El voto de las sectas destructivas

 En Cantabria, según escuchaba esta mañana muy temprano en Hoy por hoy de la SER, ha subido el  índice de pobreza 5 puntos en solo un año. El 70% de los hogares tienen dificultad para llegar a fin de mes. No son las tasas más altas de España, incluso está Cantabria por debajo de la media. Sin embargo, Cruz Roja ha contado, alarmada, que a estas alturas del año, Mayo, ya ha atendido al mismo número de personas que en todo 2013. La mayoría son por carencias alimenticias. En las elecciones del día 25 ganó el PP: le votaron 74.379 individuos. Aunque muchos de ellos -no todos, seguro- lleguen a fin de mes sobradamente, su vida también se degrada con el deterioro de la vida de quienes les rodean. Tarde o temprano sucede. Por no conocer la gestión que avalan no es. A ellos, a los empecinados votantes cántabros del PP, dedico, como símbolo, este artículo que publico en eldiario.es. Casi como ejemplo al azar pero evidente. Respetando su voluntad, aunque tratando de analizar su actitud.

Theon Greyjoy de Juego de Tronos que deviene en el personaje de Hediondo tras ser torturado

Theon Greyjoy de Juego de Tronos que deviene en el personaje de Hediondo tras ser torturado

Sí, algo está cambiando. El bipartidismo se ha llevado un sonoro batacazo. Esperanzador resulta como promesa de renovación el triunfo de Podemos en España o de Syriza en Grecia. En el conjunto de Europa se produce un voto de castigo a la política tradicional –bien es verdad que en algunos casos con tintes altamente preocupantes-. La llave sigue estando, sin embargo, en manos de las sectas destructivas de la sociedad. Y son capaces no solo de mantener la degradación actual sino de incrementarla como indica el resurgimiento del fascismo votado en las urnas.

 “Somos los únicos que hemos ganado de todos los que han hecho reformas en Europa”, repiten en un PP que ha perdido un tercio de sus apoyos y 8 diputados. Pero tiene razón, han sacado más votos que el PSOE, el partido que realmente cae en barrena. No tanto por los porcentajes que son similares a la otra pata del bipartidismo,  sino porque este resultado se produce estando presuntamente en la oposición y con las políticas de destrozo seguidas por el PP, conocidas por el eufemismo de  “reformas”.

 3.981.956 individuos han votado al PP. Evidentemente hay entre ellos beneficiarios de sus actuaciones, pero en un número necesariamente reducido porque el pastel no es de proporciones infinitas. En consecuencia existen en España casi cuatro millones de personas que avalan cuanto hace el PP, sin preguntarse nada más.

 Dada la parquedad que con la realidad de este partido emplean los medios grandes, insistiré en un repaso –siquiera somero- de sus hitos reseñables. Se trata de una organización con Caja B y sueldos B procedente de donantes contratantes de obra pública, como ya ha certificado el juez instructor de la causa por corrupción de Gürtel/Bárcenas. Un partido que ha dado tales hachazos al Estado del Bienestar español que resulta irreconocible. Concretamente, el daño inferido a la sanidad pública –que era de las mejores del mundo- ocasiona ya víctimas reales y los repagos han convertido la salud en producto de consumo sujeto a precio y vaivenes del mercado. Los daños ocasionados en los derechos laborales son prácticamente irreversibles. El tandem interior/justicia se ha empleado a fondo en modificar los códigos con leyes francamente represivas e involucionistas. Y de sus acciones contra la mujer baste de ejemplo la elección de un candidato machista de manual que, por cierto, sale ya tan campante para Europa en nuestra representación.

 Todo esto y más lo aprueban y secundan casi 4 millones de personas. Individuos aparentemente normales se comportan de forma que daña al conjunto de la sociedad. Es verdad que en sus feudos tradicionales, Madrid y la Comunidad valenciana, los apoyos al PP han bajado casi a la mitad. También en Galicia sufre un importante retroceso. Pero todavía hay en esos lugares tan asolados quien va a una urna y dice: venga, adelante con ello.

 Las sectas destructivas no funcionan con lógica, les han programado para comportarse como soportes del líder al que siguen ciegamente. Para justificar sus atropellos con inverosímiles argumentos que en muchos casos ofenden a la inteligencia. Para amar a sus verdugos aunque llegaran a ejercer sobre ellos la tortura, y sin siquiera ser conscientes de ello. El personaje de la realista serie Juego de Tronos, Reek, Hediondo -desollado y mutilado, alojado entre los perros- que venera al tirano, sería un símbolo muy gráfico. Llevado al extremo, naturalmente.

 Por supuesto las sectas destructivas se dan, con mayor o menor nivel de abducción mental, en otras formaciones. En quienes buscan justificaciones a derrotas empecinadas como ocurre en seguidores del PSOE. En ese clima, Rubalcaba que se va diciendo que el nuevo Congreso seguirá el trabajo. ¿Ha entendido bien lo que pasa? ¿Lo han entendido sus compañeros? O entre quienes consideran un buen resultado el obtenido por Izquierda Unida que, ni con la debacle del PSOE y aun subiendo, consigue siquiera el  resultado de 1994: 13,44% entonces, ahora 9,9%. Su quinto puesto en la Comunidad de Madrid es definitorio. Izquierda Unida debe hablar… con Izquierda Unida en primer lugar.

 Mucho más terrible aún es el ascenso de la extrema derecha en Europa. Esa Francia que, con el Frente Nacional, emprende una contrarrevolución bajo el lema: Répression, inégalité,  haine et impunité ( Represión, desigualdad, odio e impunidad).  Dinamarca, Finlandia, Grecia, Hungría, Reino Unido, o Alemania con un escaño para un  partido directamente nazi, dibujan el desolador panorama.

 ¿Un voto de castigo? ¿A quién? ¿A ellos mismos? Les han programado para olvidar quiénes causaron la crisis, ya no se habla de los poderes financieros. Ni de las ayudas de dinero público que se les ha dado para mantenerse. Ni de las condiciones privilegiadas de las que gozan en sus préstamos. La culpa la tiene, oh, milagro, el pobre que vino en patera, o saltando una valla de cuchillas, a buscarse una vida mejor. Con enorme valentía, frente a la poca airosa actitud de los culpables de la crisis. O de quienes secundan desde sus casas la descomunal estafa. Votándola o absteniéndose como hicieron la mitad de los españoles y la mitad de los europeos.

 ¿Y quién programa a las sectas destructivas incapaces de ver la realidad?

  En algunas formaciones son simplemente sus líderes o la endogamia que les hace dar vueltas a una habitación sin ventanas a la calle. Pero el mayor peligro para la sociedad está en esas masas de abducidos que cierran los ojos ante toda amenaza aunque –como la peste fascista elegida en las urnas este 25 de Mayo- augure tiempos mucho peores. Los que se vivieron en los años 30 del siglo pasado. No es una entelequia: están aquí, los han votado personas como Usted o como yo.

 La historia estudiará la enorme responsabilidad de los medios de masas en la programación de la sociedad. Hurtando la realidad. O los datos objetivos que forman criterios. Inyectando –como el atracón de fútbol servido este fin de semana en particular por la televisión pública- evasiones que les liberen de pensar y les induzcan vivir despreocupados hasta de su propia vida. Con algunos de sus debates distorsionadores. Señalando a quien odiar. Alentando su pasividad.  Con su frustrante modelo social. Con pocos escrúpulos éticos.

Ejércitos organizados de zombies ya comienzan a atacar el espectacular éxito de Podemos. Les ha descolocado. Podemos, claro que Podemos. Queremos, debemos, es nuestra obligación imperiosa, desprogramar a las  sectas destructivas. Por el bien de la propia sociedad. Se hace con información, educación y apelando a su dignidad. Algo está cambiando, desde luego. Si a mejor o a peor dependerá de nosotros. Lo último, mirar cómo otros deciden la historia.

 

Se hunde el bipartidismo, irrupción arrolladora de Podemos y ascenso de la ultraderecha en Europa

Tiempo habrá de reflexionarlo. De momento, de urgencia, los resultados:

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El PP ha perdido un tercio de sus votantes pero dice que ha ganado y es verdad. 4.022.395 individuos españoles apoyan sus atropellos. El PSOE lleva tal varapalo que no se comprende cómo sigue aún de secretario general Rubalcaba. A mí modo de ver los 6 diputados de IU son -aunque haya subido- un pobre resultado para el desgaste del PSOE. La sociedad consciente quiere otra cosa, la que representa Podemos con una irrupción tan espectacular que consigue 5 escaños. 4 para UPyD,  menos de lo que esperaban. En Cataluña ERC ha ganado a CIU por primera vez desde la Segunda República, 3 diputados. También obtienen representación, 2, Coalición por Europa, los nacionalistas de CiU, PNV, CC. Uno para Compromís/Equo. Otro para Los pueblos Deciden: Bildu y el Bloque Nacionalista Galego. 2 para Ciudadanos. El total escrutado aquí.  Y los diputados concretos que van estos.

Y en Europa victoria del PPE -con descenso y por la mínima- que lleva de candidato a la presidencia de la comisión al luxemburgués Jean Claude Juncker. Lo más grave el ascenso de la ultraderecha. Francia coloca al fascismo del Frente Nacional como la fuerza más votada. Grandes resultados para la extrema derecha y los populismos, en Dinamarca, Finlandia, Grecia (aunque allí ha ganado Syriza, los nazis de Amanecer Dorado se sitúan en tercer lugar), Hungría, Reino Unido, y hasta en Alemania parece que consigue un escaño un partido nazi.

Tiempos terribles que exigen muchas reflexiones y afrontar con decisión los problemas. Ese Podemos en España vuelve a marcar  la senda de que el camino es la participación ciudadana. Syriza como ejemplo de que las izquierdas pueden unirse. La amenaza es espeluznante. Ya se supo en los años 30 en circunstancias similares.

Hay quien seguirá sin enterarse de lo que pasa, seguirá mirando la tele y el fútbol que le sirven, a las nubes, a las moscas que vuelan. Hay que tener mucha fuerza para que no nos arrastre su inercia.

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La balsa de los locos

La balsa de la Medusa, Théodore Géricault (1818 y 1819)

La balsa de la Medusa, Théodore Géricault (1818 y 1819)

¿Y si estuviéramos atrapados en una ratonera entre perturbados? ¿Y si se mantuviera al mando el sector de los sociópatas? Nos preguntamos, una y otra vez, cómo se puede seguir escenificando la ceremonia de la normalidad -con todos sus pasos cotidianos- como si nada de lo que realmente sucede en España estuviera pasando. La actualidad engulle hechos de tal magnitud que cada uno de ellos debería ser constitutivo de severas consecuencias y no ocurre absolutamente nada. Puede que nos encontremos fuera de la realidad, en una balsa a la deriva como la que pintóThéodore Géricault y, mareados, ya no sepamos que existe la tierra firme y la cordura.

 En menos de una semana votamos al Parlamento europeo y el PP mantiene en cártel a un individuo medieval. A la defensa en su gestión de sus muchos intereses económicos de casta, une un machismo feroz por el que se considera superior intelectualmente a cualquier mujer quien, por serlo, se encuentra indefensa ante la supremacía del macho. Pero lo más patético es que hay que ver a ese macho: el candidato es un señor que babea, acogotado, mientras lee las respuestas. Ése es el hombre que se estima superior a una mujer. Cañete es uno de quienes comandan nuestra particular balsa de la Medusa. Y habrá quien le vote. Mujeres incluso.

 Podemos recorrer, sumidos en el estupor, los saltitos de la ministra de Empleo cuando se encomienda a la Virgen del Rocío para que arregle la crisis contando en su haber con la pérdida de un millón de puestos de trabajo y el desmorone de sueldos y derechos de prácticamente todo el empleo. Las muecas de Montoro y el que, con pasmosa desfachatez, anuncie una reforma fiscal en campaña que -pese a sus afirmaciones- consagra y aumenta la desigualdad a favor de los ricos como demuestra un grupo de prestigiosos economistas, infinitamente más creíbles que el ministro. Los insultos prepotentes del titular de Educación, tan abucheado que ya ni acude a los actos de su departamento.

Contamos con ministras de Sanidad que apuestan por los remedios naturales para curar enfermedades, instauran el repago con graves consecuencias, quitan la tarjeta sanitaria a seres humanos sin mover ni uno de sus bronceados músculos –hasta allí les penetra tanto sol-, han destrozada la sanidad pública en definitiva y… no ven coches de lujo regalados por la Gürtel en su propio garaje.

 Tenemos malas actrices amateur en destacados puestos del gobierno, cuyas sobreactuaciones producen vergüenza ajena. Y tan paradójicas. Tras el llanto por los desahuciados y las presuntas medidas para atajar el problema, aumentan las familias que pierden su casa.  Desalmados que dejan a los padres de niños enfermos de cáncer con la palabra en la boca, como han hecho concejales del PP en el Ayuntamiento de Toledo. Y, como portavoz, a ese genio de la comunicación y el rigor que es Carlos Floriano. Por no hablar del número 2 para Europa, González Pons. Estamos en buenas manos. Y ya, por la amplia geografía, el surtido se amplia con presidentes que veranean con narcotraficantes, especialistas en finiquitos diferidos, amantes de trajes, bolsos o simplemente amantes, una infractora de tráfico a la fuga y hasta ridículos internacionales regados con a cup of relaxing coffee. Relaxing, precisamente.

 Falta hace. Este coro de muecas y tics, cuenta al ministro de economía entre sus más destacados puntales, y con el propio presidente, cuyo ojo izquierdo –por más señas- es incapaz de secundar tanta mentira y se dispara dando pistas a los menos avisados. Pero las evidencias físicas no dejan de ser sino síntomas de sus deficiencias interiores.

 ¿Qué decir del hombre a cuyo cargo está la Policía y la Guardia Civil que, en los ratos libres que le deja hablar personalmente con Dios o condecorar vírgenes o decretar que el pasamontañas es una  prenda asociada a la comisión de delitos, ve twitter infectado de terrorismo yihadista e impulsa leyes que en Europa se consideran antidemocráticas? ¿Cómo explicar que siga en su puesto a pesar de los problemas que evidencia? O el ministro de Justicia en su cruzada contra la mujer y la propia justicia, como critican sus profesionales.

 Ha pasado casi una semana desde que el juez Ruz certificó que el Partido Popular sí ha dispuesto de una contabilidad B, tal como reveló su extesorero Luis Bárcenas. Y que sus miembros destacados cobran sobresueldos en B, en sucio. Y que emanan de donaciones anónimas de empresarios que no estaban permitidas por ley porque excedían el límite y procedían de contratistas del Estado. Y no ha ocurrido nada. La mayor parte de los medios de comunicación al servicio del PP –llamémosles por su nombre- ni siquiera lo han mencionado. Como ha pasado sin consecuencias que el PP triplicara el sueldo de Bárcenas cuando fue imputado por la justicia. ¿Hace falta responderse por qué?

 Con el mayor endeudamiento público de la historia de España (del 68,5% al 97% ya del PIB), el equipo de Rajoy presume de una recuperación macroeconómica que engrosa las cuentas de los ricos y empobrece a la mayoría. Es decir, la peor gestión posible para el común de sus representados. Y también parece haber gente que se tapa los ojos. Y, más aún,  responden en su síndrome de Estocolmo agudo: ¿y a quién votas? Son todos iguales. El Hediondo torturado de Juego de Tronos no lo haría mejor.

 La balsa de la Medusa -cuadro basado en un hecho lamentable de la historia de Francia- muestra a sus náufragos a la deriva sumidos finalmente en la locura y hasta el canibalismo. ¿Y aquí? No cabe añadir mayor sin sentido a los ya descritos que lo sucedido en León. Dos militantes del Partido Popular descerrajan el cargador de una pistola a otra miembro del PP, la presidenta provincial y de la Diputación, y la rematan en el suelo. Un hecho que debería llevar a una oposición responsable –de existir- y a unos medios informativos rigurosos a preguntarse quién manda en España para que se maten entre ellos, se ha saldado con una persecución de la sociedad y su comunicación por Internet. De locos, textualmente. Y nadie le pone freno. ¿Por qué?

 Puede que en estos vaivenes imposibles, noqueados por tanto impacto inasumible, haya quien no sea capaz de ver dónde estamos, por dónde vamos, quién dirige el rumbo y adónde nos lleva. Los demás andamos lívidos y con arcadas. Sintiéndonos en peligro a todos los niveles. Y sin ver un final a este inmenso desatino. Lo que tal mal se encamina, terriblemente acaba. Y al contrario. La cordura está fuera de esta zozobra.

Por cierto, en el debate europeo con los candidatos a la Comisión, la involución en España fue citada por Alexis Tsipras (Partido de la Izquierda europea) y Ska Keller (Verdes). Derecha y socialdemocracia pasaron de críticas. ¿También son cómplices? Porque muchos aquí han de preguntarse si lo están siendo y por qué. Locos o muy avispados (para sus intereses) en el timón, lo que realmente resulta “de locos” es secundar este monumental dislate.

UE, peligro al volante

Thelma y Louise

Thelma y Louise

La Unión Europea vive los momentos más críticos de su historia y, lejos de vislumbrarse soluciones, parecemos abocados a buscarle un futuro peor. Sus directrices afectan a nuestras vidas y estamos embarcados en un cachivache con serias deficiencias. Ahora toca votar sobre la conducción de este artefacto, incluso sobre su reparación, remodelación o envío al desguace. Y es difícil confiar apenas en nadie.

Los partidos tradicionales tratan de lidiar con la desafección que se han labrado, por cualquier método. Et voilà!  Ahora, en España, se acaricia una coalición PP-PSOE. O no. Según el día, el viento y la hora.  El candidato del PP,  Miguel Arias Cañete, le abre la puerta. Han visto que “lo que está en juego es el futuro”… de sus muchas prebendas. Se une a destacados socialistas como Felipe González. La cabeza de lista de las europeas, Elena Valenciano, niega la posibilidad aunque alabe lo bien que, según ella, les va a los alemanes con un pacto similar: “los trabajadores alemanes han agradecido que los socialdemócratas se coaligaran con Merkel”, dijo. Enternecedor. Hay que salvar el bipartidismo, sus poltronas. Los insultos y críticas al colega, los desmentidos y apoyos, son para darle salsa a la campaña y ocupar los medios. Sorprende que se sigan planteando una estrategia tan clara de timo y permanencia, cuando es evidente que ven la pata del lobo aposentada encima de la mesa. Lo peor para nosotros es que la vitalidad del lobo español tampoco aparece muy boyante. Y que en el conjunto de Europa, el lobo del cambio tiene alimañas peligrosas con las que rivalizar.

 Se habían sentado las bases de una mayor democracia en la UE –ya les ha costado- pero en el momento actual las amenazas se disparan. Por primera vez después de más de medio siglo de historia, la votación del día 25 decide –además de al Parlamento- el presidente de la Comisión, del gobierno, el sustituto de Barroso. En la práctica quienes mandan en Bruselas son los jefes de gobierno de los países, el Consejo Europeo, y más en la práctica todavía… Angela Merkel y los bancos alemanes, sin más. Poco qué hacer si no se cambia esa dinámica.

 No es lo mismo el candidato del PPE, el luxemburgués Jean Claude Juncker ( candidato elegido por Merkel), que el socialdemócrata alemán Martin Schulz. Éste lucha por algunos cambios dentro del que han decidido sistema inamovible de la austeridad y la libertad… de lucro.  Y así, Europa se dispone a votar neoliberalismo Merkel en sus distintas versiones y euroescepticismo ultraderechista, cada vez más agresivo y extenso. El más sombrío de los panoramas. A quienes mandan allá les parece que con solventar sus negocios la UE marcha, pero una sociedad con estos mimbres pone los pelos de punta y aboca a un tenebroso porvenir.

Las esperanzas de la izquierda apenas se sitúan en la Syriza griega de Alexis Tsipras. Un país demasiado pequeño y truncado. Difícilmente la maquinaria neoliberal europea le dejará prosperar como ya hizo en las elecciones nacionales, acusando a la coalición de radical y casi demoníaca. Pero Syriza se abre paso a pesar de todo. A los griegos no les va nada bien con la coalición derecha/socialdemocracia que les gobierna. Y, medio muertos, con el nazismo en la calle, parece que por fin van a intentar salir de la rueda que les trajo tanta desgracia.

Desde hace algún tiempo, tengo la sensación de que viajamos en un coche en marcha gravemente averiado. No podemos detenerlo  para efectuar reparaciones porque parar es morir. Hemos de seguir a bordo aunque los gases tóxicos, la inanición, la enfermedad, el desvalijamiento de nuestras pertenencias, nos estén destrozando la vida. Europa se hunde en el concierto mundial por las erráticas políticas seguidas. Y, en España, el PP al volante nos ha llevado a la ruina social, tras graves cesiones  del PSOE. Aunque sin llegar entonces a estos extremos, lejos de reparar averías, el gobierno socialista pisó el acelerador e invadió el carril derecho arrollando a muchos de sus votantes que no se lo perdonan. Ahora nos dicen que quieren guiarnos juntos. O no. Toménselo en serio, mucha gente está sufriendo.

¿Podrá IU llevar las riendas? ¿Con sus contradicciones eternas que no ha subsanado? Merece una oportunidad que ojala aproveche. Al punto de expulsar a los chóferes nefastos de PP y PSOE, no parece. UPyD es echar más gasolina. A los asientos, no al motor.  Preocupa la evolución de otros populismos, aunque representen saludable savia nueva. Personalmente encuentro una apuesta positiva en la energía limpia, la Primavera europea. En la línea de abrir brechas al bunker. Su candidata a la comisón, Kea Keller, es bastante interesante. Una pena que las izquierdas no hayan sabido aunarse. Para no perder la costumbre.

 Pero es que el vehículo que nos lleva a todos va sin frenos. El abismo ya lo hemos saltado varias veces y  nos quedan muchas más cabriolas, muchos más destrozos por pasar. Imaginemos ese escenario europeo con Merkel, Marine Le Pen y afines, y el antieuropeísmo dentro de las instituciones. Imaginemos, en España, avalar las atrocidades cometidas por el PP y el suicidio programado del PSOE. Casi cualquier otro candidato ofrece mayores expectativas de algún cambio de tendencia. Pero nos ponen muy difícil decidir a quién votar. Apenas esperamos nada, salvo los adeptos muy convencidos. Ilusión, poca en general.

 Ahora bien, lo último es quedarse en casa. Quienes engrasan la apisonadora sí acudirán a votar y les habremos entregado nuestra oportunidad. La abstención consolida el bipartidismo. Seguirá todo tal como lo han planeado.

 Lo cierto es que todavía no se han introducido las papeletas en las urnas. Todavía es posible cualquier cosa, cualquier cambio. El coche va sin frenos, con los conductores ebrios de cinismo brindado por su futuro ¿Cuándo comprenderemos que nadie puede labrar  el nuestro salvo nosotros mismos? ¿Cuándo elegiremos llevar las riendas y salir de este caos?

*Publicado en eldiario.es

La UE que viene ¿volverá a ser neoliberal?

Durante las próximas semanas la actualidad va a estar muy condicionada por las elecciones europeas. Se celebran el 25 de Mayo en 28 países con 500 millones de ciudadanos que elegirán a 751 diputados. Son cruciales. El neoliberalismo agudo que reina en la UE es el causante de buena parte de nuestros males (otros tienen origen local).

Leo a iñigo Sáenz de Ugarte que nos cuenta las paradojas que rodean a los principales candidatos, a las propias elecciones y sus juegos de poder, pero me interesa especialmente lo que avanzan los primeros sondeos, aunque sean todo lo dudosos que cabe esperar de unos comicios de tal magnitud. El Parlamento Europeo ha encarga un estudio a la empresa TNS Opinión basado en encuestas hechas en cada país.

Según éste, el Partido Popular Europeo ganaría con 214 escaños. Los socialdemócratas se situarían muy cerca, prácticamente empatados:  208. Pero la mayoría absoluta está en 376 escaños. A la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), le asigna 60 -cayendo estrepitosamente-, y 51 a Izquierda Unitaria Europea. Los Verdes/Alianza Libre Europea 44 escaños -perdiendo alguno- y el Grupo de los No Inscritos (NA) está en 38. Hay un buen porcentaje de votos, cercano al 8%, que irán a partidos que no cuentan ahora con representación parlamentaria, es por tanto la tercera opción, 

No veo la Extrema Derecha oficial –digo la oficial- que asiste a un vertiginoso ascenso en distintos países.

Los sondeos efectuados en España otorgan la victoria al PP con un entorno al 33%. Muy cerca del 30% que se llevaría el PSOE. Sube mucho IU, no tanto UPyD, Los dos grandes partidos bajan causando la alarma de los medios tradicionales que dicen temer la caída del bipartidismo. Que el 63% del electorado se disponga a votar a PP o PSOE no parece un despeñe precisamente.

Lo asombroso es que tal cosa ocurra. Hoy nos cuentan que Arias Cañete, anda por ahí con pufos, con alguno más de los conocidos. Nada sorprendente en ese partido. Y habrá con seguridad quien tenga el cuajo de votarle.

Tanto en Europa como aquí se contempla, como solución, la idea de una coalición entre conservadores y socialdemócratas. A la alemana. Mandan “los merkel” con algún tinte progresista (siempre que no sea el francés, o el italiano, o el español, o… ).

Al final el mejor resumen es esta foto que circula por twitter. Pero… podría cambiar. Aún no se ha votado.

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De espaldas a una Europa en crisis

Los europeos no tienen interés por Europa. Entre ellos, los españoles se han convertido en uno de los mayores euroescépticos. Aquí, sólo el 27% de los ciudadanos manifiesta que votará en las elecciones que van a celebrarse entre el 4 y el 7 del próximo mes. Son datos del eurobarómetro que acaba de hacer público el Parlamento europeo. Más aún, el 75% de los españoles nos saben ni cuándo están llamados a las urnas.

 El proyecto de Europa ha ido perdiendo interés paulatinamente entre los 27 países que componen la UE. Quizás, los nuevos adscritos contemplan el euro como un paraguas que les protegerá en la crisis que les afecta más que a otros territorios. A pesar de que tampoco están masivamente decididos a ir votar, algunos observadores estiman que sí lo harán condicionando la composición ideológica de la Eurocámara. Lo cierto es que las instituciones comunitarias nadan entre el descrédito popular que se han ganado a pulso: han dado muestras de un invalidante anquilosamiento. Adolecen también de los males de las políticas locales, elevados a la potencia de una inmensa extensión de más de cuatro millones de kilómetros cuadrados donde habitan casi 500 millones de personas. Y de una difícil amalgama: diferentes lenguas, historia, desarrollo, educación y un lema común, más deseable que real: unidos en la diversidad. El Partido Popular Europeo es el mayoritario en la Cámara, seguido del socialista.

España ingresó en la que sería la Europa de los 15 en 1986 de la mano de Felipe González. Franco lo había intentado con ahínco para homologar su régimen, pero Europa precisó ver consolidada la democracia con la alternancia de poder. Y, probablemente, con la credibilidad de un presidente brillante que sabía estar en el mundo. Llegaron entonces las carreteras, las autopistas, los fondos comunitarios que costeaban nuestra expansión, y, sobre todo, la apertura de horizontes.

Pero, en el 2009 de la crisis globalizada, los ciudadanos prefieren mirar a su ombligo -he dedicado todo un libro a ello-, y no informarse o no querer enterarse de que la UE es una realidad que toma decisiones que afectan a nuestra vida.

Tenemos una moneda común: el euro. Las políticas económicas se dictan desde Bruselas. Ya no podemos devaluar la peseta, como hicimos con profusión durante la transición para aquilatar nuestro presupuesto, aunque fuera a costa de perder hasta un 20 y un 40% del valor de nuestro dinero personal. Si ahora el Estado sobrepasa las inversiones -el gasto en una palabra- para solucionar la crisis interna, Bruselas reprende y no lo tolera. Los tipos de interés de nuestros créditos los fijan fuera. El Banco Central Europeo dirige su cuantía, fijando los tipos de interés. A partir de ellos, la Federación Bancaria Europea establece lo que conocemos como «Euribor», que influye decisivamente en nuestras hipotecas.

  Y aún no hemos ahuyentado por completo la directiva europea que permitiría la jornada laboral de 65 horas semanales. Bruselas dicta también políticas de inmigración.

Marta Cartabia, profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Milán-Bicocca, lo resumía en una entrevista: «La mayoría de las leyes nacionales -señala la profesora Cartabia- son ya ejecuciones de normativas europeas, en muchos casos los jueces nacionales aplican directamente el Derecho europeo y cada vez más el Parlamento Europeo se pronuncia sobre asuntos sociales. Europa, de una forma u otra, sienta principios que después pesan -y mucho- a la hora de decidir si se reconocen las parejas de hecho, se aprueba la eutanasia o se mantienen los crucifijos en los colegios».

«No es la Europa que soñaban los padres fundadores», añade Cartabia, es una Europa técnica que, sin embargo, no se limita a cuestiones técnicas, puesto que interviene en terrenos reservados a la vida de las personas».

Hoy mismo, salen a la calle los ganaderos españoles a protestar por su asfixia con sólidos argumentos: «El tejido ganadero español se ha atrofiado desde 1993, cuando la Unión Europea impuso el sistema de cuotas que ha limitado la producción española a seis millones de toneladas anuales de lácteos.Aquel año había 173.000 explotaciones en España, y ahora hay 24.000». Igual sucede con el aceite y numerosos productos agrícolas.

     Un somero y aleatorio paseo por recientes actuaciones de Bruselas nos presenta, para bien y para mal, este panorama:

  • simplificar los trámites necesarios para que las pymes accedan a la financiación comunitaria. Entre las novedades destaca que las entidades con ayudas inferiores a 25.000 euros tendrán que aportar menos documentación y que se reduzca la exigencia de avales bancarios
  • acelerar la autorización de medicamentos contra enfermedades mortales.
  •  elevar las ayudas a la exportación de pollos
  • suprimir los aranceles a la exportación de cereales
  • mantener seis meses más la veda de la anchoa
  •  aprobar el P2P, reforzar la seguridad y la protección de las libertades fundamentales en Internet y rechazar que los gobiernos corten el acceso a Internet como una forma de imponer sanciones.
  •  extender las normas comunitarias de protección de datos a las redes privadas de comunicación en Internet.
  • eliminar progresivamente las bombillas incandescentes.
  • criticar la aplicación errónea en todos los países de la UE de la directiva que regula el derecho de los ciudadanos europeos y de los miembros de sus familias a circular y residir libremente en los Estados miembros y exigir castigos para los países infractores
  •  autorizar la comercialización de una vacuna intradérmica para la prevención de la gripe estacional de adultos y mayores de 65 años que, de forma pionera, presenta un sistema menos invasivo que las de aplicación intramuscular al administrarse con una micro-inyección intradérmica de manera sencilla, segura y fiable (esto hoy mismo).
  • … o condenar el urbanismo español.

     ¿Podemos así eludir el compromiso de votar en las elecciones europeas? ¿Y pensar en políticas locales? ¿Y no elegir a los candidatos de los que  estemos seguros van a defender nuestros intereses en Europa y construir un espacio común y mejor para todos?

     Van a cobrar en breve 9.000 euros al mes  -actualmente 7.000-, más dietas,  por trabajar de lunes a jueves. Viajes pagados en clase business. Colaboradores personales auto asignados -sin prohibir taxativamente el parentesco directo-, cuyo sueldo pagamos los contribuyentes europeos. Jubilación a los 63 años con pensión oficial asegurada, con sólo 3 años de trabajo.

     La UE, el Parlamento europeo sobre todo, palidece quizás porque se suele enviar allí a viejas glorias, a compromisos por una razón o por otra para becarlos con una jugosa regalía. Y lo que Europa necesita es savia nueva, jóvenes, políticos combativos. Y sobre todo una sociedad comprometida que precisa informarse adecuadamente y saber lo que vota.

    Desde Europa en Suma queremos impulsar una Europa de ciudadanos que se conozcan y que trabaje unida. A los españoles nos hace mucha falta.

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