Robaron sus fotos y las colocaron en portada. Hasta tumbada en su sofá con ropa de casa. Divulgaron su nombre, edad y vida. Invadieron su hogar y el de su madre en Galicia. La culparon de haberse contagiado, señalando sus presuntos errores incluso en una pizarra (Telemadrid) como quien cuenta el mapa del tiempo o la pseudo economía mediática. Un puro excremento de la televisión de Cospedal, se ha reído de ella. Son los mismos que elevaron a los altares a los sacerdotes importados con su ébola por un gobierno y una administración local cuya negligencia nos ha salido muy cara. Los que, según toca, la atacan, se compadecen de ella, o dicen alegrarse de sus mejorías. Le han matado al perro. Han seguido cada uno de sus pasos. La han expuesto una y otra vez. Hasta llegar a publicar su foto –robada- en su habitación de cuidados intensivos, semidesnuda y con una mascarilla. Qué gran periodismo ¿eh?
Teresa Romero, la auxiliar de enfermería infectada de ébola, se ha convertido en la nueva cobaya de la comunicación basura. Alentada por los políticos irresponsables que, tras una nefasta gestión, la insultaron como el propio aún consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Es como si se hubiera abierto la barra libre para el saqueo de esta persona. Una legión de descerebrados, proclives a ser abducidos por esta mugre política y mediática, se permiten opinar y condenar lo que Teresa hizo, según ellos, mal. Lo que les han contado manipulando con toda intención. Es que Teresa no afirmó que se tocó la cara como titularon con rotundidad, admitió la posibilidad. Corroborada por el médico, que –tan oportunamente para los intereses que se perseguían- salió a declarar ante los medios lo que un profesional serio no comunica de un enfermo. Algo que da qué pensar. Porque también se obvian las presiones que sufrió Teresa. Cuatro veces –informaron en TVE- le habrían hecho “reconstruir” los hechos los mandos de su hospital. Como si fuera un delito contagiarse. A una enferma grave, peligrando su vida. Cuesta elegir qué mayores ejemplos de deshumanización y de injusticia se pueden perpetrar contra una persona que, por añadidura, se ha volcado en el servicio a los demás.
Tenía que llegar. La televisión basura –por ahí empezó- nació en 1990 al mismo tiempo que las cadenas privadas. Dos grandes sucesos marcarían el camino a seguir: el asesinato y violación de las niñas de Alcácer y la Mataza de Puerto Hurraco. Con la fuerte competencia, había irrumpido la lucha por la audiencia y cuanto implica. Preocupaba adónde llevarían esos inicios, al punto de constituirse en noticia como expresé incluso en mi propio reportaje. La televisión entraba a raudales por los satélites. Era un fenómeno imparable. Como lo es ahora, con Internet, el periodismo digital. Nada que objetar, al contrario. Pero se puede competir de muchas formas. Con el rigor, con la calidad, con la verdad… o con el morbo, mucho más fácil. En otros países también lo hacen, por supuesto. Igual no en la misma medida.
Porque el problema es en dónde caen esas semillas de inmundicia, en qué suelo, en qué sustrato. Quién se las traga sin rechistar para luego crecer y multiplicarse. Y aquí nos encontramos con una sociedad, la española, largamente aleccionada por la derecha en no pensar y eludir cualquier atisbo de pensamiento crítico para ser más manipulable. Ha sido una labor secular. Como secular es el mandato de un particular conservadurismo español, de casta y de caspa. Lo peor es que ha llegado a nuestros días impregnando a personas de otras ideologías. Las tarjetas black de Caja Madrid son el ejemplo más gráfico que se pueda encontrar. Como lo fuera la cultura del pelotazo de los ochenta y noventa, de los Mario Conde y de aquella parte de la política que se sintió en esas mieles tan turbias como pez en el agua.
Las portadas de los periódicos del domingo, de muchos de ellos, avasallando la intimidad de Teresa Romero, hubieran llevado a una ciudadanía responsable a reaccionar como la situación merece: rechazando a los periódicos que la publicaron de forma explícita. Y no deteniéndose en las cadenas y debates que tocaran el tema en su vertiente morbosa para vender. Muchas cosas están a la venta, no solo productos.
El día en el que un político llama a Sálvame y dice que ese programa es “un referente social”, comprobamos que la enfermedad -largamente cultivada- se ha extendido ya y ha penetrado en el cuerpo de la ciudadanía. Afecta a un contexto mucho más amplio y es lo que explica casi todo, desde la tolerancia a la corrupción a opciones y elecciones incompresibles. Y todo se entreteje en maraña. Aunque no responda a la realidad de toda una población ni mucho menos, es la elevación social de la ignorancia a categoría. Enaltecer el morbo. Aceptar la relajación de los valores, hasta de los estéticos. Y, en la misma línea, pero aún más pornográfica resulta la cacería a la que medios aparentemente serios han sometido a la auxiliar de enfermería infectada de ébola.
Cuanto está sucediendo demuestra que se han desdibujado muchas barreras, entre la información y la propaganda sin duda, entre la ética y la laxitud moral, y, desde luego, entre el periodismo y esa otra cosa que hacen.
Quienes amamos el periodismo, el de verdad, conscientes de su influencia para bien y para mal, estamos asustados. Porque nada es inocuo, por eso precisamente se propicia y se produce lo que estamos viendo. Esta deriva conduce a que esta sociedad acepte lo que difícilmente aguantaría otra con criterio y sentido cívico.
losmedinilla
/ 14 octubre 2014Yo me pregunto hasta donde beneficia poner en el disparadero: el nombre completo, la dirección, el rostro, los familiares (sí, ya sé que el morbo es así), pero de cara a la intimidad (de una persona inocente judicialmente «vease, Teresa Romero») y de cara a salvaguardar los derechos de los presuntos inocentes (vease: Antonio Ortiz).
En el caso de Teresa, creo que no hace falta hacer ningún comentario sobre porqué es ella la que debe decidir si quedar en el anonimato o no; y en el caso de Antonio Ortiz, porque no es de recibo un presunto pederasta (aunque también tiene derecho a la anonimidad) pueda hacer uso de la publicidad de su rostro como excusa no ser señalado en la rueda de reconocimiento.
¿Qué hay de las iniciales?: T.R (Teresa Romero), o A.O (Antonio Ortiz).
Dos razonamientos:
1.- Si se quiere se puede hacer bien.
2.- Tenemos el tipo de periodismo que nos gusta (a las audiencias de los productos basura me remito).
Fran Gatica
/ 14 octubre 2014Reblogueó esto en frangaticapastor.
Paco
/ 14 octubre 2014Rosa María desengañémonos: Hay que vender lo que sea. Leí hace tiempo que el presidente de los Estados Unidos se desayuna con el llamado «Índice po popularidad» y que actúa en función de esa información elaborada en oscuros departamentos sin luz y taquígrafos y con criterios y bajo presiones desconocidas de lobbies eléctricos, costructores o financieros. Rajoy tiene a Arriola y,por lo visto, sánchez ha cogido un experto/a en comunición que le dicto lo que debe de hacer. Nos persuadirán que «debemos pensar en positivo» mientras poco a poco vamos muriendo de hambre.
Miguel Angel Cortes Rodríguez
/ 14 octubre 2014Creo que es suficientemente conocido y demostrado -siempre lo ha sido- que el control y la manipulación de la información es una de las armas más eficaces del ultraconservadurismo neoliberal, como lo fue antes con el nazismo, con el antisemitismo francés y tantos otros ejemplos que nos deja la Historia. Y que del «panem et circenses» romano han derivado productos tan abominables como «Sálvame»; o sus colaterales «pan y toros», fútbol hasta la náusea, etc. El pesebre, en este país, siempre ha sido atractivo; de ahí que las acémilas «informativas» vean más y mejor en el fondo de ellos, donde está la paja y el pienso, que mirando con valentía la realidad que les rodea, exponiéndola con veracidad y, en su caso, analizándola con objetividad y criterios sanos, con independencia de la ideología que profesen. Pero cuando hay un amo… Y cuando es precisamente ese amo quien ordena la desinformación, el adoctrinamiento y además tiene en su mano las fuentes financieras, pues la cosa se pone chunga. Entonces se echa mano de la famosa frase (u otras similares) «lejos de nosotros la funesta manía de pensar» como coartada ética y todos contentos. Y mientras, a la chita callando, nuestros «gobernantes» van sacando a España del agujero económico (Mariano dixit) y embozándola más en el negro pozo de la sumisión y la ignorancia. Y llevándose los dineros a mandíbula batiente. Pobre país el nuestro.
Paco Stein
/ 14 octubre 2014Fantástico tu comentario, Rosa, lo mejor que he leído sobre este triste asunto
fsocull
/ 14 octubre 2014Reblogueó esto en fsocull.
Patricio
/ 14 octubre 2014Patricio.
El jeta-inutil-sinvergúenza del consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid ha pedido perdón .» El bien comido» no presenta la dimisión y lleva más de 20 años chupando de la teta del Estado . ¡¡¡A vivir que son dos díaaaaaaas!!!!
Que tendrán los sillones para los altos cargos que no dimite ni dios.
Por desgracia ya no se hace periodismo serio, (salvo excepciones), en los medios de comunicación habituales .
Nos salva internet y algún -os periódicos digitales y revistas y periódicos mensuales.
Buenas tardes.
Zana
/ 14 octubre 2014Clara y contundente RMA. Excelente.
Creo que una de las víctimas (hay más) de esta crisis, es el periodismo tal cual lo entendimos en el siglo pasado. Ya no tiene ninguna credibilidad, aunque sí influencia (esto último dado el bajo nivel intelectual de esa mayoría con derecho a voto)
Sin embargo ¿qué diferencia hay entre «Sálvame» , «el Gato al agua», «Al rojo vivo» o ‘La Sexta Noche’?, son todos basura mediática, manipulación…banalización de la política… espacios creados para el entretenimiento, sembraderos de inmundicia (como bien dices). Pero todos, sin exclusiones. El nuevo opio del Pueblo.
Como no quiero aburrir a nadie con lo de la manipulación de los Medios, quizás no estaría mal leer a Gramsci o a Murdock y Golding …en fin, ellos saben y lo han explicado perfectamente (para el que los haya querido leer y entender, claro)
Alcatufo
/ 14 octubre 2014Extraordinario artículo, una vez más. Da en el clavo, al señalar la «telecincación» como elemento clave e imprescindible para comprender todo lo que nos está sucediendo.
Trancos
/ 14 octubre 2014¡Chapeau!
Algunos periodistas sí quedan. Quedais.
Gustavo Dalmasso
/ 14 octubre 2014Viñeta de J. R. Mora: http://twitpic.com/ecq7ig
7
/ 15 octubre 2014Reblogueó esto en Raciozinando.
Manel Artero
/ 20 octubre 2014Reblogueó esto en El Día a Diarioy comentado:
Porque el problema es en dónde caen esas semillas de inmundicia, en qué suelo, en qué sustrato. Quién se las traga sin rechistar para luego crecer y multiplicarse. Y aquí nos encontramos con una sociedad, la española, largamente aleccionada por la derecha en no pensar y eludir cualquier atisbo de pensamiento crítico para ser más manipulable. Ha sido una labor secular. Como secular es el mandato de un particular conservadurismo español, de casta y de caspa. Lo peor es que ha llegado a nuestros días impregnando a personas de otras ideologías. Las tarjetas black de Caja Madrid son el ejemplo más gráfico que se pueda encontrar. Como lo fuera la cultura del pelotazo de los ochenta y noventa, de los Mario Conde y de aquella parte de la política que se sintió en esas mieles tan turbias como pez en el agua.