Caos en las aulas

En la clase estamos muy preocupados. Algunos, bien es verdad. A la mayoría de los chicos se les ve muy entretenidos con piruletas, la nintendo, móviles y ordenadores en los que husmean el tuenti. Nos los dieron a todos, pero unos pocos preferiríamos estudiar, ya que estamos aquí, para llegar a ser adultos de provecho. Cada cosa a su hora.

Hoy ha venido una profe adjunta y nos ha dicho que está muy feo descargarse cosas por Internet. Que eso es robar. Y que no lo vamos a poder hacer nunca jamás. Claro que la hemos visto por los cristales hablar muy compungida con unos catedráticos norteamericanos que mandan mucho en el colegio, no sabemos por qué, y que gritaban ni se sabe. La profe ha señalado a unos cuantos de la clase con el dedo y hemos podido deducir que pedía ayuda a sus superiores estadounidenses para que convencieran a los díscolos. Entre los líderes de grupo, naturalmente, los chicos normales que protestan no veas las palizas que se llevan. En eso el profesorado es muy ejemplarizante, hasta al ejército han llamado en algunos casos.

Iban todos de un lado para otro. Algunos más de la clase han prestado atención, no muchos. Nacho, que es un alumno muy responsable, nos ha explicado a todos los que pasaba. Pero, entonces, han llegado unos señores que parecían empresarios, con unos trajes estupendos y relojes de marca en sus muñecas, han agarrado por la solapa a la profe adjunta y le han espetado con autoridad: O se para lo de Internet o ponemos a todos los alumnos, sin faltar uno, de cara a la pared. No sabemos bien qué pasará aunque se ve que quien más grita, es quien gana.

Con ser desagradable el incidente, no es ni con mucho lo peor que nos está pasando. Porque día sí, día no, se presentan en la clase unos tipos con muchas ínfulas. Se llaman “mercados” nos ha contado el profe, todos los profes nos lo cuentan. A veces vienen ellos en persona, otras -las más- nos mandan a sus delegados que disponen de muchos.

En lo que va de curso, nos han quitado los libros y los cuadernos, las mochilas, la pizarra, una pata de cada silla –con lo que es un suplicio mantenerse en equilibrio-, el bocadillo de media mañana y el postre. Las nintendo y todo eso no, el profe asegura que las necesitamos para estar contentos. A algunos nos parece que el profe sufre, pero es que todos vociferan mucho y bastante tiene con ir como una peonza por todo el recinto a atender lo que pide quien presiona más.

Ahora han venido, en medio de semejante guirigay, unos gafapastas que dicen ser de la OCDE ¿qué será eso? Sector mercados, sin duda. Han dado un empujón al profe y se han sentado en su mesa. Nos dicen que vamos a tener que dejar la escuela porque el mundo nos necesita trabajando. Ya. Para cobrar una pensión a los 70 años, precisamos emplearnos desde muy jovencitos. Anuncian que lo de los subsidios ya veremos, de todos modos, que se gasta mucho en eso. En realidad, vamos a tener que pagar por trabajar y muchas otras cosas que nos andamos pasando unos alumnos a otros en notas, muertos miedo, porque muertos de miedo estamos todos:  los mercados lo exigen, para ganar ellos mucho dinero, y comprarse muchos coches, y pisos, y joyas, y manjares, y viajes paradisíacos.

El profe, que parecía tan majo, anda de lado a lado del aula. Nos están quitando los zapatos, los guantes, las bufandas, los anorakcs, mientras, él sonríe para que no se enfaden los mercados.

Muchos alumnos siguen jugando con el ordenador. Algunos aprovechan el desconcierto, para mangar las tizas, los punteros, la pantalla, las mesas, que eran de todos. Nos cobrarán entrada hasta para salir al recreo, y el que quiera jugar a la pelota, o subirse a un columpio, tendrá que cotizar lo que ellos estimen. Los veo muy espabilados, creo que van para mercados. Y se entrenan desvalijando cuanto pillan. A mí, sin ir más lejos, unos chicos me han vaciado el bolso. Ni el móvil me han dejado.

Algunos de mis amigos dicen que esto hay que pararlo. Unos proponen romper los ordenadores en protesta por eso de Internet, otros dicen que hay que centrarse en que no nos sustraigan las simientes del jardín, los más que habría que asomarse a la ventana a pedir ayuda a ver si alguien nos oye.

En la puerta aguarda un profe nuevo. Con venerable barba cana. Da un paso hacia delante, otro hacía atrás, y vuelta a empezar. Dice que nos enseñará el Catón, origen de todos los principios, y que preguntará a todos lo que queremos, para ver si le dejan hacerlo. Los mercados le sonríen y le dan palmaditas en el hombro. Se ve que el profe nuevo es un hombre feliz, nunca soñó que llegaría a ocupar ese puesto, en realidad él iba para registrador de la propiedad ¡qué edificante historia de superación personal! Por eso, está radiante. No como el todavía titular, esta pobre, hoy, marioneta, que sigue deambulando por el aula, tapando agujeros, y destapando todos los boquetes que le piden sus superiores.

Cada día estoy más preocupada. En realidad, de lo que más tengo ganas es de gritar. Y eso que por todas partes me aconsejan que no me inquiete. Apenas nos queda nada. Sólo una enorme pantalla de televisión. Con voces muy sonoras, tranquilizadoras y monocordes.  Y, en efecto, en ella nos aseguran que todo va bien.

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21 comentarios

  1. jose

     /  21 diciembre 2010

    Esto hay que pararlo ya, ahora, porque como esperemos más estaremos perdidos. Pero no veo yo mucho entusiasmo por la rebelión.

  2. Mª Dolores Amorós

     /  21 diciembre 2010

    Inteligentísimo artículo-cuento con la metáfora continuada (¿alegoría?)que, reflejando absolutamente la realidad que nos está cercando y nos ahoga, está tan bien escrito que llega a oprimirme el corazón. El fragmento final de Fahrengheit es el climax perfecto.
    ¿Como salir de las garras de estos profes-mecados y del nuevo que iba para registrador de la propiedad?.
    Es angustiante…
    Gracias, Maria Rosa.

  3. Hace pocos días escribía un artículo con un título muy significativo: «¿Quién hará la revolución? La base social de la izquierda y las clases sociales» [http://www.agarzon.net/?p=634]. Y es que, realmente, lo que nos hace falta es una revolución con el problema añadido que deberá ser nueva, sin nada que la ate a las anteriores por cuanto no puede ser una revolución burguesa al estilo de la francesa de 1789 ni tampoco proletaria como en la Rusia de 1917. En todos estos años la sociedad ha cambiado mucho y quien se tiene que convencer de la necesidad de cambiar este sistema es precisamente a los trabajadores de los servicios, hoy día mayoritarios en una medida similar a la de los agricultores a finales del Antiguo Régimen con la desventaja de que, mientras los campesinos eran una mayoría en declive los trabajadores del sector servicios son una mayoría que no deja de crecer y que se encuentra, en líneas generales, muy conforme con el sistema.
    Pero, de todas formas, hay que echar al profesor que se ha dejado mangonear por los estadounidenses y por los mercados y buscar a alguien con auténtica vocación de independencia… desde luego no al de venerable barba cana… para eso serviría la mía propia.

  4. César

     /  21 diciembre 2010

    Buenísimo, buenísimo

  5. zana

     /  21 diciembre 2010

    Hola personas,
    sigue siendo curioso ese subliminal concepto de «que viene el coco» cuando nos referimos al registrador de la propiedad.
    El coco ya está aquí, se llama Zapatero y es del PSOE.
    Hasta que no aprendamos esto seguiremos suspendiendo para septiembre.
    Nadie se pregunta ¿por qué en el PSOE no hay ni una voz discrepante?
    ¿Dónde están López Garrigo y Cristina Almeida y Rosa Aguilar? tan críticos siempre con la dirección de IU, tan «versos libres».
    Algunos hablan de empezar una nueva revolución y yo me digo -pero cómo vamos a hacer una revolución si todavía no sabemos quienes son ellos y quienes nosotros

  6. Zana, me quedé sorprendida ante Rosa Aguilar.Supongo que hay quien tiene más afán de protagonismo y de cargos que otros.
    Algo debe tener el poder, que al final tira.

    Y ¿No pueden ser revoluciones pacíficas?, es ¿qué por una vez en nuestra historia no se puede ir como los islandeses fueron a la calle?
    Regalando flores, sonrisas y abrazos a los policías…

  7. eliecer

     /  21 diciembre 2010

    Creo que los niños no se revelan porque no se les ocurre como van a organizarse después, no por falta de ganas. La historia esta un pelín escamada con las revoluciones. Además quien puede empuñar la bandera de revolución de forma coherente, salvo los niños del aula, que entre la tele los mercados, los profesores los tutores y demas a lo máximo que llegan es a estar ojopláticos.

  8. Trancos

     /  21 diciembre 2010

    Ya que va de didáctica y pedagogía, más vale que lo tengamos claro desde el principio:

  9. rosa maría artal

     /  21 diciembre 2010

    Buenísimo, Trancos. Tanto que lo «adopto». Ya está metido en el post. Muchas gracias.

  10. perdigota

     /  21 diciembre 2010

    Fantástico artículo alegórico; me viene a mi mente que solo faltaba, como yo cuando era niño y fui al colegio tres meses, cantar el Cara al Sol. Pues casi toda la demás parafernalia es casi igual, me lo cuentan mis nietas. Saludos.

  11. A mí la situación actual, más que al Farenheit de Ray Bradbury, me recuerda a la primera peli de George Lucas, THX 1138. Un mundo en el que los humanos son números, impelidos a consumir tanto drogas como compras, los sentimientos están prohibidos y los que sienten el impulso de huir de la ciudad-fábrica son destruidos. Un mundo en el que la policía descerraja una puerta diciendo «no se preocupe, estamos aquí para ayudarle».

    http://www.popmodal.com/video/1189/THX-1138-1971

  12. Virginia, en «revolución pacífica» existe una contradicción en los términos. No es porque no sea deseable pero, para ello, quienes están en la cima del sistema deberían renunciar a sus múltiples privilegios y no me veo yo a Botín -es un decir entre tantos que se podrían nombrar- accediendo a vivir en un pisito de 200 metros cuadrados y con «sólo» 10.000 euros al mes… No, no lo veo. Ellos no accederán nunca a apretarse el cinturón, el cinturón nos lo tenemos que apretar los de siempre para que ellos cada vez vivan mejor y, mientras el asunto continúe así, la revolución nunca podrá ser pacífica.

  13. Pepa

     /  21 diciembre 2010

    Otro estupendo artículo. Estos dias te leeré pero no creo que comente mucho. Así que felices fiestas a todos: Rosa y contertulios.

  14. Me he dado cuenta que, en mi primer comentario escribía: «Hace pocos días escribía un artículo con un título muy significativo» lo cual quiere indicar que era yo quien lo había escrito cuando no es así, la frase debería ser «Hace pocos días, Alberto Garzón, escribía un artículo con un título muy significativo». Aclaro, para quienes hayan ido al artículo, que yo no soy Alberto Garzón.

  15. Rosa María y el resto de contertulios, por favor, si tenéis un momento, echadle un vistazo al discurso de Gabilondo. ¡Cuánto vale!

    Acercároslo hacia ATTAC. Implicadlo y hacedlo cómplice. Qué lástima que se lo sacaran de encima en Cuatro, que cerraran CNN+. ¡Gabilondo es muy muy necesario!

  16. Lo acabo de ver Politiket. Tiempos amargos…y además esos poderes , van más allá de la ávidez de riqueza. Sin ninguna compasión.

    Es necesario que le colgueis en Attac. Pero ya está todo el mundo …está Juan José Millás, está Antonio Muñoz Molina , está Ana Noguera, que es del PSOE…

  17. Cuando me refiero a Pacífica, Rafael-F, estoy hablando de algo parecido a lo de ISlandia…ISLANDIA.Ya se que Botin no querrá vivir en un pisito de 200 metros.
    Pero en Islandia se va a juzgar a los banqueros ¿no? en Islandia se pudo ¿No? ¿es qué no vamos a poder imitar a los Nórdicos alguna vez?
    ¿Cómo ha sucedido en Brasil? es que caray…Rafael.

  18. talega

     /  21 diciembre 2010

    Cuando franco, no existía el problema educacional. Todos estaban bajo la ley marcial eclesiástica o politicomilitar. Antes hubo una fiesta en la que, el que más pudiese capador. Y capados quedaron todos los supervivientes. Ya solo las mujeres parían hijos para la patria………Pero eso fue hace 35 años. De entonces hasta ahora, ¿que ha pasado?. ¿Donde están los logros sindicales?. ¿Donde está la revolución cultural?…….Solo sigo viendo un río revuelto para ganancia de pescadores…………………Pobre juventud…por culpa de los inútiles de los padres………………….Y estos padres de ahora, no fueron capados en la fiesta del 36-39, que si no, se entendería……………………

    Y si saco cuentas. El que en el 75 tenia 30 años, hoy tiene 65…Jubiladico y con buena paga…!Hele sus huevos, con dos cojones!…que para eso se lo han luchado sus sindicatos…Sin salir de casa, no vaya a ser que cogen una pulmonía…………………….

    !Hostias!…que esto trata de la educación…¿De la de hoy o de la de ayer?.

  19. Manoli.

     /  22 diciembre 2010

    Si nos cuentan ese cuento, nos asombramos de la pasividad o la fuerza de esos poderes. Estamos en la realidad y es así, pero ¿cuántos nos damos cuenta de eso? porque yo veo a mucha gente atemorizada o tranquila mientras no le quiten su parcelita de lo que sea. Muchos siguiendo las andanzas de Belén Esteban o poniendo más dosis de escapismo en sus vidas. Y no les vayas con otras historias porque quieren vivir en «sus mundos de Yupi».
    Sigue así, Rosa María, y gracias a quien colgo el vídeo de Gabilondo, que cadaq día está más lúcido.
    Petonets/Manoli.

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