A pesar de sus incesantes mentiras, de las que pueblan el archivo audiovisual, María Dolores de Cospedal podría pasar por ser la más diáfana entre los dirigentes del PP. Denunció a Bárcenas y hoy ha sido la vista oral. Bárcenas, en plasma, desde la cárcel de Soto del Real, ha dicho: «Es mi mano la que entrega el sobre a Cospedal». Acusándola, por tanto, de haber cobrado en B. Ella, por supuesto, lo ha negado.
Lo curioso es que al salir ha ocurrido un incidente. Cospedal ha abandonado el edificio, sonriendo como mandan los cánones del PP, pero evidentemente nerviosa. Tanto, que ni veía por dónde iba, se ha equivocado de camino y casi se lleva un árbol por delante. Hablando de árboles, la gente decente no hace leña del caído, salvo cuando el árbol está podrido.
Si cobró en B da igual, no le pasará factura. A Rajoy tampoco. Cobran en A y medio complementos del sueldo y Rajoy declara que es «lo justo». En uso de cómo entiende el poder que le fue conferido, el presidente se ha pulido al tercer comisario que investigaba la corrupción «vinculada» al PP. Nada más llegar a Moncloa mandó a tomar viento a toda la cúpula policial que había sacado el casó Gürtel, también a la de la Agencia Tributaria, y, casualmente, el Juez Baltasar Garzón resultó inhabilitado. Por una demanda de Correa, el presunto cabecilla de la trama. Un pleno.
Los policías sustitutos fueron también destituidos de su labor de indagar en delitos de corrupción. Se supone que el tercero fue elegido con mimo, pues no, también lo ha mandado Rajoy a casa. José García Losada investigaba, como sus predecesores, la Gürtel y Bárcenas. El SUP vincula los cambios en la cúpula policial a las investigaciones que afectan al PP. «Debe ser que no encuentran a nadie que siga sus dictados», señala el portavoz del sindicato policial, en referencia a los tres cambios realizados en este puesto hasta ahora. Hombre, así no hay quien «pueda probar nada», en efecto.
Esta última entrevista salió íntegra en Bloomberg a pesar de que el PP intento censurarla. Así comprobarían la veracidad de sus palabras. Pero, en España, los dictados de Rajoy sí se siguen en muchos estamentos de poder. Máxime cuando hace nombramientos tan certeros como el presidente del Constitucional. Y acabo de oírle por la radio. Anda en Panamá, en la Cumbre Iberoamericana, y ha dicho en tono sobreactuado que los medios de comunicación tienen derechos muy sensibles en sus manos y deben ser responsables de ello. Anda preocupado sobre todo por «la aparición de «nuevos actores» en el sector de la comunicación «que no se rigen por las mismas obligaciones que los medios tradicionales». A esos los tenía ya bien asimilados. ¿Prepara también una ley de censura de prensa? Alguna noticia llegó de que Gallardón andaba en la tarea. Temas acotados, consulta previa. Atado y bien atado.
El PSOE ha registrado una batería de preguntas en el Congreso sobre el caso de los tres comisarios destituidos (esto es como una novela). Anda indignada la gente en la Red, pero ahí queda todo. En Italia, Berlusconi hizo lo que pudo, pero jueces, diputados, hasta el presidente de la República (allí tienen) reaccionaban. Hoy lo tenemos felizmente fuera de órbita. A Berlusconi. Forrado hasta las pestañas pero fuera de órbita.
Un amigo francés me ha dicho esta mañana: los españoles sois muy mansos. A mí me salvaba, claro. Pero va a tener razón. Y son cosas que se pagan. Así que.. qué menos que echar unas risas por el patético tropezón de Cospedal.