Manifestación de apoyo a wikileaks

 

   Se tomó el camino del globo. Por #wikileaks, contra #wikileaks, conspiranóicos del «queremos saber la verdad del 11S,11M…«, mayoría de caras «¿y qué pinto yo aquí?». Medios de «ponte detrás que hago la entradilla«. Cuando me he ido no habría ni 100 personas. Me han contado que luego han llegado algunos más, entre ellos, influyentes blogueros. Parece que ha sido la manifestación más numerosa de España. Lo que me pregunto es ¿dónde estaba el resto?

Dueños de nuestra propia vida

Susan George, presidenta de honor de ATTAC Francia, representa el mundo en el que vivimos en cuatro círculos concéntricos. El más grande, exterior, corteza que condiciona al resto, es la economía financiera (la búsqueda del dinero puro y duro). Le sigue, algo más pequeño, el círculo de la economía real, la que produce bienes y servicios. Más adentro y reducido queda el de la sociedad, y, finalmente, minúsculo en importancia, el planeta. Y yo empiezo a visualizar a las personas en esa tercera división constreñida, vagando ciegas en un sálvese quien pueda. Y es que probablemente uno puede construirse una burbuja en un trapecio, sin ser consciente de su inseguridad, porque no se ve nada más allá. Al menos hasta que la frágil bola de aire explota.

El equilibrio del mundo exigiría que los círculos concéntricos tuvieran exactamente la ubicación contraria. Primero la casa donde habitar, el planeta; después la gente, luego la economía que aporta realidades, y, por último, la entelequia financiera. Sucede justo al revés.

 En Cancún certifican un nuevo paso para seguir destruyendo el medio ambiente, en aras del negocio. Cumbre con tímidos avances, prórroga de negociaciones, «ambiciones», el mismo lenguaje retórico. La especulación financiera adopta un papel mucho más resoluto: dicta las normas a la sociedad, en ausencia o connivencia política. De forma implacable. 

Un banco suizo UBS –quién manda, manda- comenta que los bancos españoles necesitan 70.000 millones de euros y solo “para disipar dudas sobre su solidez”. En Islandia, tras una auténtico calvario, la población decidió en referéndum dejar caer a sus pobrecitos bancos, y ahora su economía está creciendo al 1,2%. Aquí, esos 70.000 millones saldrán de nuestras costillas.

Y hay quien no sabe hasta qué punto. Nuestra eufemísticamente denominada “reforma” laboral -llámale mejor hachazo- aún no es suficiente. Los presidentes del Banco Central Europeo y el Banco de España –dos neoliberales de pro- acaban de reunirse. Trichet pidió “medidas más profundas”. ¿Cuáles? Mencionaron una: “la negociación colectiva”, de la que se había hablado en España pero sin llegar a “reformarla”. Es decir, un siglo de derechos laborales al garete. Empresario y trabajador pactan las condiciones en ausencia de testigos molestos. De echarse a temblar.

Resaltar esta realidad parece que no es suficiente. Abruma. Menos mal que muchos (sí, más de los que pensáis) tienen la televisión para aliviar las penas y sobresaltarse solo con lo que mandan sobresaltarse. El cierre de CNN+ nos deja solo -salvo excepciones aisladas- con trivialidad, basura y ultraderecha. Y es grave. Compruebo, cada día más estupefacta, que una inmensa mayoría de la población española se sienta ante el televisor para engullir lo que le echen. Sin el menor sentido crítico. Cuantos más globitos en la supuesta información, más calidad tiene la cadena. ¿Cuenta la televisión los datos de la actualidad que he reflejado, convenientemente contextualizados como para que la audiencia se entere de lo que sucede? No, vivimos en la era de la desinformación aunque parezca lo contrario. Y es que, a lo peor, la gente se asusta, o se aburre, y en todo caso, dejan de comprar y de ser carne de cañón.

Varias personas me han comentado que tienen “la esperanza de que todo se arreglará”, la crisis, todo. Al preguntarles en qué hechos se basan para ese convencimiento apuntan que  es “su impresión” -¿no será su deseo?- y ese sibilino “así ha sido siempre, el mundo tiene siglos de Historia y siempre se han resuelto los problemas”. Sí, en la Edad Media costó solucionarlos 1.000 años. Creo que, si no se actúa,  no viviremos para verlo.

Esta población acrítica –que tan a fondo se han trabajado los poderes (económico, político y mediático)- es una pesada rémora para intentar algún cambio. Cada uno de los cuatro pilares del caos (poder económico, político, mediático y sociedad acrítica) acarrean una seria responsabilidad en lo que a todos nos sucede. En serio, que papá es un lobo para el niño y hemos de ser dueños de nuestra vida.

Las revelaciones de wikileaks, la desmesurada reacción en su contra porque está dejando en evidencia a los poderes, comienza a abrir una esperanzadora brecha. Ya intentan cerrarla a través de la socorrida contra-información, displicentes habituales, indiferentes y «agobiados de tanto lío«. Esta tarde, numerosas capitales del mundo van a registrar manifestaciones a favor de la libertad de expresión, de que se conozca la verdad como quieren evitar. Algo hay que mover para que la pesada corteza de la economía financiera no termine por ahogarnos. Del todo. Pero sí es cierto que la ingente tarea puede terminar por abrumar y paralizar. Porque para una gran mayoría, hoy también ha comenzado un nuevo día de la marmota. Pero hay entre otros, dos finales opcionales: elige.


Comienza un nuevo día de la marmota

Mientras los viajeros en tierra lloraban en los aeropuertos y la ciudadanía se irritaba con los privilegiados controladores –más que nadie muchos privilegiados periodistas-, mientras nos lo contaban exhaustivamente y el gobierno decretaba el estado de alarma, la gasolina registraba un subidón épico: un 3,36% en las dos últimas semanas. Ya está, en España, a 1,23 euros el litro de la más común, a un paso de su récord en 2008. En la UE también se ha incrementado el precio de los carburantes. Algo más. Lo pagan, a 1,40, solo que ellos ganan el doble y el triple que nosotros de sueldo. Y no parece muy proporcional.

La debacle financiera de 2008 venía precedida de un alza histórica tanto de los carburantes como de los alimentos, convertidos ambos en materia de especulación. Ahora hay barra libre para todo.

Varios factores influyen: la depreciación del euro frente al dólar. El mayor consumo de los países emergentes. La reducción de la producción. La especulación. Me ha encantado este titular tan descriptivo: “Apetito por las materias primas”. Los mercados, entiéndase. Nada, chicos, no os privéis. Todo ello para que el barril de Brent ande ya por los 91 dólares en tendencia alcista. En el fatídico verano de 2008 se puso en más de 140.

Como vemos, el alza actual de la gasolina no se corresponde absolutamente con el precio del barril. Lo que ocurre es que los países, en especial España, lo han cargado de impuestos. En tanto, los emergentes subvencionan el combustible.

Los males que los expertos nos auguran por la elevación de la gasolina son muy poco halagüeños: subirán los precios de todo y se frenará el crecimiento. De todo lo leído, destacado ahora este párrafo:

“La subida del petróleo supone, de forma automática, incrementos en la inflación. Y eso puede llevar también al BCE a endurecer su política monetaria (subidas de tipos, abandono de las compras de deuda pública, menos facilidades financieras a la banca), como algunos consejeros del banco central piden ya. El efecto en el crecimiento también sería inmediato. En un reciente análisis, el organismo supervisor calculaba que un incremento del 10% en el precio medio del crudo restaba tres décimas al crecimiento del PIB en la eurozona en tres años. Y situaba a España entre los cinco países más vulnerables”.

Todo esto se cuenta en esas aburridas páginas económicas de los periódicos más serios. Los desinformativos de televisión siguen dando la barrila con los controladores. O dedicando un apartadito discreto –en el mejor de los casos- a las ya terribles revelaciones de wikileaks. Incluso con errores de bulto que es aún mayor delito. Puñaladas traperas y gracietas varias también tendrán preferencia. Y volveremos a llorar e indignarnos, que tanto desahoga, por la caída de una estrella del cada vez más sucio deporte de competición.

Hoy, también, es el día ése en el que se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos ¡Qué bonito cuentan que fue aquello! Y se entrega el nobel de la paz. No se entrega, vamos. Que China no deja salir a su chico, Liu Xiabo, condenado a 11 años de cárcel por redactar un manifiesto democrático. Una venteina de paises no acuden al acto, en solidaridad con China. Unos por ser tan dictatoriales como ella, otros por mantener negocios que no quieren perder. Merece la pena destacarlos, el conchabeo político tiene grados: Afganistán, Argelia, Arabia Saudí, Argentina, China, Colombia, Cuba, Egipto, Irak, Irán, Kazajistán, Marruecos, Pakistán, Rusia, Serbia, Sri Lanka, Sudán, Túnez, Venezuela y Vietnam.

Y nada, entretanto, a Assange lo tienen incomunicado. Digo yo que será para que nadie le agreda o le diga cosas feas, o le abracen con demasiada efusión. Este sábado, la ciudadanía no mediatizada pedirá su liberación y libertad de información.

Una chica de twitter, me ha recordado lo que yo digo siempre, que vivimos en el permanente día de la marmota. Con lo útil que es para todos la memoria y la cooperación.  

Assange: ellos sabían hacerlo

De repente, un hombre que difunde información que los gobiernos no quieren que sepamos, se convierte en el enemigo público número 1. Menos mal que wikileaks “solo cuenta trivialidades y cotilleos” como dicen los displicentes habituales. La persecución a Julian Assange no tiene precedentes conocidos. Ni a Ben Laden se le ha acosado con tanta saña. Así que sabían cómo hacerlo.

¿Por qué entonces no actúan de la misma forma con los auténticos forajidos de nuestra estabilidad?

¿A cuántos traficantes de droga, de sexo, de armas, de dinero e influencias, corruptos, ladrones, dictadores, sátrapas, pedófilos, violadores, contrabandistas, defraudadores, desfalcadores, malversadores, evasores fiscales, usureros, mafiosos, han cerrado las cuentas los bancos suizos? A los nazis les costó lo suyo.

Visa y Mastercard que admiten transacciones de todos los enumerados y además del Ku Klus Klan ¿estiman que es más peligroso un hombre con información?

¿Por qué no se cierran las vías de difusión de toda la inmundicia y sí las de wikileaks?

¿Dónde están los Lieberman y similares para atajar el crimen organizado a todas las escalas?

¿A qué seguridad atenta, según los políticos, la información que ellos nos ocultan? ¿A la de los Estados o a la de sus gobiernos?

¿Por qué?

Assange y Wikileaks, los periódicos que difunden los contenidos, se han revelado como un auténtico catalizador de la más dañina hipocresía. Sabían cómo cortar el paso a “su” enemigo ¿por qué no lo hacen con los nuestros?

A partir de ahora, debemos exigir nombres, direcciones, vida sexual pormenorizada, cuentas corrientes, de quienes –por ejemplo- dijeron un día que España no tenía solvencia para desestabilizarnos premeditamente. De quienes juegan en bolsa con nuestro dinero, nuestros derechos y nuestro futuro. ¿Dónde están sus cuentas, sus servidores, sus tarjetas de crédito clausurados?

¿En qué momento de sus vidas nuestros políticos se creyeron con derecho a instalarse en el Olimpo y confundieron Estado de los ciudadanos con “su” gobierno?

Ni la KGB, ni la STASI, ni la CIA, ni el MOSAD lograron un despliegue mayor para invalidar y detener a un hombre y a una idea, como el que los supuestamente democráticos gobiernos –unidos como una piña, ahora sí- y sus colegas empresariales han emprendido contra Assange. ¿Por qué?

Pero ha llegado un tiempo nuevo. A las buenas o a las malas. Hackers anonymous y una creciente rebeldía ciudadana parecen estar en la tarea de no permitir que pongan puertas al campo. Su soberbia y desvergüenza les llevó a pensar que podrían hacerlo. Si estamos equivocados que nos expliquen por qué no han actuado igual contra quienes atentan a diario contra nosotros. Y cuándo los políticos dejaron de ser… nosotros. Y con qué derecho.

 Estos coreanos, se lo toman con humor:

Tal como somos

 

Me fui a dormir tras ver por enésima vez “Tal como éramos”, una película con varios de mis adorados dentro: Sydney Pollack,  Robert Redford o Barbra Streisand. Tangencialmente, toca el tema del «macarthismo«. Durante la noche he soñado que recibía una especie de telex, en papel blanco de rodillo y sello oficial. La firmaba algún cargo a quien conocía pero ahora en un tono muy serio: “a partir de ahora, será conveniente que lea tus post antes de ser publicados”. Los sueños es lo que tienen, que mezclan realidad con temores y recuerdos, incluso recónditos, y ¿por qué no? con una rodaja de butifarra del Ampurdá en la cena. Así es el cóctel humano.

   Suelo hacer un ejercicio mental al despertarme: ¿Cómo está todo? Mi vida, el mundo. A Julian Assange acaban de detenerlo esta mañana con acusaciones que apestan a complot. A wikileaks, le taponan los caminos. El tecnológico, con el alojamiento de su web, y el financiero. Comenzaré por esto último. Aunque la sarta de perrerías sufridas por el osado australiano es amplia. La tenéis aquí. Un banco suizo, por ejemplo le cierra la cuenta a Assange. Argumentan que él no es suizo. Me pregunto cómo la neutral Suiza acoge los dineros de tanto corrupto de cualquier nacionalidad. Me responden que éstos tienen testaferro suizo. Va a ser que el fundador de wikileaks no es un chico de testaferros. Intenta otras vías, las que deberían ser norma: sin trampas. En las finanzas, además de en el periodismo, como ha demostrado.

  El alojamiento de su web se está solucionando. Cuantos más servidores le echan cediendo a las presiones de censura, más le abren vías nuevas. El senador norteamericano Lieberman ha hecho cruzada de su empeño en tapar la boca a wikileaks. Con éxito. Solo que no consigue por completo ponerle puertas al viento.

   “La censura no debe de ninguna manera aceptado por ninguna empresa de cualquier lugar. Y en EEUU, las empresas de EEUU deben hacer de ello una posición de principios. Debe ser parte de nuestra marca nacional. Estoy segura de que los consumidores en todo el mundo valorarán a las empresas que siguen por este principio«, había dicho Hillary Clinton no hace mucho.

  Corren por Internet otras frases históricas de archivo. Las tomo del Agente Smith:

   «Cuando se trata de flujos de información, creo que cuanto más libremente circule la información, más fuerte será la sociedad, porque entonces los ciudadanos de los países del mundo pueden pedir responsabilidades a su propio gobierno»

Barack Obama, noviembre de 2009, en China

«Incluso en países autoritarios, las redes de información están ayudando a la gente a descubrir nuevos datos y a hacer a sus gobiernos más responsables».

Hillary Clinton, principios de 2010.

  Zapatero también habló ayer del caso. Celebrábamos la Constitución en alarma. Dijo que “wikileaks atenta contra la seguridad de los Estados”, manía de confundir Estados con Gobiernos ¿Cuándo olvidó que los Estados son los ciudadanos y sus derechos? A la información, por ejemplo.

  Todos, en la fiestecilla con canapés del Congreso, hablaron mucho de los controladores. Es tema de moda y en loor de multitudes. Y Bono aseguró varias cosas: “quienes recurren al chantaje para defender privilegios siempre son los culpables” ¿todos? ¿los mercados y el imperio también? El gobierno no ¿verdad? Y esta otra: “este sector ni ha «vencido» en esta ocasión ni «vencerá» quien ose intentar de nuevo «echar un pulso al Estado» mediante el «chantaje”. Aviso a navegantes, el mango de la sartén es nuestro.  Nos lo distes.Y con calor popular que adora la mano dura paternal. Lo dejo así en «paternal«, que es como mucha gente la ve.

   Al despertarme, y tras ese rápido vistazo al estado de la situación, pongo la radio. La SER contaba que esas altas jurisdicciones que se ocupan del caso de los controladores “darán un trato de favor a quienes demuestren que recibieron coacciones y denuncien a los instigadores”. En la emisión han dado más datos de los que contiene la noticia en la web. Al menos la cuentan.

  Y me veo yo el dilema de quienes han de reconocer (y confesar) que fueron unos débiles mandados, coaccionados ¡pobrecitos!, añadiendo a su ignominia (personas sin voluntad alguna) la delación. Real o para escurrir el bulto, que las penas van a ser graves. Y como son unos privilegiados la sociedad se alegra mucho. De vómito.

 En la retina, aún también, Espartaco. De una víctima del machartismo que soñó, erróneamente, que a él le pasaría esto:

Déjeme Vd. en paz, estoy saturado

¿Que científicos de la NASA van a anunciar que hay vida extraterrestre? Déjeme Vd en paz, estoy saturado. ¿Que no era vida extraterrestre sino una bacteria rara en aguas de nuestro propio planeta? Pues vaya birria. Para quienes amamos la información, sabedores de su importancia vital para ser ciudadanos con criterio, estos días son, gracias a las revelaciones de wikileaks un festín. Las críticas llueven incluso de periodistas. “Son demasiados impactos, la gente se cansará -¿yo me canso?-“. “Total no dicen nada nuevo, ya lo sabíamos”. “¿Alguien pensaba que la diplomacia y el mundo funcionan de otra manera?”. La facción entusiasta les argumenta: “El hecho de que las élites de poder (e incluso cierta prensa) estén reaccionando violentamente parece confirmar que la teoría política del hacker australiano (Assange) es correcta, y que los poderes fácticos se sienten verdaderamente amenazados”, resume Pepe Cervera. Así es. Enemigo público número 1, políticos que quieren matarle por su “justicia” expedita, el portal boicoteado.

Wikileaks nos ha contado, en cables con el sello de las embajadas estadounidenses, como poco la corrupción que impera en muchos países, en muchos gobiernos, sus miserables servidumbres. Pero es que, además, los medios traen más noticias, vaya por dios. Vamos a ver que, concretamente en España, son nefastas. Como los tres millones de euros que se embolsó la trama Gürtel, vinculada al PP salvador, solo con la visita del Papa a Valencia. De nuestro dinero, del que yo misma necesito, sin ir más lejos.  Y este chico,  Zapatero, abdicando de su ideología si alguna vez la tuvo, junto a todos los socialistas con responsabilidades públicas que se refugian en el “sentido de Estado” para privatizar empresas muy rentables -obteniendo el pan de hoy y el hambre para mañana- y quitar 426 euros a los parados de larga duración. Pues no,  cuando se incumple un programa hay que dimitir. Y dejar paso a la derecha titular, afín absoluta de los mercados, para que la ciudadanía desinformada sepa lo que vale un peine.

¿Y el PP? Nada, que Aznar dijo que igual si la cosa se pone muy fea vuelve a la política para salvarnos. Que no le gusta Rajoy, su elegido. Y Gallardón, el amado dilapidador de dinero público, se postula para sustituirle. ¿Y Aguirre? De ella y sus obras hablo al final del texto.

Tanto a los políticos como a la audiencia, le sobran ya los 26.000 parados más del último recuento. Los cuatro millones, o así, oficiales. Lo mejor sería meterlos en una bolsa o en una balsa, librarnos de ellos e iniciar un nuevo punto de partida ahora que parece que, una pizca y por unos días, hemos tranquilizado a los mercados. Son tan molestos. Un auténtico lastre.

¿No es esencial la información? Ah, pero es que «es demasiada». «Yo de esas cosas no entiendo, no me interesan, quiero divetirme. De mi vida y mi futuro… no entiendo». Tampoco lo hacen los telediarios, la fuente donde bebe una mayoría votante. La jugada de Zapatero para dar negocio y poder a sus amigos a costa de la televisión pública, ha acabado en fiasco. Cuatro y La Sexta –sus apuestas- desaparecen engullidas por las clásicas: Antena 3 y Telecinco. Sus informativos, cargados de sucesos y banalidades, son programas de entretenimiento para masoquistas morbosos. Y TVE, especialmente en el TD2, el reino de Poncio Pilatos.

Si ante todo lo que está sucediendo y se está revelando, presenta a la audiencia: “Éste dice que ha ocurrido esto, pero el otro, el implicado, contesta que no y, yo que soy la repera de objetiva, no les doy ni un dato para que tengan una base como es la obligación del periodista”. Y a ver que opina el PP que tiene que salir todos los días. Y ponemos a Llamazares un cachito que parece que tiene una opinión “como diferente”. Y si alguna vez nos mojamos que sea para mostrar una gracieta como esta parábola neoliberal:

949297.shtml

Ay, pero los medios conservadores, apartados de la tarta de wikileaks, la ultracaverna cuyas cadenas de televisión propició fundamentalmente la imprescindible Esperanza Aguirre que aguarda su momento para vender hasta el suelo bajo nuestros zapatos, son bastante menos «objetivos«. Uno de sus mejores amigos y protegidos, Federico Jiménez Losantos pide hoy en El Mundo, de Pedro J. Ramírez un golpe de Estado. Lo hace mucho, pero parece que ahora nos pilla un poco más enfadados. Y, además, estamos en grave peligro de “rescate” en cuanto los mercados vuelvan a “intranquilizarse”. La inefable «bienpagá«, Cospedal, declara también en El Mundo: “Con este Gobierno, la democracia está en peligro”. ¿Peligro? Hay que actuar. La solución la tiene alguna otra bacteria con cianuro:

Escribe Jiménez Losantos (en El Mundo de Pedro J, ya digo y mentando la cuando menos oscura jugada de la Zarzuela):

“España está tan horriblemente mal que cualquier remedio, venga de donde venga y llegue hasta donde llegue, es bienvenido. Sin embargo, lo que tenemos, por encima de esta crisis económica que nos puede llevar en un par de meses a la suspensión de pagos es una auténtica crisis de régimen, que debe ser abordada como tal y cuyo único remedio es el que los grandes empresarios y amigos del Rey han elevado a su consideración, seguramente porque lo había pedido”

(…)

Pese al descrédito del concepto, que recuerda las vísperas del 23-F, España necesita mucho más que el entonces famoso «golpe de timón» de Tarradellas y el «Gobierno de gestión» que aborde las reformas económicas e institucionales que nunca hará un candidato electoral. Con un gobierno presidido por un independiente que forme un gabinete de emergencia y unidad nacional -con Mas a prudente distancia-, España podría atisbar alguna posibilidad de salvación en 2012. En una campaña electoral de dos años es rigurosamente imposible. La suspensión de pagos impondrá soluciones de emergencia. Hagámoslas antes de que nos las hagan”.

 

Comunidad internacional vs. Comunidad de vecinos

No dejo de preguntarme a quienes se refieren cuando hablan de la “comunidad internacional”, ésa que quieren preservar. Y me asombra un tanto que hasta sesudas y aposentadas (igual demasiado) voces hablen de límites a la “transparencia” en aras de algún bien común. Creo entender que invocan unas “reglas del juego” establecidas para una mejor convivencia. Pero, como las grandes magnitudes se nos escapan –ese mundo tan repleto de personas y situaciones variadas-, vamos a verlo con un ejemplo, casi de parvulario,  más próximo: una comunidad de vecinos.

Lo somos. Ciudadanos de pleno derecho que habitamos nuestros pisos en un gran edificio. Sí sabemos que unos disponen de más metros cuadrados que otros, y que no es lo mismo vivir a ras de suelo que en los duplex del ático, que en el garaje se cobijan desde masserattis a utilitarios y que buena parte se conforma con viajar en metro, pero lo aceptamos porque de puertas para adentro hemos construido un hogar con todo cuanto creemos puede hacernos felices, de acuerdo con nuestras posibilidades. En la calle, tirados en mantas, vemos a personas que no tienen techo donde cobijarse, están mucho peor que nosotros.  A mí me duele, pero nos cuentan que así son las cosas. Desde luego, nosotros somos unos privilegiados. Por eso, muchos aceptan lo intragable, para conservar lo que tienen al menos. No sé si podrán. 

Elegimos de entre todos los vecinos una junta rectora  y, dado su intenso trabajo, decidimos remunerarles a expensas del presupuesto comunitario. A algunos, bien lo vemos, se les ha subido a la cabeza lo que debería ser el honor de servir a los vecinos, a sus iguales, y a veces me encuentro en el ascensor a gente que discrepa de su actuación. Le hemos visto, por ejemplo, adjudicar contratos de reparaciones a sus amigos, y coger el dinero para pagarles de nuestros bolsos y carteras. Pero, en estos edificios tan grandes, las personas apenas nos conocemos, ni de broma pasamos al piso de al lado a pedir una taza de harina si se nos ha terminado.

El caso es que un día nos enteramos –que ni siquiera hicieron reunión para contarlo- que los del ático han tenido un problema muy serio por no sé qué negocios sucios que habían perpetrado y que se van a ver en la calle. Y llega la junta y saquea las cuentas de la comunidad para ayudarles. Cuando les hemos preguntado, han argumentado que si se hundía el tejado, se nos hundía también el inmueble entero. Menos mal, eso sí, que les sacamos a flote y vemos llegar a sus domicilios unos pedidos con langostas, angulas y vino de Burdeos que evidencian su recuperación.

Lo peor es que nos dejaron la caja temblando. En justa compensación, los del ático nos prestaron parte del dinero que les habíamos dado. Con intereses. Pero, ni aún, así llega para pagar las facturas. Se han puesto muy serios, quieren cobrar sí o sí. Quieren muchas más cosas, según estamos viendo.

La junta entró a saco en nuestros pisos. Se nos llevó el televisor de plasma, el reloj de la abuela, las sillas, a algunos el sofá y las camas, parte de la ropa. Se han metido en la cocina, en el frigorífico. Tenía yo un pollo estupendo para hacer un tajine, pues nada, me he quedado sin él. Nos dicen que tenemos que ser austeros para pagar a los del ático y a ellos, a la junta. Peor les ha ido a otros que han sido desahuciados por impago, y a quienes hemos visto irse con una mano delante y otra atrás para tapar su desnudez.

Como ni aún así logramos hacer frente a nuestras deudas y en espera de mayores ajustes, la junta ha decidido vender la piscina, el gimnasio, el cuarto de bicicletas, y el portal. Y ahora nos cobrarán por usarlos. Hasta los niños tienen que entregar chuches para subirse a los columpios.

Nos hemos ido enterando de sus tejemanejes por un vecino (un chico muy loco del 1º A con el pelo casi blanco) que ha punteado la cadena de televisión comunitaria donde nos aleccionan a diario de lo malos, tontos y miserables que somos aunque nos consuelan con muchos entretenimientos. La verdad, pura y dura, de las reuniones en el ático con la junta, ya es patrimonio de toda la vecindad. Algunos han apagado el receptor, se asustan. Otros lo estamos viendo alucinados.

Resulta que al vecino del 6º C lo frieron a palos, y a un chico del 9ºF –que les estaba grabando- lo tiraron por la ventana y lo mataron. Y, entre copa y copa de champán francés, los del ático y la junta decidieron taparlo, sin llamar a la policía. Dicen que el secretario protestó. Lo echaron de la casa.

Cada vez hay más vecinos indignados con las revelaciones. Pero la junta argumenta que obra por nuestro bien, que en las alturas se habla otro lenguaje que nosotros no entendemos – pero ¿qué me cuentan? son vecinos de la casa igual que todos-. El chico del 1º A, dicen, es un terrorista y hay que encarcelarlo. De momento, ha huido con lo puesto, a todo correr, para intentar refugiarse en un lugar seguro. Con su ordenador, para seguir contándonos lo que sabe.

Lo más sencillo sería convocar de nuevo elecciones y elegir otra junta de vecinos. Dejar que los miembros actuales regresen a su silla y su cocina, a su trabajo en la notaría o el supermercado. Aunque la única alternativa disponible -a menos que nos organicemos nosotros, tan propietarios o inquilinos como ellos- son los primos de los residentes en los duplex del ático. En cualquier caso, las «reglas del juego» las hicieron ellos, no toda la comunidad. No tienen derecho a obrar con secretos en asuntos de todos. No lo tiene a actuar rozando, aparentemente, la ilegalidad, por ser benévolos en el calificativo.  Se diría que «la comunidad internacional» es solo la élite que ellos han formado. Pero muchos vecinos no quieren saber nada de eso. La mía, en la puerta de la derecha, ahora sí me habla. Me dice que tiene mucho miedo, ha de sacar a sus dos hijas adelante. Ellas no tienen trabajo. Y que habrá que hacer lo que la junta diga. Y la junta lo que manden los del ático. No dejo de repetir, a quien me quiera oír, que terminaremos todos en la calle, pero es que algunos están tan aterrados que cierran los ojos a lo que realmente deberían temer: al futuro que nos han preparado.

 Como el futuro llega por minutos, Zapatero se ha mercado unas medidas contra los ciudadanos y a favor de empresas y mercados, realmente indignantes. El PP, por su parte, ha dicho -Cospedal- que era lo que ellos proponían y -Montoro- que el presidente no se decide a acometer reformas «estructurales» ¿la esclavitud?

¿Qué democracia hay que preservar?

La secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton –que no es de lo peor que ha pasado por la Casa Blanca- dice que las revelaciones de wikileaks “atentan contra la comunidad internacional” -¿De qué democracia me está hablando?- y que se propone cambiar… el sistema de comunicaciones. Se deduce que para seguir obrando con la misma impunidad y de nuevo en el secreto.

Un periódico neoyorquino siguiendo los pasos de algunos congresistas

Leer periódicos -de los de verdad- ha vuelto a convertirse en un ejercicio apasionante después de años de terrible tibieza. Se lo debemos en particular al osado fundador de wikileaks, Julian Assange, y a algunos de sus informadores. Por ejemplo, un chaval de 22 años a quien se vituperó ampliamente por sus “peligrosos sueños de gloria”, y que hoy se pudre en una cárcel militar estadounidense. Ambos son o serán “daños colaterales”.

Porque lo que fundamentalmente revelan los cables de las embajadas norteamericanas, hoy a la vista pública, es que EEUU presionó a gobiernos para que no prosperaran las demandas de sus “daños colaterales”. En el caso español, su “daño colateral”, era un ser humano que adoraba el periodismo y se arriesgaba porque la sociedad viera lo que él mismo veía a través del visor de su cámara. José Couso murió en el Hotel Palestina de Bagdad en 2003 (durante la ilegal invasión de Irak) por fuego norteamericano. Al lado de sus compañeros que se salvaron de casualidad.

Leyendo los cables, se aprecia que la embajada estima que el gobierno le da buenas palabras, algún apoyo concreto a la «posición norteamericana«, pero no mucho más. El resumen de Carlos Yárnoz -que presumiblemente cuenta con más información-, las visitas, llamadas y parabienes del fiscal general del Estado español Cándido Conde Pumpido o del fiscal Javier Zaragoza, y de varios otros,  tan colaboradores para tapar el caso, son bastante más preocupantes. Esas presiones  (y su exitoso resultado) aparecen como de muy dudosa legalidad y, desde luego, ponen en solfa la soberanía nacional. Y no fue el único caso. Los vuelos de la CIA, Guantánamo, también habían de ser discretamente obviados. Para el limbo de la justicia se arbitraron después pagos, 85.000 dólares preso acogido, informa El País, y visitas al jefe, a Obama, para la foto. Penoso. El gobierno dice que toda esta información es falsa o está manipulada. O que los contactos se han hecho dentro de la legalidad. Según los documentos publicados por El País, El Fiscal Zaragoza haría «todo lo posible para que el caso de Guantánamo no cayera en manos de Garzón, sino en las del juez Ismael Moreno«. También habría prestado oídos al fin de la jurisdicción universal que tenía España. Le molestaba a EEUU. Y a Israel. Fue una de mis primeras entradas en el blog. Ya no disponemos de esa competencia.

En el conchabeo sobraba, además de algún otro miembro de la judicatura, el juez Baltasar Garzón. Nunca le olvido.  Su caso es uno de los más asquerosos sapos que estamos engullendo. Encausado y apartado de su carrera, por meter las narices en el franquismo y siempre donde no «se debe» y donde no lo hacen otros. Pero, claro, es que es “muy protagonista”. Gran delito. ¿De qué democracia me están hablando?

En Alemania tuvieron otro “daño colateral”. Un ciudadano, Khalid El-Masri, fue secuestrado y torturado por la CIA y el departamento de Estado norteamericano se limitó a decir: “Seguro, nosotros secuestramos y torturamos al chico equivocado, pero considerad el contexto político”. Añadieron algo más: si vais a por los nuestros de la CIA «se resentirán las relaciones bilaterales”. Exactamente lo mismo que decían a los españoles. Al fiscal anterior, Fungairiño a quien EEUU adoraba, sin duda, por sus méritos colaboradores. Puede que en todos y cada uno de los países. La diferencia es que Merkel plantó cara, aunque, bien es verdad, porque había “un clamor popular”. La sociedad reaccionó y lo hizo, desde luego, por lo que contaban los periódicos. También se dispara el diferencial de justicia entre España y Alemania. Somos más amenazables.

Porque nosotros tenemos el país que tenemos. Los mercados no se han enterado de que Duran i Lleida vaticinó que “se tranquilizarían al ver el resultado de las elecciones catalanas” (donde han triunfado sus primos hermanos neoliberales), y nos están dando unos palos épicos. El diferencial con el bono alemán (el financiero) ha llegado esta mañana a los 300 puntos. Cuando se alzó hasta los 240 los cimientos temblaron.

Porque resulta que Hillary considera que divulgar su basura (y sin duda la de muchos otros países) atenta contra la comunidad internacional, pero los mercados no, y la especulación financiera sigue su camino implacable. Y van a por nosotros. ¿De que puta democracia me están hablando? ¿Quién eligió a los mercados? Duran i Lleida no les “ha tranquilizado” y parece que tampoco el «sonado» triunfo del PP catalán, que ha logrado 65.000 votos más que en 2006, sin llegar al techo que obtuvo en 1996. Pero Esperanza Aguirre aprovecha el despiste para ver cómo vende lo que es nuestro. ¿De qué democracia me hablan? Sin empleo, rebajados sueldos y pensiones, derechos laborales y humanos.

Apenas por ningún lado que se la mire, merece preservarse este remedo de democracia que unos pocos han fabricado imbecilizando a una sociedad que se ha dejado robar la verdadera y que costó años y sacrificios obtener. Yo, ésta, se la regalo empaquetada dentro de un orinal.

Pero ¡que no cunda el pánico! La escritora británica Heather Brooke escribe hoy en The Guardian: «Wikileaks: la revolución ha comenzado y será digitalizada. La web está cambiando la forma en que las personas se relacionan con el poder, y la política no tendrá más remedio que adaptarse«. Ayer lo decíamos aquí. Solo espero, ruego, que en eso no sea España, una vez más, diferente. Somos más de los que dicen que somos.  No faltes tú.

Wikileaks desnuda a los poderosos

Impusieron scanners en los aeropuertos en aras de una seguridad que no evita atentados. En aras, seguramente, de imponer y extender el tan útil miedo. Y ahora wikileaks nos muestra la desnudez de los poderosos. Muchos ciudadanos anónimos vienen exponiendo su intimidad desde hace tiempo, gratis y voluntariamente. Lo hablamos desde hace tiempo en casa: uno de los mayores “cambios de paradigma” que se han dado en este convulso tiempo ha sido en el concepto de privacidad. Solíamos preservarla pero ya no, apenas no. No sé si fue la soledad (ésa que se disfruta entre la muchedumbre), la prisa, la banalidad actual, pero hemos abierto la puerta a nuestros reductos particulares. De par en par o con mesura.

Las redes sociales, los blogs, crean una mecánica por la que uno muestra cómo es, incluso aunque no cuelgue sus perfiles y sus fotos. Lo que decimos, lo que omitimos, y la forma de hacerlo, da pistas. Muchos adolescentes han perdido por completo el pudor al subir miles de fotos a su red favorita, sin saber que esas imágenes permanecerán allí por los siglos de los siglos. “No, se pueden borrar”, me decía hace poco una niña. No, no se puede, quedan rastros. En mi correo de gmail me hacen sugerencias de publicidad según lo que escribo en privado. Estamos a la intemperie.

Personalmente he descubierto que no me importa, no tengo nada que ocultar en lo que manifiesto por escrito. Cumplo la norma de quienes imponen los scanners en los aeropuertos «si no ocultas nada, no tienes por qué temer«. Pues eso, ahora les ha tocado a ellos, que sí tenían mucho que esconder. Pero esta exposición nuestra ha sido utilizada con profusión por los poderosos. Nos vigilan por todas partes. Para protegernos argumentan. No. Para controlarnos, estudiarnos y hasta vendernos (productos y a nosotros mismos).

Lo que wikileaks ha hecho esta vez ha sido dejar en cueros a nuestros controladores, a la poderosa diplomacia norteamericana y a toda la élite de poder que se codea con ella. Si hurgan en las demás embajadas encontrarán actuaciones similares. El scanner nos muestra cuerpos muy vulgares e incluso que no han pasado por la ducha en una buena temporada, definitivamente sucios y hediondos. La mugre que tapaba el glamour a la vista.

Lo más llamativo de lo que se va filtrando del grueso paquete de 250.000 documentos es esa porquería cotidiana, servida de forma que roza el cotilleo. Alguna revelación sí constituye mayor noticia. Que el gobierno estadounidense mandara espiar al secretario general de la ONU y algunos de los miembros de la organización, hasta incluyendo sus ADN. Que Berlusconi es la alcahueta de Putin en Europa –no hacía falta más que verlos- o que Putin es el que manda en Rusia –sobradamente sabido- y Rusia un país en el que imperan las mafias. Que los árabes recelan de los persas. O que la administración USA recibe informes serios, como el del golpe de Estado en Honduras y luego la Sra. Clinton se calla como un cadáver. Tal como ha descubierto Juan Luis Sanchez en periodismo humano.

Que, en España, la embajada norteamericana presiones a jueces, ministros y empresarios. Que maniobró y amenazó para lograr sus fines. Que, como en el resto de los países, emitió informes demoledores de nuestros mandatarios. Sólo les cae bien el Rey. Corroboran, como me he cansado de escribir, que el PP perdió las elecciones en 2004 por su manipuladora gestión del atentado. Y vemos, en el artículo de Jan Martínez Ahrens, cómo se apresuraron a ver quién era Zapatero para concluir que pertenecía a “una izquierda trasnochada y romántica”. Le dieron “palo y zanahoria”, seña de identidad de la política norteamericana, y ya hemos visto que nuestro presidente ha logrado reconvertirse a la moda imperante.  

Y una última reflexión. El periodismo va a remolque de wikileaks que es quien hace su trabajo. Tan evidente que casi me sonroja escribirlo. Javier Pérez de Albéniz borda sus conclusiones. Destaco éstas por ejemplo:

Su trabajo consiste en conseguir información interesante que luego suministra a un grupo elegido de grandes periódicos interesados en publicarla. Como hacían los periodistas de antaño ¿recuerdan?” (…) “Wikileaks ofrece lo que el poder esconde. Casi nada. Y los periódicos se lo compran. Wikileaks tiene su propia web, y podría ofrecer el mismo producto que entrega a los periódicos pero consiguiendo menos difusión. Necesita altavoces. Y ahí están los grandes periódicos del planeta para subir el volumen”.

 Hoy hemos avanzado en el conocimiento de los poderosos. Esperemos que no se quede en anécdota de consumo. Los tenemos ahí, desnudos, con sus vergüenzas al aire. Para estudiarlos como nos estudian ellos, para ver su vacío. Ahora hay tabula rasa, también ellos son expuestos y amplificadas sus miserias. Quizás porque otro poder ha emergido. Con algunos compañeros no dejo de evidenciarlo: los ciudadanos en Red. Periodistas sin trabajo remunerado incluidos. A la intemperie como ya cada vez mas personas.Hasta para mostrar en el aire alegrías y tristezas. Rara sociedad nos hemos mercado, realmente. Una inmensa plaza pública en la que, sin embargo, lo que nos maniata son los intereses privados. Extraña de verdad. Me voy a escuchar lo que canta -tan bien- esta chica en una esquina.

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