Así lo aseguraba hace unos días un artículo muy celebrado. No se refería al periodismo, sino a la verdad… que cuenta el periodismo. Encausada pues la tecnología, muchos, periodistas incluso, se sintieron tranquilos. Tenemos ya la foto en la mesa de la responsable, desarticulada.
Pienso escribir en el regreso a la actividad de esto, siquiera tangencialmente. Pero estos días que volvemos a vivir el vuelo rasante de las encuestas igual hay que hacer un anticipo. Esos sondeos de los antaño grandes periódicos cada día más famélicos que preguntan solo sobre dos opciones: ¿Prefiere un gobierno del PP o nuevas elecciones y encima en Navidad? O que enardecidos desgajan una pieza para afirmar: El 33% de los españoles culparía al PSOE de no haber gobierno.. Pocos son para la matraca unánime y diaria de esa prensa… radio y televisión.
Tenemos pues detenidos de un lado al PSOE de Sánchez (no al de sus baronías porque hay uno, en Aragón por más señas, que declaró a Sánchez patriota que no eludirá sus responsabilidades (de facilitar el gobierno del PP, se entiende) y del otro a la tecnología como mal mayor del periodismo y la Verdad.
Hace 4 veranos -qué recuerdos, qué nostalgia- dirigí en Torres, Jaén, con Baltasar Garzón, un curso de la Universidad que incluía reflexionar sobre la responsabilidad de la información en la crisis. Mesa de lujo con (de izquierda a derecha), Soledad Gállego-Diaz, quien esto escribe, Ignacio Escolar y Rosa María Calaf. Lo que se dijo lejos de perder vigencia se ha agravado. Es solo un fragmento pero yo creo que de interés. Prestad atención al minuto 10,30 por cierto, en donde Calaf lee un texto sobre peligrosas tecnologías
Cuando dejo de escribir en el blog tantos días se me amontonan los temas. Porque la realidad es una máquina que los expele sin descanso. Como cada día, hoy he empezado a repasar la prensa y a twitear lo que considero más destacado. Las portadas traían esto:
En la radio, en La SER aunque para mí sigue siendo la mejor, una informadora relataba con voz temblorosa desde Ejea de los Caballeros, Zaragoza, la historia de un hombre que se ha atrincherado en su casa tras disparar presuntamente a su yerno. Ha entrado la Guardia Civil y el hombre… “ha resultado fallecido”, ha dicho. La mayor parte de las noticias hablan también de “un hombre muere”… ¿De infarto?
Es una anécdota a pesar del luctuoso balance. Pero es que es así todo. También, otra periodista en estudio ha dado paso a la corresponsal en Bruselas hablando de alguna gestión de los preferentistas cuyos ahorros habían resultado atrapados “por la crisis”. No, bonita, ha sido por los bancos, por bancos concretos. y no tenía nada que ver con la crisis.
Los telediarios de TVE echaron ayer el resto abriendo con los insultos a Rajoy de ese botarate que preside Venezuela. ¿Era la noticia más importante del día? No. Rotundo. Desdibujaron la pifia de Rodrigo Rato y completaron con anécdotas. Digan lo que digan, no basta con denunciarlo. No se puede ofrecer esa irrealidad a un millón ochocientas mil personas que siguen engullendo esos informativos. No todos, ni mucho menos, desarrollan sentido crítico para entrever motivaciones, por muy evidentes que sean.
Me cuentan que Antena 3 hizo algo similar. Luego, El Intermedio en La Sexta –del mismo grupo mediático- informó del Estado de la Nación Social, que nada tiene que ver con el que pinta Rajoy, el PP y los medios que ahora están a su servicio. Arriesgando mucho. Porque estamos viendo caer a periodistas fulminados como moscas.
En mi capítulo de ReaccionaDos detallo las servidumbres a las que los medios se han sometido por su mala cabeza en algunos casos. Sus acreedores, bancos, son ahora socios de la empresa, como sucede en PRISA. Y luego está el PP que hoy tiene la llave de subvenciones directas o a través de lo que eufemísticamente llaman “publicidad institucional”. La prensa escrita no deja de perder lectores.
En el PP, además de sus intereses de partido, hay personas que no toleran el periodismo crítico. Con gran poder. Las víctimas son ingentes ya como digo. Y se calla. Porque al que protesta le cae también la expulsión. Y ahora escasean las posibilidades de trabajo.
Ahora bien ¿de qué sirve tragar? Por lo que estoy viendo, para autorizar a que embutan más para seguir tragando. Y las consecuencias son ayudar a mantenerse en el poder, por malas artes (no es una competencia leal), a gente que está haciendo cosas muy reprochables.
Periodismo sigue habiendo, más boyante que en los años recientes curiosamente. Tengo la suerte de poder escribir en uno de los medios que lo ejerce: el diario.es. Y hay más desde luego.
Tema esencial del día, para portada, son los pufos del antiguo prohombre Rodrigo Rato que pudo ser presidente de gobierno, porque el dedo mágico de Aznar lo barajó con Rajoy y Mayor Oreja. Su historia es impresionante. El mejor ministro de Economía de todos los tiempos -decían- pese a ser el autor material de la burbuja inmobiliaria -a medias con Aznar- con su ley de liberalización del suelo. Paso y huida de la cabeza del FMI, el pufo de Bankia, las tarjetas black y las putas, y ahora, para postre, el blanqueo fiscal propiciado por el colega Montoro.
Partido, por lo demás, al que Ruz insiste en desenmascarar en sus últimas acciones al frente del caso Gürtel, del que tan oportunamente ha sido apartado. Qué pena de país y de sociedad que tolera esto.
Casi nos hemos olvidado -y es de ayer- de cómo ahora nos dice el gobierno tan campante que no se va a recuperar todo el rescate a los bancos. Como previmos y dijimos, nos va a costar muchísimo dinero (de ese que no hay para otras cosas, de ese que si se pide hay que devolver cuando eres un país como Grecia… o España y los acreedores son precisamente los bancos). El periodismo lo dio en distantes versiones.
Hecho que contrasta notablemente con lo que nos repitieron hasta la saciedad.
La constitución del Parlamento andaluz es tema destacado del día, sin duda, que promete mucho en versiones. Ya he oído alguna -en apenas media hora- muy ofendida porque los grupos no apoyen a Susana Díaz que, por lo que se ha demostrado, calculó muy mal la jugada.
Y los 400 muertos en aguas del Mediterráneo que, al no viajar en avión alemán, ni en avión siquiera, ni proporcionar votos, no han merecido mayor atención mediática. Iñigo Sáenz de Ugarte nos explica claves que es preciso saber para entender lo que pasa. Así comienza:
Otro naufragio. Otra matanza. 400 muertos, o desaparecidos, que viene a ser lo mismo. Más tumbas en el Mediterráneo. Ese cementerio tan limpio en el que muchos europeos se bañarán despreocupados dentro de muy pocos meses. Se cumplen así las prioridades de los gobiernos de la UE. Italia clausuró el programa Mare Nostrum y la UE lo sustituyó por Tritón, un simple sistema de protección de las costas italianas con menos buques. El problema de Mare Nostrum, además de ser muy caro, es que servía para salvar vidas, vidas que acto seguido pasaban a residir en Europa. En opinión de gobiernos como el británico y el español, suponía un incentivo para intentar dar el salto. Esas vidas estaban mejor en el fondo del Mediterráneo como alimento de los peces. Ese es el incentivo que sería de utilidad.
¿De verdad alguien, aparte de los informadores de corte Corte Inglés, creen que se consiguió algo? No, el cinismo arranca desde la base: anda, vámonos a Barcelona, ciudad cuyas autoridades siempre mueven el rabillo para figurar en el Mediterráneo, luego hacemos una declaración y quedamos para la próxima. Vienen y se van, viajan y desviajan, desovan y paren papeleo como si no tuvieran vergüenza. Y entre tanto, en ese Mediterráneo que dicen querer proteger, oleadas de cadáveres de refugiados dejan que las olas les den el único abrazo al que se les otorga derecho. Qué lástima que los últimos 400 muertos por abandono generalizado no fueran a parar, las manos yertas por delante, a los pies de sus excelencias, como contundente rúbrica de su hipocresía.
¿Compensa secundar todo esto? ¿No informar, preterir, manipular directamente o marear con banalidades para distraer de lo esencial? ¿Por cuánto tiempo es soportable? ¿Hasta el final? Hemos visto caer a gente que tragó. Tragar no es un salvoconducto.
Terminando este artículo, veo que Infolibre trae la foto varios periódicos de tirada nacional que han cubierto su portada (como ya hicieran con el Banco de Santander en su día para ser todos iguales) con un anuncio de Coca-Cola, justo al día siguiente de que El Tribunal Supremo tumbara el ERE de la empresa. Según Cinco Días. es «para buscar un acuerdo». La inserción no es masiva, en mi barrio están con sus portadas normales, con aquellas tan bonitas con las que comenzaba el atículo. Igual esto es más real.
Estoy seguro que José Luis Sampedro yStéphane Hessel, allá donde se encuentren, deben estar observando con cierta satisfacción lo que está pasando en nuestro país desde hace ya unos cuantos meses.
Buena parte del nerviosismo que acusa la derecha, de la histeria de tanto periódico con el norte perdido y del miedo que les ha entrado a quienes se las prometían tan felices turnándose en el poder por los siglos de los siglos… buena parte de todo eso se debe al impulso de estos dos ilustres nonagenarios quienes, antes de abandonarnos en 2013, contribuyeron con su pensamiento y sus escritos a remover conciencias, nos ayudaron a vencer la pereza e hicieron crecer un sentimiento generalizado de que había llegado el momento de pasar a la acción.
En enero de 2011 apareció “Indignaos” en las librerías, editado por Destino. Apenas 40 páginas que se convirtieron rápidamente en un auténtico best seller. El escrito de Hessel lo prologó Sampedro en su edición española, y apenas dos meses después Aguilar puso a la venta “Reacciona” un libro con 10 trabajos que recogían el testigo de Hessel. Eran reflexiones, entre otros autores, de José Luis Sampedro, Mayor Zaragoza, Baltasar Garzón, Juan Torres, Ángels Martínez i Castells y Rosa María Artal, esta última motor de la iniciativa y responsable de la edición de un libro que se mantuvo durante muchas semanas en los primeros puestos de las listas de venta.
Y en esto llegó el 15-M. Una inédita movilización popular en la que dos libros, aparentemente modestos pero muy ambiciosos, formaban parte en cierta manera de aquel paisaje preñado de esperanza. Indignaos y Reacciona tuvieron algo de libros pancarta, de bandera para la entusiasta y contundente movilización en aquella primavera de hace cuatro años donde todo acabó explotando y empezó a crecer una semilla cuyos frutos parece que ya están germinando.
Desde hace poco menos de un año, los “instalados” de siempre han dejado de prometérselas tan felices y empezado a intuir que igual se les acaba el chollo. La inminencia de las elecciones andaluzas y la cercanía de las municipales y autonómicas permite imaginar, a tenor de los sondeos y de otras evidencias, que las urnas esta vez pueden ser más elocuentes que nunca.
Y en medio de todo esto, surge “Reaccionados”, la segunda parte de Reacciona, con los mismos autores de hace cuatro años menos sus dos principales inspiradores, Hessel y Sampedro quienes, antes de marcharse, parece que pusieron buen empeño en que la mecha de su pensamiento prendiese. Y ha prendido, vaya si ha prendido.
“Toca unirse a quienes están ya reaccionando para cambiar los métodos y poner a prueba y a punto nuevos dispositivos que combatan las jerarquías escleróticas de los corruptos insaciables”, escribe Ángels Martínez i Castells en esta segunda entrega de Reacciona.
“Solo el futuro nos dirá si las turbulencias que presagian las encuestas, los resultados electorales recientes y la indignación que se percibe en el semblante de las gentes normales y corrientes se siguen traduciendo en silencios legitimadores o en una respuesta distinta que les haga frente”, concluye por su parte Juan Torres, compañero en Público y autor junto a Vicenç Navarro del programa económico que Podemos presentó el pasado mes de noviembre.
“Los tiempos en que la sociedad española vive están marcados por la incertidumbre y la desconfianza, -escribe Baltasar Garzón en Reaccionados“. Y continúa: “Solo con una firme decisión por parte de las instituciones y una enorme autocrítica por no haber estado a la altura de las necesidades del pueblo podrán recobrar la confianza de los ciudadanos”
Por su parte, FedericoMayor Zaragoza insta en el libro a inventar el futuro: “Juntos podemos iluminar los caminos del mañana», escribe. Y remata su aportación citando el Popol Vuh maya: “Que todos se levanten, que nadie se quede atrás”
“Cada vez es más intensa la toma de conciencia de una parte de la sociedad, que se organiza para buscar las respuestas que la política tradicional le niega, escribe Rosa María Artal en el prólogo. Es el momento de plantearse -continúa- cuestiones clave: ¿cuánto más estás dispuesto a perder? ¿cuanto más estás dispuesto a permitir que le quiten a tus hijos? ¿tan difícil es hacer algo por evitarlo?”
Algo parece que se ha hecho y continúa haciéndose. La siembra ha surtido efecto y empieza a verse que todo lo vivido, sufrido y luchado está mereciendo la pena. El primer aldabonazo tendrá lugar en Andalucía. Será solo el comienzo: De la reflexión, a la calle; de la calle a las instituciones; y de las instituciones… al cambio.
Todo lo que está por venir en los próximos meses seguro que proporciona suficiente material para que Artal, siempre inquieta, promueva en su momento una tercera aventura de Reacciona. Porque, por mucho que las cosas puedan mejorar, siempre quedará tarea por hacer. Hessel y Sampedro, los dos grandes ausentes, así lo entendieron siempre.
Conforme se van sabiendo los extremos de cuanto rodea al caso Bárcenas, ex tesorero del PP, se advierte lo “oportuna” que fue la condena e inhabilitación del entonces Juez, Baltasar Garzón, dado que hasta esa profesión le han quitado al expulsarle de la carrera. Garzón puso en serios apuros al alto cargo del PP, a todos los implicados, y –de haber podido seguir investigando- se hubiera detenido al menos lo que a todos luces son prácticas más que irregulares. Pero era un grano muy molesto.
Recordemos que Baltasar Garzón fue condenado por ordenar intervenir las comunicaciones de los cabecillas de la trama Gürtel en la cárcel, avaladas por la Fiscalía, y que otro Juez continuó sin ser denunciado por ello. Y que escuchas del mismo tipo, en el caso de Marta del Castillo, por ejemplo, no recibieron ni una objeción de la judicatura.
Hagamos memoria también acerca de que la investigación policial y judicial fue a raíz de la denuncia de un concejal del Partido Popular en Majadahonda que tenía relación con el cabecilla, Correa, (conviene no olvidar este origen). Y que, textualmente, eso permitió a Garzón, ayudado de los investigadores policiales y judiciales, desentrañar una compleja red de favores, obsequios interesados, cajas B, adjudicaciones ilegales de contratos, valijas volando a paraísos fiscales, y altos cargos enfangados (del PP), que, presuntamente, habían robado dinero público. El delito es real, insisto en la obviedad, solo faltaba el juicio para atribuir responsabilidades y penas. Hasta el momento, esos procesos no se han concluido, y el único condenado en relación a la trama es Baltasar Garzón por esa irregularidad que encontró el Tribunal Supremo… en la investigación de esa podredumbre. Y que no consideró delito en otros casos.
El CGPJ, órgano de gobierno de los jueces, ha recibido desde este fin de semana más de 20.000 peticiones de ciudadanos solicitando la reincorporación a la carrera judicial del magistrado Baltasar Garzón. Sostienen que el tiempo ha terminado dándole la razón y ha confirmado lo que consideran “corrupción a gran escala en los aledaños del Partido Popular”. Aledaños, dicen. Como los medios internacionales que hablan de “salpicaduras”. Aunque ésa, hoy, es otra historia.
Las peticiones se han cursado vía correo electrónico y han llegado a la cuenta del jefe de comunicación del Poder Judicial, Agustín Zurita, que se las ha trasladado a la portavoz, Gabriela Bravo, y al secretario general del órgano de gobierno de los jueces para que decidan lo que estimen conveniente.
Veremos lo que estiman. Aquí se puede seguir con la campaña, enviando correos a estos señores que tienen en su mano iniciar los trámites de reparar lo hecho con Baltasar Garzón.