Cuando Felipe VI se refirió a nuestro país como “Una España con profundas convicciones democráticas”, regresé a la cocina para dar los últimos toques a la cena que me pareció mucho más práctico. El nuevo rey no había entrado en El jardín podrido ni con la punta del zapato. Profundas convicciones democráticas España, ese país de pronunciamientos militares, analfabetismo funcional y ético que los tolera, y nada menos que un golpe de Estado con dictadura militar de ¡40 años! Que se llevo por delante casi la mitad del último siglo. Y cuyas consecuencias son bien visibles ahora mismo.
Estas cosas de la genética que reproduce gestos y hasta tonos e inflexiones de voz, me recordó enormemente a su padre, a los discursos navideños de su padre. Y tenía razón. Juan Luís Sánchez, en eldiario.es ha encontrado hasta frases similares. Gran análisis en su “Felipe VI y lo que “debemos” hacer para “recuperar el sosiego”:
“Movía las manos, se tocaba el corazón, agitaba los dedos, asentía, negaba, sonrisa, hombros. Hola, soy Felipe de Borbón y mi catálogo de gestos es de rey joven, con ganas, con energía. Y se reivindicó generacionalmente: dijo «regenerar» y dijo «regeneración»; dijo «tiempos nuevos», dijo «nueva época», dijo «base nueva». Y hasta le compró algún significante a la nueva política, como «vida colectiva». Y dijo la palabra «futuro» 9 veces, como formando una flecha de luces intermitentes de neón apuntando a sí mismo. ¿Lo pillan? El futuro soy yo.
Pero, en realidad, aunque las palabras de Felipe suenen algo más frescas por el continente, parte del contenido es muy parecido al marco político que han propuesto tradicionalmente los discursos de Juan Carlos, especialmente con el de 2012, cuando el entonces rey no pudo por más tiempo obviar el clima de crítica social.
Juan Carlos I (2012) «No creo exagerar si digo que vivimos uno de los momentos más difíciles de la reciente historia de España. La grave crisis económica que atravesamos desde hace unos años ha alcanzado una intensidad, una amplitud y una persistencia en el tiempo que nadie imaginaba.
Felipe VI (2014): «Estamos viviendo tiempos complejos y difíciles para muchos ciudadanos y para España en general. La dureza y duración de la crisis económica produce en muchas familias incertidumbre por su futuro».
Es tal la sincronía entre ambos discursos que una misma frase se usa con dos intenciones diferentes. En 2012, Juan Carlos I dice: «Pero no todo es economía. Por muy evidente que sea, no es malo repetirlo: no todo es economía». En 2014, Felipe VI dice:»Pero no se trata solo de economía o de intereses sino también y sobre todo, de sentimientos». El primero se refería al clima social por la crisis y el segundo a Catalunya, tema sobre el que el discurso no ha cambiado apenas nada.
Felipe VI ha intentado hilar fino con su hermana y su cuñado muy acorralados y con su padre compartiendo titulares con Corinna que no hablan de corazones sino de oros. El nuevo rey ha dado «la razón» al que se sienta «indignado» por la corrupción, con la que «hay que cortar de raíz». Aunque es una apreciación general parecida a la de 2011 de su padre al decir «todos somos iguales ante la ley».
Pero cae con su predecesor en la misma pose condescendiente y paternalista con el que muestra crítica o desacuerdo. El clima de protesta es «desapego», es «pesimismo» (2012 y 2014) de gente que sufre «desencanto» (2014) o «desánimo» (2012), un «malestar social». Eso sí, hace falta una «puesta al día» (2012) o «regeneración» (2014), elija la palabra que más le guste”. (Seguid leyendo aquí, merece la pena).
El Rey se refirió a “conductas” en la línea implantada por ese poder que «se lleva» tan alejado de la gente. Como diría el propio Rajoy, el procesamiento de su hermana y su cuñado son… “esas conductas de las que Vd. me habla”.
Antón Losada precisa la diferencia, no son “conductas” lejanas:
“El libreto empezó por dónde debía, por la corrupción. Aparentemente el rey disponía de tres opciones para gestionar el banquillo de su hermana, aunque en realidad solo tenía una no del todo mala. No podía evitarlo como si no hubiera sucedido. Despacharlo con una mención constituía un grave error. Lo mejor que podía hacer era afrontarlo con contundencia y asumir las consecuencias. Eligieron el peor guión. Ya hemos visto demasiadas veces esta película dónde se habla de corrupción en general, se comprometen a cortar por lo sano en general y nos anuncian que somos iguales ante la ley en general. La corrupción que atañe al monarca no es la corrupción en general de los servidores públicos. Es la concreta de su familia, porque esa sí la puede solucionar. Pero tampoco tocaba hablar de eso este año”.
Gallego&Rey lo habían anticipado:
Felipe VI suena mucho mejor que el Juan Carlos envejecido de los últimos años. Pero, tal como dijimos, eso no era suficiente. Gonzalo Cortizo ha seleccionado las diez principales frases, llenas de… “conductas” y lugares comunes:
«Debemos cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción»
«Los responsables de esas conductas irregulares están respondiendo de ellas, eso es una prueba del funcionamiento de nuestro Estado de Derecho»
«Necesitamos una profunda regeneración de nuestra vida colectiva. Y en esa tarea, la lucha contra la corrupción es un objetivo irrenunciable»
«Las conductas que se alejan del comportamiento que cabe esperar de un servidor público, provocan, con toda razón, indignación y desencanto»
«No debemos dejarnos vencer por el pesimismo, el malestar social, o por el desánimo»
«Debemos seguir garantizando nuestro estado de bienestar, que ha sido durante estos años de crisis el soporte de nuestra cohesión social, junto a las familias y a las asociaciones y movimientos solidarios»
«Los índices de desempleo son todavía inaceptables y frustran las expectativas de nuestros jóvenes y de muchos más hombres y mujeres que llevan tiempo en el paro»
«No obstante, es un hecho que las principales magnitudes macroeconómicas están mejorando(…). Estos datos son una base nueva para la esperanza de que, en el futuro, puedan generarse de forma sostenible muchos más empleos y, especialmente, empleos de calidad»
«Llevamos a Cataluña en el corazón(…). No se trata solo de economía o de intereses sino también y sobre todo, de sentimientos»
«Somos una democracia consolidada. Disfrutamos de una estabilidad política como nunca antes en nuestra historia».
El mensaje de la recuperación es el que vende el gobierno aunque este discurso lo escribe el Rey y su equipo y lo supervisa el ejecutivo al contrario que la mayoría del resto que el Rey pronuncia. Pertenece a ese país imaginario en el que viven, el real es otra cosa…
ABC, “el gran periódico español” –como el mismo se apellida- se muestra exultante con su rey sencillo y discreto:
Es que es el periódico monárquico me diréis, pues no solo, crecen los vasallos como esporas, buscando quién sabe un lugar al sol. Ved el tuit que mandó la brillante diputada de UPyD, Irene Lozano:
Este Rey mola los huevos! Lo adoro!! @CasaReal
Al PSOE le ha parecido valiente y que el rey conoce el país que… gobierna ¿Ah, gobierna? pues entonces es doblemente responsable. El PP en su línea, dicen, nada menos, que es «un rey pegado a la calle que conoce los problemas de la gente». La izquierda más crítica.
«Pues a mi suegro le ha gustado», leí a un colega. Así es, en el país imaginario de Felipe VI, Rajoy, sus medios, su corte y ciudadanía acrítica, seguro que ha triunfado. Cuando se le jalee y destaque, todavía más. Él mismo puede llegar a creer tanta adulación.
Lo que pasa es que los países, como todo lo imaginario, flota y suele terminar por mostrar la realidad. Es terrible ver cómo se les viene encima la Historia sin que, en su nube, se enteren de nada.
Algo está cambiando y no lo ven. Jesús Maraña y Benjamín Prado se han aliado en este precioso mensaje. Vivo y sin telarañas.
‘Nunca es tarde para cortar la cuerda, para volver a echar las campanas al vuelo, para beber de ese agua que no ibas a beber’ Benjamín Prado