Iñaki Gabilondo: «Debería darle vergüenza a Rajoy decir que las cosas van bien»

Homenaje a José Luis Sampedro en el Ateneo

Algunas intervenciones de un recuerdo emocionado, una explosión de cariño sincero. Eso fue el acto. Todo el Ateneo de Madrid. Desde el escenario a lo más alto del anfiteatro.








RTVE y la manipulación

Hay temas intocables en este país –no sé en otros- que todo el que tenga un blog sabe que no se pueden tratar sin controversia. Son varios. No imaginaba yo que RTVE se inscribía entre ellos. Pero, ahora que lo pienso, la auténtica historia de la empresa (hoy otra por completo diferente) no está publicada en parte alguna. Por algo será. Y tampoco yo lo voy a hacer. No ahora al menos. Sólo que probablemente es una asignatura pendiente en España.

A pesar de sus yerros (y todos los tenemos), María Antonia Iglesias es una mujer que aprecio. Es fuerte, valiente, luchadora, y va de frente. Ha habido mucho más sibilinos censores. La triste historia de quienes mandaron en RTVE es ésa. Con sonoras excepciones que ya he citado en otras ocasiones y en las que falta Fernando Castedo que fue el mejor director del Ente. Fue el primero de consenso entre partidos e intentó una RTVE profesional y rigurosa de la mano de Iñaki Gabilondo en la jefatura de informativos. La llegada de Leopoldo Calvo Sotelo al gobierno truncó precipitadamente su proyecto. Le puso la proa en cuanto se sentó en la Moncloa.
Entrevisté a Fernando Castedo para un reportaje sobre los 50 años de la televisión en España. Y, como conservo la trascripción, voy a anotar esta respuesta:

“Siempre ha habido una influencia excesiva de los grupos, y no pongo adjetivos, grupos políticos, grupos sociales, grupos económicos, parece que el intentar ejercer presiones y sobre la información en los medios ha sido una constante; sin duda lo hemos experimentado todos los que hemos tenido responsabilidades en la televisión. Una cosa -también hay que decirlo- es recibir esas presiones y otra cosa aguantarlas, ahí cada uno que hable por su propia experiencia. Las presiones fueron constantes, las mismas que habrá recibido cualquier director general. Yo tuve dos ventajas: la primera gran ventaja que fui nombrado por unanimidad de todas las fuerzas políticas -creo que es el único caso, y en eso puedo presumir, como diría Suarez puedo presumir y presumo-. La segunda es consecuencia de la anterior: eso me ayudó y me permitió de acuerdo con la idea que yo tenía elegir las personas que creía más idóneas para los puestos, independientemente de su opción política, Y abandonaban sus ideologías para un servicio común que era una televisión publica al servicio de todos”.


Ése es el camino.

Nacho Escolar recoge hoy la ominosa entrevista de Alfredo Urdaci a José María Aznar.

“Se ha creado más riqueza. ¿Cuáles son las condiciones para que eso se mantenga, para que esa aventura económica, cargada de éxitos, reconocido por todos, se mantenga en esa línea”
(…)
“Terminan ocho años de estabilidad política, también de estabilidad económica…”.
(…)
En este último año de la Legislatura ha habido algo que la opinión pública, en su mayoría, no comparte, que es esa relación tan estrecha con Estados Unidos. ¿Por qué esa vecindad, por qué esa alianza? ¿Porque nos ayudan en temas terroristas, porque nos ayudan en la seguridad de nuestro entorno, porque nos ayudan en asuntos económicos, en asuntos estratégicos?
(…)
En el momento en que España ha llegado a un desarrollo económico alabado por todos es el momento en el que se escucha a más voces decir aquello de que no estamos a gusto en este Estado…
(…)
Usted ha conseguido una relación privilegiada con el Presidente de los Estados Unidos, con el señor Bush; una relación que no es fácil de conseguir. Ahí hay un capital político y usted ahora deja la Presidencia del Gobierno. ¿Cómo se va a administrar ese capital?
(…)
Hace muy pocos días estuvo usted en Diwaniya con las tropas españolas que están allí en misión de paz y de reconstrucción del país. Éste no ha sido un año muy fácil para las Fuerzas Armadas. Ha habido accidentes, como el del Yak-42, que han evidenciado, de alguna forma, defectos en la preparación o en el equipamiento de nuestro Ejército. ¿Qué ha fallado ahí? ¿Quizá han crecido demasiado rápido?


El PP inundó las redacciones de periodistas afines a su ideología o encumbró a los que ya estaban, como éste que aún hoy sigue haciendo información manipulada desde el 24h. Ved este ejemplo denunciado por MiniLeaks:

Esos errores, el despilfarro, el jolgorio de las productoras iniciado a finales de los años ochenta, justificaron la poda de la plantilla. Y fue un error, por más causas que no vienen ahora al caso. Cuando empleo la palabra “asepsia” para la RTVE que ha existido durante la etapa de Zapatero, lo hago conscientemente y no he dejado de señalar los errores que, en mi opinión, persisten especialmente en la relación de políticos y prensa (en general). No pueden salir todos los días a repetir sus propagandísticas opiniones, sólo cuando aporten una noticia. Como es fácil apreciar, el camino más idóneo se inició hace muchos años, a principios de los ochenta con Fernando Castedo. Antes, en la transición con profesionales que plantaron cara a las presiones políticas. Los políticos terminaron cercenando el camino. Espero –deseo, para volver a ser precisa- que nunca más vuelvan a hacerlo.

( Y a ver si este post también lo enlazan los medios ultras, porque la manipulación no ha sido un hecho aislado que achacar a RTVE. Eso es lo terrible).

Iñaki Gabilondo: «El regimen en el que vivimos es una dictadura»

Iñaki Gabilondo -periodista único, luz incombustible en el gris periodismo de hoy- despidió la temporada el día 15 de Julio con una entrada impresionante, por su verdad, concisión y claridad. No sólo comparto lo que dice, lo he escrito varias veces aquí. El centro de la cuestión -tras haber situado perfectamente el problema y llegar finalmente a una pregunta fundamental como conclusión- es éste:

 «Somos súbditos de los mercados, el régimen en que vivimos es una dictadura; una dictadura muy particular, una dictadura disfrazada con los ropajes de la democracia, pero una dictadura. Nuestros orgullosos estados, nuestros representantes políticos, y la mayoría de los ciudadanos fingen no darse cuenta y manejan toda la gesticulación de la normalidad democrática pero ya nadie ignora que los caminos están trazados, que fuera de ellos no hay salvación, y que nuestra libertad sólo puede ejercitarse en el pequeño margen de elasticidad -un poquito más para aquí, un poquito más para allá- que se nos autoriza. (…) la socialdemocracia ha quedado prohibida de facto. Bueno, se le permite gobernar con tal de que no sea con sus propios puntos de vista.

Y sí, la pregunta clave es ¿Qué hacemos?

(Gracias por la alerta @angelsmcastells)

Un barco sobre la arena

Hace un par de días soñé que viajaba en un barco pero éste no navegaba por agua, sino por arena. Un pasadizo de piedra natural –discontinuo, con aberturas que permitían ver muy cerca el mar-, guiaba sus pasos, mansamente, eso sí, sin ninguna violencia ni sensación de peligro, a pesar de la extraña singladura. Esta noche –a demasiado temprana hora- me ha despertado otra imagen onírica: estaba con varias personas en la explanada junto a un gran edificio –me recordaba las sedes de varios periódicos- y sí experimentábamos una cierta intranquilidad o de hastío –ambos quizás-. Virginia P. Alonso, directora adjunta de 20 minutos, me ha hecho reparar en las medidas de seguridad del recinto. En lugar de verja, o barra protectora, había una cadena pintada a trozos de blanco, de rojo, y de nada, sin pintura. Es decir, una chapuza. “Así ¿adónde vamos?” ha dicho ella alarmada y asqueada (lo siento Virginia, así ha sido).

Grecia vive momentos amargos, sentenciada por los mercados. En seis meses ha revisado tres veces al alza su déficit público, y, al parecer, hasta mintió a Bruselas sobre su situación real. Los inversores juegan con la deuda del país heleno. La rentabilidad del bono a 10 años se situó ayer en el 8,78%, lo que supone que los griegos deberán pagar 5,73 puntos porcentuales más de interés que los alemanes para colocar su deuda en los mercados. Grecia se va a pique.  Parecería que está en venta y que, ni aún así, la quiere nadie. Y, dicen los expertos, que arrastra a Portugal e incluso a España –a pesar de que nuestra deuda es inferior a la media europea-. En otra división juega Gran Bretaña que, ella sola, se dice que igual quiebra y nadie se inmuta. Una periodista esta mañana en la SER ha comentado que Grecia estaba «acosada por las huelgas«. no sé si entiende la diferencia entre causa y consecuencia. A los griegos, plagados de islas maravillosas, los han metido en un barco que navega por barro y protestan. Les va bastante en ello.

Mientras, Obama intenta sacar adelante su reforma financiera, basada sobre todo en la regulación estatal. Dijo anoche que cree en el libre mercado, pero que «no es una carta blanca para hacer lo que a cada uno le dé la gana, como ocurrió muy a menudo en los años que nos llevaron a la crisis. Algunos en Wall Street se olvidaron de que detrás de cada dólar con el que ellos comercian hay una familia que intenta comprar una casa, pagar una educación, abrir un negocio o ahorrar para la jubilación».

Xavier Sala i Martí, un viejo conocido por sus tesis liberales de manual, estuvo anoche con Iñaki Gabilondo. Profesor de Economía en la Universidad Norteamericana de Columbia, y no sé cuántas cosas más, seguro de sí mismo al punto de decir: “yo y otros colegas de Davos llevamos avisando de la situación una década”, hizo las delicias de mi admirado y querido periodista –un caramelo para una entrevista es Sala-. Ha publicado un libro que a Iñaki le había interesado. Describe a la perfección, dijo, todo lo que ha sucedido. Pero ¿cuál es la solución?

Resumo parte de los argumentos del economista: los gobiernos se han equivocado al ayudar a bancos y empresas y acrecentar su déficit público. Había que haberlos dejado caer. No hubiera pasado nada diferente. La misma angustia y falta de crédito se hubieran dado con los grandes monstruos pagando sus errores. El sistema no ha fracasado. Es la condición humana -«entonces ¿sólo queda rezar? apuntó Gabilondo-. No cabe otra solución que meter a los chorizos en la cárcel en cuanto se les detecte. Cuantos más chorizos -que no dejarán de aparecer- más cárcel -¿Y más negocio para los caros abogados que les libren?- Pero regulación ni media, Obama se equivoca. Y en España todos los gobiernos llevan 20 años de errores. El principal no abordar juntos los principales partidos las soluciones, como hicieron en el pasado otros países en crisis. A Suecia, citó.

La España de la crisis económica se enfrenta hoy y ahora a posiciones ideológicas radicales, sobre todo por cómo afloran las engarzadas en el pasado más negro de nuestra Historia. Nunca se fueron, según se ve. Ríos revueltos en donde pescar que podrían acabar, como en Grecia, en la desesperación de los ciudadanos.

Yo borraría del mapa todas las fronteras, todas las barreras, pero –muerta de sueño- me inquieta esa endeble cadenita tan chapuceramente elaborada. Prefiero mi barco. Patina, baila de puntillas por la arena, y quiero creer que el mar es su horizonte. Preferiría que sus bodegas fueran cargadas de cultura, que corriera por su cubierta la libertad, el sano juicio y la búsqueda del bien común. Y que no le hundiera y le anclara la pesada losa económica. “Detrás de cada euro con el que ellos comercian hay una familia que intenta comprar una casa, pagar una educación, abrir un negocio o ahorrar para la jubilación”.

 

¡Feliz día del libro! ¡Feliz día del Aragón real!

Los políticos que nos merecemos

Dos tercios de los ciudadanos desconfían tanto de Zapatero como de Mariano Rajoy. Es la primera vez en la historia de nuestra joven democracia que el retroceso de la popularidad de un presidente de Gobierno, no catapulta a su opositor. Nunca ha habido mayor desencanto de la ciudadanía por la política. Estas ideas fueron algunas de las expresadas por expertos, anoche,  en Hoy, el programa de Iñaki Gabilondo en CNN+, un espacio tan poco masivo y promocionado que hoy ya no es posible encontrar, por ejemplo, los nombres de los sociólogos que participaron. Y es el mejor Gabilondo, el del análisis sosegado, el de la búsqueda de las causas que desencadenan noticias. Necesitamos, imperiosamente además, foros públicos con esa filosofía. Jornadas en las que –en lugar de contar “Los retos del parlamento europeo”, pongamos por caso- se hable sin prisas de todos nuestros porqués.

A Fernando Vallespín, catedrático de ciencia política, sí le conozco –no personalmente-. También estaba allí. Él, los sociólogos, y las preguntas perfectas de Iñaki, ofrecieron un diagnóstico certero. Veamos. A Zapatero la ciudadanía le reprocha sobre todo su ingenuidad, ése que llaman optimismo antropológico, que le hace quitar importancia al más terrible temporal, dejando a la sociedad a la intemperie, porque le ha disuadido de coger chubasquero y paragüas. A la gente le enfada su irrealidad. Y también creen que no tiene un plan trazado, que improvisa. En ese punto, lo mismo que Rajoy, los ciudadanos piensan que carece de ideas claras, y le reprochan sobre todo su negatividad. Que se opone sistemáticamente a todo lo que hace y propone el gobierno, y sin dar soluciones alternativas que despierten esperanzas. La crispación política es lo que ha hundido definitivamente la confianza de los ciudadanos en sus políticos.

Comentaban los expertos que en otras democracias más consolidadas, los debates parlamentarios tienen mucha más altura y elegancia. “En el británico, pueden hasta soltar carcajadas ante la intervención del contrario, pero no hay mala fe, saña, deseo de aniquilar, y eso la sociedad lo percibe”, vino a decir Vallespín, según recuerdo más o menos textualmente. Pero todos convinieron que más arriba de los Pirineos, los ciudadanos también son mucho más civilizados, más participativos en la obtención del bien común. En definitiva, que en el país de la saga «belenestebanjaneiroanarosaquintanaydemás», tenemos los políticos que nos merecemos. Es un círculo que se retroalimenta, pero por alguna parte habrá que enderezarlo. La desafección a la política, el divorcio entre dirigentes y sociedad, resta.

Uno de los intelectuales que más admiro –de los pocos, realmente- es Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la UNESCO, ex UCD. Precisamente este jueves publicó una tribuna en El País, con ese espíritu constructivo a envidiar. Todos, pero mucho más los españoles, tenemos pendientes pasar “De súbditos a ciudadanos, la gran transición”. Entresaco algunas de sus espléndias ideas y propuestas:

“La solución a los gravísimos desafíos que enfrentamos es más democracia, mejor democracia. Y ello exige participación activa y conocimiento profundo de la realidad, que se dan especialmente en los «educados», es decir, los que actúan en virtud de sus propias reflexiones y nunca al dictado de nadie”.

(…)

“El artículo primero de la Constitución de la UNESCO establece que el resultado del proceso educativo deben ser personas «libres y responsables». Educación para todos a lo largo de toda la vida. Para todos, no para unos cuantos. Y todos es muy peligroso, porque los educados no permanecerán impasibles, resignados, sometidos. No serán espectadores, sino actores. No receptores adormecidos, distraídos, atemorizados, sino emisores. No permanecerán silenciosos ni silenciados. Expresarán, con firmeza y perseverancia pero pacíficamente, sus puntos de vista.

Con ciudadanos educados ya no habrá dogmatismo, extremismo, fanatismo, ya nada será «indiscutible» ni se obedecerá de forma inexorable. La educación vence la apatía, induce a la acción.

Sí, la educación es la solución. No hay democracia genuina si no se participa, si los gobernantes y parlamentarios no son, de verdad, la «voz del pueblo». Educación, pues, para la ciudadanía mundial, teniendo siempre presente el artículo 21/3 de la Declaración Universal: «La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público».

(…)

“La historia de la humanidad va unida al temor: temor al poder, temor a los dioses, en lugar de amor. Es preciso vencer al miedo con la palabra.

Es esencial «escuchar» el mundo. Observarlo, que es mucho más que verlo y que mirarlo. Tener esta visión planetaria, esta consciencia del conjunto de la humanidad, que es lo que nos permitirá reaccionar sin esperar a tsunamis que nos emocionen, que nos pongan en marcha”.

(…)

“¿Y la gente? ¿Cuándo se «rescatará» a la gente? Es indispensable un multilateralismo eficiente, con instituciones internacionales dotadas de los medios de toda índole que requieren para el ejercicio de su misión”.

(…)

“Y la transición de una economía especulativa, virtual y de guerra (3.000 millones al día en gastos militares al tiempo que mueren de hambre más de 60.000 personas) a una economía de desarrollo sostenible global, que amplíe progresivamente el número de personas que pueden acceder a los servicios y bienes”.

Federico Mayor Zaragoza, que tiene 76 años, es otro de los lúcidos ancianos con visión de futuro, y partidario de no cercenar libertades. Las circunstancias han cambiado: los ciudadanos tenemos Internet.

“Los poderosos, que han ahuyentado desde siempre a los ciudadanos que, con mayor atrevimiento, ocupaban el estrado, no contaban con la «revolución virtual». La capacidad de participación no presencial (por telefonía móvil. SMS, Internet…) modificará los actuales procedimientos de consulta y elecciones. En síntesis, la democracia”.

Pues eso, cambiemos nosotros para que cambien ellos. Ayudémosles impidiendo que prolonguen el tiempo de la espera hacia una sociedad mundial educada -por todos los medios a su alcance-. Hoy el consejo de ministros debate cortar las alas a Internet. Los autores y firmantes del #manifiesto estamos inquietos por ello y así lo expresan algunos en sus webs y blogs. Acabo de darme cuenta de que – con la ayuda de las valiosas reflexiones que enlazo en el texto- ésta podría ser mi contribución a señalarles a los políticos que están -en numerosos aspectos esenciales para la sociedad- en el camino equivocado.

«Escribo sobre un naufragio / … sobre lo que hemos destruido /ante todo en nosotros… Pero escribo también desde la vida… / de un tiempo venidero».

José Ángel Valente en

Sobre el tiempo presente.

Los españoles europeos pagamos aún la transición

Decía anoche Iñaki Gabilondo: “Imaginemos a dos entidades bancarias intentando captar a un cliente. Imaginemos que ninguno de los bancos le dice nada de lo que va a hacer con su dinero, ni le propone nada, ni le presenta plan alguno. Imaginemos que en lugar de eso cada banco le ofrece detalles tenebrosos del banco rival, de sus marrullerías e irregularidades, acusándole de todo tipo de indecencias financieras. Pregunta ¿Qué creen Vds que haría el aspirante a cliente? ¿Examinar cuidadosamente todas las acusaciones y depositar sus fondos en el que le pareciera menos canalla de los dos?. O por el contrario ¿poner los pies en polvorosa, rumbo a su casa, para esconder su dinero en una caja de zapatos?”

La metáfora no puede ser más ilustrativa. Pero en mi impenitente rechazo de la “equidistancia” –con comillas- el hecho de que dos personas se enfrenten no implica necesariamente que ambas mientan. Los periodistas debemos buscar los datos fidedignos que orienten al ciudadano. Los datos. Algo que suele hacer Gabilondo, por cierto. Bien es cierto que los fanáticos los ignorarán si contradice sus creencias (lo que creen al margen de la realidad).

No vi el debate. Me propongo huir de los pozos de mierda por si me impregnan. Europa ha perdido la batalla en España en este nuevo round electoral: no les interesa ni a los implicados en la contienda. Sólo que somos todos, no sólo los candidatos oficiales. Escribe Blanca Vila, magistralmente, en El País, lo mucho que necesitamos Europa. Sí, los españoles en particular. Y ya no son las carreteras, sino su espíritu democrático. Una transición política desde la dictadura, vigilada en opción de poder por los vencedores, sin dilucidar responsabilidad alguna por los atropellos –España es el único país desarrollado que no lo ha hecho-, no podía traer otra cosa.

Aunque acudan dos mil personas a votar, es seguro que volveremos a mandar a representarnos en Europa a un señor -Jaime Mayor Oreja- que considera peor el aborto –legal en toda la UE- que los abusos sexuales a menores, penados en todos los ordenamientos jurídicos. Ahora dice que no lo dijo. Lo hizo.

http://www.cadenaser.com/espana/audios/mayor-oreja-primero-derecho-vida-terrible-sagrado/csrcsrpor/20090529csrcsrnac_2/Aes/

O a Vidal-Quadras que considera que el error estuvo en la Segunda República que fue la que trajo el golpe de Estado y los cuarenta años de dictadura. Sí, la democracia funciona así: no nos gusta cómo funciona el gobierno elegido por los ciudadanos en las urnas, y sacamos los tanques y las bombas, fusilamos a unos cuantos y ya podemos vivir en “extraordinaria placidez”. En Alemania quienes defienden esas soluciones tendrían serios problemas con la ley. Aquí se les vota. Porque el problema reside en realidad en la sociedad española. La más atrasada culturalmente del mundo desarrollado, a excepción de la norteamericana. Un sólo ejemplo pero muy gráfico: mientras en Francia la película más popular fue en 2004 “Los chicos del coro”, en España fueron los Torrentes… de mal gusto.

La dictadura nos castró y supuso un atraso en todos los ámbitos del que no nos hemos recuperado. La aclamada transición enseñó a sus artífices que en España sí es posible dar un golpe de Estado y oprimir a la ciudadanía durante cuatro décadas con total impunidad. Por eso tenemos esta derecha que espeluzna en particular a la derecha francesa, y a la del resto de Europa a excepción de la Italia de Berlusconi. Por eso tenemos esta sociedad.

Necesitamos Europa, subamos a su tren en la próxima estación: el 7 de Junio. Costará buscar asiento, mucho, pero al menos debemos emprender la marcha.