España no es Portugal

En nuestras retinas todavía la brutal carga policial que reprimió la protesta popular en Madrid el 25S en su intento de rodear el Congreso de los diputados pidiendo más democracia. Y, en el ánimo, el estupor por la violencia con la que se quiere castigarla. Pero también la vigilia portuguesa ante el Palacio presidencial de Belém en Portugal que, solo 4 días antes, culminó cantando, en paz absoluta, el Grándola vila morena, himno de la Revolución. La huelga general en Grecia.

“España, junto a Grecia y Portugal… a la cola de Europa”. La frase mil veces repetida nos persigue como un estigma. Y es que nuestras trayectorias se cruzan una y otra vez en la Historia. Los que menor salario cobramos de la UE15 (anterior a la ampliación al Este). Donde menos invierte el Estado en lo que llaman “gasto” social, bien patente en sus resultados. Tres países rescatados, acosados, por la crisis de la deuda especulativa. Tres sociedades recortadas hasta la extenuación que, lejos de ver el final del túnel, cada vez ahondan más su recesión.

Un destino paradójico hace que España y Portugal siempre muevan ficha al mismo tiempo. Los dos se aventuraron al mar en busca de Imperios que terminarían por perder casi simultáneamente, dejando su idioma en millones de ciudadanos. El siglo XX los unió en sendas dictaduras que se prolongaron cuatro décadas. Nuestros vecinos reventaron la suya, sin un solo tiro, con los claveles del 25 de Abril en 1974. Un año después España se abre a la democracia, tras la muerte de Franco, con una “Transición” negociada en precario bajo la bota de los vencedores. De la mano entramos en Europa, en la hoy UE, en 1986. Y, ahora, camino parejo de “reformas” neoliberales para alimentar los bolsillos de unos cuantos a costa de la población.

Grecia tuvo también su Golpe de Estado. Los Coroneles sujetaron al pueblo más tarde y menos tiempo (1967/74) pero dejaron su impronta. A los griegos nos une en particular la corrupción y la tolerancia social a la corrupción que siempre termina por ver emerger su caspa putrefacta, evidenciando cómo ésta pudre las raíces de cualquier Estado.

Los caminos entre España y Portugal son más parejos pero divergentes al mismo tiempo.  No mantienen monarquía para empezar (Grecia expulsó la suya por otro lado). Portugal rompió con el pasado en 1974, nosotros nos apañamos una democracia “ad hoc”, sin dirimir responsabilidad alguna por la dictadura. A Portugal, eso sí, la vendieron por parcelas los sucesivos gobiernos. Y hace muchos años que supieron de las “bondades” del FMI. En España todavía no se ha consumado absolutamente el expolio público, pero ya queda poco.

El premio Nobel de Literatura José Saramago aventuró en “La balsa de piedra” (1986) la posibilidad de una Iberia unida, más fuerte como interlocutor ante Europa y el mundo. En su metáfora, desgajaba del continente la península ibérica que, a manera de isla flotante y símbolo de valores, viajaba unida en dirección a América. Hace cinco años intentó revivir la idea de la unificación que nunca le abandonó. Ganaríamos mucho los españoles inyectándonos algo del carácter y educación portugueses.

Grecia es ya un despojo a manos del neoliberalismo. Empecinado en votar lo establecido, sucumbiendo al miedo, sin dejar de salir a la calle –ahogados- sus ciudadanos. Pero es de nuevo Portugal el espejo donde mirarnos. Su economía se hunde al 3,3% tras soportar, disciplinados, todos los recortes que la Troika ha tenido a bien ordenar. Y el gobierno conservador –también persistieron en el error- de Passos Coelho siguió apretando el cuello de sus ciudadanos muy obediente.

Los portugueses, sin embargo, pacientes y sosegados donde los haya, saben decir ¡basta! Y sus protestas han conseguido que el gobierno se replantee la nueva ocurrencia de rebajar los salarios un 7%. El primer ministro ha dado marcha atrás y empieza a buscar dinero donde sí lo hay pero ningún neoliberal hasta ahora quería tocar: en los impuestos que no pagan las grandes fortunas.

La diferencia fundamental entre las dos caras de Iberia es la actitud de sus “Fuerzas del orden”. La policía portuguesa avisó que no reprimiría la manifestación de Belém. Aunque al final lo hizo mínimamente. Más allá aún fue el ejército portugués, con una carta a la que se ha dado escasa difusión en España:

 “Las Fuerzas Armadas, desde aquí, reiteran su firme convicción de que los militares nunca pueden ser un instrumento de represión para sus conciudadanos, de acuerdo a la Constitución que juraron defender”, escriben. Tras expresar su solidaridad con todas las iniciativas abordadas por la ciudadanía afirman que lo que  “en realidad se está haciendo” es: “Engañar,  utilizando el miedo y haciendo promesas que no se cumplirán, sabiendo que la gente está indefensa ante ellas” o “insistir una y otra vez que debemos aceptar la imposición de sacrificios para alcanzar una supuesta solución que está a la vuelta de la esquina, un poco más allá. Volver a doblar la dosis de estos sacrificios sin llegar a esas soluciones, por lo que siempre pagan las consecuencias los mismos. Mientras que a la vez, tanto en Portugal como en otros lugares, se acumulan riquezas sin límite, evitando que otros puedan obtener los salarios justos que se merecen por su trabajo”.

En nuestra retina sí, la represión en España, la carcundia jaleando, la prensa internacional destacando la brutalidad de las fuerzas de la autoridad. Las felicitaciones cruzadas de la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz y la propia policía. O Mariano Rajoy en su estreno en la ONU ante un hemiciclo prácticamente vacío… hablando de Gibraltar y la antaño vituperada Alianza de Civilizaciones de Zapatero, mientras se le cae España a pedazos. Conflictos mal enfocados, más recesión y todas las cifras económicas en despeñe.

En el dolor de la caspa patria, aún se puede unir la voz a la de nuestros vecinos y corear lo que ellos cantan con sentido: “ el pueblo es quien más ordena”. ¿O no reside en él constitucionalmente la soberanía?

 *Publicado en eldiario.es

Permitídme que hoy lo dedique. A Zé Moreira y a Pilar del Río.

¿Qué futuro nos espera?

El 1 de Septiembre va a marcar un punto de inflexión en nuestro camino a la pobreza. Según el diseño del PP para, presuntamente “salir de la crisis”, pagaremos más por menos y mermará de nuevo nuestra calidad de vida. Sube el IVA con incrementos sin precedentes. En múltiples productos. Puede que entre lo más notable esté la elevación del precio de las proteínas: carne, pescado… Como en tiempos de la posguerra habrá que dosificarlas, tomarlas mucho más de tarde en tarde. Entretanto –y la verdad no es demagogia- os invito a daros una vuelta por el Club del Gourmet de El Corte Inglés por ejemplo. Un obsceno espectáculo de ostentación en donde vemos elevadísimos precios de alimentos por ser a veces tan solo más sofisticados y llamados a distinguirse de clases con menos recursos.

A partir de ese 1 de Septiembre también pagaremos íntegramente medicinas de uso muy habitual como el Almax o el Fortasec, expectorantes o –con más consecuencia para quienes lo necesitan- vasodilatadores periféricos. En torno a 150.000 emigrantes se verán privados de la sanidad pública, salvo en urgencias, contraviniendo los derechos humanos.

Todo es para pagar un pufo de los poderes financieros que los ciudadanos de a pie no causamos. Espero que todo el mundo recuerde el inicio de la crisis mundial. Ésa que agravó en España la burbuja inmobiliaria –inflada por el PP y no desactivada por el PSOE de Zapatero- y nuestro endémico tejido productivo basado en el turismo y los servicios.

Toda Europa se encamina a la pobreza. Le Monde recoge las declaraciones de un responsable de Unilever, una potente industria de alimentos cosméticos anglo-holandesa, que así lo afirma textualmente. Y en ese conjunto hay sociedades destinadas a pasarlo peor. Muy prácticos los de Unilever, declaran que van a tratar al mercado español como a los países asiáticos en vías de desarrollo: venden productos en envases más pequeños para que sean más baratos. El gasto se nota menos, aunque sea el mismo.

Porque ¿Qué nos espera? Se puede firmar y rubricar que con estas medidas no «se sale de la crisis», se ahonda. La subida del IVA en Portugal ha conseguido recaudar menos por ese impuesto: los ciudadanos reducen sus compras y no les salen las cuentas al gobierno conservador. Suele pasar con esta injusta tasa. Se fastidia al contribuyente y encima se obtienen menos ingresos. Ni a mala fe, sale peor.

Pero es a Grecia adonde debemos mirar con más atención aún. Tenemos en común con ese país la corrupción política y la tolerancia social a esa corrupción. Algo que siempre pasa una durísima factura. Y aunque en una economía aún más débil, los mismos fundamentos productivos: turismo y construcción inmobiliaria.

El escritor griego Petros Márkaris ha escrito un libro, Las luces se apagan, donde reseña el camino seguido tras 18 meses de “reformas” noeoliberales. Y es desolador. Entresaco algunos párrafos del artículo que Márkaris ha escrito en El País y que merece la pena leer completo:

“Mientras tanto, el conjunto de los ciudadanos sin recursos no deja de crecer. Muchos de ellos no pueden ni siquiera costearse sus medicamentos. ¿Qué hacen entonces? Recurren a la organización Médicos sin Fronteras, que proporciona de forma gratuita algunas medicinas. Las dos clínicas de Médicos sin Fronteras que existen en Atenas están pensadas para asistir a inmigrantes sin recursos, que llegan a Grecia desde África en barcas de remos. Pero cada vez son más los griegos que piden ayuda. Algunos días hay casi mil personas haciendo cola en Médicos sin Fronteras.

Entre ellos, por ejemplo, diabéticos que ya no pueden permitirse comprar insulina. La miseria de los inmigrantes se extiende a los griegos. Hasta hace apenas medio año, cuando me asomaba a la calle desde el balcón de mi casa, veía a inmigrantes que revolvían entre los cubos de basura, en busca de algo para comer. En las últimas semanas, se han unido a ellos cada vez más griegos. No quieren revelar su miseria, por eso hacen su ronda a primera hora de la mañana, cuando las calles están casi desiertas.

(…)

Lo peor para los miembros del partido de los mártires es el desánimo. Han perdido la esperanza. Para ellos, tras la crisis no se esconde perspectiva alguna de alcanzar un futuro mejor. Cuando uno habla con ellos, no es posible dejar de pensar que solo están esperando a que llegue el final. Cuando una gran parte de la sociedad no logra reunir el optimismo necesario, significa que la vida es en verdad agobiante. En muchos de los bloques de viviendas en los que viven ciudadanos con ingresos escasos o moderados ya no se enciende la calefacción. Las familias carecen de dinero para gasóleo, o prefieren utilizarlo para otras cosas.

(…)

La recesión no es la única preocupación de los mártires. A pesar de que sus negocios ya no rinden, están obligados a pagar sus tributos por partida triple: primero, el Impuesto sobre la Renta, después diferentes impuestos adicionales y, por último, un complemento de solidaridad. Un impuesto este, el de solidaridad, que el año próximo deberán abonar en dos ocasiones, mientras que otro impuesto indirecto, el IVA, se incrementó dos veces durante el año pasado. Mientras que los defraudadores no pagan nada o casi nada de estos impuestos adicionales o del complemento de solidaridad, porque muchos no presentan la declaración de Hacienda o disfrazan una gran parte de sus ingresos, los ciudadanos honrados no pueden casi ni respirar.

(…)

La contención del consumo y la falta de créditos ha frenado el crecimiento económico del país y, por este motivo, son muchas las pequeñas empresas que se hunden estos días. Desaparecen, pero no se llevan consigo las numerosas deudas contraídas. Mi cuñado, representante de moda infantil, me contaba entristecido que solo la pasada semana había vivido tres casos semejantes. Es desesperante. Ahora, delante de las oficinas de empleo, se ven largas colas de parados que cada mes aguardan pacientemente la orden de pago con la que el banco debe transferirles su subsidio. Sin embargo, nunca pueden tener la certeza de que el pago llegue a principios de mes. A veces, tienen que esperar algo más para cobrar sus 416,50 euros, pues el número de parados no deja de crecer y a las oficinas de empleo se les termina el dinero.

(…)

El cuarto y último partido de la sociedad griega es el que más me preocupa. Es el partido de los desesperanzados: los jóvenes griegos, sentados todo el día frente al ordenador, buscando en Internet, desesperados, un trabajo, sea donde sea. No son emigrantes como sus abuelos, que en los años sesenta llegaron a Alemania desde Macedonia y Tracia para buscar trabajo. Estos jóvenes han ido a la universidad, algunos incluso tienen un doctorado. Sin embargo, cuando terminan la carrera se van directos al paro. (…)

Ya sea a causa de la recesión, de las medidas de contención del gasto, del recorte de la deuda o de las reformas, el caso es que vamos a sacrificar a tres generaciones en nombre de la crisis. Hoy son los jóvenes los que más pierden; mañana lo seremos nosotros, porque en algunos años nos faltarán las fuerzas para seguir luchando. (…)”.

Pero no todos pierden en Grecia, tampoco en España, ni en el resto de Europa…

“Está claro que los beneficiarios y los defraudadores no tienen tales preocupaciones. Apenas sienten que el país está en crisis. Antes de que Grecia entrase en esta situación, ya habían trasladado su dinero al extranjero. Mientras que los bancos griegos han perdido en los últimos 18 meses alrededor de 6.000 millones de euros, los bancos extranjeros —especialmente los suizos— se frotan las manos”.

Añadamos que los griegos han cometido el error histórico de volver a entregar el poder a los causantes de sus males. Como en otros países, como en España, el miedo y la manipulación, el desinterés por la realidad, conduce a votar contra los propios intereses. Nada conseguiremos mirando para otro lado. Discutiendo si son galgos o podencos mientras nos engulle el lobo. Enchufándonos en vena fútbol, cualquier otra distracción, o diciéndonos que no queremos sufrir pensando estas cosas o que no sirve para nada lo que hagamos. Un negro futuro camina sin pausa, y es inexorable si no se cambia su trazado.

Grecia como evidencia: la sociedad europea acorralada

La foto la encontró Ramón Lobo. Grecia: un país sin esperanza. Con el desconsuelo anidado en las expresiones anónimas. Sus gobernantes pudieron cometer errores, los cometieron, ayudados por cierto por Goldman Sachs alguno de cuyos miembros son hoy dirigentes «a dedo» en Europa. Pero se lo están haciendo pagar con sangre a los ciudadanos. Los insostenibles recortes a la población para pagar la deuda han sumido a Grecia en la pobreza extrema. Sus ciudadanos fueron los primeros en salir a la calle para protestar, el gobierno (el democrático) llegó a gasearlos a niveles casi letales. Y ahí siguen.

Grecia apenas representa el 2% del PIB de la UE ¿puede creer alguien seriamente que es ella quien ha desestabilizado a toda la Unión? Grecia, por el contrario, es la gran coartada para el triunfo del golpe financiero en Europa.

Angela Merkel, la líder no electa de la UE, tardó 6 meses en autorizar un primer rescate de 110.000 euros para Grecia. En ese tiempo especuladores del mundo entero jugaron con la deuda griega hasta dejarla en basura para la compra y en oro para los beneficios particulares.

Escuchamos cada poco cómo se da a los bancos dinero público europeo. 1,6 billones de euros por aquí (confesos), medio billón de euros por allá. Sin contrapartidas. A precio de saldo. Para reactivar el crédito explican, pero no lo reactivan, especulan que es más rentable. A Grecia los 110.000 millones de euros le han costado… la democracia, la soberanía.

 El país que inventó la democracia, hoy es oficialmente una tecnocracia. Ved: forma de gobierno. La UE sustituyó a un jefe de gobierno democrático por un tecnócrata. Pero no tiene suficiente. Para pagarle otros 145.000 millones de euros de segundo rescate (labor en la que lleva la UE otros más de seis meses como poco y que de nuevo ha servido para que el euro, los paises y los ciudadanos sean objeto de especulación por parte de «los mercados») se disponen  a quitarle también la soberanía. A controlar los presupuestos y el gasto desde Bruselas, a mermar más la sanidad pública. Papandreu no lo hubiera aceptado seguramente, el tecnócrata Papedemus ¿qué hará? 

Es el futuro en el que mirarnos. A Portugal se le prestaron 78.000 millones de euros y ya no cabe exprimir más a la sociedad. Bueno, parece que siempre cabe más. Y su líder conservador se hace fotos con nuestro líder conservador, muy contentos ambos de su “crecimiento sostenible”. Nulo, ambos países van al despeñadero por los recortes, nosotros estamos en recesión y con la cifra récord de paro del mundo industrializado. La «austeridad» tiene esa consecuencia invariablemente. Pero conviene a la tecnocracia tener Gobiernos S.A, como detalla Público.

Pero aquí discuten si los periodistas no nos estaremos pasando de alarmistas, que no da uno para disgustos, vamos, y que al final siempre se arregla. ¿Tienen los medios la culpa de la crisis? Sí, por no informar mejor, por poner paños calientes. Por distraer sistemáticamente.

¿En algún momento de nuestra historia viva hemos visto que se cambien gobiernos sin pasar por las urnas? ¿Que se les quite la soberanía a los países por dinero? ¿Por una cantidad ínfima de dinero frente a la que se regala a los poderes financieros? ¿Que se desmantelen todos los derechos para que unos pocos se enriquezcan?… ¿Que la sociedad esté tan idiotizada, tan infantilizada, que lo acepte y aún se queje de que la asustan un poquito?

El lobo feroz ya se aposenta en la cama

Las revoluciones perdidas

Vivimos duros tiempos en los que el golpe neoliberal avanza sin freno y se atisba el revivir de los fascismos, todo ello ante el desinterés de una gran mayoría o al menos una mayoría decisiva.

Nuestros vecinos portugueses están pagando con sangre el “rescate” de 78.000 millones de euros que les facilitó la UE y el FMI, mientras los mismos entes entregan billones de euros sin medida y sin contrapartidas a los bancos. Todo lo contrario, al recibirlos como muy caro al 1,5% y prestarlo al 5%, al estrangular el crédito porque es más rentable especular con la deuda, han salido enormemente beneficiados de la crisis.

Pero de algún lado tiene que salir el dinero. Recortes en sanidad y educación, más privatizaciones, reducir las pensiones más altas, las prestaciones por desempleo y la indemnización por despido. Una “reforma” laboral para trabajar más por menos dinero: el manual. Tasa “de solidaridad” con la que redujeron a la mitad la paga de navidad, elevación de los precios del transporte público, el que usan las clases menos adineradas.

El nuevo gobierno conservador ha ido cumpliendo los mandatos de la UE, como cuando el 1 de agosto de 2011 vendió el Banco Portugués de Negocios (BPN) al angoleño BIC por 40 millones de euros, un precio de saldo ya que su intervención costó a Lisboa 2.400 millones de euros. La entidad africana no conserva ni la mitad de los puestos de trabajo.

Ha crecido su deuda, los intereses que paga y sus bonos ya son calificados por las poderosas agencias privadas norteamericanas de “basura”. Es el camino en el que mirarse.

Protestan los afectados en la calle, pero ya salen también fuerzas de extrema derecha a que los telediarios (españoles) hablen de “enfrentamientos”, situándolos en el mismo plano para desactivar la realidad.

Todo esto marca nuestro propio futuro, el de los españoles. No hay sino unir los datos.

Conservo un pequeño tesoro. El final del reportaje de Informe Semanal dedicado, en 1987, a la muerte de José Afonso, quien impulsara con su Grándola Vila Morena la Revolución de los Claveles. Lo firmó Eduardo Barrenechea, un enorme periodista que fue el cronista de los míticos días de Abril y muchas cosas más. Lo lee, con rabia y sin “objetividad”, mi querido amigo José Antonio Rodríguez. La revolución de justicia y solidaridad, la que disparó claveles y ni un solo tiro ni violencia, entonces ya se perdía y ha acabado ahogada.

Lágrimas de Pessoa en el mar, el mismo que baña las costas españolas, tan dulces e insípidas que permiten la asfixia, cómplice, e incluso sin llanto.

 

 

Portugal, una nueva escalada en la estafa neoliberal de la deuda

La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha rebajado la nota de solvencia de Portugal a “bono basura” o grado «especulativo» (es decir, para que entren a saco «los mercados»). Se confirma así que los presuntos “rescates” a los países de la UE representan en realidad una argolla al cuello de la que pende una losa de varias toneladas. Auténticamente crucificados a recortes –más desde que votaron al gobierno conservador con el que pensaban iba a mejorar su situación- nuestros adorables vecinos van en caída libre. A pesar de recortar sueldos, pensiones, quitar pagas, mermar servicios de sanidad y educación, y todo lo que sea menester, Fitch prevé una contracción de la economía lusa del 3% en 2012 y advierte de que «la recesión complicará los planes de consolidación fiscal del Gobierno portugués y afectará negativamente a la calidad de los activos de la banca lusa». Así que habrá que seguir recortando.

En La energía liberada explico algunos datos que investigué:

“El diferencial de la deuda de Grecia al recibir la “dádiva” de su rescate era de 566 puntos; el de Irlanda, 569, y el de Portugal, 533.

En agosto de 2011, cuando los mercados “castigan” sin cesar a Europa, nos encontramos con una brutal elevación de sus primas. Los bonos griegos se disparaban a 1.256 puntos con un rendimiento cercano al 15 por ciento a los inversores, que llegó al 18,50 por ciento a finales de mes. Los irlandeses y los portugueses alcanzan ya casi los 900 puntos, aportando ganancias del 11 por ciento. Fue el día en el que la prima de riesgo española sobrepasó por primera vez “el nivel psicológico” de los 400 puntos, proporcionando una rentabilidad superior al 6 por ciento. ¿Hay país que se recupere así? Ha de pagar más por lo mismo, desviando dinero de inversión y servicios. Y facilitando grandes ganancias, cada vez más, a quienes los “ayudan”. Los ciudadanos no pueden consumir y alimentar el mercado. Cada vez son más pobres, países y personas de a pie. Se asemeja a una estafa piramidal en la que ni han previsto cómo salir mientras exista el bocado inmediato que engullir. Lo curioso es que antes de la desregulación de los bancos, aquella que aprobó Bill Clinton y a la que se apuntaron todos, los diferenciales se mantenían estables en torno a los 150 puntos, en datos de la OCDE, que reflejan otros estudios (2011 International Monetary Fund, julio). Alguien está haciendo negocio con la deuda como es bien evidente.

(…)

Nos piden que sacrifiquemos lo importante —empleo, sanidad, educación, pensiones, viviendas, servicios públicos— para mantener lo accesorio: la entelequia de un equilibrio económico tan desequilibrado que ahonda las desigualdades y enriquece más a los privilegiados como en las épocas más negras de nuestra historia”.

Y, hoy seguimos comprobando, que ni aún así lo logran. Y el nuevo hachazo de las agencias privadas norteamericanas ha dejado el diferencial portugués a 1.095 puntos. Estas erráticas políticas que impone la UE azul, la del PPE europeo, han hecho que toda la zona entre en recesión, como ya dicen sus propios amigos y beneficiarios: los bancos. El lobby de la gran banca considera que la zona euro ha entrado en una nueva recesión. El instituto, que engloba a cerca de 400 entidades financieras, prevé que la economía europea se contraerá un 1% en 2012 y lamenta que algunos líderes del continente «están haciendo el problema peor, no mejor».

¿Hay culpables? Naturalmente. A esta manada se va a unir en breve nuestro brillante presidente Mariano Rajoy. No os perdáis ni un suspiro de esta intervención el el Parlamento de Estrasburgo, ni las caras de quienes lo escuchan.

Claro que mientras unos pocos sean cada día más ricos gracias a todo esto, y pueden aprovecharse de la compra de empresas públicas que pagamos con nuestros impuestos pero que obligan a privatizar para seguir pagando y pagando cuanto estimen oportuno, mientras los políticos sigan amparando estas conductas (que ideológicamente comparten y aplauden), y los ciudadanos continúen votando a los adalides de esta doctrina, mientras la mayoría no se mueva y engulla lo que le echen y se deje acunar por el entretenimiento y la trivialidad decretada… poco se puede hacer.

 

Adiós José Samarago

José Saramago ha muerto hoy a los 87 años de edad. Le tomo la palabra a Ramón Lobo. Me he quedado sin ganas de escribir.

Hay dos tipos de escritores: los que se asilan del mundo y tratan de modificarlo desde sus libros y personajes sin otro compromiso que la búsqueda permanente de la excelencia; y los que como José Saramago, que además de escribir obras esenciales como El memorial del convento, El año de la muerte de Ricardo Reis, los dos ensayos, el de la ceguera y el de la lucidez, y la maravillosa Caín, entre otras, son capaces de salir al mundo y tratar de cambiarlo con sus propias manos. Esa generosidad quijotesca la debió heredar de su abuelo, quien antes de morir hace ya muchos años se levantó de la cama, abrazó a los cuatro árboles que tenía en su huerto y se fue en paz, con la tranquilidad del deber cumplido.

Saramago nunca se escondió. Renunció a muchas líneas escritas en su atalaya de Tías, en Lanzarote, desde donde se ve el mar, por salir a la calle y dar voz a los que no la tienen, a los que nadie escucha, a los que nadie ve. Estuvo en todas las batallas en las que había un ser humano al que abrazar, fuese en Chiapas o en Haití, en Argentina, Chile o Uruguay, donde dictaduras sangrientas y crueles dejaron la huella de la otra cara del hombre. Libró batallas en favor de África, del continente oscuro y silenciado por una globalización informativa que solo habla de las cosas del hombre blanco, y otras en favor de sus inmigrantes desde su Lanzarote adoptiva, frontera primera para los que huyen de las guerras, la miseria, las enfermedades y la pobreza. También tomó partido por Palestina y los palestinos, cuya persecución y desgracia comparó con la que sufrieron muchos judíos en la Europa nazi y que le granjeó la beligerante enemistad de todos los gobiernos israelíes.

José Saramago sabía que el premio Nobel de Literatura no era sólo un galardón, el más importante para un escritor, era sobre todo una responsabilidad. Un gran altavoz para una voz que siempre habló en favor de los desfavorecidos, de los que escribió y duplicó en personajes extraordinarios como Baltasar y Blimunda en El memorial, seres que habitaron sus libros dándoles el sentido transcendente de las grandes obras.

Seguir leyendo El escritor que abrazaba hombres

Por Iberia, maestro. Por Pilar. Por los sueños perdidos que habrán de ser retomados una y otra vez.

Las lecciones de Portugal

El domingo –además de Alemania- celebra elecciones Portugal. La presidencia de la república la ostenta Cavaco Silva del llamado Partido Social Demócrata que en realidad es de centro-derecha. La jefatura del Gobierno, José Sócrates, socialista. Por primera vez una mujer, Manuela Ferreira, opta a presidir el ejecutivo por los conservadores. Promete acabar con el AVE para “no convertir a Portugal en una provincia española”.

Pues bien, un escándalo político y mediático sacude a nuestros vecinos. Durante la campaña ha habido guerra sucia que implica a los medios. En el último y definitivo episodio, el diario portugués Público titula en portada: «La Presidencia sospecha estar vigilada por el Gobierno». La supuesta noticia, que tuvo seguimiento al día siguiente, señalaba que desde la oficina del primer ministro se espiaba al presidente de la República. Recalco: acusación de ser espiado.

Diario de Noticias, otro de los grandes diarios portugueses, tercia en la cuestión y publica que la «fuente anónima» de la grave acusación de su colega –recalco: grave acusación- es Fernando Lima, hombre de máxima confianza del presidente, quien se habría reunido con un periodista de Público para tramar la historia del espionaje.

Los dos últimos domingos, el defensor del lector de Público, Joaquim Vieira, se ha mostrado extraordinariamente crítico con la actuación de su periódico y de su director, hasta el punto de preguntarse si tiene «una agenda política oculta».

Pues bien, Cavaco acaba de destituir a Fernando Lima, su asesor político y de prensa durante más de 24 años. Diario de noticias aporta la prueba de un email demostrando que la fuente de esa falsa información, a petición del presidente, era él.

La sociedad portuguesa –¡ay! qué diferencia- ha reaccionado con indignación a estos tejemanejes, y habrá que esperar a ver cómo se refleja en las urnas, dado que los sondeos están muy igualados en intención de voto. Muchos dan por seguro que el escándalo frena las posibilidades de Manuela Ferreira por pertenecer al mismo partido. Ni se duda de que los ciudadanos no toleran -allí- las trampas. La crisis -de la que Portugal está saliendo sin embargo- puede, sin embargo, influir más en los resultados. Habrá que ver.

Durante 60 años, las veleidades dinásticas integraron España y Portugal bajo el reinado de Felipe II en el siglo XVI. Y un destino paradójico hace que ambos países siempre muevan ficha al mismo tiempo. Los dos se aventuraron al mar en busca de Imperios que terminarían por perder casi simultáneamente. El siglo XX los unió en sendas dictaduras que se prolongaron cuatro décadas, algo menos en Portugal. Nuestros vecinos reventaron la suya con los claveles del 25 de Abril de 1974, un año después España se abre a la democracia tras la muerte de Franco, él solito en su cama. De la mano entramos en Europa en 1986.

 Pero nos hemos separado más de lo que se cree. Todas las encuestas europeas lo sitúan por debajo de nosotros en nivel de desarrollo, pero a la vista de lo que veo, envidio muchas cosas de nuestros vecinos. Una parte de su periodismo, incluso de su política, y desde luego a su sociedad.

Postdata:

La ausencia de Zapatero y Rajoy anima a la mitad de los diputados a ‘saltarse’ la sesión de control del Congreso.

Y un recuerdo, respecto a las formas políticas de EEUU y España.

Una instructiva mirada fuera

En España no gustan las noticias internacionales, cada vez ocupan un espacio más reducido en los frivolizados medios. En casi ningún país interesan demasiado en realidad. La BBC británica sí ofrece reportajes ajenos a su isla, y es de suponer que lo haga porque tienen un público. En el centro y norte de Europa también interesa lo que sucede en los países vecinos. En un mundo globalizado, cada vez es más necesario mirar afuera por si es necesario “poner las barbas a remojar”. Incluso en la España aislada por los pétreos e impermeables pirineos que no dejaron entrar ni la Ilustración, aunque sí el fascismo.

“La economía cae al 18% y, para evitar la bancarrota, se han cerrado 30 hospitales, los enfermos deberán alquilar a partir de ahora la cama en los centros públicos, el salario de los maestros se recorta a la mitad, el salario mínimo baja el 20% y las pensiones, el 10%.” (…)”El laboratorio neoliberal europeo el único país de toda la UE donde el centro-izquierda no ha gobernado en los últimos 20 años, donde todos los asalariados pagan el mismo porcentaje de impuestos (flat-tax del 23%), donde las empresas apenas tienen tasas que asumir y el despido es en la práctica libre se ha derrumbado como ningún otro país ante la crisis mundial.”

  • Dos países europeos significativos celebran elecciones el día 27 de Septiembre. Portugal lo es para nosotros por vecindad, y por cuánto nos miran ante nuestra enorme indiferencia. Los sondeos dan una ligera ventaja a los socialistas del primer ministro José Sócrates. Pero, por primera vez en la historia del país, una mujer aspira a la presidencia del gobierno: la conservadora Ferreira Leite. Ésta acusa a Socrates de haber convertido a Portugal en “una provincia española” y promete suspender el proyecto del AVE que les unirá a Madrid, por su costo, y porque, seguramente, prefiere alejarse de nosotros, en un aislamiento dentro del aislamiento ibérico. Por lo que intuyo, la población no le secunda, dado que muchos portugueses trabajan en España.
  •  El mismo día, 27 de Septiembre, celebra elecciones la poderosa Alemania, gobernada por una coalición de democristianos y socialdemócratas, con presidencia de la inusual –al menos para lo que gastamos aquí- conservadora Angela Merkel. Pues bien, los sondeos demuestran que ambos partidos pierden votantes. Hasta los años ochenta, los dos grandes partidos cosechaban juntos más del 80% de los votos, y entre ellos estaba solo el FDP (los liberales). Este año, CDU y SPD podrían no alcanzar el 60%. El ascenso de los partidos pequeños, La Izquierda, Los Verdes y los liberales del FDP parece imparable.

 “No obstante, con la crisis aparentemente domesticada y a la espera de su previsible impacto en el mercado laboral, los votantes parecen haber cambiando de preocupaciones. Si la debacle financiera pudo capearse, ahora queda el miedo de muchos a perder el trabajo y a que continúen los recortes sociales, como consecuencia del enorme gasto público en programas de reactivación económica y financiera.

Aquí puntúa La Izquierda, que además cuenta con apoyos tradicionalmente altos en los cinco Estados federados que fueron la antigua República Democrática Alemana. La Izquierda nació en 2007 de la fusión de los ex-comunistas del Este con los disidentes socialdemócratas del entorno de Oskar Lafontaine en el Oeste”.

  •   No quiero saber más qué dicen los políticos españoles, sino lo que hacen. No quiero más declaraciones fuera del tiesto aireadas por los poco eficientes medios.  Incluso los políticos deberían ver que los partidos tradicionales se derrumban en favor de posturas más radicales. La izquierda, pero también la ultraderecha. Si queréis perder 8 minutos instructivos, ved este reportaje de euronews. Tengo la impresión de que nuevas corrientes están en marcha, y que cruzarán incluso los pétreos pirineos, pillando al personal deteniendo su mirada en el propio ombligo. Y a quien se duerme, se lo lleva la corriente, o eso dice el refrán.

Más izquierda

Una nueva lectura de los resultados electorales para el Parlamento europeo –habrá que hacer numerosas reflexiones- indica un fenómeno inicialmente oculto por el triunfo conservador y ultraderechista. Europa se ha radicalizado y, no sólo exige derechas claras, sino izquierdas auténticas.

El voto conservador ha crecido en número de países pero, salvo en Francia, ha mermado sus apoyos en cada circunscripción. El éxito de Sarkozy al frente de la UE, no debe ser ajeno a esta excepción.

Pero en la misma Francia, se asiste al espectacular aumento de los verdes de Daniel Cohn-Bendit que se sitúan como tercera fuerza política. Acabo de escuchar, al viejo y carismático líder del 68 decir que se propone formar un grupo independiente en la Eurocámara que represente una alternativa a la derecha. Gran resultado también de los verdes alemanes. En Portugal -ése discreto país que siempre nos ha marcado el camino-  los socialistas se han hundido pero han subido dos formaciones de izquierda que suman 5 escaños, la mitad que los conservadores ganadores. Dani El Rojo quiere plantear la primera batalla en lograr que Durao Barroso no sea reelegido como Presidente de la Comisión.

En los países nórdicos ha triunfado la socialdemocracia sobre los gobiernos conservadores. La izquierda escandinava es izquierda auténtica, del mismo modo que sus conservadores democráticos son derecha civilizada. En Suecia, el partido socialdemócrata –liderado por una mujer- saca 6 puntos a los liberales moderados, ahora en el Gobierno.

En España no llegan a 600.000 los votos que separan a PP de PSOE, y el PP ha perdido un escaño respecto a 2.004. Existe un nuevo reparto para España, pero es evidente que el PP no ha conservado todos sus apoyos.

Leo en El Mundo que el PSOE se propone -como autocrítica- aceptar algunas propuestas de los empresarios en la mesa de diálogo social y que, prácticamente, se arrepiente de la Ley del aborto. No da fuente alguna, no cita de quién son las declaraciones, puede ser su periodismo globo-sonda habitual. Pero haría mal Zapatero en seguir los “consejos”. Lo que la sociedad europea ha rechazado es un socialismo liberal que se distingue poco de los conservadores y cede a todas las presiones del capitalismo. Cierto que España es, en efecto, “diferent” porque leyes que aquí rasgan vestiduras por mandato de la Iglesia Católica, están en vigor en Europa y son plenamente aceptadas.

Lo que Europa no ha votado son las medias tintas. Hay dos formas de enfocar la realidad y los problemas. El egoísmo capitalista quiere preservar su propiedad y se acrecienta en tiempos de crisis. Por más que en el caso de los españoles sus propiedades sean una soga que les ata al banco. El mismo banco que sufraga los partidos políticos. No importa que la crisis la haya provocado su sistema, hay que salvar los muebles. La izquierda piensa en los más desfavorecidos, pretendiendo devolverles lo que el sistema les quitó. Un presupuesto mal empleado en opinión de la derecha.

La derecha disfraza el éxito conservador de defensa de valores. Acaba de hablar también en Euronews un lider ¡laborista! diciendo que “ha triunfado la moral y la decencia”. ¿Cuál? ¿La de Berlusconi o el checo Topolanek divirtiéndose con nenas que podrían ser sus nietas alejados de sus santas esposas? ¿La del Mayor Oreja español a quien le parece más reproblable el aborto legal –en toda Europa salvo en Malta y parcialmente en Irlanda- que el delito de abusar sexualmente de menores? ¿El de los votantes de los imputados en corrupción que, como en confesión íntima ante un cura, perdonan los pecadillos remunerados en las urnas?

Rajoy y los suyos saben sacar brillo a sus éxitos convenciendo a una mayoría desinformada de que no tienen fisuras ni matices. Y los socialistas se amedrentan. Tienen que reaccionar. Nos jugamos mucho. El resurgir de nacionalismos, fascismos y populismos en tiempos de crisis, despierta el fantasma de la guerra. Más izquierda para combatirlo, aunque España es diferente, aquí no entró la Ilustración, no lo permitió la Iglesia Católica. Dos corrientes radicales cruzan Europa, sin embargo, mientras, EEUU entierra los extremos. Un abismo económico, de desarrollo, de visión de futuro, nos separa. La anquilosada Europa se resiste a afrontar el futuro, salvo en ese germen de izquierda que crece imparable desde que el socialismo abdicó de su ideología. Y no olvidemos que la gran triunfadora de los comicios ha sido… la abstención, una mayoría que precisa ser ilusionada. O volver a estarlo. En su día lo hizo.

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