Justicia para el asesinato de Víctor Jara

El Tribunal de Apelaciones de Santiago de Chile ha ordenado la detención de ocho ex oficiales del Ejército que habrían estado implicados en la muerte del cantautor Víctor Jara. Hay entre ellos un coronel, un teniente y seis soldados. Casi 40 años después de su asesinato, tras el Golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el gobierno constitucional de Salvador Allende, se va a hacer justicia. Porque hay países –casi todos, no España- en que estos hechos no quedan impunes. No les parece que es “abrir heridas” sino cerrarlas y que los criminales paguen por ello.

Músico, cantautor, profesor, director de teatro, activista político y miembro del Partido Comunista de Chile, Víctor Jara fue detenido y torturado durante 5 días. Le rompieron a culatazos las muñecas y finalmente le cortaron las manos antes de ajusticiarlo. Tenía 40 años. Cantaba y difundía ideas que no interesaban al régimen. A ese régimen donde comenzó el asalto el neoliberal que hoy nos asola, llevado allí a cabo al mando de un general fascista. Solo Baltasar Garzón, por cierto, logró amargar sus últimos días al aplicarle la Jurisdicción Internacional de la que disponía nuestro país y hoy fenecida.

Sobre ese asalto neoliberal y sus pasos, nuestra amiga Àngels Martínez Castells publica hoy un magnífico artículo sobre cómo Margareth Thatcher planeó y empezó a aplicar en Europa… lo que hoy nos está ocurriendo a todos. Pura ideología.

En aquella España oprimida de comienzos de los años 70, Víctor Jara era un soplo de libertad. Mi vinilo –que conservo- llegó a estar completamente rayado de tanto escucharlo. Canciones que hoy veo un tanto ingenuas, limpias y claras en su sencillez, que nos mostraban otra realidad. Además de “Te recuerdo, Amanda”, me gustaba en particular el Corrido de Juan Sin Tierra, con ese pragmatismo tan real que decía: “Mi padre fue peón de hacienda, y yo un revolucionario, mis hijos pusieron tienda, y mi nieto es funcionario”.

Casi textual –Víctor trabajó en el campo ayudando a su padre desde niño-, sus “hijos” y “nietos” han entrado en la comodidad que no se cuestiona nada. Por eso, además de porque no quede impune su crimen, es tan buena noticia el inicio del procesamiento de sus asesinos.

Otra corte del disco nos hablaba de otra matanza represiva en Puerto Montt. Sería premonitorio para él mismo. Preguntas en al aire, algunas empiezan a tener respuesta. Nunca es tarde para la cordura.

El imborrable 11 de Septiembre

Uno atraviesa los años deteniéndose apenas en el día en el que nació y en los que lo hicieron los seres queridos, o en los que aquellos murieron.  Encuentros, despedidas, compromisos señalados. Y pasan los años sin saber cuál será la fecha en la que otros te recordarán porque te fuiste. Un día cualquiera para ti hasta entonces, que pasaste decenas de veces sin reparar en él. Uno atraviesa los días sin saber que algunos se fijarán de forma indeleble.

Probablemente el 11 de Septiembre sea para mí un signo imborrable en el calendario. El primero fue el de Chile en 1973. Amanecía un futuro a estrenar con grandes destellos de promesas. Los libros de la Universidad me detuvieron en el caos que padecía América Latina. Bolivia, Panamá, Uruguay, Argentina en ciernes, Cuba siempre, vivían en dictaduras, igual que España. En el resto, la democracia era muy precaria. Había preguntado un día en clase de COU sobre el diferente destino de los conquistados del norte y del sur del continente. “A los del norte los mataron a todos”, comprendí. A los del sur les robamos y les dejamos genes, cultura y escala de valores. Chile era la esperanza: el socialista Salvador Allende y sus reformas… imposibles. Duele amanecer con la esperanza rota por los tiros que cercenan los sueños. Un botarate –como suelen serlo todos los golpistas- acabó con ellos. Vivimos apasionadamente la peripecia, el final de toda confianza en una solución. Los muertos, los torturados, los despojados, los desaparecidos. Las manos cortadas del asesinado Victor Jara solo porque cantaba con candente ingenuidad. Al amor explotado de Amanda, contra el vecino dictador de Guatemala, Rios Montt, por la paradoja mil y ciento repetida: “Mi padre fue peón de hacienda, y yo un revolucionario, mis hijos pusieron tienda, y mi nieto es funcionario”. El dolor mortal de Pablo Neruda que me había descubierto que cualquier noche se pueden escribir… los versos más tristes. Como querer fuera del amor.

Un 11 de Septiembre, Cataluña comenzó a volver a celebrar su diada nacional. Agravio comparativo de los aragoneses, de alguna manera, que veíamos mermado, como tantas otras cosas, nuestro 23 de Abril por su feria del libro. Pazguatos intereses provincianos y absurdos todos, en un mundo global, en una Europa sin fronteras.

Otro 11 de Septiembre, en 2001, presenciamos en directo por televisión como las dos torres del país líder mundial se derrumbaban como si fueran de arena, como en un sueño. Habiamos mirado desde su restaurante en la cumbre el Empire State, como mandan los cánones, maravillados por el esplendoroso Nueva York que se abría a los pies, paisaje urbano del siglo XX desde la cima. Y ya no quedaba nada. Ni los muertos que nunca vimos. Y algunos supimos que venían malos tiempos. Ceguera fanática usada como excusa para un cambio social. Merma de derechos civiles, militarismo, ascensión y desborde del capitalismo, la guerra, la tortura, las invasiones que no encuentran lo que dicen buscar porque no es lo que nos cuentan lo que buscan, la trampa financiera que aún nos ahoga. Un tibio despertar nos alumbra hoy.

Un 11 de Septiembre hace 25 años murió mi madre. Y he conocido sus secretos anhelos, su dolor, sus esperanzas y sus sueños, apenas en signos, unos recortes de periódicos guardados en primorosa carpeta, unos recuerdos mejor hilvanados. Instalando la certeza de que debiste hablar más. No fuimos tan distintas.

Ha transcurrido hora y media del 11 de septiembre de 2009. Quiero despertar al día con buenas noticias, con cambios, promesas, proyectos, gestos, paz, bienestar. Seguramente será un día más. El calendario es un convencionalismo. Y ni siquiera hoy es 11 de Septiembre para todo el mundo.

Antonio Machado en el cuaderno de viaje

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Nunca le faltan flores frescas, ni recuerdos españoles de sus visitantes. Hace 70 años que fue enterrado en esta humilde tumba del cementerio de Collioure, Sur de Francia. Hoy, Antonio Machado, recibía a un instituto de Barcelona y reconforta ver que no le hemos olvidado. Una veintena de jóvenes leían sus poemas con cierto nerviosismo por ser escuchados. Retomo los pasos del caminante que sabe que sólo así se hace camino, del que se fue ahíto de equipaje sin ambicionar la gloria, del intelectual que dejó España porque aquí nos estábamos matando y él mismo no era visto con buenos ojos. No era cosa de andar con bromas, Lorca acabó en una fosa común. Aunque fue llegar a Francia y morir, y no regresar ni en cenizas. Esas tumbas de ignominia que molestan y que llevan al Juez Garzón ante los tribunales, con la bendición del Partido Popular.

En el viaje hasta Coilluore, los pirineos catalanes hablan de Historia. Ancestral. Por aquí pasó el cartaginés Aníbal con sus 37 elefantes –200 años antes de la era cristiana-, vigilando la flota, perfectamente visible desde lo alto para conquistarnos tal como suena. De los exiliados españoles a Francia en el “apacible” franquismo, de los que vinieron huyendo de los nazis -aunque camino de Portugal-, que incluso tienen un monumento en la pista entre forestal y asfaltada que separa Francia de España en ese punto. Ya no hay aduanas en parte alguna, mucho menos donde nunca las hubo. Quizás entre un país que huele a terminado, pintado, ordenado, y otro al que le falta mucho por llegar a ese estado.

Querer enjuiciar al franquismo es materia de demanda al que lo promueve, me entero aunque –de vacaciones- quiera desconectar. Y la jurisdicción universal se suaviza, se abandona, porque molesta a muchos países esas inquinas de los jueces españoles, que –como la de Garzón- amargó los últimos días del dictador chileno Augusto Pinochet. Gracias a eso, a que otros sí “abren heridas”, otros países considerados por nosotros menos desarrollados tomaron fuerzas para acabar con la impunidad, y, por ejemplo, van a procesar al asesino de Víctor Jara, 36 años después de los hechos. Acuerdo de Psoe y PP, anunciado cuando Israel protestó -o así lo vimos el 1 de Febrero-, ya podremos dedicarnos a nuestras cosas que no es cierto lo del mundo globalizado y cada país entierra su mierda o le pone un marco, según le interese.

Pero El Ampurdá es maravilloso, el agua azul, verdosa, y transparente, y vivir aquí el triple título del Barça fue una experiencia impagable: la visualización de la felicidad. ¿Qué más se puede pedir?

Aunque

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