Federico Mayor Zaragoza: Recuerdos para el porvenir

Fue como encontrar la brújula guardada en un cajón y recordar dónde está el norte. Y, naturalmente, el sur, el este y el oeste. Agobiada por la deriva que está adoptando nuestra sociedad, un acto, un libro, una persona -y cuantas van con ella-  abrieron una ventana. Federico Mayor Zaragoza acaba de presentar  “Recuerdos para el porvenir”, referentes y valores para el siglo XXI. En un momento el que los Derechos Humanos están siendo seriamente vapuleados –y lo que es peor, obviados, ignorados-  es incluso saludable escuchar a quien ha hecho de su defensa razón de vida.

Federico Mayor Zaragoza es uno de esos escasos compatriotas contemporáneos que han dotado a la Marca España de auténtico prestigio y dignidad. En la cumbre de la madurez,  ha cuajado un libro en el que escribe de personas que “le han dejado una huella indeleble”. Habla de referentes y de valores, de ética, dignidad, humanidad, confraternización… Un discurso radicalmente opuesto a la mediocridad reinante, a la pérdida del norte y la brújula que caracteriza este tiempo. Un discurso profundamente constructivo e inspirador.

La sociedad no debería quedarse inerme en manos de estos forajidos que nos colonizan. Políticos que olvidan hasta los trazados de la democracia en aras de su propio interés y de aquellas élites a las que representan. Gobernantes saqueadores de lo público gracias a su cargo. Estafadores de todo principio de honestidad. Periodistas manufactureros de carroña al servicio del poder. Ciudadanos tibios, inconscientes del mal que causan. Hay otros, menos visibles a lo mejor, que trabajan seriamente cada día sin producir esa otra insufrible repugnancia.

Lejos de un tópico y frío relato de vidas ejemplares, Mayor Zaragoza evidencia que en todo tiempo ha habido y hay personas que han hecho realidad las utopías.  En el grado que sea. Y creo que es una luz para retomar el camino.

Aprender de Nelson Mandela el valor de la reconciliación.  De Mijail Gorbachov, la imaginación.  De Rigoberta Menchú o M´Bow, la existencia y defensa de los Derechos Humanos Universales. De Mario Soares, la visión global. De Arafat, Simon Peres e Isaac Rabin que la paz es posible. De José Luis Sampedro y Stéphane Hessel, la implicación, el compromiso. El mismo que tiene Mayor Zaragoza. Una de las pocas voces que clama contra las atrocidades que está cometiendo ahora mismo Israel con los palestinos y critica el silencio de la Unión Europea y de nuestro gobierno.

Permanente defensor de los derechos de la mujer. En constante denuncia de la pobreza y el gasto en armamento. Una vida intensa en la que Mayor Zaragoza ha estado con nombre propio en escenarios esenciales y que le ha permitido conocer de primera mano a quien importa, grande o pequeño. Para aprender y compartir lo aprendido. Siempre le he visto, en todos los actos, tomando notas en un pequeño cuadernillo.

“Los que no bajan a la calle y se funden con la sangre de su pueblo, con el barro de su tierra, con las manos de sus gentes… de displicencia mueren “,  le escribió a Indira Gandhi.

“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su procedencia o su religión. El odio se aprende, y si es posible aprender a odiar, es posible aprender a amar”, decía Nelson Mandela,  de quien repasa múltiples vivencias compartidas.

Federico Mayor Zaragoza es un referente para mí. Lúcido, valiente, comprometido, nunca falsamente neutral, positivo.  Forma parte de un hecho importante en mi vida, además, que tuvo trascendencia. Surgió en una manifestación contra la pobreza en la que ambos leíamos un manifiesto. Hablamos mucho en las pausas de las paradas. De aquel libro de Hessel, Indignáos, que recién publicado arrasaba en Francia. España precisa muchas más indignaciones y a todas las edades, pensé. Y de ahí surgiría más adelante la idea de Reacciona, el libro español de no ficción más vendido en 2011. Con Sampedro y Mayor Zaragoza, y otros autores rotundos. “En un momento en el que los seres humanos comenzaban a inquietar a los poderosos”, escribe Federico Mayor.

“Tendréis que cambiar de rumbo y de nave”, destaca de José Luis Sampedro, otro enorme ejemplo y afecto esencial.  Y muchas de sus grandes ideas, guías  permanentes: “Tapona tus oídos contra toda sirena, átate al duro mástil de tu barca y, obediente a tu brújula secreta, pon rumbo a la aventura irrenunciable: el viaje hacia ti mismo”.

Regresar a la actualidad soez, de gritos y mezquindades,  es un duro choque. Aunque más fácil con pautas para sobrevolarlo, para ver el profundo error de dejarse succionar por esa mugre.  Con los pies hundidos en el chapapote es arduo andar, no digamos ya, volar. Bien distinto sería si al menos media docena de ideas de entidad, de reflexiones, de valores, ocuparan lugar destacado diariamente entre el adocenamiento mediático, político y, como consecuencia, social.

Es posible. Una y otra vez recuerda el que fuera Director General de la UNESCO el peligro mayúsculo de los fascismos. Una y otra vez, brinda como llave el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuando nos remite a no tener miedo.

Rigoberta Menchú saluda sus mañanas diciendo: “Perdona, amanecer, por no haberte recibido como mereces”. Mayor Zaragoza con ese recopilatorio que se hace al abrir los ojos, pensando en los instrumentos y pautas disponibles. Para “cada mañana, abordar la hoja de ruta del milagro de la vida”, dice.

“Los ojos se habitúan a lo tenue, la espalda, a estar sin alas”, cita de Mario Benedetti en la introducción. Limitaciones que coartan hasta cierto punto cuando se sabe volar.

Yo me agarré a una frase suelta en el aire cuando Mayor Zaragoza hablaba de la poderosa creatividad del ser humano, de sus logros cuando se lo propone:

“Lo inesperado es nuestra esperanza. Ojalá surja algo”.  Otra vez. Porque así ha sido a lo largo de la historia. Y ni todos los camiones de inmundicia han logrado parar el mundo. Darle una buena sacudida, sí. Y así estamos ahora. En un momento crítico en el que peligran pilares fundamentales. Una larga trayectoria permite ver, sin embargo, como dice Mayor Zaragoza, que “los “imposibles” hoy pueden ser realidades mañana».

Cifuentes y el laberinto de la indecencia

Hasta este 25 de Abril no ha dimitido Cifuentes de la presidencia de Madrid. No ha sido por las múltiples razones que lo aconsejaban, sino por un vídeo cuya difusión huele a cloacas del Estado. Sucio sobre sucio.

Aún llama más la atención lo que publiqué solo el día 17, hace una semana. Y no es que no se viniera venir.

Cifuentes es una mala noticia. Y lo será hasta que quede fuera de la vida política, en la que no merece estar. Lo peor es que el PP es una mala noticia. Y son tantos sus cómplices o colaboradores que España viene siendo una mala noticia. Queda, por supuesto, el periodismo que vigila el poder sin ataduras como es su obligación. La buena gente de toda profesión y circunstancias. La que lucha cada día por su proyecto vital imbricado en un mundo mejor. Pero poco se puede hacer –aun siendo ciclópeo el esfuerzo – con esa losa inmunda de mentiras, trampas, estafas y, en definitiva, corrupción.

Palabras desnudas, duras, reales, sin embargo. Una sociedad merece ser gestionada por personas eficaces y en las que se pueda confiar. Podría aceptarse incluso que, transitoriamente, cometieran algún error en la administración, pero entregar todo lo tuyo a quienes demuestran ser nada fiables por mentirosos y rastreros es inconcebible en una sociedad sana. O una sociedad libre. Quizás el secuestro de la decencia y de la valentía para defenderla explique lo que está pasando.

Está pasando desde hace tanto tiempo, en tantos frentes, que los españoles parecemos prisioneros en un laberinto en el que giramos sin encontrar la salida. La presidenta de la Comunidad de Madrid elige ahora la versión de «renunciar» a un máster que no hizo culpando a la Universidad. Y ya estamos otra vez en «la espiral», que dicen, de opiniones a favor y en contra, algunas de ellas con un tufo a clan que apesta. No es una espiral, son círculos cerrados y concéntricos que nos atrapan sin salida. La tiene, cuando rompamos el cerco. Todos o en cantidad suficiente porque muchos somos conscientes del problema, pero hay demasiada gente taponando las puertas de evacuación.

Una ciudadanía decente –o libre, ya digo – hubiera exigido responsabilidades tajantes por lo ocurrido. Que no es solo un título, es una forma de ser y actuar. Un clan. Por eso, los más cercanos, los suyos, «aplauden la estafa», como decía Ruth Toledano. Y la aplauden una y otra vez. Y medios o periodistas aplauden buscando disculpas, o puntos de vista que alivien la culpa. No exijan que pidan perdón, somos personas adultas y esto es un país, no un colegio ni una familia. Ni siquiera somos nosotros de esa familia tan bien avenida para sus fines. Despierten los ciudadanos. El viento que despiden los aplausos no avienta mentiras y delitos, son bofetadas a mano abierta en la cara de las personas decentes.

Siempre dando vueltas en el laberinto cerrado. El PP esparciendo basura prefabricada ajena porque sabe que hay gente que les aguarda con toda la boca de par en par para creerlo. Los socios buscando su propio interés. Es tan claro. Suban, tomen altura, miren. Es una tragedia. Una ópera bufa en realidad, con víctimas reales.

Nos sale muy caro como país. Esta laxitud en la decencia es un lastre que nos frena. La afición por la trampa, la comprensión con la trampa en distintos grados.

Olvídense de la Picaresca -quienes aun la invocan-  y avancen de una vez, al menos, hasta el Siglo de las luces. ¿Saben a quién se ha traído el presidente de la República portuguesa en su visita oficial a Madrid? A l rector de la Universidad de Coimbra y a la presidenta de la Fundación Gulbenkian. Aquí andamos sobrados de zotes con ínfulas, en el poder y entre quienes los encumbran.

Pensaba escribir hoy de las graves medidas económicas destinadas a ahogar a los que tengan menores capacidades para sobrevivir, pero otra vez hay que hablar de Cifuentes, el PP, sus colaboradores, el sistema completo. Y no sin causa porque es el magma en el que nos asentamos. Ese sustrato podrido en el que se tambalean los cimientos.

«No se hará nada. Puede hasta seguir Cifuentes. No se exigirán responsabilidades» . No les falta razón a quienes se lamentan así derrotados, porque estamos viendo un doble rasero chirriante. Con casuales coincidencias en postulados ideológicos. Conservadores. Y escasamente diáfanos. Y vuelve el mareo de las opiniones en buena parte interesadas, de Cruzada, de combate. Todavía más visible y desproporcionado en el otro gran tema de la actualidad: Catalunya.

Los jueces del Supremo desprecian los argumentos del tribunal alemán sobre Puigdemont. Entre atajos y valoraciones emocionales, dando la nota pazguata.

Una falla inmensa nos aqueja como país cuando se argumenta, por ejemplo, que el Juez Llarena merecería serias críticas por sus actuaciones en el proceso independentista pero que no se puede presentar una querella porque “ninguna instancia en este país va a atender las quejas por este atropello”. Lo escribió aquí Elisa Beni. Y no le falta razón en la realidad de los hechos. Pero entonces el problema real alcanza proporciones desorbitadas.

El catedrático Javier Pérez Royo creía imprescindible esa querella. Viene siendo muy crítico con las actuaciones políticas y judiciales en el caso, en conjunto y por partes. «Llarena – adujo en concreto– , «no identifica ni una sola norma jurídica en la que descanse su decisión de no permitir que Jordi Sànchez acuda a la sesión de investidura. Repito: ni una sola norma jurídica».

Son realidades que conviven y que nos dejan un panorama desolador, extensible a múltiples problemas que nos afligen. Va a resultar que el laberinto del que les hablo, encima tiene los muros pétreos y, por eso, Elisa Beni, nos explicó que «las querellas no son una buena idea como no suele serlo darse cabezazos contra las piedras».

Cautivos, vencidos y con sensación de impotencia. Y encima con la orquesta alrededor de banderas y trascendentales cuestiones cívicas como el cambio de los rótulos de las calles. Carceleros con un pie dentro, verdugos y víctimas.

No todo está perdido, por supuesto. Asombra ver lo fácil que sería salir de esta situación. Hay jueces, periodistas, políticos, ciudadanos que hacen su trabajo, entienden la honestidad, la decencia, la ética, como lemas de vida y aspiran a respirar un aire limpio. A tener gobernantes en los que confiar, periodistas a los que creer, conciudadanos libres de los que sentirse orgullosos como parte de un todo.

Sí se puede. No se quiere. Se debe

En cualquier país serio, Cristina Cifuentes ya no sería Presidenta de la Comunidad autónoma de Madrid. Aquellos que han participado directamente en el fraude de este título universitario estarían respondiendo ante la justicia. Y los partidos y medios que venían sustentado el tinglado completo –podemos ya hablar de un tinglado completo- habrían roto amarras sin tentarse ni un minuto más  la ropa. En un país serio, la sociedad demandaría estas respuestas con firmeza.

Cifuentes está acabada como presidenta. La Universidad Rey Juan Carlos admite que su máster funcionaba de manera «gravemente irregular». Pero ni aun así se exigen las responsabilidades pertinentes. Siguiendo el protocolo PP, el protocolo España, la van cercando a indirectas, apenas una semana después de que la llenaran de aplausos en Sevilla. Aunque, en aras del mismo manual, deciden enrocarse un tiempo más como aconsejaba Cospedal: hay que defender lo nuestro y a los nuestros. Lo que implica emplearse a fondo en el «Y tú más» que tan buenos resultados ha dado al PP. El propio Mariano Rajoy se ha puesto hoy a la tarea. Sin el menor escrúpulo.

PP Comunidad de Madrid

@ppmadrid

📢 @marianorajoy: «No existe ninguna razón para romper un acuerdo que se está cumpliendo. No entiendo la postura de C’s. @ccifuentes ha dado sus explicaciones ante los medios y ante la Asamblea de Madrid».

El caso Cifuentes, descubierto por eldiario.es, ha sido mucho más que una investigación periodística concreta, ha destapado un entramado de privilegios y trampas en titulaciones universitarias. Para marcar élite, casta. Y sin esfuerzo. Desde luego, la llave Cifuentes ha abierto una cloaca que nos ensombrece como país.

Han aparecido más titulos prácticamente regalados. Como el máster de Pablo Casado, que termina aderezado de un «posgrado en Harvard» que resulta ser un curso de cuatro días en Aravaca, Madrid, y con otro de la misma universidad y uno más de Georgetown . Tres en un solo verano, 2008.  Los  cursos “exprés” a altos cargos de la Policía para lograr en un año una licenciatura que cuesta obtener cuatro.  Las ofertas a mitad de precio a los afiliados a Vox. Las actualizaciones de currículos en el Congreso que afectan hasta a la propia presidenta, Ana Pastor. A ciertos políticos les gusta presumir de títulos que dudosamente han obtenido.  Mientras mermaban becas, subían tasas e insultaban a quienes han de sacar sus estudios con enorme esfuerzo.

Lo de Cifuentes va más allá de un inflar el currículo, ha sido un recital de falsificaciones, mentiras, soberbia, arrogancia, amenazas, censura y venganza: ha llegado a presentar querella para mandar a la cárcel a dos periodistas de eldiario.es por informar de su triste verdad. Sus colegas aplaudiendo, tantos minimizando el hecho como el tipo del PP de León, nos demuestran que en España mandan seres sin un mínimo de ética.

España está colapsada en su fluir de progreso, de convivencia. Los tramposos, los aprovechados, los sinvergüenzas, atascan el funcionamiento de cualquier vía o sociedad.  A cambio, tenemos al partido en el gobierno, el PP, formateando a su gusto la sociedad.  Adoctrinando –con este verbo- a escolares en un remedo de la Formación del Espíritu Nacional. Segregando la enseñanza por sexos y encima con cargo al erario público. Con la Fundación Franco amparada. Con el Ducado de Franco vigente. Con cuatro ministros cantando   el novio de la muerte. Multando a dos periodistas por alterar el orden de una procesión en Sevilla. Multando a manifestantes antimuro en Murcia por “comer pipas en actitud desafiante”. No damos crédito a la involución impuesta por el PP. Al recorte de libertades.

Rajoy, a quien acusan de poco espabilado, lo prevé todo con tiempo. En 2012, poco después de llegar a la Moncloa, el presidente del gobierno adelantó objetivos: “Rajoy planea lograr el Estado más barato de Europa occidental esta legislatura.  Se quiere bajar el gasto público al 38% del PIB”. No ha sido en la primera, en la segunda lo tiene ya a punto. Adelgazando la inversión en los ciudadanos al punto de dejarnos como europeos de segunda.

Con el recorte de libertades hizo lo mismo. No era solo la Ley Mordaza, lacerantemente vigente aún. Era la reforma del Código Penal en el mismo sentido y el apartado concreto del Pacto antiterrorista, luego antiyihadista. El PSOE de Pedro Sánchez lo firmó. Ciudadanos se apuntó encantado. Criticaron y coaccionaron a Podemos por no adherirse. Varios periodistas de eldiario.es, por ejemplo, advertimos del gran coladero que representaba. Ignacio Escolar. Iñigo Sáenz de Ugarte. Yo misma. También vemos ahora los resultados: todo es terrorismo. Incluso sedición y rebelión. Tienen a la ciudadanía atemorizada pensando dos veces expresar cualquier opinión. Salvo que sea de extrema derecha, como ha demostrado entre otros Jiménez Losantos.

Recapitulemos en un escueto balance:

  • Múltiples casos de corrupción, robando el dinero de todos.
  • Trampas hasta en los títulos universitarios.
  • Sorprendentes actuaciones judiciales que ponen en duda la separación de poderes. Las andanzas de la Fiscalía, el Supremo, el Ministerio. El sopapo dado por Europa, de momento, a esa justicia en el caso catalán.
  • Un Estado del bienestar en declive. Den por mermadas las pensiones, la sanidad… y por alimentados los medios de acallar protestas.
  • Brigadas mediáticas de lavado de corruptos y tinta de calamar para embadurnar a los contrincantes. Todos son iguales, lema a difundir. Y no lo son.  Pero muchos se lo creen. Por afición personal y por el lavado de cerebro diario. Lo de RTVE es deleznable, pero sus colegas no le andan muy lejos. No tienen más que comparar con el periodismo independiente y pensar en lo diferente que seria nuestra vida sin tanta manipulación mediática. Se puede.

En un país serio, repito, Cifuentes no sería ya presidenta de la Comunidad de Madrid. Y ni siquiera resolvería el gran problema de fondo. En un país decente, el PP no estaría en el gobierno de la nación. Los partidos que le dotan de la mayoría absoluta de la que carece no lo dudarían un día más, no pensarían en sus sillones. O no tanto como en limpiar esta mugre que atasca las arterias de la sociedad. Asusta ver a tanto demócrata callado.

Sí se puede abordar un futuro más limpio. Pero no se quiere…

Aquí se han retratado todos ya. Las excusas se ven con toda claridad. En tanto Cifuentes se decide a marcharse o se deciden a echarla,  Ángel Gabilondo dio una lección de dignidad al presentar una moción de censura contra la presidenta, buscando una solución hasta las elecciones, ha dicho. Sin posibilidad de salir, eso sí, si Ciudadanos dice no. El partido naranja quiere otro miembro del PP.  « Nunca vamos a permitir un gobierno de izquierda radical«, dijo Aguado. Ni Cifuentes, ni Rajoy al que siguen apoyando. Comparten políticas y la ideología de corte autoritario como han demostrado en Catalunya.

El problema del PSOE es que -además de con muchas cesiones-  cuenta con barones y baronesas, una parte de la militancia y del electorado que, siendo conservadores, no se quieren enterar. Un pacto de izquierdas les suena a echarles un gato irritado a la cara.

En Podemos, más que en Unidos Podemos, han elegido de nuevo el momento crítico para reavivar rivalidades y desactivar  electorado. Lo insostenible de Cifuentes y Rajoy lo tienen perfectamente claro.

Sí se puede. Y se debe. Sobre todo, se debe.

¿No ven el camino en el que estamos y al que nos conducen? ¿Creen que una varita mágica les dará el gobierno a cada uno de los aspirantes? Déjense de excusas y autocomplacencias, esto es insoportable. Revisen las fuerzas políticas serias su ubicación. Escíndanse si es preciso como la gran Pangea y dense formas nuevas eficaces. Pero sumen de una vez. La historia no va a perdonarles. Las víctimas de esta sinrazón, presentes y futuras, tampoco.

 

*Publicado en eldiario.es 13/04/2018 – 

¿Sustituirán las urnas por encuestas?

El mercado de encuestas en España presenta un surtido que para sí quisieran las fruterías de lujo. Hay para todos los gustos. El mostrador más colorido es el diario de Pedro J. Ramírez llamado El Español  –que parece hacer sus encuestas en la puerta de las sedes de Ciudadanos-.  Según la que acaban de publicar el “apoyo a Ciudadanos sube en todas las franjas de edad y se multiplica por 7 entre los mayores de 65 años”. Villacís, dicen en otra,  va a conseguir la alcaldía de Madrid. Sola o en compañía de otros: el PP.

La Razón nos cuenta que el 69 % de los votantes del PP quieren a Rajoy como candidato. La de Metroscopia para El País dice todo lo contrario: el 63% rechaza a Rajoy y solo lo desea como opción el 35%.

Metroscopia da ganador a Ciudadanos con 8 puntos por encima del PP.  Lo comparte la de Público, aunque con menos diferencia: 4 puntos. En El País sin embargo advierten de una bajada o ralentización del partido naranja y de una subida de Unidos Podemos. Dedican un artículo separado para describirnos “el lento descenso del PSOE”.

Ah, pero el partido que lidera Pedro Sánchez ha hecho estudios internos –con una relectura de todo este maremágnum, decía Ábalos- y  prevén ganar las municipales y europeas por amplio margen. Tanto que dejan a sus competidores a bastante distancia. Incluso a Ciudadanos y, desde luego, a Podemos e Izquierda Unida que andan por los suelos demoscópicos en su valoración. Pablo Iglesias declara, en La Sexta, que las encuestas han tenido fallos importantes últimamente.

Y en medio aparece Ciudadanos dispuesto a dilucidar sus “marrones” vía encuesta. Qué hacer con Cifuentes, por ejemplo, como publicó en exclusiva Eldiario.es. Dudaban entre mantenerla como presidenta, apoyar la moción de censura del PSOE, gobernar con estos, gobernar con el PP… toda la gama. Por fin decidieron pedir su dimisión a 21 días vista, plazo que ahora han acortado. El clamor popular y la manifestación en la Universidad Rey Juan Carlos mostraban, sin duda, claros estados de ánimo. Lo que propone Ciudadanos no es consultar a sus militantes o hacer un referéndum, sino encargar un sondeo de mercado para ver qué quiere escuchar el electorado. Unas cuantas llamadas y a ver qué es lo que más conviene.

Lo dicen los expertos. José Juan Verón, investigador de la Universidad San Jorge de Zaragoza, define a Ciudadanos –para Eldiario.es- como «un camaleón ideológico», que «adapta su discurso a lo que la gente quiere oír». La definición más precisa de oportunismo.  Sus cambios de 180º en cuestiones esenciales lo hacen un partido de opiniones mutantes. Pasó con el 8M cuando vimos a Albert Rivera y Ciudadanos en pleno marcarse un cambio de chaqueta feminista, con lazo violeta incluido. Decidir por encuestas, por estudios de mercado, nos lleva a una dimensión alarmante.

Metroscopia y yo

Tengo que contarles algo, además.  Hace dos o tres semanas, recibí una llamada de Metroscopia –real, lo comprobé- para contestar a una amplia encuesta. Eso que no pasa nunca, me pasó a mí y experimenté una singular alegría. Responder a Metroscopia no era un sueño. Metroscopia además, no los Report esos de tres al cuarto.

Lo llamativo es que no se ha publicado. No tenía porqué, sé que El País no es el único cliente. Desde luego, no ha sido utilizada o no en su totalidad en la primera publicada ahí desde entonces. El domingo, día 6, en el El País, elaborada  -dice- los días 4 y 5 de Abril.  Conclusiones exprés por tanto de ésta. A mí me preguntaron con una gran profesionalidad. Tengo por ahí unos cursos de Sociología y Ciencias Políticas, sin terminar esa carrera y no ha habido atajos cifuenteriles para esa titulación. Conocimientos quedaron. Y afición. Los datos de mi perfil los aporté  yo misma. Podían no ser ciertos. No había sido seleccionada más que por el número de teléfono móvil. Aleatoriamente. Al parecer.

Me preguntaron por la situación política, la economía, los partidos y líderes. Lo habitual. La persona entrevistadora era un punto receptiva, no una máquina. No le extrañaron las bajas calificaciones a todas estas cuestiones, salvo cuando –tras ser severa con PP y PSOE-  cateé a Ciudadanos. Que, vaya por dios, también llegaba en tercer lugar, en vez del cuarto que ocupa por los votos obtenidos en las últimas elecciones. Mis respuestas no parecían seguir la tónica de otros.

Metroscopia preguntó ampliamente por el Procés catalán. Exhaustivamente, diría. Con múltiples cuestiones cruzadas. Planteaban posibles soluciones hasta con cambios en la Constitución. Por la sensación de si el PP iba a resolver el problema y cómo debía hacerse.

Consultaron sobre el papel del Rey en la cuestión catalana, si lo aprobaba o lo suspendía. Tras dar mi nota, comenté que nunca sacan encuestas sobre la Corona. La persona con la que hablaba respondió que siempre lo preguntan. Luego alguien tiene esos datos.

Este martes, sabemos por El Confidencial, que el Rey aprovechó su visita a Barcelona en una entrega de títulos varias veces aplazada, para comer con “empresarios catalanes de la denominada ‘tercera vía‘ —partidarios de un pacto político en Cataluña—“. Será casualidad pero se me ha venido la encuesta de Metroscopia a la cabeza. Corren tiempos tan extraños que se agitan las percepciones.

Otro apartado de la encuesta fue para decidir sobre el uso de fertilizantes tóxicos en España. La Unión Europea quiere prohibir algunos, qué pensaría yo si el gobierno insiste en mantenerlos. Ya se imaginan lo que dije. Y no acabaron aquí las sorpresas.

Ya estábamos acabando. Quedaban preguntas “sobre consumo”.

-¿Conoce usted los chorizos en uve?

-¿Cómo?- pedí aclaración mientras por mi cabeza pasaban todo tipo de imágenes asociadas a políticos a los que habíamos dedicado un buen espacio de tiempo en la conversación.

-Sí, esos chorizos que llevan atadas las dos puntas.

-Ajá. No suelo comer chorizo pero diga, diga…

-¿Recordaría alguna marca?

No, no recordaba en ese momento marcas de chorizos en uve. De nuevo me vino la imagen de cierto partido.

-Le diré yo algunas y usted me dice sí las conoce.

No había oído nada de la mitad de ellas, y muy poco de las otras. No estaban las marcas más famosas.

Tras darnos mutuamente las gracias, nos despedimos.

Deduzco que en el viaje de las encuestas se aprovecha para pulsar la opinión sobre temas diversos. Hasta para chorizos en uve, come ven. Sobre este material, además, se aplica cocina. Y la cocina se muere de gusto por los platos naranja. No es aséptico, induce memoria de voto. En las entrevistas periodísticas preguntan a los líderes de Ciudadanos incluso en primer lugar, como si los sondeos hubieran sustituido ya a las urnas. La realidad son 32 diputados en el Congreso, 3 millones de votos y la mitad del porcentaje que le adjudicó Metroscopia tres semanas antes.

Los dispares resultados de las encuestas de estos días -y su variedad de objetivos- habrían de despertar las alarmas. Seguramente pagan los más rigurosos por los menos, pero las encuestas están alcanzando una notoriedad como valor de referencia que en absoluto tienen. Tampoco es su misión. Nunca, nunca, las respuestas de un grupo mínimo de personas a un teléfono anónimo pueden suplir a las urnas, ni siquiera complementarlas. A unas elecciones con todas las garantías de rigor y, sobre todo, abiertas a todo el censo, a millones de personas que pueden participar. Con candidatos que exponen su programa y no que recitan clichés publicitarios o apelan a bajas y altas pasiones emocionales.

Estamos en terreno cenagoso. El marketing no puede sustituir a la política, la demoscopia no puede tomar el papel de la democracia. Las consecuencias de esta deriva pueden conducirnos a un Black Mirror  en donde nos siguen robando, utilizando y mermando los servicios, mientras unos cuantos deciden dándole al “Me gusta”.

 

 

*Publicado en eldiario.es 10/04/2018 – 

A esta España le revientan las costuras

Nuestro ánimo, el de los ciudadanos decentes, va estos días como un acordeón. Y no porque seamos emocionalmente inestables. De repente,  el sistema que venía avisando de graves desajustes, se ha abierto en canal por varios frentes esenciales. Lo ocurrido va más allá, con ser mucho, del máster de Cifuentes o del ridículo internacional en la persecución del Procés catalán.  La mugre que ha quedado al aire intoxica.

Todo lo aflorado en este par de semanas trepidantes nos ha situado ante una realidad insoportable que sin embargo se ha sedimentado. La cultura de la apariencia, el gusto por la farsa, la trampa y la mentira. El uso particular de lo público. La cadena de favores y temores clientelares. La amenaza como defensa. La existencia de una tupida red. Lo que Cifuentes ha hecho no es otra cosa que aplicar el protocolo habitual en el PP, con Rajoy de máximo oficiante. Negar hasta las más palmarias evidencias y lanzar acusaciones como maniobra de disuasión. Sembrar la duda por ver si todavía quedan votantes que crean en los cuentos de hadas. Que los hay. Y ahí permanecen aunque las letrinas desbordadas les lleguen a la boca. El modus operandi se aplica con eficiencia en toda eventualidad.

El caso Cifuentes es paradigmático. Durante unos días, desde el 21 de Marzo, fuimos leyendo en eldiarioes un cúmulo de informaciones de estrepitoso escándalo que partían de una bomba para las personas decentes, para los miles de ciudadanos que se esfuerzan en cumplir la legalidad: Cristina Cifuentes obtuvo su título de máster en una universidad pública con notas falsificadas.

Sigue una primera comparecencia exculpatoria de la Rey Juan Carlos. Los vínculos y puestos obtenidos por participantes en el caso. El instituto que opera con fondos públicos y lucro privado dentro de la universidad. Los trasiegos de la amiga cambiando notas con una habilidad mágica. Las presiones buscando coartadas. Las firmas falsas en el tribunal. Las continuas mentiras de Cifuentes.

La comparecencia de toda una presidenta de la Comunidad de Madrid en la Asamblea que le pide cuentas helaba la sangre. Empecinada en la negación, con  tono alto y chirriante, plena de arrogancia, esparciendo basura y amenazas, querellas con petición de cárcel a los periodistas Ignacio Escolar y Raquel Ejerique por informar. Sonriendo, despreciando, y dando muestras de la certeza de sus apoyos. Es evidente que no ha actuado sola. Ninguno de ellos lo hace. Y que no está sola aún. Hasta este momento al menos. Ya llegará el «esa persona de la que usted me habla» y, con suerte, una buena colocación en el organigrama.

Argumentan los portavoces de Podemos y el PSOE, regurgita a Cifuentes el del PP, y llega Ignacio Aguado de Ciudadanos y anuncia: “Hablaré con PSOE  y Podemos para que esta misma tarde… Pongamos en marcha una comisión de investigación”. ¡Una comisión de investigación!  La sensación de impotencia, de tristeza, invadió a muchos ciudadanos.  Se convirtió en tema de conversación hasta con desconocidos. Y ahí se mantienen: Ciudadanos no ha cambiado su negativa a secundar la moción de censura que ha presentado el PSOE y apoya Podemos.

No hay acta, no hay constancia de la presentación del trabajo. El director del presunto máster echa la culpa al Rector. Porque reconoce haber “reconstruido una hipotética acta”. De la nada, con firmas falsas, ante las informaciones de eldiario.es. En tres horas para tapar el chanchullo. Se consensuó la fecha a alegar y hasta la ropa que supuestamente usó Cifuentes. Entramos en terreno delictivo. La Universidad ha llevado el caso a la Fiscalía. Es insultante que siga estando en el cargo y que la apoye su partido –todavía-  y Ciudadanos.

El problema es cuántos títulos más están falsificados. El de Javier Maroto, vicesecretario del PP, tampoco era cierto aunque figuraba en la web de su partido.  Lo dijo él. Y lo que implica. Buscar el título y no el conocimiento casi es lo de menos, si pensamos en que esta gente tiene a su cargo desde la sanidad y la educación a todas las cuentas públicas, con ese talante. No debemos olvidarlo. Es origen y consecuencia.

Y siguen los fiascos, ya con gran proyección internacional. La gestión del Procés ha sido una chapuza de dimensiones cósmicas. Y por más que voces sensatas les avisaron, persisten acrecentando el ridículo. De alguna manera, comparte en muchos puntos el esquema habitual de esa red, y añade alguno más de extrema gravedad.

En lugar de buscar cauces a sentimientos que no nacieron ayer, ni mucho menos con Puigdemont, se ha buscado la máxima confrontación por intereses políticos destinados a lograr réditos electorales. Se ha usado la fuerza. Se ha exacerbado al máximo la manipulación de instintos primarios en una parte de la sociedad muy proclive a ello. La bandera del  “a por ellos” cubrió muchos huecos existenciales en atávicas necesidades de pertenencia. Más simbólica que con contenidos, más en la vuelta a una idea ultraconservadora de España. Una estrategia en la que ha participado Ciudadanos con tanto o más ahínco que el PP. Y con mayor beneficio.

Y como colofón y por encima de todo, el papel de la justicia española con arriesgadas atribuciones de delitos que ha tumbado la europea.

La Audiencia de Schleswig -Holstein, el land alemán donde se detuvo a Carles Puigdemont, le ha puesto en libertad y rechaza que exista delito de rebelión en su caso. Por lo que, en una eventual extradición a España, no podría ser juzgado ya por este supuesto. Sí contempla la malversación de fondos públicos, negada por Montoro. “Unos mismos hechos no pueden ser delictivos en un país y no en otro dentro del ámbito de la Unión Europea”, dice su abogado Gonzalo Boye. Pero España está entrando en la tentación de enquistarse en el error. Anuncian que Lamela anda pensando en recurrir al Tribunal de la UE.

Tengamos en cuenta que la justicia belga ha dejado en libertad sin fianza a los exconsejeros Toni Comín, Lluis Puig y Meritxell Serret. Y ha abierto diligencias por el geolocalizador que Interior puso en el coche de Puigdemont.  Y que se decidió actuar en Alemania y no en Finlandia, Suecia o Noruega, a  ver si les iba mejor. Estos atajos españoles tan toscos. Que Escocia ha amparado a Clara Ponsatí. Y que el Ministro de Justicia suizo, según VilaWeb, habría dicho: « Falciani no será moneda de cambio por Rovira«. El Ministerio del Interior, en otra jugada errática, reactivó este jueves una vieja o rden de detención contra Hervé Falciani reclamado por Suiza y sus bancos, que ha venido colaborando con el Gobierno en la persecución del fraude fiscal.

ABC, con una portada en la que osa acusar a la justicia europea de “dar aire al golpismo”,  incluye declaraciones de asociaciones de magistrados. Muy ofendidos, reivindican el derecho a tener una justicia «a la española», diferente a la universal. Uno de ellos dice que «No cumplir una euroorden implica no reconocer la soberanía de un Estado». La soberanía ha de ajustarse a derecho.  En los medios, la gradación de insultos, ha llegado a su cenit con el inefable Losantos que incluso ha sugerido atentados. La policía alemana ha dicho haber tomado nota.

La tesitura es seria. Queda fuera de toda lógica juzgar por rebelión a cargos de inferior rango al President  pero el entramado que rige en España ha demostrado que es capaz de esas cabriolas. Esperemos que no le caiga toda la culpa al ex Mayor Trapero de los Mossos al que acusan hasta de organización criminal.  La cordura que ahora sería necesaria no parece que esté ni se la espere.

No pueden disimular las felonías hasta ese punto. Pero reflexionemos si no será éste nuestro único consuelo porque el desastre que se ha adueñado de nuestro país suele saldarse con cierta impunidad. La red teje su tela como las arañas. Habría que emplearse a fondo para seguir la estela del impulso de justicia que sí se ha producido.

Lo cierto es que nos hallamos en una lucha abismalmente desigual.

 
 

Por España, los presupuestos del PP y lo que haga falta

El PP pide al PSOE que le preste cinco diputados para evitar lo que considera “un chantaje del PNV” que quiere retirar el artículo 155 antes de votar sí a los presupuestos del Gobierno. Albert Rivera reprocha a los socialistas que se conviertan en «cómplices de los separatistas». Así, sin anestesia, lo dijeron este lunes en el TD1 de TVE. Después, salió Rivera para opinar que ese apoyo hay que darlo “Por España”. Y ya. Frase de PSOE diciendo que no. Ni pío de Unidos Podemos, ni siquiera del PNV que era el aludido. Es un clásico. En aumento.

El presidente de Ciudadanos se ha aplicado desde muy temprano en la labor, a insistir a Sánchez, en los Desayunos de TVE. Le ha dicho que «no tenga miedo» en abstenerse para  no poner en jaque “las medidas que alivian el bolsillo de los españoles».  Desde el diario El País avisaban al PNV que las inversiones millonarias para Euskadi están en el aire y que hasta el tren rápido se puede retrasar si no hay acuerdo.

Un duro trabajo en equipo para conseguir que el PP siga en La Moncloa. Por España. Por su idea compartida de España. De aprobarse, el gobierno subirá algo las pensiones mínimas, bastante más el sueldo de los funcionarios. La mayor partida en personal se la llevan policía y Guardia Civil.  Hay   69.060 euros más para la Casa Real que se añaden a los 7.887.150 de los que disponía. El gobierno se sube un 1.5%. A Rajoy le suponen 1.200 euros. A los magistrados del Tribunal Constitucional se les aplica el mayor aumento: un 12%.

En la misma línea de bolsillos tenidos en cuenta por los presupuestos, el de Defensa sube por primera vez a más de 8.000 millones de euros tras un fuerte incremento de casi el 7%. El Ministerio en su conjunto ve ampliados sus fondos en más de 3.000 millones.   Aportes en Sanidad y Educación del 3,9 % y el 3 % que no enjugan ni de lejos los durísimos recortes aplicados por el PP desde sus primeras tijeretazos en 2012 y, por ejemplo, baja el IVA de los cines del 21% al 10%.

El PP destina solo 46 millones a la ayuda a la dependencia. Los bolsillos de estos españoles cuentan mucho menos que los de otros. Comparen cifras y prioridades. Casualmente era uno de los temas del acuerdo de investidura entre PP y Ciudadanos. En un baño de realidad, Rivera aceptó, recientemente, rebajar sus pretensiones iniciales de 440 millones de euros a 130. Montoro los ha dejado en 46, que fue lo que eludió gastar el año pasado de los 100 presupuestados. Rajoy vuelve a destinar cero euros a la Memoria Histórica y  Víctimas del Franquismo. Como un empecinamiento en la inquina hacia los perdedores de la guerra. Pero «por España» hay que apoyar todo esto. Por esta España.

El partido de Albert Rivera, con él en cabeza, se multiplica en los medios. Más que nunca desde que “asciende en las encuestas”, que es el nuevo valor de referencia noticiable.  Ahora, para echar el resto en que salgan adelante estos presupuestos.

 En la práctica, Ciudadanos es el más sólido armazón para el PP.  Para cuanto el PP implica hoy. Por España. De momento, Ciudadanos no ha retirado su apoyo a Cifuentes, aunque estudia operaciones en diferido, según se apunta.  PP y Ciudadanos han vetado juntos más de 50 iniciativas en el Congreso. Entre ellas, volver a vincular la subida de las pensiones al IPC.  Resulta casi enternecedor ver otro estudio –aunque cada vez los miro con mayor cautela-  detectando que700.000 votantes mayores de 65 años, hartos del PP se han pasado a Ciudadanos.

PP y Ciudadanos se han puesto de acuerdo, además, para no suprimir las tasas judiciales o para no asumir las exhumaciones de la guerra civil y la dictadura. Todo “Por España”, que esto de España le ha dado una inyección de oxígeno impagable a Ciudadanos. A su idea de una España ultraconservadora, de símbolos más que de contenidos y mano dura o inflexibilidad  harto selectiva. Y una política económica neoliberal, opuesta por tanto al “ciudadanos libres e iguales” que proclama Rivera cuando se refiere al nacionalismo de otros.

Difícilmente se puede encontrar un partido más insostenible que el PP actual. El Partido Popular se ha hundido en sus miserias. Aún con la lavandería presta a dejar su imagen impoluta. Y la propaganda, disfrazada de periodismo, como apoyo incondicional. Pero, cuidado, que el horizonte no está precisamente claro. La hiperactividad de Albert Rivera para que Rajoy siga en el gobierno hasta que se considere oportuno, no parece que sea por España, ni por los bolsillos de todos los españoles. Y menos cuando se advierte que existe cierto apremio.

Todo esto pasa ante nuestros ojos como en un tiovivo. Adormecedor. Si no se aprueban los presupuestos, podría irse al traste la legislatura. Si salen adelante, potencian esa España volcada en los privilegios de unos y el desprecio de otros. Con un refuerzo tal del militarismo y las Fuerzas de Seguridad que cabe preguntarse, visto lo visto, adónde nos encaminan. El PSOE ha dicho que no los apoyará. Hasta ahora, su abstención ha sido esencial para que Rajoy sea presidente del gobierno. Ahora avanza que, si Rajoy fracasa, habrá de enfrentarse a una moción de confianza o a elecciones.

El tiovivo sigue girando.

La Santa Semana de los santos valores

Cómo será de santa España que hasta los días de una determinada época del año -ésta en la que nos encontramos- son santos.  La santidad no existe en el diccionario de la Real Academia con su definición propia, es la «cualidad de santo». El sujeto se antepone a la acción. Santo cuenta entre sus acepciones la de definir a alguien o algo como “de especial virtud y ejemplo”. En la iglesia católica se le da culto, especifica la RAE.

En fervor de santidad, se está marcando una vuelta a las viejas tradiciones de una España muy determinada. No  se apuesta por los Premios Nobel que ya no nos otorgan, sino por la sociedad que nos incrustó el nacionalcatolicismo. La Ministra Cospedal ordena por segundo año consecutivo que ondee la bandera a media asta en los centros militares, cuarteles y el propio ministerio, como señal de luto por lamuerte de Cristo, supuestamente hace 21 siglos. En un país cuya Constitución determina el carácter aconfesional del Estado. Es la misma política que practicó los más duros recortes sociales cuando presidía Castilla-La Mancha sin apiadarse ni de los enfermos, ni siquiera de niños en esa penosa situación.

Redondeando la faena, el alcalde de Santa Cruz de La Palma (PSOE)  firma la suspensión de actividades lúdicas en los bares de la ciudad el jueves y viernes de Semana Santa. Recogimiento por decreto.  Como en el franquismo y su peculiar moral. Twitter bendice  hashtag sagrados y las pantallas de TVE sin ir más lejos se llenan de procesiones de imágenes dolientes. Criaturas, enlutadas ellas, de blanco ellos, recorren las calles comiendo chicle si es el caso, en procesión organizada por un colegio público de Rincón de la Victoria, Málaga.

PabloMM@PabloMM

Un colegio público del Rincón de la Victoria (Málaga) organiza una procesión con los alumnos. Mantillas y costaleros. ¿Esto no es adoctrinamiento?

Pasando a mayores, el gobierno español del siglo XXI vuelve a otorgar la gracia del indulto a presos como cualquier monarca medieval.  Los afortunados se encuentran ya consagrados en el BOE, según nos cuenta la Fundación Civio.  Han sido perdonados por delitos de salud pública, tráfico de drogas, robo y falso testimonio, y entre ellos hay cinco cofradías de Semana Santa que gozan de ese privilegio.

TVE, de Martes Santo
TVE, de Martes Santo

Una parte de España gusta de  la escenografía de la Semana Santa aunque no preste atención a la nada especial  virtud o ejemplo de sus gobernantes y mandos varios que estimulan este formato. No deja de ser paradójico que la exaltación de las formas externas de la tradición católica se produzca en un país impregnado de odio y sed de venganza. De mentiras, corrupción, abusos de autoridad u oportunismos despiadados. Por ahí sí sangrarían las heridas de un Cristo como Dios manda.

En la Semana Santa de los santos próceres, millones de españoles se sienten reconfortados y compensados de todas sus carencias porque han detenido a Puigdemont. Los insultos y la furia se palpan en el aire ante cualquier disidencia. Se prima el aplastamiento sin fisuras. Asciende el discurso del odio al punto de llevar a la agenda pública  a la extrema derecha neta. El veneno de la infracaverna mediática alcanza cotas superiores. Mientras, rojos de antaño que aún se creen progresistas esparcen bromas para iniciados en sus códigos whatsapperos hacia Pugdemont, sin que se haya oído en años una queja similar hacia los desmanes de la derecha nacional. Media población se ha descubierto un corazoncito españolista que poner a disposición de la causa.

En esta Semana Santa, la Cristina Cifuentes del falso Máster usa la amenaza de querella contra el periodismo de eldiario.es para tapar sus vergüenzas. ¿Con dinero público? Ella siempre tiene la cuenta a cero, dice. No hemos reparado suficiente en la doble mordaza que busca segar  la información y utilizar los tribunales como coacción con el consiguiente desembolso económico en defensa. Esta semana tan santa se cumplen 3 años, por cierto, de la que eufemísticamente llamaron Ley de Seguridad Ciudadana y que cuenta ya con múltiples victimas de ese ataque a la libertad de expresión. Los partidos que secundan al gobierno del PP la mantienen en vigor. En olor de santidad, en pestazo de desfachatez.

Como todas las semanas menos santas que esta, nos enteramos que el Ministerio de Sanidad de la ministra Dolors Monserrat ha fichado a una alto cargo de Feijóo imputada por homicidio al retrasar fármacos contra la hepatitis. En la ejemplaridad de los santos días no falta ni atentar contra la salud de las personas. Por ahorrar, despiadadamente, en cubrir necesidades vitales.

Esta Semana Santa culmina con Carmen Martínez Bordiú, nieta del General Franco, solicitando, tras la muerte de su madre, el título que la Corona otorgó a la familia del dictador. Con su petición y con el procedimiento iniciado a tal fin por el Ministerio de Catalá: Justicia publicó este lunes -santo- en el BOE la renovación del Ducado de Franco. Con Grandeza de España. La Grandeza de España cuenta desde hace décadas con los Franco entre sus filas, por ser familiares de quienes son.

Y como cada semana, santa o no, los mismos que imponen los ritos religiosos vulnerarán todos los mandamientos del catolicismo, salvo el de santificar las fiestas.  Se saltan esa parte de los evangelios donde se cuenta cómo Jesús de Nazaret corrió a latigazos a los fariseos y mercaderes del templo. Les importa a muchos de ellos tanto como el resto de las normas de la moral.  Una buenas procesiones, unos buenos ritos, golpes en el pecho, una subasta de torrijas, y a seguir fastidiando al prójimo, pisando y usando al débil.

 

*Publicado en eldiarioes 27/03/2018 – 

Hundiendo la Marca España… más

El caso Cifuentes y sus ramificaciones han acabado por dar el descabello a la imagen de la España del PP. Del PP, sus socios, y todo el entramado que sustenta lo que cualquier país serio consideraría inadmisible. La hoy, aún, presidenta de la Comunidad de Madrid ha demostrado las terribles fallas de un sistema que se cae a pedazos. Las pruebas aportadas por la investigación de eldiario.es son abrumadoras: falsificó su Máster en un procedimiento cargado de irregularidades, mentiras y contradicciones. Pero ni siquiera quedó la cosa ahí, aun siendo enorme quiebra. Díganme qué dirigente de un lugar medianamente  presentable publicaría este tuit con imagen tras un día de pruebas aplastantes en su contra.

El PP –y no solo el PP– ha convertido la política española en un plató  al que envían a tertulianos ultraconservadores  de medio pelo. No es el único, bien es verdad. Trump anda en la misma tarea en EEUU. Precisamente, contamos con una especie de puente que ha establecido la Ministra de Defensa María Dolores de Cospedal que se comprometió con la administración de Trump en dedicarse a la compra masiva de armamento. Cospedal nos ha helado el aliento al publicar un tuit aterrador, doblemente por ser quién es.

No todo vale en política. Las actuaciones de estos días contra @ccifuentes son mezquinas, machistas y miserables. Parece que a algunos les gustaría conseguir lo que no consiguió un accidente de tráfico mortal. Retomando sus palabras de ayer: a seguir todavía con más fuerza.

Esta mujer dirige un ministerio y nada menos que el de Defensa.  “Acusaciones”, no revelaciones, “mezquinas, machistas y miserables”, dice. Para deslizarse hasta este descomunal despropósito: “Parece que a algunos les gustaría conseguir lo que no consiguió un accidente de tráfico mortal”.

Es muy preocupante constatar en qué manos estamos. El Máster de Cifuentes ha actuado de catalizador de un magma putrefacto. Ahí han dado la cara los medios. Los que se callan, los que manipulan, los que informan. Todos aquellos que hablan de una “campaña”, “de ataques”, como si no existiera el periodismo independiente y cada noticia llevara implícito sacar tajada. Los políticos han quedado retratados, sin duda, en sus alabanzas y sus silencios o inacción. Cifuentes gobierna gracias a Ciudadanos, Rajoy y su troupe de ministras y ministros gobierna gracias a Ciudadanos y al PSOE. Y esa es la verdad, por más cintas con que lo quieran edulcorar.

La Universidad pública Rey Juan Carlos ha quedado tocada al límite. La concomitancia con el poder político es abrumadora.  «Han convertido esta universidad en el basurero académico del PP”: se quejan docentes del centro. Pero es mucho más, ponen entredicho los títulos concedidos en la Rey Juan Carlos, y puede llegar a afectar a las universidades españolas gestionadas desde estas políticas.  Si se ha roto el cristal de la credibilidad no hay pegamento que lo arregle.

Y esto ocurre cuando las libertades están también entredicho en España. Las sanciones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos no son asunto baladí. En su argumentación demuestran que España es de los países de la UE que más persigue y castiga por las ofensas a la jefatura del Estado, cuando la crítica es lícita y no punible por mucha que sea la zafiedad con la que se exprese. Y ahí tenemos de nuevo a PP, PSOE y Ciudadanos impidiendo que se retire el anacrónico delito de “injurias a la Corona” precisamente. Un excelente trabajo de Alejandro Torrús en Público analizando un Informe de la OSCE  muestra de qué manera son regresivas las leyes españolas, muchas de ellas reformadas por el PP en ese sentido. Un partido que no puede estar más pringado de corrupción. Casualmente.

Ya se habla fuera del alarmante recorte de libertades en España. ¿A la cárcel por cantar?, titula el «Washington Post» a toda página. Un Estado autoritario que borra la libertad de expresión, dice «Aftonbladet» el periódico sueco más difundido.  La ley antiterrorista española tiene un «efecto escalofriante» sobre la sátira, dice Amnistía Internacional, según encabeza un artículo del británico «The Guardian».La BBC también se ocupa de las leyes Mordaza y sus condenas. Ley que sigue en vigor porque los partidos no encuentran mayoría para derogarla. Y en un sentido más amplio que abarca el conjunto de las políticas aplicadas tenemos que  Más de 100 organizaciones denuncian en la ONU “regresión de derechos” en España.

Como colofón, el auto de  procesamiento por rebelión del Juez Llarena del Supremo  a Puigdemont, Junqueras, Turull, Carme Forcadell, Raül Romeva, Dolors Bassa, Jordi Cuixart, Jordi Sánchez… Justo en el día en el que la ONU insta al Estado español a garantizar sus derechos políticos ante la denuncia de su defensa. 13 independentistas procesados. Mientras la Fiscalía del Supremo pedía  prisión incondicional para ellos.  Marta Rovira se ha ido a Suiza. Los demás citados ya están en la cárcel.

El exconseller Jordi Turull (c), candidato a ser investido presidente de la Generalitat, a la salida hoy del Tribunal Supremo, en un receso para comer, a la espera de que el juez Pablo Llarena decida si decreta su ingreso en prisión provisional.
El exconseller Jordi Turull, candidato a presidir la Generalitat, antes de su ingreso en prisión. EFE / ALVARADO

Lo que está ocurriendo en Catalunya es otro de los grandes rotos de nuestras libertades y nuestra credibilidad. Sean cuales sean los intereses, éste no es el camino y ha sido fuertemente contestada la desmesura del magistrado. Llarena, criticado jurídicamente hasta en el procedimiento, parece haber emprendido una Cruzada que argumenta en términos de manipulación de masas violentas.  Y hay un hecho bien ilustrativo: la Justicia española no ha logrado perseguir fuera a los evadidos porque hasta ahora no se ha considera delito lo que en España sí.  En este caldo de cultivo, Albert Rivera, la gran promesa  metroscópica, sentencia  del lado de Llarena desde una dureza primaria y un «a por ellos» salido del alma que ha causado malestar.  Paradojas de la vida, al PP, con la misma ideología y oportunismo, el Procés le está saliendo por la culata electoral.

Los ejecutores del fiasco. La España de la guadaña y la de la trampa. Los tibios de mil caras que siempre caen de pie. Cifuentes en su laberinto, cada vez más hondo. Como la propia España dirigida por ese cortejo que nos hunde en las cloacas. Cada vez más abajo  y con más hedor  al juntarse con los posos sedimentados en el fondo que nunca se limpian.  Falsos amores que matan.

El tiempo, sus propias hazañas, la información rigurosa van poniendo a algunos en su lugar, a pesar del armazón con el que se protegen.  Pero ¿No es hora ya de aventar  tanta mugre?  Airear, limpiar, construir.

Diccionario del franquismo de Pedro L. Angosto

angostp.portada.mejor
El franquismo fue una de las dictaduras mas largas de la Europa del siglo XX. Condicionando de tal forma la vida de los españoles que, aún hoy 80 años después del golpe de Estado del general Franco, notamos su huella en la sociedad española. Profunda, diría. Es también un gran desconocido para varias generaciones que no llegan a entender, por tanto, las raíces de muchos hechos del presente. Su estudio suele pasarse de soslayo en los colegios, nunca queda tiempo en el temario para llegar a ese punto, según se ha denunciado en numerosas ocasiones.
Pedro Luis Angosto, doctor en Historia por la Universidad de Alicante, acaba de publicar un «Diccionario del franquismo» (Editorial Comares, 2018) , biográfico, con los protagonistas y cómplices desde 1936 a 1978. Un exhaustivo trabajo de casi 500 páginas, con numerosas fuentes bibliográficas que recoge más de 350 biografías. Según Angosto no están todos pero sí los decisivos. «No solo los militares traidores que empuñaron las armas contra el gobierno legítimo de la Segunda República sino también quiénes le dieron cobertura doctrinal, publicitaria y financiera». Un trabajo arduo dado que la dictadura franquista procuro borrar huellas que los fascismos derrotados no pudieron hacer.

La Transición acabó siendo una especie de ley de Punto Final que otras dictaduras terminaron por derogar llegada la democracia. No ha ocurrido así en España y nos vemos en «una especie de neutralidad que ha favorecido la aparición de un revisionismo histórico qué pretende demostrar que la guerra civil no fue más que un enfrentamiento entre dos bandos igualmente culpables». Lo dice el profesor Josep Fontana en el prólogo, particularmente alarmado por ese intenso y casi furibundo revisionismo que pretende reescribir la Historia. Que la está reescribiendo.

Al margen de los hechos claros, del levantamiento militar, la guerra y la dictadura, por mucho que se los quiera remozar, hay una razón de aplastante lógica que esgrime Fontana: «Confieso que nunca he entendido que se pueda valorar del mismo modo una república que formó maestros, abrió escuelas y creo bibliotecas públicas en los pueblos, y un régimen militar que asesinó maestros, cerró escuelas y bibliotecas y quemó libros».

Una introducción que enmarca el franquismo en el momento histórico en el que se produjo y señala las principales características del régimen. Sin duda, una oportunidad para repasar de dónde vienen algunos nombres que hoy siguen ostentando poderes importantes de la vida española.  Y sobre todo de saber más de un tiempo de tinieblas al que se le echa más oscuridad encima por el desconocimiento. Una gran y buscada laguna para muchos españoles.
«No es posible, dice Angosto, que ningún sistema democrático pueda desarrollarse sobre la mentira, la ocultación, la manipulación, la impostura, cada país tiene que saber de su pasado, de todo su pasado, pero sobre todo del que afecta de modo indubitable a su presente y a su futuro».

Je suis Demócrata

Permítanme que comience escribiendo de la felicidad. Esta mañana al levantarme he leído, para aliviar la pesada carga de la actualidad española, un informe que habla de los países más felices. Hace tiempo que incluso el Desarrollo no se mira por las cifras macroeconómicas sino por las factores (IDH) que contribuyen al bienestar de los ciudadanos que habitan un territorio en sociedad. Finlandia encabeza ahora la lista de la ONU y siempre son los países nórdicos los que se encuentran en lo más alto de la clasificación. La igualdad y la educación marcan el camino y, por tanto, España, la España que regentan los conservadores, suele estar en lugares preocupantes de la tabla. Y cada día más. Porque vamos en sentido inverso.

Este jueves un emigrante senegalés, Mame Mbaye Ndiaye, que en 12 años no consiguió “papeles”,  murió de un infarto en el  Barrio de Lavapiés en Madrid donde residía. Sus compañeros dicen que la muerte se produjo tras correr huyendo de una persecución policial. Mbaye tenía 34 años y vendía perfumes en el top manta. Entre los datos confusos barajados, el Ayuntamiento  confirma una persecución de la policía municipal aunque de Sol a Plaza Mayor, 20 minutos antes.

El hecho es que su muerte ha desatado una fuerte indignación en Lavapiés, disturbios, las ya habituales muestras de racismo y las también frecuentes amenazas. La policía atribuye la violencia a «radicales» y los desvincula del colectivo de manteros.  Periodistas presentes dicen que fueron hombres blancos encapuchados. Nuestro compañero, el periodista de eldiario.es  Moha Gerehouexplica, en línea con el comunicado de SOS Racismo, que “no es una muerte casual, es consecuencia del racismo institucional”. El PP y Ciudadanos culpan a Ahora Madrid de crear un caldo de cultivo. Y la Asociación de la Policía Municipal de Madrid advierte de querellas a… Ramón Espinar, de Podemos, por escribir en un tuit: “Hemos fracasado como democracia”. Según advertía ABC. Venía a anticipar las portadas de la la prensa afín al PP que amanece este sábado culpando a Podemos de los disturbios.

En los vídeos de la noche, vimos cómo antidisturbios se acercaban a una persona que estaba sola en mitad de la plaza, le pegaban en la nuca, lo dejaban inconsciente y se iban, hasta que alguien volvió y se lo llevó a rastras, sin seguir los protocolos médicos en esta circunstancia. Déjenme  que vuelva a la felicidad en Finlandia: una de las claves es que tienen “Poca policía, mucha seguridad”..

Juan Luis Sánchez lo ha encontrado en un hospital -dado que no figuraba en el registro de heridos-.  Se llama  Arona Diakhate, senegalés también, y está ingresado por traumatismo craneoencefálico «por objeto duro y desconocido». Le han dado veinte puntos en la cabeza. 

Veníamos de un día agobiante, donde se produjeron actitudes en el Congreso de los Diputados deleznables.  El PP quiere -por ideología e interés electoral- que no solo no se derogue la Prisión Permanente Revisable (Cadena Perpetua), sino que se endurezca. Y usa y alienta a algunos padres de jóvenes asesinados que, en contra de las razones contundes contrarias a la ley, parecen creer que penas ineficaces y ultraconservadoras calmarán su, muy explicable, dolor.

El Congreso se convirtió casi en el Coliseo de la Antigua Roma. La escena del diputado popular Bermúdez de Castro es de las que avergüenzan como país. La de Girauta de Ciudadanos tampoco se quedó atrás. Desde la tribuna de oradores,Bermúdez de Castro reta a la oposición para que miren la cara de los padres antes de votar. Estos aplauden o hacen gestos desde lo alto de la grada. Rajoy les saluda después. La imagen y las declaraciones de los padres de Diana Querr y Mari Luz abre el Teledario de TVE. La prensa concertada con el PP, como ABC, jalea desde portada.

Aupado en las encuestas por su dureza contra el “procés” en Catalunya, Ciudadanos cambia todo su discurso contrario a la Ley por un apoyo entusiasta, que es su apuesta favorita esta temporada. PP y Cs pelean por votos viscerales y no precisamente progresistas y en esa lid les vale todo. Asómbrense que hasta el editorial de El País recrimina a ambos partidos, también al de Rivera, su aprovechamiento de las víctimas para sus fines electorales.

Se suceden los indicios inquietantes. Los familiares de jóvenes asesinados  cargan contra el PSOE por su postura ante la prisión permanente revisable.  El PSOE dice, según la Cadena SER, que se apunta a dilatar el trámite de la ley como PP y Ciudadanos hasta que se enfríe el debate y se pronuncie el Tribunal Constitucional de la independiente justicia española.

Veníamos de la condena del Tribunal de Derechos Humanos de Estraburgo, por la que el Estado habrá de devolver la multa a quienes quemaron una foto de los reyes hoy eméritos porque han considerado es libertad de expresión. Veníamos de que, ni la sentencia ni las críticas a las prerrogativas y excepciones de las que goza el jefe del Estado español, han logrado que PP, PSOE y Ciudadanos se avengan a derogar el delito de injurias al Rey, como se debatió. Y ahí sigue, con sus secuela de damnificados.

 Ya no faltaba más que la multa de 40.000 euros a la Revista Mongolia por una caricatura del torero Ortega Cano. No puedo estar más de acuerdo con los razonamientos de Darío Adanti, uno de los autores de Mongolia: «El género satírico ha estado ligado especialmente a las democracias, no hay totalitarismo, del signo que sea, que soporte la sátira«.

La libertad de expresión en España se está poniendo muy cuesta arriba. Cualquier crítica puede ser objeto de querella si un juzgado la admite. Hechos consumados y públicos se archivan por falta de pruebas. Muchos coincidimos en que hay una flagrante diferencia de trato judicial “en función de criterios políticos, sociales e ideológicos”. Lo argumentaba ayer aquí Carlos Hernández.

La España de Rajoy y su PP que pretende heredar, en calco, Albert Rivera y sus Ciudadanos, está dando un sobrecogedor relato que nos está alejando de los estándares puramente democráticos. El Tribunal de Estrasburgo, en efecto, va a tener que hacer horas extra con nosotros. Esa pugna en los márgenes extremos de la derecha, sin importar usar en su provecho hasta el dolor de niños y grandes, augura días más tenebrosos todavía. Porque ya va sin freno. El PSOE podría cambiarla y hasta salvar los escasos muebles que le quedan, pero alguna de sus complicidades, como vemos, no van precisamente por esa senda.

Los vividores de esta España entierran con suma facilidad el malestar real de la gente. Con una voluntad de ignorancia a la que la realidad tumba una y otra vez. Confían en exceso en el buen funcionamiento de la manipulación que practican y, como en los viejos tiempos, inculpan a otros a ver si los desactivan. Olvídense de siglas, no se puede engañar permanente a tantos ciudadanos, a tantos sectores, sin que aflore. Ahí estamos las mujeres. Y los pensionistas. ¿Saben que el PP insinúa que los están utilizando? Ya se está planteando luchar también por la Democracia.

Un mayor bienestar es posible. En los países nórdicos se abren paso los fascismos de nuevo cuño como está ocurriendo en tantos lugares. Pero existe una mayoría social educada y educada en valores, que respeta y ama la democracia. Su posición civilizada les lleva a una calidad de vida que nosotros nunca hemos alcanzado. Los españoles vivimos más, por el clima, los alimentos y una cierta despreocupación de carácter. En el resto de los parámetros de “la felicidad” estamos en los sótanos. Lo explicó a la perfección Gil de Biedma al recordar cómo siempre caemos en el mal gobierno. España no es víctima de una maldición. “Son hombres quienes han vendido al hombre». Y mujeres. Pero muchas y muchos otros despiertan para no caer en los mismos errores, algunos a bofetadas de realidad.

Educación, igualdad, justicia, información veraz, democracia sin mordazas: ése es el camino.

A %d blogueros les gusta esto: