A grandes males, grandes remedios. Ando profundizando en la serie de medidas radicales para erradicar problemas. A la propuesta revolucionaria de permutar Valencia por Dinamarca y Madrid por Suecia, añado nuevas proposiones de cambios.
Exposición de motivos:
Camps ya es candidato a la presidencia de la Comunidad Valenciana. Lo pidió en todos los tonos, y Rajoy I El Resoluto, ha terminado por ceder. A quienes mientan la presunción de inocencia consagrada en todas las Constituciones democráticas, habría que preguntarles si creen que ha sido ésa la razón para la designación de Camps. Porque ni aún en la más recalcitrante derecha presumo tamaña ingenuidad. El señor de las trabillas ejerce un sospechoso poder sobre el líder del PP que escamaría a cualquiera. Pero la ciudadanía valenciana se dispone a premiar a su Presidente encausado, otorgándole más votos aún de los que tiene y le han permitido hacer y deshacer a su antojo en su feudo.
Por el contrario:
En Alemania –según nos cuenta Ignacio de la Torre– un financiero corrupto ha terminado por suicidarse ante el rechazo social a su conducta.
“La empresa alemana para la que trabajaba había pagado sobornos generalizados para la obtención de contratos. Él había satisfecho muchos de estos pagos, pero había pedido y obtenido retrocesiones de dichos pagos. Cuando el escándalo salió a la luz cayó la cúpula de la compañía. Él pasó por la cárcel, aunque poco tiempo. Al salir, acudió a jugar al golf a su club de toda la vida. Terminó su último hoyo, y entró a comer en la cafetería social. Al verle, los presentes se pusieron en pie y abandonaron el recinto, dejándole solo. Él acabó su comida. Volvió a su casa. Se suicidó”.
Los ciudadanos alemanes tienen muy claro a quiénes le encienden la luz roja.
No es el único caso. Chorizos los hay en todas partes, especialmente punibles entre la casta política. La sociedad británica montó en cólera y exigió responsabilidades (que se arbitraron), al conocer los chanchullos de sus diputados. La Ministra francesa de Exteriores, anda en serios apuros para permanecer en el cargo debido a unas sospechosas vacaciones en Túnez. La opinión pública se lo exige.
Argumentos:
La UE moribunda no es Europa. A Europa se la ama, a pesar de Bruselas. Por el civismo de sus ciudadanos. Habremos de aprenderlo.
Proposición:
Traer a los europeos transpirenáicos a España. Diseminarnos a todos nosotros por Europa. Nada de lo que nos está ocurriendo sucedería si la sociedad no quisiera. A los males generales que asolan a esta generación enferma, España suma… unas tragaderas con la corrupción que nos engullen a la población entera. No todos son iguales, no todos lo hacen, si lo hacen todos, es porque nosotros lo permitimos.
De momento, yo me pido Berlín.