El por qué de la mediocridad de numerosos altos cargos

Me lo preguntaron el otro día, y hay dos razones fundamentales:  los principios de Peter y de Dilbert.

  • “En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”.
  • “Con el tiempo, todo puesto de una jerarquía tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones”.

Principio de Peter 1969

  • “Las compañías tienden a ascender sistemáticamente a sus empleados menos competentes a cargos directivos para limitar así la cantidad de daño que son capaces de provocar”.

Principio de Dilbert 1990

Estoy en desacuerdo con el fin último de Dilbert: los mediocres con mando pueden hacer un inmenso daño. Lo hacen.

El problema es que están aupados y sostenidos por personas de características similares que se sienten cómodas con quienes consideran afines. Porque ¿Cómo es posible que alguien pueda andar por la vida con tan bajísimo nivel de autoexigencia que no se entere, o acepte sin reflexión, lo que personalmente le perjudica? Resultaría incomprensible a menos que, como sucede en España, la ignorancia y la mediocridad sean un valor, algunos ciudadanos de otros países lograron ya superar la fase que exponía Darwin. 

  •  ”La ignorancia frecuentemente proporciona más confianza que el conocimiento”.

Charles Darwin. Siglo XIX.

Aquí, no la de Ortega y Gasset aún. No todos, muchos sí. 

  • “Hombre-masa es todo aquel que no se valora a sí mismo, sino que se siente “como todo el mundo”, y, sin embargo, no se angustia, se siente a salvo al saberse idéntico a los demás”.

José Ortega y Gasset 1930

Hay otro postulado que explica porqué algunos mandatarios no sienten vergüenza de su incapacidad:

  • Las personas con escaso conocimiento tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben y a considerarse más inteligentes que otras personas más preparadas”.

Efecto Dunning-Kruger 1999

        No lo ilustro con imágenes, cada cuál tiene las suyas en mente.

Inaplazable: hay que tomar las riendas

“Hay dos clases de gente: los que van a alguna parte y los que no van a ninguna”, Lee Marvin concluye así la aventura fallida de “La leyenda de la ciudad sin nombre”, una de las mejores metáforas del capitalismo embutida en película del Oeste (gracias Alecrin por recordarla esta mañana). Esa sensación de derrota y escepticismo, de pragmatismo también, nos ha quedado a muchos tras el Debate electoral entre los candidatos de los dos partidos mayoritarios.

Según los «mass-media» (permitidme que les llame así porque hoy más que nunca les cuadra la denominación), la charla la ganó Rajoy a los puntos. En sociología las encuestas flash tienen un margen de error del +_10% y ni siquiera nos facilitan la muestra utilizada que podría ahondar en su escasa fiabilidad. Pero eso ya ni importa, Rajoy es el triunfador volitivo y ya está. Con la parafernalia que invita a seguir, perdonar, no ver, no juzgar… al que gana. Un sentimiento –no razón- de los menos edificantes para una sociedad: arrimarse al sol que más calienta.

El candidato del PP estuvo rematadamente mal. Llamó dos o tres veces “Rodríguez” Rubalcaba a su oponente, abrió desmesuradamente los ojos… para mirar 585 veces a lo largo de la noche sus papeles, frente a 48 Rubalcaba (según contabilizó F. Peregil), no conoce su programa, atribuyó (presumiendo de su dominio de los pueblos de España) a Cádiz dos poblaciones de Sevilla, y desgranó sus argumentos de vecino de escalera sobre “el sentido común” y el “todo el mundo”. Era el señor de los hilitos en su más pura esencia. El que repetía sin cesar “inshidias” hasta para rechazar que Esperanza Aguirre haya acusado a los profesores de vagos. Y lo ven ganador del Debate y la clá aplaude.

 

Rubalcaba tiene mucha más talla dialéctica, pero salió al ruedo tan derrotado que durante toda la primera parte daba por hecho su descalabro y preguntaba a Rajoy como inquilino de La Moncloa. El problema –uno de los problemas- es que no podía oponer una confrontación ideológica. El programa -oculto y diáfano- del PP ofrece todas las fallas del neoliberalismo que nos ha llevado a la terrible e interminable crisis que padecemos pero Rubalcaba no podía desenmascararle, dado que el PSOE ha llevado justo esa política, sobre todo –aunque no únicamente- desde el histórico 12 de Mayo de 2010, cuando Zapatero sucumbió… “a los dioses mercados” y a sus representantes en la tierra encabezados por la UE. Esa UE donde manda, decide y marca políticas el Partido Popular Europeo. Un candidato de izquierda hubiera fumigado a Rajoy.

Pero no estaba allí sentado. Porque lo bonito son los debates a la americana en donde realmente si hay solo dos partidos. Aquí se evita por todos los medios arbitrar resquicios para que esa situación cambie. Existen, varios de ellos lastrados por errores pasados, pero no cuentan para un sistema empeñado en defenderse a sí mismo, aunque se haya corrompido a niveles escalofriantes.

Los poderes económicos están derrocando gobiernos, en Grecia, en Italia. Consultar a la ciudadanía se ha convertido en una grave afrenta. Seriamente ¿Alguien imagina a la pléyade de derrochadores, machistas y/o manipuladores que van para ministros del PP como panaceas de nuestro futuro? ¿A los que SÍ inflaron la burbuja inmobiliaria? ¿A los que dirigían grandes instrumentos neoliberales cuando todo se fue al carajo?… ¿A Rajoy plantándose ante esos poderes., cuya ideología comparte, por el bien de los españoles?

El Debate ha corroborado lo que ya sabíamos, que ha llegado la hora inaplazable de que la sociedad, pacífica y democráticamente, tome las riendas de su vida porque el barco va a la deriva. ¿Algún adepto del PP puede decirme, racionalmente, que contempla con ilusión el porvenir tras escuchar a Rajoy? Se puede cambiar este negro panorama, más aún es inevitable, inaplazable, porque sí sabemos adónde vamos. No por este camino.  Hay que darle la vuelta a un destino que no es inexorable.

Sampedro: Con este sistema no se resolverá la crisis

El viceprimer ministro Li Keqiang llega hoy a Madrid cargado de “miles de millones de eurospara firmar contratos con grandes empresas privadas y seguir comprando deuda española. Todo es por ayudar. A salir de la crisis.

El 1 de Enero de 2005 se liberalizó el mercado mundial precisamente para permitir a China jugar en el concierto internacional. Pese a sus graves violaciones de los derechos humanos, sí. Su irrupción fue en tromba, abaratando los precios de los productos que fabricaba en serie a niveles irrisorios y cambiando las leyes del comercio. El balance de los 3 primeros meses, arrojaba, por ejemplo, una destrucción de mil empleos diarios en el sector textil español.

En un reportaje de Informe Semanal que titulé “Made in China”, se veían los alarmantes datos. Para mí, el mayor de todos fue éste que seleccioné del material que nos envió la corresponsalía de TVE en Pekín para completar el trabajo:

Ron Ko

Portavoz Turpan Ezquel

Xinjiang (China)

«El impacto del coste laboral en empresas como ésta no es tan grande. Aquí representa un uno por ciento. A nosotros nos afecta mucho más un incremento en los precios de la electricidad en la provincia»

¡Bien! Vamos por el buen camino. Suben los precios en España el 2,9% este año, mientras los sueldos lo hacen el 1,3%. Según datos oficiales provisionales. De esos oficiales, quiero decir, porque el precio del petróleo ya está otra vez por las nubes -casi a 95 dólares el barril de Brent-, España lo grava todavía más con impuestos, y la gasolina termina por encarecer todos los productos. Lo sigo citando solo como ejemplo. Perdemos poder adquisitivo a borbotones, con el despido regalado –mientras se anuncian nuevas “reformas” para complacer a los empresarios- y sube el precio de la electricidad reclamado por las todopoderosas corporaciones que un día, algunas, fueron públicas. Sí, como en China, dentro de nada será más importante para una empresa lo que paga por la energía que la nómina de los trabajadores. Y en China, al que protesta, se le encarcela o directamente se le ajusticia. Una única diferencia a su favor: tienen establecida la pena de muerte para los corruptos, son muy radicales con sus castigos, tampoco hay que llegar a tanto. Imagino que tendrán algo más de miramiento con los que mandan de verdad, que igual se quedaban sin Gobierno y altos cargos. Pero, para los «otros«, los algo menos poderosos, «no les tiembla el pulso«, que dirían los fascistas de aquí. Si vamos a equipararnos en todo a China, lo de meter mano en serio a quien se lleva dinero público para su goce y disfrute tampoco estaría mal.

Y a la UE todo esto de exprimir al trabajador y dar barra libre a los ricos le parece muy bien, y dicta políticas a los países que la componen. Con una diligencia y un progresismo que nos deja anonados. Y Alemania, que tiene unos bancos estupendos y muy protegidos y muy dueños de otros bancos extranjeros, y una ciudadanía muy concienciada, crea empleo y crece. Aquí, hoy sabemos que ha bajado un poquito la ingente creación de desempleo, ya «solo» se han ido al paro este año 176,000 personas, que se añaden a los 4 millones ya registrados.  Estamos aprisionados entre la dictadura capitalista China y el neoliberalismo occidental. Y nos están sirviendo una receta mixta de poner los pelos de punta.

Con un problema añadido en España al que le cuadra a la perfección un pensamiento de Albert Einstein: «La vida es muy peligrosa, no sólo por las personas que hacen el mal, sino y sobre todo, por las que se sientan a ver lo que pasa«.

Nuestro querido José Luis Sampedro ha presentado en Málaga el libro Desigualdades de Juan Torres y Lina Gálvez. Llama a nacionalizar los bancos y su conclusión es tajante: “Con este sistema, no espere nadie resolver el problema de la crisis financiera”.

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