La recuperación más grande jamás contada

Debe de ser verdad esta vez que la recuperación económica ya está aquí y ha venido para quedarse. Nos lo dicen personas de intachable credibilidad como Mariano Rajoy o Cristóbal Montoro ¿Alguien podría dudar de su palabra? ¿Y sólo de la suya? Incluso el heredero de la Coronatraga marrones gubernamentales y declara sin mover una pestaña que esa recuperación “tiene cimientos sólidos” y “datos elocuentes”. Y el banquero Botín ve el dinero llegando a España a raudales en ese momento “fantástico”. Cómo será que los medios de eso que gustan llamar los extremos del espectro político se apuntan con similar entusiasmo a este momento sin par.

Portada del diario ABC del 20 de octubre.

Portada del diario ABC del 20 de octubre.

¿Cómo, pues, podemos cuestionar ese maná que ya llega con sus varios cuernos de la abundancia prestos a desparramarla sobre nosotros? Son fruto además de la eficaz, valiente y lúcida gestión de un hombre como pocos: Mariano Rajoy. Se lo dice él mismo. Esta esplendorosa situación que vive España se debe a sus reformas. Un solo hombre al mando de un equipo de deslumbrantes primeras figuras “ha dado la vuelta a los augurios catastrofistas”, como jalea ABC. No eran datos, no lo son, es bola de cristal la que evidenciaba la entrada en la precariedad y ésa se ha ahuyentado. También los mercados “auguran” recuperación –en este caso, y ahora– en la versión de El País, que proclama que “España se despide de la recesión más larga de la democracia”. Adiós, bon voyage.

Portada del diario El País del 20 de octubre.

Portada del diario El País del 20 de octubre.

La recuperación, en su entrada triunfal en España, ha dejado en la cuneta, eso sí, a millón y medio de españoles más –duplicando la cifra previa a la crisis– recién caídos en la bolsa de la pobreza severa. Esa lluvia de millones –de euros, dólares, juanes o billetes del Monopoly– que descarga sobre este país los ha arrojado a una esquina donde parece que hay poco más que hambre. Y varios millones más guardan turno en la antesala. Ya no hacen falta más recortes, ni repagos. Los casi nuevos 20.000 millones de tijera que promete el Gobierno a la UE hasta que acabe la legislatura son por el gusto por la austeridad que hemos adquirido los españoles. Los de a pie, que los dirigentes del PP se sacrifican con jugosos complementos a su sueldo en, ay, quizás algunas cosas más que nadie –dicen– podrá probar. Quizás.

Volverán las pensiones, que seguirán siendo casi las más pobres de Europa pero al menos sin recortar, como se ha aprobado ya. Volverán las mamografías. Volverán las vacunas para la varicela. Vaya, pues si acaba de comenzar su restricción en plenos brotes verdes de recuperación. Volverán, a este paso, hasta las oscuras golondrinas.

Fluirá el crédito para las empresas y no tendrán que cerrar 9.000 más este año como prevén sus organizaciones. Pagarán sus deudas adquiridas y se alejarán del récord de morosidad que acaban de alcanzar. Y crecerán el consumo y las ventas en la industria y en el sector servicios, que están cayendo en picado. Ahora mismo, en un momento fatal y de lo más insolidario con el discurso del Gobierno, la banca, el Príncipe y los medios informativos de referencia: mira que no enterarse de la recuperación.

Habrá empleo, al menos se podría volver a las cifras en las que lo cogió Rajoy de un millón de parados menos. Regresarán a casa los emigrantes de todas las edades. En este punto no deja de ser curioso que el presidente, al tiempo que hablaba de la milagrosa recuperación de España, agradeciera a los países iberoamericanos la acogida de emigrantes españoles. Pues ¿no era hasta ahora al revés, que ellos venían aquí? Un momento óptimo vive España.

Se han reactivado un poco las exportaciones, es un signo trascendental. La bolsa está que se sale y nosotros, los ciudadanos, no damos abasto a recoger beneficios. La cola del paro se entretiene mirando el progreso de las cotizaciones. Entra el dinero a espuertas al punto de cegar a banqueros, príncipes y medios informativos del partido, o en apuros económicos. La verdad es que vienen a rapiñar en esta España que el PP ha puesto en venta y de saldo. Fondos buitres para que especulen con nuestros ahorros, solares, edificios u hospitales. Y hasta con el jamón, el pan y la horchata, nada está ya vedado. Y grandes fortunas rusas, chinas, a las que no se pide su historial –limpio o sucio–, adquiriendo propiedades y nacionalidad.

Y a la postre, el relaxing café con leche de siempre. El inflar expectativas que tratan de confundir deseo y realidad para ganar unas pocas voluntades –al menos, de las escasamente aficionadas a cuestionamientos–. No hacen falta muchas, las suficientes para mantener el tinglado. En Portugal –que también ha “salido” de la recesión– anda la gente a voz en grito porque, recuperados y todo, protestan los muy ingratos de que continúen los brutales recortes.

¿”Cimientos sólidos”? ¿La “recuperación”? ¿Qué ha cambiado del modelo económico? ¿Se ha reactivado la ciencia o se la ha cercenado? ¿Pulirse todo el patrimonio público español –y hasta privado– en la nueva versión de la burbuja es un proyecto perdurable? ¿La radical desamortización del Estado emprendida garantiza nuestros derechos? ¿Seguir masacrando a los españoles con recortes de sueldos y servicios sienta alguna base de desarrollo?

Hay un país que ve el Gobierno, los banqueros, los medios de comunicación más poderosos y la Casa Real. O eso nos cuentan. No estaría de más que nos invitaran a vivir en él. Por cierto, ¿y qué tal Bárcenas?

*Publicado en eldiario.es

¿Una plaga de termitas?

Las termitas son insectos. Se agrupan en nidos y se alimentan de la celulosa contenida en la madera. Con enorme constancia y eficacia, horadan su objetivo –un árbol, por ejemplo- hasta dejarlo hueco y muerto, aunque exteriormente parezca que sigue vivo. Saben infiltrarse con gran discreción. Pueden devorar una viga completa atravesando incluso el hormigón, sin que sea perceptible hasta que se cae. Una organización, perfectamente jerarquizada y dividida en castas, les ayuda en sus fines.

 Quienes viven realmente bien son, claro está, los jefes: las reinas y los reyes, como les han llamado los científicos. Son los únicos que se solazan en la labor de reproducirse y no hacen otra tarea para la colectividad. Las termitas obreras realizan todo el trabajo. Construyen y mantienen el nido y los túneles, los limpian también. Comen para ellas y para los demás. Como son las únicas que pueden digerir el alimento, se lo pasan ya deglutido a las otras castas: los reyes y los soldados.  También los cuidan y hasta los acicalan. La mayoría son ciegas. Las pobres tienen un cuerpo poco esclerotizado, poco duro. Y eso cuenta en la especie. Porque el de los soldados sí es esclerotizado. Y mucho. En particular su enorme cabeza. Poseen potentes mandíbulas para morder al enemigo o repelerle con chorros de una secreción viscosa y tóxica.

Hay 3.000 variedades de termitas que se conozca. Lo mismo que existen un millón  de categorías descritas de insectos, especie a la que pertenecen las termitas, y que es la de mayor éxito biológico de la tierra; pero los científicos estiman que podrían existir hasta 30 millones más todavía sin identificar. De momento, al menos. Dado que muchas veces se constituyen en plagas –que destruyen cuanto tocan buscando lo que les interesa- modestamente propongo a los investigadores que evalúen algunos datos de otra variedad que estamos experimentando los humanos.

Son aquellos que se infiltran por el Estado del Bienestar que disfrutábamos en Europa. Con discretas pero firmes dentelladas van engullendo la sanidad, la educación, los transportes públicos, la ciencia y la investigación –por ahí igual les animamos a iniciar el estudio si inicialmente no lo ven claro-, la cultura, el empleo, los subsidios para los parados, las pensiones, la ayuda a la dependencia, a la  cooperación, los derechos de los ciudadanos –del país e inmigrantes-. Los precios asequibles. Los del medio ambiente, en costas, aguas y aire. Todo. Un sistemático y constante triturado en todas las direcciones.

La variedad española del fenómeno, ataca, además, el progreso logrado en múltiples aspectos esenciales. La educación que empezaba a acercarse a Europa y ahora regresa medio siglo atrás. La sanidad que era modelo ejemplar en el mundo. La justicia. Las libertades. A la función pública con la fruición de una colonia de roedores enfebrecidos. Con especial virulencia corroe los derechos de las mujeres, que habrán de volver a pedir permiso y esgrimir justificaciones para comportarse como tales en algunas circunstancias en las que como seres humanos decidían. Los de quienes, en circunstancias más favorables, se embarcaron en comprar la titularidad de una casa que en realidad tenía el banco. Y este banco es alimentado, cuidado y acicalado con los impuestos de la gente, mientras los hipotecados pierden su hogar.

 Se infiltran sin que buena parte del conjunto se dé cuenta, afanados en su tarea cotidiana. El Estado del Bienestar luce con su corteza más o menos impoluta, pero por dentro se está vaciando. Al paso que vamos, por completo. Atraviesan el duro hormigón de muros que parecían sólidos e infranqueables, los engullen y los pudren sin remedio. De ser un mueble de madera maciza se ha convertido en una pila de serrín, aunque parezca conservar su fachada.

 La casta que les sustenta, que construye, trabaja, ordena, asea y protege, es mayoritaria, pero parece tener dificultades de visión o de criterio. O estar permanentemente distraída intentando olvidar sus zozobras. O pensar que “así ha sido toda la vida” y no hay más qué hacer. De una forma u otra, colaboran en la tarea devastadora. No todos. Hay quienes sí se dan cuenta y corren de un lado a otro alertando. Protestan, pero les mandan los soldados a morder y emponzoñar, si es preciso, dado que han pasado a ser considerados sus enemigos. El Estado carcomido solo refuerza lo que llaman seguridad, la capacidad de usar la caja, o la de recaudar impuestos cada vez más elevados y con menos contraprestaciones.

 ¿Son termitas? Los científicos pueden ayudarnos a identificarlas y tratar el problema, estoy segura. Las dimensiones del fenómeno no pueden pasarles desapercibidas. Y urge tomar medidas. Caso de serlo, las termitas, una vez que empiezan, nunca dejan de acribillar sus objetivos para usarlos en su provecho.

*Publicado en eldiario.es

Nos roban… y aplauden

Un 45% de los encuestados por un reciente estudio de Metroscopia estiman que con los recortes dentro de dos años la situación económica habrá mejorado.  Han hecho suyas las promesas de Cristóbal Montoro y otros miembros del gobierno. Lo que ya es tener fe, esa virtud teologal que se define como creer lo que no se ve. Estas personas –como otras muchas que aún se debaten en la duda- muestran un problema mecánico en el cerebro para relacionar conceptos.

 Ya no es únicamente que hasta un aprendiz de economía conoce que las mermas económicas y los re-pagos retraen la actividad y ocasionan más recesión y, por tanto, más paro y más podas, es que basta con abrir los ojos y mirar cómo han funcionado los recortes en Grecia, Portugal o Irlanda. Y cómo en Islandia que está creciendo al 3% al tomar la propia sociedad las riendas de su destino.

 El plan de los gobernantes neoliberales es otro. Si es que en el caso del PP hay alguno en su desconcierto, lo que sí saben es que ahora toca lo que siempre llaman “acometer un ambicioso plan de privatizaciones” que van a perpetrar en su mayoría escudados en la agosticidad del mes entrante.

 No harían falta siquiera nuevos subterfugios: un amplio sector de la sociedad no siente como suyo lo público, ni siquiera el bien común. Si un extraño les sustrae una maceta en la puerta de su casa pueden montar un cirio sin precedentes, pero si les despojan de la  sanidad, educación, servicios públicos, cultura, ciencia e investigación, el empleo y el desempleo, las pensiones, el futuro de los jóvenes o el nivel de vida entre otras cosas, les parece lógico. No asimilan que también les pertenecen.

 Mucho más incluso admiten que les vendan a empresarios privados todo lo público que aún queda de los festines organizados por los gobiernos anteriores cuyo monto se ha volatilizado porque no lo vemos por parte alguna ¿No están las arcas públicas vacías?

 Nadie entendería que un propietario privado a quien se derriba su casa para construir una autovía, por ejemplo, no recibiera dinero alguno por el daño. Pero es que, como dice el profesor Ugo Mattei de la Universidad de California: “la tradición constitucional liberal protege al propietario privado del Estado constructor, instituyendo la indemnización por expropiación, mientras que ninguna disposición jurídica –y menos aún constitucional-  ofrece ninguna protección cuando el Estado neoliberal traslada al sector privado los bienes de la colectividad”. 

Impulsadas en Europa por Margaret Thatcher en los 80´, en España  -y dentro del fervor neoliberal que desencadenaron los Consensos de Washington y Bruselas- inicia las privatizaciones Felipe González, conservando la mayoría pública. Luego encuentran su amparo legal en el llamado  «Programa de modernización del sector público empresarial del Estado» de Aznar para el que se empezarían a dictar leyes sectoriales desde 1997. Entonces se emprende la enajenación total de empresas públicas. Es decir, tienen un cierto respaldo legal –en absoluto por norma constitucional- pero claramente ilícito: venden lo que es nuestro y hemos pagado y sostenemos con nuestros impuestos. El “contrato” del voto no lo explicita.

 Ahora estamos hablando ya de asuntos vitales: hospitales, colegios, gestión de la salud o de la educación, el agua, los transportes. Ya se ha anunciado la privatización de RENFE y escuchamos a la ministra Ana Pastor lo modernos y europeos que vamos a ser con esa medida… que ha ocasionado un deterioro del servicio, y hasta graves accidentes en los países que se anticiparon con idéntico resultado: el dinero de la venta voló. Y es que esta “empresa” -a la que aún llaman país- que cierra las líneas y servicios “deficitarios” (para el negocio de unos pocos), encuentra una enorme dificultad en cuadrar las cuentas por más que utilice a los ciudadanos como variable económica.

 Los “ambiciosos planes de privatizaciones” pueden calificarse en buena medida de robo y estafa a la ciudadanía. En sí mismaa. Sin contar perversiones añadidas como aquellas de Aznar que «criticó» el Tribunal de Cuentas, sin consecuencia punible alguna.

 Sí hay dinero, insisto. Mucho. Pero ése no quiere ni tocarlo el poder neoliberal, mientras haya primos que se dejen desvalijar. Lo que pasa es que en esta bendita democracia en la que un 30,2% de los votantes ha otorgado al PP las llaves de la caja fuerte y de una apisonadora de involución ideológica, hemos de pagarlo todos. “Es la democracia, hija mía”, dicen.

 Una democracia desinformada, poco exigente en lo fundamental, con un decisorio grupo de personas  crédulas por naturaleza al parecer, algunas con deficiencias en los mecanismos neuronales de la reflexión, o simplemente egoístas cuando no corruptas. Personas, porque ser ciudadano es otra cosa: es pensar en el bien común. Y ése nos lo están robando -con grave quebranto de nuestras condiciones de vida-, mientras un coro aplaude, otro se desentiende… y otro no encuentra la fórmula para frenar tanto desatino.  Con el dinero que “sí hay”, bastaría apenas con “desprivatizar” las redes inducidas de la ignorancia, la fe, la abulia y el miedo de esa sociedad lastre con la que cargamos.

*Publicado en zona crítica de eldiario.es

Caso REPSOL YPF: un gobierno contra los ciudadanos

Resulta patético ver rasgarse las vestiduras a un gobierno –y, lo que es peor, a muchos ciudadanos- por la expropiación de una empresa privada que opera en otro país. Nunca como estos días podemos constatar los auténticos intereses del neoliberalismo que nos domina. Nada menos que dos ministros comparecen para “anunciar”, con gravedad, medidas contra la Argentina que retoma el control de su petrolera YPF, el mismo día en el que se expolia un poco más la educación pública española y unos pocos después de que se comunicara mediante una nota de prensa el recorte de 10.000 millones de euros en esta materia y sanidad, o asistiéramos estupefactos a la huida del mudo presidente Rajoy por el garaje del Senado para no enfrentarse a dar explicaciones a los periodistas.

Son muchos los matices de la turbia historia que hoy sacude a la derecha ultranacionalista española por un quítame esos petróleos. REPSOL, la empresa expropiada por Cristina Fernández de Kirchner en su sección argentina YPF, NO ES ESPAÑOLA. Más de la mitad de su accionariado es extranjero. Fue española pero nos la privatizaron los gobiernos de Felipe González (conservando la mayoría decisiva) y Aznar (que la liquidó). Aleccionador repasar su accionariado actual. Y su consejo de administración. Entre lo más granado de quienes se forran a nuestra costa, allí encontramos por ejemplo a Luis Carlos Coissier. En su capítulo de Reacciona –de imprescindible lectura hoy- Àngels Martínez Castells nos explicaba cómo este ex ministro socialista aconsejó la salida a bolsa de las empresas públicas desde su cargo de presidente del INI que empezaría a materializar Carlos Solchaga desde 1985. De igual modo, en Actúa, Àngels nos alerta de qué implica la privatización y el expolio de la sanidad que en definitiva es de nuestra salud y nuestra propia vida.

Tampoco REPSOL YPF paga los impuestos que debe en España y tiene filiales en paraísos fiscales. Para entendernos, es más de las Islas Caimán que de parte alguna.

Argentina se encuentra en los noventa con los efectos devastadores del gran ensayo general neoliberal en su suelo –iniciado en el Chile de Pinochet- y de nefastos gobernantes locales que desembocarían en “el corralito”. Y vende sus yacimientos de petróleo a la multinacional –que no española- REPSOL. Y ahora la retoma. Es lícito hacerlo, también nuestra legislación marca la posibilidad de renacionalizar recursos naturales de sectores estratégicos cómo es la energía. Lástima que… los Kirchner apoyaran la venta de YPF en su día y mantengan prebendas para poco claros accionariados locales. Vamos, un puro trapicheo.

De cualquier forma, el petróleo es argentino y española sería la explotación y gestión del crudo a través de una REPSOL pública. No es el caso. Aunque también podíamos pensar en su “recuperación”.

Nada más lejos del momento presente. Las protestas del gobierno del PP son de cara a la galería y tienen pocos visos de prosperar, al menos a corto plazo. Cristina Fernández amenaza además –como era lógico- con renacionalizar sectores eléctricos, bancarios y de telefonía (ay, otra empresas públicas españolas privatizas), que es lo que sucede cuando uno posee los recursos en este mundo depredador del presunto “libre mercado” neoliberal.

No nos engañemos esta globalización es empresarial, los ciudadanos no cuentan nada. Mejor dicho, sí, para pagar los desmanes del neoliberalismo. Y, en todo caso, las empresas deberían resolver sus conflictos entre ellas.

 Por otro lado, un Mariano Rajoy que elige su primera salida al exterior como presidente para ¡reivindicar Gibraltar! ante el colega neoliberal Cameron, ahora enarbola el patriotismo para repudiar que Argentina haga lo propio con su petróleo. Un puro contrasentido.

Defienden estos gobernantes (y numerosos emporios de la comunicación) a una empresa –medio española como mucho-, mientras dejan inermes a los ciudadanos contra el expolio de servicios fundamentales como son la sanidad, la educación, la cultura, la posibilidad de prosperar con la investigación y la ciencia. Acatan la expropiación que les recomienda su religión neoliberal de nuestros derechos laborales y ciudadanos. Como estamos viendo, también de algunos derechos democráticos. ¿Para quién gobiernan? Hoy deberían tenerlo muchas personas mucho más claro. Privatización es expropiación. Sin contrapartidas. Por cierto, el PSOE de Rubalcaba apoya al PP en el numerito de REPSOL.

De alguna manera Argentina nos muestra el ejemplo de adónde conducen las políticas que por ejemplo perpetra el PP y toda la corte azul de Bruselas, con Merkel a la cabeza. No lo decimos solo unos cuantos raros, lo asegura el premio nobel Joseph Stiglitiz. Y lo que es más diáfano: la evidencia de los hechos, vamos en caída libre. A través, por ejemplo, del acoso de la «burbuja de la deuda» que es otro mecanismo especulativo sin más. Por favor, lo más revolucionario hoy es… usar la cabeza, relacionar conceptos, prever el futuro a tenor de los datos. Actúa, es urgente. Tenemos al lobo a cargo del rebaño. Así lo decidieron unos cuantos incautos en lo grueso de la resolución.

¿Privatización? ¿Sin expropiación?

Rajoy ha anunciado por sorpresa un recorte adicional en sanidad y educación de 10.000 millones de euros (mientras prepara otros 50.000 millones para la banca). Por medio de una nota de prensa sin explicación alguna. Hace sólo una semana los presupuestos generales del Estado ya dieron un tajo a ambos servicios esenciales. Lo que deja perplejos es que para el conjunto de los presupuestos, para todos los servicios, se estipulen 27.000 millones de recorte, y ahora apenas 7 días después salgan con este añadido de tan desorbitado cuantía: 10.000 millones de euros. Más de un tercio añadido. Y precisamente en sanidad y educación.

   ¿Por qué? Los presupuestos, la poda de Rajoy y su equipo al Estado del Bienestar, fueron muy mal recibidos por «los mercados»: bajó la bolsa y subió la prima de riesgo a niveles peligrosos: muy cerca del rescate. Pero no convencen porque implican más recesión, descenso del PIB y aumento del paro. Es de las pocas reglas matemáticas fiables de la economía. La «herencia» es el veneno azul neoliberal. No otro.

Con esta medida del hachazo a servicios tan fundamentales como la sanidad y la educación, Rajoy demuestra improvisación y casi desesperación en este punto. Pero es que sirve también a sus planes de acabar con el Estado del Bienestar y… privatizar. De hecho la nota de prensa -hace falta poco respeto a la ciudadanía largar con una nota de prensa asunto tan grave- sí anuncia privatizaciones. La máquina mediática ultra seguirá mintiendo y en general los grandes medios seguirán «distrayendo»,  pero vamos a pagar muy caro, en nuestra salud, en nuestra educación y en nuestro futuro este atropello.

¿Privatizaciones?

   Os voy a dar un anticipo de mi capítulo en el nuevo libro colectivo, Actúa, que sale el jueves:

   «O la venta del patrimonio público, de los servicios públicos, para costear el enriquecimiento desmesurado de unos pocos, con la curiosa salvedad de ser la única expropiación en toda regla a la que no se compensa económicamente. Nadie entendería tampoco que un propietario privado a quien se derriba su casa para construir una autovía, por ejemplo, no recibiera dinero alguno por el daño. La brillante idea –ser resarcidos también por la venta del bien común como llamada de atención para que no se enajene con tal desfachatez- se debe a Ugo Mattei profesor de Derecho Internacional Comparado en el Hastings College of the a Law de la Universidadde California, quien llama a frenar el saqueo de los bienes públicos:

 “Toda privatización decidida por la autoridad pública –representada por el gobierno de turno– priva a cada ciudadano de su cuota de bien común, exactamente como en el caso de una expropiación de un bien privado. Pero con una diferencia importante: la tradición constitucional liberal protege al propietario privado del Estado constructor, instituyendo la indemnización por expropiación, mientras que ninguna disposición jurídica –y menos aún constitucional-  ofrece ninguna protección cuando el Estado neoliberal traslada al sector privado los bienes de la colectividad” [1].

    Quienes aceptan lo inaceptable soñando en que tras el amargo tránsito verán la luz se engañan. Por este camino no, con ultraneoliberalismo no salimos»…

Pues eso. No deberíamos tolerar más expropiaciones. Y mucho menos de nuestra salud, formación y futuro.


[1] Límite a las privatizaciones. Le Monde Diplomatique. Diciembre 2011

¿Privatizamos a los políticos?

Artur Mas sigue en su cruzada privatizadora. Lo último poner a la venta 37 edificios entre ellos el de la Bolsa de Barcelona. Hace unos meses ya declaró que solo la policía y las cárceles deben mantenerse como monopolio público. Y que el roll de la administración debe limitarse a “evitar las ineficacias del mercado”. Por ejemplo esa nueva inyección de dinero público que “vamos” a entregar a los bancos europeos para mantener un sistema en el que los gobiernos merman nuestras condiciones de vida. CiU en perfecta armonía con el PP –de la misma ideología- y una vez que “la gran fiesta de la democracia” avale su poder, podrán llevar a cabo su plan de privatización total. Paradójica, porque añade el intervencionismo estatal para, como digo, esquilmar nuestros bolsillos cada vez que precisen “estabilizar” a los bancos que no sé dónde meten el cuantioso dinero que ganan estos manirrotos. El PSOE se está viendo «obligado» a practicar esa misma política neoliberal extrema. 

 Las cosas no se hacen a medias, no señor. Por eso debemos proponer que empiecen ya privatizando la campaña electoral y el recuento de votos. Números, eficacia, rentabilidad. Es obligado después privatizar también el Congreso y el Senado. Que los parlamentarios fichen entradas y salidas, se cuelguen un letrero cuando vayan al WC y cobren según productividad. El gobierno, todos los gobiernos autonómicos y locales, también hay que privatizarlos, convertirlos en empresas que obtengan grandes beneficios para sus accionistas a base de eliminar gastos superfluos como sanidad o educación, sobre todo educación que es un arma muy peligrosa en manos de los ciudadanos. Aunque comprendo que suprimir la sanidad es mucho más expeditivo, sin duda goza de una excelencia de rentabilidad máxima.

Pero creo que todas esas empresas debe constituirlas la sociedad ¿O no es así ya en democracia? ¿De verdad queremos pagar impuestos para sufragar tan solo la policía y las cárceles? Yo no, desde luego. Artur Mas (y todos los Arturmas de esta tierra) ha olvidado que también le es necesario mantener la Hacienda Pública, porque su entramado no se puede sostener sin nuestros impuestos. Y unos medios informativos que hagan posible el milagro de que, en estas condiciones, haya votantes que les entreguen las llaves de nuestras vidas. ¿Podemos seguir pagando los sueldos de estos políticos que obran en contra de nuestros intereses? Nos están liquidando todos los servicios que hemos costeado con nuestro dinero, los edificios, todo lo que tanto nos costó pagar, porque igual podíamos haber empleado ese dinero en comprar una casa propia en las Bahamas y otra en Nueva York como poco. En mi caso estoy trabajando desde los 13 años. Mucha gente tiene en este país esa vida laboral. A toda una generación se la están robando ahora mismo. Ni siquiera contarán al final con una pensión para la que ya se precisan 37,5 años cotizados.

Como escribía en Reacciona, no debemos confundirnos sin embargo, “La Política es imprescindible en un sistema democrático. Con tropiezos, avances y errores, la humanidad persigue disfrutarla desde los griegos, cinco siglos antes de la Era cristiana. Para dignificar el papel del ciudadano, de un ser libre sujeto a derechos y deberes. Para regular una actividad humana cuyo fin es gobernar y dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad”. Y la están destruyendo. Traigo otra vez las palabras de Emilio Lledó:

«¿Qué palabras huecas, convertidas en grumos pegajosos aplastan los cerebros de los que van a administrar lo público, o sea lo de todos, si la corrupción mental ha comenzado por deteriorar esas neuronas que fluyen siempre hacia la ganancia privada? No se entiende bien cómo a esos destructores de la idea de lo público les votan aquellos que perderían lo poco que tienen en manos de tales personajes. A no ser que la mente de esos súbditos haya sido manipulada y, en la miserable sordidez de la propia ignorancia, esperen alguna migaja, algún botón del traje que viste el supuesto partido político que les arrastra.

Podemos intuir que la degeneración intelectual de buena parte de la clase política, y de los llamados emprendedores -los que, por ejemplo, emprendieron la destrucción de nuestras costas-, procede de esos conglomerados ideológicos en los que se mezclan, con la indecencia, alguno de los males a que se ha aludido. ¿Quién privatiza a los políticos? ¿Quién nos devolverá, en el futuro, la vida pública, los bienes públicos, que nos están robando?”

Ignacio Escolar decía el otro día, con gran criterio, en una entrevista para la radio del 15M (Agora Radio) que compartimos: “Cuidado, detrás del desprestigio de la política no viene su regeneración, sino el berlusconismo”. Lo tenemos ya instalado en España. Es una grave irresponsabilidad avalarlo con los votos. Están tensando la cuerda a extremos insostenibles. ¿O no? Es lo que queremos, eso es lo que decidimos en «la gran fiesta de la democracia».

Recortes. Autor: José Rubio Malagón

Ideas para privatizar Grecia

La UE neoliberal, liderada por el PPE y asimilados, con la inestimable ayuda de FMI y  BCE, exigen privatizaciones sin tregua.  No le darán nada a Grecia (que ya le han dado cuatro veces más a los bancos para que ellos paguen el dinero al 1% y lo presten al 5%, al 8% y hasta el 12% si les place –en el asunto ese de la deuda-, o no concedan créditos), si no venden su patrimonio . Hay que dejar sin resuello a los griegos y además privatizar cuanto haya. En Grecia, en Portugal, en España, en todas partes. Bien, vamos a echarles una manita a los especuladores.

 

 

 Yo creo que el Partenon  está más que indicado para albergar un centro comercial. Antes hay que restaurarlo que los griegos lo tienen hecho un asco. Que llamen al alcalde de Madrid, Alberto Ruíz Gallardón  con su acreditado prestigio en gastarse el dinero de los contribuyentes -en ingentes cantidades- en rehabilitaciones, igual hasta les hace unas buenas carreteras y túneles de acceso, previo pago, eso sí, de los griegos. No pueden faltar unas cristaleras entre columna y columna, rematadas en acero inoxidable -tan eficaz y elegante-. Luego se vende a manos privadas y listo. El centro comercial para el Partenón es la mejor opción.

 

 

 Esta estatua quedaría fantástica como maniquí de moda. Un bikini de H&M le sentaría muy bien. O un chaquetón de Zara en invierno. Y distintos gorros que parece vuelven a llevarse esta temporada.

 

 Las Cariátides de Erecteion  no pueden tener mejor destino que el de dar acceso a un puticlub. También Gallardón o Esperanza Aguirre, o cualquier alcalde hispano, pueden asesorarles en cómo allanar el terreno circundante. El de Madrid les puede poner al lado incluso un Cubo para entrenarse jugando al padle, y tampoco les faltarán en España asesores para ubicar en el complejo un par de campos de golf, y un spa. 

 

 

A la Torre de los Vientos la mantienen los griegos realmente sosa. Unos buenos anuncios cubriendo la fachada completa se hacen imprescindibles.

 

 

 ¡Qué escenario tan perfecto para recibir al Papa, a los clubs deportivos, o a Shakira? Previamente restaurado, naturalmente. Serviría también para celebraciones políticas, la empresa Correa/El bigotes sabe de estas cosas, que pregunten a Camps.

 

 

La isla de Kos y todas las islas para urbanizaciones privadas. Se privatizan incluso los camareros y los carteros. O se traen directamente de China que salen aún más baratos.

 

 

 El Parlamento quedará muy fino de casino bursátil y financiero. Tiene empaque acorde con los ilustres nuevos propietarios. Y además al paso que vamos ni éste ni ningún otro Parlamento van a servir para nada. ¿O sí? Porque todos los países llevamos el mismo camino y, cuando liquiden todas las propiedades públicas, seguirán con los ciudadanos. Incluso con los votantes sin criterio y por ende con todos. Solo que este destino no es inexorable.

¿Está pasando? ¿Lo estoy viendo?

Nunca creí que viviría esto. Una nació a la consciencia responsable entre revoluciones ingenuas de flores e ideales, tras sentir una especie de tenaza difusa en la niñez que obligaba a no hablar de ciertas cosas con nadie y a hacerlo en casa en voz muy baja por si las paredes oían. Vi después que, con esfuerzos y tropiezos, algunas cosas comenzaban a marchar. Y fui testigo privilegiada de la caída del Muro de Berlín que tanto recuerdan hoy las revueltas del Norte de África. Solo éstas, porque también fui descubriendo los graves defectos estructurales del lado occidental del Muro que, llegados al paroxismo, son asumidos por los afectados con una pasividad que enerva a gente como yo y muchos otros.

Hablábamos ayer del insultante acuerdo sobre pensiones y del paro juvenil. Los datos de la EPA de hoy, profundizan en el descalabro. 20,33% de paro, casi 4.700.000 personas, la más alta desde 1997. Crece el desempleo, precisamente, en el tramo de los menores de 35 años. Muy pocos de ellos se jubilarán con el subsidio completo, si es que llegan a trabajar alguna vez. Aumenta el trabajo de las mujeres (las peor remuneradas). El número de hogares con todos sus miembros activos en paro aumenta en 35.600 en el trimestre y se sitúa en 1.328.000. Lo que deja entrever que, sí, que hay que recurrir a la “red social” de Caldera –es decir, la familia como en los países subdesarrollados- y que cada vez más gente se pasa a la economía sumergida, evaluada hace tiempo en el 23% Esta gente, por necesidad o no, nos roba a todos los demás. Y han de existir leyes y parlamentos que pongan coto a tanto desmán. Pero no parecen estar por la labor.

De hecho, me tiene auténticamente irritada el plan que nos prepara el CGPJ para consagrar que, todavía más que nunca, la justicia sea solo para los ricos. Esto dice El País:

El Poder Judicial avala recortar derechos ciudadanos para acabar con los atascos de los juzgados 12.000 recursos contra la Agencia Tributaria esperan desde hace años que el Supremo los resuelva . El anteproyecto legal, supone, en la práctica, un recorte de garantías ciudadanas, puesto que restringe y endurece la posibilidad de los ciudadanos de que sus casos lleguen hasta el Tribunal Supremo. Obliga a los ciudadanos a pagar tasas para interponer demandas, suprime recursos e impone que los ciudadanos que pierdan un pleito contra la Administración (por ejemplo, un recurso contra una multa) paguen las costas del proceso (las minutas de los abogados).

Miro más abajo y veo que han desaprovechado la oportunidad de oro de solucionar el abuso de los bancos en los desahucios. Esto dice el anteproyecto:

«En ningún caso podrá el acreedor ejecutante adjudicarse los inmuebles por una cantidad inferior al 50% del valor por el que fueron tasados». Inferior al 50%, pero sí al 50%.

¿Y los políticos? Las durísimas medidas económicas, el estrangulamiento de nuestros derechos adquiridos, no han servido para crear empleo. Hugomabarca me apunta en twitter: han servido para que suba el IBEX, ayer lo hizo, hoy sigue por el mismo camino. ¿»Tranquilizan» los parados a los inquietos mercados? Los sumisos, sin duda.

Y, entretanto, nos están vendiendo el Estado en el mercadillo. Una vehemente y extraordinaria tribuna del catedrático Antón Costas, dice que, con las Cajas, estamos ante “El mayor desmán financiero de nuestra historia”. Traducidlo a todo lo público que están vendiendo y que, caso de dejar algo los socialistas, el PP terminará de liquidar. Desde el espacio aéreo que les han colado a los indignados y sufridos veraneanetes fastidiados por los controladores, a RENFE y transportes públicos que figuran en el punto de mira del PP, si antes no se les adelanta el PSOE.

Así empieza Costas:

“Tengo en el cuerpo la incómoda sensación de que estamos a punto de cometer el mayor desmán financiero de nuestra historia: la entrega de la mitad, ¡la mitad!, del sistema financiero español, a precios de saldo y desguace, a bancos, inversores privados y «fondos buitres», como les llama un conocido y reputado analista financiero, José Carlos Díez, en su blog».

Ayer unos cuantos salieron a la calle a protestar por el pensionazo. Las teles nos mostrarán hoy a “los violentos jóvenes radicales antisistema» Solo. Cometieron varios delitos, sobre todo éstos: ser radicales, antisistema y jóvenes, ése el peor. La “gente de bien” se asustará que es el objetivo. Pero lo que pasó de verdad, mayoritaramente, fue esto:

Copépodo nos relata la experiencia de convertirse en un «violento antisistema» que vivió ayer. «Yo y el jubileta que tengo al lado, y la señora con una niña (que probablemente sólo pasaba por allí) y se apretuja en un portal. ¡Somos violentos antisistema!» Solo que muestra las técnicas policiales ya ensayadas en Londres, por ejemplo.

¿Será eso lo que nos muestre la tele? Y con lo feo que está criticar y protestar. Es que, como dice el propio hugomabarca, «nunca nos mean a gusto de todos».

http://www.youtube.com/watch?v=bVbk5zeeGYw

Este largo post es porque me voy unos dias e igual escribo menos o nada. Así que hasta añado encuesta. Admite varias selecciones.

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La carambola perfecta, rien ne va plus

La carambola les ha salido perfecta. Los controladores aéreos pusieron torpemente la bola en la mesa facilitando la jugada. La ciudadanía, infantil, egoísta y desinformada, encontró un chivo expiatorio. Se indignó y se asustó. Y allí estaba el gobierno para darle seguridad con una reacción contundente. Apoyémonos en las terribles pérdidas del sector, en el daño a la imagen exterior de España. Vamos, que el rescate anunciado desde la izquierda a la ultracaverna va a ser culpa de los controladores. Y el «y tú más» político y mediático para distraer. Curritos y medios neoliberales –prácticamente todos- gritan en distintos registros: “Privatización, ya”. Y cárcel. Y hoguera si se tercia. Las ejecuciones públicas para calmar el hambre hace siglos ya que se inventaron.

  Y temo por los controladores, por Cesar Cabo que ha dado la cara continuamente -intentando la cordura además en el paro que ocasionó el colapso aéreo-, porque el populacho fanático es muy peligroso.  Mucho más con España en «estado de alarma» y militarizada. ¡Quién nos lo iba a decir en democracia y por esta razón!

   Se da la paradoja de que un político que ha vivido largamente del Estado en diversos cargos, Ignasi Guardans, llama a la violencia contra los controladores en twitter: Si conoces a un controlador aéreo, sácalo de su cómodo anonimato entre sus vecinos. Hacen daño a ciudadanos inocentes escondidos en la masa”.  Macarthismo en estado puro. Visto en este imprescindible artículo.

Los niños y las mentes infantiles de cualquier edad precisan tener miedo para que venga papá protector y se lo quite. Entregan su vida y hacienda a cambio de una supuesta seguridad que siempre pide más. El miedo es yonki. El poder también. Fatídica casualidad la servida en bandeja por los controladores.

Son tantos desatinos los vistos y oídos en esas intensas 24 horas de paro aéreo que, en efecto, sí creo que ha quedado muy dañada la imagen de España. De sus gentes. El país del “yo”, de la víscera sin seso, que no piensa en el bien común como hace la gente educada. El que mira las hojas, las enmaraña y nunca ve el bosque, porque para ello se precisan perspicacia y criterio. 24 horas. Un día. Un ejercicio completo. Toda una vida. El desmadre. La carambola.

Y las privatizaciones, sí señor. Saquemos la pancarta para pedirlas, para suplicarlas. Los que las buscan para llenarse los bolsillos, y los curritos imbéciles, los bebés, los conejitos que persiguen la zanahoria que jamás comerán.

Veamos. Telefónica funciona, privatizada, fantásticamente para los intereses de sus dueños. Gana millones. A costa de, por ejemplo, cobrarnos a los incautos españoles las tarifas más caras de la UE. Repsol obtiene cuantiosos beneficios. Sus dueños y accionistas. Argentaria forma ahora parte del poderoso BBVA que compra bancos y se sienta en la Moncloa a consulta, o a dictar “consejos”. Todos lo hacen. No sigo con lo privatizado, la lista es larga ya. Todo eso era nuestro, del Estado. Ahora engrosa bolsillos privados y nosotros no vemos un céntimo. Por el contrario, presionan para que nos quiten los que nos quedan en aras del libre mercado y su voraz intranquilidad.

Y vayamos a los servicios de uso ciudadano. La empresa privada se basa en el principio de la rentabilidad. Invierte menos para ganar más. París tuvo que “renacionalizar” el agua por los problemas que causó la falta de inversiones del concesionario privado. Las loterías proporcionan enormes ganancias, ahora serán para cuentas privadas. El espacio aéreo estará mejor privatizado, sin estos malcriados controladores que han puesto en juego mucho en su torpe jugada. Pues igual se lleva el negocio Diaz Ferrán. ¿Mejor así?

Venga pues, abramos la puerta de nuestras casas, que entren a saco y se lleven hasta la ropa sucia para venderla. ¿Cómo se puede ser tan cretino si uno no va a rellenar su cuenta corriente con ello?

Así que la carambola… perfecta. Pasen señores pasen. Rien ne va plus.

Camión abandonado del Ayuntamiento corta el tráfico de Madrid durante 30 minutos

Ha sido en la calle Antonio Pirala de Madrid, única posibilidad –por los caprichos de la regulación del tráfico- de regresar a la calle Ricardo Ortiz en el barrio de Ventas desde varias otras vías. Un enorme camión, con los intermitentes puestos, y sin nadie en su interior, se encontraba en mitad de la calzada impidiendo el paso a cualquier vehículo. Una larga fila de coches aguardaba el regreso de quien pudiera apartarlo de ahí.

Lo más curioso es que el camión estaba rotulado como perteneciente a Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, concretamente con el número 3320.

Unos jardineros, mano sobre mano, contemplaban el espectáculo. Y nos han comentado a los exasperados conductores: “han ido a tomar el bocadillo” -debían conocer las costumbres de ese servicio-. Tras infructuosa e insistente pitada general, he llamado a la policía municipal:

-¿Le parece lógico que precisamente un camión del Ayuntamiento, de Medio Ambiente, esté cortando el tráfico en Madrid? Mire es en la calle tal, número tal.

-No es del Ayuntamiento, es de una empresa- me ha respondido.

-Ah¡ ¿Han privatizado también este servicio? pero el responsable último es el Ayuntamiento. Ahí pone Ayuntamiento y Medio Ambiente- no ponía, os lo prometo, «Basuras El Bocadillo»-.

-No, el conductor.

-¿El conductor contratado por una empresa privada es el responsable de los errores en un servicio que los ciudadanos pagamos al Ayuntamiento de Madrid? Los ciudadanos no hemos elegido al conductor para estos menesteres, y, por el sueldo que cobre, no tiene por qué adquirir esa responsabilidad-, realmente lamentaré que recaiga sobre él alguna culpa que no paguen sus superiores.

En ese momento, y seguramente por la llamada de algún otro conductor, o por los cláxones que debían escucharse en las dependencias del alcalde, ha aparecido un coche de la policía municipal. Habían pasado 30 minutos.

Pero tampoco han podido hacer nada hasta que no ha regresado el conductor. Éste ha tomado los mandos, y, con toda parsimonia, ha seguido su itinerario de recogida de la basura de los contenedores amarillos de productos reciclables.

Llamaría al departamento de Comunicación del Ayuntamiento de Madrid para corroborar si en efecto la causa de este incidente ha sido “tomar el bocadillo”, una incontenible y prolongada urgencia fisiológica –de todo tipo- o cualquier otra circunstancia. Pero tengo dos problemas. Uno es que la entidad pública local tendría que llamar a la empresa privada –si es que tiene competencia para exigirle alguna responsabilidad y no trabaja a su libre albedrío- y esperar a que localizasen al conductor del vehículo, y volviese la cadena en sentido inverso a informarme. Pero el principal es que la oficina de Comunicación del Ayuntamiento de Madrid no tiene a bien contestar a mis emails, como quedó reflejado en este post, donde contaba la peripecia de verme sancionada por aparcar en zona azul con un distintivo que la empleada de “La hora” (de empresa privada también) dijo que no estaba y ratificó, con su nombre y su firma, en las alegaciones.

Por cierto, me han dado la razón. No por la oficina de Comunicación, ni por quien gestionó el primer recurso –en otra larga cadena-, sino por un funcionario que se prestó a escucharme la segunda vez y ver las pruebas que aportaba. En la ciudad privatizada sin ley, de la comunidad privatizada, todo es cuestión de suerte. Pero, ya sabéis los habituales, «no hay que esperar, hay que insistir«.