Sobre su imputación, no dudan. El fiscal discrepa de llevar a juicio a su mujer y socia: la infanta Cristina.

Todo en este proceso ha venido siendo singular. Partiendo de la ardorosa actuación del fiscal Anticorrupción Horrach, volcado en exonerar a Cristina de Borbón, sin pasar siquiera por el banquillo.  Imputaciones y desimputaciones. La Abogacía del Estado que también defiende a la implicada y el Ministerio de Montoro nos hacen saber que “Hacienda somos todos” es solo una frase publicitaria. Ni siquiera ocultaron que han admitido facturas falsas de los Urdangarin para desgravar. El propio Horrach argumenta en defensa de la Infanta que, aunque “Aizoon era una sociedad instrumental utilizada por su cónyuge para presuntamente apoderarse de fondos públicos, ¿por qué tenía que conocer que era una sociedad instrumental para defraudar a la Hacienda pública?”. Estimó también que llevarla a juicio oral en esas circunstancias la conducía “a la indefensión”. Criada con privilegios muy superiores a la mayoría de los ciudadanos, Cristina supo de sirvientes contratados en negro, pero no, aseguran sus defensores, de las actividades de la empresa familiar. Y, así, la Infanta ha contado a su favor con quienes deberían velar por resarcir el daño público que se infiere por la evasión de impuestos.

El juez Castro se mantuvo firme pese a las innumerables presiones de todo tipo que ha venido sufriendo. Entre otras muchas, llamadas, amenazas, vergonzantes portadas de los diarios afines al poder o dejarle excrementos en la puerta de su casa. Esas prácticas que en cualquier país democrático serían consideradas mafiosas y por tanto castigadas. En los autos judiciales que cruzaron Horrach y Castro, el fiscal llegó al terreno personal. Le acusó de hacer un «juicio de valor», de investigar a la hija del Rey de manera “inquisitiva” o de estar contaminado. De hacer mal la instrucción, en suma. Al punto de que el juez le retó a presentar denuncia por prevaricación. Cosa que Horrach no hizo. Tampoco nadie la ha interpuesto contra él, contra el fiscal. Algo quedó en el camino: la imputación por blanqueo de capitales de la que se exoneró a Cristina de Borbón.

Coincidentes en varias características –prestigio profesional, una gran capacidad y entrega al trabajo, pasión por las motos de gran cilindrada–, Castro y Horrach concluyeron en ruptura. Su desavenencia, pública, es también la de quienes creen que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley (y ante Hacienda) y quienes de alguna manera estiman que una Infanta de España forma parte de “los pilares del Estado de Derecho”. Fue una frase empleada por Castro: no creía estar quebrantándolos, le dijo al fiscal, por llamar a declarar en juicio a la hija del Rey. Es la lucha por quedarse quieto o cambiar. Es la virulencia de quien ve relegada o en peligro su idea, su posición, o su silla.

Esperanza Aguirre, aún alto cargo del PP, protagoniza otro enfrentamiento: una intensa hostilidad con Manuela Carmena, la actual alcaldesa de Madrid llegada con las Mareas del Cambio. Magistrada, relatora por los Derechos Humanos de Naciones Unidas, comprometida y con un gran prestigio, está siendo víctima de una intolerable campaña de acoso desde que es regidora del ayuntamiento de la capital. A Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid, le apetecía ahora ser alcaldesa, pero no obtuvo los votos suficientes para lograrlo y nadie le prestó ni uno para que lo consiguiera. Esperanza languidece en bilis cuando ve a Manuela que se mueve, como ajena, a las zancadillas. Todo en ella molesta a Aguirre y a la derecha aguda y tramposa que representa. El traje….

*Para seguir leyendo y, además, llegar a la conclusión -porque hay más villanos-, aquí… 

El día de la marmota

“La lucha del hombre contra el poder,

es la lucha de la memoria contra el olvido.»

Milan Kundera

EEUU (Canadá también) celebra hoy una pintoresca tradición: “El día de la marmota”. Famoso por dormir, ese animalillo se supone predice la duración del invierno, según su comportamiento. Aquella película, “ATRAPADO EN EL TIEMPO”, protagonizada por Bill Murray -que en su estreno fue una más-, se ha convertido en símbolo. Con razón. Sin pretenderlo nos sitúa ante la condición humana, que se da permiso con gran benevolencia para olvidar lo que le incomoda. Incluso lo que puede inducirle a un pensamiento crítico, que uf¡ cuesta elabora y, peor aún, compromete. Ciertamente, encuentra entusiastas colaboradores a su misión, en todos aquellos que le dicen, con insistencia, lo que debe y no debe pensar. Como nada nace de la nada -ni el bebé que abre por primera vez los ojos a la luz-, la historia aporta datos imprescindibles para vivir el presente y anticipar, o saber afrontar el futuro.

Uno de los peores defectos españoles es la falta de memoria social. Si, individualmente, hay auténticos genios de la retentiva, como país nos posee la amnesia colectiva. El “día de la marmota” se reproduce una y otra vez, cada amanecer todos se despiertan con la mente virgen a lo vivido la jornada anterior pero con su personalidad inalterable. Sólo el protagonista tiene la oportunidad de rectificar los errores a tenor de la experiencia. Él corre con ventaja, porque los amnésicos cometen una y otra vez los mismos errores. Origen o consecuencia, eslabón de una cadena, la débil memoria colectiva de los españoles ocasiona muchos problemas al cuerpo social. Sin ese vital elemento, España no puede basarse en la información de su Historia, para elaborarla, asimilarla, y decidir en consecuencia.

EL FRANQUISMO

Mal que le pese a Mayor Oreja -nuestro más votado representante en Europa-, el franquismo no fue una etapa “de extraordinaria placidez”. No es opinable. Ahí están los hechos. Además de perder el tren del progreso, y obviando -que es mucho obviar-  algunas minucias como encarcelamientos, torturas y asesinatos, sólo quien compartiera el ideario de la dictadura podía sentirse a gusto cuando cualquiera se veía obligado a quejarse en voz baja no fuera a escucharle “alguien” y lo pagase caro. Ésa es la sensación más latente de mi niñez. Amén de otras peores.

ADOLFO SUÁREZ

Adolfo Suárez es hoy la figura mitificada de la modélica transición. No creo que ningún presidente haya sido crucificado de tal manera por ajenos y propios. Y una transición negociada bajo la bota de los vencedores tiene poco de modélica. Aún la pagamos. España es el único país –repúblicas bananeras incluidas- que ha dejado impune un golpe de Estado y una dictadura de 4 décadas. Y eso se nota. Aún se habla de paridad de bandos cuando uno fue el que se levantó en armas contra el pueblo español, y lo machacó durante 40 años.

FELIPE GONZÁLEZ

Felipe Gonzáles modernizó España. Hizo universales y gratuitas, sanidad y enseñanza. Firmó nuestra entrada en Europa. Hoy, hasta la derecha se rinde a su brillantez, le añoran. Olvidan, olvidamos, que le montaron un complot –confesado por sus autores (los de siempre Ansón, Pedro J., Losantos)- para echarle del poder. Y que, coherentes, muchos progresistas le dieron la espalda por la corrupción que acompañó el final de su mandato.

JOSÉ MARÍA AZNAR

 Si alguna vez me sentido incómoda por ser española –además de con Franco-, ha sido con Aznar. Y sus gobiernos. Emoción basada en hechos: su servil apoyo a la infame guerra de Irak que, además, lejos de erradicar el terrorismo, ha convertido al país en su Universidad cualificada. Blair, el laborista híbrido, –inmerso en críticas que le invalidan– anda dando cuentas por ello en el Parlamento. Aznar da… conferencias remuneradas. Añadamos la consolidación de los contratos laborales basura y privatizaciones de empresas públicas. Así engroso las cuentas del Estado hasta yo que soy “de letras”, sólo que él, al mismo tiempo, mermó el precario gasto social español y no tocó el tercermundista salario mínimo. Su ley del suelo, jaleada por Rajoy -el futuro presidente si alguien no lo remedia, alguno de los suyos incluso-, sopló la burbuja inmobiliaria hasta asfixiarnos. Tampoco es opinable, los datos lo atestiguan. La manipulación de los terribles atentados del 11 M –solo o “en compañía de otros” (medios informativos)- le costó el gobierno al PP pero ningún país serio hubiera pasado por alto tamaño ataque a la democracia, al que se añadieron las insidias para buscar réditos electorales –y económicos y de poder en el caso de los medios implicados- con el terrorismo de ETA.

JOSÉ LUÍS RODRÍGUEZ ZAPATERO

Zapatero ha emprendido una senda suicida, tras la buena gestión de su primer mandato. Apacigüen las risas los desmemoriados, también están ahí los datos. Llegó una crisis mundial. Explotó la burbuja española. Le llueven los enanos y, en lugar de calzarlos, da palmadas al aire. Se ha lanzado en plancha a improvisar por reacción a las críticas. Rectifica en horas lo que anuncia con precipitación. Los medios internacionales que azuza en buena medida la derecha (Murdoch/Aznar a la cabeza) le machacan. Y Obama le da plantón en su cita europea. Imperdonable. Realmente. ¿No hay un Moratinos que cesar? ¿No hay algo que hacer muy contudente en muchos terrenos?

«EL SISTEMA»

Las recetas están claras. Lo decimos todos los días en todas partes. En este blog también, en sus lúcidos y documentados comentarios. El FMI que manda reducir los insultantemente precarios sueldos españoles y las pensiones, mientras los ricos incrementan con obscenidad comparativa sus beneficios; los “mercados” que piden rebajar los salarios y las pensiones, los medios informativos que vapulean interesadamente, son los patrones de “el sistema”. Y, “el sistema”, tolera pocas bromas. Hay unos pocos que se juegan mucha pasta.

EL PP ACTUAL

El PP sube en las encuestas. Con los Gürtell, espías, nepotismos, cacicadas, despilfarros y manipulaciones.  Con su realidad administrativa frente a lo que predican.Con la desfachatez de la que hacen gala algunos de sus más prominentes líderes  Con esas damas de hierro que ofenden la inteligencia y el decoro ético. Con ese gran economista, resoluto, que cumple lo que promete, definido, brillante donde los haya, propagador incansable de los refranes de hace un siglo en su lenguaje actual  por toda forma de cultura. Con la mugre franquista que aún tiene enquistada en sus filas.

ESPAÑA Y NOSOTROS

Aguirre dice que Zapatero no reduce el paro, cuando ella tiene competencias en la creación de empleo en Madrid. Por cierto ¿el paro lo crea un gobierno con escasas empresas públicas -ya sabemos que Aznar las liquidó para entregarlas a cercanas manos privadas-… o los empresarios?

El escándalo de este país a todos los niveles deja perplejo al más avisado. Y la culpa… ¿es sólo de Zapatero? ZP se merece un varapalo. Vamos a castigarlo. Para que se fastidie el Prior me quedo sin cenar. Pero el Prior sí ha perdido el rumbo. ¿Qué hacemos?

Creo que solo Bill Murray tiene la respuesta.

El prestigio internacional de España

Anda muy preocupado el PP -y todos aquellos que les escuchan sin cuestionar sus opiniones- por la pérdida de prestigio internacional de España. La nueva tanda de lamentaciones ha llegado en la voz de las dos damas fuertes del partido: Cospedal y Aguirre. Ambas aseguran, con una u otra formulación verbal, que fuera nos toman por el pito del sereno. Las dos son personas instruidas, o deberían serlo a tenor de su cuna y posibilidades de acceso a la educación. No creo que hagan estas aseveraciones convencidas de su veracidad, sino para minar la credibilidad del Estado en un ejercicio más de patriotismo.

Me pregunto respecto a cuándo ha mermado España su prestigio internacional. El precedente más cercano es José María Aznar. El día en el que nuestro entonces presidente decidió apoyar la invasión de Irak en contra de las resoluciones de la ONU, el día de la famosa foto de las Azores, busqué preocupada cómo mostraban la escena más allá de nuestras fronteras. Tanto en la CNN norteamericana como en la BBC británica y ambas emitiendo para medio mundo, suprimieron la imagen de Aznar. Al priorizar la presencia de Bush y Blair, no contaron con lo accesorio: el presidente español, que apenas se vio en algún plano de refilón. No cuenta ya que una mayoría abrumadora de ciudadanos se opusiera aquí a la guerra, pero sí, quizás, lo que dicen los expertos en terrorismo: Afganistán fue la escuela del fanatismo islamista para cometer atentados, Irak se ha convertido desde la invasión, en la Universidad del terrorismo internacional.

Aznar sintonizó ideológica y mentalmente con Bush, el peor presidente en la historia de EEUU, fue a su rancho y habló en tejano, pero el poderoso mandatario no invitó a España a las reuniones del G8, por ejemplo. Aznar trabajaba para sí, para esas conferencias que imparte por los centros ultraconservadores de la galaxia –si le dejan, hasta ahí llegará-, cobradas a precio de oro, que defienden el liberalismo neocon generador de la crisis económica -que todos, salvo ellos padecemos-, y combaten el cambio climático con gran visión de futuro. Más cerca, Aznar se alineó con los EEUU de Bush para mermar a Europa. A la UE a la que pertenecemos. Como cuenta Javier Valenzuela en su libro “Viajando con ZP”, ni sus homólogos europeos tragaban a Aznar, sobre todo los franceses y en particular Chirac.

¿Nos remontamos al prestigio español durante los cuarenta años de franquismo? Llegamos a padecer –con razón- hasta un bloqueo internacional, que empezó a suavizarse cuando Eisenhower hizo acto de presencia a cambio de instalar bases extranjeras, de su país EEUU, en nuestro suelo. Pero reiteradamente nos negaron el acceso a Europa. Adolfo Suárez, tan boicoteado por todos los flancos, empezó a lavar la cara de España y Felipe González consiguió, por fin, que España entrase a formar parte de las Instituciones europeas en 1986. Época de los grandes pesos pesados en política, González sí fue “uno de ellos”. Aunque el país se subiera al tren en los últimos vagones. Europa nos dio dinero para desarrollarnos, nos cubrió de carreteras, pero no por eso nuestros sueldos y gasto social dejaron de estar a la cola de lo que disfrutaban –y aún disfrutan- los ciudadanos europeos. Pese al esfuerzo hecho, estábamos lastrados por siglos de atraso.

Ya, el Imperio. España fue el primer Imperio global, por así llamarlo. Es eso lo que añoramos. Durante siglos en nuestras posesiones “no se ponía el sol”. He leído algo de nuestra Historia con ojos nuevos. Por cierto, nos quejamos ahora pero aquello sí que era un sin vivir. Nuestro imperio y todos los demás se construyeron a base de guerras y ocupaciones, de robar a manos llenas a los vencidos, por alianzas de matrimonios entre monarquías, es decir pagando en la cama real las conquistas. Reyes autoritarios los españoles, casi absolutistas, los califica la Historia. Y entre ellos un Felipe III a quien se define como hombre de inteligencia limitada que cedió su poder a los validos. O Carlos II que tenía 4 años cuando accedió al trono, su madre y más validos rigieron a nuestros antepasados. Por religión en gran medida también se construyeron los Imperios, sobre todo en nuestro país. En los litigios, quien mediaba era el Papa católico, qué curioso.

Siempre me he preguntado por qué los museos británicos, franceses y demás, atesoran lo saqueado en sus guerras imperiales y aquí apenas tenemos nada de lo confiscado en aquel territorio de 20 millones de kilómetros cuadrados. Existen referencias de astronómicas cantidades de oro y piedras preciosas llegadas en los barcos de ultramar ¿adónde fueron a parar? Amén de lo que se llevaran las arcas privadas, respuesta que no parece nada descabellada, las crónicas hablan de una mala gestión, de que la guerra es muy cara, de la piratería que nos asolaba -qué casualidad-, de revueltas locales de ciudadanos hartos. Por cierto, descubro que Cataluña se rebeló en 1640 en el reinado de Felipe IV, vamos, que el estatut no nació ayer. Podemos presumir, eso sí, de dos grandes inventos: la picaresca –robar en plan simpático- y la guerrilla.Y por las eternas luchas de ideologías en nuestro suelo. Siempre, o casi siempre, ganaron… los castizos.

Poco nos cuentan de si calaron en la sociedad las venturas culturales del Siglo de Oro de este país que pervive en su prestigio por individualidades esforzadas que han de luchar contra el viento y la marea del involucionismo. Una frase de Lope de Vega me impactó en su día, y mi memoria la recuerda así: “Si al pueblo le das paja come paja, pero si le das grano come grano”. Sólo sé que arrumbamos analfabetos al siglo XX, y que hoy… apenas sólo servimos paja.

Dejémonos pues de glorias chauvinistas. Somos un país del primer mundo, bien situado en la escena internacional pero sin alharacas, con muchas cosas por mejorar. Sobre todo el decidido propósito común de emprender esa tarea. Con pasados tan poco edificantes como el nuestro –o casi, a nuestro extremo pocos llegan-, otros países lo consiguieron y sospecho que ha sido por eso, por quererlo y poner los medios, desde la sociedad y para la sociedad.

Cuando no se necesita pensar en Europa

Toca hablar de Europa. Sucede de vez en cuando para después sumirla en el olvido por largo tiempo. Los irlandeses han votado mayoritariamente el Tratado de Lisboa, después de haberlo rechazado en 2008. Cierto que Bruselas les ha hecho algunas concesiones para limar asperezas, pero en el ánimo de los ciudadanos ha pesado por encima de todo que, fuera de la UE y del euro, hace mucho frío. Aquellos que apuntalaron su desbordante milagro económico, pueden seguir ayudándoles a salir de la crisis. Implora Islandia su acceso por idénticas razones: su debacle financiera desde el Olimpo no se hubiera producido -o hubiera sido menor- de pertenecer a la Unión.

  Pero, en contra de todo camino de progreso, el Presidente checo –que presidió el primer semestre europeo para más escarnio,- el euroretrógrado Václav Klaus, retrasa la firma del acuerdo para irritación de su propio gobierno, y el polaco, uno de los pintorescos hermanos Kaczynski, también.  Aunque parece que éste será convencido antes.

  La vieja, sólida y democrática Europa decidió organizarse hace más de medio siglo para ahondar y mantener sus principios. Han pasado casi otras bodas de plata desde que, con nuestra entrada y la de Portugal, se formó la fructífera Europa de los Quince. Pues bien, las Instituciones comunes todavía no han logrado superar su “problema de comunicación con los ciudadanos”. Asociaciones de todo tipo, en ingente número, detallan ante reducidos y entregados auditorios lo mucho que Europa influye –que lo hace- en nuestras vidas y cuánto la necesitamos. Y sigue la incomunicación. ¿Por otro medio siglo más? ¿Uno completo?

   El Tratado de Lisboa fue la alternativa a la Constitución que no prosperó por el vetó francés y holandés. La consideraron demasiado conservadora. Un texto farragoso -como todo lo que menta, la UE-, nos hace sin embargo ver en él algunos avances operativos.

Se va a asemejar más al funcionamiento de un organismo compacto. Habrá un presidente fijo –durante dos años y medio prorrogables-, el Alto Representante para la Política Exterior –puesto que hoy ocupa el español Javier Solana- se ve reforzado, también el Parlamento al que se equipara en su poder decisorio al auténtico órgano fuerte de Europa: el Consejo, formado por los jefes de Estado y de gobierno nacionales. Más papel también para los Parlamentos nacionales, u otro sistema de voto.

   Promoví una asociación, Europa en Suma, de la que he sido también presidenta hasta hace unos días. Pretendía imbuir otra forma de abordar lo que casi es un problema: la unión  de los ciudadanos de este continente. Pero el “paquidermismo” contagia a lo europeo oficial. Y también le llegan sus vicios, sus juegos de intereses, incrementados algunas veces en nuestro país por nuestra rica idiosincrasia de envidias, protagonismos, manipulaciones, incluso atisbos de utilización personal consentida.

  A pesar de la burocracia,  Europa es horizontes, pluralidad, diversidad, lenguas, criterios, avances, paz… y España se convierte en ejemplo paradigmático de por qué precisamos un vínculo fuerte y solidario. Ante todo, para ahuyentar inmovilismos, fanatismos, lo local que se pudre devorando sus propias entrañas. Los progresistas españoles siempre miraron a Europa como escapada. Proscritos “afrancesados” reclamaban más cultura e incluso más glamour, pero triunfaron los castizos. En España siempre triunfan los castizos. Saturno goyesco que se alimenta de sí mismo y no deja crecer ideas nuevas.

    “Si no existiera Europa, habría que inventarla para afrontar la crisis”  razonó el ex presidente español Felipe González, trabajador incansable por una UE mejor, en la presentación de Europa en Suma que organicé, y cuyas amplísimas referencias han desaparecido de la página web –imagino que por error, no podría ser de otra manera-.

   La única vía abierta a Europa pasa por vivirla, saber cómo respiran nuestros vecinos, qué les duele, por qué gozan y se afanan, adónde les ha llevado su historia y su desarrollo. Sepa un camarero malagueño que su colega danés gana 2.300 euros al mes por 37 horas de trabajo semanales. Sólo Grecia y Portugal (en la UE15), cobran menos que los españoles, y muchos países duplican nuestros ingresos. Coméntele a cualquier sueco que la mitad de los españoles reciben, como salario mensual, mil euros -o menos-  y contemplará una definitiva expresión de incredulidad. Charle un sindicalista español con un francés o un alemán, y aprenda a batallar por sus derechos y a poner coto a excesos empresariales y gubernamentales. Con horarios que lastran la productividad y la vida personal, hablen tenderos y consumidores sobre cómo España fue el país europeo en donde más creció la inflación con el euro. Atienda Vd. a los llantos de nórdicos y asimilados por sus elevados impuestos, pero descubra que, en algunos países, el Estado costea el dentista en todas sus prestaciones o las gafas. Añada un año de maternidad y paternidad subvencionado total o parcialmente al amparo de las leyes. Con un gasto social seis puntos inferior a la media europea (por debajo, de nuestro 20,9% del PIB, apenas encontramos, hoy, a Malta, Chipre y los países del Este), la cifra no avergüenza más gracias a que José Luís Rodríguez Zapatero presupuestó 60.001,27 millones de euros más, un 52,53% de incremento respecto al PP.

  Indague, pregunte, cuente, comparta. Entérese -desde nuestro secular fracaso escolar-, de por qué Finlandia encabeza la educación mundial. Comuníquense en inglés, o en cualquier otra lengua que conozca, como la han aprendido ellos. España, privilegiado destino turístico, no habla idiomas.  

Una sociedad educada e informada utiliza racionalmente sus recursos. No dedica más de un tercio de sus ingresos a financiar una vivienda, ni paga por ella más de su valor. Ni se hipoteca para viajar de vacaciones u operarse de estética. No tolera y anima las trampas. Incluso en la Europa azul, con brotes de gangrena ultraderechista, ¿Se hubieran producido, impunemente, las insidias sobre unos atentados tan atroces como los del 11M? ¿Y la utilización política del terrorismo? ¿Y la comprensión de la dictadura franquista? Numerosos ejemplos -desde el conflicto del IRA a la persecución del nazismo- demuestran que no.

    Consultemos a los europeos si se oponen a que sus hijos estudien “Educación para la ciudadanía”, tanto en colegios laicos como católicos. Si, salvo una minoría, cuestiona normativas europeas –como la píldora postcoital o el aborto-. Atendamos a qué lugar  ocupa en sus prioridades la búsqueda del bien común –esencia de la (buena) educación-. 

   Europa nos homologó en democracia cuando entramos en su seno en 1986.  Y los fondos estructurales y de cohesión construyeron carreteras y autovías, líneas ferroviarias, modelándonos como país desarrollado. Pero nos faltó inhalar a fondo los valores prometidos: tolerancia, respeto, pluralidad, educación, y convergencia equilibrada fuera de los datos macroeconómicos que exigía Bruselas. La integración real, la que hermana a los socios del mismo club en utopía que aspira a realizarse.  

       La caverna se prepara para aguar la presidencia de turno española. El Mundo cruza hoy los dedos para que el presidente checo firme antes del 31 de diciembre y “Zapatero pierda protagonismo” en la presidencia de turno.

    La UE se abrió a los países del este soviético, con un nivel de desarrollo y de educación que nos hacía profundamente extraños. Como si de otro continente se tratase. Sin hacer reforma alguna. Sin propiciar que quien no quiere estar en la Unión y obstaculiza su funcionamiento, sea expulsado. Los euroescépticos aún esperan que el Tratado de Lisboa llegue sin firmar a las elecciones británicas que, dando el triunfo a los conservadores, engrosarían también las filas de quienes no desean Europa. ¿No sería mejor que abandonaran el club?

  Existe una privilegiada élite, los Erasmus, que viven Europa sin necesitar pensar en cómo la dinamizan o la dan a conocer. Porque sus amigos y su círculo son europeos, piensan y sienten en europeo. Y Europa llegará cuando sus ciudadanos se relacionen al mismo nivel, siquiera leyéndose. ¿Un siglo? ¿Con torpedos constantes?  Necesitamos Europa; cuando Europa se desdibuja, emerge la involución.

ABC, entre el pasado y el futuro

Una adicción. Un “Milenium” de la realidad que retrasa comidas y gestiones. ABC ha digitalizado sus 118 años de vida y los ofrece en su nueva hemeroteca. Toda la vida guardando recortes, los míos sirvieron para formar el primer centro de documentación de TVE en Aragón y ahora me encuentro un siglo con todas sus páginas. Los antecedentes son esenciales en el periodismo, y, por tanto, en la vida real. Aportan causas, despejan incógnitas, a menudo nos permiten entender los porqués.

Buceo en las páginas de ABC, de sus publicaciones. Primero busco las míticas portadas de Blanco y Negro, obras de arte para la Historia, como ésta, al azar, de los revolucionarios y creadores comienzos del siglo XX, de 1917.

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La primera fotografía aérea, la primera en color. Las crónicas de una gallega intrépida nacida en el siglo XIX, Sonia Casanovas, enviada especial a la guerra de Marruecos, o a la revolución rusa. La vida cotidiana que transcurre durante más de un siglo, ojeando el horizonte internacional, y ahondando en nuestro país. La democracia que, según editorializa otro precursor, Manuel Blanco Tobío –entre las decenas de firmas que han poblado el periódico- ha de ser siempre escéptica y no conformista. La evolución de los anuncios, televisores en alquiler, los pisos a pagar en 12 años con una entrada de 150.000 pesetas, lavadoras y lavavajillas a 19.500.

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El mismo día de Julio de 1976, que, una segunda edición tardía, saluda a Adolfo Suárez y sus medidas.

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ABC se parece a España. Al poso conservador que se arranca en innovaciones, y vuelve a caer, y resurgir y dudar y renacer, en espiral eterna.  El mismo ABC que hoy aloja las columnas de Antonio Burgos es capaz de hacer esta apuesta tecnológica y vibrante de su hemeroteca virtual. El golpe de Estado de 1936 repartió los bandos entre sus dos clásicas ediciones, Sevilla salió dos días después con el «Viva España» de los sublevados…

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Madrid apostaba por la República. Las dos Españas en un solo diario.

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Inagotable fuente de conocimiento, de referencias, pueden encontrarse citas del “maltrato” desde 1903, pero será a partir de 1993 cuando arrecien hasta llegar a casi 3.000 en los últimos 6 años. El ritmo al que se han incrementado las denuncias de lo que siempre existió.

La palabra “blog” aparece en 1905 como vocablo inglés, para estallar a partir del 2003. Hoy hay 133 millones de blogs en el mundo. ABC tuvo la deferencia de invitarme a la presentación de su hemeroteca. “La mejor forma de predecir el futuro es construyéndolo” dijeron los miembros del equipo. Y es un sabio consejo.

Invito a indagar sobre mil aspectos de vuestra vida que nos han forjado. a unirse a los que buscan su nombre, su ciudad, o el día en el que nacieron, junto a la crítica a Felipe González en los presupuestos de 1995, idéntica a la actual a Zapatero, que es su página más vista hoy.

Dibujo

La Historia se repite. Hoy sé que en mi primer día de vida me saludó Berlín a toda portada, el mismo que se uniría a mis momentos cumbres en la caída del Muro y, muy esclarecedor, al último verano de cerrar y abrir puertas para emprender nuevos rumbos. El futuro, sí, es un página en blanco que hay que escribir con tu puño y letra para construirlo. O con el ordenador, claro está.

Lecturas recomendadas del día

Entre otras cosas, dice:

 «Súbanmelos para desarrollar la red gratuita de escuelas infantiles, levantar un sistema decente de atención para los mayores e invertir lo necesario para combatir las enfermedades degenerativas. Súbanmelos, para que los parados cobren una prestación digna y no esa limosna populista de los 420 euros. Súbanmelos, y creen un parque de vivienda pública accesible en lugar de avalar a los constructores y proteger las viviendas que no pueden vender.

Súbanme los impuestos, pero dejen de aprobar ERE mientras regalan nuestro dinero a las multinacionales del automóvil. Háganlo, pero acaben con los contratos basura y olvídense de «flexibilizar» el despido (lo que el PP llama «reformas estructurales»). Claro que, antes, no estaría mal recuperar el impuesto de patrimonio que ustedes derogaron (18.000 millones anuales), acabar con las asignaciones millonarias a la Iglesia y a la Casa del Rey y derogar la Ley 15/97, que permite privatizar la sanidad y que ustedes votaron».

«El origen de la actual crisis «empieza ya a olvidarse». «La culpa «parece que ahora la tienen los gobiernos». Pero la causa «está en una implosión del sistema financiero, que ha venido funcionando como un casino financiero mundial sin reglas».

«Estamos a punto de repetir el modelo que nos ha llevado a esta crisis. Estamos incubando la misma basura que nos ha llevado a esta crisis financiera».

«Se ha hecho un enorme esfuerzo para reflotar a los bancos de todo el mundo» y las entidades financieras «siguen vendiendo los mismos productos que antes, pero no dan crédito».

El pozo podría albergar el equivalente a cinco años de consumo en España.

Historia:

1981 Creación del INH (Institituo Nacional de Hidrocarburos): Organismo público creado con la intención de integrar las diferentes compañías que operaban en los sectores del petróleo y del gas en las que el Estado español tenía una participación mayoritaria o era el único propietario.

1986 Creación del grupo Repsol: Su accionista único es el INH. Repsol aglutina las compañías en las que el Estado Español tenía una participación mayoritaria, en las áreas de Exploración y Producción, Refino y Marketing, Química y Gas Natural Licuado (GNL).

1989 El Estado (INH) inicia la privatización de Repsol (Gobierno de Felipe González).  Con una Oferta Púplica de Venta del 26% del Capital de Repsol. Las acciones de Repsol, S.A. pasaron a cotizarse en las bolsas de España y en la de Nueva York.

1997 (Gobierno de José María Aznar): El Estado culmina el proceso de privatización de Repsol.

En consecuencia, esas ganancias podrían ser nuestras, de los ciudadanos.

 «El patrimonio de los 10 más ricos del mundo es superior a la suma de las rentas nacionales de los 55 países más pobres. La sociedad debe cuestionar al capitalismo que glorifica la riqueza de unos pocos».

» Todo comenzó con el triunfo absoluto del yo en el universo de los valores y la emergencia de su soberanía en la sociedad con la exaltación absoluta del sujeto» (…) «Ahora, además, ideología y política se han sumado a esta estrategia, que ha hecho suya el liberalismo económico radical, una de cuyas formulaciones programáticas más populares son los Diez mandamientos para el éxito que nos propone Dany Robert-Dufour en su obra La Revolución cultural liberal, de los que pueden servir de muestra estos tres que traduzco del francés: «Tu única guía será el egoísmo«, «Violarás las leyes sin que consigan cogerte», «Los otros serán sólo instrumentos para el logro de tus objetivos».

¿El séptimo mejor sistema sanitario del mundo?

La muerte del pequeño Rayan amenaza con destruir el mito de la sanidad española, considerada la séptima mejor del mundo, porque ha revelado sus graves carencias. Clama el Consejo General de la Enfermería por haber atribuido toda la culpa a la enfermera que se estrenaba aquel mismo día en el servicio. Otro bebé, cuentan, murió hace 9 años en Canarias en las mismas circunstancias. El Reino Unido o Francia, desvela El Mundo, disponen de una legislación severa que impide confundir las sondas gástricas con los catéteres venosos.

Faltan enfermeras y rotan demasiado. Una plantilla insuficiente y poco especializada lastra al sistema sanitario. España necesita 150.000 profesionales para cumplir los estándares aconsejados, informa El País en este caso. Según los datos de la OMS, en la UE se contabilizan un total de 1.621.903 médicos y 3.965.327 enfermeras para atender a una población cercana a los 500 millones de habitantes. La OMS considera que una buena asistencia requiere como mínimo la cifra media de la UE: 808 enfermeros por cada 100.000 habitantes. En España hay comunidades que incluso la sobrepasan, como Navarra, con 900. Otras se acercan, como Cantabria. Murcia, en cambio, registra el menor índice de profesionales, con sólo 348 enfermeras por cada 100.000 habitantes. Madrid tiene 625, pero recoge 7 de cada 9 quejas por esperas. 4 meses es la demora mínima para una mamografía con sospecha de cáncer de mama.

Todo se explica por lo mismo: dinero, inversión. Estamos a la cola del gasto sanitario público de la UE15 (no contando a los nuevos, a los países del Este). España se sitúa, con 1. 329 euros, en el puesto número 13, sólo por delante de Grecia y Portugal. Luxemburgo invierte con 2.989 por ciudadano más del doble; Países Bajos, 2.284, y Francia, 2.188.

Le dediqué amplio espacio en mi libro a la sanidad española. Un aumento de la población con la llegada de casi 5 millones de inmigrantes, se ha unido a la privatización de la gestión que llega al límite en Madrid, donde el Consejero  Juan José Güemes llama a la iniciativa empresarial a invertir y “hacer negocio”. Anuncia que primará a los médicos ahorrativos que reduzcan costes a costa por ejemplo de las medicinas o de las pruebas diagnósticas. Incluso los pacientes son llamados ahora «clientes» –juego léxico como síntoma irrefutable de qué es lo que se busca al entregar la salud a manos privadas-. Hay 17 sistemas sanitarios en España, si alguno se acerca aún a la consideración de “mejor del mundo”, es Navarra. ¿Por qué? Porque le dedica dinero, para ellos es una prioridad.

Los médicos reciben distintos emolumentos según donde trabajen. Por eso, más de mil se van fuera de España cada año. Por eso, llegan facultativos del extranjero: para cubrir las plazas que faltan. En poco tiempo, la carencia de especialistas dará problemas serios de asistencia. Por ejemplo, no hay suficientes cirujanos generales y del aparato digestivo, anestesistas, radiólogos, pediatras y médicos de familia. Están muy bien considerados, igual que las enfermeras experimentadas. Ellas también emigran a otros países a trabajar.

 Hay motivo de negocio. La Sanidad es la primera empresa de España: 300.000 empleos directos y más de dos millones indirectos. El 6% de la población trabaja en este sector. Genera enormes gastos, pero también ingentes beneficios: es un negocio. Y un negocio seguro. Y, como tal, es tratado en ritmo creciente por algunas comunidades con gobiernos autodenominados liberales. Las listas de espera -que existen aunque se maquillen- llevan a los usuarios a Urgencias. Y se colapsan. Y están atendidas, en un 90%, por voluntariosos Médicos Internos Residentes.

Mientras la Administración Obama busca en España el modelo –gratuidad y universalidad, implantadas por Felipe González, es lo único que eleva nuestro prestigio internacional-, nosotros, unos más que otros, abrazamos con pasión  el modelo neoliberal de gestión de la sanidad. ¿Cuál fue, y aún es, el resultado en EEUU?

  Su sistema sanitario es el peor del mundo civilizado según estudios internacionales. Cincuenta y cinco millones de personas sin salud pública. Compañías aseguradas con departamentos que estudian cómo dejar de hacer una operación, una prueba diagnóstica imprescindible –incluso en enfermedades peligrosas-, el tratamiento de un cáncer ofreciendo a cambio suicidio asistido –de dudosa ortodoxia en las normas del país-, con todas las triquiñuelas legales. Gente que pierde un dedo porque no le cubre el seguro, gente que carece de toda cobertura.

Igual está ocurriendo con la educación, la causa mayúscula de que España sea un país de tercera con una economía que se ubica –con crisis y todo- entre las primeras del mundo. Una caspa congénita que lleva al presidente de un partido a decir que un más que presunto corrupto ha pagado con creces su deuda de cohecho, en lugar de enrojecer de vergüenza y profesar a fuego la ética. Muera la “equidistancia” que exonera a la política de nuestros males a pie de suelo. No hay dos, tres, cuatro partidos, a los que sacar la cara. Hay un niño muerto, su madre (probablemente), mucha gente desatendida, una mayoría desinformada, apática y con muchas tragaderas. Y alguien, además de los interesados, tiene la culpa.

Ah, En 1997, España era el sexto mejor sistema sanitario del mundo en la clasificación de la OMS, el séptimo en 2002. Ahora, la Organización Mundial de la Salud prefiere, en lugar de fijar un «top ten», dar clasificaciones parciales. A España le da una calificación muy alta en «justicia contributiva» porque el paciente no paga cuando recibe los servicios. ¿Y nuestros impuestos no pagan?

Felipe González: Una mirada de altura sobre la crisis

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Habló sin hacer ninguna alusión ni a partidos ni a ideologías políticas ni, prácticamente, a elecciones europeas. Felipe González dio una lección magistral el miércoles ante el foro de Europa en Suma que nacía ese día. Sus ideas fueron recogidas por algunos medios pero no con la profusión de  las expresadas por otro ex presidente, José María Aznar, quien llena páginas al decir por ejemplo: «Conmigo no se hubiera producido esta crisis». Correligionario y uno de los pocos defensores de George W. Bush – máximo responsable político de la economía del desastre a la que hemos sido abocados-, de la lluvia de sus políticas en España vinieron estos lodos que enfangan nuestros pasos. Y que su sucesor en la Moncloa, Rodriguez Zapatero, no ha sabido remediar, enfrentado a una de las peores crisis económica de la historia.

 Las palabras de González nos permitieron elevarnos sobre la visión local que implanta orejeras distorsionadoras, para comprender algo más de lo que nos sucede. Allí, en primera fila, estaba Eduardo Madina y me produjo una cierta sensación de alivio. Un joven político que no desecha la experiencia altamente fundamentada y detallada.

Felipe Gonzalez insistio en el carácter global de la crisis. «Si se han volatizado 60 trillones de dólares -que así ha sido- ¿la responsabilidad es de Zapatero o de Esperanza Aguirre? Vd. puede hacer propuestas para aprovechar los márgenes disponibles a nivel local para frenar el efecto de esta pandemia, pero la crisis es global». De hecho, por otro lado, «el 80% de los trabajos del Parlamento español son transposiciones de normativas de la UE«, como había apuntado Juan Cuesta de Europa en Suma.

 
Le preocupa a González que el ciudadano sólo ve datos aislados que no tienen sentido ni orientación y piensa que difícilmente en la campaña electoral se abordará qué papel puede hacer el Parlamento Europeo en la crisis global y en el futuro de Europa. Y eso que la eurocámara es «el escenario mínimo para respuestas coordinadas con EEUU, Obama reconoce que solos no pueden, Europa tampoco puede sin EEUU», vino a expresar el hoy Presidente del «Comité de sabios» de la UE. Hay que coordinar el esfuerzo, arrimar el hombro, y el horizonte nacional es insuficiente para una resolución de la crisis y una definición de un horizonte de futuro.

Una crisis global nacida de una falta de gobernanza ante los ciclos del capitalismo, la caída del Muro de Berlín que trajo la desintegración de los bloques, con su antagonismo y competencia, y-atentos- la revolución tecnológica que cambia la realidad mundial. La crisis ha puesto en evidencia carencias arrastradas desde hace mucho tiempo, «Europa lleva 20 años distraída» y hasta ahora las reacciones han sido nacionales, «un puñetero reino de taifas». Quiero destacar, sin embargo, un apartado que me pareció raíz de muchos de nuestros problemas: el anquilosamiento de Europa.

Decía Felipe González que a la Comisión -el órgano ejecutivo- se le quita iniciativa y el Consejo Europeo -el organismo político formado por los Jefes de Estado o de Gobierno de los Estados miembros de la UE, más el Presidente de la Comisión, que fija las orientaciones políticas generales-, carece de esas iniciativas. «Hace declaraciones de intenciones y de estados de ánimo, no iniciativas. Leemos: el consejo europeo «muestra su preocupación» por no sé qué cosa. Yo pienso que cuando está gravemente preocupado, el Consejo europeo tiene que relajarse, ir a tomarse una copa y cuando se le quite la preocupación decirnos lo que van a hacer con el problema a, be o ce

 El problema viene de muy atrás y no mejora -¿quizás empeora?-. «Llevo 30 años en temas europeos y les aseguro que hay un 30% de las siglas que utilizan, sin desglosarlas, que no sé lo que son. «Ayer me reuní con el BEPA«… si yo no sé lo que son como lo van a saber los ciudadanos europeos, el tío que lo está pasando mal». Nos contó que las ayudas a proyectos innovadores vienen en un lenguaje tan complicado que se precisa un despacho de abogados de altísimo nivel -carísimo- para traducirlas. ¿Qué sucede? Que sólo tienen acceso a ellas quienes pueden pagarlos y muchas veces ni siquiera se adjudican esas ayudas, quedan en el aire porque no se presentan suficientes peticiones. «¿Fallos de comunicación? Si no somos claros comunicando cómo nos van a entender«, concluía González.

Ganamos con nota a EEUU en el sistema educativo y el sanitario, pero si nos preguntamos cuál ha sido ha sido la movilidad del mundo empresarial en EEUU y en Europa desde 1980, nos encontramos sorpresas. González lo explicó así: «Si me ponen una transparencia con las 30 primeras empresas del año 80 EEUU y las del 2009 -que además están en los primeros puestos mundiales-, observo que al menos la mitad han sido sustituidas por algunos pavos que salieron de un garaje -su concepto de PYME no existe-, y que han sido competitivos, imaginativos y han desplazado a los grandes monstruos perfectamente instalados –como ahora se está viendo-. Veámos ahora el mismo cuadro comparativo en Europa ¿Qué hay? los que eran son y seguirán siendo. Y las iniciativas imaginativas, emprendedoras, valientes, competitivas, si surgen ¡hagamos un esfuerzo corporativo entre todos por aplastarles la cabeza! No vaya a ser que desplacen a las grandes corporaciones. Por tanto: tenemos en Europa una rigidez de trasfondo cultural que nos hace funcionar como una corporación, con un corporativismo de intereses en los que se cruzan las élites politicas, empresariales y sindicales».

 Ése problema de rigidez cultural afecta a nuestro sistema educativo. Tenemos a jóvenes con una formación de una calidad y cantidad de conocimientos que nunca tuvieron, pero o no saben o no les dejen transformar esos conocimientos adquiridas en ofertas que añadan valor a los demás. Salen con una titulación muy buena, pero siguen siendo demandantes del Estado, de la Comunidad de Castilla-La Mancha… o de Botín: un trabajo seguro y para toda la vida. Tenemos escuelas de empresariales donde el 78% de los titulados no quieren hacer una empresa, si tuviéramos escuelas de medicina en el que el 78% de los licenciados no quisieran hacer medicina la cerraríamos ¿verdad?», aclaró el ex presidente socialista.

 ¿Su receta? Hacer un pacto social, económico y político entre todos los agentes, elaborando propuestas para aguantar los márgenes de esta pandemia que es la crisis financiera actual. Un nuevo pacto social del Siglo XXI. Transferido a Europa, habrá que despertarla, dinamizarla, y, dentro de ella a España, quitarle las orejeras, para todos «recuperar (¿adquirir?) nuestro papel como potencia económica-tecnológica» que demanda la realidad de los tiempos. Con una cohesión social que se derivará inexorablemente, para ser sostenible, con la capacidad de añadir valor (que reviertan en los demás) a esa economía competitiva en el mundo globalizado». Nada de cambiar el sistema capitalista, parece decir González: «El Estado del bienestar sólo es posible si la economía funciona».

Esto y mucho más dijo Felipe González. Estoy segura de que muchas de sus ideas irán saliendo en sucesivas entradas. Pero quería resaltar, en este largo post, el carácter global de la crisis, el anquilosamiento de Europa que la agrava en nuestro entorno, y el rumbo equivocado de la España enzarzada en minucias disuasorias, mientras miles de personas cada día se suman al paro en un mundo que nos deja escasa capacidad de maniobra.

Gracias, hoy en especial, por prestarme atención, si has llegado hasta aquí.

Cuatro millones de parados: emergencia nacional

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    (Medina. En Público)

Más de cuatro millones de parados, exactamente 4.010.700, la cifra más alta desde que contabilizan datos a partir de 1976. Un 17,36% de la población activa sólo superado en 1998 cuando se alcanzó un 17,99%. Y ya mas de un millón de hogares con todos sus miembros sin empleo, tras incrementarse el número en casi un 30% en el último trimestre. Amanece, por tanto, un viernes negro con alguna previsión negativa más para España.

Nuestro país ha engullido en un año los 3 millones de puestos de trabajo creados durante la primera legislatura de Zapatero. La Encuesta de Población Activa (EPA) es mucho más real que la que ofrece el INEM, porque en ésta se contabilizan las personas susceptibles de trabajar, no sólo quienes acuden a las largas colas de las oficinas de empleo.

Por si faltara poco, el FMI confirma que México supera ya a España como mayor economía de un país de habla hispana. Y que el ascenso de Corea, Canadá y otros países emergentes relegarán pronto al PIB español al puesto número 14. De hecho ya no somos la octava economía mundial, sino la novena, justo detrás de Rusia.

Números expertos señalan que, en las turbulencias actuales, la hegemonía está cambiando de manos. Felipe González en su conferencia para la presentación de Europa en suma, alertaba del peligro reduccionista de culpar y pedir soluciones de forma tan tajante a las políticas “locales” de la crisis “Ya sea Zapatero en España o Esperanza Aguirre en Madrid”. Sólo que con un millón de hogares con todos sus miembros de lunes, martes, miércoles y toda la semana al sol, es difícil pedir contenciones. Los países que están practicando un mayor intervencionismo, un “me salvo yo sin pensar en los demás”, logran mejores resultados pero contribuyen, según los teóricos, a la prolongación de la crisis. Me supera, sigo insistiendo en que lo que falla es el modelo capitalista y los parches de esparadrapo malamente pueden remediar su cáncer terminal.

Pero en España las causas de la debacle sí están claras. Y convendrá tener la cabeza fría. La burbuja inmobiliaria nos ha asfixiado y la inflaron o no la aliviaron todos los partidos que han ocupado puestos de gobierno. Mucho más que nadie el PP con su ley liberalizadora del suelo. Desde la Ley 6/98 y hasta 2004, el suelo urbanizado de vivienda libre se encareció un 200% . Y tanto Aznar, como Aguirre, siguen diciendo que hay que persistir en ello como solución en contra de todos los criterios razonables mundiales. Pero el PSOE tampoco adoptó medidas de contención, embriagado por los empleos que generaba el ladrillo y que se han demostrado ficticios.

Con el cemento enseñoreándose de lo que han dejado de ser nuestras paradisíacas costas, con los precios al nivel de los países de origen de los visitantes, con el empeoramiento del servicio y el trato poco amigable de los españoles –quizás en los inicios fuera servil pero todo tiene un punto medio-, el turismo decae y lo hará aún más.

Ésos eran los pilares de nuestra economía, que falla ostensiblemente en los sólidos cimientos que proporciona la industria. En la impagable conferencia de González supimos que hay, ahora, otras formas de generar riqueza y que las nuevas tecnologías están cambiando también la estructura económica. Dará para una nueva entrada de este blog mucho más elaborada.

Atentos a los cantos de sirena que nos hablarán de soluciones alternativas que en realidad se basan en hacer lo que piden los empresarios: flexibilizar el empleo, abaratar el despido, hacer que la crisis la paguen, la sigan pagando aún más los trabajadores. El barco que hoy gime por su brecha en el costado, ha sido empujado al naufragio por muchos. Por los contratos precarios, por los sueldos miserables, por los precios desorbitados – ¿recordáis? lo tenéis en este blog y en mi libro, también en esta fuente– que España registró el mayor aumento de los precios de la UE con la entrada del euro? ¿Y recordáis quién gobernaba entonces? No olvidemos los ingentes beneficios de un empresariado insolidario que achaca los bajos salarios de los españoles a su falta de competitivad mientras paga a sus ejecutivos -que serían los responsables- sueldos tan generosos que los sitúan en el quinto lugar de Europa. El barco ha sido empujado, también,  por la corrupción, por el ladrillazo, por la falta de memoria de la sociedad española.

Muchas causas y soluciones también se arbitran desde fuera. Habrá que analizarlas más, priorizarlas, pero sobre todo creo que ha llegado la hora de echar una mano, de asirnos fuertemente y empujar hacia adelante porque estamos ante una emergencia nacional. Cuatro millones de personas deambulan buscando un empleo y todo lo que paga, un millón de hogares tienen a todos sus miembros en esta situación. Seamos patriotas. Todos, incluso los que alardean de himnos, banderas y zancadillas impregnadas de cinismo.

Actualización 14,45

Rajoy anuncia una ofensiva contra el Gobierno por el paro. No contra el paro, sino contra el Gobierno. Ha acusado a Zapatero de llevar la economía a una «situación imposible». A Zapatero. El Presidente del PP, acompañado de su secretaria general Maria Dolores de Cospedal,  ha hecho estas declaraciones mientras visitaba al portavoz popular en el ayuntamiento y empresario vinícola y fabricante de calderas Tomás Cabañero de Villarrobledo (Albacete), quien ha echado a la calle a  140 trabajadores (casi la mitad de su plantilla. Los trabajadores le han denunciado por despido ilegal.