Cataluña es… un pueblo libre

Los nacionalismos preocupan a un 0,4% de los españoles, y el Estatut de Cataluña, al 0,1%, según el último barómetro del CIS. Se refieren al nacionalismo de los distintos pueblos de España. A mí me preocupa mucho el nacionalismo español y me atrevo a asegurar que también les ocurre a muchos ciudadanos, pero sobre ése no nos suelen preguntar. De hecho, me resbala cualquier nacionalismo. Hay algo en la tierra en la que uno nace que atrapa pero se han hecho demasiadas tropelías en nombre de sentimiento tan primario.

Decía George Bernard Shaw: “Patriotismo es tu convencimiento de que este país es superior a todos los demás porque tú naciste en él”. No parece razón muy objetiva, razonada y fundamentada. Casi todos los pueblos creen tener un dios dentro, en realidad. Algunos griegos estaban convencidos de que la luna de Atenas era más hermosa que la de Éfeso. El chauvinismo –creencia de que el país al que uno pertenece es el mejor en todos y cada uno de los aspectos- nació, no por casualidad, en Francia. Suele coincidir plenamente con el nacionalismo, al que descoloca que los límites de la Nación y el Estado no se superpongan sin que sobre o falte un milímetro. Erich Fromm, entre otros, asoció estos conceptos –chauvinismo y nacionalismo- a regímenes totalitarios, racistas y xenófobos.

Tomando fragmentos de mi último libro, citaré que España o las Españas existen a pesar de los Reyes Católicos –que forzaron una unidad ficticia, provisional y, además, por puros intereses personales y monárquicos-. Los defensores de la España unificada, una y sin par que, según ellos, formaron Isabel y Fernando, ésa que les llena la boca, la paz maravillosa de5 siglos que tuvimos –dicen- cuando toda la historia posterior nos indica que nos liamos –con perdón- a gorrazos a la mínima oportunidad, no recuerdan -o desconocen- que cada territorio conservó sus leyes, lenguas, instituciones políticas, banderas y costumbres. Incluso sus fronteras.

 El cantautor, político y –no lo olvidemos- profesor de historia, José Antonio Labordeta me contó en una entrevista lo que todos parecemos ignorar:

“Cuando muere Isabel la Católica, lo primero que hace Fernando de Aragón es casarse con una Navarra. En Castilla decían: “vale mas un mal francés que un buen aragonés”. Fue Felipe V, nieto de Luís XIV, un Borbón, el que estableció la unidad a semejanza del Estado francés. Y no podía ser. Hubo un periodo que vamos a llamar de Reconquista, para entendernos, en el cual todos los territorios habían ido cobrando una gran personalidad. Para avanzar en la Reconquista había que dar fueros, había que dar privilegios a los territorios, había que dar derechos. Y en 1714, hace trescientos años ¡viene un señor y se carga todo lo que había habido durante siglos! Naturalmente, cada vez que hay un periodo de libertad, un periodo democrático, vuelve otra vez el sentimiento federal de la verdadera historia de España”.

¿Qué Cataluña quiere llamarse nación y seguir aportándonos su clase, su dinero y su modernidad? ¿Qué problema hay? Un zapping nocturno me ha deparado escuchar que Cataluña es la Hungría que acogotó a no sé quién en el pasado, y a un presentador de TVE (24 horas) llamar a su gobierno la Generalidad, con “ghhhhe”, casi «yehhhh» en un ejercicio imposible que le torcía la lengua. Pero ¿a qué estamos jugando? ¿La derecha no preconiza la libertad sin límites?

La caverna induce a boicotear sus productos, hay un rechazo latente y de mayor amplitud social al diferente, envidia quizás, pero de verdad, como decía al principio, casi nadie pierde el sueño porque se llamen de una forma u otra. Pero los catalanes sí sienten el agravio. Les preocupa porque no dejan de nombrarlo. Casi nadie mienta lo que no le duele, y a ellos les duele, y se rebelan. Si se consuma la invalidación del Estatut, que por cierto obedece al recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP salvador de todas las Españas, va a haber una reacción seria. Verán que no juegan en la tabla de la demagogia sino en la realidad. Mira que si ahora sí se rompe España que no llevaba ninguna intención. Los políticos catalanes son antes catalanes que políticos y harán frente común. Y la sociedad catalana está hasta el moño de los españoles que les vilipendian. Y, en mi opinión, les asiste todo el derecho. ¿Cómo llamar a quien obliga a permanecer en el hogar con las reglas del patriarca y sin una sola concesión a la lógica? ¿Dónde, repito, está la libertad sin demagogia?

Es una pena, porque Cataluña en los tiempos de la Transición era Europa y el nacionalismo reactivo quizás les ha aprovincionado un poco; limitar, reducir, siempre tiende al catetismo. Claro que la España nacionalista corre camino de regresar a las catacumbas. El futuro está en las fronteras abatidas, pero si Cataluña se harta, creo que yo me mudo. Espero que dejen entonces de lamentarse de lo poco que les quieren el resto de los españoles. Y es que en el fondo, pués sí, hay conceptos atávicos. España es la mejor porque yo nací en ella. Ni catalanes, ni vascos,ni segovianos, ni sorianos, ni nacionalistas españoles, ni el presentador de TVE, ni nadie… ¡ yo! Yo sola soy España. Bueno, y tú para ti, y el otro. Hasta los catalanes. No, la verdad es que el territorio mínimo para crecer es Europa. Y, mejor, el ancho y desgraciado mundo.

Chapuza, incompetencia y voluntad

El objetivo era imprimir una frase significativa en una camiseta: “La incompetencia suficientemente avanzada es indistinguible de la mala voluntad”, una frase que mi hijo encontró en www.microsiervos.com y que nos gusta a ambos especialmente, por razones obvias. Encontré una perfecta: roja, ribetes azules, gran calidad y muy barata por las rebajas. Era la única que quedaba en la talla adecuada. La llevo a una tienda. Me hacen regresar con la frase en archivo de pen drive, y diseñada por mí -¡dios mío!- en cuanto a tipo de letra, color y composición. Hago lo que puedo.

-Probablemente necesitemos poner un recuadro debajo de la frase, me dicen en la tienda.

No entiendo bien por qué, pero concluyen:

-No se preocupe, la pondremos en rojo y no se notará.

Me llaman para que pase a recogerla. Pregunto cómo ha quedado…

-Bien, el recuadro es un poco anaranjado, pero parece hecho a propósito.

-¡Naranja, sobre rojo y letras azules!, clamo. Pasaré a verla y decidimos qué hacer.

Al cabo de un cuarto de hora, vuelven a llamar para anunciarme que la van a repetir, que comprarán ellos una camiseta igual y la serigrafiarán de nuevo. ¿Y dónde la van a encontrar? Sólo quedaba una.

Llegada a la tienda, me encuentro con este resultado:

 

incompetencia 002

Les pido que me la dejen un momento para hacer una fotografía. Aceptan y, apresuradamente, le hago un par de tomas antes de que se arrepientan. Recorro, a continuación, todas las tiendas de la cadena de ropa en Madrid. Podía haber intentado otro modelo, pero no sería tan buena, ni tan barata, me dije. Y la encuentro. Allí la dejo y también el relato de esta anécdota por el momento.

Dedico a la chapuza española un amplio capítulo de mi último libro, porque es algo que me preocupa. Sus ejemplos suelen provocar cierta hilaridad, como si fueran chistes,  cuando resulta que definen el grado de responsabilidad de quien los practican, su interés por lo que tiene entre manos, y cuánto se preocupa por el destinatario de su trabajo, por los demás  en definitiva –esencia de la buena educación, de la civilización-.

Históricamente, la chapuza tiene un antecedente de gran calado. Año 1.588. Felipe II envía una flota grandilocuentemente denominada “La Grande y Felicísima Armada” -que terminó por ser conocida como “La Armada Invencible”-, a derrotar a Inglaterra. Perdió la contienda, pero no porque el ejercito inglés fuera superior, sino por la cadena de chapuzas e imprevisiones que jalonaron la empresa. No ha habido escarnio mayor en nuestra trayectoria épica.

Y así hemos seguido. Probablemente, volveré con ejemplos en muchas más ocasiones en este blog, pero casi es innecesario: no habrá un solo lector que no haya experimentado la sensación de ser víctima de una chapuza. De una cadena de chapuzas, más bien. Una sociedad organizada consigue que la chapuza de un individuo dentro de una organización, sea supervisada y estructurada, para convertirse en una chapuza colectiva, con el concurso de varios profesionales para conseguir una birria.

Si algo no le perdono –en un recóndito lugar del corazón- a Felipe González es que la víspera de las elecciones de aquel 28-0 del 82 dijo: “recuperemos el gusto por el trabajo bien hecho”. Recuperar algo implica haberlo tenido alguna vez, pero olvidé el pequeño desliz ilusionada con la idea de que la España cotidiana ¡por fin! funcionaría. Y no fue así. Y aún persiste en ello. Diría que ha empeorado.

Y, sin embargo, siempre encuentro islas entre la desidia. En todas partes. Una chica de la tienda (imprenta/papelería), me aseguró que el nuevo intento quedaría bien. Con una firmeza nacida –me pareció creer- del bochorno de haber elaborado una chapuza con una frase que era un aldabonazo contra ella. En efecto, estaba perfecta, como veréis más abajo. Y sin recuadro alguno. Ella tenía la voluntad… de cumplir.

-¿Cómo lo has conseguido?, le pregunté algo asombrada.

-Se lo he mandado a otro proveedor, me dijo con orgullo.

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¡A por Zapatero! se ha levantado la veda

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Anoche cené con una amiga conservadora de manual en lo político, en absoluto en su comportamiento. Mi amiga es mucho más atractiva que la Rita que hoy dibuja Manel Fondetvila, pero he tenido que frotarme los ojos para comprobar que –aunque demasiado poco- he dormido y no seguía escuchándola a ella. A “Rebeca”, voy a llamarla.

Una mujer hecha a sí misma, y coronada por el éxito económico. Poca base cultural, amigos de condición similar, y lectura obligada de El Mundo –el único periódico que se salva de la prensa culpable-. Aún tiene en su caro frigorífico de dos puertas, el lazo azul que el PP recuperó en su artificial campaña de 2007 contra la política antiterrorista del Gobierno. Aquella que llevó reiteradamente a la calle a miles de personas –millones en el cómputo de Esperanza Aguirre-, con banderas rojigualdas, cantando “Libertad sin ira” -que fue en realidad el himno de UCD en la transición- y el “Cara al sol”, alternativamente.

“Total, unos bolsos”, “total, unos trajes”, “todos los políticos roban”. A los “querida, el firmamento es azul”, ella puede decir “yo no creo”, a “Rebeca” no le importan los datos.

Ignacio Escolar critica esta mañana, desde la madurez, el nombramiento de Dívar al frente del Consejo General del Poder Judicial. Y Javier Pérez de Albéniz en Soitu, despliega esta idea:

“Ya ha dado lo mejor de sí mismo. Traer a los soldados de Irak, las leyes del matrimonio gay y el aborto, mayor igualdad para la mujer… De un tiempo a esta parte, y después de avances sociales importantes y toneladas de fuegos artificiales, ZP se desinfla. Y lo hace al ritmo que marca su último ‘triunfito’.

“Peperos” regocijados inundan los comentarios. Se ha levantado la veda. Con la que está cayendo en el PP. Por ejemplo:

“Esta es la política del gobierno socialista: amarillismo, dinero fácil, cutrería, momentos soeces, falsa cultura …. atocinamiento del espectador para no pensar en nada”.

Y ataque frontal a este otro comentario:

“Querido Javier, en este país de mierda -salvo por los costados de alguna buena gente que lejos de comprender picarescas, trampas y actitudes fascistas, se irrita con ellas- la opción a Zapatero es una ultraderecha sin regenerar que acusa al mensajero y «comprende» y envidia regalos y corrupciones a cambio de favores remunerados. Absolutamente reaccionaria en lo moral, que allí donde gobierna como en Madrid ha destrozado la sanidad y la educación. Bastión incombustible del liberalismo más atroz, el causante de todos nuestros males económicos. Unido a una beatería que sigue queriendo imponer con martillo y clavos los postulados de la Iglesia católica -también- más reaccionaria.

Que la saludable crítica no enturbie más aún el fondo de lodo en el que nos movemos. ”

Ningún país carece de retentiva y de memoria como España. Memoria de Pez, le llamé en mi libro. España no nació en el año 2004, cuando triunfó en las elecciones Zapatero. Ni mucho menos. Somos fruto de una herencia desoladora que ancla las raíces en el futuro para perpetuarse.

Ya he hablado suficientemente de ello, daos una vuelta por el blog. Creo que los datos suscitan reflexiones. Diferentes a las mías incluso, por supuesto. Zapatero está cometiendo errores: el nombramiento de Dívar, algunos rasgos de la política exterior, sobre todo el viaje de Moratinos, secundado por Fraga, a la Dictadura de Guinea, la desactivación de RTVE, muchos otros nombramientos como el de la inconsistente Leyre Pajín, o prescindir de pesos pesados –que por cierto le odian-. Pero pongamos haberes y debes en la balanza.

Yo desde ayer me he quedado pensando en una cosa más. Os parecerá anecdótica: El Ministro de Trabajo, Corbacho, dijo que, de ceder a las pretensiones de los empresarios, peligrarían las pensiones y el gobierno no lo va a consentir.

Mi pregunta es ¿Qué haría en este caso un gobierno del PP?

Algo hemos visto. No dejo de reiterarlo estos días. Aquí hay un buen resumen:

(Visto en escolar.net)

Firmo libros

  El próximo 4 de Junio firmo «España, ombligo del mundo» en la Feria del libro de Madrid del parque del Retiro. Será de 7 a 9 de la tarde en la prestigiosa Librería Alberti.

   Me gustaría que os acercaráis los que podáis. Así nos conocemos.

  Algunas opiniones sobre el libro aquí.

   Durante esta semana escribiré poco o nada: me voy de vacaciones, lo necesito. Dejo una entrada o post especial, muy querido.

España, patria, himno, bandera

Hubo un tiempo en el que el himno de España traía la imagen asociada de un señor bajito y rechoncho con el brazo derecho –por supuesto- en alto y la mano abierta. Con muchos otros afines que le rodeaban en idéntica posición. Había también una sola televisión, a las emisoras de radio se les prohibía realizar información, y, sólo Radio Nacional de España emitía “el parte”, propaganda del régimen con apariencia de noticias. Los periódicos sufrían, asimismo, censura, y, por supuesto, no existía Internet.

Esa televisión única usaba un bucle para dar algunos acontecimientos, con presencia popular, en diferido más o menos ostensible, por si había protestas –que las había igualmente-. Así les daba tiempo a cortarlas.

Alguna mente preclara decidió retrotraernos al viejo sistema, silenciando las pitadas al himno nacional en la final de la Copa del Rey, que –“maldita suerte”, se lamentaban algunos, muchos- disputaban dos clubes periféricos y con vocación nacionalista. Pero el campo informativo derribó hace tiempo todas las vallas y la torpe jugada ha acabado con el gol en la propia exigua y ficticia puerta. El himno protestado –más protestado que nunca- se ha visto en todo el mundo –también más que nunca-, repetido, analizado, sacando los colores a los poco informados censores que no previeron las consecuencias de su torpe acción.

  TVE ha cesado a media mañana al director de deportes, Julián Reyes, responsabilizándole del «error humano» cometido. Le recuerdo como una de las numerosas caras que llegó a la redacción de Torrespaña en tiempos del PP. En este caso para hacese cargo del área de deportes en informativos. Debe ser un gran profesional porque ahora había llegado al puesto máximo en su especialidad: jefe de deportes de la cadena. Bien es cierto que dudo que Reyes estuviera en el control de realización durante el partido. Parece más lógico que la idea -o cadena de «errores»- partiera de algún mando intermedio.

Intento situarme en la mente de quien dio la orden de silenciar la secuencia y colocarla más tarde –sin pitada- alegando un «error humano» como explicación de la censura inicial. Y repetirlo de nuevo al final sin subsanar tampoco el tercer «error humano»: seguir sin emitir el sonido de protesta que era información.  Demasiados errores y del mismo signo para no atener más al resultado que a las explicaciones.  ¿No sabía que quien quisiera podría verlo y escucharlo igualmente y que se afearía su conducta… o no quería “herir susceptibilidades”? Conociendo el percal me inclino por la segunda explicación, con altas dosis de la primera.

Conceptos como España, patria, himno, bandera… en nuestro país enfrentan, lo que no sucede en otros. Y algunos se han trabajado a fondo esta situación. Vivimos una realidad compleja que muchos se empeñan en ignorar. Los mismos que quieren imponer los símbolos a la brava. La resolución del conflicto pasa por solventar el fondo, no tapándolo con enseñas.

Los últimos años han registrado un recrudecimiento de la exaltación de los emblemas. Esa descomunal bandera de España -21 x 14 metros- en la Plaza de Colón de Madrid que erigió Trillo en connivencia con Alvárez del Manzano.  Bono –o Gallardón que son parecidos- dejan allí la enseña. Trillo quería izarla cada mañana con una salva de fusiles.  A tanto no llegó. Y es el futbol, casualmente, el que la reivindica para España en los Campeonatos de Europa que, por una hábil propuesta publicitaria, pasa a llamarse “la roja”. Todas las ideologías se hermanaron debajo de esa bandera. Curioso tema a analizar.

Nunca ha habido en la calle tantas rojigualdas –incluso con aguilucho franquista- como en la artificial crisis de la pasada legislatura. Los actos de la derecha terminan con el himno nacional, aunque, de nuevo, Trillo lo prohibiera reservándolo para actos de Estado. En una palabra: una de las terribles dos, tres, Españas, se ha apropiado los símbolos. Sí, porque hay una tercera de la que no se habla, que no tiene nada de terrible, por cierto, sino de esperanza. La que los miró como símbolos de la democracia en la Transición porque era lo único que habían visto, dada su edad cronológica y que tambien enmarca a gentes de mentes abiertas.

A mí no me conmueve ningún trozo de tela, ni el español, ni el catalán, ni el vasco, ni siquiera el aragonés. Y prefiero para moverme el Imagine de John Lennon que el himno nacional de cualquier parte. Aunque confieso que simpatizo con La Marsellesa como tema musical vibrante, con un contenido literario un poco extremo pero reivindicativo. Y, sin embargo,  también entiendo su existencia y, por ello, los acepto de buen grado. (De hecho termino el capítulo dedicado a este asunto en mi último libro, con esto que sigo pensando):

Lo que está claro es que los símbolos lo son de una tierra y una idea. De todos los ciudadanos que la habitan y la comparten. Para identificarnos –si queremos ser identificados- para respetarlos sin demagogia como se hace en los países civilizados. Son la representación figurada de un concepto que distingue de otros. Los símbolos remarcan lo que uno es en comparación siempre con el resto. También los queremos. Como iconos de una sociedad que ha de seguir construyendo, sin la eufemísticamente llamada picaresca española, con ciudadanos que no tengan sólo memoria instantánea de pez, sin crispaciones artificiales, con educación, sin envidia ni prepotencia, con amplitud de miras.

Cuatro millones de parados: emergencia nacional

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    (Medina. En Público)

Más de cuatro millones de parados, exactamente 4.010.700, la cifra más alta desde que contabilizan datos a partir de 1976. Un 17,36% de la población activa sólo superado en 1998 cuando se alcanzó un 17,99%. Y ya mas de un millón de hogares con todos sus miembros sin empleo, tras incrementarse el número en casi un 30% en el último trimestre. Amanece, por tanto, un viernes negro con alguna previsión negativa más para España.

Nuestro país ha engullido en un año los 3 millones de puestos de trabajo creados durante la primera legislatura de Zapatero. La Encuesta de Población Activa (EPA) es mucho más real que la que ofrece el INEM, porque en ésta se contabilizan las personas susceptibles de trabajar, no sólo quienes acuden a las largas colas de las oficinas de empleo.

Por si faltara poco, el FMI confirma que México supera ya a España como mayor economía de un país de habla hispana. Y que el ascenso de Corea, Canadá y otros países emergentes relegarán pronto al PIB español al puesto número 14. De hecho ya no somos la octava economía mundial, sino la novena, justo detrás de Rusia.

Números expertos señalan que, en las turbulencias actuales, la hegemonía está cambiando de manos. Felipe González en su conferencia para la presentación de Europa en suma, alertaba del peligro reduccionista de culpar y pedir soluciones de forma tan tajante a las políticas “locales” de la crisis “Ya sea Zapatero en España o Esperanza Aguirre en Madrid”. Sólo que con un millón de hogares con todos sus miembros de lunes, martes, miércoles y toda la semana al sol, es difícil pedir contenciones. Los países que están practicando un mayor intervencionismo, un “me salvo yo sin pensar en los demás”, logran mejores resultados pero contribuyen, según los teóricos, a la prolongación de la crisis. Me supera, sigo insistiendo en que lo que falla es el modelo capitalista y los parches de esparadrapo malamente pueden remediar su cáncer terminal.

Pero en España las causas de la debacle sí están claras. Y convendrá tener la cabeza fría. La burbuja inmobiliaria nos ha asfixiado y la inflaron o no la aliviaron todos los partidos que han ocupado puestos de gobierno. Mucho más que nadie el PP con su ley liberalizadora del suelo. Desde la Ley 6/98 y hasta 2004, el suelo urbanizado de vivienda libre se encareció un 200% . Y tanto Aznar, como Aguirre, siguen diciendo que hay que persistir en ello como solución en contra de todos los criterios razonables mundiales. Pero el PSOE tampoco adoptó medidas de contención, embriagado por los empleos que generaba el ladrillo y que se han demostrado ficticios.

Con el cemento enseñoreándose de lo que han dejado de ser nuestras paradisíacas costas, con los precios al nivel de los países de origen de los visitantes, con el empeoramiento del servicio y el trato poco amigable de los españoles –quizás en los inicios fuera servil pero todo tiene un punto medio-, el turismo decae y lo hará aún más.

Ésos eran los pilares de nuestra economía, que falla ostensiblemente en los sólidos cimientos que proporciona la industria. En la impagable conferencia de González supimos que hay, ahora, otras formas de generar riqueza y que las nuevas tecnologías están cambiando también la estructura económica. Dará para una nueva entrada de este blog mucho más elaborada.

Atentos a los cantos de sirena que nos hablarán de soluciones alternativas que en realidad se basan en hacer lo que piden los empresarios: flexibilizar el empleo, abaratar el despido, hacer que la crisis la paguen, la sigan pagando aún más los trabajadores. El barco que hoy gime por su brecha en el costado, ha sido empujado al naufragio por muchos. Por los contratos precarios, por los sueldos miserables, por los precios desorbitados – ¿recordáis? lo tenéis en este blog y en mi libro, también en esta fuente– que España registró el mayor aumento de los precios de la UE con la entrada del euro? ¿Y recordáis quién gobernaba entonces? No olvidemos los ingentes beneficios de un empresariado insolidario que achaca los bajos salarios de los españoles a su falta de competitivad mientras paga a sus ejecutivos -que serían los responsables- sueldos tan generosos que los sitúan en el quinto lugar de Europa. El barco ha sido empujado, también,  por la corrupción, por el ladrillazo, por la falta de memoria de la sociedad española.

Muchas causas y soluciones también se arbitran desde fuera. Habrá que analizarlas más, priorizarlas, pero sobre todo creo que ha llegado la hora de echar una mano, de asirnos fuertemente y empujar hacia adelante porque estamos ante una emergencia nacional. Cuatro millones de personas deambulan buscando un empleo y todo lo que paga, un millón de hogares tienen a todos sus miembros en esta situación. Seamos patriotas. Todos, incluso los que alardean de himnos, banderas y zancadillas impregnadas de cinismo.

Actualización 14,45

Rajoy anuncia una ofensiva contra el Gobierno por el paro. No contra el paro, sino contra el Gobierno. Ha acusado a Zapatero de llevar la economía a una «situación imposible». A Zapatero. El Presidente del PP, acompañado de su secretaria general Maria Dolores de Cospedal,  ha hecho estas declaraciones mientras visitaba al portavoz popular en el ayuntamiento y empresario vinícola y fabricante de calderas Tomás Cabañero de Villarrobledo (Albacete), quien ha echado a la calle a  140 trabajadores (casi la mitad de su plantilla. Los trabajadores le han denunciado por despido ilegal.

De espaldas a una Europa en crisis

Los europeos no tienen interés por Europa. Entre ellos, los españoles se han convertido en uno de los mayores euroescépticos. Aquí, sólo el 27% de los ciudadanos manifiesta que votará en las elecciones que van a celebrarse entre el 4 y el 7 del próximo mes. Son datos del eurobarómetro que acaba de hacer público el Parlamento europeo. Más aún, el 75% de los españoles nos saben ni cuándo están llamados a las urnas.

 El proyecto de Europa ha ido perdiendo interés paulatinamente entre los 27 países que componen la UE. Quizás, los nuevos adscritos contemplan el euro como un paraguas que les protegerá en la crisis que les afecta más que a otros territorios. A pesar de que tampoco están masivamente decididos a ir votar, algunos observadores estiman que sí lo harán condicionando la composición ideológica de la Eurocámara. Lo cierto es que las instituciones comunitarias nadan entre el descrédito popular que se han ganado a pulso: han dado muestras de un invalidante anquilosamiento. Adolecen también de los males de las políticas locales, elevados a la potencia de una inmensa extensión de más de cuatro millones de kilómetros cuadrados donde habitan casi 500 millones de personas. Y de una difícil amalgama: diferentes lenguas, historia, desarrollo, educación y un lema común, más deseable que real: unidos en la diversidad. El Partido Popular Europeo es el mayoritario en la Cámara, seguido del socialista.

España ingresó en la que sería la Europa de los 15 en 1986 de la mano de Felipe González. Franco lo había intentado con ahínco para homologar su régimen, pero Europa precisó ver consolidada la democracia con la alternancia de poder. Y, probablemente, con la credibilidad de un presidente brillante que sabía estar en el mundo. Llegaron entonces las carreteras, las autopistas, los fondos comunitarios que costeaban nuestra expansión, y, sobre todo, la apertura de horizontes.

Pero, en el 2009 de la crisis globalizada, los ciudadanos prefieren mirar a su ombligo -he dedicado todo un libro a ello-, y no informarse o no querer enterarse de que la UE es una realidad que toma decisiones que afectan a nuestra vida.

Tenemos una moneda común: el euro. Las políticas económicas se dictan desde Bruselas. Ya no podemos devaluar la peseta, como hicimos con profusión durante la transición para aquilatar nuestro presupuesto, aunque fuera a costa de perder hasta un 20 y un 40% del valor de nuestro dinero personal. Si ahora el Estado sobrepasa las inversiones -el gasto en una palabra- para solucionar la crisis interna, Bruselas reprende y no lo tolera. Los tipos de interés de nuestros créditos los fijan fuera. El Banco Central Europeo dirige su cuantía, fijando los tipos de interés. A partir de ellos, la Federación Bancaria Europea establece lo que conocemos como «Euribor», que influye decisivamente en nuestras hipotecas.

  Y aún no hemos ahuyentado por completo la directiva europea que permitiría la jornada laboral de 65 horas semanales. Bruselas dicta también políticas de inmigración.

Marta Cartabia, profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Milán-Bicocca, lo resumía en una entrevista: «La mayoría de las leyes nacionales -señala la profesora Cartabia- son ya ejecuciones de normativas europeas, en muchos casos los jueces nacionales aplican directamente el Derecho europeo y cada vez más el Parlamento Europeo se pronuncia sobre asuntos sociales. Europa, de una forma u otra, sienta principios que después pesan -y mucho- a la hora de decidir si se reconocen las parejas de hecho, se aprueba la eutanasia o se mantienen los crucifijos en los colegios».

«No es la Europa que soñaban los padres fundadores», añade Cartabia, es una Europa técnica que, sin embargo, no se limita a cuestiones técnicas, puesto que interviene en terrenos reservados a la vida de las personas».

Hoy mismo, salen a la calle los ganaderos españoles a protestar por su asfixia con sólidos argumentos: «El tejido ganadero español se ha atrofiado desde 1993, cuando la Unión Europea impuso el sistema de cuotas que ha limitado la producción española a seis millones de toneladas anuales de lácteos.Aquel año había 173.000 explotaciones en España, y ahora hay 24.000». Igual sucede con el aceite y numerosos productos agrícolas.

     Un somero y aleatorio paseo por recientes actuaciones de Bruselas nos presenta, para bien y para mal, este panorama:

  • simplificar los trámites necesarios para que las pymes accedan a la financiación comunitaria. Entre las novedades destaca que las entidades con ayudas inferiores a 25.000 euros tendrán que aportar menos documentación y que se reduzca la exigencia de avales bancarios
  • acelerar la autorización de medicamentos contra enfermedades mortales.
  •  elevar las ayudas a la exportación de pollos
  • suprimir los aranceles a la exportación de cereales
  • mantener seis meses más la veda de la anchoa
  •  aprobar el P2P, reforzar la seguridad y la protección de las libertades fundamentales en Internet y rechazar que los gobiernos corten el acceso a Internet como una forma de imponer sanciones.
  •  extender las normas comunitarias de protección de datos a las redes privadas de comunicación en Internet.
  • eliminar progresivamente las bombillas incandescentes.
  • criticar la aplicación errónea en todos los países de la UE de la directiva que regula el derecho de los ciudadanos europeos y de los miembros de sus familias a circular y residir libremente en los Estados miembros y exigir castigos para los países infractores
  •  autorizar la comercialización de una vacuna intradérmica para la prevención de la gripe estacional de adultos y mayores de 65 años que, de forma pionera, presenta un sistema menos invasivo que las de aplicación intramuscular al administrarse con una micro-inyección intradérmica de manera sencilla, segura y fiable (esto hoy mismo).
  • … o condenar el urbanismo español.

     ¿Podemos así eludir el compromiso de votar en las elecciones europeas? ¿Y pensar en políticas locales? ¿Y no elegir a los candidatos de los que  estemos seguros van a defender nuestros intereses en Europa y construir un espacio común y mejor para todos?

     Van a cobrar en breve 9.000 euros al mes  -actualmente 7.000-, más dietas,  por trabajar de lunes a jueves. Viajes pagados en clase business. Colaboradores personales auto asignados -sin prohibir taxativamente el parentesco directo-, cuyo sueldo pagamos los contribuyentes europeos. Jubilación a los 63 años con pensión oficial asegurada, con sólo 3 años de trabajo.

     La UE, el Parlamento europeo sobre todo, palidece quizás porque se suele enviar allí a viejas glorias, a compromisos por una razón o por otra para becarlos con una jugosa regalía. Y lo que Europa necesita es savia nueva, jóvenes, políticos combativos. Y sobre todo una sociedad comprometida que precisa informarse adecuadamente y saber lo que vota.

    Desde Europa en Suma queremos impulsar una Europa de ciudadanos que se conozcan y que trabaje unida. A los españoles nos hace mucha falta.

Hijos de la picaresca (2)

El Congreso acaba de rechazar una propuesta para que los deportistas «residentes» -para impuestos- en paraísos fiscales no compitan por España. Era una proposición de ley de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) -que suelen ser francamente creativos en su trabajo-, y que sólo ha obtenido el voto a favor de su diputado Joan Herrera. Éste es un ejemplo más de cómo en España no se quiere atajar la corrupción.

Estos días leo también por ahí que lo de Camps, el «presunto», no tendría importancia -caso de confirmarse lo que declara su sastre-. «Total por unos trajes, cómo va a pringarse por unos trajes». Por algo se empieza. Y lo que probaría, precisamente, es una costumbre en aceptar regalos a cambio de algo. Como el coche de Touriño. Nadie dice nada, por cierto, salvo Nacho Escolar, y pocos más, de que el Presidente valenciano se aloje en Ritz cuando viaja a Madrid. Esto viene de antiguo, yo me encontré, hace tiempo, a dos presidentes autonómicos, residiendo en el Hotel Plaza de Nueva York en sus visitas a la «capital» del mundo. Tenía el mítico hotel un bar muy coqueto para tomar copas a media tarde. Y allí los vi en distintas épocas, hablé con ellos y me contaron dónde estaban alojados. Mis amigas y yo nos pagábamos nuestras consumiciones. Estos presidentes manirrotos, tan amantes del lujo, lo hacen con nuestros impuestos.

En el libro recopilo también decenas de muestras que dibujan un sombrío panorama de cómo campan en España la trampa y la corrupción, sin que a nadie le importe -sólo el 2% de los ciudadanos lo cita como problema en las encuestas del CIS-:

Es el país europeo donde circulan más billetes de 500 euros -emblema del dinero negro-. Suponen el 65% del dinero en España. Algún alto cargo extranjero incluso de ha mofado de esta circunstancia.

Un colegio concertado que infla el número y horas lectivas de los profesores para cobrar más subvenciones. Lo hizo el San Isidoro de Granada, y se le multó por ello. Pero, en un país serio, los padres hubieran retirado a sus hijos de un centro sin ética ¿Qué les van a enseñar a sus criaturas? Cómo prosperar en España, sin duda.

Subastas de voto en ebay para las elecciones.

Dueños de pisos que suben el alquiler al saber que el gobierno ayuda a los jóvenes con 210 euros.

Empresarios que contratan a discapacitados para cobrar ayudas y luego no les pagan. De esos hay a decenas.

La comunidad de regantes de un pueblo de Alicante, Villena, que vende 700 millones de litros anuales de agua para embotellar a la empresa Danone, cuando piden, agriamente, al gobierno un trasvase del Ebro para regar. La planta, además, se instala, al menos en parte, sobre unos terrenos propiedad del presidente de los regantes villenenses.

   La mayoría -por ser benevolentes- de las compañías sobre todo las de telefonía, con sus contestadores automáticos y sus «errores» siempre a favor de la empresa.

O minucias para sonrojar. Un portal de reservas de hoteles hace un sondeo entre clientes españoles y británicos, ambos pueblos sustraen objetos de los establecimientos donde se alojan, desde los miserables jaboncitos al eventual albornoz. Los españoles ganan por goleada, casi el 80% lo hace de manera habitual. Hay quien saquea el minibar entero, o el  kit de limpieza de la cocina -en el caso de apartahoteles-, incluyendo el estropajo usado.

Del estropajo usado al ladrillazo, pasando por los trajes y por todo lo que venga. Y lo peor es que la gente se ríe en lugar de indignarse, y algunos dicen: «yo de mayor quiero ser como Fabra».

Mientras no cambiemos de mentalidad no habrá nada qué hacer. Todo esto es lo que no me cupo en la Tribuna de El País. Llevamos siglos así, sin que los poderes públicos intervengan dando la terrible sensación de que muchos forman parte de la misma desidia en torno a la corrupción o de que tienen alguna razón para no atajarla. Lo mismo que periodistas, jueces, es todo el entramado social, mientras el pobre hijo de vecino paga y trata de llevar -o no- una vida decente.

Lázaro de Tormes, el más famoso de nuestros pícaros, acaba -después de padecer a siete amos- de marido tapadera para los refociles de un alguacil arcipreste quien le aconseja: «Lázaro de Tormes, quien ha de mirar a dichos de malas lenguas, nunca medrará. (…) Por tanto, no mires a lo que pueden decir, sino a lo que te toca, digo a tu provecho.» Un clérigo. Por ahí comienzan nuestros males.

23F, 28 aniversario

Nunca antes tuvo la intentona golpista del 23 F un recuerdo tan intenso y extenso como cuando se cumple el 28 aniversario. ¿Bodas de plata con cierto retraso que para eso los españoles somos impuntuales? ¿O necesidad -personal o inducida- de que la monarquía repare los desperfectos de los últimos años, asaeteada por el golpe de gracia definitivo de ver a la Reina traducida por Pilar Urbano?

En el segundo aniversario, 23-2-83, se produjo la expropiación de RUMASA y lo eclipsó. En el décimo, vigésimo y vigesimoquinto, vimos a lo sumo a Tejero irrumpiendo a tiros en el Congreso. Ahora, dos series a la par e innumerables testimonios. Incluso, viajo a Zaragoza para participar en un coloquio de Aragón Televisión, la autonómica. Más vale tarde que nunca, porque nos muestra lo que puede suceder en este desgraciado país. 28 años. Nada, para andar sorteando aún  a «salvadores de la Patria».

El ejército profesional los ha purgado, pero todavía el espíritu franquista, dictatorial y antidemocrático vive en muchas actitudes que vemos a diario.

ANTECEDENTES
España venia arrastrando, entonces, una profunda crisis económica. Atención a las cifras comparativas: Tipos de interés de más del 20%, la inflación se acercó al 40% y Suárez realiza dos devaluaciones de la peseta que merman en ese porcentaje el poder adquisitivo. La tasa de paro es del 14% en una población activa de sólo el 34%. Vibra la «España autonómica» que tanto molesta a los fascistas. Atentados frecuentes de ETA y la ultraderecha. Algunos sectores del ejercito todavía no han superado la legalización del PC, en 1977, que provoca la dimisión del ministro de marina Pita de Veiga. Suarez ha dimitido el 29 de Enero. Le ha precedido varias dimisiones ministeriales y dos mociones de censura del PSOE. En UCD pululan los cainitas que han acribillado al Presidente del Gobierno y que terminarán asentándose en Alianza Popular, hoy refundada como Partido Popular. A primeros de febrero, los reyes acuden al Pais Vasco y son abucheados por la izquierda abertzale en la Casa de Juntas de Guernica. Ha habido una huelga general en el Pais vasco por la muerte de un etarra en Carabanchel, se dice que bajo torturas. El gobierno destituye, por ello, a varios dirigentes policiales.

18,20 del 23 F
Todos cuantos lo vivimos, recordamos qué hacíamos exactamente a esa hora. Lo escuché en directo, en RNE, cambié a la SER: había un golpe de Estado y nadie me creía. En Prado del Rey, el Jefe de Centros, decía que no pasaba nada -sin militares aún vigilando-. Aún casada -casi recien casada-, y con un hijo pequeño, corresponsal de El País en Aragón, que saldría con una portada plantando cara: El PAÍS CON LA CONSTITUCIÓN, propuse marcharnos a Francia. No quería para mi hijo lo que yo había vivido, no quería para mí repetir la historia. Pero no me fui. Trabajé toda la noche.

Radio Zaragoza, en su desconexión de la SER, da el bando de Milans del Bosch en Valencia, sin especificar que se trata de Valencia y no de Zaragoza. En Zaragoza no se ven tanques en la calle, aunque nadie transita por ellas. En Prado del Rey ya han llegado los militares, ya se han ido. Salen equipos porque va a hablar el Rey, pero pasan las horas, muchas horas, y no habla.

Allí están los mejores profesionales que han pasado por RTVE en toda su historia: Fernando Castedo, Iñaki Gabilondo, Eduardo Sotillos y muchos otros. Está también Pedro Erquicia que vivirá de las rentas del «tú me dices, Pedro«, toda su vida. De no existir el vídeo que guardó Castedo bajo su asiento, de no existir la imagen, se hubiera tergiversado la historia como en tantas ocasiones.

Jordi Pujol llama a la tranquilidad a las 10 de la noche por RNE. Finalmente el Rey habla a la 1,23 de la madrugada. Los altos mandos militares ya lo tienen claro, respiramos tranquilos. En pocas horas, y por las chapuzas de unos golpistas y las traiciones de los otros, el golpe fracasa.

Tanto EEUU, como el Vaticano han guardado una tibia espera de acontecimientos. Existen diversos indicios que parecen indicar que la administración Reagan estaba enterada con antelación gracias a los informes de la CIA. Entre las actitudes sospechosas que protagonizó EE.UU, están el recibir a futuros militares golpistas españoles en Washington en 1980 o el estado de alerta decretado en la base aérea de Torrejón de Ardoz desde el domingo anterior al golpe. El Secretario de Estado norteamericano, General Alexander Haig, dijo el 23 F:  «El asalto al Congreso de los Diputados es un asunto interno de los españoles», luego se congratuló de que en España hubiera triunfado la democracia.

Y DESPUÉS
Ciudadanos hartos, votaron masivamente al PSOE para darle el Gobierno año y medio después. Pero mantengo la tesis: 28 años, nada, cuando la mentalidad -y el discurso salvapatrias– apenas ha cambiado en un amplio sector de la sociedad española. Un ejemplo, de los varios que recojo en mi último libro. Marzo 2007, el gobierno aplica la prisión atenuada a De Juana Chaos. El diario ABC publica una tribuna del escritor Juan Manuel de Prada, titulada «Alta traición» que terminaba así:

«»Llamemos a las cosas por su nombre: esto es alta traición. Cabría preguntarse si un gobierno que humilla el honor de un Estado no merece algún tipo de castigo. En épocas menos confusas esta pregunta habría obtenido una respuesta inmediata y severísima«.

   Apenas nadie se inmutó, ni nadie rectificó, ni nadie fue encausado. De esto se cumplen ahora 2 años, 24 meses.  ¿Podemos estar tranquilos?

España: sueldos mileuristas, sueldos millonarios

Lund (Suecia) en el verano de la inflación (2008), para entenderse en euros, hay que quitar un cero. Los tomates cuestan 2 euros, por tanto.

Lund (Suecia) en el verano de la inflación (2008), para entenderse en euros, hay que quitar un cero. Por tanto, un kilo de tomates cuesta 2 euros y uno de naranjas 1 euro.

Francisco González es el asalariado mejor pagado de España. El BBVA que preside ha hecho públicas las retribuciones de sus directos. González ha ingresado 16 millones de euros el año pasado, entre sueldo fijo, variable, y dotación para su fondo de pensiones -apunte este último en el que lleva aculados 72,54 millones de euros-. Además dispone de un blindaje -por si le expulsan del banco- que asciende a 93,7 millones. Y eso que, dada la crisis, ha visto reducidas sus prestaciones en un 5%. Es decir, en 2007 ganó un 5% más.

 Los directivos españoles son los quintos mejor remunerados de Europa. El sueldo medio anda por los 4 millones de euros anuales, con una interesante revalorización anual del 15%, algo más que la inflación, que nos aplican al resto.

En España, hay, al mismo tiempo, 11 millones de «mileuristas» -sueldos iguales o inferiores a mil euros mensuales-. Seguimos ganando un 33% menos que nuestros vecinos de la antigua Europa de los 15. Con un nivel medio de impuestos, una de las más altas elevaciones de precios desde la entrada del euro, nuestro poder adquisitivo ha mermado en los últimos diez años. La OCDE lo ha cuantificado. Dice que el salario real medio español ha bajado un 4% en esa última década.

Con el permiso tácito de mi editorial, FOCA, reproduzco el cuadro orientativo que incluyo en mi libro, «España, ombligo del mundo»:

graficoFuente: EUROSTAT 2008

Pongo ejemplos tangibles: En Dinamarca, los camareros ganan 2.300 euros al mes, más propinas, por jornadas de 37 horas semanales. Por atender, por ejemplo, un restaurante con terraza. Alguien que llegue sin preparación alguna obtiene desde el primer día 1.500 euros mensuales. Más propinas, insisto. Otro caso: uno de los sueldos más bajos de Suecia es el de conductor de autobús: 1.800 euros por 40 horas semanales. Los suecos miran incrédulos a quien les dice que ser «mileurista» en España es casi un lujo, frente a los menos de 600 euros del salario mínimo que se han venido cobrando hasta ahora. En la foto podéis ver que sus precios no difieren tanto de los españoles. Incluso las naranjas son baratas allí que aquí donde las producimos. 1,80 cuestan hoy, en el super de unos grandes almacenes… en oferta.

El paro nos acosa, los empresarios y hasta el ministro Corbacho piden moderación salarial. ¿No es una desvergüenza?

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