Podemos, un impacto en aguas estancadas

Estanque Parque de la Fuente del Berro, Madrid

Estanque Parque de la Fuente del Berro, Madrid

El éxito electoral de Podemos parece haber caído sobre un estanque de aguas encharcadas y no precisamente limpias. Cuando la corriente fluye, cualquier incursión en el cauce –una piedra, una rama– apenas se percibe. En la quietud, en cambio, supone una auténtica convulsión, la superficie se agita en círculos desplazando lo que era estático. Ese efecto, ocasionado por Podemos, revela la grave anomalía que vivimos en España. Ha sido el catalizador de una política podrida y hedionda, la sociedad que la sustenta –o la sufre–, y los medios que la amparan –o la critican–. En todo caso, no es normal en un país equilibrado que un partido nuevo –con cinco europarlamentarios– produzca semejante cataclismo. Indica una preocupante disfunción.

Circulos expansivos que empujan lo aposentado, lo largamente acumulado, a otra ubicación. Primero fue la Corona, la Jefatura del Estado. Había razones, pero el apresurado relevo de Juan Carlos se precipitó en parte por el resultado electoral que preveía más turbulencias.

Estanque Parque de la Fuente del Berro, Madrid

Estanque Parque de la Fuente del Berro, Madrid

Izquierda Unida se encuentra en plena zozobra. Dado que el PSOE no recogía electoralmente el malestar por la política practicada por el PP, las miradas se volvieron a IU. Un momento único porque pocas veces como ahora un gobierno ha trabajado tan intensamente en la  demolición del Estado del Bienestar, de lo público, y del propio sistema social en el que vivíamos. Y, aunque subieron en votos, no fueron los depositarios del descontento y de las esperanzas de la sociedad como sí ocurrió con Podemos.

Otro detonante, la sicav para las pensiones de los parlamentarios europeos –revelada por Infolibre–, se lleva a Willy Meyer que, con todo, no deja de ser el participe más digno. Y las aguas se agitan ya de forma imparable. Cayo Lara es cuestionado como coordinador federal –o aflora lo que era una realidad– y se propone la alternativa del joven economista Alberto Garzón. No será fácil. IU tiene su propia parcela en el cenagal del fondo, pero sería saludable para el país que una corriente renovadora –siempre es una corriente, fluida– lograra limpiarlo.

En el PSOE el impacto ha sido devastador. Alfredo Pérez Rubalcaba que -pese a la caída en picado de las expectativas electorales- permaneció en la dirección para cumplir grandes servicios a la España del PP como el apoyo a la monarquía hereditaria y el no a toda consulta popular, decide irse hasta de la política. Entre sentidos lamentos del gobierno que veía en él un fiel aliado en «asuntos de Estado».

El PSOE que queda es otro fangal que apenas deja vislumbrar el fondo. El aparato, la empresa, las redes clientelares que se sustentan a su calor, la delfina de ese entramado que espera su turno, tienen un claro candidato: Pedro Sánchez, el mismo que toda la derecha mediática incluido quienes no lo son para algunos ingenuos: El País o el debate de los sábados por la noche de la Sexta.

Y no están dispuestos a que nadie alborote sus aguas no vaya a ser que las limpien y alguien pierda su puesto. Y porque igual, la empresa, no pasa por sus mejores momentos, como buena parte de los partidos tan dependientes de créditos bancarios. Con Pérez Tapias, como honesta vieja guardia de la izquierda y menores apoyos, el adversario es Eduardo Madina. Quien merecería un margen de confianza solo por las cuchilladas amigas que debe estar sufriendo en su intento. El problema es que el PSOE perdió con el equipo de Zapatero toda la confianza de sus votantes más críticos y, aunque tarde, Madina formó parte de él. Como todos los demás, realmente. Tampoco es fácil empezar de cero. Las aguas se agitan de todos modos, el monstruo del pantano está vivo, ya nada puede seguir igual. Salvo que quieran hundirse más en esa política de la que huye la sociedad.

 Ada Colau irrumpe con la plataforma Guanyem para optar al ayuntamiento de Barcelona. Una decisión meditada, trabajada, y una forma de hacer política desde la sociedad, en paralelo a Podemos. Madrid se mueve para las municipales en opciones similares. Equo parece estar en la idea de la unión de fuerzas progresistas. Algo se ha movido y mucho, aunque de forma desproporcionada a lo que de verdad es la irrupción de un partido nuevo.

 La superficie vibra pero ¿y el fondo? Allí tenemos a un ministro de Hacienda que elude impuestos en una sicav de un paraíso fiscal y semejante inmundicia ética no conlleva su abandono del cargo, no aflora para producir reacciones. Ninguna de las que con tanto ahínco y tanta impunidad fabrica el PP. Desde la ministra de sanidad a la de empleo, pasando por los titulares de justicia, interior o educación; desde su secretaria general al presidente de un partido con Caja B y sobresueldos. El mismo que dirige un gobierno con tintes autoritarios y represivos de tal magnitud que, como en el caso, de la persecución de personas que ejercen su derecho a la huelga recuerda las etapas más negras de nuestra historia. Y ahí siguen tan campantes en las aguas ocultas.

 Y allí están también todos los elementos de esta sociedad clasista de Villa y Corte renacida, donde las altas magistraturas judiciales impugnan imputaciones de infantas negándose en redondo a que haya juicio. Donde se reverencia con genuflexión incluida a la Iglesia católica, y siempre al poder financiero. A ellos no ha llegado aún la onda de las convulsiones, ni tampoco a los grandes medios de comunicación, o al sector de la sociedad que siempre traga. Pero el movimiento causado por un solo impacto, indica que ya difícilmente sobrevivirá todo tal cuál lo tienen, salvo que la ciénaga acabe por engullir hasta las piedras que encuentre como obstáculo.

 Solo las sociedades dinámicas generan proyectos, ilusiones, vida. Con la savia que los movimientos sociales organizados representan ha entrado agua que fluye en el remanso de aguas muertas.  Se precisa más, desde distintas fuentes. España necesita un torrente para limpiar bien tanta mugre.

*Publicado en eldiario.es

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6 comentarios

  1. Trancos

     /  1 julio 2014

    Me has hecho recordar lo que cantaba José Larralde (un cantautor de mis mocedades, entrerriano y argentino):

    «Conozco a mas de un varón
    que se adormece entre palmas
    hechas con las pobres almas
    de los difunto en vida:
    suelen ser las mas podridas
    las aguas que están mas calmas.»

    Esta ciénaga pestilente es un buen hábitat para parásitos, necrófagos, sanguijuelas y gusarapos.

  2. Zana

     /  1 julio 2014

    El artículo es muy bueno en el análisis de la situación (aunque discrepo en lo de que Cayo Lara esté «cuestionado» por una mayoría significativa de IU…, pero esta discrepancia de criterio no hace que no me guste el artículo).
    Sin embargo opino que debemos, cuando analicemos la situación actual, empezar a decir el porqué y el cómo hemos llegado a estar así, con una situación política enlodazada, porque hoy much@s tiran piedras contra PP y PSOE, básicamente, pero no hace tanto tiempo, cuando les iba bien en la burra, disparaban contra todo aquél que se atrevía a cuestionar el sistema y avisaba que esto iba a suceder.
    Sí, puede que la política española esté putrefacta, pero no es solo responsabilidad de l@s polític@s, también lo es de quienes les votaban porque a ell@s les iba bien, mientras a muchísim@s ya les iba mal.

  3. Muy bueno el simil del agua estancada y putrefacta. La gran piedra que ha caido encima la hemos lanzado entre todos. Yo cada día sigo tirando la mía para para que el agua se renueve. Tenemos que apuntar al dique que la contiene para romperlo de una vez y que el agua fluya. Tengo la impresión de que al fin esto está cambiando. Es una siembra de muchos años, que parece está recogiendo una buena parte de la juventud sin futuro, y eso es muy importante.
    Se les nota el miedo, no hay más que ver los ataques preventivos de la caballería.
    Zana: No creo sea el momento de que nos hagamos nosotros mismos reproches, sobre las responsabilidades de haber llegado a esta situación. Son muchos los factores y se podría hablar de ello durante días enteros. Se responsabiza a los políticos porque son ellos los que sustentan el poder y desorganizan y corrompen el país. Son ellos los que pretenden que nada cambie para seguir manteniendo sus privilegios. No es tiempo de buscar culpables entre los sufridores, es tiempo de unión entre los que vemos claro que todo esto está podrido y tiene que cambiar.
    Un saludo afectuoso, y no paremos de tirar piedras. ¡Que se rompa la presa! ¡Que el agua corra!

  4. Miguel

     /  2 julio 2014

    Buen artículo, al que “¿qué añadir?» para no ser redundante con Gurken, pues éste ha dicho en un +/-100% lo que tenía pensado hacer esta mañana y sin que hubiera llegado a expresarlo como lo ha hecho él ..:-)
    Sí, espléndido símil lo del agua estancada y también lo de la gran piedra y apuntar al dique. Si acaso decir que mientras se prepara el material para romperlo sería bueno no parar de echarle “productos limpiadores” ( información y denuncia contínua al régimen) al agua para liberarla de bichos malignos, como bien dice Trancos.
    Saludos

  5. «En la historia, las aguas estancadas, sean de la costumbre o las del despotismo, no toleran la vida;
    La vida depende de la agitación que realizan unos pocos individuos excéntricos. En homenaje a esa vida, a esa vitalidad, la comunidad debe aceptar ciertos riesgos, debe admitir una porción de herejía. Debe vivir peligrosamente, si es que quiere vivir.»
    Hebert Read

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