Los descarrilamientos opinables del metro de Madrid

La Comunidad de Madrid esconde dos descarrilamientos del metro”. Hasta que el diario La Vanguardia no publicó y tituló así la información que corría por las redes sociales todo podía ir en el terreno de las especulaciones. Al menos para quienes aún siguen pensado que es la prensa oficial la que aporta información. Los datos son estos:

Los hechos sucedieron el 25 y el 27 de Febrero, la semana pasada. En la línea 10 del metro que es arteria principal ya que transcurre por el Paseo de la Castellana y enlaza con varias poblaciones de la carretera de Burgos como San Sebastián de los Reyes.

Los convoyes iban en ese momento sin viajeros y se situaban en dos estaciones fundamentales: Fuencarral y Nuevos Ministerios. Se produjeron retrasos que causaron irritación en los usuarios.

La Comunidad de Madrid los ha calificado de “incidentes”: “No ha sido un descarrilamiento” sino un incidente que se produjo mientras se estacionaba el tren en cocheras en modo manual. Acorralado por la presión ejercida por los sindicatos del Metro, que sí reconocen los descarrilamientos, Carabante [viceconsejero de Transportes] agregó que estas incidencias “nunca” van a producirse con viajeros dentro del convoy, puesto que en ese caso siempre circulan en automático, explica La Vanguardia.

Un usuario de metro ha comentado en twitter su preocupación porque hasta los descarrilamientos sean “opinables”.

Denunciados por los sindicatos, en efecto, un portavoz de CCOO atribuye a dos posibles causas los descarrilamientos: A un supuesto problema en los sistemas de amortiguación de algunos de los últimos modelos comprados por Metro de Madrid, los cuales son demasiado ligeros y se salen de la vía. O al desgaste de las vías y diagonales debido a la falta de manteniendo y de repuestos.

Hasta aquí los hechos, ahora opino. Tras haberme desesperado porque lo revelado en nuestro reportaje de Informe Semanal sobre el accidente del Metro de Valencia que causó 43 muertos y 47 heridos, no tuviera la menor incidencia para atribuir responsabilidades, advierto las similitudes. En el metro de Valencia se “ahorró” en seguridad como señalaban los trabajadores, alguno de los cuales fue expedientado por sus declaraciones al programa en aquella semana de Julio de 2006. Las causas varían pero siempre el “ahorro” neoliberal, prima. Copio y pego un fragmento de este reportaje que ya no es nada fácil encontrar en los archivos:

Maquinista: …“mientras que nosotros en la linea 3 disponemos del sistema ATP que me regula en todo momento a la velocidad que puedo circular, ahora mismo puedo circular a 70 y en las curvas me limita a 50 y ahora vais a ver como entro en una curva que me va a limitar a 30 y a mi me es imposible entrar a mas velocidad del que me limita la curva y me limita el sistema”….

Pedían medidas de seguridad a la empresa precisamente para la linea 1 y acaban de levantar la anunciada huelga en los días de visita del Papa que habían convocado para reclamarlas.

Maquinista: “si hubiera estado el ATP  le garantizo en esa curva si es por exceso de velocidad como se esta diciendo jamás hubiera ocurrido un descarrilamiento por exceso de velocidad. Puede comprobar como yo voy a 30 y voy a hacerle a vd. una prueba voy a intentar ir a 35 y verá vd. lo que va a pasar, cuidado que frena¡, ¿se da vd. cuenta? cuando yo he intentado ir a 35  el tren se ha frenado por completo porque me impide exceder la velocidad que me permite el sistema”.

El resto ya es historia. El PP de Madrid debe ahorrar en sus sobresueldos y prebendas, nunca en seguridad para los ciudadanos. Esperemos no escribir una página trágica también en Madrid.

Estratosférico aumento del presupuesto en antidisturbios

Privatizan la sanidad, recortan ésta, la educación, los servicios públicos. El Estado –es decir, el Estado del Bienestar- sobra a los gobiernos del PP, central y autonómicos. También al catalán, no nos olvidemos. De él solo quieren mantener el poder de decisión sobre arcas y haciendas… y lo que llaman Seguridad. Para ser precisos, el aparato de reprimir cualquier protesta social por los atropellos causados a la ciudadanía.

El periodista Javier González, en El Mundo, ha escudriñado los presupuestos y ha encontrado estos desproporcionados gastos:

El gasto en antidisturbios y material de protección pasará de 173.670 euros en 2012 a 3,26 millones en 2013 .

El presupuesto a cinco años vista se dispara de 759.330 euros a 10 millones de euros.

Disminuye, entretanto, la partida destinada a Seguridad Ciudadana.

El gasto en reponer la totalidad del material policial pasará de 1,6 millones de euros anuales previstos en los anteriores presupuestos a 4,4 millones en los nuevos.

Se congela, en cambio, el gasto en reposición y nuevo equipamiento de la Policía Científica.

¿Cómo interpretáis estas medidas?

Por cierto, 128.000 personas más en el paro registrado en el INEM.

 

Delincuencia Vs Seguridad

Un nuevo balance vuelve a situarnos como uno de los países con menor indice de criminalidad de la Unión Europea. Más aún, durante 2011 (último año de gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero) el índice bajó medio punto. El Ministro del Interior,  Jorge Fernández Díaz, ha dicho que hay que cambiar la metodología para contarlos, porque hay más delitos de los que parece. Y tanto, aunque igual no coincidimos en su descripción.

España tiene una tasa de criminalidad del 48,4 ‰, frente a la media de la UE que está en el 64,9 ‰. La sobrepasan ampliamente Suecia con 151,9 infracciones penales por mil habitantes, y Bélgica (97,1). Sólo tres países tienen menor tasa de delincuencia que España: Italia, Portugal y Grecia.

Llama la atención del informe que han crecido los delitos “contra la libertad”, aunque la noticia no especifica el porcentaje exacto, si bien se incluye con otros delitos en un escueto –o no tan escueto- 3,2 %.

Como conviene siempre confrontar magnitudes, pedir –como hago en Actúa- “campos de fútbol” en todas ellas igual que nos la dan ¡sin solicitud alguna! para las hectáreas-, resulta que España, a su vez, cuenta con uno de los mayores ratios de policía por habitante de la UE: 483,3 cada 100.000. Y otra vez nos superan Italia (552,1) y Portugal (488,5). La media de la UE es de 352,3.

¿Quiere esto decir que a más policía menos delitos y que la coacción funciona… o no es ésa la causa?

Hasta ahora –mientras se mantenían los índices de delito bajos- las fuerzas de seguridad habían protagonizado escasas manifestaciones violentas. Aunque flagrantes y encima saldadas en algún caso con la amnistía. Veremos qué pasa ahora. En general la violencia engendra violencia y los países fuertemente armados para el «orden» y controlados comparten pasados de represión poco homologada en democracia.

Por cierto, los ciudadanos que expresan su disconformidad con las -constitucionales y amparadas por los Derechos Humanos- manifestaciones populares ¿son delincuentes? Pues así se disponen a declararlos el PP en la «reforma» ¡ay, las «reformas»! del Código Penal. Y de la peor especie: terroristas. Incluso en su resistencia pasiva a la autoridad. Incluso haciendo extensiva a la organización, partido o sindicato al que pertenece el «violento» la responsabilidad.

De cualquier forma ¿Se justifica esa legión de fuerzas del orden para un país llamativamente pacífico? ¿Tantas porras y pistolas, la última compra -a añadir al arsenal- de 1 millón de euros en gases lacrimógenos y medio millón en pelotas de goma? ¿Qué seguridad mantienen? ¿De quién nos protegen?

En la llamada que hago en el libro a utilizar la cabeza, hablo precisamente de la delincuencia y la seguridad. En estos términos:

La mayor parte de los ciudadanos –susceptibles a la xenofobia- identifican delincuencia con inmigración. O con hurtos de poca monta. A muy pocas personas se las oye citando como delincuentes a especuladores, usureros, a quien roba sumas astronómicas, a los actores de la corrupción política. Esta confusión conduce a permanecer inerme a sus ataques, a no identificar al verdadero enemigo. A no calibrar la influencia de lo que sustraen unos y otros. A seguir admitiendo el dolo de las ingentes cantidades de dinero público que se llevan algunos políticos y sus cómplices manteniendo incluso el prestigio. A consagrar la impunidad, uno de tantos monstruos que crece hasta aplastarnos cuando no se les combate. A volver a doblegarse a normas que utilizan como excusa la “seguridad” que se contrapone a la delincuencia. ¿De qué delincuencia nos defienden?

La «responsabiliad corporativa» -añado- ¿vale también para los partidos, organizaciones y sindicatos en cuyo seno haya habido un chorizo que se ha llevado dinero público, de todos? ¿Pagarán con cárcel las cúpulas de los partidos? ¿Nos devolverán lo robado? Es decir ¿Qué responsabilidad jurídica y penal corresponderìa al PP por haber nombrado a Jaume Matas? Cuando termine el juicio a Gerardo Díaz-Ferran encausado en numerosos fraudes y corrupciones mientras era presidente de la CEOE ¿ingresarán en prisión una cuota de los empresarios que lo eligieron? ¿Cómo subsanarán el dolo hecho?

¿Habremos de pedir una web como la de los Mossos para denunciar corruptos y fascistas, es decir, los que atentan contra la democracia de todos?

Porque… no será amedrentar a la población lo que se busca ¿verdad? esa ciudadanía que roba y mata poquito, menos que en toda Europa, y a veces sin que media una bala de goma policial.

Los ciudadanos necesitamos seguridad

Imagino la cura de humildad de José Blanco, ministro de Fomento español, -aunque, hombre práctico, no parece necesitarla- en su visita a la capital del imperio. “Va a ser inevitable imponer los escáneres en los aeropuertos”. A eso se le llama posibilismo y aceptar la realidad: el consenso de los poderosos así lo quiere. Y a ver si le va a amargar el mandato al Premio Nobel de la Paz un atentado. Hay que asustar a la ciudadanía, y favorecer el negocio de los fabricantes de escáneres, como objetivos añadidos.

Pero el explosivo del nigeriano –utilizado como excusa- no hubiera sido detectado, nos dicen los expertos, por estos aparatos. Subiremos a los aviones humillados tras sentirnos en pelotas ante extraños –y ¡dios mío! ¿Qué haremos con los niños? ¿Les taparemos los ojos en la placa para que no sean reconocidos?-, y no se resolverá el problema. Hay quien apunta al tracto rectal como siguiente paso. En el caso de las mujeres, habrá que hacerlo también vaginal. Y no será suficiente. Pronto, instalarán ecógrafos en los aeropuertos, dando negocio a los médicos que lo practican. Mira, en el caso del Dr.Aguado de Madrid, sería buena cosa, lo merece por buen profesional. Pero no creo yo que acabemos aquí. Alguien puede llevar explosivos ocultos en los pliegues de la columna vertebral, o en los huesos del pie o de las manos. ¿Solución? Resonancias magnéticas. De cuerpo entero. Claro que habrá que ir con 6 horas de anticipación a la terminal aérea.

Llegará un momento, sin embargo, en que las autoridades caerán en la cuenta del ingente número de víctimas que han ocasionado los atentados en metros y ferrocarriles. Así que pondrán en todas las estaciones la correspondiente unidad móvil, con escáner, ecógrafo y resonancia. De paso, pueden detectar dolencias de salud de los ciudadanos.

Pero ¿Quién nos libra de bombazos en El Corte Inglés, en todos los centros comerciales, en todas las tiendas, paseando por la calle? La policía establecerá controles en las vías urbanas y carreteras, similares a las detecciones de alcoholemia, para ver si evitan atentados.

Nosotros seremos muy felices, porque nos sentiremos extraordinariamente seguros. Hasta el día y los días en que veamos, que algo o alguien sigue saltando por los aires por la violencia fanática.

(La actualidad hoy tan intensa que he escrito 6 post, más cortos. Así que siguen 5 más. Ruego atención para ellos, tras el experimento realizado. Lo peor es que me han quedado unas cuantas cosas por comentar. Ah, y probablemente se haya deslizado algún desliz ortográfico, escribir en plan máquina es lo que tiene).

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