Como en el fin del Imperio romano

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Se le llamaba Ciudadano Cebrián, recordando al Citizen Kane de Orson Welles. A media voz. Su poder y su soberbia eran inmensos en los tiempos de esplendor de El País. Pero, como escribe Gumersindo Lafuente (que dejó el rotativo por voluntad propia desde la dirección adjunta) la veda se levantó con el ERE en 2012. Nombres míticos que habían construido el prestigio del diario salieron o directamente o en la onda expansiva. Por citar solo algunos, varios ex corresponsales del periódico, alta cualificación en periodismo: Maruja Torres, Javier Valenzuela, Ramón Lobo, Miguel Mora, Enric González o José Yoldi, al que aún le ardía en las manos la exclusiva sobre  los viajes de placer, guardaespaldas incluido, de Carlos Dívar que tuvo que dimitir como presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial.

Luego llegaría la censura de un artículo del historiador Santos Juliá simplemente por mencionar a Enric González en el texto. Se lo borraron sin más y Juliá se fue enfadado, pero regresó. Hasta con la carga antiPodemos de rigor. Miguel Ángel Aguilar fue despedido por responder a The New York Times sobre la libertad de prensa en España. El propio New York Times vio suprimida su colaboración con El País, a raíz de su artículo.

Paulatinamente se fueron cancelando las columnas de opinión de colaboradores críticos. Más despidos en los medios de la empresa, desangrados por una mala gestión, algunos tras expresar protestas. Hasta llegar a la selección de Ignacio Escolar y eldiario.es como reo a sacrificar por la publicación de los Papeles de Panamá con vínculos a la segunda exesposa de Cebrián, Teresa Aranda. Y a prohibir a sus empleados asistir a los programas de La Sexta, porque forma parte del grupo que difunde la investigación de estos Paraísos Fiscales. Calígula desde el trono.

Todo esto se ha ido tragando, como se engullen los sapos crudos, y poniendo una vela a la virgen del que me quede como estoy para que el presidente –mucho más allá de sus atribuciones como tal- no repare en ninguno más, no en cada uno. En tiempos de precariedad y también de arbitrariedades sin fin, de corrupción galopante, es peligroso quedarse a la intemperie. Pero no olvidemos que implica elusión de responsabilidades.

Cebrián es el símbolo de esta época que se hunde en su degeneración, aunque sin duda toda ella dará coletazos hasta el final. La  foto con su amigo y socio hispanoiraní Zandi en El Confidencial es la imagen explícita de esa degradación. Pero también, con mayor significado, la que le une a Felipe González, el expresidente del gobierno del PSOE, en amistad, negocios, fiestas, sonrisas, yates, vanidad y ambición de poder.

En estos años, también se abrió la veda para la intocable familia real española -con tantos secretos familiares en sus baúles- hasta costarle el puesto a Juan Carlos I. No sirvió pedir perdón por sus cacerías y dudosas amigas entrañables. Pero ahí siguen, asombrándonos entre manos limpias y sucias, y defensas de la Fiscalía -el órgano que por definición se ocupa de los intereses de los españoles vulnerados por delincuentes-. Hasta llegar a la probable exoneración de la infanta Cristina de los presuntos delitos que acreditó la investigación judicial.

Se suceden de tal forma los atropellos, las evidencias, que una persona medianamente cuerda y honesta duda ya de todos los estamentos del Estado. Jueces y fiscales cobrando de Ausbanc, o del PP de Madrid a través del gobierno regional, por distintos servicios. La sima sin fondo del PP en su conjunto. La estirpe de los Pujol en Catalunya y la cortina que ocultó sus hazañas. Los pozos negros de la Comunidad valenciana. O de la Andalucía del PSOE. O de Canarias, donde el ministro offshore es aplaudido por los suyos, secretaria general del PP a su vera, mientras planta denuncias a la jueza Rosell –casualmente de Podemos- que son admitidas por el Supremo. Y tituladas en primera plana, por medios como El Mundo.

El Mundo es ese periódico que se dispone a echar a la calle a más de doscientos trabajadores –entre varias publicaciones de la editora-, empecinado desde los tiempos de Pedro J. Ramirez en contarnos las excelencias del empresario español para dirigir este país como si fuera un negocio. Igual es que sí lo es. Esos empresarios que eligieron como presidente a Díaz Ferrán – hoy en la cárcel por corrupto- nos dan lecciones, día sí, día no, sobre cómo debemos comportarnos en política. Apelando, por supuesto, a los partidos buenos y temerosos del IBEX y el lucro como dios supremo, que parecen ser PP, PSOE y Ciudadanos, lean. Y algo debe haber cuando Albert Rivera, el líder de este último, declaró hace mes y medio misión cumplida haber impedido un gobierno con Podemos. Y Pedro Sánchez le eligió por pareja en cabriola formalmente incomprensible.

Y así se nos lanza el Parlamento en su abrupto final de legislatura a un debate sobre Venezuela. Y lo apoyan desde la retaguardia el diario de Cebrián y Caño con un editorial titulado “Realismo Mágico Venezolano”. Ahí queda eso. Y desde El Mundo de David Jiménez con las graves carencias alimentarias de los venezolanos. Pásense por Burundi, Sierra Leona, Guinea Ecuatorial que nos cae bien cerca, Haití que anda por el continente de su Venezuela. Por Arabia Saudí, el amigo que ostenta hoy el récord de la venta de armas desde nuestro país y de ejecuciones de disidentes políticos. Pásense por España, por favor, que las políticas que apoyan  mantienen a más de dos millones de personas alimentándose en comedores sociales, un tercio de los niños en el umbral de la pobreza y la tijera en la sanidad produce hasta muertes. Pásense también por el mundo entero al que han tenido que emigrar miles de españoles, jóvenes sobre todo, y a los que encima ponen trabas para votar.

Pero no, es Venezuela, ese país al que estas mismas élites y gobernantes vendían armas y rendían pleitesía incluso con Chávez. La misma que ignoraban los medios  -también en los abusos anteriores de los gobernantes buenos y temerosos de sus mismos dioses- hasta que surgió Podemos. Va a llegar un punto que los escolares españoles van a pensar que Venezuela es una isla ubicada junto a Canarias, o en un lago al lado de Madrid.

Esta semblanza a grandes rasgos, tantas veces denunciada, compone el retrato de un régimen que se desmorona como lo hiciera el Imperio Romano. No le pongamos ni nombres, ni fechas como «el 78». Es el de quienes han mandado en España durante siglos, al que se sumaron unos cuantos avispados sin muchos remilgos. Las bacanales, los rostros abotargados, los bufones para reírles las gracias, la guardia pretoriana, los mercenarios, el ejército, la mordaza en forma de leyes y códigos que aporta la parte más autoritaria del grupo, los yates, los palcos, las cenas, las luchas de poder, los vómitos de ira, el dedo martillo como final de fiesta. La condición humana sobre todas, cuando se infecta de egolatría.

Podría servir de guión al libro que definirá nuestra época. Muchos españoles colaboran con ellos, incluso sin ser conscientes que ya es ponerse una tupida venda sobre los ojos. Porque, como predijo uno de los escritores que nos precedieron en la trágica ciencia ficción de la realidad, George Orwell, han sucumbido a sus estrategias: “Os exprimiremos hasta la saciedad, y luego os llenaremos con nuestra propia esencia”.

Ingrediente básico en el programa es correr tras el señuelo de los falsos motivos de debate, esa Venezuela que les sirve de coartada. O lo que gusten decidir. Odiar a quienes mandan odiar. Votar a los partidos sensatos que nos conducirán a todos al mismo lugar donde estamos, aunque cada vez algo más abajo. Convencerse de que los países son empresas, que las elecciones cuestan demasiado dinero, que la democracia cuesta demasiado dinero. Creer a los medios que ocultan las noticias inconvenientes a sus intereses. A los columnistas tan críticos con los que mandan sus jefes y tan silenciosos cuando el rayo de la arbitrariedad cae en casa.  Seguir encendiendo velas a la virgen a ver si la próxima vez tampoco les toca. Evitar pensar que a veces las circunstancias nos obligan a elegir, aunque maldigamos vernos en esa tesitura.

Los periodistas seguiremos aquí. Si consiguen tumbar a alguno, sale otro. Y otro. Porque este Imperio que se derrumba, arrasado ya por los Atilas de la codicia, puede ser hundido por la verdad. En las urnas. En la voluntad de los ciudadanos decentes, sobre todo. No es fácil, pero será inevitable. Recuerden, lo decía José Luis Sampedro: “La historia no admite vacíos, imparable la vida los llena”. Que sea la vida, no la mugre que hoy nos anega.

*Publicado en eldiario.es

A lomos de Panamá para acusar a Podemos

 

Un sí unánime del Congreso para que todos los agentes tengan chaleco antibala

 

Cada país afectado por las revelaciones de los Papeles de Panamá anda lamiéndose las heridas que le dejan sus corruptos. Evadir obligaciones fiscales no es una conducta honrada. Islandia ha echado a su presidente sorprendido con las manos en la cuenta opaca. Lo ha pedido a voz en grito la ciudadanía, harta de ser despojada por sus próceres. Otros lugares plantean preguntas a sus implicados. Cameron con la cuenta de papá y desempolvando cartas poco airosas con el respeto a las obligaciones tributarias. Los hay, como España, que tratan de enmascararlos. Es el caso de nuestra patria hija Argentina que ya tiene un presidente del gusto de las élites, no es cuestión de obstaculizar su camino por unas evasiones fiscales. En esa larga lista de los aprovechados habituales, de los que no se pierden una, hay naturalmente españoles. Pero aquí se da la más insólita de las reacciones: portadas e informativos se llenan con lo que llaman financiación de Podemos.

España es ese país en el que estos días la Comisión de Interior del Congreso ha constatado que el Gobierno del PP ha mantenido una “policía política” a su servicio. Entre sus cometidos, la elaboración de informes anónimos contra adversarios políticos. Se diría que los ha acaparado Podemos. La gravísima noticia hubiera sido destacada en la prensa seria de países serios, aquí no. Aquí publican, dados por ciertos, “informes” de ese cariz que vinculan a Podemos con la Venezuela de Hugo Chávez. Por lo demás, varias veces repetidos y desestimados por la Justicia. Pueriles, pocas cabezas se tragan que ese dichoso país caribeño eligiera a España para exportar sus políticas teniendo muchos otros países más a mano. Jamás tuvo la relevancia de hoy en España hasta que surgió Podemos.

Prensa y periodistas los repiten amplificándolos sin mediar ni investigación, ni crítica. La máquina del fango en acción. Apoya una de las grandes cadenas de televisión con un reportaje casual sobre Venezuela en prime time. No sobre Panamá, sobre Venezuela una vez más. Y La Razón se firma una portada capciosa de manual y en ella pretende sembrar la sospecha de otra financiación dudosa para Podemos: algunas personas que le prestaron dinero en crowdfunding –retornado tras el cobro por escaño- no tributan a Hacienda, unos pocos exentos al no tener suficientes ingresos. Los poderosos pillados en Panamá tampoco pagan aquí, pero eso no merece sus portadas.

Estamos sabiendo que el jefe de la UDEF (Unidad de delincuencia económica y fiscal) de cúpulas varias veces “renovadas” por el PP llamó al Supremo para impulsar una querella contra Pablo Iglesias. O que el informe que circula entre los medios incluye como financiación de Podemos una beca a Pablo Iglesias de una fundación de El Corte Inglés en 2008, 6 años antes de la formación de Podemos. Beca que reciben anualmente numerosos investigadores con total transparencia. No todo el mundo es rico por su casa. Las tres asociaciones de Jueces denuncian lo que califican de «insólita injerencia de la UDEF contra Podemos». Nadie más ha dicho nada. Y esto no es política, ni periodismo, echar a un partido político con trampas atenta la democracia. Con todas sus consecuencias.

El cúmulo de despropósitos, la inversión de dinero y efectivos para perseguir cada paso de Podemos, la difusión mediática con añadidos propios, es de suma gravedad. Tenemos implicada a la hermana del rey Juan Carlos en evasión de impuestos -40 años con cuenta opaca en Panamá que coincide exactamente con su reinado-, según la información del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, ICIJ. A, Micaela Domecq, esposa del comisario europeo Arias Cañete. A implicados en la Gürtel del PP. Y, sin embargo, los esfuerzos fundamentales son para desprestigiar o sembrar dudas sobre Podemos.

Por si faltara poco, se lanza a cargar el obús con más metralla uno de los candidatos en liza para formar gobierno, Albert Rivera, quien obtuvo sus 40 escaños basándose en un programa de limpieza y regeneración que le diferenciara del PP. En el Congreso no hubo un “rifirrafe” político el miércoles como adora llamar el periodismo tópico. Hubo acusaciones de Rivera cuya falsedad tiene obligación de conocer antes de hablar. La cruel tijera del periodismo actual resume diciendo: «Íñigo Errejón rechazó las acusaciones de financiación ilegal». No, recordó que el Supremo ha archivado las querellas dos veces y la Fiscalía ha declarado que no hay caso, pidiendo que si alguien tiene dudas vaya a comisaria a denunciarlo de nuevo. Y no es lo mismo. Aquí pueden oír lo que la prisa periodística –o lo que sea- no incluye.

Es cierto que otros partidos sufrieron en el pasado los rigores de sucias campañas para desbancarles de sus opciones políticas. Siempre fueron los mismos. Y es un dato clave. Ni siquiera fue con esta virulencia y trampa manifiestas. A Adolfo Suárez, a UCD, se la cargaron muchos de quienes hoy militan en las filas del PP o sus herederos naturales. Fue una ejecución en toda regla que también sufrieron otros líderes como Julio Anguita del PCE. La campaña contra Felipe González la diseñó y aplicó la prensa de la caverna. Ahora más nutrida y con la complicidad de periodistas que  no quieren significarse.

Como en el cuento de la madrastra, a Iglesias, Errejón, Bescansa… les toca la ración amarga, mientras el hijo predilecto se lleva las mieles. ¿Para cuándo doscientos artículos sobre “el liderazgo de Albert Rivera” o quinientos sobre  «la financiación de Ciudadanos»? Dediquen a ello siquiera una décima parte de sus esfuerzos. Sobre el machismo congénito y ofensivo de dos de sus más señalados miembros, De Azúa y Girauta ¿No hay nada qué decir? ¿Dónde están los análisis y editoriales sobre el voto en contra de los naranjas a derogar la LOMCE o la Ley Mordaza? ¿saben los ciudadanos con minúscula cómo se explica ese voto? Este artículo del profesor Agustín Moreno da muchos datos, comenzando porque el programa educativo de Ciudadanos lo presentó un economista: Garicano. Informar es esto.

El periodismo es investigar, ordenar los datos, separar los hechos de las especulaciones. Como está haciendo el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, ICIJ, con los papeles de Panamá. Ante la avalancha –de diferentes grosores y colores- para que exceda su labor y prácticamente juzgue y condene, se niegan. Lógicamente. Los descontentos tienen una larga lista de paraísos fiscales que investigar. Hay muchos más Panamá, amparados por el Sistema. Manden ahí a sus policías, periodistas y husmeadores, alívienlos de Venezuela que lo tienen ya muy visto.

A los periodistas sin mochilas nos están obligando a un papel que no es el nuestro y que resulta muy cargante ya. Tratar al menos de restablecer una cierta justicia en lo que se cuenta a los ciudadanos. Porque les va mucho en ello. Vemos a víctimas de este sistema corrompido, a obreros que trabajan de sol a sol, a jubilados  con sus pensiones en el aire  como no dejan de advertir desde instancias oficiales incluso, a los que sufrirán los nuevos recortes consecuentes al aumento del Déficit y la Deuda de la legislatura del PP, a saqueados por la corrupción y las decenas de Panamás, comprando el mensaje de la maldad y peligros de Podemos. Lo conveniente que es seguir como estamos inducen sin pudor. Y resulta clamoroso el silencio ante estos atropellos y ante la manipulación mediática. Porque no, no, salvo para adictos acríticos, esto no es política, ni periodismo: son negocios. Sucios. Privados.

La noticia no es ya si vuelven a sacar el ajado informe de la financiación de Podemos, sino por qué se está produciendo esta campaña. Se lo digo yo: para que nada cambie. Usted paga.

*Publicado en eldiario.es

PD.

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Gracias, @golondrinadnata

Pastora Gallardo, resume.

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La música la pone José Antonio Troyano: «Los pájaros en el Seto» de Los Cuentos de Hoffmann

Paraísos de impunidad

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Las noticias nos han llegado a través de las vías que el periodismo de investigación ha encontrado para desarrollarse tirando de un hilo que apunta al agujero negro. Un trabajo exhaustivo sobre 11,5 millones de documentos internos del despacho de abogados panameño Mossack Fonseca, realizado durante un año por un  equipo de más de 370 periodistas de un centenar de medios de 76 países. El Confidencial y La Sexta han sido en España los encargados de difundirlo. Ellos han puesto nombre a destacados defraudadores fiscales.
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Entre lo que califican de “personalidades”,  hay 140 políticos de 50 países, incluidos jefes de Estado actuales o pasados, varios de ellos dictadores. Y una serie de famosos por sus actividades profesionales como Leo Messi o los hermanos Almodóvar. La esposa del ex ministro y parlamentario europeo Arias Cañete, de la familia Domecq. La hermana del rey Juan Carlos, Pilar de Borbón, aparece como presidenta de una sociedad panameña durante 40 años. Ése es un dato relevante: la cantidad de familiares y amigos de otros grandes prebostes que figuran en los papeles de Panamá. Primos del dictador sirio Al Assad, hija del primer ministro chino, hijo del derrocado presidente egipcio Mubarak, amigos de la infancia de Putin, el padre del presidente británico David Cameron, el secretario del rey de Marruecos, entre otros. Como si las sociedades pantalla utilizaran también relaciones pantalla. Con toda su cara y su firma vemos también al primer ministro de Islandia, al nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, o al que fuera de Ucrania. Al Rey de Arabia Saudí –tan amigo de las autoridades españolas– o al jeque catarí accionista de El Corte Inglés.

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Llama la atención el tratamiento dado por la prensa a tan inquietantes noticias. El quiosco español se ha empecinado en destacar ¡A Putin! y El País, además, a Venezuela, llegando ya a inspirar una patética ternura. Aparentemente es el único que ha reparado en que aparece ese país a través del que fuera jefe de Seguridad de Hugo Chávez. Pero es que La Nación de Buenos Aires no ha destacado hasta por la mañana el nombre del presidente del país, Mauricio Macri, dando mucha mayor relevancia en la información a un secretario de Kirchner, la anterior mandataria. La BBC no subraya tampoco a papá Cameron. La mítica televisión británica sufrió duros ajustes y controles con la llegada del actual presidente a lomos de la mayoría absoluta, habían sido independientes por encima de sus posibilidades.

Tenemos pues de un lado a quienes eluden o evaden impuestos y del otro la cobertura de alguna prensa demasiado implicada y entrampada que resta el derecho a la información a los ciudadanos. Pero lo básico es conocer qué implica la existencia de los Paraísos Fiscales y cómo funciona el mecanismo para calibrar sus consecuencias reales.

“La codicia alimenta las inversiones especulativas en detrimento de la economía productiva. Y para que el sistema funcione se han creado unas herramientas imprescindibles que permiten la fuga de capitales y favorecen el fraude, la corrupción y la evasión fiscal. Hablamos de los paraísos fiscales  —también llamados centros offshore o extraterritoriales—, zonas abiertas a recibir capitales de todo el mundo (sin que importe su procedencia) que no se someten a ninguna (o prácticamente ninguna) tributación. En ellos reina el secreto bancario y sirven tanto para albergar el dinero que procede del narcotráfico o del terrorismo como para camuflar malversaciones y otras actividades mafiosas, derivadas de lo que se ha dado en llamar “ingeniería financiera”. Acogen a sociedades instrumentales mediante testaferros, y su existencia se muestra imprescindible en los numerosos casos de corrupción que aparecen constantemente en la prensa”. Así lo explicaba Lourdes Lucía en Reacciona,el ensayo español más vendido en 2011 y que junto alIndignaos de Hessel tuvo enorme influencia en el 15M.

“Más de un quinto (23%) de todos los depósitos bancarios del mundo se halla en los paraísos fiscales”, añadía la economista Ángels Martínez Castells. “Entre 11 y 13 billones de dólares en capital extranjero y patrimonios de todo tipo están escondidos en islas como las Caimán, las Islas Vírgenes, las Cook, pero también la isla de Man, en las costas británicas. Casi el 50% de las transacciones financieras transfronterizas mundiales pasa por ellos (las Islas Caimán son el quinto centro bancario del mundo). De hecho, una estimación cautelosa calcula que las fugas de capitales a los paraísos fiscales suponen que los Estados dejen de ingresar entre 250.000 y 300.000 millones de dólares anuales. Es el gran robo organizado, a gran escala. Y consentido”, explicaba.

Ninguna alerta sirvió para frenar este negocio, consentido en efecto. La crisis de 2008 se les fue de las manos a quienes manejan los hilos del capitalismo. La quiebra de Lehman Brothers y, en cascada, de todo el sistema financiero, les obligó a decir que iban a tomar medidas. “Es el principio del fin de los paraísos fiscales”, repitieron, “vamos a refundar el capitalismo”, clamaban con energía. Lo cierto es que nos “refundaron” a los ciudadanos para que pagáramos sus excesos. La segunda cumbre del G20 (Londres, abril 2009) se puso a la tarea. En una semana lo hizo la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos que agrupa al 70%  del mercado mundial. ¿Cómo? Quitó de la lista negra… a todos los países que albergaban paraísos fiscales. Y habilitó listas grises.  En la «gris oscura» colocó a 36 Estados, incluidos Uruguay, Costa Rica, Filipinas, Malasia Andorra, Gibraltar, Liechtenstein, Barbados, Liberia, Bahamas, Bahrein, Belice, Bermudas, Islas Caimán y ¡Panamá! En la «gris clara» situó a  Austria, Bélgica, Brunei, Chile, Guatemala, Luxemburgo, Singapur y Suiza, por ejemplo. Las listas de colores se comprometían a “intercambios de información suficientes como para situarse en la parte gris”. Y todos tan contentos.

Cualquier asalariado puede constatar que cada uno de sus movimientos bancarios es inmediatamente registrado. En cambio esto no ocurre con las grandes fortunas. Son múltiples los mecanismos de los que disponen, tanto de elusión como de evasión de sus capitales y obligaciones fiscales. Hay una parte legal en estas actividades, aunque moralmente reprobable. Tampoco es solo una cuestión ética, consagra la desigualdad y los privilegios. Cuanto dejan de pagar estos afamados compatriotas nos obliga al resto a restringir servicios esenciales. Una clave es preguntarse quiénes hacen o inspiran las leyes en este degradado sistema. A quién benefician: el famoso Cui Prodest de la justicia. Mossack Fonseca de Panamá es una de las principales firmas, pero no la única. Sociedades pantalla para poner distancia entre tu dinero y tú, para desvincular el dinero del inversor de los fines a los que se aplica. Los centros offshore no preguntan la procedencia, conviene insistir. Y la opacidad puede amparar desde el fomento del terrorismo al tráfico de armas y personas.

El primer ministro de Islandia, ese país que cae y se levanta, que yerra y castiga, es requerido para que dimita. En España no sabemos nada. “Mossack Fonseca ayudó a españoles a ocultar su patrimonio en paraísos fiscales. Al menos 1.200 sociedades, 558 accionistas, 166 clientes intermediarios y 89 beneficiarios con dirección postal española aparecen en los documentos secretos de la firma panameña”, informa El Confidencial. Arias Cañete, el español más votado para el Parlamento Europeo como candidato del PP, tiene mucho que contar acerca de las actividades empresariales familiares, altamente en entredicho desde hace tiempo.  ¿Y los Borbones? ¿Qué hacía la hermana del rey Juan Carlos con una sociedad pantalla?

Una sociedad víctima de la injusticia social contempla entre indignada y atónita los flecos que va conociendo de lo que llaman “el sistema”, y que otros menos correctos políticamente calificamos de gran estafa organizada y amparada. Si llega a saberlo con rigor, porque para eso se precisa información honesta de cuanto le atañe y afecta.  De nuevo ha sido el esforzado periodismo de investigación el que ha documentado esa ventana abierta a la que muchos no quieren ni mirar.

 

*Publicado en cxtx.es

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