Nos vemos obligados a escuchar que en España se ha desatado “el frentismo”, “la revisión de la Transición”, “el guerracivilismo”, y el argumento de la extrema derecha y la derecha más extrema, es que esta argucia es obra del PSOE «y sus grupos de presión» para distraer a la sociedad de la situación económica. «Garzón es una anécdota», aseguran. Y en ese terrible juego de los falsos debates donde no se busca la verdad, nos quedamos con el “éste opina”, “el otro opina” y sírvase Vd. de quien más le guste.
Medio mundo está escandalizado porque organizaciones ultraderechistas -una de ellas directamente vinculada al franquismo-, vayan a lograr llevar a juicio e inhabilitar en sus funciones a un magistrado, Baltasar Garzón, por osar meter la nariz en ese tema tabú en nuestra patria que fue el golpe de Estado y los 40 años de dictadura. Ignoran -los extranjeros- que en realidad las “Hedge Funds” internacionales y todos los promotores de la construcción y miembros de corporaciones corruptas que inflaron la burbuja inmobiliaria, todas los políticas liberales que nos han sumido en esta crisis -y lo harán en las que vengan- están afiliadas al PSOE. Desconocen también que fue la Ministra de Economía, Elena Salgado, quien presentó las querellas contra Garzón, y no Falange o Manos Limpias, o un intachable ciudadano apellidado Correa.
Ignacio Escolar publica en su blog el auto por el que Luciano Varela amonesta a Falange por no haber hecho bien los papeles. No se acusa así hombre, hágalo Vd bien, con las correctas normas procesales, o no vamos a poder seguir con el asunto, la correción formal ante todo. Vamos, que si -como en el chiste- añaden una «hache» a esta frase «ijo de puta» ya sirve. Alentados por la comprensión recibida, los demandantes no se han molestado ni en cubrir las formas.
Varela dice a Falange que hace demasiadas valoraciones que dificultan entender la descripción de los hechos. Que incluyen constantes referencias personales del acusado que son ajenas al hecho del que se trata. O que su escrito podría entenderse más como una exposición para el debate ideológico que no es lo que dilucida el proceso. Y alude a que no quiere hacer del proceso un escenario para actos propagandísticos.
Y es que, entre otras cosas, Falange llama a Garzón «redentor del bando vencido«. Pero no, ha sido el PSOE quien ha desatado el «guerracivilismo».
¿Esto esto no invalida por si sólo el proceso? ¿No muestra la intencionalidad de sus promotores? ¿Va a ser el Supremo cómplice de esta jugada? Porque ya sabemos cómo acaban «los debates ideológicos» de Falange.
En Alemania está prohibida toda apología del nazismo y el uso de sus símbolos. Y sin cesar estudian como ilegalizar a los partidos neonazis que se han colado en el comprensivo sistema. En España el PP no ha condenado siquiera el franquismo, y Mayor Oreja evitó que lo hiciera el grupo Popular del Parlamento europeo, aunque el resto de la Cámara sí reprobó (de forma devaluada por la ausencia de la derecha) el régimen padecido en España.
Pero disponemos de una Ley estupenda que tenemos por ahí arrinconada: la llamada Ley de partidos.
En su artículo 9, prohíbe «complementar y apoyar políticamente la acción de organizaciones terroristas para la consecución de sus fines de subvertir el orden constitucional o alterar gravemente la paz pública, tratando de someter a un clima de terror a los poderes públicos, a determinadas personas o grupos de la sociedad o a la población en general».
Solo es por ayudar, porque si no fue el más desatado terrorismo y subversión del orden constitucional dar un golpe de Estado y mantener a una sociedad 40 años bajo dictadura, no sé qué más se le puede pedir. Por no hablar de cómo todo esto ha alterado la paz pública o la de varias personas, en particular Baltasar Garzón. Ah, vaya, que no, que no ha sido Varela, que no ha sido el Supremo, que ha sido el PSOE quien ha abierto la caja de los truenos.