El agujero de las subvenciones públicas

Público da cuenta hoy de cómo la CEOE mantiene una red de asociaciones para captar ayudas públicas. Miles de abogados, técnicos, secretarias y profesores viven del entramado de más de 5.000 agrupaciones que dependen de la patronal, dice. Las ayudas van desde 20.000 euros a 20 millones según el tamaño. Por cada autonomía existe otra patronal que reúne a tantas subpatronales como provincias. No hay duplicidades, aseguran todas las consultadas. Está plenamente justificado que Confemetal, por ejemplo, una de las agrupaciones más fuertes de la CEOE, esté formada a su vez por 15 asociaciones nacionales y 68 regionales. Y que dentro de estas, la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime), por ejemplo, esté formada por otras nueve agrupaciones más.

Hace más de un año que dediqué a esa hemorragia de nuestro dinero un post. Desde entonces he ido recopilando más datos. Además de todas estas instituciones de las que habla Público, de Fundaciones al amparo en buena parte de poderosas empresas, calculo que en España puede haber como mínimo medio millón de asociaciones «sin ánimo de lucro«. Solo entre Andalucía, Cataluña y Madrid se contabilizan cerca de 150.000. Todas son susceptibles de obtener una buena provisión de fondos para sus actividades.

Hace poco reseñé el millón de euros que se lleva FAES por difundir su ideología, en tiempos en los que la “crisis” obliga a duros ajustes a los trabajadores y pensionistas. La fundación Ideas para el progreso del PSOE, saca también más de 900.000 euros. Y cantidades menores otros partidos. Digo yo que, con la que está cayendo, podían esperar un año al menos a «estudiar» lo que sea, o pagárselo ellos. Y no hablemos ya de las mil y una asociaciones pro-vida por ejemplo que, a manera de racimo como el entremado de la patronal, se diseminan por España. Ni sabemos si esas emisoras de TDT que tanto pontifican de la mañana a la noche reciben alguna ayudita, y así hasta el infinito.

Mi propia experiencia me remite a que propongo a un grupo de compañeros que salieron conmigo de RTVE por el ERE crear una asociación europea que piense en los ciudadanos lejos de los cauces oficiales. Que plantee los problemas que nos atañen y no los que manda “Bruselas”. Tras un brillante acto de presentación con Felipe González, me echaron de forma aparentemente ortodoxa. La principal discrepancia con un grupo de compañeros era la obtención de ayudas públicas que yo rechazaba. Y el lucro personal en nombre de la asociación. El resto apoyó a los disidentes. Ya tienen esas ayudas del Estado. Para reunirse una docena de personas, una vez al mes, en una sala que nos les cobra nada.  Para mantener una página web en la que siempre escriben dos o tres incluso con pseudónimos para que no se note. Para hacer, con alguna excepción, seguidismo de la UE oficial.

Al calor de esta experiencia, descubrí el entramado de los que viven de la idea europea, recibiendo subvenciones públicas que les dan para despacho y secretaria,  y cobrando personalmente por sus conferencias. Hay un profesor universitario que está en al menos cinco asociaciones en diferentes cargos. Dios me libre de afirmar que no es legal, pero algo raro sí suena. Y si esto existe para Europa, multiplicad por intereses varios de los españoles.

Lo peor en este caso es que, al mismo tiempo, grupos que realizan una labor encomiable no reciben ayudas, o no las suficientes. Eso es lo terrible.

En el post de hace un año, hubo un primer comentario extraordinariamente interesante porque provenía de alguien con profundo conocimiento de causa. Extraigo algunas ideas.

«Bajo el epígrafe de asociaciones o Fundaciones, lo que llamamos ONG se compone de forma masiva por instituciones que toman a su cargo responsabilidades que el Estado no quiere atender, y que se convierten al hacerlo en formas amables de privatización. A veces inconscientemente… hasta que llegan otras “fundaciones” (algunas enlazadas en este post) a ofrecerles servicios “profesionales”. Y hablan de “profesionalización”, de responsabilidad… pero nunca hablarán de comités de empresa, y cuando lo hacen es -caso de la Cruz Roja en 2003- cuando la situación de sus trabajadores es insostenible.

En algunos casos, empresas privadas, farmacéuticas, bancos, cadenas de comida rápida y ETT patrocinan o promueven auténticas OPAs sobre asociaciones o Fundaciones con el propósito de desgravar, cuando no de blanquear dinero. O imagen.

En otros, Universidades envían a sus estudiantes a trabajar gratis como becarios en estas instituciones: ya ocurre en el ámbito privado, pero se da el caso de que organizaciones que hacen campañas para respetar los derechos de los cafetaleros de Nicaragua, por ejemplo, tienen becarios haciendo el trabajo de profesionales, o contratan via ETT a recaudadores o captadores de socios en plena calle.

Y todo esto, de forma legal.»

   Toda esta falta de clarificación y control crea un profundo descrédito en asociaciones y movimientos que sí pretenden y que sí logran hacer algo por los demás. Como en tantas otras cosas el «todos son iguales» es una peligrosa arma.  Y, con ser muchas las irresponsabilidades generalizadas, ésta es una de sus consecuencias más perversas. Se carga labores efectivas y generosas que nadie más realiza. Vean las administraciones también qué hacen dando dinero a patronales destinadas a lograr beneficios privados. Ponga orden el Estado en esta maraña. Orden y rigor en el uso de nuestro dinero.

PP: la ciega viga en ojo propio

Rajoy comienza, por fin, a avanzar el programa que piensa aplicar cuando llegue a la Moncloa. Preocupados por las pensiones –como todos o casi todos- los populares proponen una serie de recortes para poder aumentarlas un 1%. Se precisan 1.500 millones de euros, las cuentas del PP alcanzan solo a la mitad 750 millones. ¿De dónde los saca? Reduciendo las ayudas al desarrollo, ciencia y RTVE. 

Leía ayer que Irán va a reprimir la enseñanza de Filosofía, Derecho, Ciencias Políticas, Estudios de la Mujer o Derechos Humanos. Ya no se abrirán nuevos departamentos, y los ya existentes “tendrán que adaptar sus contenidos a los principios islámicos”. Es lo que tienen los fundamentalismos.  Nosotros vivimos en el neoliberal. La ayuda –o restitución en justicia- a los desfavorecidos del sistema no es rentable, y la ciencia y la información libre de intereses privados resulta peligrosa a los postulados del libérrimo mercado. Lo peor -peor aún- es cuando los fanatismos tan extremos conviven. El día que seriamente explote el polvorín nos vamos a enterar. Nosotros.

   El líder del PP planea también adelgazar el Estado de las autonomías –labor en la que encontrará gran número de seguidores- porque “tenemos una administración excesiva”, y profundizar en la senda de las privatizaciones con laliberalización” de aeropuertos y trenes.

   Su predecesor en el gobierno conservador de España, José María Aznar, se ventiló las llamadas 5 joyas de la corona que había empezado a privatizar Felipe González, aunque conservando siempre la mayoría y titularidad del Estado. A saber, ENDESA, Tabacalera, REPSOL, Telefónica y Argentaria (ahora dentro del BBVA que sólo este año que ha ganado «poquito» se ha llevado más de 3 mil millones de euros y lleva bastante más de una década privatizado). Con ellas, y otras menudencias, obtuvo 30.000 millones de euros. ¿En qué se invirtieron?  ¿en el milagro económico? ¿el que mantuvo los 8 millones de pobres en nuestro país hoy elevados a 9 millones? Las arcas públicas han perdido desde entonces las cuantiosas ganancias –hoy privadas- de estos suculentos negocios. Pero hay que privatizar más. Los aeropuertos y los trenes. ¿El metro y los transportes públicos? La realidad va más deprisa que la ficción.

   Ahora bien, resulta que Madrid –con  alcalde del PP- disfruta del ayuntamiento más endeudado de España, a pesar de que la basura se amontona en las calles por otras prioridades del presupuesto (túneles, ciudades deportivas fantasmas para un 2016 que se esfumó). Y la Comunidad –gestionada también por una mayoría popular- ha disparado un 9% sus «austeros» presupuestos. De dinero público, recuerdo. De autonomías a restringir. De administraciones del PP que critica despilfarros.

Unos y otros se aplican sin embargo en fortalecer a esas empresas privadas que se nos van a llevar nuestro patrimonio, para ingresar en sus cuentas privadas los beneficios. La CEOE  mueve 587 millones al año y de cada diez euros que ingresa siete son de subvenciones públicas.  Hay que mermar la ayuda al desarrollo, a la ciencia, a sindicatos y partidos, pero no a los empresarios.

    Y el colmo de la desfachatez: la FAES de Aznar, altavoz del neoliberalismo más extremo, ha recibido más de un millón de euros para difundir su ideología en el exterior. Lo cuenta El Plural, que incluye el enlace al BOE. Poned en la búsqueda del PDF FAES y ahí tenéis el presupuesto concedido por el gobierno a la organización: más de un millón de euros. Está clarísima la subvención que le damos -nosotros- a FAES para que «promueva SUS libertades«. ¿Este derroche no lo critica el PP?

   En consecuencia, solo de las «ayudas» a empresarios y a FAES sale el mantenimiento de las pensiones, sin recortar en ciencia y demás. Pero repasad la lista de regalías por la que se escapa nuestro dinero y no os cortéis las venas que hay mucho trabajo por hacer.

10 propuestas básicas para sanear la economía

Los sabios expertos en economía –esos que tan sagazmente alertaron de la crisis para atenuar su impacto y proponen, sin cesar, medidas para salir de ella- no pueden estar solos en tan decisiva labor. Cada ciudadano puede ayudar a los gobiernos con soluciones por más modestas que sean. Nunca serán tan efectivas como las que vemos a diario salidas de las prodigiosas mentes de quienes saben de esto, pero grano a grano también nosotros podemos contribuir a sanear la economía.

1) Vacaciones de Navidad de 15 días para los parlamentarios. Sus señorías vuelven hoy al Parlamento tras las vacaciones de aquella fiesta que vivimos en el remoto pasado: la Navidad. Propongo que diputados y senadores disfruten de 15 días libres en este período –como los más privilegiados-, y no de mes y medio.

2) Plenos de un representante por partido. Una medida más operativa que la actual sería que acudieran a los plenos un solo miembro de cada partido, dado que cada formación vota lo que le dice la dirección. El resto podría emplear el tiempo en trabajar por los ciudadanos en pequeñas y múltiples comisiones. Podrían incluso hacerlo desde sus circunscripciones –para evitar dietas- por medio de emails y teléfonos fijos con tarifa plana.

3) Racionalización de los móviles. La comunidad valenciana gastó en un solo año 451.753 euros en teléfono. Algunos incluso se descargaron politonos y llamaron a concursos. Se han denunciado otros muchos casos a lo largo de nuestra geografía. Parece un práctica general y, probablemente, extensible a los parlamentarios europeos. Se propone un control exhaustivo del uso de los móviles pagados con cargo al erario público.

4) Reducción en actos protocolarios.La Comunidad de Madrid se gastó 1,200.000 euros en el acto de inauguración del Teatro del Canal de Isabel II. En el desglose había 126.000 euros para el cóctel a los 900 invitados y 57.000 para las bolsas regalo personalizadas. La Comunidad luego justificó su necesidad. No es fijación, es uno más de los saraos ostensosos. Con enorme frecuencia, todos los estamentos, de todos los partidos, celebran diversos festejos. Una medida de choque sería servir patatas fritas y panchitos, con un buen vino español. Para empezar.

5) Extrema reducción en publicidad. Madrid y Andalucía -por este orden- gastaron el año pasado en publicidad más de 14 millones de euros cada una. La Comunidad de Madrid ha hecho un considerable esfuerzo de austeridad dado que en 2007 invirtió en publicidad más de la mitad que toda la Administración central; 169 millones de euros 268 millones la Administración Central. Innecesarios: Todos sabemos ya lo maravillas que son los entes que nos gestionan.

6) Racionalización o supresión del Plan E, arbitrado por el Gobierno. Ni como excepción sería tolerable: el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz, Madrid –sí, uno de los que ahuyenta inmigrantes- construyó, con cargo a esta partida, reproducciones de la Puerta de Brandenburgo, la Fontana de Trevi o el Taj Mahal. En el enlace las fotos de la indispensable obra.

7) Exhaustivo control de las subvenciones, especialmente a las asociaciones autodenominadas “sin ánimo de lucro”. En este post os di cumplida cuenta de unas cuantas que encontré. Un ejemplo: 500.000 euros  en Baleares “destinados a fundaciones, personas jurídicas privadas sin ánimo de lucro, iglesias, confesiones, comunidades religiosas y entidades que les están vinculadas, y cualquier otra persona jurídica privada sin ánimo de lucro, que promuevan una actividad pública mediante actuaciones de interés general…”

8 ) Supresión parcial de Grandes Superficies y prohibición de establecer sucursales de tiendas de las mismas cadenas de venta a menos de 4 kms una de otra. La medida tendería a disuadir del consumismo en lugar de incitarlo.

9) Reciclaje de los trabajadores de las fábricas de coches para efectuar otras labores de elementos más precisos a la sociedad. Eliminaríamos la hiperconcentración de vehículos en la calle, estimularíamos el aprovechamiento del coche para quien lo posea, y el transporte público.

10) Conversión de las Cajas de Ahorros en bancos públicos. Competirían con los privados en concesión de créditos y facilidades para el usuario. Condición inexcusable: eliminar el «mamoneo»  -con perdón- de los partidos en sus cargos directivos. Observad en el enlace la composición del Consejo de Administración de Caja Madrid –el más recientemente remodelado- y decidme qué saben de economía algunos de ellos.

  Hay muchos otros sectores donde actuar, y os invito a proponer nuevas medidas.  No sabemos de economía como los grandes y eficaces expertos, pero toda idea sensata, toda ayuda constructiva, habrá de ser bien recibida.

El saco sin fondo de asociaciones y subvenciones

Me llama sacar el periscopio para hurgar en las que imaginaba procelosas aguas del asociacionismo (y su nutriente: las subvenciones). 42 de ellas convocaron la manifestación del sábado en Madrid ¿de dónde salían?, alguna que yo conozco ávida por lograr dinero público. Tras una pequeña prospección he llegado al convencimiento de que me hallo ante un océano inmenso, casi inexpugnable.

Para crear una asociación (derecho reconocido en la Constitución) basta con que un grupo de personas se reúna, elabore unos estatutos que –si no se quiere ser muy imaginativo- vienen en una plantilla predeterminada, adjunte un acta fundacional salida de una asamblea general, rellene unos impresos y los presente en los registros de asociaciones de cada comunidad y pague unas tasas asumibles y se arme de paciencia para cumplimentar algunos más para Hacienda. En un par de meses contestan ambos organismos y ya está constituida la asociación, que ha de tener nombre y razón social –para ésta basta el domicilio de un asociado o alquilar la dirección, solamente la dirección fiscal, a una empresa-. Ha de elegir también una junta con todos sus cargos.

 Para funcionar es aconsejable disponer de un local y servicios mínimos como teléfono, agua, gas y electricidad. Hace falta dinero, en una palabra. Necesario en principio también para la organización de actos y pago –en su caso- de conferenciantes, o el desarrollo de la actividad para la que se ha formado la asociación. Se puede sustentar con cuotas de los socios, aportaciones particulares y/o subvenciones públicas.

 Complicado conocer el número de asociaciones inscritas en España, pero baste decir que Alcorcón, Madrid, (162.000 habitantes), cuenta con 300 asociaciones: Reto a la esperanza, traspiés, peña taurina taurus, provida y familia, petanca,onda expansiva y muchas otras. En el conjunto de la comunidad de Madrid hay 30.000 registradas formalmente, en Cataluña casi 50.000, 65.000 en Andalucía, todas «sin ánimo de lucro», Y es que, para delimitar el camino, he procurado desbrozarlo y quedarme con ésas, las llamadas «sin ánimo de lucro», un saco en el que caben desde opacas fundaciones a asociaciones culturales y casas regionales. Todas susceptibles de subvenciones.

Vivimos en un país consagrado, como todo occidente, a la economía de mercado, pero el sector público aporta dinero, entre otros, a las asociaciones privadas, que es de lo que tratamos. Ayuntamientos, diputaciones, comunidades autonómas y gobierno central, con todos sus organismos, arbitran presupuestos para subvenciones. Con mayores o menores requisitos, mayor o menor control, y, presumiblemente al albur -dado que hablamos de España-, de condicionantes ajenos a la actividad, cuando ésta suponga un desembolso de cierta cuantía. De hecho conocemos de vez en cuando quejas por favoritismos ideológicos. La concesión es potestad del organismo que lo otorga. Por ejemplo en Andalucia el PP denuncia una congelación de las ayudas a Cáritas, y las asociaciones de discapacitados protestan porque la Comunidad de Madrid no les paga las subvenciones concedidas.

Por supuesto que en este inmenso saco sin fondo, hay actividades (seguramente la mayoría) encomiables que luchan por los desfavorecidos de todo signo, que llegan adonde no llega nadie, pero no solo. Como digo, organizarse como asociación es fácil. Y con realizar algún acto, aunque sea para una sola persona en el auditorio como he llegado a ver, se justifica el dinero recibido.

Aquí están, por ejemplo, las alertas de subvenciones para ONGs, las últimas publicadas. Son casi medio centenar. Elijo algunas al azar.

 Xunta de Galicia  y sólo de la Consellería de Trabajo y Bienestar. Y, únicamente, dedicadas a ayudas para el apoyo a las cooperativas y otras entidades de economía social de carácter no lucrativo para el año 2009. Cuantía hasta 20.000 euros.

Parece interesante ésta, que ayuda «el fomento del desarrollo de la acción cívica, la convivencia y el capital social». Veamos,  Boletín oficial de las Islas Baleares.   «Destinada a fundaciones, personas jurídicas privadas sin ánimo de lucro, iglesias, confesiones, comunidades religiosas y entidades que les están vinculadas, y cualquier otra persona jurídica privada sin ánimo de lucro, que promuevan una actividad pública mediante actuaciones de interés general…» 500.000 euros.

Vamos a por otra. Es de la UE, además. Y que tiene de presupuesto 9.333 millones de euros, cómo se ve donde hay poderío. «Convocatoria de propuestas de acciones indirectas dentro del programa comunitario plurianual sobre la protección de los niños en el uso de Internet y de otras tecnologías de la comunicación (Safer Internet)» Para saber qué acciones indirectas se deben acometer para proteger a la infancia del monstruo virtual remito al texto con los requisitos.

Saliendo de las ONGs encuentro, por ejemplo, subvenciones a asociaciones de consumidores y usuarios, también “sin ánimo de lucro”, de La Rioja en el año 2009. Por el modelo de solicitud cada uno pide lo que estima oportuno.

Diputación de Córdoba. Tenemos algunas de las ya la concedidas: 

Convocatoria de Subvenciones en materia de Igualdad. Asociación de Mujeres Reina Cava. Proyecto Mujer 2009. 455,80 euros

Convocatoria de Subvenciones dirigidas a Asociaciones sin ánimo de lucro. Asociación Cultural Pedroche a Caballo. Jornada Nuestras Tradiciones. 617,13 euros

Convocatoria de Subvenciones en materia de Juventud. Asociación Pedroche Joven. Semana Joven. 1.840,00 euros

El gobierno de Aragón dedica 40.000 euros a asociaciones universitarias sin animo de lucro.

Volviendo a la Comunidad de Madrid. Lo divide en 10 sectores distintos.  Elijo turismo, ocio y deporte.  Construcción de pistas de pádel (dos). 50.000 euros a cada Ayuntamiento. Para la promoción turística de la Comunidad hay que presentar proyecto, y, si supera los 30.000 euros, se exigen requisitos especiales.

 En esta otra página, cuyos enlaces no funcionan muy bien, nos hablan de las subvenciones a asociaciones de distintos ministerios. Son 10, que, a su vez, detallan no menos de otros 10 proyectos cada uno. Muevo el cursor. Éste: «Subvenciones a entidades asociativas representativas del sector agrario y alimentario, por el desarrollo de actividades de colaboración y representación ante la Administración General del Estado y Unión Europea, así como para la celebración de congresos, simposios y estudios sobre temas relacionados con el ámbito de competencias del Departamento. (Beneficiario: entidades sin ánimo de lucro)». También funciona presentando un presupuesto que se acepta o no.

O del Ministerio de Educación, para asociaciones de ámbito universitario: 300.000 euros.

El asociacionismo juvenil tiene un amplio y sorprenden recorrido por lo que he visto en esta página que os recomiendo (puede venirle bien a alguien incluso). «Basta con crear legalmente la asociación. la nueva entidad deberá registrarse o censarse en la Consejería de Educación de la Comunidad Autónoma a la que se pertenezca, y así poder optar a las convocatorias de subvenciones que se oferten por parte de consejerías, instituciones o direcciones generales, entre otros organismos convocantes», informa entre otros detalles prácticos.

El colegio oficial de biólogos de La Rioja-Navarra, oferta en su página un surtido de cursos y subvenciones a las que se pueden acoger sus profesionales. Y tenemos, sin ir más lejos, el Instituto de Estudios del Huevo, con un premio de investigación de 10.000 euros.

Todo barrio de todo municipio se puede constituir en Asociación de vecinos.  Y acogerse a las subvenciones de todos los organismos competentes en su zona. Selecciono el Ayuntamiento de Huesca (48.500 habitantes). 40.200 euros para el conjunto de las entidades. El de Ciudad Real (70.000 habitantes) arbitrada subvenciones a cada una de ellas que no superen los 6.000 euros y dispone de un total de 60.000.

Dado su tamaño, el Ayuntamiento de Madrid firma convenios con las que llama «las tres de las federaciones de entidades asociativas más representativas de nuestra ciudad»: la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid, la Federación Regional de Madrid de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado «Francisco Giner de los Ríos» y la Federación de Casas Regionales de Madrid. El monto, en dos partidas, asciende a 781.000 euros. Pero debe haber más fuera de convenio, por trámites ordinarios. 

 Pero las grandes ofertas están en la UE.  Una treintena de departamentos dispuestos a dar dinero para proyectos, con grandes presupuestos, y, eso sí, requisitos tan complicados (recomiendo echar un vistazo a todo lo que piden) que han de rellenarlos profesionales expertos en estas cuestiones burocráticas. Hasta tal punto que incluso las ayudas a jóvenes innovadores acaban en manos de grandes empresas porque son las únicas que pueden pagar los servicios jurídicos que cumplimenten los impresos, o llegan a quedar vacantes. Lo dijo Felipe González en una conferencia inolvidable para mí. Suelen estar sujetas a rigurosas auditorías.

También existen empresas, centrándonos de nuevo en España, para dar noticia y canalizar la solicitud de subvenciones. Muy variadas, como podréis apreciar, y ya incluyendo las estipuladas para empresas y entidades de beneficio privado.

   El Tribunal de Cuentas fiscaliza, a ejercicios cerrados, los presupuestos de las asociaciones que han presentado un fin determinado para obtener el dinero, no así las de objetivos más generales, como asociaciones de vecinos. Y, dentro de las cuentas de las entidades públicas, de las cuales no todas ofrecen sus estados financieros.  Hacienda por su parte investiga aquellas asociaciones obligadas a prestar Declaración, cruza datos, y llama, de forma aleatoria, a algunas. En resumen, un indeterminado, pero nada escaso, desembolso público que, dada mi reciente experiencia asociativa, ofrece algunas lagunas y me plantea serias dudas. ¿Qué actividades se realizan? ¿Para quienes? ¿Con qué eficacia y resultados? Dada la variopinta exigencia de requisitos y controles, y en el ámbito territorial de la picaresca ¿qué seguridad real ofrece autodenominarse “sin ánimo de lucro” cuando se gestiona un presupuesto? ¿No sería preciso regular con carácter general la concesión y seguimiento de las subvenciones oficiales? ¿no estaremos ante ante un agujero por el que se escapan partidas sustanciales de los presupuestos?  Con seguridad,  algunas asociaciones se quedan cortas en su ayuda a quien realmente lo necesita y realizan con abnegación y dificultades una labor de la que el Estado no se ocupa, o desarrollan una creatividad encomiable u ocupan el ocio llenando de felicidad a sus asociados -que también es importante-,  y precisarían  mayor asignación pero ¿estamos seguros de que es el caso de todo el ingente y variopinto  número de asociaciones españolas? Apenas he visto la luz,  el océano está muy turbio.

(No os perdáis el primer comentario… y los demás)

A %d blogueros les gusta esto: