No es una pesadilla: está pasando

 Se levanta uno con una losa encima a poco que se tenga consciencia y conciencia. No se puede hacer tanto daño social en 4 meses de Gobierno. Se les cae el país a pedazos –se nos cae- y persisten con inusitado empeño en la pertinaz destrucción del sistema de todos. Este jueves se consuma el atropello a la sanidad y la educación públicas con la aprobación de los decretos de reducción de 10.000 millones (adicionales sobre los recortes ya perpetrados en los presupuestos) a estos servicios. Y la vuelta a una televisión pública partidista (del PP) que también se aprueba por decretazo.

   Cada día los destrozos vienen en aluvión. Un día nos enteramos que se han de pagar sillas de ruedas y ambulancias “no urgentes”. Otro, que se suprime el diagnóstico de enfermedades a los recién nacidos porque también es caro. O que –en nuevos proyectos- se estudia el pago de la nutrición en dietas especiales a enfermos. Por ejemplo, por sonda, lo que les supondrá entre 119 y 920 euros mensuales.

    Que los recortes a la investigación suponen en realidad dejar los presupuestos a la mitad. Que habrá menos profesores y más alumnos por clase en los colegios. Que las tasas universitarias serán prohibitivas. Mientras, se subvencionan y promocionan los toros.

La corte de ilusos (y/o zoquetes) creen –a pesar de tanta mentira pasada, presente y futura- que así se arreglarán los problemas, pero si utilizarán la cabeza sabrían que se equivocan. Ningún país ha salido adelante recortando la educación y la ciencia (han salido solo y muy enriquecidos quienes utilizan a una sociedad ignorante). Lo que se amputa en lo esencial se dilapida en lo superfluo. Pero ni siquiera es eso: los resultados económicos que ofrece el gobierno del PP son catastróficos. Más paro, como no podía ser de otra forma con una ley que facilita el despido y los sueldos precarios, y una recesión galopante, consecuente con la política de “austeridad”.

Tenemos la prima de riesgo en niveles de peligro día sí, día no. El sistema bancario en bragas fruto de largos errores que competen a todos los gobiernos. Desde Felipe González (cuando los bancos españoles eran los que más dinero ganaban del mundo para nuestra perplejidad), a la burbuja inmobiliaria que infló el PP con su ley de liberalización del suelo de 1998 que ha podrido sus tripas fatalmente, a la alegría de Zapatero que no afrontó el problema. Y luego el desastre de las Cajas que, con sabrosas regalías a sus dirigentes, se desfondaron financiando circuitos de F1, megaobras, y hasta los pufos de los corruptos. El caso es que estamos supervisados ya. Y, como hace el neoliberalismo, por dos firmas norteamericanas que ya analizaron a los países a punto de rescate. Entrarán en los bancos, en sus contabilidades. Un fiasco completo. Por cierto ¿Alguien espera que en estas condiciones se reactiven los créditos?

 España no inspira confianza. Difícilmente puede hacerlo con un gobierno y un presidente, seleccionado entre el culmen de la incompetencia. Ana Mato, por ejemplo, se mercó el decreto de nuestros dolores con tantos errores que ha precisado su corrección en 5 páginas del BOE. Su escasa pasión por la cultura, les ha llevado a enviar un telegrama de pésame por la muerte del gran escritor mexicano Carlos Fuentes (premio Príncipe de Asturias, por más señas) atribuyéndole la paternidad de Artur Mas, porque hicieron un copia y pega del último pésame mandado. Hombre, que hubieran cogido el de Manuel Fraga que era mucho más sentido.

Escuchar a toda la corte, desde Montoro a Rajoy produce escalofríos y vergüenza ajena. Ana Botella pide a dios que ilumine a los gobernantes, y de otros campechanos y mentirosos compulsivos ya ni hablo. Parecen haber salido de la cámara de criogenización con la ideología con la que entraron hace 40 ó 50 años, ellos mismos o sus ancestros. Pues no resucitan ¡Gibraltar! Y prohíben ir a la Reina a Londres. Y ponen a la Guardia Civil a vigilar el peñón, en el que por cierto los gibraltareños son soberanos en sus decisiones, como dice el mandatario británico. ¿A qué juegan? A distraer de los problemas reales. Con ideología. Los ultras neoliberales sienten pasión por los conflictos internacionales que reavivan su patriotismo de hojalata. Desde Thatcher a Cameron en la propia Inglaterra, a este Rajoy indescriptible.

Mano dura con las protestas. Ninguneo, intento de minimizar su impacto (hábilmente secundado por los medios cómplices). ¿No es representativo de la sociedad el 15M por su número? Pues que alguien me explique cómo es posible volver al Medioevo a un país con el 23% del voto de los españoles y el 30.2% de los electores.

Preocupación, pesimismo, por uno mismo y por los demás. Una losa, ya digo. Que solo se aligera en las plazas reales de la protesta, o en las virtuales de Internet donde compartimos el pasmo y la rabia. Y es que no parece posible que todo esto esté ocurriendo, pero así es. No es una pesadilla, es una realidad aterradora. Sustentada, además, como digo, en unos resultados de gobierno que no pueden ser peores. O sí, a este paso llegamos al derrumbe. Ahora que, de las pesadillas se despierta, pero de la realidad también.

 

La prima de riesgo, una cuestión de confianza

Fuente: Bloomberg/El País


La prima de riesgo española ha rebasado los 500 puntos, ha llegado incluso a los 507. Como hablábamos el otro día, a Portugal se le rescató cuando alcanzó los 533, a Grecia a los 566 puntos y a Irlanda a 569, si bien los mecanismos se desataron antes aún, con menor diferencial como muestra el gráfico. La “ayuda” de la UE y del FMI ha consistido en cantidades irrisorias (78.000 millones de euros Portugal, por ejemplo) frente a lo entregado a los bancos: 1,6 billones de euros. Los ciudadanos de los países con problemas han pagado en sangre su rescate y han visto también desaparecer su patrimonio público por las privatizaciones. A los bancos no se les ha exigido contrapartida alguna. Por el contrario se les sigue facilitando dinero en créditos al 1%.

En tanto se soluciona esta estafa –y los políticos no llevan idea alguna salvo Hollande el nuevo presidente francés según anuncia-, la base para contentar a los mercados reside en… la confianza que inspiran los países y sus gobiernos. El PP puede contar lo que quiera, pero el balance de su gestión en 4 meses no puede ser más catastrófico: todas las cifras económicas son alarmantes, e insoportables las sociales. No le faltaba más que la prima de riesgo. Como el propio Rajoy manifestaba dos días antes de decir lo que fuera con tal de ganar el poder para aplicar su ideología y su muy calculado programa (no en bien de los ciudadanos), un mal gobierno nos pone seriamente en peligro.

De espaldas al bien común

Una vieja fábula de Tomás de Iriarte (1750-1791) nos refiere la historia de dos conejos que sucumbieron distraídos del peligro por no ponerse de acuerdo en si los perros que les perseguían eran “galgos o podencos”. Llama la atención la similitud –probablemente acrecentada- con lo que sucede en nuestros días. Mientras el mundo se derrumba, nosotros -en lugar de enamorarnos como en Casablanca- parecemos seguir en una discusión que se reduce al terreno patrio y a dos únicos vectores: el PP y el PSOE.

Debates, medios, políticos, ciudadanos con poca pasión por el raciocinio, reducen sus problemas a dos culpables o dos salvadores, según sus preferencias. Tienen ya una etiqueta, un enemigo a abatir o alguien en quién confiar. Si la solución no llega, se cambia, olvidando los estadios de los que se partía.

Cuando alguien critica al PP, en algunos –muchos- cerebros no cabe otra explicación que el autor pertenezca al PSOE. Si buscando alguna otra adscripción no se encuentra fácilmente, se zanja con otra división cómoda: derecha o izquierda. Sacos inmensos donde cabe lo más heterogéneo. La simplificación quita de en medio toda la gama cromática de los colores. Es más fácil, no hace falta usar la cabeza y queda libre para toda suerte de cómodas distracciones. Galgos o podencos –que igual da- siguen acercándose sin embargo.

    Cuatro años después de la caída de Lehman Brothers la crisis es más grave que cuando empezó, según nos alerta entre otros el BBVA. ¿Por qué? ¿Tan complicado es deducir quiénes causaron la debacle económica y cómo se está afrontando? ¿Tan arduo reflexionar a qué han llevado los recortes neoliberales a pueblos como el griego o el portugués sin hacer otra cosa que acrecentar sus problemas? ¿Qué ha pasado de repente –desde Agosto- con la deuda? ¿Por qué el PP que reclamaba su lugar en la Moncloa para “inspirar confianza” gobierna una España en momentos críticos? ¿La herencia? ¿Por qué la situación es peor ahora que cuando hace justo 2 años Bruselas impuso a Zapatero recortes neoliberales? ¿En toda Europa hay “herencia”?

  Cada uno puede –y debe- sacar sus conclusiones. Hay algunas explicaciones sin embargo. El dinero público evadido hacia las entidades financieras con dificultades (por sus errores nada inocentes) desde el comienzo de la crisis ha pasado factura y el neoliberalismo impone -como en una plantilla sin fisuras- recortes para cubrir el agujero: no piensan en el bien común sino en el de unos pocos. Esta afirmación se fundamenta en la pruebas de las mermas practicadas –como en España- a servicios esenciales para la sociedad: sanidad, educación, cultura, ciencia y hasta justicia, que quedan bastante restringidos a quien no pueda pagarlos. Cuando hay mucho de dónde cortar, y mucho de dónde ingresar.  Lo que asombra es la pasividad con la que se acepta. Es más entretenido decidir si son galgos o podencos los causantes.

 Es la búsqueda del bien común lo que diferencia a las sociedades civilizadas de las que no lo están en grado suficiente. Y la española, tomada globalmente, no destaca en esa clasificación. La socialdemocracia nórdica –que inventó el Estado del Bienestar- se dio en países educados en valores durante decenios. La cultura actual disuade en cambio el pensamiento crítico y la colaboración, mientras fomenta el egoísmo. La crisis ética puede estar en la raíz de la crisis económica y la política, como causa ahora, tanto como solución inaplazable. Es lo que intenta de forma llamativa el #15M, frente a otros “movimientos” como el de los #resignados y el de los #ilusos. Una nueva sociedad generosa que piense en todos.

    Porque, se están infiriendo daños muy serios a la democracia. Como reprimir duramente la disidencia pacífica cuando se están dando además tan graves atropellos al cuerpo de la sociedad. O degradar la imprescindible Política quitando de un plumazo a sus representantes cuando no salen las cuentas. Y lo preocupante es que mucha gente ni se inmuta.

El Roto. En el 15M 2011

Con las mismas auto-restricciones al gozo de buscar ideas e información, digerirlas y obrar como adultos en consecuencia, gran parte de la España oficial vive totalmente al margen de la ciudadanía a la que representa y a la que sirve, o de la que se sirve. Esos políticos alojados en el Olimpo, esos medios manipuladores que solo distinguen entre el blanco y el negro, arrogándose las venturas de la bondad nívea acarrean una seria responsabilidad en los hechos. La sociedad camina por otro lado. Viendo llegar a los galgos o podencos sin que masivamente la fuerza de la razón les ponga coto. Lo grave es que aún haya quienes siguen discutiendo sobre la etiología del enemigo poniéndonos a todos en peligro. O simplemente mirando para otro lado. Tal como demuestra la experiencia la amenaza sigue su carrera. De hecho parece que le ha tomado gusto al galope.

Publicado en Zona Crítica de eldiario.es

La burbuja de la deuda

La prima de riesgo española ha iniciado una fuerte escalada en su cotización respecto al diferencial alemán: 470 puntos sólo una hora después de abrir, con una subida de 21 puntos respecto al viernes. Veremos cómo evoluciona el día, de momento sigue subiendo. Y alcanzando récords históricos, porque  aunque el 17 de Noviembre de 2011 -3 días antes de las elecciones generales- llegó a superar los 500 puntos, al cierre quedó en 458, gracias a la ayuda del BCE. Interesante leer lo que dijo Rajoy entonces.

La “burbuja de la deuda” fue el nuevo mecanismo de especulación por el que se decidió el neoliberalismo tras ver que los políticos no “refundaban” el capitalismo como habían anunciado tras la crisis que habían provocado los poderes financieros. Primero fueron los ataques al euro, como cuento detalladamente en La energía liberada, después la deuda que emerge en Agosto de 2011.

La deuda pública española era, gobernando Zapatero, una de las más bajas de la UE, 60%. De Guindos ha dicho que este año subirá al 80% y no ha explicado por qué. El agujero fundamental lo producen las comunidades autónomas. La abultada deuda privada española es la que no sitúa realmente en peligro.  Irlanda, Bélgica, Francia y, curiosamente, Alemania, sobrepasan el 80 %, algunos con creces. La deuda pública de Estados Unidos excede el 100 % del PIB. Los mercados centran su interés, sin embargo, en los países del Sur. 

Por los trucos financieros admitidos por las legislaciones, actualmente pagar la deuda se asemeja a una estafa piramidal. Los Estados se endeudan, piden créditos y cada vez han que pagar más. No olvidemos que una de las razones fundamentales de su falta de liquidez reside en el cuantioso dinero público inyectado a las entidades financieras con problemas. Una rueda sin fin.

Además de los sufrimientos que acarrean a los ciudadanos, atended a estos datos que revelan cómo tanto el pago de la deuda como los “rescates” se asemejan a una soga al cuello para los países que lo sufren.

El diferencial de la deuda de Grecia al recibir la “dádiva” (110.000 millones de euros frente al 1,6 billones entregado a los bancos europeos) era de 566 puntos; el de Irlanda, 569, y el de Portugal, 533.

En agosto de 2011, cuando los mercados “castigan” sin cesar a Europa, nos encontramos con una brutal elevación de sus primas. Los bonos griegos se disparaban a 1.256 puntos con un rendimiento cercano al 15% a los inversores, que llegó al 18,50 a finales de mes. Los irlandeses y los portugueses alcanzan ya casi los 900 puntos, aportando ganancias del 11 %. Fue el día en el que la prima de riesgo española sobrepasó por primera vez “el nivel psicológico” de los 400 puntos, proporcionando una rentabilidad superior al 6%. ¿Hay país que se recupere así? Ha de pagar más por lo mismo, desviando dinero de inversión y servicios. Y facilitando grandes ganancias, cada vez más, a quienes los “ayudan”. Los ciudadanos no pueden consumir y alimentar el mercado. Cada vez son más pobres, países y personas de a pie. Se asemeja, insisto, a una estafa piramidal en la que ni han previsto cómo salir mientras exista el bocado inmediato que engullir. Lo curioso es que antes de la desregulación de los bancos, aquella que aprobó Bill Clinton y a la que se apuntaron todos, los diferenciales se mantenían estables en torno a los 150 puntos, en datos de la OCDE, que reflejan otros estudios . Alguien está haciendo negocio con la deuda como es bien evidente.

En el verano de 2011 Grecia evaluaba el coste de las medias exigidas por Bruselas (luego ha sido mucho peor aún). “El resultado de aplicar los planes de ajuste (severos recortes de gasto público, privatizaciones, moderación salarial…) ha sido recaudar 1.900 millones de euros menos y gastar 2.700 millones de euros más. Eso no recorta el déficit, lógicamente, sino que lo incrementa (…). Ante esto, la “troika” ha pedido una vuelta de tuerca más: más recortes, más privatizaciones, más ajuste en definitiva», explicaba el economista Alberto Garzón Espinosa.

Dos horas después de abrir el mercado de valores, la deuda española ya alcanza los 482 puntos. ¿Cuánto tendrá que ver la crisis que ha provocado la política de austeridad de Bruselas? Paul Krugman pinta un horizonte negro si no cambia de dirección. De momento, hoy, en el punto de mira: España. Y desde luego la respuesta no es seguir practicando recortes sociales para saciar la voracidad de los mercados. Porque la pregunta es ¿Hasta cuándo y hasta dónde?

La herencia

Hijos de nuestros padres y de todos nuestros ancestros, es cierto que España arrastra unos condicionantes que configuran su ser: una herencia, aunque no sea precisamente la que ocupa el reiterado discurso del Partido Popular como excusa a su política de recortes.

De espaldas al mundo. Tras el aislamiento que llevó acarreado el franquismo, muchas industrias españolas llegaron tarde al desarrollo. Cuando ya la “globalización” neoliberal imponía la gestión por medio de multinacionales y comenzaban las deslocalizaciones buscando sueldos aún más bajos que los españoles. “A muchas empresas españolas les resultó difícil el tránsito de operar en el mercado interno a internacionalizarse”, dice el catedrático de economía Albert Recio en su capítulo de Actúa. Con sustanciosas ayudas públicas, grandes grupos fueron abandonando la actividad industrial para centrarse en obras y servicios y más tarde en la especulación financiera. Buenos resultados para ellos pero no para el conjunto del país. Entretanto el sector público era –y es- uno de los más escuálidos de Europa: apenas servía para la creación de empleo. En este conjunto se inscribe el pecado original tanto de los irrisorios salarios españoles como del elevado paro. Nada que ver con el mercado laboral y su presunta y eterna necesidad de “reforma”.

La casita heredada. Desde el desarrollismo de la década de los “sesenta”, España apostó por la vivienda como motor económico en lugar de para satisfacer una necesidad social. Se primó de un lado la compra sobre el alquiler y del otro la construcción privada sobre la vivienda social. Los países nórdicos y Holanda optaron en cambio por esta última; Alemania o Suiza palian su déficit con alquileres sometidos a regulación pública para evitar excesos. En España un 83 % son propietarios de su vivienda (según un estudio de Eurostat), una de las cifras más altas de la UE cuya media es del 65%,

“Alquilar es tirar el dinero”, sin protección sí, algunos prefirieron tirar su vida, engrosando por añadidura la deuda privada española, ésa que nos quita “confianza” ante los mercados. Para el sistema bancario español ha supuesto un colapso en sus intestinos, como vemos ahora. “Podíamos ser muy ricos”. Todos. El primero aquel empresariado español tan endogámico y peculiar. Si los gobiernos socialistas de Felipe González impulsaron la compra de viviendas y la entrada de capital extranjero, el golpe de muerte a una política coherente se lo dio la Ley del PP de 1998 de liberalización del suelo. Fue cuando definitivamente se infló la burbuja inmobiliaria y juntos caminaron más que nunca el “pelotazo” y el “ladrillazo”. Abandonados absolutamente por los poderes varios y también por las mínimas bases de cordura, nos encontramos con el mayor parque inmobiliario de la UE; en su día el ritmo de construcción más alto y… a la vez el acceso a la vivienda más difícil. Los precios son más caros en España que en varios países europeos. Además, una vez pinchada, la burbuja arrojó un abultado número de personas al paro.

Las ovejas negras de la familia. Hasta llegar a cuadrar un ganado endrino que asombra al mundo. El robo de dinero público por parte de políticos y de los agraciados con sus favores es una pesada herencia con la que cargamos. Ninguno ha devuelto lo sustraído, y pocos han pagado con cárcel –o no con cárcel suficiente- su delito. Una corrupción amparada por la tolerancia social e incluso la envidia de su “listeza” que arrastramos como un estigma desde que la “picaresca española” se consideró como un valor. Y que nos lleva a liderar prácticamente la economía sumergida de toda la Unión Europea.

Yo soy español, español, español. España tiene una larga tradición en disuadir el pensamiento crítico. Con graves carencias educativas, el español es de los pocos ciudadanos que presume de su ignorancia. No lee, no habla idiomas, no viaja (el 48% no ha salido nunca del país y el 10% ni siquiera de su provincia, según dictaminó un estudio de FUNCAS). Los recortes en educación agravarán el problema cuando nuevas generaciones comenzaban a paliarlo. El franquismo tampoco fue inocuo como herencia psicológica. El poso de sus directrices que propiciaban la infantilización y la sumisión todavía pesa en la actitud ante cualquier atropello. De eso se valen políticos sin escrúpulos.

Luego sí hay herencia con la que lidiar, al punto de plantearse incluso si aceptarla “a beneficio de inventario” o repudiarla. Solo que otros la arrostraron y aún lo hacen. El mundo -abierto hoy por numerosos medios- ya cala, muchos rehúsan herencias que se instalaron en los genes pero no mueven el presente y sabemos que existen diferentes formas de vivir, sin ladrillos, pelotazos, caspa o exacerbado consumismo. La herencia existe pero es otra. Y pesada. Lo último que podemos permitir es ensanchar sus activos tóxicos.

*Publicado también en Zona Crítica de eldiario.es

¿Se hará cumplir… la Ley?

Ante las manifestaciones convocadas para el aniversario del 15M el Gobierno del PP dice que «se hará cumplir la ley». No me aclaro, ¿qué ley? ¿la de limitación de horario en las manifestaciones? Con tanto cambio no me he enterado de su promulgación.

En todo caso, otra de rango superior,  la Constitución, dibuja otro marco:

Artículo 21.

1. Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa.

2. En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que solo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes.

Chantajes

Juan José Millás, en El País

 

El Estado ha devenido en el brazo armado de los mercados, verdaderos responsables políticos de la acción gubernamental. Vuéleme usted este quirófano, le dicen al Gobierno, vuéleme esta residencia de ancianos, este hospital, esta infraestructura. Póngame usted una bomba en la universidad, en este centro de investigación, en aquel instituto de enseñanza media y en este conjunto de guarderías públicas. Arranquen los tubos de la diálisis a este enfermo del riñón y déjenlo morir, supriman el tratamiento a aquel enfermo de sida y abandónenlo a su suerte, anulen o modifiquen las leyes relacionadas al dorso, que limitan nuestras actividades. No olviden amnistiar periódicamente a nuestros delincuentes económicos y dótennos de cuantos subterfugios legales sean precisos para pagar menos impuestos que nuestros mayordomos. Pueden seguir montando sus festejos electorales a condición de no olvidar quién manda. Fíjense en Zapatero, cuya voluntad doblegamos en una sola noche. Entró en el zulo como un hombre de izquierdas y unas horas después estaba modificando la Constitución y congelando el sueldo de los pensionistas, como le habíamos pedido. En cuanto a Rajoy, pobre, creía que por pertenecer a la derecha liberal iba a recibir un trato privilegiado, y lo primero que hicimos fue hundirle la Bolsa y subirle la prima de riesgo, para que aprendiera. En cuatro meses le hemos obligado a limpiarse públicamente el culo con su programa electoral y acaba de comenzar el proceso de nacionalización de las pérdidas sin abandonar por eso el de la privatización de las ganancias (la socialización del sufrimiento, que decía ETA). El lunes pasado lo mandamos a la radio para que se confesara dispuesto a incumplir cuanto había prometido o pudiera prometer en el futuro. Y todo ello sin necesidad de ponernos en huelga de hambre, como de Juana Chaos.

Actúa: usa la cabeza

Cuando comenzó la crisis (que provocaron los poderes financieros y ya casi nadie parece recordar) nos parecía el colmo lo que Manel Fontdevila simbolizaba en esta viñeta…

El Roto plantea la situación de hoy. Un cambio significativo, afecta al cuerpo de la sociedad. ¿Qué pasará mañana? Usa la cabeza y deduce.

*Ando muy ocupada estos días, disculpad que no atienda el blog según costumbre, enseguida me pongo al día. Gracias.

Tratando de explicar lo que nos pasa


Política sí, política no

Rosa María Artal

¿Que no hay otra solución? ¿Que todos cuantos llevamos años denunciando -en atenuada difusión- los abusos del neoliberalismo éramos «demagogos»? El programa con el que ha ganado Hollande en Francia supone un retorno a la cordura. Destaquemos su apuesta por lo público, con la creación de 60.000 plazas de profesores por ejemplo, la construcción de 2,5 millones de viviendas de protección oficial para estudiantes y rentas bajas durante los próximos cinco años o un banco público de inversión. El control financiero que al separar la banca comercial de la inversión prácticamente vuelve al espíritu de la Glass-Steagall Act de Roosevelt  anulada por el ascenso neoliberal desde la Caía del Muro de Berlín y ha sido origen fundamental del desmadre financiero. Conviene recordar en la desinformación que nos invade que la crisis que vivimos se produjo por esta causa y que tuvo su detonante en la caída de Lehman Brothers en 2008. Hollande se propone también subir los impuestos a las rentas altas cuyo porcentaje llegará al 75% para quienes ganan más de un millón de euros. Ignacio Escolar en su capítulo de Actúa nos recuerda que “En Estados Unidos llegó a estar en el 90% durante los años cincuenta y bajo al 70% durante los sesenta y setenta. No fue hasta la llegada de Ronald Reagan, en los años ochenta, cuando los impuestos a los más ricos comenzaron a bajar”. El resto de las promesas de Hollande aquí.

¿Es un programa revolucionario? No, es simplemente pensar en la sociedad y no sólo en sus privilegiados. ¿Le dejará llevarlo a cabo la tenaza neoliberal? Probablemente con enorme dificultad, solo que Francia es un país poderoso, su voz tiene fuerza. Bastante preocupados, los conservadores que –por elección popular no lo olvidemos- mandan en la UE se aprestan a hacer concesiones y ver si maquillan con medidas de crecimiento la bocanada de aire fresco que hace temblar sus sillones. Ya os conté sin embargo que su proyecto es por el momento muy tibio y muy poco claro.

¿Es posible que los ciudadanos de a pie rechacen las medidas que propone Hollande y abracen las contrarias de Sarkozy o el PP en España que están alterando a la baja sus condiciones de vida? Lo es. Se ha perdido –cierto que inducida- la capacidad de reflexión.

Con todo los comicios de este domingo nos deja reflexiones de mayor calado. Los franceses pueden elegir a su jefe de Estado y demuestran de qué forma está afianzada su democracia. Y es la primera cuña seria que evidencia el fracaso de la política neoliberal. El fracaso para los ciudadanos, no para las élites que protegen y que no han ganado tanto dinero en su vida. Pero los resultados de Grecia nos llevan a otro escenario: el rechazo de la política. Se hunden los partidos clásicos, conservadores y socialistas, y los bienpensantes se alarman. ¿No era lógico? Nueva Democracia que engañó en las cifras para entrar en la UE con ayuda de Goldman Sachs y en total impunidad. El PASOK que se plegó a la “Bruselas” y una Merkel neoliberales a ultranza. El voto del hartazgo griego deja un parlamento casi imposible. Si al menos sirviera para que la política escuchara… Allí y aquí.

Las voces agoreras y severas del PP diciendo que no hay otra salida que las mermas (“reformas” en su vocabulario) neoliberales, suenan hoy a otro tiempo, a un tiempo de caspa y telaraña que pierde el tren. ¿Qué celebra el PSOE en el triunfo de Hollande? ¿Se presentó con ese programa? Cierto que varias medidas del nuevo presidente francés las puso en marcha en Zapatero, que contó con una oposición del PP realmente destructiva, y que España no tiene la misma fuerza que Francia, pero se plegó a los mercados.

Protestan los rusos por la mascarada electoral de Putin que no se va del poder ni con agua caliente. La sociedad española informada y sin miedo prepara el 12M-15M, y se apuntan en numerosos países. Sería una ceguera preocupante –ésta sí- y gravemente peligrosa, no escuchar el clamor mundial por este desatino: que los ciudadanos paguen en su carne las erráticas prácticas –que rozan lo fraudulento- del poder financiero que sustentan los partidos neoliberales y que –hay que repetirlo hasta la saciedad- fueron los causantes de la crisis. Ah, la deuda, que les debemos dinero, veremos si Hollande aplica su programa si se lo seguimos “debiendo”. Política sí, la que no ha olvidado obrar para el conjunto de la sociedad que la sustenta.

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