Cuando parece que todo cambia…

Están ocurriendo en España cambios impensables hace poco tiempo y a ritmo casi vertiginoso. Sobre el tablero, fichas y personas diferentes a la imagen de muy pocos meses atrás. Graves errores, y en particular una corrupción que atañe a la esencia de un Estado de derecho, han producido visibles sacudidas tectónicas. Habrá que ver cómo se asientan. Algo se está moviendo, parece drástico, pero ni mucho menos hay nada decidido.

El Partido Popular no se comporta, en absoluto, como si temiera perder el poder. Los síntomas son numerosos. Acosado por múltiples casos de corrupción y con una caja B que pende sobre ellos como organización, actúa como si hubiera adquirido las llaves del cortijo en propiedad. Han entregado los parques nacionales de todos para uso y disfrute de los terratenientes, con esa ley que prolonga la caza hasta 2020. Una empresa privada organiza una montería, por cierto, y llegan a cerrar una pedanía en Ciudad Real –siempre en cabeza el virreinato de Cospedal– de la que los vecinos no podían entrar ni salir mientras se solazaban los señoritos. En el siglo XXI. Tenemos por ahí a una Mónica Oriol –de los Oriol y Urquijo y resto de familias de rancio abolengo–, presidenta de unlobby empresarial, que se hace las mansiones y los campos de polo privados en donde le sale de sus augustos genes. Con la amplia colaboración de las autoridades competentes.

Endesa anuncia su intención de alargar la vida de sus centrales nucleares hasta 50 años, según denuncia Ecologistas en Acción. La antigua Empresa Nacional de Electricidad ha sido vaciada por sus nuevos dueños en toda una operación que exigiría atribución de responsabilidades. Por el contrario, no será imposible que consiga sus mandatos en este país. Hablamos del mismo que ha pagado 1.400 millones de euros a la empresa de Florentino Pérez por dejar de producir terremotos en la operación Castor, en Levante, lo que también pasa por ser legal. O del que se ha empecinado en las prospecciones de Canarias contra los deseos de su Gobierno y de buena parte de su sociedad, al punto de enviar a la Armada a embestir a activistas de Greenpeace que protestaban pacíficamente. ¿Todo esto indica  algún propósito de enmienda de los populares ante las encuestas adversas?

De existir la mínima preocupación en el PP, no hubiéramos asistido al espectáculo Monago, esa estomagante experiencia que nos ha revelado que al frente de Extremadura se sitúa un obstinado cantamañanas, con mucho ego y ni gota de pudor. O no se hubiera atrevido Esperanza Aguirre –ni siquiera ella– a amañar unas pruebas que pretendían restablecer la muy dañada honestidad de su partido en Madrid. Ni, sin duda, seguiría de consejero de sanidad de esta comunidad el despreciable sujeto que insultó a Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que contrajo el ébola atendiendo a pacientes. Ni tampoco la ministra de Sanidad, como es obvio, por su gestión. Ni elegiría de jefe el PP de León a un hombre implicado ya en polémicas, tras haber visto desfilar en seis meses a sus antecesores de muy traumática forma: una, a la tumba por los tiros de otra colega del partido; y, otro, a la cárcel, imputado por presunta corrupción. Miedo a perder el bastón de mando no parece que haya.

Si acaso, a tener que compartirlo y, por tanto, a reducirlo. Y ahí se afanan las facciones del PP, cuya mano se evidencia ostensible en la forma de aflorar nuevos casos de corrupción. Se huele el filo de los cuchillos y la acumulación de soportes para la eventual coyuntura. Pero es todo lo que parecen temer. Algo debe de manejar el PP para no estar seriamente inquietos por irse a las catacumbas de los resultados electorales. Sus –múltiples ya– tentáculos mediáticos tal vez le ayuden y, desde luego, resistentes fidelidades capaces de reaccionar en un solo balido a cualquier palabra del PP. Las eternas trampas de sembrar el miedo y la desesperanza –la desesperanza también es un instrumento de control–.

El PSOE confirma, de día en día, su apuesta por ser un partido defensor a ultranza del sistema neoliberal que nos ha traído hasta aquí y apenas alternativo a los conservadores, salvo en algunos gestos. Un partido suave, amable y moderado que riñe a Podemos y sus votantes desde el pedestal en el que cree encontrarse y que pisa aún menos la realidad que sus colegas. No parece que pueda aspirar a mucho más que a recoger votos desencantados del PP –que no huyan por otros derroteros–, para que siga todo como siempre. Y no sería raro que “en interés del Estado” –y del suyo propio– pactaran con el PP, en el caso de que la suma sirviera.

Izquierda Unida reacciona, seguramente tarde. La renuncia de Cayo Lara cambiará la formación, pero es probable que termine dividida entre quienes siempre supusieron freno y tapón y quienes buscaban el cambio. Al menos los supervivientes pueden librarse del lastre que durante tantos años los ha detenido, del corte de los Moral Santín. Al menos Alberto Garzón, por su preparación y carácter, es una apuesta de garantía. Del resto de los partidos no se aguardan, por el momento, grandes apoyos que los hagan decisivos.

Podemos tiene 5 eurodiputados, grandes expectativas de voto y una estructura que da pasos firmes en su formación. Como realidad es eso lo que tiene. Y, también, un líder con tal poder de convocatoria que corre el peligro de rayar en adoración entre sus seguidores; para quienes le rechazan es la representación del demonio –venezolano, por supuesto–. El resto acabaremos empachados de tanta entrevista, disección y ataque. Bastantes incógnitas, asimismo; algunos chirridos. Nunca tantos como los que ahora sientan sus reales en el poder.  Y… todas las fuerzas del sistema en su contra, con la guerra sucia que se les supone, hacen parecer que la irrupción de Podemos sea más grave que un ataque nuclear. Y, eso, en este país devastado por los de siempre tiene su mérito. Más racionales, algunos poderes económicos internacionales buscan, como informaba este diario,  al menos saber con quién pueden estar hablando.

Todas estas luces de colores brillan deslumbrantes ante nuestros ojos, mientras el neoliberalismo tiene grandes planes para nosotros. Nos prepara la culminación de su apuesta, el TTIP, el tratado de libre (dicen) comercio que consagrará la hegemonía del poder económico sobre Gobiernos y personas. PP, PSOE, UPyD y CiU lo apoyan. Lo que indica cuán coherente es con su ideología. Lo primero es lo primero.

La partida, pues, es dura y apenas está empezando. Imprescindible ser realistas y saberlo. Pensar en las cartas de los contrarios, están dando pistas. El camino para revertir los abusos sí ha empezado, pero es preciso seguir con sensatez y muy atentos. Puede que ya nada vuelva a ser completamente igual pero –conviene no olvidarlo– la historia avisa. Y, con tantos trabajando a favor, terminar quedando todo más o menos como estaba.

*Publicado en eldiario.es

Podemos, un impacto en aguas estancadas

Estanque Parque de la Fuente del Berro, Madrid

Estanque Parque de la Fuente del Berro, Madrid

El éxito electoral de Podemos parece haber caído sobre un estanque de aguas encharcadas y no precisamente limpias. Cuando la corriente fluye, cualquier incursión en el cauce –una piedra, una rama– apenas se percibe. En la quietud, en cambio, supone una auténtica convulsión, la superficie se agita en círculos desplazando lo que era estático. Ese efecto, ocasionado por Podemos, revela la grave anomalía que vivimos en España. Ha sido el catalizador de una política podrida y hedionda, la sociedad que la sustenta –o la sufre–, y los medios que la amparan –o la critican–. En todo caso, no es normal en un país equilibrado que un partido nuevo –con cinco europarlamentarios– produzca semejante cataclismo. Indica una preocupante disfunción.

Circulos expansivos que empujan lo aposentado, lo largamente acumulado, a otra ubicación. Primero fue la Corona, la Jefatura del Estado. Había razones, pero el apresurado relevo de Juan Carlos se precipitó en parte por el resultado electoral que preveía más turbulencias.

Estanque Parque de la Fuente del Berro, Madrid

Estanque Parque de la Fuente del Berro, Madrid

Izquierda Unida se encuentra en plena zozobra. Dado que el PSOE no recogía electoralmente el malestar por la política practicada por el PP, las miradas se volvieron a IU. Un momento único porque pocas veces como ahora un gobierno ha trabajado tan intensamente en la  demolición del Estado del Bienestar, de lo público, y del propio sistema social en el que vivíamos. Y, aunque subieron en votos, no fueron los depositarios del descontento y de las esperanzas de la sociedad como sí ocurrió con Podemos.

Otro detonante, la sicav para las pensiones de los parlamentarios europeos –revelada por Infolibre–, se lleva a Willy Meyer que, con todo, no deja de ser el participe más digno. Y las aguas se agitan ya de forma imparable. Cayo Lara es cuestionado como coordinador federal –o aflora lo que era una realidad– y se propone la alternativa del joven economista Alberto Garzón. No será fácil. IU tiene su propia parcela en el cenagal del fondo, pero sería saludable para el país que una corriente renovadora –siempre es una corriente, fluida– lograra limpiarlo.

En el PSOE el impacto ha sido devastador. Alfredo Pérez Rubalcaba que -pese a la caída en picado de las expectativas electorales- permaneció en la dirección para cumplir grandes servicios a la España del PP como el apoyo a la monarquía hereditaria y el no a toda consulta popular, decide irse hasta de la política. Entre sentidos lamentos del gobierno que veía en él un fiel aliado en «asuntos de Estado».

El PSOE que queda es otro fangal que apenas deja vislumbrar el fondo. El aparato, la empresa, las redes clientelares que se sustentan a su calor, la delfina de ese entramado que espera su turno, tienen un claro candidato: Pedro Sánchez, el mismo que toda la derecha mediática incluido quienes no lo son para algunos ingenuos: El País o el debate de los sábados por la noche de la Sexta.

Y no están dispuestos a que nadie alborote sus aguas no vaya a ser que las limpien y alguien pierda su puesto. Y porque igual, la empresa, no pasa por sus mejores momentos, como buena parte de los partidos tan dependientes de créditos bancarios. Con Pérez Tapias, como honesta vieja guardia de la izquierda y menores apoyos, el adversario es Eduardo Madina. Quien merecería un margen de confianza solo por las cuchilladas amigas que debe estar sufriendo en su intento. El problema es que el PSOE perdió con el equipo de Zapatero toda la confianza de sus votantes más críticos y, aunque tarde, Madina formó parte de él. Como todos los demás, realmente. Tampoco es fácil empezar de cero. Las aguas se agitan de todos modos, el monstruo del pantano está vivo, ya nada puede seguir igual. Salvo que quieran hundirse más en esa política de la que huye la sociedad.

 Ada Colau irrumpe con la plataforma Guanyem para optar al ayuntamiento de Barcelona. Una decisión meditada, trabajada, y una forma de hacer política desde la sociedad, en paralelo a Podemos. Madrid se mueve para las municipales en opciones similares. Equo parece estar en la idea de la unión de fuerzas progresistas. Algo se ha movido y mucho, aunque de forma desproporcionada a lo que de verdad es la irrupción de un partido nuevo.

 La superficie vibra pero ¿y el fondo? Allí tenemos a un ministro de Hacienda que elude impuestos en una sicav de un paraíso fiscal y semejante inmundicia ética no conlleva su abandono del cargo, no aflora para producir reacciones. Ninguna de las que con tanto ahínco y tanta impunidad fabrica el PP. Desde la ministra de sanidad a la de empleo, pasando por los titulares de justicia, interior o educación; desde su secretaria general al presidente de un partido con Caja B y sobresueldos. El mismo que dirige un gobierno con tintes autoritarios y represivos de tal magnitud que, como en el caso, de la persecución de personas que ejercen su derecho a la huelga recuerda las etapas más negras de nuestra historia. Y ahí siguen tan campantes en las aguas ocultas.

 Y allí están también todos los elementos de esta sociedad clasista de Villa y Corte renacida, donde las altas magistraturas judiciales impugnan imputaciones de infantas negándose en redondo a que haya juicio. Donde se reverencia con genuflexión incluida a la Iglesia católica, y siempre al poder financiero. A ellos no ha llegado aún la onda de las convulsiones, ni tampoco a los grandes medios de comunicación, o al sector de la sociedad que siempre traga. Pero el movimiento causado por un solo impacto, indica que ya difícilmente sobrevivirá todo tal cuál lo tienen, salvo que la ciénaga acabe por engullir hasta las piedras que encuentre como obstáculo.

 Solo las sociedades dinámicas generan proyectos, ilusiones, vida. Con la savia que los movimientos sociales organizados representan ha entrado agua que fluye en el remanso de aguas muertas.  Se precisa más, desde distintas fuentes. España necesita un torrente para limpiar bien tanta mugre.

*Publicado en eldiario.es

Genuflexión

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La escena resultaría, resultaba, igual de chirriante aunque los intervinientes tuvieran similar estatura. Así se ve en todo su esplendor. El 19J se produjeron varios miles de reverencias a los nuevos reyes. Ya vimos que ellos también se inclinaban: ante la iglesia, ante Rouco Varela, más bien, que ya ni es el presidente de la Conferencia episcopal.

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Tal suerte y abundancia de torsiones lumbares se producían, al parecer, para abrir la Corona a muchos colectivos. Se supone que lo hacen por respeto, admiración, cortesía, pero este gesto también se interpreta como sumisión y acatamiento. En todo caso, la imagen en sí es una imagen que duele. Los aficionados a Juego de Tronos ya conoceréis que el jefe de El Pueblo libre dice -en circunstancias bien precarias-: «yo no me arrodillo».  Y no se arrodilla.  Ese pundonor es algo con lo que se nace.  Ángels Martínez Castells comentó el 19J en un twit: «Una monarquía «renovada» no debería tolerar reverencias, ni que nadie doble su rodilla. Si el Papa no lo acepta ¿Por qué Felipe y Letizia?».

Ay, el problema es que en este país son muchos los que doblan el espinazo. Hay poderes intocables según se puede apreciar por experiencia empírica.  Ahí tenemos al presidente del gobierno y al Fiscal General del Estado aplaudiendo la impugnación del fiscal Horrachs, es decir, la inocencia de la Infanta Cristina -sin juicio- basándose en argumentos tan sólidos legalmente como que no se enteraba de nada. Aunque… también tenemos al Juez Castro que no se ha dejado intimidar y a Jueces para la Democracia que pide amparo para él y le apoya.

Los gobiernos actuales se inclinan ante el dinero -sin mucho más que añadir. A ver si hacen efecto escoba y pillan algo. Y se agachan también ante otros a los que consideran más poderosos. Merkel en la UE. Para los «inferiores» reservan recortes y palos si protestan.

Ante los bancos, la torsión es tan intensa -precisa mucho entrenamiento- que se llega a besar los pies. Ahí tenemos el desalojo, este viernes, de una familia que había ocupado un piso vacío de Kutxabank. Pidieron les arbitraran un alquiler social pero la entidad fue inflexible. No tenían relación comercial con ellos adujeron. Nosotros tampoco tenemos relación comercial con el sector financiero español al que hemos pagado un inmenso rescate, y nos lo hemos tenido que comer. Así son las cosas de los geruflexos.

Algo se mueve en alguna parte. Izquierda Unida ha decidido encargar al joven economista Alberto Garzón la renovación de la coalición y la búsqueda de un bloque político y social . Es una buena idea en mi opinión. Se suma a Podemos. A la plataforma Guanyem que, con Ada Colau, busca otra forma de gobernar, en este caso Barcelona. Como punto de partida.

Incluso que Rubalcaba se vaya del PSOE es positivo, veremos si entre los tres candidatos no apuestan por la continuidad repeinada.  Si tenéis alguna duda sobre a quién me refiero, ved de quién es la foto que ilustra el artículo de El País.  El Mundo hace unos días también parecía tenerlo claro.

Esa familia que en la noche de este viernes no tendrá techo -bueno, provisionalmente alguien los acogerá pero seguirán sin casa- esta compuesta por la pareja y tres hijos. El más pequeño de 20 días.  Ni tres semanas lleva en el mundo este crío y ya le ofertan el sol y las estrellas como hogar.  Por él, volved arriba y echar un vistazo a las fotos.  Qué forma de organizarnos queremos para brindar un presente y un futuro a ese niño desahuciado y a todos los demás.  Los que se inclinan entre sí o el Pueblo libre. De hecho es donde reside la soberanía nacional aunque no lo parezca.

 

El voto de las sectas destructivas

 En Cantabria, según escuchaba esta mañana muy temprano en Hoy por hoy de la SER, ha subido el  índice de pobreza 5 puntos en solo un año. El 70% de los hogares tienen dificultad para llegar a fin de mes. No son las tasas más altas de España, incluso está Cantabria por debajo de la media. Sin embargo, Cruz Roja ha contado, alarmada, que a estas alturas del año, Mayo, ya ha atendido al mismo número de personas que en todo 2013. La mayoría son por carencias alimenticias. En las elecciones del día 25 ganó el PP: le votaron 74.379 individuos. Aunque muchos de ellos -no todos, seguro- lleguen a fin de mes sobradamente, su vida también se degrada con el deterioro de la vida de quienes les rodean. Tarde o temprano sucede. Por no conocer la gestión que avalan no es. A ellos, a los empecinados votantes cántabros del PP, dedico, como símbolo, este artículo que publico en eldiario.es. Casi como ejemplo al azar pero evidente. Respetando su voluntad, aunque tratando de analizar su actitud.

Theon Greyjoy de Juego de Tronos que deviene en el personaje de Hediondo tras ser torturado

Theon Greyjoy de Juego de Tronos que deviene en el personaje de Hediondo tras ser torturado

Sí, algo está cambiando. El bipartidismo se ha llevado un sonoro batacazo. Esperanzador resulta como promesa de renovación el triunfo de Podemos en España o de Syriza en Grecia. En el conjunto de Europa se produce un voto de castigo a la política tradicional –bien es verdad que en algunos casos con tintes altamente preocupantes-. La llave sigue estando, sin embargo, en manos de las sectas destructivas de la sociedad. Y son capaces no solo de mantener la degradación actual sino de incrementarla como indica el resurgimiento del fascismo votado en las urnas.

 “Somos los únicos que hemos ganado de todos los que han hecho reformas en Europa”, repiten en un PP que ha perdido un tercio de sus apoyos y 8 diputados. Pero tiene razón, han sacado más votos que el PSOE, el partido que realmente cae en barrena. No tanto por los porcentajes que son similares a la otra pata del bipartidismo,  sino porque este resultado se produce estando presuntamente en la oposición y con las políticas de destrozo seguidas por el PP, conocidas por el eufemismo de  “reformas”.

 3.981.956 individuos han votado al PP. Evidentemente hay entre ellos beneficiarios de sus actuaciones, pero en un número necesariamente reducido porque el pastel no es de proporciones infinitas. En consecuencia existen en España casi cuatro millones de personas que avalan cuanto hace el PP, sin preguntarse nada más.

 Dada la parquedad que con la realidad de este partido emplean los medios grandes, insistiré en un repaso –siquiera somero- de sus hitos reseñables. Se trata de una organización con Caja B y sueldos B procedente de donantes contratantes de obra pública, como ya ha certificado el juez instructor de la causa por corrupción de Gürtel/Bárcenas. Un partido que ha dado tales hachazos al Estado del Bienestar español que resulta irreconocible. Concretamente, el daño inferido a la sanidad pública –que era de las mejores del mundo- ocasiona ya víctimas reales y los repagos han convertido la salud en producto de consumo sujeto a precio y vaivenes del mercado. Los daños ocasionados en los derechos laborales son prácticamente irreversibles. El tandem interior/justicia se ha empleado a fondo en modificar los códigos con leyes francamente represivas e involucionistas. Y de sus acciones contra la mujer baste de ejemplo la elección de un candidato machista de manual que, por cierto, sale ya tan campante para Europa en nuestra representación.

 Todo esto y más lo aprueban y secundan casi 4 millones de personas. Individuos aparentemente normales se comportan de forma que daña al conjunto de la sociedad. Es verdad que en sus feudos tradicionales, Madrid y la Comunidad valenciana, los apoyos al PP han bajado casi a la mitad. También en Galicia sufre un importante retroceso. Pero todavía hay en esos lugares tan asolados quien va a una urna y dice: venga, adelante con ello.

 Las sectas destructivas no funcionan con lógica, les han programado para comportarse como soportes del líder al que siguen ciegamente. Para justificar sus atropellos con inverosímiles argumentos que en muchos casos ofenden a la inteligencia. Para amar a sus verdugos aunque llegaran a ejercer sobre ellos la tortura, y sin siquiera ser conscientes de ello. El personaje de la realista serie Juego de Tronos, Reek, Hediondo -desollado y mutilado, alojado entre los perros- que venera al tirano, sería un símbolo muy gráfico. Llevado al extremo, naturalmente.

 Por supuesto las sectas destructivas se dan, con mayor o menor nivel de abducción mental, en otras formaciones. En quienes buscan justificaciones a derrotas empecinadas como ocurre en seguidores del PSOE. En ese clima, Rubalcaba que se va diciendo que el nuevo Congreso seguirá el trabajo. ¿Ha entendido bien lo que pasa? ¿Lo han entendido sus compañeros? O entre quienes consideran un buen resultado el obtenido por Izquierda Unida que, ni con la debacle del PSOE y aun subiendo, consigue siquiera el  resultado de 1994: 13,44% entonces, ahora 9,9%. Su quinto puesto en la Comunidad de Madrid es definitorio. Izquierda Unida debe hablar… con Izquierda Unida en primer lugar.

 Mucho más terrible aún es el ascenso de la extrema derecha en Europa. Esa Francia que, con el Frente Nacional, emprende una contrarrevolución bajo el lema: Répression, inégalité,  haine et impunité ( Represión, desigualdad, odio e impunidad).  Dinamarca, Finlandia, Grecia, Hungría, Reino Unido, o Alemania con un escaño para un  partido directamente nazi, dibujan el desolador panorama.

 ¿Un voto de castigo? ¿A quién? ¿A ellos mismos? Les han programado para olvidar quiénes causaron la crisis, ya no se habla de los poderes financieros. Ni de las ayudas de dinero público que se les ha dado para mantenerse. Ni de las condiciones privilegiadas de las que gozan en sus préstamos. La culpa la tiene, oh, milagro, el pobre que vino en patera, o saltando una valla de cuchillas, a buscarse una vida mejor. Con enorme valentía, frente a la poca airosa actitud de los culpables de la crisis. O de quienes secundan desde sus casas la descomunal estafa. Votándola o absteniéndose como hicieron la mitad de los españoles y la mitad de los europeos.

 ¿Y quién programa a las sectas destructivas incapaces de ver la realidad?

  En algunas formaciones son simplemente sus líderes o la endogamia que les hace dar vueltas a una habitación sin ventanas a la calle. Pero el mayor peligro para la sociedad está en esas masas de abducidos que cierran los ojos ante toda amenaza aunque –como la peste fascista elegida en las urnas este 25 de Mayo- augure tiempos mucho peores. Los que se vivieron en los años 30 del siglo pasado. No es una entelequia: están aquí, los han votado personas como Usted o como yo.

 La historia estudiará la enorme responsabilidad de los medios de masas en la programación de la sociedad. Hurtando la realidad. O los datos objetivos que forman criterios. Inyectando –como el atracón de fútbol servido este fin de semana en particular por la televisión pública- evasiones que les liberen de pensar y les induzcan vivir despreocupados hasta de su propia vida. Con algunos de sus debates distorsionadores. Señalando a quien odiar. Alentando su pasividad.  Con su frustrante modelo social. Con pocos escrúpulos éticos.

Ejércitos organizados de zombies ya comienzan a atacar el espectacular éxito de Podemos. Les ha descolocado. Podemos, claro que Podemos. Queremos, debemos, es nuestra obligación imperiosa, desprogramar a las  sectas destructivas. Por el bien de la propia sociedad. Se hace con información, educación y apelando a su dignidad. Algo está cambiando, desde luego. Si a mejor o a peor dependerá de nosotros. Lo último, mirar cómo otros deciden la historia.

 

Yo también busco mi voto útil

Por primera vez en mi vida, no tengo decidido aún a quién votar. Y sí el convencimiento de que por nada del mundo me abstengo. No soy la única en esta situación. Hoy he leído mis propias sensaciones en un artículo de Isaac Rosa. Estas preguntas se hace, muy similares a las mías:

“¿Cuál es el voto más útil para castigar al PP, y que sea consciente de la dimensión del rechazo ciudadano?

¿Cuál es el voto más útil para debilitar aun más el renqueante bipartidismo?

¿Cuál es el voto más útil para que sea visible e insostenible la crisis del sistema nacido de la Transición?

¿Cuál es el voto más útil para que se abra paso una alternativa?

¿Cuál es el voto más útil para que quienes ahora no han querido o no han sabido crear un frente amplio, se vean obligados a hacerlo en los próximos meses?”.

Y añade Isaac: Llevo varios días haciéndome estas preguntas, y no siempre llego a la misma respuesta. Es más, no encuentro una sola respuesta que sea válida para todas las preguntas.

Exacto. Nadie me satisface por completo, los candidatos que manejo tienen en algún caso severas pegas. Aunque no tantas, claro, como el PP o el PSOE. He llegado varias veces a la decisión «final». Y me ocurre que, cuando parece que ya me he decantado por una opción, sale alguien del grupo soltando un exabrupto contra un competidor… progresista. Y me desmotiva.

Si pienso en local, en España, lo que me planteo es que el PP precisa un varapalo histórico. Y hay sondeos privados realmente esperanzadores al respecto. Ya afrontaremos después cómo reacciona esta gente tan poco respetuosa con… la democracia.

El PSOE también. Como toda la socialdemocracia europea. No hay nada qué hacer con ellos si no se regeneran. Profundamente.

Creo, en consecuencia, que lo favorable para el país sería un ascenso notable de IU con compromiso de regeneración igualmente, de erradicar sus históricos lastres. Ved este interesante artículo. Y apuesto igualmente porque tengan una gran representación, cuanta más mejor, Primavera Europea (con Compromís y Equo), gente bastante limpia, y Podemos, porque es un revulsivo interesante.

En los nacionalismos vosotros, los implicados, sabréis pero hace falta en algún caso tener el mismo cuajo para votarlos que para secundar las tropelías del PP. El alcalde xenófobo de Sestao, no reprobado por el PNV, ha sido la guinda.

Pensando en Europa me parecen interesantísimos dos candidatos: Alexis Tsipras y Ska Keller. Ved los caminos para llegar a ellos.

Elaborado por Sergi Castañé

Elaborado por Sergi Castañé

Casi el 70% de los españoles ni sabe quién es ahora el presidente de la Comisión Europea, del gobierno. Sí, saben, al dedillo muchos de ellos, las alineaciones de cualquier final de fútbol. Ese despreocupado país supone un serio lastre. La derecha, dice el Instituto Elcano, es más consciente de lo que se juega en las elecciones, participa más.

Hay que ir afrontando el futuro cada día. Sea como sea, a ver si se cumplen las impresiones de última hora y los desanimados encuentran una inyección de optimismo en un resultado del PP mucho más negativo del que se habla en los medios. El vivan las caenas tiene que acabarse de una vez.

Pep Roig

Pep Roig

 

 

Privatiza y no mires atrás

Telefónica ha firmado un acuerdo para ampliar su participación en el inmenso mercado chino y ha abierto la puerta a China Unicom para que entre en la multinacional española y su negocio. Ambas operaciones supondrán un desembolso de alrededor de 1.000 millones de dólares (700 millones de euros) para cada operadora.

Telefónica fue una de las llamadas “cinco joyas de la corona” que José María Aznar, como presidente del Gobierno español, privatizó o terminó de privatizar hasta perder el control del Estado sobre ellas que hasta entonces se mantenía, para pasar íntegramente a manos particulares. Las otras cuatro fueron ENDESA –hoy de propiedad italiana, pero controlada por el gobierno, en este caso de Berlusconi-, Tabacalera, REPSOL, y Argentaria (que se uniría al BBV para formar uno de los bancos más fuertes de España con gran proyección internacional).

El valor de estas cinco ventas se calculó en más de seis billones de pesetas (6,39), más de 38 mil millones de euros, una buena inyección para las arcas públicas. Nunca supimos en qué se invirtieron, pero sí que Aznar bajó el gasto social español, hasta dejarnos en uno de los últimos lugares de Europa. Aún con el esfuerzo hecho en las dos legislaturas socialistas, todavía estamos 7 puntos por debajo de la media europea. Y cito otro ejemplo de cómo no se inviertieron las ganancias en los ciudadanos: si Zapatero ha subido las pensiones un 30% y siguen siendo miserables ¿dónde estaban con el PP?

Estas cinco empresas dejaron de prestar el servicio público que constituía su objetivo y, también, de generar beneficios para el Estado y, por tanto, para la sociedad. Productoras de electricidad, petróleo y telecomunicaciones, un banco ¿no nos hubiera gustado a nosotros, a los ciudadanos representados por el Gobierno,  suscribir ese acuerdo con los chinos?

  Es cierto que la medida de Aznar se inscribía en la tendencia mundial de la privatización, del neoliberalismo obstinado en adelgazar al Estado. A ese ente al que han recurrido para mantenerse en la crisis generada por ellos, sin que -asombrosamente- se haya puesto en cuestión el modelo, todo lo contrario. La izquierda anunció recursos contra las privatizaciones del PP de Aznar que IU llegaría a presentar pero fueron desestimados. Los patriotas empresarios españoles, entretanto, compraron, vendieron, se fusionaron o ampliaron con quien mejor les pareció para incrementar su negocio (véase el caso de ENDESA).  Y en esa época comenzó la fiebre liberalizadora madre de todas las burbujas que hoy asolan nuestra economía.

La noticia de la expansión y éxito de Telefónica, la antigua empresa pública española, coincide con otra: el PP presenta –lo ha hecho este domingo- una campaña contra la “presunta” subida de impuestos a los más ricos –aún sin definir- con este eslogan: «Tú no tienes que pagar los errores de Zapatero«. Y me pregunto si tamaña demagogia y desfachatez va dirigida a la ignorancia o a la desmemoria colectiva. De lo que me cabe poca duda es de que triunfará. Y en un momento crítico para España.

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