Lo cuenta infolibre. Además de instruir a la prensa en sus funciones, como si toda completa fuera como lo es la mayoría y lo aceptara, Interior apela a las clásicas reglas de la manipulación pero de una puerilidad que asombra en personas que tienen a su cargo tal responsabilidad.
Así, el Secretario de Estado de Seguridad dice a los medios que «rebauticen» al Estado Islámico con tono despectivo. Con lo serio, gravísimo, que es el tema y va el tipo y ofrece esa solución. Lo ha hecho en un acto público. Viene a ser como si un grupo terrorista se fuera a amedrentar por llamarle «malo, feo, tonto». Ay ¿en qué manos estamos?
- Pide «llamar a las cosas por su nombre» y rebautizar el «Estado Islámico» como ‘Daesh’, que en árabe suena fonéticamente parecido a «algo que aplastar o pisotear»
- Desde su punto de vista es una acepción que usan sus enemigos y que ofende al grupo terrorista.
- El espacio ‘Polònia’ parodió una de las más célebres escenas de la película ‘El hundimiento’ sustituyendo a Hitler por Mariano Rajoy
- Enric Millo, portavoz parlamentario del PP catalán, asegura que el gag hizo “apología de la violencia» con imágenes que “fomentan el odio, el menosprecio y la discriminación”. Nada menos. Repito ¿en qué manos estamos?
El despropósito, la desfachatez, el caos jalonan la vida española en estos amargos tiempos. Son tantos los atropellos, los sinsentidos, la indignación y la impotencian que genera a diario el PP y en gran medida el PSOE, que el humor inteligente supone un respiro. Pero no es suficiente. ¿Hasta dónde piensa llegar el PP en su delirio y hasta dónde puede soportar una sociedad esta locura sin caer irremisiblemente enferma?