¿Está pasando? ¿Lo estoy viendo?

Nunca creí que viviría esto. Una nació a la consciencia responsable entre revoluciones ingenuas de flores e ideales, tras sentir una especie de tenaza difusa en la niñez que obligaba a no hablar de ciertas cosas con nadie y a hacerlo en casa en voz muy baja por si las paredes oían. Vi después que, con esfuerzos y tropiezos, algunas cosas comenzaban a marchar. Y fui testigo privilegiada de la caída del Muro de Berlín que tanto recuerdan hoy las revueltas del Norte de África. Solo éstas, porque también fui descubriendo los graves defectos estructurales del lado occidental del Muro que, llegados al paroxismo, son asumidos por los afectados con una pasividad que enerva a gente como yo y muchos otros.

Hablábamos ayer del insultante acuerdo sobre pensiones y del paro juvenil. Los datos de la EPA de hoy, profundizan en el descalabro. 20,33% de paro, casi 4.700.000 personas, la más alta desde 1997. Crece el desempleo, precisamente, en el tramo de los menores de 35 años. Muy pocos de ellos se jubilarán con el subsidio completo, si es que llegan a trabajar alguna vez. Aumenta el trabajo de las mujeres (las peor remuneradas). El número de hogares con todos sus miembros activos en paro aumenta en 35.600 en el trimestre y se sitúa en 1.328.000. Lo que deja entrever que, sí, que hay que recurrir a la “red social” de Caldera –es decir, la familia como en los países subdesarrollados- y que cada vez más gente se pasa a la economía sumergida, evaluada hace tiempo en el 23% Esta gente, por necesidad o no, nos roba a todos los demás. Y han de existir leyes y parlamentos que pongan coto a tanto desmán. Pero no parecen estar por la labor.

De hecho, me tiene auténticamente irritada el plan que nos prepara el CGPJ para consagrar que, todavía más que nunca, la justicia sea solo para los ricos. Esto dice El País:

El Poder Judicial avala recortar derechos ciudadanos para acabar con los atascos de los juzgados 12.000 recursos contra la Agencia Tributaria esperan desde hace años que el Supremo los resuelva . El anteproyecto legal, supone, en la práctica, un recorte de garantías ciudadanas, puesto que restringe y endurece la posibilidad de los ciudadanos de que sus casos lleguen hasta el Tribunal Supremo. Obliga a los ciudadanos a pagar tasas para interponer demandas, suprime recursos e impone que los ciudadanos que pierdan un pleito contra la Administración (por ejemplo, un recurso contra una multa) paguen las costas del proceso (las minutas de los abogados).

Miro más abajo y veo que han desaprovechado la oportunidad de oro de solucionar el abuso de los bancos en los desahucios. Esto dice el anteproyecto:

«En ningún caso podrá el acreedor ejecutante adjudicarse los inmuebles por una cantidad inferior al 50% del valor por el que fueron tasados». Inferior al 50%, pero sí al 50%.

¿Y los políticos? Las durísimas medidas económicas, el estrangulamiento de nuestros derechos adquiridos, no han servido para crear empleo. Hugomabarca me apunta en twitter: han servido para que suba el IBEX, ayer lo hizo, hoy sigue por el mismo camino. ¿»Tranquilizan» los parados a los inquietos mercados? Los sumisos, sin duda.

Y, entretanto, nos están vendiendo el Estado en el mercadillo. Una vehemente y extraordinaria tribuna del catedrático Antón Costas, dice que, con las Cajas, estamos ante “El mayor desmán financiero de nuestra historia”. Traducidlo a todo lo público que están vendiendo y que, caso de dejar algo los socialistas, el PP terminará de liquidar. Desde el espacio aéreo que les han colado a los indignados y sufridos veraneanetes fastidiados por los controladores, a RENFE y transportes públicos que figuran en el punto de mira del PP, si antes no se les adelanta el PSOE.

Así empieza Costas:

“Tengo en el cuerpo la incómoda sensación de que estamos a punto de cometer el mayor desmán financiero de nuestra historia: la entrega de la mitad, ¡la mitad!, del sistema financiero español, a precios de saldo y desguace, a bancos, inversores privados y «fondos buitres», como les llama un conocido y reputado analista financiero, José Carlos Díez, en su blog».

Ayer unos cuantos salieron a la calle a protestar por el pensionazo. Las teles nos mostrarán hoy a “los violentos jóvenes radicales antisistema» Solo. Cometieron varios delitos, sobre todo éstos: ser radicales, antisistema y jóvenes, ése el peor. La “gente de bien” se asustará que es el objetivo. Pero lo que pasó de verdad, mayoritaramente, fue esto:

Copépodo nos relata la experiencia de convertirse en un «violento antisistema» que vivió ayer. «Yo y el jubileta que tengo al lado, y la señora con una niña (que probablemente sólo pasaba por allí) y se apretuja en un portal. ¡Somos violentos antisistema!» Solo que muestra las técnicas policiales ya ensayadas en Londres, por ejemplo.

¿Será eso lo que nos muestre la tele? Y con lo feo que está criticar y protestar. Es que, como dice el propio hugomabarca, «nunca nos mean a gusto de todos».

http://www.youtube.com/watch?v=bVbk5zeeGYw

Este largo post es porque me voy unos dias e igual escribo menos o nada. Así que hasta añado encuesta. Admite varias selecciones.

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2 + 2 = 4

Tenemos hoy butaca preferente para asistir a la declaración de Jaume Matas. El ex presidente balear comparece en el Juzgado para hacer frente a las acusaciones por 9 graves delitos y a explicar las virguerías que hizo con los exiguos ingresos que declaró para afrontar fastuosos gastos. No es la primera vez que hablamos de ello. Todavía es presunto. Casi tanto como sus colegas que hicieron de Mallorca un festín –quizás de las islas baleares si incluimos los desmanes de Ibiza-. Hasta en botes de Cola Cao, enterrados en sus jardines, han llegado a guardar el dinero robado a los ciudadanos. El dinero y sus recipientes no son presuntos, sólo hay que dilucidar de donde vinieron y adonde fueron, la mano ejecutora. Eso compete a la justicia que hace lo que hace, que este país no da para más.

La novela negra que nos fascina en papel, sucede en la realidad sin que nos conmueva mínimamente. Porque ante la realidad hay que actuar y eso da trabajo y entraña riesgos. El caso es que Mallorca no es un caso aislado. La bancarrota de ayuntamientos y comunidades autónomas nos alerta de que cómo se enriquecieron –privada y colectivamente- con la ubre de la especulación y corrupción urbanística, hoy agotada. Millones de trabajadores tuvieron con ella un empleo ficticio, a cambio de sueldos en muchos casos miserables, del paro de hoy, y de la vida regalada de un número significativo de nuestros representantes políticos. No era una novela, vaya por dios.

Pasemos a otra cosa, que es la misma. Nos asombra que en EEUU no sea un clamor el derecho de los ciudadanos a la salud, que haya costado un imperio sacar la ley adelante, y que varios estados se apresuren a tumbarla antes de entrar en vigor. Allí asumen como natural que sólo tenga asistencia sanitaria –y con ella vida incluso- quien pueda pagarlo. Aquí el PP, con la mil millonaria consorte Dolores Cospedal, dicen que “la ley de dependencia es una sangría para las autonomías”. Si ella misma enferma gravemente, tendrá a sus disposición los mejores médicos y la mejor asistencia, 3 enfermeras diarias en turnos, pero el pobre que se joda –con perdón-. Es lo que manda la libertad, la libertad de mercado. El Estado no debe injerir en asuntos particulares de toda la vida.

Pero resulta que el mercado no funciona. Que hace un año justo el G20 se propuso regenerar el capitalismo y no han hecho absolutamente nada. A quienes deciden por todos, les va bien. Y no encuentran contestación.

Volvamos a nuestra administración, a nuestros gobiernos. Con el dinero robado, con los botes de Cola Cao apretados de billetes, los palacetes, los gastos suntuosos, se pueden pagar muchos asistentes para aplicar las leyes de dependencia, o para todo lo que implica elevar el precario gasto social español, vergüenza de la Europa civilizada.

España tiene un caos organizativo en su Administración, por la que escapa en fluido caudal el dinero de todos. Otro día habrá que detenerse seriamente en ello. Pero por poner un ejemplo de hoy, tenemos que el Consejo General del Poder Judicial, ése que tiene a su cargo que la Justicia funcione, por ejemplo para que las sentencias no se eternicen, va a enviar a 14 de sus miembros a un congreso en Montevideo (Uruguay). Según informa El Mundo, se van a gastar 80.000 euros en 4 días. Y mientras hay ya 4 millones de parados. Y cada hora –estadística propia- un empresario del mundo occidental contrata a un chino por 2 euros diarios, 6 días a la semana, dejando sin empleo a uno local. La libertad de mercado, ya sabéis.

 La suma es redonda para quien se moleste en ejercer una cualidad que en los humanos es prioritaria: asimilar y relacionar conceptos.

  Ayer Felipe González volvió a alertar sobre lo que viene en una conferencia en Nueva York. Se lamenta de que «no se esté aprovechando la ocasión de la crisis para «poner un poco de orden que permita la reforma del funcionamiento del mercado financiero, que salve a la economía de mercado de implosiones sociales que en el futuro no serán contenibles como esta vez». En este sentido, ha afirmado que no puede confiarse en la «mano invisible» de soluciona todo por si solo. «La próxima será una crisis de rebeldía destructiva«.

Una vez más, estoy absolutamente de acuerdo con él. Cuando el «criminal» interrumpa la lectura, audición o contemplación de la trama negra llamando a nuestra puerta, igual las cosas cambian. Bueno, así, al menos, lo hicieron los franceses en acontecimiento histórico.

(No os perdáis los comentarios y enlaces de hoy, son especialmente recomendables)

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