Los políticos que nos merecemos

Dos tercios de los ciudadanos desconfían tanto de Zapatero como de Mariano Rajoy. Es la primera vez en la historia de nuestra joven democracia que el retroceso de la popularidad de un presidente de Gobierno, no catapulta a su opositor. Nunca ha habido mayor desencanto de la ciudadanía por la política. Estas ideas fueron algunas de las expresadas por expertos, anoche,  en Hoy, el programa de Iñaki Gabilondo en CNN+, un espacio tan poco masivo y promocionado que hoy ya no es posible encontrar, por ejemplo, los nombres de los sociólogos que participaron. Y es el mejor Gabilondo, el del análisis sosegado, el de la búsqueda de las causas que desencadenan noticias. Necesitamos, imperiosamente además, foros públicos con esa filosofía. Jornadas en las que –en lugar de contar “Los retos del parlamento europeo”, pongamos por caso- se hable sin prisas de todos nuestros porqués.

A Fernando Vallespín, catedrático de ciencia política, sí le conozco –no personalmente-. También estaba allí. Él, los sociólogos, y las preguntas perfectas de Iñaki, ofrecieron un diagnóstico certero. Veamos. A Zapatero la ciudadanía le reprocha sobre todo su ingenuidad, ése que llaman optimismo antropológico, que le hace quitar importancia al más terrible temporal, dejando a la sociedad a la intemperie, porque le ha disuadido de coger chubasquero y paragüas. A la gente le enfada su irrealidad. Y también creen que no tiene un plan trazado, que improvisa. En ese punto, lo mismo que Rajoy, los ciudadanos piensan que carece de ideas claras, y le reprochan sobre todo su negatividad. Que se opone sistemáticamente a todo lo que hace y propone el gobierno, y sin dar soluciones alternativas que despierten esperanzas. La crispación política es lo que ha hundido definitivamente la confianza de los ciudadanos en sus políticos.

Comentaban los expertos que en otras democracias más consolidadas, los debates parlamentarios tienen mucha más altura y elegancia. “En el británico, pueden hasta soltar carcajadas ante la intervención del contrario, pero no hay mala fe, saña, deseo de aniquilar, y eso la sociedad lo percibe”, vino a decir Vallespín, según recuerdo más o menos textualmente. Pero todos convinieron que más arriba de los Pirineos, los ciudadanos también son mucho más civilizados, más participativos en la obtención del bien común. En definitiva, que en el país de la saga «belenestebanjaneiroanarosaquintanaydemás», tenemos los políticos que nos merecemos. Es un círculo que se retroalimenta, pero por alguna parte habrá que enderezarlo. La desafección a la política, el divorcio entre dirigentes y sociedad, resta.

Uno de los intelectuales que más admiro –de los pocos, realmente- es Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la UNESCO, ex UCD. Precisamente este jueves publicó una tribuna en El País, con ese espíritu constructivo a envidiar. Todos, pero mucho más los españoles, tenemos pendientes pasar “De súbditos a ciudadanos, la gran transición”. Entresaco algunas de sus espléndias ideas y propuestas:

“La solución a los gravísimos desafíos que enfrentamos es más democracia, mejor democracia. Y ello exige participación activa y conocimiento profundo de la realidad, que se dan especialmente en los «educados», es decir, los que actúan en virtud de sus propias reflexiones y nunca al dictado de nadie”.

(…)

“El artículo primero de la Constitución de la UNESCO establece que el resultado del proceso educativo deben ser personas «libres y responsables». Educación para todos a lo largo de toda la vida. Para todos, no para unos cuantos. Y todos es muy peligroso, porque los educados no permanecerán impasibles, resignados, sometidos. No serán espectadores, sino actores. No receptores adormecidos, distraídos, atemorizados, sino emisores. No permanecerán silenciosos ni silenciados. Expresarán, con firmeza y perseverancia pero pacíficamente, sus puntos de vista.

Con ciudadanos educados ya no habrá dogmatismo, extremismo, fanatismo, ya nada será «indiscutible» ni se obedecerá de forma inexorable. La educación vence la apatía, induce a la acción.

Sí, la educación es la solución. No hay democracia genuina si no se participa, si los gobernantes y parlamentarios no son, de verdad, la «voz del pueblo». Educación, pues, para la ciudadanía mundial, teniendo siempre presente el artículo 21/3 de la Declaración Universal: «La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público».

(…)

“La historia de la humanidad va unida al temor: temor al poder, temor a los dioses, en lugar de amor. Es preciso vencer al miedo con la palabra.

Es esencial «escuchar» el mundo. Observarlo, que es mucho más que verlo y que mirarlo. Tener esta visión planetaria, esta consciencia del conjunto de la humanidad, que es lo que nos permitirá reaccionar sin esperar a tsunamis que nos emocionen, que nos pongan en marcha”.

(…)

“¿Y la gente? ¿Cuándo se «rescatará» a la gente? Es indispensable un multilateralismo eficiente, con instituciones internacionales dotadas de los medios de toda índole que requieren para el ejercicio de su misión”.

(…)

“Y la transición de una economía especulativa, virtual y de guerra (3.000 millones al día en gastos militares al tiempo que mueren de hambre más de 60.000 personas) a una economía de desarrollo sostenible global, que amplíe progresivamente el número de personas que pueden acceder a los servicios y bienes”.

Federico Mayor Zaragoza, que tiene 76 años, es otro de los lúcidos ancianos con visión de futuro, y partidario de no cercenar libertades. Las circunstancias han cambiado: los ciudadanos tenemos Internet.

“Los poderosos, que han ahuyentado desde siempre a los ciudadanos que, con mayor atrevimiento, ocupaban el estrado, no contaban con la «revolución virtual». La capacidad de participación no presencial (por telefonía móvil. SMS, Internet…) modificará los actuales procedimientos de consulta y elecciones. En síntesis, la democracia”.

Pues eso, cambiemos nosotros para que cambien ellos. Ayudémosles impidiendo que prolonguen el tiempo de la espera hacia una sociedad mundial educada -por todos los medios a su alcance-. Hoy el consejo de ministros debate cortar las alas a Internet. Los autores y firmantes del #manifiesto estamos inquietos por ello y así lo expresan algunos en sus webs y blogs. Acabo de darme cuenta de que – con la ayuda de las valiosas reflexiones que enlazo en el texto- ésta podría ser mi contribución a señalarles a los políticos que están -en numerosos aspectos esenciales para la sociedad- en el camino equivocado.

«Escribo sobre un naufragio / … sobre lo que hemos destruido /ante todo en nosotros… Pero escribo también desde la vida… / de un tiempo venidero».

José Ángel Valente en

Sobre el tiempo presente.

Contra la inhabilitación del Juez Garzón

Con enorme preocupación contemplamos muchos el proceso que puede llevar a la inhabilitación –entre 12 y 20 años- del Juez Baltasar Garzón por supuesta prevaricación en la causa que inició contra los crímenes del franquismo. El juez instructor de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha rechazado archivar su caso y el Consejo General del Poder Judicial ha iniciado los trámites para apartar al magistrado de su cargo como medida cautelar.

En 2008, el Comité de Derechos Humanos de la ONU recomendó al Estado español la derogación de la preconstitucional Ley de Amnistía de 1977, invocada en la prevaricación. Numerosos países han revocado a lo largo de su Historia sus leyes de la impunidad dictadas en momentos de presión y han encausado a culpables de golpes de Estado y subsiguientes dictaduras –es el caso de la ley de “Punto Final” en Argentina, entre otras-. En Alemania que, mucho más allá de una guerra civil, padeció el totalitarismo causante de una contienda mundial, sus estrictas leyes prohibirían formaciones ultraderechistas como las que han presentado la querella contra Garzón y han sido escuchadas. Toda comprensión del nazismo es penada con cárcel en Alemania.

Rencillas personales y envidias enturbian el caso, en un sucio espectáculo de miseria. El carácter de un magistrado e incluso si se admitieran como discutibles sus actuaciones en otras causas, no pueden esgrimirse para anularle como Juez por tratar de enjuiciar el franquismo. Máxime en un momento en el que se tergiversa la Historia. Ningún error de un gobierno democrático justifica levantarse en armas para conseguir el poder y ejercerlo totalitariamente bajo su ideología durante 4 décadas. Y quien inicia una contienda ha de afrontar que su decisión desencadena en su bando y provoca en el agredido las peores reacciones de la condición humana. No se ha inventado “la otra mejilla” en las guerras. No existe la equidistancia para la guerra civil española, en base a quién inició y padeció el levantamiento.

Formaciones política españolas siguen sin condenar el golpe franquista y los 40 años de dictadura, y evitando con su mayoría que lo haga el Parlamento europeo. Si las intocables heridas de la guerra no han cicatrizado en tres cuartos de siglo, su única esperanza de curación es la cirugía, que, por añadidura, restablecería la Justicia. Siquiera testimonial, siquiera disuasoria de actitudes fascistas.

El proceso contra Garzón ha tenido eco en el exterior. Más de medio centenar de prestigiosos juristas internacionales, además, mostraron su preocupación por su encausamiento y las razones que lo han motivado. Están dispuestos a declarar a su favor. Los países democráticos no pueden entender la condición de intocable del franquismo en España. Ningún demócrata lo comprende. Y los recursos contra una posible condena de Garzón, tras agotar las instancias judiciales españolas, acabarían probablemente con una superior sentencia condenatoria del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra el Estado español.

Entre otros, Fernando Berlín en radiocable.com, se suma.

Y Enrique Meneses, el maestro.

Otras iniciativas en defensa de Garzón y la cordura democrática, junto al deseo de que la sociedad tome conciencia de lo que está sucediendo:

Manifiesto por la Justicia de Garzón en Facebook

y otra versión simultánea.

PD. Un ejemplo de lo que yo considero suciedad en el caso, por rencillas, creando extraños compañeros de viaje.

Actualización 12/2/2004

Imprescindible para ampliar conocimientos sobre el caso, el artículo de Ignacio Escolar:

http://www.estrelladigital.es/ED/diario/312463.asp

Actualización 14/2/2010

Imprescindible también: La mierda que esconde la vendeta contra Garzón de Ana Cañil.

ABC, entre el pasado y el futuro

Una adicción. Un “Milenium” de la realidad que retrasa comidas y gestiones. ABC ha digitalizado sus 118 años de vida y los ofrece en su nueva hemeroteca. Toda la vida guardando recortes, los míos sirvieron para formar el primer centro de documentación de TVE en Aragón y ahora me encuentro un siglo con todas sus páginas. Los antecedentes son esenciales en el periodismo, y, por tanto, en la vida real. Aportan causas, despejan incógnitas, a menudo nos permiten entender los porqués.

Buceo en las páginas de ABC, de sus publicaciones. Primero busco las míticas portadas de Blanco y Negro, obras de arte para la Historia, como ésta, al azar, de los revolucionarios y creadores comienzos del siglo XX, de 1917.

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La primera fotografía aérea, la primera en color. Las crónicas de una gallega intrépida nacida en el siglo XIX, Sonia Casanovas, enviada especial a la guerra de Marruecos, o a la revolución rusa. La vida cotidiana que transcurre durante más de un siglo, ojeando el horizonte internacional, y ahondando en nuestro país. La democracia que, según editorializa otro precursor, Manuel Blanco Tobío –entre las decenas de firmas que han poblado el periódico- ha de ser siempre escéptica y no conformista. La evolución de los anuncios, televisores en alquiler, los pisos a pagar en 12 años con una entrada de 150.000 pesetas, lavadoras y lavavajillas a 19.500.

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El mismo día de Julio de 1976, que, una segunda edición tardía, saluda a Adolfo Suárez y sus medidas.

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ABC se parece a España. Al poso conservador que se arranca en innovaciones, y vuelve a caer, y resurgir y dudar y renacer, en espiral eterna.  El mismo ABC que hoy aloja las columnas de Antonio Burgos es capaz de hacer esta apuesta tecnológica y vibrante de su hemeroteca virtual. El golpe de Estado de 1936 repartió los bandos entre sus dos clásicas ediciones, Sevilla salió dos días después con el «Viva España» de los sublevados…

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Madrid apostaba por la República. Las dos Españas en un solo diario.

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Inagotable fuente de conocimiento, de referencias, pueden encontrarse citas del “maltrato” desde 1903, pero será a partir de 1993 cuando arrecien hasta llegar a casi 3.000 en los últimos 6 años. El ritmo al que se han incrementado las denuncias de lo que siempre existió.

La palabra “blog” aparece en 1905 como vocablo inglés, para estallar a partir del 2003. Hoy hay 133 millones de blogs en el mundo. ABC tuvo la deferencia de invitarme a la presentación de su hemeroteca. “La mejor forma de predecir el futuro es construyéndolo” dijeron los miembros del equipo. Y es un sabio consejo.

Invito a indagar sobre mil aspectos de vuestra vida que nos han forjado. a unirse a los que buscan su nombre, su ciudad, o el día en el que nacieron, junto a la crítica a Felipe González en los presupuestos de 1995, idéntica a la actual a Zapatero, que es su página más vista hoy.

Dibujo

La Historia se repite. Hoy sé que en mi primer día de vida me saludó Berlín a toda portada, el mismo que se uniría a mis momentos cumbres en la caída del Muro y, muy esclarecedor, al último verano de cerrar y abrir puertas para emprender nuevos rumbos. El futuro, sí, es un página en blanco que hay que escribir con tu puño y letra para construirlo. O con el ordenador, claro está.

Permuto Valencia por Dinamarca y Madrid por Suecia

Fiel a mi idea de que la mejor forma de aprendizaje es el contacto directo y ponerse en el lugar del otro, hace tiempo que vengo pensando en una solución revolucionaria para arreglar algunos de nuestros problemas y, colateralmente, solucionar otros ajenos. Se trata de un experimento por el que se permutaría Valencia por Dinamarca y Madrid por Suecia. Atiendo a las cuestiones más urgentes. De resultar positiva la prueba podríamos estudiar nuevos intercambios.

La Comunidad Valenciana cuentan casi con el mismo número de habitantes que Dinamarca: unos 5 millones de personas. El primer aspecto positivo sería que en Dinamarca los valencianos se encontrarían mucho más holgados, dispondrían de casi el doble de territorio, 43.000 Kms. cuadrados, frente a 23.000. Un pasado histórico de solera les es común, y a ambos les baña el mar. Claro que allí son el Mar del Norte y el Báltico de temperaturas gélidas, pero dicen –no sé si está probado- que el frío curte. Más de 400 islas, la mayor parte despobladas, inmensos terrenos para construir y especular, ahora que el litoral valenciano está saturado de ladrillo. Tendrían que acostumbrarse, eso sí, a residir en un paisaje armónico, con un urbanismo elegante y bien diseñado.

copenhague

Los valencianos cobrarían allí 3.250 euros (ése es su salario medio, el más alto de la UE y con pocas diferencias sociales). Pagarían también precios algo más elevados, aunque no más de un 10% de los que tenemos en España. E impuestos superiores al 50%, el 60% para los millonarios, (En España la media es 34% y 42% para los más ricos). A cambio dispondrían de grandes medidas sociales, porque allí el Estado gasta en los ciudadanos el 30% del PIB, mientras nuestro país sigue estando a la cola de Europa con un 21%. Yo creo que en el aspecto económico rentaría el trueque a los valencianos.

Deberían aprender todos inglés, en Europa no puede uno moverse sin este idioma.  «Educación para la ciudadanía», sin objeciones y en el idioma propio. Y otros horarios. Entrar a trabajar a las 9 y terminar a las 4 por ejemplo, con un bocadillito en medio, sin dos platos, postre, café y pacharán.

Pero también compensa todo esto:

Dinamarca es el segundo país más pacífico del mundo según Global Peace Index en 2008. Su capital, Copenhague, está considerada por la revista Monocle como la mejor ciudad para vivir en su Top 20 Most Livable Cities Chart. Asimismo, está clasificada como una GaWC Ciudad cultural mundial, siendo tercera en Europa occidental, sólo sobrepasada por Londres y París.

En cuanto al clima, en verano se quitarían de agobios, y en invierno, desde luego, se pelarían de frío. Y el sol, nada de la maravillosa luz Mediterránea, en invierno apenas lo ven y en verano no se esconde, el muy ladino, casi en todo el día. Pero eso con unas buenas persianas, puede paliarse.

Son algo menos tacaños que los suecos, aunque tampoco dilapidan el dinero. Ambas partes -españoles y nórdicos- pueden aprender para obtener una media aceptable. Porque podíamos dejar algún danés allí para hacer más fácil el tránsito.

Con todo, lo más positivo, lo que me inclina a proponer esta permuta es que Dinamarca fue el país menos corrupto del mundo en el año 2008 según Corruption Perceptions Index. Y, además, que la sociedad tiene arraigados una serie de valores democráticos que defienden a ultranza: la igualdad, la libertad de expresión y los derechos humanos, el respeto al ser humano, la solidaridad y la responsabilidad hacia la comunidad, tanto en la vida social como en la familiar. Ya sé que en Valencia, en España, también, pero allí es norma de vida profundamente interiorizada por la sociedad. Insisto que estoy hablando de un primer estadio de las permutas.

Prácticamente los mismos valores y circunstancias –algo más de gasto social incluso- comparte la vecina Suecia. Con 9 millones de habitantes –que no sé cómo meteríamos en Madrid-, nos brindarían un inmenso territorio de 449.964 Km², en el que tanto Esperanza Aguirre como Alberto Ruiz Gallardón serían realmente felices por las posibilidades de inversión que ofrece. Ahora bien, ambos, Camps y Rita Barberá también, se verían obligados a vivir con mucha mayor austeridad y, especialmente, con mayor control incluso ciudadano. Cualquiera tendría acceso a su declaración de impuestos.

    Los nuevos madrileños nórdicos dispondríamos de los mismos gélidos mares que nuestros nuevos vecinos valencianos, pero playa al fin y al cabo, lo único que le falta a Madrid para ser maravillosa. Habría que hacer, desde luego, un esfuerzo por manter las calles limpias, asfaltadas y con las señales de tráfico bien pintadas. Cuando vinieran las visitas no podríamos tener las ciudades como está nuestra capital.

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Altísima inversión en innovación y tecnología, tanto en el sector privado como público, y auténtica pasión por el cuidado del medio ambiente. A acoger con cariño y respeto a los emigrantes –salvo excepciones- ya estamos acostumbrados en Madrid, pero la experiencia sueca nos serviría porque ellos llevan haciéndolo desde los años 70. Allí fueron buena parte de los arrojados por las dictaduras latinoamericanas. De hecho, es uno de los países que más interés tiene por el idioma español que se estudia incluso en las Universidades. Un problema que veo es que en Suecia prima la educación pública, pero ese aspecto es subsanable. En seis meses, pienso que algo cambiaría la mentalidad. Porque digo yo que será el aire o el agua lo que forma los criterios. No puede ser otra cosa.

Y lo mejor: un puente entre Dinamarca y Suecia, que en 15 minutos te sitúa en el otro país. Valencianos y madrileños podríamos compartir las nuevas experiencias. Por ejemplo, la de respetar el tráfico y desplazarse en bicicleta que es tan sano. Y tan barato. O que, en lugar de «ayudar»  a su mujer en casa el día que les viene bien, tienen que afrontar a partes casi iguales el cuidado de los hijos y las tareas del hogar.

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Esto es un primer esbozo del proyecto de permuta. Y ya es demasiado extenso, podemos profundizar en la idea. Al mismo tiempo, prestaríamos a los nórdicos en España espontaneidad, el gran arte de la improvisación y un saber vivir –aunque sea endeudándose en nuestro caso-. Aprenden rápido. Un año a prueba. Eso es todo. Me quedo pensando y mirando el mar Báltico.

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¿La democracia en peligro?

Una ministra italiana levantando la mano derecha abierta en saludo fascista. Patrullas «ultras» vigilando, con apoyo legal, las calles de Italia para “limpiarlas” de emigrantes. Paramilitares persiguiéndolos en Irlanda. Ascenso de la extrema derecha en las elecciones al Parlamento Europeo, con evidencias tan patéticas como en Rumania, cuyos votantes verían aplicar sobre ellos su propia receta persecutoria sólo con salir de su frontera. Las Instituciones europeas –teñidas de azul- ni siquiera se “preocupan”, esta vez, por el fenómeno. La democracia peligra, mientras goza, al mismo tiempo, de gran predicamento.

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Éste es el mapa de los países autodenominados democráticos. Del concepto apenas se desmarcan el Vaticano, Arabia Saudita, Kuwait, Nepal, Oman, Buthan, Myanmar, y Brunei. China o Cuba, se llaman a sí mismas “democracias populares”. “Democracia orgánica” decía Franco que era lo que teníamos en España durante su dictadura.  Ahíta me quedé al escuchar a Ahmadineyad, definir a Irán como una “democracia religiosa” (términos antitéticos), hasta Corea se nos presenta como “República popular democrática”.

No importa que el poder no resida en el pueblo, no haya controles efectivos de su mandato, ni separación de poderes, ni libertades de expresión, prensa y asociación, ni protección de los derechos humanos, ellos apelan al término, surgido en los confines griegos. La Europa medieval hizo ciertas aproximaciones a su práctica efectiva, incluso en España con los Reinos de Aragón (que ensayó el primer precedente de federalismo) y de León. Explotó desbordante en la Independencia norteamericana y en la Revolución francesa –que en supremo acto de hartazgo contra la tiranía segó, demasiado expeditivamente, cabezas-. La Segunda Guerra mundial evidenció su deriva y supuso el punto de partida para aferrarse de nuevo a la democracia. Es lo que ahora está volviendo a perderse.

De alguna manera, la existencia del partido único o el pluripartidismo –aunque en la práctica conduzca al bipartidismo- determina qué es y que no es la democracia. No lo es un partido aristocrático que decide por todos. Es lo que tienen los países que la apellidan con algún calificativo exótico. Mucho más civilizadas y aproximadas al término, las “monarquías constitucionales” hablan de democracia, sin embargo, partiendo del hecho de que el máximo representante del Estado, no es elegido por los ciudadanos.

  Un héroe español, Jesús Neira, se apunta a un sólo partido que decide, abriendo aún más –por su prestigio- una brecha en una herida –un cáncer ultraderechista en realidad- que no ha cerrado en 70 años. El que ha impedido, reiteradamente, que las familias entierren a sus muertos asesinados en la guerra de España. Y que se añade a la peligrosa tendencia europea actual. Son pequeños brotes, sí, pero espeluznan.

Algunos criticamos la “partitocracia” desde un deseo constructivo. Los partidos tienen que democratizarse en sí mismos, regenerarse, atrapar con soluciones e ilusiones a la ciudadanía. Con verdad, con ética. Todos debemos mirar con resolución, con actos, los peligros que acechan a la Democracia. EEUU sí ha salido del bache en ese punto.

¡Vaya faena Stieg Larsson!

Stieg_Larsson

He terminado esta tarde el segundo volumen de la serie Millennium de Stieg Larsson, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”. Me despedí hace 4 días de mis amistades y me he dedicado en cuerpo y alma a leer durante horas. Me despedí porque sabía lo que me había ocurrido con el primer libro “Los hombres que no amaban a las mujeres”. Puede que en éste, la pasión, la obsesión, haya sido aún más intensa: no podía parar de leer.

El primer volumen me pareció más meditado. Enseguida advertí que era una gran historia, espléndidamente contada. El segundo tiene más pasión. Si a mitad de lectura te sorprenden con dos picos de tremendo impacto ¿cómo puede derivar, cómo ir a más? En una trepidante sucesión de secuencias que te amarran a la lectura hasta dejarte sin aliento.

Literatura del Siglo XXI. Directa, ágil. Unos personajes poco convencionales, buena parte de ellos, y muy creíbles. La perfecta conjunción en una orquesta de personas que tejen una trama brillante. El suspense de la novela negra, brutal, con un compromiso con los valores, la verdad y la justicia por encima de todos.

Conozco el alma de un periodista escritor como Stieg. Él era Mikael Blomkvist. Idealista, de izquierdas, perfeccionista, riguroso, obsesionado con el fin que perseguía. Y, como él… tomaba comida basura, relegando la buena alimentación por secundaria, fumaba muchos paquetes de cigarrillos y bebía veinte cafés al día. Suecia es un país pequeño y Stieg un hombre de prestigio. No debió serle difícil encontrar un editor. Durante tres años –de 2001 a 2004- escribió su única e imperecedera obra. No llegó a verla publicada. No supo de su éxito. Unas escaleras le mataron. El colesterol y el estrés debían estar saturando sus arterias. El ascensor de la revista donde trabajaba se averió y subió 7 pisos andando. Llegó muerto. Literalmente. Tenía 50 años. Una historia digna de haber sido escrita por él mismo.

No ha podido contar los porqués y detalles de su trama a millones de lectores ávidos. No ha disfrutado de su éxito. No escribirá más, cuando varias legiones de admiradores le hubiéramos comprando sus libros sin dudar. No escribirá más. Y con el amargo sabor de un final abierto, tras transitar por una angustiosa travesía que llenaba de imágenes y sensaciones las horas, lo que me indigna es que se haya muerto. No saber más de él, no contar con esa literatura que me ha devuelto la vieja pasión por las buenas historias, bien escritas, que atrapan y abren horizontes. Nos hubiéramos entendido. Luchador de causas inútiles, su mensaje puebla el mundo civilizado. Sé que de haber presentido que sería el único, hubiera volcado todos sus ideales, aún más –si cabe- de lo que lo hizo. Vaya faena Stieg Larsson ¿qué te costaba tomar zumo de naranja, o esa leche sin lactosa que tenéis en Suecia, en lugar de tanto café? O hacer caso a las autoridades y no fumar. Te espero dentro de unos días, en el último tomo. Aunque será aún más dolorosa la despedida.

Alguien reacciona

Y ha sido Alemania. Frente a la «preocupación» de la UE -¿necesitará un psicólogo la UE?- y el lavarse las manos norteamericano, Alemania ha llamado al embajador iraní a consultas. Previamente, había condenado la represión policial contra los manifestantes de la oposición en Irán tras la reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad.

«Las acciones violentas de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes son inaceptables», afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Frank Walter Steinmeir, en un comunicado. Steinmeir pidió a las autoridades de Teherán que aclararan las informaciones en las que se denuncian irregularidades durante la elección.»Espero de las autoridades de Teherán que estudien de cerca estas acusaciones y que proporcionen explicaciones»,concluyó.

     Viene a cuento de esto. 

Mafias, un salto cualitativo

  Uno de los mejores y más fiables periodistas que conozco, Pablo Ordaz, escribe hoy en El País un reportaje sobre el narcotráfico en México, altamente inquietante, que no debéis perderos.

    «La policía mexicana vive en alerta ante un cártel que no solo pretende el tráfico de drogas, sino la sustitución del Estado. Los sicarios de este clan extendidos por todo el país controlan desde la venta de armas y los impuestos hasta la espiritualidad de sus vecinos»

  Describe los hechos y argumenta cómo ha llegado a producirse este fenómeno:

 «Todo empezó con el siglo. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió el poder después de 70 años y México tuvo que aprender a vivir con una realidad distinta. Hasta entonces, el presidente de la República hacía y deshacía en todo el país. México era un Estado federal, pero los gobernadores, los alcaldes, los jefes de policía y por supuesto los líderes sindicales y sociales de cada demarcación pertenecían al PRI. «A poco que uno se desmadrara», recuerda un alto cargo de la seguridad del Estado, «nos decían: llevadlo a Los Pinos -la residencia presidencial-. Bastaba una charla con el presidente de turno para que todo volviera a su cauce». Con las fuerzas del orden sucedía igual. La Policía Federal siempre representó un tanto por ciento mínimo del conjunto de las policías -más de 1.600 en todo el país entre estatales, municipales…-. Aunque cada cuerpo policial dependía de un gobernador o un alcalde, cuando llegaba el caso obedecía de forma implícita y efectiva el dictado que llegaba de la capital. Ya no es así. La imagen más gráfica se ha podido presenciar el lunes pasado. Durante tres horas, a plena luz del día y en mitad de la calle, policías municipales y estatales de Nuevo León se enfrentaron con agentes de la Policía Federal. Se encañonaron mutuamente con pistolas y armas largas. No pasó nada, pero fue de chiripa. En otras ocasiones, agentes federales o miembros del Ejército han optado por solventar situaciones parecidas de insurrección a tiro limpio.

En algunos lugares, como Michoacán, el poder del Estado fue haciéndose cada vez más débil y eso fue aprovechado por los narcotraficantes. La Familia, cuya presencia en la zona se remonta a dos décadas atrás, dio un salto cualitativo. Ya no les bastaba con la producción de heroína y marihuana -hay constancia de plantaciones de amapola en 37 de los 113 municipios de Michoacán- ni siquiera con el control del puerto de Lázaro Cárdenas, a donde llega la cocaína del sur de América y la efedrina de Europa y Asia con destino a Estados Unidos. La Familia quería más. Quería el control social, y hasta espiritual, de sus vecinos. Y empezaron de la manera más sencilla, desde abajo, poco a poco».

   Atentos al nuevo fenómeno.  La facturación de las mafias italianas representan el 7% del PIB del país. La corrupción no es inocua, termina por pudrir los cimientos del Estado.

   Hoy es Juan Arias, el mítico corresponsal en Italia, quien da muchos claves en un artículo maravilloso, cargado de amor y de cordura. Entresaco lo que se refiere al tema que nos ocupa:

  «Era aquella una Italia que yo amaba apasionadamente y en cuya lengua escribí mis primeros libros. Hasta que llegó Silvio Berlusconi. Lo vi aterrizar en Palermo, capital de Sicilia, corazón de la Mafia, en helicóptero, como un dios pagano. Eran sus primeras elecciones. Pocos creían que aquel histrión, que nunca había estado en la política, en un país tan politizado como lo era Italia, podría ganar. Yo pronostiqué en el periódico que ganaría. Vi aquella mañana en Palermo a casi medio millón de personas levantando los brazos hacia el helicóptero que traía al Salvador.

La Mafia siciliana había cambiado de bandera. Acababa de abandonar a la poderosa Democracia Cristiana, hasta entonces su señora, para ofrecerle el beso y sus votos al empresario del que decían que tenía el arte mágico de crear empleos de la nada. Italia aquel día empezó a entrar en el túnel de la degeneración. Yo me volví a España».

La estratégica importancia de un país llamado Tuvalu

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25 kms cuadrados y 11.800 habitantes, Tuvalu es un país insular de la Polinesia, a mitad de camino entre Hawai y Australia. Lo descubrió en 1.568 un español, casualmente: Álvaro de Mendaña y Neyra. Este leonés se topó con Tuvalu en el primer viaje que realizó al Pacífico pero, al parecer, dedicó mucha mayor atención a Perú, país del que partió su segunda expedición. La escueta información nos habla de viajes de traficantes de esclavos y balleneros en aquella época al pequeño Tuvalu –todo indica que los esquilmaron-, pero no cómo acabó siendo un protectorado británico. Llegaron misioneros -¡cómo no!-, protestantes en este caso, que pasaron lo suyo para evangelizar a aquellos pocos infieles, porque tardaron más de medio siglo en conseguirlo.

Con una economía agrícola de subsistencia y apenas sin entender la riqueza del marisco de sus aguas, todo cambió para Tuvalu en el año 2000. Tuvalu es su nombre y tuvaluano su idioma que comparten con el inglés, y ninguno de los dos hechos había nacido ayer. Pero fueron decisivos: su sigla en Internet es tv, la televisión en casi todos los idiomas. ¿Qué ocurrió? Que cedió sus letras de matrícula a una empresa estadounidense que le paga un millón de dólares cada tres meses y le ha dado el 20% de sus acciones. Con esa importante inyección económica, Tuvalu gestionó su ingreso en la ONU, a la que pertenece desde 2001 –haciendo oír activamente su voz, además-, construyó carreteras y prosperó. Porque todos los numerosos dominios que terminan en tv han de estar registrados en Tuvalu.

Parece que nunca la felicidad es completa, porque Tuvalu tiene un grave problema: su altura máxima son 5 metros sobre el nivel del mar –la menor después de las Maldivas, con 2 m-. Lo peor es que Tuvalu sufre frecuentes tornados y ciclones y, por si faltara poco, se está hundiendo porque el océano allí actúa como sumidero. A dos por tres sufre ya inundaciones que salinizan y destruyen las cosechas. Su primer ministro clama en la ONU contra el cambio climático, se pregunta porqué tienen que pagar ellos lo que otros destruyeron. Porque ya hay un plan de evacuación. Tendrán que marcharse a Nueva Zelanda o Niue, abandonar su tierra y dejar de ser un país.

Es una monarquía constitucional, perteneciente a la Commonwealth, pero sin partidos políticos como tales, aunque parecen regirse por un sistema bastante democrático de familias o clanes con la sabia voz de los ancianos y los respetados por la comunidad. Las campañas electorales se basan en el prestigio personal o del clan. “Cada familia –copio- tiene su propia tarea, o salanga que llevar a cabo para la comunidad, como la pesca, la construcción de viviendas o de la defensa. Las habilidades de una familia se transmiten de padre a hijo”. No parece mal sistema, su presidente se ha revelado de lo más avispado e idóneo. El 100% de la población está alfabetizada y dedican especial cuidado a la educación.

Palmeras, paradisíacas playas, tan lejos del mundanal ruido que disuade a los turistas, comiendo marisco, cocos y frutas, con música y cultura autóctonas… y van a desaparecer, tragados por el mar. Pero con ellos se hunde también la marca tv en los dominios, la de la televisión, creando un grave problema al mundo globalizado que aún no sabe cómo resolver, pero que le preocupa seriamente.

2 de Mayo de revoluciones épicas, suciedad en el ambiente a todos los niveles. Os he querido traer la novelesca historia de Tuvalu (gracias David) para abrir los horizontes de nuestro diminuto y cerrado mundo. El paraíso está muy lejos y el mar, la mano del hombre –de otros hombres- que han cambiado el clima, lo empuja al abismo hasta hacerlo desaparecer. Que con él se volatilizara también mi antaño amada televisión, no sería el problema más grave, sería incluso deseable. Pero creo que el día que Tuvalu se hunda definitivamente todos seremos un poco más pobres.

Menos resignación y más acción

Ayer descubrí que me había atracado mi banco de toda la vida y evité que lo hiciera -al menos temporalmente- una óptica. En este país hay que tener un cuidado extremo para que no te desvalijen. No ya los desgraciados rateros, sino las gentes instaladas, los soportes del sistema. Lo peor es que han logrado anestesiar a la mayor parte de la ciudadanía que ya no se inmuta por las denuncias, aunque sean sobre hechos flagrantes. Dos minutos de morbo al enterarse, y a enchufarse a la tele o al fútbol: nos han desactivado. Han seguido practicando la desconexión de los ciudadanos, tarea en la que llevan toda la vida los poderes fácticos.

En este blog puede verse sin embargo la irritación que produce la mala política, los desmanes del capitalismo consentido -más aún, apoyado-, el sistema en sí mismo. Sólo que no existen cauces eficaces para que esa protesta se canalice y provoque las reacciones precisas, los cambios necesarios.

Todo sistema se corrompe y es imperfecto. El mejor, sin duda, la democracia. Hay que olvidarse de grandes utopías si se quiere ser práctico. Ahora bien, el orden establecido es manifiestamente mejorable. Pero lo encargados de hacerlo parecen haber perdido el rumbo. Voluntariamente o invadidos por la inercia.

Mi banco de toda la vida me ha secuestrado 5.000 euros durante 5 años, tiempo en el que ni siquiera sé si seguirá existiendo como tal. No soy rica, es un serio contratiempo. La fechoría la perpetró con engaños una ejecutiva de diseño que me embaucó vilmente haciendo lo contrario de lo que le pedía. Si trato de recuperarlos, antes de tiempo,  pierdo 800 euros. Me mintó en la fecha del vencimiento del bono.

Al salir de la oficina bancaria, acudí a la tercera tienda franquicia de una óptica avalada por un señor francés. Publicitan una interesante oferta, pero en los dos primeros establecimientos vieron que yo no me adaptaba a sus condiciones. En el tercero sí. Ahora bien, las gafas de sol llevan suplemento por color y por curvatura. La oferta no incluye no sé de qué de réflex, luego si no lo pones te fríes los ojos, y, por supuesto, colocarlo lleva suplemento. Tengo alguna dioptría más en un ojo que en otro, luego hay que reducir el cristal: otro suplemento. «Es que Vd. tiene dioptrías» me dijo la empleada. Hombre, no voy a ponerme gafas para guarecer los ojos en una urna, las gafas solían servir para ver bien. El negocio no les cuadraba porque no pedía progresivas. Dos señoritas diferentes estaban muy interesadas en ello, pese a que les dije que, a pesar de mi edad, no tengo presbicia, veo perfectamente de cerca. Con todo la cosa se ponía en 500 euros para los que dan facilidades de pago. Una amiga pagó hace poco 1.300 euros, dice que debo darme contenta. Sólo que en la mayor parte de Europa las gafas son gratis, las costea el Estado. No son un lujo.  Y merecen una prioridad del gasto, anteponiéndola por ejemplo a subvencionar fábricas de procesiones.

Éste es también un país, donde la Hacienda Pública, persigue a los asalariados y les hace objeto de sanciones arbitrarias, mientras deja escapar los grandes fraudes. Y ante todo esto, el único consejo que te dan es que te resignes y que procures que no te pase otra vez. ¿Poniendo una vela a la virgen?

En España fallan los cimientos de raíz. El PSOE se dispone a cargarse hoy una ley en el Parlamento que consensuó el año pasado para revalorizar las pensiones y hacerlas algo más dignas. Las subió un 30% la pasada legislatura, el populista PP es mucho más responsable del atraso. Pero un país desarrollado no se puede permitir pagar 400 ó 500 euros a una persona que ha trabajado -aunque sea en casa como esposa, ahora viuda- para que viva todo un mes. El argumento: les supone 5.000 millones de euros. Han entregado 9.000 a las constructoras para que hagan aceras. ¿Cuánto a los bancos para que rapiñen cuanto quieran?

De disponer de tiempo, daos un paseo por el blog -los seguidores habituales lo sabéis-. Tenemos los sueldos más precarios de la Europa de los Quince, salvo Grecia y Portugal. Corrupción a todos los niveles, incluso con sanciones del Parlamento europeo. Pero, como os dije en la entrada de ayer, los sueldos millonarios de los incontables asesores del gobierno de Aragón, y de cualquier parte donde se hurgue, no provocaron reacción alguna. Y lo mismo parece ocurrir en el mundo entero. Bueno, los constructores fraudulentos que han matado literalmente a las gentes de L´Aquila, parece que terminarán en la cárcel a instancias de la fiscalía italiana. Pero los familiares de los muertos ni siquiera insultan a su jefe de gobierno cuando le ven aparecer.

Nos resignábamos cuando el sistema parecía funcionar. Sólo lo parecía. Pero es que nadie sabe cómo se va a arreglar el inmenso fiasco. El sistema, el famoso sistema, está viciado en origen. Proponen regeneraciones, socialismos alternativos… No sé. Es economía de guerra, que precisa política de guerra también. Replantearse todo. Ir a lo esencial. Comenzar por abajo Por las pensiones suficientes, por atajar corrupciones y corruptelas con contundencia, por la educación en profundidad que es lo único que puede salvarnos a la larga.

Sentarse a una mesa, tachar prácticamente todos los presupuestos de los poderes públicos y pensarlos de nuevo. Fijar prioridades reales, útiles, con visión de futuro. Pero los políticos están demasiado impregnados en la madeja. Giran como caballitos de feria mirando al frente sin ver la realidad. Y nosotros, la sociedad, les lanzamos palomitas de maíz para que se entretengan. Y seguimos poniendo cirios a los santos para que el ciclón no nos alcance.