El Gibraltar que estamos padeciendo

El gobierno se ha dedicado este verano a entretener a sus seguidores con Gibraltar, tema que les es muy querido –además de oportuno- por cómo exalta el fervor patrio. El último episodio, la conversación mantenida entre Durao Barroso y Rajoy –a instancias del primero-. La referencia del gobierno y gran parte de los medios españoles nos muestra a un presidente español enérgico que llega a este punto: Rajoy exige a Barroso que la Unión Europea controle el blanqueo en Gibraltar.   Los británicos no dicen hasta el momento ni palabra a excepción del más afín a los conservadores: Telegraph. Intentan sacarle a un portavoz de Cameron que pondrá una tasa a los turistas españoles que vayan a Gran Bretaña porque, total, para cuando quieran actuar las leyes europeas habrán pasado años -cómo se conocen a sus clásicos-.Y todo lo que logran es un “no lo descarta”. Y es que Barroso le habría dicho a Rajoy que la tasa que quiere sacarse de la manga para entrar y salir de Gibraltar es ilegal. Al menos, es lo que ha declarado en rueda de prensa el portavoz Oliver Baily: «Puedo confirmar que cualquier tasa o pago impuesto en la frontera de un Estado miembro sería ilegal bajo la legislación de la Unión Europea», ha dicho. Igual entre sus hondas preocupaciones y tomas de postura, a España sí le atizaba Bruselas por esto, que siempre ha habido clases.

La deformación profesional me hace escribir como antecedente el estado de la cuestión cuando realmente me interesa bien poco, salvo como muestra del patético circo que han montado unos y otros. 300 años lleva ahí Gibraltar siendo británico para que ahora lo resucite tan a propósito Rajoy. Lo que realmente indigna es el uso torticero de lo que sea para desviar la atención de las tramas de corrupción que pesan sobre el PP. El uso que de lo mismo hace la prensa afín que, como vemos, en España es mucha más que en la «pérfida Albión». Y, tanto o más, esa manada que se deja dirigir por sus ídolos ideológicos para convertir esta disputa ficticia en objeto de sus esfuerzos.

Por estos últimos sobre todo, el resto de los españoles estamos padeciendo un Gibraltar continúo desde que el PP ostenta el poder. Seis hospitales públicos de Madrid acaban de ser vendidos -contra todas las mareas- a capital extranjero. La mitad por ejemplo a una empresa portorriqueña que avisó su intención de hacer negocio con el turismo sanitario. Y de ese Gibraltar no protestan los ofendidos por las cuitas del peñón. Les mintieron en el programa electoral y les da igual, les mienten todos los días y aplauden.

Las mermas en sanidad, educación, ciencia, investigación, cultura, servicios sociales todos no mueven la protesta de estos gibraltareños de adopción. Las subidas de todos los impuestos, de todos los precios, tampoco. Los seis millones de parados, la insostenible degradación de los derechos laborales, la merma de los subsidios… nada, todo les importa un pito si lo hace su partido. Ese que enarbola la más rancia bandera de España y decide adjudicar el arreglo del Valle de los Caídos un 18 de Julio en festejo de aniversario. No usan la cabeza, no relacionan los datos… que se muestran empecinados como pocas veces en nuestra reciente historia. Ni el hambre, ni el dolor, ni incluso la muerte de las víctimas de estas políticas les hace mover un músculo.

Esa gente -que ni con mucho sobrepasa el 30% de la población española- es nuestro auténtico Gibraltar. Por su culpa, por su obcecación, por su inacción pagamos todos y sufrimos todos los recortes, los pagos y repagos y este empobrecimiento sin esperanza. Dura, pétrea, sin cerebro, ni corazón, es toda roca, La Roca. Nadie dirá que no es un Gibraltar lo que padecemos con todos estos. Y tenemos que cargar con esa mole a la espalda a cada paso que damos.

Buques de la Royal Navy ¿contra el submarino que no emerge?

Buques de guerra británicos visitarán Gibraltar en medio del conflicto diplomático”  “feroz”, según es calificado. Es la noticia que abre ahora mismo The Telegraph.  Habla el diario de una “rápida reacción” británica. La expedición estaba programada “hace meses”, según fuentes militares, para participar en unas maniobras en el Mediterráneo. Lo que no está claro es si estaba previsto que, previamente, recalara en Gibraltar. Se recrudece pues un absurdo pero “oportuno” conflicto para distraer la atención de asuntos más graves que viene bien a Cameron y, mucho mejor, a Rajoy. La excusa buscada por el gobierno del PP es harto peregrina: la propia España echa bloques de cemento al mar, es práctica habitual y positiva según los ecologistas.  Y desde luego a Bárcenas, sobres, sueldos y sobresueldos, crisis económica… se los ha tragado la tierra.

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España está preparada para afrontar el conflicto al que le tiene muchas ganas. Según uno de los diarios de referencia del gobierno, La Gaceta, del grupo Intereconomía”, “España ha declarado la guerra fría a Inglaterra”. Que las guerras «frías» no se declaren no tiene la menor importancia. Mientras, un ABC emocionado titula desde hace días la sección de noticias -a las que dedica anterior preferente- con las declaraciones de nuestro ministro de Exteriores García Margallo: Se acabó el recreo en Gibraltar.

No sabemos qué tal acogera la marina española esta noticia. Andan ocupados con un problemilla que les ha surgido estos días. Resulta que han descubierto que el submarino S81 Isaac Peral que habían encargado a la empresa pública Navantia no puede emerger. Algo debieron sospechar en las pruebas, y buscaron soluciones. Un estudio encargado a la consultora estadounidense Electric Boat (General Dynamics) –que ha costado 14 millones de euros- ha determinado que el submarino pesa demasiado. Un 8% más de lo que debería. Y navega estupendamente por debajo del agua pero no puede subir a la superficie, igual ni puede sacar el periscopio. La empresa norteamericana ha aconsejado retrasar la salida del modelo a 2020 una vez solucionados los problemas técnicos. O que se olviden de él aunque se hayan invertido ya más de 2.000 millones de euros.

Ciertamente, la Royal también ha tenido problemas con un prototipo de submarino llamado Astute. Iba a ser el más rápido conocido y por problemas técnicos no alcanza la velocidad programada. Es decir, que podríamos encontrarnos con el español que no sube a la superficie y el inglés que va como una lancha de paseo. Habrá que volver a las lanzas, mucho más seguras.

Porque no sé si podremos esperar a 2020 para saciar las ansias bélicas del PP. Imagino que contarán en el resto de la flota con barcos y submarinos en mejores condiciones y bien equipados.  Aquellos cañones sin agujero de Gila ya los habrán reparado ¿no? Claro que ya digo, las lanzas siempre son una solución.

Lo siento pero voy a decir unas cosillas

Los que fueron condenados a muerte durante el franquismo sería porque se lo merecieron» gritó el alcalde de Baralla (Lugo), Manuel González Capón -del PP, naturalmente- en un debate municipal acalorado. Ante el revuelo causado (siempre escaso) ha esgrimido las excusas al uso –lo siento, no quería ofender a nadie– y pretende eludir las consecuencias. “Es quererle sacar punta a una ‘cosita’ (sic) sin importancia”, ha concluido en alguna entrevista.

La oposición ha protestado en diferentes tonos, A algunos les basta con que “pida perdón”, como si fuera en efecto una minucia en una disputa familiar o amistosa, y no declaraciones golpistas de un servidor público. Feijóo no ha dicho aún ni palabra. Como a él en el caso del narcotraficante, debe bastar con pedir disculpas.  Ni Rajoy, a quien precisamente “engrandece”, en palabras de sus locuaces portavoces, decir que comete errores. Tampoco ha hablado Soraya Sáenz de Santamaría –llorando, riendo o con voz grave-, nadie en una palabra.

En un país serio, Manuel González Capón estaría ya fuera de la alcaldía y de la política. La sociedad  se pronunciaría con contundencia, lo exigiría. En la Alemania que sufrió su nazismo tendría ya un pleito en marcha. Incluso en Agosto harían una pausa los órganos del poder judicial. Algún ministro competente. Alguien. No querrían que su silencio se interpretara como asentimiento o complicidad con esas actitudes… fascistas. Vaya por delante, mi “lo siento” para eludir cualquier responsabilidad. Lo emplea desde el Rey al presidente del gobierno. En este país basta escudarse en una equivocación para lavarse las manos de culpa. Y la sociedad lo engulle. Como todo.

Nada sabemos tampoco de la individua que afirma en un cuaderno de FAES –esa fundación de ultraderecha nacida al calor del PP a la que subvencionamos con dinero público- que la emancipación femenina, la extensión de la educación y la longevidad ponen en riesgo el Estado del Bienestar. Entiéndase de su bienestar. Elisa Chuliá -que así se llama esta sujeta- es licenciada en integrismo y neoliberalismo, aunque dice tener alguna carrera universitaria. Como no sé si puede molestarle mi tono, vaya por delante, mi “lo siento”. Que hago extensivo a lo que considero una similar actitud –machista, retrógrada, mercantil e inhumana- de todos los miembros del PP por callar también ante las afirmaciones vertidas en su órgano de expresión en FAES.

Ni si ya ha pedido disculpas el… “repugnante” portavoz adjunto del PP, Rafael Hernando por culpar a los padres de la malnutrición infantil y acusar de “repugnante” a quien según él usa su hambre como arma política.

Me parece de un país basura todo cuanto rodea el asunto del pederasta indultado. Una desvergüenza resucitar a estas alturas Gibraltar para distraer la atención de sus incondicionales borregos ( o cabras). Estimo pues, puro ganado lanar dócil y descerebrado a quienes se dejan aún engañar por el PP. Por si acaso, vaya, un “lo siento”.

A estas alturas me ofrece más credibilidad Bárcenas que Rajoy. Por pura lógica. Porque nadie con dos dedos de frente se traga que un señor entre en el PP a registrar anotaciones durante dos décadas por si acaso un día el pusilánime registrador –“lo siento”- llega para nuestro mal a la presidencia del Gobierno y le puede fastidiar. Y porque muchos de esos datos están ya confirmados y coinciden con hechos de la realidad. Por tanto, pienso que el PP es un partido corrupto hasta sus entrañas. “Lo siento”,  es solo una opinión.

Un partido, además, de dirigentes desalmados sin el menor escrúpulo que solo gobiernan para sus amigos y grandes fortunas, a costa de empobrecer al resto. Que han aumentado los desequilibrios sociales a niveles no conocidos en tan breve tiempo en un país desarrollado. Que nos sustraen la sanidad, la educación, el progreso… y todo lo que pillan. Que mienten, trapichean y manipulan. Que han dejado –a través de sus “reformas” y leyes- un país arrasado que tardará décadas en regenerarse. “Lo siento” por los que se puedan sentir ofendidos, pero digo yo que si a los altos poderes del Estado les sirve la frase no tiene porqué causarme problemas a mí.

Estoy convencida de que en lugar de periodismo, muchos grandes medios y opinadores varios ejercen la propaganda y la manipulación política. Que tratan de distraer de lo esencial a la ciudadanía por ideología de partido y a través de todos los cauces a su alcance. Y me parece que los bufones mediáticos son absolutamente responsables de los males que nos aquejan. “Lo siento” aunque lo diga con la boca tan pequeña como lo hacen todos ellos.

Pero sobre todo me parece que una sociedad que permite todo lo que nos está sucediendo, no merece ningún respeto y nos abochorna como país. La que está tragando más allá, mucho más allá, de lo tolerable por alguien con dignidad. La que consiente que le mientan y le atraquen mirando para otro lado. La responsable de que los males que ellos propician los suframos todos.Y lo hago extensivo a los que siempre cogen las hojas del rábano en lugar del fruto. A quienes de dos docenas de noticias que afectan sus vidas, solo comentan que Froilan, el angelito, quería insertar un pincho moruno a su primo Pablo Urdangarín. Y muy en particular a quienes siguen dóciles la marioneta que les marcan sin estima ninguna por su condición de seres racionales.

Pero ya digo, igual es el calor. O que acabo de dejar de fumar y sufro un intenso mono a ratos.  “Lo siento” si he ofendido a alguien. Lo volveré a hacer, eso sí. Siquiera en privado.

Los peligros de utilizar la política exterior para acciones de política interna

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Como se hacía en sus añorados tiempos franquistas, el PP utiliza la política exterior para intentar desviar la atención de sus problemas interiores. Cuenta, como entonces, con órganos de propaganda mediática que los adictos no se cuestionan. Y encima presumen.

Resucitar a estas alturas de la historia Gibraltar resulta, sin embargo, patético. Ese Londres aterrado que nos pinta el ABC puede perfectamente aconsejar a sus nacionales que no viajen a España de vacaciones. Pueden los ultras británicos no venir por su iniciativa. El turismo, nuestra única fuente de ingresos seria dado el modelo de país que ha fabricado el PP. Y desde luego si alguien se imagina una confrontación armada entre el Reino Unido y España con victoria local delira. Podíamos llevar el submarino ése que no emerge por sobrepeso para rememorar la Armada “Invencible”. Ya sabemos que no, que es palabrería, para distraer al personal, pero no por ello menos grave. Por muchos chistes que hagamos con ese «Londres tiembla». «toque de queda en Gran Bretaña», «los tenemos rodeados» y similares.

Todo son excusas sacadas de tono. Un país que mantiene posesiones fuera del territorio nacional -si es que eso importara- haría bien en ser más prudente. Los bloques de hormigón a manera de diques los echa también España al agua. Numerosos referéndums han inclinado a los gibraltareños a favor de seguir cómo están. Y poner una tasa para joder (perdón pero me guío por la doctrina Andrea Fabra) a los trabajadores de La Linea en el Peñón contraviene hasta el tratado de Schengen. aunque parece que Schengen no se aplica estrictamente a Gibraltar, y ni siquiera sabemos si la libre circulación que fuera seña de identidad de la UE sirve aún para algo.

El daño ya está hecho. Entrevistados en la BBC ya comparan al gobierno español con el de Corea del Norte, y, sin duda, con el de Franco. Pero el PP solo trabaja para mantenerse. Para que sus fieles más cerriles sigan dándoles los votos. Prueba evidente es este titular que nos ofrece también el ABC y asimismo antológico: “Floriano: «Rajoy se ha engrandecido al admitir su error con Bárcenas». Ya no “reforzado” como les quieren hacer crecer, “engrandecido”. De ahí, a emular a Superman. Y todo lo que queda de un presunto error de ese calibre es que Rajoy es o corrupto o idiota. Si es que cabe disyuntiva.

Más grave es el feo asunto del pederasta indultado en Marruecos. ¿Quién lo incluyó en la lista? El sujeto ha abusado de 11 niños de entre 3 y 15 años. Entre 3 y 15 años, repito. Existen pruebas documentales porque les hacía fotos y vídeos. De origen irakí, con papel en el derrocamiento de Sadam, los apellidos españoles se dice proceden de un pasaporte para dotarle de falsa identidad como espía. Se apunta al CNI como origen de la petición. Este organismo depende de Soraya Sáenz de Santamaría. Justicia y Exteriores niegan haber sido ellos aunque le expidieron un nuevo pasaporte de forma urgente.

El rey de Marruecos ha anulado el indulto en un hecho sin precedentes ante la protesta popular. A la que por cierto ha reprimido a palos, para no variar. El nuestro, Juan Carlos, dice que tampoco sabía nada del historial del pederasta espía –que ya es una buena chapuza- pero además añade que al único preso que nombró fue al padre de un camionero al que pillaron con droga. Es decir, acompañaba a su hijo en ese viaje. El hijo ya ha salido también. Y quien sí voló fue el pederasta Galván Viña, que, tras diversos quiebros, en la tarde de este lunes ha sido detenido en Murcia. La Armada Invencible se queda ya enana ante tanto desatino.

Pero esto de los indultos reales en viajes de Estado queda bonito al parecer… en pleno siglo XXI. Los marroquíes no tragan, sin embargo. Continúan las manifestaciones. ¿Y aquí?

Vienen más “reformas” a la “reforma” laboral. Ya se han cargado el Estatuto de los trabajadores en el Consejo de Ministros del viernes, pero Soria comentó el sábado que venían más “retoques” para dar más “flexibilidad”. Soria, sí, el que nos acaba de subir la luz para pagar uno de los precios más caros de Europa. En sanidad, en salud para ser precisos, también nos preparan nuevos tajos. O del odio cerril  de Rajoy a la ciencia.

De la larga lista de agravios no voy a dar más cuenta hoy, pero esto de manosear también la política exterior con fines internos está pasando a mayores. ¿Quién da un duro ya por este país aunque sea por este gobierno y por sus fieles descerebrados? Es decir, por unos pocos perdemos todos. Por los de «toda la vida». Los que una y otra vez tiznan la Marca España, esa que paradójicamente dicen defender.

Cruzada «patriótica» por Gibraltar

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Se han acabado los paraísos fiscales… y estudio mudarme a Gibraltar

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¿No era tan difícil acabar con los paraísos fiscales? Pues la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, lo ha hecho en menos de una semana. Fue uno de los puntos más llamativos y esperados de la reunión del G20, el 2 Abril: terminar con la impunidad de ciertos Estados o territorios que aplican un régimen tributario intensamente favorable a los ciudadanos y empresas no residentes, que se domicilien a efectos legales en el mismo. Las ventajas que dan a sus nuevos ciudadanos -que ni están obligado a pisar su suelo- son una exención total o una reducción muy significativa de los principales impuestos. La segunda característica esencial es que estos países consagran el secreto bancario y la protección de datos. Nadie te pregunta de dónde obtienes tus ingresos.

Con estas premisas no es fácil saber el dinero que en ellos se esconde, pero el FMI hizo una aproximación en 1999 -hace diez años nada menos- y concluyó que los activos extraterritoriales incluidos en sus balances generales alcanzaron los 4,6 billones de dólares, de los que 0,9 billones estaban en el Caribe, 1 billón en Asia y la mayoría de los restantes 2,7 billones correspondían a los centros financieros internacionales, es decir, Londres, los servicios bancarios internacionales (IBF) estadounidenses y el mercado extraterritorial japonés (JOM). Pongamos un ejemplo, en Gibraltar, que lo tenemos bien cerca, las empresas allí asentadas fiscalmente pagan entre 200 y 300 libras al año en un único pago fijo. Poco más de 200 ó 300 euros anuales, dado que la libra se cotiza a 1,04 euros.

Pues bien, la OCD acaba de anunciar que ya no hay ningún país en la «lista negra», ya no hay paraísos fiscales. Uruguay, Costa Rica, Filipinas y Malasia, los cuatro únicos países que figuraban en ella hace una semana, han prometido ser buenos chicos y cumplir las normas.

La OCD es, en contra de lo que pueda parecer, un organismo serio. Compuesto por los 30 Estados más ricos y desarrollados del planeta (acaparan el 70% del mercado mundial), lleva casi medio siglo dedicado a coordinar las políticas económicas y sociales de estos Estados. Elabora informes, aconseja, dicta. Es decir, que ellos se lo guisan, ellos se lo comen.

No es que no les preocupen los paraísos fiscales, no, para demostrarlo, la OCDE dispone también de listas grises de varios tonos. En la»gris oscura» se encuentran 36 Estados, incluidos Andorra, Gibraltar, Liechtenstein, Barbados, Liberia, Bahamas, Bahrein, Belize, Bermudas, Islas Cayman y Panamá -y los cuatro recién reivindicados-. En la «gris clara» se sitúan, Austria, Bélgica, Brunei, Chile, Guatemala, Luxemburgo, Singapur y Suiza. Las listas de colores se comprometen a «intercambios de información suficientes como para situarse en la parte gris». Y todos tan contentos.

El secretario general de la OCDE, el mexicano Ángel Gurría, se muestra, de hecho, feliz con haber echado lejía a su lista y aclarado el negro -la han lavado igual que al dinero sucio-. El G20 había amenazado -nada más que eso- con sancionar a los paraísos fiscales. Gurría dice que, en todo caso, no habría que llegar a tanto: es partidario de olvidarse de las sanciones porque «el clima ha cambiado» en las últimas semanas. Para Gurría, más importante que las sanciones es el hecho de que todos los países tachados de paraísos fiscales se hayan comprometido a colaborar con la OCDE y estén firmando acuerdos bilaterales para intercambiar información y salir de la opacidad bancaria.

Contando con que, además, para obtener esa información había que solicitarla de paraíso en paraíso, me planteo un dilema: ¿Contribuyo a la laxitud general del planeta o a la de España en particular? Porque mudarse a Gibraltar, con sol, mar y playa, una colina, monos, y la posibilidad de pasar uno a tomar pescaítos todos los días a La Línea de la Concepción, practicando inglés para que no se oxide, viajes baratos a Londres que me encanta… no parece mal plan. Es el territorio británico más próspero y estable, y uno de los países y territorios con mejor calidad de vida y niveles de seguridad del mundo, según el estudio Jane’s Country Risk de 2008, realizado por el Jane’s Information Group, nada menos. Está además excluido de la «armonización» del IVA. Pagar 200 ó 300 euros anuales de impuestos. Viendo la BBC en lugar de las cadenas de televisión españolas. Sin la obligación de escuchar en todos los telediarios a Rajoy y el «este dice, el otro dice». Además, no es un paraíso fiscal, no existen los paraísos fiscales, no contravengo ninguna norma ética. Es una opción en principio apetecible.

   La otra opción es intentar que la corrupción se acabe con continuas denuncias. Pero no parece que sirvan de mucho y estoy ya muy mayor.

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