La «herencia» del PSOE es larga y afilada

Tanto como para irrumpir en el  Boletín Oficial del Estado (BOE) cuatro meses después de formar gobierno el PP. Lo cuenta Nacho Escolar en su blog, incluyendo el enlace. La gran medida coercitiva contra la Argentina de Cristina Fernández de Kirschner se ha sacado de un proyecto del PSOE para reordenar el sector de hidrocarburos dejando fuera a Argentina. Entonces las presiones de REPSOL  fueron en sentido contrario y no se aprobó.

La chapuza llega al punto de dejar en el texto calcado y llegar a inscribir en el BOE este párrafo que destaca Nacho:

 «En su virtud, con la aprobación previa del Vicepresidente Tercero del Gobierno y Ministro de Política Territorial y Administración Pública, de acuerdo con el Consejo de Estado, dispongo«:

Cargo que no existe en este gobierno y que entonces ocupaba Manuel Chaves.

La sombra de la «herencia» socialista es realmente larga, lo mismo sirve para manipular declaraciones y desinformar a la ciudadanía incauta que para pergeñarse una Orden ministerial «enérgica» y ahorrándose el esfuerzo de elaborarla. Claro con tanto recorte y tanta ley represora no dan a basto.

¿A qué viene esto?

La reforma constitucional pactada entre PSOE y PP no va a incluir cantidad en el techo de gasto. Se fijará por ley orgánica y los dos partidos mayoritarios quieren que no exceda del 0,4% del PIB… a partir de 2.020.

 ¿Puede alguien explicarme a qué obedece la urgencia extrema (en contra de la lentitud a la que nos tienen acostumbrados) de acometer algo tan serio como una reforma de la Constitución para semejante acuerdo? Si es para contentar a Merkel ¿Qué pasará si la canciller alemana dice que “así no le gusta”? ¿Volverán a correr por los pasillos los políticos españoles para ver cómo lo apañan? ¿Por qué no se puede consultar en referéndum una modificación que parece una declaración de intenciones -de malas intenciones- y que entra en vigor… dentro de 9 años? ¿Por qué ensuciar la Constitución con una declaración económica que consagra de cualquier forma el neoliberalismo? ¿Por qué se aparcan otros cambios imprescindibles como acabar con la arcaica norma que establece la prevalencia del varón en la sucesión al trono?

Debajo de la alfombra aparece un suelo corroído que no va a mejorar remendando la alfombra para taparlo mejor. Occidente puede correr la misma suerte de otros imperios extinguidos, dejando un vacío bajo la palabra Europa”.

José Luis Sampedro en Reacciona.

 

Chapuza, incompetencia y voluntad

El objetivo era imprimir una frase significativa en una camiseta: “La incompetencia suficientemente avanzada es indistinguible de la mala voluntad”, una frase que mi hijo encontró en www.microsiervos.com y que nos gusta a ambos especialmente, por razones obvias. Encontré una perfecta: roja, ribetes azules, gran calidad y muy barata por las rebajas. Era la única que quedaba en la talla adecuada. La llevo a una tienda. Me hacen regresar con la frase en archivo de pen drive, y diseñada por mí -¡dios mío!- en cuanto a tipo de letra, color y composición. Hago lo que puedo.

-Probablemente necesitemos poner un recuadro debajo de la frase, me dicen en la tienda.

No entiendo bien por qué, pero concluyen:

-No se preocupe, la pondremos en rojo y no se notará.

Me llaman para que pase a recogerla. Pregunto cómo ha quedado…

-Bien, el recuadro es un poco anaranjado, pero parece hecho a propósito.

-¡Naranja, sobre rojo y letras azules!, clamo. Pasaré a verla y decidimos qué hacer.

Al cabo de un cuarto de hora, vuelven a llamar para anunciarme que la van a repetir, que comprarán ellos una camiseta igual y la serigrafiarán de nuevo. ¿Y dónde la van a encontrar? Sólo quedaba una.

Llegada a la tienda, me encuentro con este resultado:

 

incompetencia 002

Les pido que me la dejen un momento para hacer una fotografía. Aceptan y, apresuradamente, le hago un par de tomas antes de que se arrepientan. Recorro, a continuación, todas las tiendas de la cadena de ropa en Madrid. Podía haber intentado otro modelo, pero no sería tan buena, ni tan barata, me dije. Y la encuentro. Allí la dejo y también el relato de esta anécdota por el momento.

Dedico a la chapuza española un amplio capítulo de mi último libro, porque es algo que me preocupa. Sus ejemplos suelen provocar cierta hilaridad, como si fueran chistes,  cuando resulta que definen el grado de responsabilidad de quien los practican, su interés por lo que tiene entre manos, y cuánto se preocupa por el destinatario de su trabajo, por los demás  en definitiva –esencia de la buena educación, de la civilización-.

Históricamente, la chapuza tiene un antecedente de gran calado. Año 1.588. Felipe II envía una flota grandilocuentemente denominada “La Grande y Felicísima Armada” -que terminó por ser conocida como “La Armada Invencible”-, a derrotar a Inglaterra. Perdió la contienda, pero no porque el ejercito inglés fuera superior, sino por la cadena de chapuzas e imprevisiones que jalonaron la empresa. No ha habido escarnio mayor en nuestra trayectoria épica.

Y así hemos seguido. Probablemente, volveré con ejemplos en muchas más ocasiones en este blog, pero casi es innecesario: no habrá un solo lector que no haya experimentado la sensación de ser víctima de una chapuza. De una cadena de chapuzas, más bien. Una sociedad organizada consigue que la chapuza de un individuo dentro de una organización, sea supervisada y estructurada, para convertirse en una chapuza colectiva, con el concurso de varios profesionales para conseguir una birria.

Si algo no le perdono –en un recóndito lugar del corazón- a Felipe González es que la víspera de las elecciones de aquel 28-0 del 82 dijo: “recuperemos el gusto por el trabajo bien hecho”. Recuperar algo implica haberlo tenido alguna vez, pero olvidé el pequeño desliz ilusionada con la idea de que la España cotidiana ¡por fin! funcionaría. Y no fue así. Y aún persiste en ello. Diría que ha empeorado.

Y, sin embargo, siempre encuentro islas entre la desidia. En todas partes. Una chica de la tienda (imprenta/papelería), me aseguró que el nuevo intento quedaría bien. Con una firmeza nacida –me pareció creer- del bochorno de haber elaborado una chapuza con una frase que era un aldabonazo contra ella. En efecto, estaba perfecta, como veréis más abajo. Y sin recuadro alguno. Ella tenía la voluntad… de cumplir.

-¿Cómo lo has conseguido?, le pregunté algo asombrada.

-Se lo he mandado a otro proveedor, me dijo con orgullo.

zoo 230

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