Jack El Destripador como método de diagnóstico

Puigdemont, Catalunya, legalidad, PP, millones, Catalunya, Puigdemont, Puigdemont, imperio de la ley, millones, PP, PSOE, Ciudadanos, jueza homófoba, millones, empleo, legalidad, millones, PP, Puigdemont.  La cantinela suena en nuestros oídos de la madrugada a la noche.  Como una letanía se repite en un eco interminable de sonidos y textos. Interpretada desde la severidad de una maestra de escuela en el Telediario 1 que se torna júbilo en el “PP, ora pro nobis”, a la gomina de sus tertulias.

Agrias, justicieras, censoras, superiores de nacimiento en las ondas de las radios, la sorna mal disimulada entre los aposentados en la derecha de todas los televisiones.  Salta de ellas al papel, a las ondas de voz y de regreso a las pantallas de la temible red. Puigdemont, Catalunya, PP, millones, millones, we are the best, siempre the best, a por ellos. Agua, por favor, un vaso de agua.

Dice la magistrada Elósegui que el tribunal de Estrasburgo debía elegir entre un juez al servicio del gobierno y ella que es neutral. Neutral y homófoba. Y machista y retrógrada.  A veces la disyuntiva ni siquiera es tal y viene todo junto en el mismo paquete. Ése es nuestro drama, la España de hoy, la peor de siempre. Fuera de nuestras fronteras nos conocen bien pero en la Europa de los mercaderes pesa mucho contar con un contable que paga las cuentas a los acreedores de la deuda pública convertida por Rajoy en descomunal. Es el mercado, amigos.

Nuestras élites andan reunidas en Davos, Suiza, mira qué casualidad. Nieve y bancos. Bancos de cuentas opacas si se precisa, ciudadanos que votan hasta si vender pipas en los kioscos. A Davos hemos mandado un rey, jefe de Estado no electo, que da lecciones de democracia y riñe a Catalunya. Ningún otro jefe o jefa de Estado con corona ha acudido, nos lo contaba el catedrático Pérez Royo. Y no es una anécdota.

Toda la selecta delegación española ha podido constatar que Catalunya preocupa mucho, que los palos policiales del 1-0 hicieron un daño enorme a la Marca España.  Cómo será que TVE entrevista al presidente del BBVA -el bien pagado Francisco González- para que cuente que se siente tranquilo con el tema de Cataluña. Noticia de alcance. Si él está tranquilo, si los grandes magnates y empresarios de postín que se ocupan de nuestros destinos en Davos están tranquilos, no hay más que hablar.

La vicepresidenta sale con gafas retro y moviendo rítmicamente las dos manos, con dos dedos enhiestos (se llevan las maestras de derechas esta temporada) para decir que su jefe el impoluto, inmaculado, Mariano Rajoy,  hará cuanto sea necesario y más por evitar que Puigdemont vuelva a ser presidente de la Generalitat de Catalunya. Pide el gobierno un dictamen al Consejo de Estado, les dice que no procede, que Puigdemont tiene intacto sus derechos civiles -como los tiene el encarcelado Junqueras-, pero el gobierno del PP no se arredra. Ahora toca apelar al Constitucional. Para poner al alto tribunal en un brete. Expertos independientes lo consideran incluso «un fraude de ley».

En el recurso de inhabilitación preventiva de Puigdemont, al PP le apoyan sus socios. Ciudadanos saca a la palestra hasta a Girauta que ya es haber perdido el miedo al ridículo. Pedro Sánchez Castejón pone tuits. El empleo es precario, te están robando tu pensión, la electricidad está al doble de precio que hace una década, los estudiantes han de abandonar la universidad porque no pueden pagar la matrícula, este es un país rico con trabajadores pobres. A su bola, como un bot, limpio de responsabilidades. Pero al Gobierno de Rajoy ni tocarlo, ni siquiera a RTVE, una de sus voces más activas. De Rajoy y del PP.

Catalunya. Corrupción. Gurtel. ¿Qué me dice usted de corrupción?, alma de dios, son estrategias de defensa. En estéreo, en cadena de estéreos. Desigualdad de récord, injusticia, listas de espera médicas, privatizaciones, sarna en los hospitales, goteras en las UCI infantiles, te cambio balas por ciencia… déjadlo ya¡ qué plastas. El Bernabeu, el Atleti, el Barça, Messi, Zidane, Puigdemont, Cataluña, ¡Venezuela!, oh, my God, regresa Venezuela.

Seamos fuertes, ellos hacen lo que pueden. Sin meterse en algunas cosas. A ver si les vamos a decir a los empresarios qué es lo que tienen que pagar a las mujeres. El presidente alado levita en estado de ingravidez. En Davos toman canapés, la amenaza tuitera muerde sin fuerza. Lo que apalea es el BOE. O los juzgados, según toquen.

El ex president les ha hecho un buen roto. Está amortizado nos dicen, con suerte se convertirá en el catalán errante surcando las aguas y los aires europeos. Pero les lleva a maltraer. Interior lo busca hasta en aeropuertos que solo admiten aterrizajes en paracaídas. Puigdemont, convertido en el rebelde involuntario con bufanda y sonrisa, antihéroe de manual, es de lo poco que alivia la desvergüenza convertida en rutina que nos ha engullido. Y hay algo, mucho, de épica lucha contra el cíclope podrido. A ese nivel en el que nos movemos en España. Por los siglos de los siglos y desde los siglos de los siglos.

Los diagnósticos habituales ya no sirven, rebotan en los cómplices de este drama como en la pared de un frontón. Hay que ser todavía más didácticos con quienes ni siquiera se reconocen al mirarse al espejo. Lo que está ocurriendo en España es como si,  degollada la enésima víctima de Jack el Destripador, volviéramos a decirle: eso qué haces está mal. Te lo dije muchas veces, está mal. Y saliera la letanía en eco: Puigdemont, Catalunya, legalidad, PP, millones, Catalunya, Puigdemont, Puigdemont, imperio de la ley, millones, PP, PSOE, Ciudadanos, somos los mejores, millones, a por ellos. No sería lógico, ni aceptable.

Jack, el destripador, el más famoso asesino en serie británico, no llegó a ser identificado: quedó casi en un concepto. Las víctimas sí, eran reales y fueron asesinadas con la máxima crueldad. Los delitos quedaron impunes. Llevamos el mismo camino. Aquí nos están descuartizando el Estado del Bienestar, la decencia, los derechos y libertades,  y, al paso que vamos, la Democracia. Una parte de la sociedad es una amenaza para el resto, hemos de ser conscientes de ello. Con sus creencias, sus líderes, su nula autocrítica, la irresponsabilidad de sus actos sobre la sociedad. Y todo lo apaga la cantinela, Puigdemont y lo que sigue, ya saben, ya lo sufren.

Olvídense de razonamientos, no atienden a ninguno. Apelen como mucho a su dignidad, o a su sentido del deber por amor a la  España del PP y socios, para ponerse los primeros en la lista que autoriza a ser robados, engañados, degradados, minusvalorados, prevaricados, extorsionados, insultados, agostados. O no. Aquí elegimos lentejas: o las tomas o no las dejas. Y mientras no enfoquemos el fondo del problema, no hay salida.

Jubilación: soluciones imaginativas

Leo información sobre el Foro de Davos y me reafirmo en la idea de que el mundo va a la deriva en manos de quienes se han arrogado la potestad de conducirlo. Un selecto grupo de economistas, políticos y periodistas (sí, hasta en el tramo de la información sólo van los “selectos”). Salvo a los políticos, nadie los ha elegido para representarnos, y, aún a éstos, habrán sido los ciudadanos de sus respectivos países, y sin embargo todos sufrimos sus consecuencias. Un excelente artículo resume algunos hallazgos pasados de Davos:

 “ENRON será la empresa del siglo XXI«-ENRON, el primer fiasco del capitalismo, el primer síntoma, ya olvidado, del actual naufragio-.

   Bill Gates, 2004, “En apenas dos años el spam (correo basura) estará resuelto”.

   «La crisis será corta y suave«. ¿Zapatero lo dijo? No, John Snow, Secretario del Tesoro norteamericano con George W. Bush.

 A Zapatero precisamente parece que no le quieren mucho en el club. No les gusta su reformismo, dicen. Por eso, nuestro presidente se apresura a contentar al mundo que cuenta, cediendo a impulsar políticas –aún más- liberales. Si me lo permitiera, le daría un consejo: cuando uno está en inferioridad de condiciones en cualquier situación sólo puede sorprender y ganar, si presenta soluciones imaginativas, lo que nadie haya contemplado. Lo que conocemos como “De perdidos, al río”, o en versión humorística hispanosajona “From lost to the river”.

Por tanto, le brindo (con ayuda filial) un proyecto innovador para el problema de las pensiones:

NUEVO TRAMO DE JUBILACIÓN:

Desde el término de los estudios hasta los 40 años. A partir de esa edad, se comienza a trabajar hasta que el cuerpo aguante.

Ofrece múltiples ventajas:

1) Los jóvenes no tienen que sufrir el calvario de buscar empleo, ni precario ni no precario.

2) Con su pensión mensual en el bolsillo, y en la mejor edad para disfrutarla, invierten su tiempo en prepararse a conciencia, viajar, madurar. Incluso formar una familia a la que puedan atender, llevar a los niños al colegio, ayudarles en los deberes, hablar con ellos, jugar con ellos.

3) Se comprende que las pensiones no darán para grandes dispendios como comprar una vivienda. Aunque, personas mejor formadas podrían lograr, mediante presión y argumentos, que éstas tuvieran un precio justo.

4) Habilitar un nuevo IMSERSO internacional. Como una prolongación del ERASMUS, los jóvenes disfrutarían del intercambio cultural con ciudadanos de otros países, muy enriquecedor siempre.

NUEVA FRANJA DE ACTIVIDAD LABORAL:

Felices y relajados, altamente capacitados, llegarían a los 40 deseando trabajar para ellos y para otros, algunos tan cercanos como sus propios hijos. Con numerosas ventajas también:

1) Dado que nuestra esperanza de vida, nos dicen, se ha prolongado, y vivimos mucho más (razón argumentada para llevar la jubilación a los 67 años en el mundo de siempre), trabajaríamos mucho tiempo. Para cubrir todas las necesidades sociales.

2) Si en el actual sistema se obtiene un trabajo más o menos estable a los 35 y a los 50 ya no sirves para nada, estar ocupado y cotizar desde los 40 a los 65 como poco, es más rentable, y tiende al bien común.

3) A ciertas edades, evidentemente, empezaríamos a estar algo más cansados. Pero no nos engañemos, quienes marcan las directrices del mundo saben hace tiempo que no hay trabajo para todos, que la fabricación de aire financiero –que es lo que da realmente beneficios- precisa de poca mano de obra ajena: la solución son las jornadas con menos horas de trabajo, a partir de que las fuerzas flaqueen, a cualquier edad.

4) Todos los trabajos intelectuales estarían realizados por personas maduras.

5) Existe el problema de los trabajos físicos duros, pero de 40 a 50 aún se podrán hacer. Y el bienestar de la juventud y temprana madurez fomentará seguramente el ejercicio del bricolage que, además, nos pone los productos necesarios mucho más baratos. Y evita la sobreabundancia, uno compra 10 jerseys, pero no se teje 10 jerseys, un par como mucho por temporada.

6) Ilusiones. En lugar de jugar a la petanca, o matar moscas, dispondríamos de cuatro o cinco horas de actividad laboral que, por añadidura, mantendría más despabilada la mente y prolongaría aún más la vida. Aportaría una mayor socialización que jugar al tute en los centros de mayores municipales. Y quedarían muchas horas en el día para hacer lo que realmente nos gusta.

   Creo que es un tema a estudiar y serán bienvenidas las aportaciones para trasladar el proyecto a Zapatero y que él lo haga llegar al resto del mundo.

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