Inteligente como papá, bonita como mamá

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Lo ha encontrado Beatriz Talegón. Las venden en Hipercor. Camisetas infantiles como deben ser. Azules para niños, rosas para niñas. Y con el lema que se grabe bien: Inteligente como papá, bonita como mamá. Repartir las tareas que se dice.

De este modo, papá se convierte pongamos por caso en alcalde de Pozuelo de Alarcón (Madrid) y se pringa hasta el cogote de la Gürtel, según le acusa la justicia. Es tan inteligente. Y a mamá la hacemos ministra. Y la dejamos ahí, haga lo que haga, porque debemos mucho a la familia. Y es una chica disciplinada que no se entera de nada en su casa, pero resulta preciosa firmando  repagos farmacéuticos y supresión de sanidad para seres humanos.

Algo le deben también a este papá que cuadra a la guardia civil porque ha osado practicarle un control de alcoholemia, por algún indicio.  Joaquín Bascuñana, delegado del gobierno en Murcia, también está imputado por corrupción, vaya por dios. Y también le mantiene el PP en el puesto contra viento y marea. ¿Será bonita mamá?

De Cañete ya sabemos que es un papá muy inteligente. Y muy considerado. No le gusta debatir con mujeres para no abrumarlas. Elegido por Juncker para comisario de medio ambiente y energía, se le está poniendo cruda la confirmación. Es que hasta a Panamá llegan los negocios energéticos de la familia. Las mamás bonitas deben estar en ella, muy bien tratadas.

Pizarro, otro papá inteligente, que ahora se ha colocado de jefazo en el Corte Inglés, pide replantearse el Estado del bienestar (lo que queda, será) porque todo gratis no es ni sostenible ni bueno. «Todo gratis», a salvo de impuestos cada vez más altos que se emplean en otras cosillas, como rescatar bancos, autopistas, dar subvenciones a su partido sin ir más lejos, o sobresueldos a políticos de ídem. El diezmo de toda la vida ¿para que está la plebe más que para mantener al señor que no le falte de nada?. Un papá estupendo Pizarro. Se ha buscado una mamá muy bonita, y también bastante lista para el (presunto) trinque.

Como debe ser. Como debe seguir siendo. Contaba Pepa Bueno en la SER esta mañana un dato entresacado de un informe de la OCU: «Los niños españoles de familias empobrecidas repiten tres veces más que los de familias sin problemas económicos». Peor nutridos, con los padres agobiados. Hemos vuelto a la sociedad de la posguerra española. Por votación popular, además. Y hay que insistir para que no cambie.

La balsa de los locos

La balsa de la Medusa, Théodore Géricault (1818 y 1819)

La balsa de la Medusa, Théodore Géricault (1818 y 1819)

¿Y si estuviéramos atrapados en una ratonera entre perturbados? ¿Y si se mantuviera al mando el sector de los sociópatas? Nos preguntamos, una y otra vez, cómo se puede seguir escenificando la ceremonia de la normalidad -con todos sus pasos cotidianos- como si nada de lo que realmente sucede en España estuviera pasando. La actualidad engulle hechos de tal magnitud que cada uno de ellos debería ser constitutivo de severas consecuencias y no ocurre absolutamente nada. Puede que nos encontremos fuera de la realidad, en una balsa a la deriva como la que pintóThéodore Géricault y, mareados, ya no sepamos que existe la tierra firme y la cordura.

 En menos de una semana votamos al Parlamento europeo y el PP mantiene en cártel a un individuo medieval. A la defensa en su gestión de sus muchos intereses económicos de casta, une un machismo feroz por el que se considera superior intelectualmente a cualquier mujer quien, por serlo, se encuentra indefensa ante la supremacía del macho. Pero lo más patético es que hay que ver a ese macho: el candidato es un señor que babea, acogotado, mientras lee las respuestas. Ése es el hombre que se estima superior a una mujer. Cañete es uno de quienes comandan nuestra particular balsa de la Medusa. Y habrá quien le vote. Mujeres incluso.

 Podemos recorrer, sumidos en el estupor, los saltitos de la ministra de Empleo cuando se encomienda a la Virgen del Rocío para que arregle la crisis contando en su haber con la pérdida de un millón de puestos de trabajo y el desmorone de sueldos y derechos de prácticamente todo el empleo. Las muecas de Montoro y el que, con pasmosa desfachatez, anuncie una reforma fiscal en campaña que -pese a sus afirmaciones- consagra y aumenta la desigualdad a favor de los ricos como demuestra un grupo de prestigiosos economistas, infinitamente más creíbles que el ministro. Los insultos prepotentes del titular de Educación, tan abucheado que ya ni acude a los actos de su departamento.

Contamos con ministras de Sanidad que apuestan por los remedios naturales para curar enfermedades, instauran el repago con graves consecuencias, quitan la tarjeta sanitaria a seres humanos sin mover ni uno de sus bronceados músculos –hasta allí les penetra tanto sol-, han destrozada la sanidad pública en definitiva y… no ven coches de lujo regalados por la Gürtel en su propio garaje.

 Tenemos malas actrices amateur en destacados puestos del gobierno, cuyas sobreactuaciones producen vergüenza ajena. Y tan paradójicas. Tras el llanto por los desahuciados y las presuntas medidas para atajar el problema, aumentan las familias que pierden su casa.  Desalmados que dejan a los padres de niños enfermos de cáncer con la palabra en la boca, como han hecho concejales del PP en el Ayuntamiento de Toledo. Y, como portavoz, a ese genio de la comunicación y el rigor que es Carlos Floriano. Por no hablar del número 2 para Europa, González Pons. Estamos en buenas manos. Y ya, por la amplia geografía, el surtido se amplia con presidentes que veranean con narcotraficantes, especialistas en finiquitos diferidos, amantes de trajes, bolsos o simplemente amantes, una infractora de tráfico a la fuga y hasta ridículos internacionales regados con a cup of relaxing coffee. Relaxing, precisamente.

 Falta hace. Este coro de muecas y tics, cuenta al ministro de economía entre sus más destacados puntales, y con el propio presidente, cuyo ojo izquierdo –por más señas- es incapaz de secundar tanta mentira y se dispara dando pistas a los menos avisados. Pero las evidencias físicas no dejan de ser sino síntomas de sus deficiencias interiores.

 ¿Qué decir del hombre a cuyo cargo está la Policía y la Guardia Civil que, en los ratos libres que le deja hablar personalmente con Dios o condecorar vírgenes o decretar que el pasamontañas es una  prenda asociada a la comisión de delitos, ve twitter infectado de terrorismo yihadista e impulsa leyes que en Europa se consideran antidemocráticas? ¿Cómo explicar que siga en su puesto a pesar de los problemas que evidencia? O el ministro de Justicia en su cruzada contra la mujer y la propia justicia, como critican sus profesionales.

 Ha pasado casi una semana desde que el juez Ruz certificó que el Partido Popular sí ha dispuesto de una contabilidad B, tal como reveló su extesorero Luis Bárcenas. Y que sus miembros destacados cobran sobresueldos en B, en sucio. Y que emanan de donaciones anónimas de empresarios que no estaban permitidas por ley porque excedían el límite y procedían de contratistas del Estado. Y no ha ocurrido nada. La mayor parte de los medios de comunicación al servicio del PP –llamémosles por su nombre- ni siquiera lo han mencionado. Como ha pasado sin consecuencias que el PP triplicara el sueldo de Bárcenas cuando fue imputado por la justicia. ¿Hace falta responderse por qué?

 Con el mayor endeudamiento público de la historia de España (del 68,5% al 97% ya del PIB), el equipo de Rajoy presume de una recuperación macroeconómica que engrosa las cuentas de los ricos y empobrece a la mayoría. Es decir, la peor gestión posible para el común de sus representados. Y también parece haber gente que se tapa los ojos. Y, más aún,  responden en su síndrome de Estocolmo agudo: ¿y a quién votas? Son todos iguales. El Hediondo torturado de Juego de Tronos no lo haría mejor.

 La balsa de la Medusa -cuadro basado en un hecho lamentable de la historia de Francia- muestra a sus náufragos a la deriva sumidos finalmente en la locura y hasta el canibalismo. ¿Y aquí? No cabe añadir mayor sin sentido a los ya descritos que lo sucedido en León. Dos militantes del Partido Popular descerrajan el cargador de una pistola a otra miembro del PP, la presidenta provincial y de la Diputación, y la rematan en el suelo. Un hecho que debería llevar a una oposición responsable –de existir- y a unos medios informativos rigurosos a preguntarse quién manda en España para que se maten entre ellos, se ha saldado con una persecución de la sociedad y su comunicación por Internet. De locos, textualmente. Y nadie le pone freno. ¿Por qué?

 Puede que en estos vaivenes imposibles, noqueados por tanto impacto inasumible, haya quien no sea capaz de ver dónde estamos, por dónde vamos, quién dirige el rumbo y adónde nos lleva. Los demás andamos lívidos y con arcadas. Sintiéndonos en peligro a todos los niveles. Y sin ver un final a este inmenso desatino. Lo que tal mal se encamina, terriblemente acaba. Y al contrario. La cordura está fuera de esta zozobra.

Por cierto, en el debate europeo con los candidatos a la Comisión, la involución en España fue citada por Alexis Tsipras (Partido de la Izquierda europea) y Ska Keller (Verdes). Derecha y socialdemocracia pasaron de críticas. ¿También son cómplices? Porque muchos aquí han de preguntarse si lo están siendo y por qué. Locos o muy avispados (para sus intereses) en el timón, lo que realmente resulta “de locos” es secundar este monumental dislate.

Los cien mil cañetes hijos del PP

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Sí, a este sujeto -que Ídogras y Pachi retratan magistralmente- quiere mandar el PP a Europa. No encontró nada mejor. Y no es extraño. Igual no lo hay. Lo asombroso es que habrá quienes le voten.

Vayamos por partes. Se pregunta El País -en editorial en portada, siempre excepcional- si Miguel Arias Cañete es «un machista convencido, en cuyo caso nada tiene que hacer en el tablero de la política europea del siglo XXI; o, sin serlo, ha caído en la torpeza de explicar su papelón en el debate a dos como si hubiera renunciado a su “superioridad intelectual” para no acorralar a una mujer, por el solo hecho de serlo«. O sea si es machista o machista, si es prepotente o prepotente, si es muy torpe o muy torpe.

Empezaba bien ese editorial, como en sus mejores tiempos: «Derrotado en el debate, Cañete se defiende con un exabrupto impropio de un político de este siglo«, pero luego resulta que Cañete -escriben- ha hecho una labor estupenda (no dice para quién) y que con que pida perdón ya está.

El machismo y la prepotencia también la difunden en el PP las mujeres. Una de ellas, Mercedes Fernández de Asturias ha restringido el acceso a su cuenta tras las críticas recibidas por este twit:

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Hay que escuchar en toda su plenitud lo que Homo Cañetus dijo, paladear cada sílaba, para saber quién es este sujeto. Un pura esencia de la derecha española ancestral que representa el PP.

Pero hay muchos más «cañetes» en el PP. El grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Toledo dejó con la palabra en la boca a los padres de niños con cáncer que se quejan de la atención que se les presta. Como forajidos desalmados y prepotentes -de nuevo prepotentes- abandonaron el pleno sin importarles nada, ni los niños, ni ese dolor de los padres por la coz de sus representantes. La expresión, casi de incredulidad por la huida, encoge el corazón. No lo tienen. Solo una concejal se quedó, Ana Isabel Bejarano. El gesto, lógico, le dignifica.

Ángels Martínez Castells ha iniciado una demanda simplemente por las redes sociales: que estos desalmados concejales del Partido Popular en Toledo no vuelvan NUNCA MÁS a sus asientos. Me sumo.

Ni Cañete ni los toledanos son rara avis en el PP. Clama la cordura contra la pretensión del PP de controlar las redes como propone su visionario ministro que sueña con un Twitter plagado de yihadistas. Espeluzna pensar que esta cruzada emprendida contra la libertad de expresión por toda la derecha se ha producido porque dos militantes del PP han asesinado a otra militante del PP. Presuntamente hasta sentencia, aunque media confesión. Wert ha conseguido imponer -cambiando la ley- que se financie la segregación de sexos en la educación. Gallardón ha dejado las leyes democráticas españolas hechas una pena.

El Roto sentenció en una viñeta lo que está pasando en España. Una frase que resume esta tragedia, porque las leyes quedan y tienen consecuencias. Para eso se dictan.

roto.atropello.

 

S.0.S: comienza la campaña electoral

Iniciada la campaña electoral para las europeas, nos esperan días terribles de propaganda de los que hay que huir dentro de lo que se pueda. Los partidos deberían aportar soluciones, pero en la práctica apenas es así. Sin embargo, podemos saber la verdad en los matices.  Por ejemplo,  asistiendo a la mutación de Arias Cañete de «campechano» en endiosado y chulesco candidato que no quiere saber nada de preguntas comprometidas como las que le hizo Gonzo para El Intermedio.

Al final lo que realmente hay que tener en cuenta es que votar PP es votar directamente las políticas del austericidio de Merkel, Barroso, La Troika; PSOE, también, algo más suave -el candidato socialdemócrata es interesante-, y que lo positivo sería operar cambios sustanciales para lo que hay que votar… otra cosa. No es fácil el panorama, lo sabemos.

Entretanto, en el ruedo patrio el CIS ha descubierto que solo el 17% de los encuestados conoce la fecha de los comicios (y eso que al día siguiente es no sé qué final de fútbol y eso no falla que lo sepan). Así de preparados van a resolver un futuro que les afecta, que nos afecta a todos y que se daña terriblemente por su culpa.

Bernardo  Vergara en eldiario.es ha resumido como nadie la campaña, incluso en su gran fondo de verdad: a quién se vota.

Bernardo Vergara, eldiario.es

 

 

 

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