La insólita detención de Rodrigo Rato

No, no es que no hubiera indicios desde hace tiempo de actuaciones irregulares de Rodrigo Rato, todo lo contrario; pero la forma en la que se llevó a cabo este jueves la detención temporal del exvicepresidente del gobierno popular se sale de lo común. No tiene precedentes siquiera. Los síntomas de circo se detectaban desde la primera mirada al caso. La foto confirma la expectación de la grada con el personal inmortalizando el momento con sus móviles.

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Eldiario.es confirma que la detención se llevó a cabo a instancias del gobierno y a través de agentes de Vigilancia Aduanera, sin haber informado a la Fiscalía Anticorrupción que se enteró por la prensa de la película. Montoro optó por la Fiscalía provincial de Madrid para judicializar el caso.  Las cámaras llegaron una hora antes que los investigadores. Numerosos miembros del PP desde el propio ministro de Hacienda al de Justicia salieron a decir que su partido es “implacable” contra la corrupción y que rige para todos el imperio de la ley.  De ello da prueba, por ejemplo, la negativa de Hacienda a facilitar información para el Caso Gúrtel al juez Ruz. Lo que a uno de sus órganos de propaganda, mal llamado periódico, La Razón, le llevó a firmar esta portada:

La Razón. 4 de Marzo de 2015

Pero el PP pudo este jueves ofrecer esta imagen a sus electores y al mundo. La detención pública, con forzado de cabeza incluido del poderoso hombre al que ellos encumbraron. Para luego –y acusado de varios delitos- soltarle y dejarle ir a dormir a casa.

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De todos los titulares que he leído, éste es el que más me sobrecoge. Pensemos que es solo una frase desafortunada. Porque permisos gubernamentales a la justicia en un Estado de Derecho, no suena nada bien.

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Las hazañas de Rodrigo Rato, el vicepresidente y mejor ministro de Economía que tuvo España según el PP, el que accedió al más alto cargo internacional obtenido por un español –la presidencia del FMI-, uno de los presidentes del pufo Bankia (que el gobierno nos ha obligado a pagar a los ciudadanos), sin duda tiene mucho que contar a la Justicia. Pero las formas apestan.

Dicen miembros del partido,este viernes, que la detención perjudica al PP. Poco remedio había a las hazañas de su compañero con varias querellas en marcha e investigación judicial por los cauces reglamentarios. Esto ha sido una salida desesperada, de pata de banco, propia del PP. Quienes apoyan con sus votos estas actitudes no deben llamarse a engaño de cuando sucede y sucederá, ni tampoco de su propia responsabilidad en que ocurra.

Los miembros del Partido Popular piensan que siguen viviendo en el cortijo en el que sus antepasados tenían convertida a España. Puertas afuera nada importaba. Hoy toda la prensa internacional trae el caso dada la relevancia de Rato, persona que –a instancias del PP y el apoyo de Zapatero- dirigió un organismo decisivo en el mundo.

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¿Cómo saldrá el PP de esta chapuza, de esta sucia maniobra electoral? Es de imaginar que como siempre: echando culpas fuera y mirando para otro lado.

La credibilidad rota es irreparable

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Después de cuatro horas en las que miles de personas se manifiestan de forma pacífica, surgen los disturbios… a tiempo para entrar en los telediarios. Para acudir a las portadas de los medios afines al PP en ideología y carácter. Es un clásico. Encapuchados contra fuerzas pertrechadas prácticamente de armaduras. Jamás se vio violencia mayor dice la delegada del gobierno. Puede ser hasta cierto,  no sería raro -motivos sobran-, tampoco aclara quién la provocó; lo peor es el cúmulo de dudas que nos asaltan. Es que a este gobierno y todos sus adláteres ya no les creemos.

Las mentiras de Rajoy, de Soraya Sáenz de Santamaría, Cospedal, González Pons, Floriano, de cualquiera de ellos en quienes se repare, pueblan las hemerotecas, incluso de su viva voz. La falsedad como norma de vida, la falacia como deporte, los embustes como medio de obtener los fines perseguidos, la invención interesada llevada al extremo. Mucho más allá de las posibilidades de ser aceptada por una sola persona con dignidad y un cierto criterio, siquiera mínimo.

Es a diario. Este gobierno podría inventar el género del sainete trágico con todo lo hecho y dicho, filtrado, expuesto y no expuesto, en la tragedia de Ceuta. Saldada, no lo olvidaremos nunca, con la muerte de 15 inocentes. Escudados en esa sucia maraña ni una dimisión se ha producido, pero no nos han convencido.

Cuanto más impostan la voz para mencionar –paladeando cada sílaba- “Estado de Derecho” y “Democracia”, más notorio nos resulta su ancestral desprecio por estos conceptos. El engolamiento y la teatralidad al pronunciarlas va en proporción inversa a su estima por las libertades de los otros. No cuela.

La creatividad desplegada para embaucar con artimañas en los datos económicos sería de premio internacional si no fuera tan tosca. Reparemos en Cristóbal Montoro, por ser el más reciente. Va el hombre y se encarga un informe a un grupo de sabios –todos hombres, viejos y de traje riguroso-. Le dicen que hay que subir impuestos. Crece el temor de la ciudadanía esquilmada. Se planta en la rueda de prensa del consejo de ministros y rechaza a sus expertos porque la subida del IVA ya ha conseguido reducir el déficit y España está que se sale.  Ha cumplido paso por paso las técnicas de la manipulación –de Maquiavelo a Goebbles pasando por Esperanza Aguirre-. Llamas a unos técnicos para que digan lo que quieres, creas la alarma y luego rebajas la amenaza para que se acepte el mal menor sin rechazo. Y sales impoluto. Hasta agradecidos quedan algunos.Tan obvio que sonroja.

 Otra cosa es que existen muchas dudas acerca de si conseguirá alcanzar los objetivos de déficit. Lo que sí está claro –y tenemos que repetirlo- es que el PP ha elevado la deuda pública del 68,5% al 94% en insólito récord histórico y que esa cantidad por la que nos han endeudado no hay quien la pague. Pero Montoro ha cumplido con el sector bobalicón de sus votantes, ésos que no estiman su cerebro más que las uñas de sus manos.

 Cuesta mucho lograr credibilidad, es algo que se labra a lo largo de los años. Se teje con una sustancia rica pero frágil porque se quiebra al primer golpe o a los dos o tres errores. Como un cristal exquisito. Y no es posible pegar los pedazos rotos. Una vez que el político, el periodista, el médico, tu novio o tu padre te han engañado ¿Cómo volver a creerle? ¿Cómo admitir que ahora te dice la verdad? ¿Qué sentido tiene hacer ese esfuerzo?

 El paternalismo autoritario de la derecha más rancia –hay otra- se empecina en contarles a sus adeptos que la nevera está llena, aunque ellos al abrirla la encuentren vacía. En describirles los manjares que la pueblan a ver si olvidan las telarañas de su estómago. Les mandan a la socia dela Virgen del Rocío dando saltitos y ya entra el sueldo en casa. Abre la boca la poderosa vicepresidenta o sus rivales y amigos y la be vuelve a ser la be y no la zeta. Se le dispara el tic del ojo a Rajoy y ya encontramos guía para distinguir si la mentira es cum laude o solo digna de un aprobado en falsedad. No, ya ni dudas albergamos. No les creemos. Ni comprendemos siquiera cómo se atreven a declarar nada después de haber sido pillados en tan ingente cantidad de renuncios.

 Si los militantes activos del PP, investidos de periodistas para ocupar puestos claves en la manipulación, nos inundan a diario con portadas e informaciones falaces y exageradas, con auténticas obras maestras de la tergiversación ¿se puede creer algo de lo que cuenten? ¿La previsión meteorológica quizás? Puede que hasta eso esté movido por intereses. ¿Cómo discernirlo pues? ¿Para qué?

Harían falta semáforos para entender a los profesionales de la trampa. Ahora miento, ahora no, ahora sí, ahora no. Cuando el engaño es sistemático, cuando la verdad es una aguja en el pajar, ni merece la pena intentarlo. Decenas de manzanas podridas no dejan nada sano. Litros de tinta negra en el recipiente, lo tiznan por completo.

Todos necesitamos referentes, alguien en quien confiar, personas con credibilidad que enriquezcan nuestro propio criterio. Incluso nos conforten en la seguridad que aporta alguien fiable al lado, un soporte que no se hunde. Pero, señoras y señores del PP –por no hablar hoy de otros partidos-, a ustedes no les creemos. En absoluto. Se lo han trabajado a fondo. Ustedes no son de fiar, no alientan, empobrecen (en todos los sentidos) y no les compraríamos ni un caramelo porque cuenta con grandes posibilidades de estar envenenado.

*Publicado en eldiario.es

La izquierda indigente cultural y los mercados no gilipollas

«Izquierda indigente cultural». La definición procede de un empresario de derechas. Su preclaro autor dirige una concesionaria de autopistas deficitarias, mal planificadas pero mucho mejor estructuradas contractualmente para que sus fiascos los pague el Estado. Se diría que este señor le concedió una entrevista a Jordi Évole, emitida este domingo, sólo para poder decir paladeando cada sílaba: la izquierda indigente cultural. Es que la izquierda no sabe leer la Ley del Suelo de Aznar/Rato en el 98 por la que declararon prácticamente todo el suelo urbanizable. Una decisión que llevaría a astronómicos aumentos del precio de la vivienda y al inflado de la burbuja inmobiliaria. El empresario pertenece a la derecha culta, eficiente y ejemplar de este país. Los que sí saben leer y hacer contratos.

De esa misma derecha, pulida, audaz, brillante, sutil, ha salido el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Como todo el resto del Gobierno, de munícipes y presidentes de CCAA. Montoro acredita una gestión eficaz donde las haya en los impuestos para las grandes fortunas que han triplicado el número de SICAV, y, además, es una persona prolija en declaraciones afortunadas. Ahora acaba de brindarnos una nueva frase de enjundia, de mesura, de profundidad sin límites: «El PP volverá a ganar las elecciones porque «los mercados no son gilipollas»». No, él sabe que los gilipollas son los ciudadanos. Algunos, muchos, ciudadanos.

Rajoy habla para El País y cinco diarios internacionales. Foto: Ricardo Gutiérrez

Rajoy habla para El País y cinco diarios internacionales. Foto: Ricardo Gutiérrez

Nos hubiéramos quedado huérfanos de sabiduría, de democracia genuina, sin embargo, si no hubiera hablado también Mariano Rajoy, el máximo representante hoy de esa derecha extraordinaria, patrón y guía que todo pueblo merece. Tanto es así que el presidente ha sido coronado en su foto por un aura eléctrica. Seis grandes medios internacionales han estado pendientes de su lúcido y elaborado discurso lleno de ideas tan agudas como: “Tener un déficit público elevado y una deuda pública elevada no es bueno y ese es el mensaje que he transmitido a los españoles”. Por más que haya subido ambos, sobre todo la deuda, a récords históricos. Hemos podido leerlo apenas repuestos de este gran hallazgo intelectual: “Creo que hay mucha gente que ha perdido su puesto de trabajo en los últimos años. Lógicamente esas personas tienen más dificultades…”.

Pero lo que realmente el presidente del Gobierno español –o eso creíamos– quería comunicar era que él está para lo que está, nada más: “Lo que más me preocupa es que Alemania tenga claro adónde vamos”. Pobre, lo suyo es ofrecer al mundo su peculiar versión de la realidad, tan deformada día tras día, que se diría padece delirios de mentira compulsiva o… tiene la cara de cemento. Para negar que recibe sueldos en B de una contabilidad B de la que el juez Ruz ve indicios claros, aunque sí admite sobresueldos en A, “como en todas partes” y porque ellos lo valen. Está, sobre todo, para dictar leyes represoras que están causando estupor en Europa, como si no conocieran a la derecha española, reserva inquisitorial del mundo desde los tiempos de Torquemada.

El gobierno de España se lo deja a Merkel, echando un rezo o un puro para que acierte. De momento no lo ha hecho y mucho menos su delegado en la colonia española del sur, Mariano Rajoy. Aunque, según se mire, porque hay gente realmente contenta con la gestión, como hemos ido viendo.

Los mercados no son gilipollas; la izquierda, sí, indigente cultural, de hecho, y la sociedad completa, sojuzgada, cretina de manual, a juzgar por los resultados. Todos los ciudadanos, sí, capaces de mantener una situación que se hace insostenible por todos los flancos y todos lo días. Debería dar qué pensar algo más que España sea hoy el sexto país de Europa con mayor número de ultrarricos. Superando incluso a Suiza. Éstos jamás entraron en la UVI –esa de la que se llena la boca el Gobierno–. En la misma puerta del fiasco financiero, les metieron una transfusión multimillonaria de la sangre que se restó y resta al conjunto de la población, aunque nos dejen exhaustos. El récord de ganancias de los mercados no gilipollas coincide con la pérdida de ingresos netos y de poder adquisitivo del común de los ciudadanos.

Al paso que vamos, haría falta más de un cuarto de siglo para que Rajoy lograra dejar el número de parados tan sólo en el punto en el que se lo encontró cuando accedió al Gobierno. El cuarto trimestre de 2011 se cerró con 5.273.600 personas desempleadas y hoy son 5.904,700, según el INE, y, en similar proporción, el resto de los indicadores. Sólo que todavía es más drástica la reducción de la población activa: 17.807,500 eran los ocupados en 2011 y 16.823,200 ahora. Quien puede, se va. El roto hecho por el PP al trabajo es desgarrador y, encima, lejos de asumirlo, presumen de él.

Depende de para quién se gobierne, desde luego. Porque el empleo ya se desarrolla con las condiciones requeridas: inestable, con sueldos míseros, despido prácticamente gratuito y ninguna garantía laboral. Con miedo y sometimiento por la precariedad. Sólo eso ha cambiado. Es decir, ayuno para la anemia de una sociedad basada en el consumo, y hoy aniquilada.

¿Han podido hacerlo mejor los Montoro, Báñez, Rajoy y toda la representación actual de la derecha española de toda la vida? Para los mercados no gilipollas, imposible. La sociedad es quien ha perdido. La izquierda no es indigente cultural sólo, es vergonzante en ética, miserable en dignidad, más tonta que un higo al menos. Porque esta derecha esperpéntica e inane está cambiando el país de arriba abajo con toda tranquilidad. Una derecha capaz de ir al funeral de Mandela mientras coloca cuchillas para rechazar emigrantes. Tozudas circunstancias que concurren cuando, precisamente, una sociedad elude ser dueña de su destino, capitana de su alma. Todo va a juego.

La recuperación más grande jamás contada

Debe de ser verdad esta vez que la recuperación económica ya está aquí y ha venido para quedarse. Nos lo dicen personas de intachable credibilidad como Mariano Rajoy o Cristóbal Montoro ¿Alguien podría dudar de su palabra? ¿Y sólo de la suya? Incluso el heredero de la Coronatraga marrones gubernamentales y declara sin mover una pestaña que esa recuperación “tiene cimientos sólidos” y “datos elocuentes”. Y el banquero Botín ve el dinero llegando a España a raudales en ese momento “fantástico”. Cómo será que los medios de eso que gustan llamar los extremos del espectro político se apuntan con similar entusiasmo a este momento sin par.

Portada del diario ABC del 20 de octubre.

Portada del diario ABC del 20 de octubre.

¿Cómo, pues, podemos cuestionar ese maná que ya llega con sus varios cuernos de la abundancia prestos a desparramarla sobre nosotros? Son fruto además de la eficaz, valiente y lúcida gestión de un hombre como pocos: Mariano Rajoy. Se lo dice él mismo. Esta esplendorosa situación que vive España se debe a sus reformas. Un solo hombre al mando de un equipo de deslumbrantes primeras figuras “ha dado la vuelta a los augurios catastrofistas”, como jalea ABC. No eran datos, no lo son, es bola de cristal la que evidenciaba la entrada en la precariedad y ésa se ha ahuyentado. También los mercados “auguran” recuperación –en este caso, y ahora– en la versión de El País, que proclama que “España se despide de la recesión más larga de la democracia”. Adiós, bon voyage.

Portada del diario El País del 20 de octubre.

Portada del diario El País del 20 de octubre.

La recuperación, en su entrada triunfal en España, ha dejado en la cuneta, eso sí, a millón y medio de españoles más –duplicando la cifra previa a la crisis– recién caídos en la bolsa de la pobreza severa. Esa lluvia de millones –de euros, dólares, juanes o billetes del Monopoly– que descarga sobre este país los ha arrojado a una esquina donde parece que hay poco más que hambre. Y varios millones más guardan turno en la antesala. Ya no hacen falta más recortes, ni repagos. Los casi nuevos 20.000 millones de tijera que promete el Gobierno a la UE hasta que acabe la legislatura son por el gusto por la austeridad que hemos adquirido los españoles. Los de a pie, que los dirigentes del PP se sacrifican con jugosos complementos a su sueldo en, ay, quizás algunas cosas más que nadie –dicen– podrá probar. Quizás.

Volverán las pensiones, que seguirán siendo casi las más pobres de Europa pero al menos sin recortar, como se ha aprobado ya. Volverán las mamografías. Volverán las vacunas para la varicela. Vaya, pues si acaba de comenzar su restricción en plenos brotes verdes de recuperación. Volverán, a este paso, hasta las oscuras golondrinas.

Fluirá el crédito para las empresas y no tendrán que cerrar 9.000 más este año como prevén sus organizaciones. Pagarán sus deudas adquiridas y se alejarán del récord de morosidad que acaban de alcanzar. Y crecerán el consumo y las ventas en la industria y en el sector servicios, que están cayendo en picado. Ahora mismo, en un momento fatal y de lo más insolidario con el discurso del Gobierno, la banca, el Príncipe y los medios informativos de referencia: mira que no enterarse de la recuperación.

Habrá empleo, al menos se podría volver a las cifras en las que lo cogió Rajoy de un millón de parados menos. Regresarán a casa los emigrantes de todas las edades. En este punto no deja de ser curioso que el presidente, al tiempo que hablaba de la milagrosa recuperación de España, agradeciera a los países iberoamericanos la acogida de emigrantes españoles. Pues ¿no era hasta ahora al revés, que ellos venían aquí? Un momento óptimo vive España.

Se han reactivado un poco las exportaciones, es un signo trascendental. La bolsa está que se sale y nosotros, los ciudadanos, no damos abasto a recoger beneficios. La cola del paro se entretiene mirando el progreso de las cotizaciones. Entra el dinero a espuertas al punto de cegar a banqueros, príncipes y medios informativos del partido, o en apuros económicos. La verdad es que vienen a rapiñar en esta España que el PP ha puesto en venta y de saldo. Fondos buitres para que especulen con nuestros ahorros, solares, edificios u hospitales. Y hasta con el jamón, el pan y la horchata, nada está ya vedado. Y grandes fortunas rusas, chinas, a las que no se pide su historial –limpio o sucio–, adquiriendo propiedades y nacionalidad.

Y a la postre, el relaxing café con leche de siempre. El inflar expectativas que tratan de confundir deseo y realidad para ganar unas pocas voluntades –al menos, de las escasamente aficionadas a cuestionamientos–. No hacen falta muchas, las suficientes para mantener el tinglado. En Portugal –que también ha “salido” de la recesión– anda la gente a voz en grito porque, recuperados y todo, protestan los muy ingratos de que continúen los brutales recortes.

¿”Cimientos sólidos”? ¿La “recuperación”? ¿Qué ha cambiado del modelo económico? ¿Se ha reactivado la ciencia o se la ha cercenado? ¿Pulirse todo el patrimonio público español –y hasta privado– en la nueva versión de la burbuja es un proyecto perdurable? ¿La radical desamortización del Estado emprendida garantiza nuestros derechos? ¿Seguir masacrando a los españoles con recortes de sueldos y servicios sienta alguna base de desarrollo?

Hay un país que ve el Gobierno, los banqueros, los medios de comunicación más poderosos y la Casa Real. O eso nos cuentan. No estaría de más que nos invitaran a vivir en él. Por cierto, ¿y qué tal Bárcenas?

*Publicado en eldiario.es

Chipre dice no

El Parlamento de Chipre ha rechazado penalizar las cuentas de sus ahorradores como le pedía la UE a cambio del rescate de 10.000 millones de euros. Ningún diputado ha votado a favor. En contra todos los partidos salvo el gubernamental que se ha abstenido. Llegarán ahora las coacciones y ultimatúms pero Chipre tiene una crédito con Moscú de 2.500 millones de euros (a pesar de que el país euroasiático aloja a sus defraudadores como paraíso fiscal). Putin, ay,está interesado en unos importantes yacimientos de gas que han aparecido al sur de la isla. La ceguera y prepotencia de la UE podrían salirle muy cara.

 Entretanto, Cristóbal Montoro acaba de anunciar en el Senado que el Gobierno va a imponer un tipo «moderado» a los depósitos bancarios para compensar a las comunidades que vieron anulado su impuesto autonómico después de que el Ejecutivo creara un impuesto estatal a tipo 0%. Dice que será poca cosa. ¿Cómo? Nada. Ni un céntimo. Me advierten que este impuesto estaría dedicado a las entidades financieras y no a los ciudadanos. No es eso lo que pone la noticia, pero, en todo caso, los bancos suelen repercutir en sus clientes cada céntimo que pagan.

 En Chipre ha sido decisiva en esta primera negativa a tamaño despropósito la respuesta airada de la sociedad. Veremos aquí si esta vez alguien reacciona a todo cuanto nos está pasando. La masa ameba suele decir: “nos sacrificamos y entre todos esto lo solucionamos”. Por favor, que paguen ellos solos las cuentas de Montoro que el resto nos desapuntamos.

Del sablazo a los «chuches»: el Gobierno del PP va a subir el IVA

Lo ha confirmado el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro. Como ellos mismos decían es una medida que detrae el consumo y la economía y perjudica gravemente a los ciudadanos. «Es el sablazo que el mal gobernante les pega a todos sus compatriotas que ya están muy castigados por la crisis», en definición de Rajoy que hasta a apeló al pobre niño al que le subían los «chuches».

Pues ahí los tenéis. Y ni a Mariano Rajoy ni al resto del PP se les cae la cara de vergüenza. Ni la mayor parte de los ciudadanos se «REBELAN» como les pedía Esperanza Aguirre. Imperdible el vídeo para los desmemoriados.

Precisamente, Esperanza Aguirre lo explicó con mucho detalle en otro momento y coreando y todo. ¿Dónde están hoy los asistentes a aquel mítin o los que firmaron en contra del IVA?

También ataca el PP a los funcionarios del escuálido sistema público español, uno de los más reducidos de Europa. El que mantiene en pie el Estado del Bienestar en todos ellos.

Cómo será lo que está ocurriendo que Dolores Cospedal, saturada de decir y participar en planificaciones de mentiras, ha tenido un lapsus donde ha dicho la verdad. Habla de Castilla-La Mancha, el modelo a seguir en toda España. ¿O era la Comunidad valenciana de Camps?