Nos cuenta uno de los portavoces oficiales del PP, el diario ABC, un par de noticias interesantes. Comencemos con la salud:
Rajoy dará más poder a las mutuas para reducir el absentismo laboral. La reforma posibilita que incluso las bajas justificadas sean motivo de despido objetivo. En el régimen vigente enfermar está penado. Me acaban de contar por ejemplo que ahora preguntan ante una prueba médica si el paciente es “enfermo crónico”, porque “lleva otro protocolo”.
No se trata en realidad de primar la raza aria, dado por otro lado que aquí altos, rubios y de ojos azules hay pocos, aunque aquello no fuera una justificación y la propugnará un señor bajito, moreno y feo; la raza, clase, especie o subespecie que protege el PP es la de los ricos y los superdotados de cualquier condición que aspiren a parecerse a ellos. Han de estar sanos, no suponer una carga para el Estado, aunque hayan pagado la sanidad pública con sus impuestos. Entretanto, los ricos con salud débil se costean ellos solos sus tratamientos médicos. No importa que ellos o sus familias hayan obtenido su fortuna en expolios medievales o especulando y malversando en cualquier época.
La raza “caspohispanicus” se protege a sí misma además. José Ignacio Wert que acaba de cargarse de forma expeditiva la asignatura Educación para la Ciudadanía recomendada por el Consejo de Europa, porque toda Europa la estudia sin problemas, ya prepara el nuevo texto. Aquél estaba ideologizada, dice. El nuevo texto se está consensuando, nos cuenta ABC, entre Wert y un grupo de empresarios nada ideologizados para quienes “los manuales de la anterior asignatura denigraban la actividad empresarial y el capitalismo”. Es que nos va de ensueño con el capitalismo, sí, hay razones objetivas para resguardarlo. Por encima de todo y sin contrapesos.
Más aún, el Ministro Wert –desplegando una enorme actividad fruto probablemente de su entrenamiento como tertuliano perenne- va a conceder las becas basándose en el rendimiento y la excelencia del alumno. En la línea del pensamiento de Esperanza Aguirre entre otros. Y volvemos así a la “selección natural” de esta raza “caspohispanicus”. El pobre o clase media tonto, no estudia; el tonto rico sí, a base de insistir y pagar consigue un título. Protegida la especie, se propaga. Como en los amados tiempos de Mary Cheatnut hoy redivivos. Ésa es la razón por la que tanto indocumentado –rico o privilegiado- ocupa actualmente puestos de poder. Son sanos y titulados sacando la chequera.
Recupero ahora un viejo post, que se ha venido cumpliendo como si de una apisonadora se tratase. Y, de él, el ideario del presidente del Gobierno, un señor moreno, con poca cultura, defectos en el habla… española, porque otra no conoce. Un ejemplar, en definitiva, prototipo de la raza “caspohispanicus”.
Rajoy no cree que todas las personas sean iguales y tengan la misma capacidad. Para él la desigualdad es consustancial género humano. “Faro de Vigo”, 4 de Marzo de 1983”, Rajoy firma un texto titulado “Igualdad humana y modelos de sociedad”. Y dice: “Ya en épocas remotas se afirmaba como verdad indiscutible que la estirpe determina al hombre (…), era un hecho objetivo que los hijos de ‘buena estirpe’ superaban a los demás“.
Por ello, “todos los modelos, desde el comunismo radical hasta el socialismo atenuado, que predican la igualdad de la riqueza” tienen como objetivo imponerla y son “radicalmente contrarios a la esencia misma del hombre (…) y por ello, aunque se llamen modelos progresistas, constituyen un claro atentado al progreso porque contrarían y suprimen el natural instinto del hombre a desigualarse, que es lo que ha enriquecido al mundo y elevado el nivel de vida de los pueblos”.
Un año más tarde, Rajoy comenta en el mismo periódico un libro “La envidia igualitaria”, de un ilustre -e ilustrado- franquista, Gonzalo Fernández de la Mora. Y describe la desigualdad humana fundada en los genes de mayor o menos calidad: “El hombre es desigual biológicamente, nadie duda hoy que se heredan los caracteres físicos como la estatura, el color de la piel y también el cociente intelectual. La igualdad biológica no es pues posible. Pero tampoco lo es la igualdad social: no es posible la igualdad del poder político”.
Rajoy traduce la desigualdad en la que cree, al descender al terreno práctico y echarse las manos a la cabeza porque la Declaración de la Renta impone baremos distintos: “¿Por qué, mediante la imposición progresiva, se hace pagar a unos hasta un porcentaje diez veces superior al de otros por la misma cantidad de ingresos? Para penalizar la superior capacidad, o sea, para satisfacer la envidia igualitaria”. Es imposible, por cierto, que la cantidad percibida sea la misma. En ese caso se aplicaría el mismo porcentaje. Sospecho que los ingresos globales, los niveles de renta, sí deben ser algo distintos.
Durante siglos sólo las clases privilegiadas tuvieron acceso a la educación. Y no implicaba que fueran más listos. Poco a poco se fue consiguiendo democratizar la enseñanza para brindar oportunidades a todos. El problema es que tampoco estas medidas del gobierno de Rajoy –que implica la recuperación del clasismo- afectará a sus votantes. Ellos, los españoles en general, ya se sienten superiores porque habitan una casa propiedad de un banco durante los próximos 30 años.
Un pacto por la educación es vital para la España analfabeta funcional en que la vivimos. La educación obligatoria hasta los 18…. ¡o los 81! con continuas campañas de reciclaje de los adultos. Y como primera medida para labrar un futuro distinto: Educación para la ciudadanía obligatoria y auténtica –como sucede en el resto de Europa sin problemas- extensiva a los padres que se oponen a que sus hijos la aprendan, y, sin duda, a los gobernantes. La educación actual –y no sólo en España- asiste a una progresiva frivolización tendente a seguir infantilizando a la sociedad. Ése es el camino a abordar. Pero… vamos en dirección contraria.
Los artículos completos de Rajoy aquí.