El relaxing café con leche o la pasión española por la irracionalidad

Es una forma de llamarlo. Sin pretenderlo, Ana Botella resumió en su intervención pro-olímpica una característica española que se evidencia sistemáticamente: inflar globos con irrealidad, asombrarse cuando se pinchan y luego acusar a otros –al mundo entero, si es preciso– de los errores propios. Desde que he leído completo El relaxing café con leche y otros hitos de la marcaEspaña, constato que los ejemplos de esa forma de ser se manifiestan a diario y a ritmo creciente por las especiales –y dramáticas– circunstancias que vivimos. En asuntos triviales, en los de mayor calado y también en los trascendentales.

La sentencia del Tribunal de DDHH de Estrasburgo es un ejemplo de manual. Uno de los fundamentos de la justicia es que las leyes no pueden ser retroactivas. No se pueden aplicar castigos por modificaciones a posteriori. Si están tipificados 20 años para un delito en el momento de cometerse éste, no es justo –insisto, justo– añadir más tiempo de condena después. Otro de los pilares básicos, por cierto, es que las que leyes no se dictan para regular o resolver casos individuales, han de ser impersonales y abstractas, tendentes a cumplir el precepto de generalidad.

Pues bien, primero no debió establecerse la Doctrina Parot, pero se hizo porque a alguien se le ocurrió y “a ver qué pasaba”. Desde hace años todos los Gobiernos han sabido que la JusticiaInternacional derogaría esa norma. Ahora se “sorprenden”. Ahora el Tribunal Internacional del que forma parte España resulta que es malísimo y no nos quiere nada, ni nos entiende. Y hay que echarse a la calle a protestar –para seguir manipulando a las víctimas–, incluso el partido que sustenta al Gobierno, en una de las mayores y más demenciales irracionalidades que cabe producirse. ¿Nos salimos de los Convenios de DDHH? ¿Decretamos el fin del imperio de la justicia? Hágalo usted, declare a España país en el que rige la ley de la selva y confirme que este no es un Estado democrático.

España, una parte sustancial y decisiva de España –no toda–, es así. Se cree sus propias fantasías, se cree sus mentiras. En tono mucho más irónico –diría mejor, cáustico–, el libro que acabamos de publicar lo muestra como una constante de nuestra historia. España no planifica. No ha tenido jamás una visión de conjunto de lo que quiere sea un país. Los pocos que lo intentaron salieron trasquilados y llegaron los siguientes y dieron al proyecto la vuelta del revés.

No pensamos en dónde poníamos los edificios. No calculamos que la vía ancha del ferrocarril truncaba la exportación. Nos volcamos en primar el transporte por carretera y luego llenamos el suelo de aeropuertos y no el aire de aviones. Y de trenes de alta velocidad, los AVE de tierra, pero solo para transportar viajeros que puedan pagar el caro billete, no mercancías. Un caos.

Lo peor es que tampoco tejimos el entramado de una convivencia ciudadana basada en lograr el bien común. Ni propiciamos el pensamiento crítico que ayudaría a abordar los graves defectos estructurales que padecemos como pueblo. El que quiso, tuvo que buscarlo por su cuenta.

España no construye peldaños para subir a donde quiere ir, sueña que nos izará el viento. Dice “querer es poder”, sin asentarse en bases sólidas, como si bastase –un presunto– arrojo para conseguirlo todo. Y sobre todo piensa que sucede así porque lo merecemos. Porque somos lo mejor del mundo y, además, únicos en la especie humana. Son los de fuera –y los perversos interiores– quienes no lo ven, porque nos tienen envidia. Más “machos” que nadie, aunque la realidad evidencie de qué patética forma meten muchos el rabo entre las piernas ante graves atropellos. Otros no, aunque les cueste caro. Quizás por eso aún nos mantenemos.

Cuando el sueño fracasa, nunca es nuestra la culpa. Una puerilidad patológica. Al menos en esa minoría determinante dispuesta a comprar todos los globos de colores que ponen ante sus ojos, a pesar de que después les estallen en la cara. Algunos ni se enteran del dolor o lo sobrellevan con estoicismo, siempre que puedan evadir la responsabilidad y cargarla a otro. Jamás piensan en las consecuencias sociales de sus actos. El egoísmo del niño maleducado que se cree centro del universo. Ahora las fuerzas vivas del poder andan engañando al personal con la recuperación, “por si cuela”, mientras la UE pide más tajos a nuestro exiguo bienestar. Lo grave es que sí, que cuela.

De los políticos y la política al macho ibérico de hoy en día. De la reinvención continua de la historia y sus razones a la búsqueda del peor enemigo de España, a ver si un día le vencemos. Del lacerante presente que vivimos a la huida y la acogida en escenarios que han cambiado y que podrían ponernos ante el espejo de nuestra soberbia. De cómo se construyó este camello cuando se pretendía gestar un dromedario. De todo eso y más habla el libro y todo él está atravesado del carácter español. Conocerse bien, reírse de uno mismo incluso, es el primer paso para el cambio. Porque sí, lo necesitamos, digan lo que digan las patentes de esa marca España que se deshilacha por momentos. En época bien inorportuna porque, encima –como dice Rajoy–, está lloviendo mucho.

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19 comentarios

  1. Sí señora. Está lloviendo mucho y nosotros sin paraguas.

  2. Suerte con el libro…….la necesitamos TODOS!

  3. España es diferente. De ahí que Rajoy diga que llueve mucho cuando a finales de octubre hay 20 grados en casi toda España. Si sale el sol es obra de los de siempre, pero si de tanto sol nos abrasamos, la culpa es de Zapatero, el diablo, los anarquistas o el Tribunal de Derechos Humanos que no hacen justicia, sino política. El gobierno cuando indulta a policías maltratadores no hace política sino justicia y Gallardón cuando cambia el código Penal también. La educación es peligrosa y la investigación, tirar el dinero. Porque donde esté una buena boina, los toros o el Real Madrid, que se quiten esas cosas de extranjeros maliciosos y sobre todo envidiosos.
    ¡Suerte con el libro! ¡A ver si conseguís educar, que falta nos hace!

    Salud

  4. Paco

     /  29 octubre 2013

    Recomiendo vivamente que leáis el libro. He echado de menos una cosa, en el capítulo en el que se habla de la reforma de la Constitución no se habla de cambiar eldistrito electoral que sigue siendo la provincia instaurada a mediados del XIX cuando se viajaba todavía en diligencia. Ahora España se ha empequeñecido físicamente (José Borrell dixit). La información es instantánea. Los diputados y senadores «cuneros» no han defendido, no defienden ni defenderán nunca los derechos e intereses de su provincia, lo único que miran es el culo (con perdón) del que tienen por delante en el escalafón del partido.

  5. extremanyo

     /  29 octubre 2013

    Lo malo es que la cosa viene de muy atrás y no parece que ni haya habido «propósitos de enmienda» ni ningún tibio proyecto de cambio haya cuajado. Desde el «que buen vasallo so oviesse buen senyor», el «vivan las caenas», el «que inventen otros» o «lejos de nosotros la funesta manía de pensar», pasamos a ser la «reserva espiritual de Occidente», con piojo verde, leche americana y niños desnutridos y mocosos; y siempre una conjura judeo masónica, el anticiclón de Las Azores o el contubernio de Munich han sido las causas de nuestras desgracias. No nos quieren. Nos miran con envidia y ponen todas las «pegas» para impedirnos «ser los mejores». Y hacen bien; porque si esta pobre España de boina y funcionalmente analfabeta fuese el referente del mundo, pues apaga y vámonos. Y eso lo saben muy bien los de la llamada «clase dirigente», políticos ignorantes y falaces, caciques decimonónicos, pero con la aguda intuición pueblerina que les permite saber que si a la ciudadanía se les da educación y valores democráticos, ellos no duran ni medio telediario, aunque sean de los del neoUrdaci.

  6. Agustín Fernández

     /  29 octubre 2013

    Desde mayo del año pasado se están sufriendo las consecuencias medioambientales en la provincia de Zamora, de fumigaciones aéreas intensivas de origen desconocido con impacto directo en los cultivos, en los bosques, en el aire, en el agua, y por consiguiente en la salud pública, detectándose entre otros, problemas en las vías respiratorias y mucosas, además de vómitos dolor de cabeza persistente a pesar de la ingesta de analgésicos.

  7. Es tan exquisitamente prolífica Rosa en sus estupendos artículos que sin haber podido comentar el de ayer (estuve offside), ya anoche leí este el diario y ahora nos lo presenta a todos nosotros.
    Amarga visión de este carácter español que hace y deshace con el dinero de todos sin pensar o quizá pensando demasiado en la ‘pastuqui’ que se pueda conseguir bajo mano por dejar hacer. Sin embargo, la exposición de la justa crítica está realizada con tal dosis de ironía, que nos llega (a quienes queremos que nos llegue) con gracia, con infinita facilidad y con la claridad precisa.

    Supe de este libro por Rosa María y por Paco Altemir (después por el diario.es). Lo compré en cuanto supe de él. Es muy barato, 9,90 euros (así se cotiza el talento en este país de mediocres). Editado por Roca Editorial, muy sencillo encontrarlo. Está formado por siete magníficos artículos de siete estupendos autores. Lo prologa Ignacio Escolar y Maruja Torres le da su peculiar toque en el epílogo.

    No tiene desperdicio. Entretiene, enseña, da datos veraces, nos informa y lo hace de manera muy agradable y didáctica.

    El artículo de Rosa, «Nuevos ricos por tierra, mar y aire» no tiene desperdicio. Es difícil entresacar un fragmento porque todo él es ‘entresacable’. De todas formas me atrevo a copiar una lineas de los dos últimos párrafos del mismo: «Pobres nuevos ricos que nunca tuvimos sueldos europeos y ahora sufrimos recortes de servicios y alzas de precios para devolvernos a aquellos inicios de toscos indígenas que glorifican a los turistas llegados con un pan bajo el brazo. Ingenuos, infantilizados, no muy educados y poco exigentes con la corrupción que corroe nuestras raíces. Tópicos vasallos de unos dirigentes que apenas han sabido por dónde iban o han preferido hacer como que no se enteraban.
    Pero no todo está perdido ¡ni muchísimo menos! Si España enderezase su rumbo, desbrozando cuanto hay que desbrozar, podríamos ser un país estupendo»

    Para ‘hacer boca’ mientras llegamos a la librería más próxima.

    Un saludo a todos.
    Rosa, gracias por tus aportaciones que, a pesar de las duras y justas denuncias, siempre contienen este mensaje de que no todo está perdido, esa insistencia en la lucha y en no tirar la toalla, porque esto sería lo último.

  8. Trancos

     /  29 octubre 2013

    Lo leeré.
    De todas formas, imagino que ocurrirá como con todas las obras críticas, irónicas, satíricas, de denuncia… que en España se escriben y se han escrito: todo el mundo os dará la razón pero nadie se dará por aludidos. Ni la Botella.

  9. A Trancos: Amigo, a la Botella, como al olmo, no le podemos pedir peras. ¿Ella, la Botella, leer? Por dios. Cierto que solemos ser, más o menos, siempre el mismo tipo de gente quienes leemos estas obras de denuncia. Lo importante es que sus mensajes son ciertos, no hay manipulación por medio; sí una visión muy semejante de cuál es la triste realidad, y los deseos incorformistas de aceptarla como si emanara de la voluntad del Olimpo.
    Saludos.

  10. vavagate

     /  29 octubre 2013

  11. Trancos

     /  29 octubre 2013

    Tienes razón, MarÍa Dolores. No tienes pinta la Botella de leer mucho (y si lee, no la cala o son lecturas poco edificantes). Pero seguro que tiene dos docenas de asesores para que la tengan informada de lo que el rojerío escribe de ella (para meterlos en la lista negra)
    Y hablando de cachondearse de los poderosos, alguien ha condecorado al árbol que paró a tu tocaya:

    http://dclm.es/shh.php?id=1163

  12. Chesus

     /  29 octubre 2013

    Totalmente de acuerdo Rosa. España ¿pais del Toro bravo? yo creo que somos ahora mismo, más un pais de MANSOS.

  13. Alex

     /  29 octubre 2013

    En este te sales Rosa! Mucho ahí!

  14. Eres único, Trancos, para encontrar exquisiteces. Y que personajes de esta calaña tengan que ser tocayas mías… Mira la que fue directora general de la CAM, nombre y apellido. Pa morirse!!
    Lo cierto es que solo a través de la RAZÓN podemos combatir esta «pasión española por la irracionalidad». Nunca como ahora es necesario luchar por una EDUCACIÓN libre, como la que en la II República llegó a haber. Ya tenemos la Religión de estos que viven como reyes a nuestra costa como asignatura obligatoria y evaluable en Bachillerato. A los pies de Rouco y Martínez Camino está todo el gobierno fascista que ‘preside’ Mariano. El adoctrinamiento en la gran irracionalidad está servido. Y aquí nadie se mueve.

    Mucha es la responsabilidad que voluntariamente cargamos sobre nuestras espaldas, pero no queda otra. La Enseñanza, la Cultura y el Saber son los caminos que siempre nos conducirán a la libertad de pensamiento. Y este es el único instrumento para que los simples cuerpos devengan en seres auténticamente humanos.

    Un abrazo!

  15. Paco Stein

     /  30 octubre 2013

    Absolutamente certeras las observaciones. Desgraciadamente vivimos en un país ficticio y así nos luce. Recomiendo la lectura del artículo publicado en la revista del domingo de EL PAIS titulado SILICON VALLEY, nos daremos cuenta por qué hay países que prosperan y lideran el mundo y otros están a la cola. Me gustaría que alguien publicara cuantas empresas de «capital riesgo» hay en España y su distribución por comunidades autónomas. Lo que sí sabemos es cuantas Cajas de Ahorro había y cuantasnos estafaron

  16. El aborregamiento es lo que tiene, borregos cabizbajos soñando con verdes praderas mientras esperan pacientemente poder llevarse a la boca algún hierbajo reseco.

    Cierto es, como dice MARIA DOLORES AMOROS, que es grande la responsabilidad que cargamos a nuestras espaldas. Añadiré que es tan grande la carga que soportamos colectivamente como la que soportamos individualmente. A alguien podría ocurrirsele en un futuro pedirnos cuentas por nuestra acción o por nuestra inacción y no se me ocurre una respuesta que sea minimamente razonable ni minimamente asumible.

    Seguimos en el camino de retorno al árbol.

  17. Magnífico artículo, Rosa, claro y sugerente a la vez. En mi opinión, cada vez pareces más la Blanco White del siglo XXI. Por cierto, Blanco se dice en sueco «vit». Y Rosa, «ros».

  18. rosa maría artal

     /  30 octubre 2013

    Ros Vit 🙂 Me gusta.

  19. Reblogged this on El Día a Diario and commented:
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