A veces la Cuba tantos años enquistada invita (por impotencia) a mirar para otro lado, pero Ricardo González impele a prestarle atención. A la isla maravillosa -sinónimo para los españoles de lo más duro de perder-, y a la Humanidad completa. Estuvimos con él en la tertulia de 1001Medios.es, en casa de Enrique Meneses.
Ricardo González tiene 60 años y pasó los últimos 7 –“y cuatro meses” remarca- en cárceles cubanas. Sin comer jamás caliente, por ejemplo. Con la letrina en los pies de la cama, a tiro de olfato todo el día. Periodista independiente, poeta y corresponsal de Reporteros Sin Fronteras, fue considerado un disidente del régimen castrista y dio con sus huesos en prisión. Su delito: pedir libertad de información. Para Amnistía Internacional, Ricardo era uno de los prisioneros de conciencia a defender. Acaba de llegar exiliado a España, junto con otros compañeros. Con la familia que atesora.
Este hombre escribió en su reclusión: “De mes en cuando mi optimismo extravía su esencia. Siente sin sentido los sentidos. El costillaje herraje de los pies grillete, el cráneo calabozo. Que su sombra no le obedece”. Y tuvo que sacar los textos embutidos en cigarrillos para burlar a los guardianes… como en España hacen los evasores de impuestos. Y a pesar de todo, dice que “no le nace el rencor”. El rencor es como el amor, no se elige.
Sueños de cambio, de reconciliación, de construir todos unidos, desde la extrema Cuba en Florida, a los ortodoxos interiores insensibles a la Historia. “Con los hermanos Castro, no se producirá”. Y no más críticas, realismo desnudo… que comparto.
“Su crisis sería nuestro paraíso” exclama asombrado de nuestro buen vivir. Su conocimiento, como otras tantas verdades, se hurta a los cubanos. El mundo muere por las esquinas –que es verdad, pero bastante menos-, y la Cuba de los Castros -reprimida y pobre- es la verdad absoluta. No poder saber, no poder hablar, no poder salir, no poder… ¡Tiene que terminar!
Ricardo González grita quedo desde su coherencia, prudencia y paz, para que les escuchemos. A los cubanos de Cuba, de España, de Batista, de Castro y Castro, de las multinacionales que ya llegan a comprarles. Suerte. Tienen activos importantes para el cambio. Este hombre es de los que devuelve la fe en el ser humano.
De la hora de tertulia, Rosa Jiménez Cano ha montado un resumen de 9 minutos. Por cierto, la leyenda viva a la que se refiere es Enrique Meneses.