
Rajoy comparece a través de un monitor de plasma. Ese día se dio un paso más para humillar al periodismo.
Llevamos una legislatura atravesada de quebrantos. No parece el menor de ellos hacer creer a quienes los sufren que no es cierto lo que ven y padecen. A diario contemplamos cómo la realidad va por un lado y la España oficial por otro. Y, sin embargo, la espesura de esa manta que nos cubre no debe ocultarnos otras realidades: algo está cambiando y mucho. Ha sido el poder ciudadano el que ha sacudido a algunos partidos tradicionales y ha forzado renovaciones. Y, con él, también ha nacido una vigorosa red de periodismo digital que no existía en 2011, como contamos en un nuevo libro. Aquella indignación que estalló en el 15M ni fue casual, ni inútil. Y el periodismo sí reaccionó.
No esa prensa de siempre que anda perdiendo lectores como en una hemorragia aguda y que intenta sobrevivir a base de las subvenciones directas o camufladas del Gobierno. Sus contrapartidas están siendo bien evidentes en algunas líneas editoriales trastocadas. La crisis de los medios tradicionales precipitó cierres, ERE, reconversiones y dejó en la calle –y sigue dejando– a grandes valores del periodismo. Nuevos y veteranos. Del periodismo, digo.
La sociedad no debería confundir con periodistas a los paniaguados que dictan su doctrina en la tertulias. Esa docena o dos docenas de rostros visibles –con misiones políticas tan precisas– no representan a toda la profesión. En algunos casos, ni siquiera a la profesión. Quienes sí lo hacen son los que, en estos tiempos tan duros, se arriesgan a informar desde podios destacados o desde el más profundo anonimato. Los que no siguen “la agenda”. Aprendí este concepto en las Jornadas Blogs y Medios de Granada. Una joven periodista exponía sus esfuerzos por informar de un tema social para el que nunca quedaba tiempo: «Vamos a ver la agenda», le oponía el jefe. Era la agenda de los políticos. Y no dejaba resquicio.
Hay una pléyade de periodistas que trabajan a pie de ciudad y de pueblo. En este mismo diario se puede apreciar el esfuerzo de varios en distintas comunidades. En Castilla-La Mancha particularmente, según aprecio. En una Comunidad con esta televisión pagada con dinero público –que no pública– o en la que se redactan estas crónicas adulatorias sin ambages, su labor es realmente meritoria.
Y no son los únicos (y que me disculpen un gran número que citaría), hablo de ese tipo de periodista batallador como Ángel Calleja, de 20 Minutos, o Antonio Maestre, de La Marea. O de Cafè amb llet, que tuvo que sufragar por suscripción una multa por contar lo que finalmente la justicia dictaminaría como verdad en la sanidad catalana. O como Olga Rodríguez, que sigue cogiendo la maleta para informar de lo que ocurre en el mundo en tiempos en que los grandes medios apenas apuestan por los freelance que se buscan –y se juegan– la vida.
El periodismo surca una dura travesía. Pero cuando corre por las venas no se acogota y busca salir tanto como lo hace la libertad constreñida. Arriesgando mucho en algunos casos, ha buscado caminos. Los que ya fueron abiertos o transitados por periodistas como Fernando Berlín en la radio de internet o Gumersindo Lafuente en el pionero Soitu. Hoy este periodismo está pujante.
El informe de la profesión periodística que edita la Asociación de la Prensa de Madrid nos hablaba el año pasado de la creación de casi 300 nuevos medios impulsados por los propios profesionales. Por buena parte de esos que habían perdido su empleo. En la última edición del estudio, recién publicada, ya son 400. Con resultados variables. El informe señala que el 13% de los proyectos no facturó nada; el 58%, por debajo de los 50.000 euros; y el 29%, más de 50.000 euros. De estos últimos, algo menos de la mitad facturó más de 100.000 euros. Eso sí, la precariedad se ha adueñado de la profesión periodística asalariada que, como tantas otras, registra recortes de sueldo en torno al 30% y una inseguridad que no permite avistar el futuro.
Entretanto, la prensa oficial se llena de plumeros que no dejan ver el quiosco. Ahora mismo nos están haciendo vivir un nuevo sobresalto en el que el séquito mediático del PP se empecina en confundir los intereses de ese partido con nuestro país. «Tsipras no ataca a España», como traía el domingo a toda portadaABC, Tsipras se queja de la actuación del Gobierno de Rajoy y de su probado papel en zancadillear a su homólogo griego en la negociación con la UE, a través, en particular, de De Guindos. España no es Rajoy. Por fortuna.
Ya no les resulta tan fácil ocultar o manipular informaciones. Siguen silenciando, desde luego. Temas y voces incómodos. Pero existe esta otra red que cuenta lo que a la ciudadanía le interesa saber. Si lo busca, desde luego. Precisa un esfuerzo encontrarlo, no entra con lacitos por la pantalla en un clic. El Financial Times subrayaba hace unos meses que los periódicos digitales españoles suponen la alternativa a la crisis de la prensa tradicional, y destacaba a El Confidencial y eldiario.es de Ignacio Escolar. Varias cabeceras más se han hecho imprescindibles que se suman a las que ya lo eran. Todo ello imbricado con las redes sociales, que lo difunden y amplifican.
No es fácil. Muchos submarinos de droga dura televisiva compitiendo en un mar en el que se impone la selección con criterio. Y esas portadas con exabruptos políticos disfrazados de periodismo, tan grotescos que ya no cuela ni para los adictos.
El periodismo sí ha reaccionado. Y es imprescindible. Hace tiempo descubrí que «quien está informado no se deja engañar nunca más».
German Ramon Pascual
/ 4 marzo 2015http://r.g6.cz/I4
Ángel Sosa
/ 4 marzo 2015Hola. Leo hoy (en unos de esos periódicos que creo citas -Facebook- que el Gobierno va a permitir a las CCAA recalificar de inmediato terrenos quedamos por incendios forestales. ¿Es eso cierto? Si lo es, que Dios nos coja confesados.
Ángel Sosa
/ 4 marzo 2015Terrenos quemados. (Perdón)
erre2de2
/ 4 marzo 2015El servilismo ahoga las informaciones y también a los informadores. Los medios tienen amo y le sirven fielmente. Esto es así, nos guste mas o menos.
Lo que el ciudadano tiene en su mano es un tamiz que, vaya usted a saber, no sabe o no quiere utilizar. Nunca como ahora resulta necesario, incluso diría perentorio, que esos informadores de verdad, los que tienen un conocimiento real de los asuntos sobre los que hablan, los que no rinden pleitesía al poder que les sustenta, divulguen a los cuatro vientos que ese tamiz existe y que representa en una u otra medida el poder que tiene el ciudadano para discriminar lo cierto de lo falso, la información veraz de la manipulación informativa. Esta labor es ardua y permanente.
Los ciudadanos que, osados, creemos tener un criterio propio sobre los asuntos que nos afectan agradecemos infinitamente actos que, como la presentación de Reaccionados ayer en Madrid, aclaran mucho la situación utilizando términos y conceptos que cualquiera puede comprender. Me toca ahora a mi continuar en la medida en que me sea posible con la divulgación de las realidades que se nos hurtan.
Un placer, Rosa, haber tenido la oportunidad de saludarte. Otro placer fue ver como disfrutabas con lo que estabas haciendo. A ti y al resto de intevinientes mi enhorabuena.
Miguel
/ 4 marzo 2015Afortunadamente, si hay medios para que sepamos la verdad de lo que ocurre en el país y en el mundo. Los que intenten estar informados de verdad, tenemos medios a nivel mundial más que interesantes que como mínimo sirven para contrastar y a los que nos interesa lo que pasa a nuestro alrededor y en el mundo, sabemos de sobra, que salvo excepciones, los medios de comunicación escritos o audivisuales mayoritarios y precisamente por ser mayoritarios, incluso algunos a los que la gente los da como “ presitigiosos” no son más que miserables medios ligados a la máquina de mentiras de los regímenes de esto que llaman occidente.
Así que ya que ellos se burlan del personal permanentemente (porque no es que tergiversen sino es que ya mienten descarada e impunemente) sería una obligación que otros medios ( que ya los va habiendo) destaparan permanentemente sus mentiras y les humillaran, tanto a esas cadenas y grupos de “desinformación”, a la gente que les “ sirve» y principalmente a los productores que las ponen en marcha para que el público se de cuenta que no son verdaderos periodistas sino manipuladores y propagandistas.
En manos de los periodistas comprometidos com tú Rosa María y todos los que defienden la verdad (aunque no sean/seamos periodistas) está que esto se cambie y se adecente.
Igual que pedimos partidos que denuncien y se opongan a otros no decentes, también pedimos que periodistas decentes denuncien y desenmascaren a los que no lo son. Es una obligación. Sino, apaga y vámonos.
Saludos
rosa maría artal
/ 4 marzo 2015Gracias Erre» 🙂
rosa maría artal
/ 4 marzo 2015Claro que es cierto, Ángel, así estamos.
Miguel
/ 4 marzo 2015Algunos datos interesantes que he leído hace unos días. Compara la inversión en los medios y demuestran el poderío de los que dominan el mercado global de la información y de los que se «nutren» la mayoría en occidente. Decía:
«Los servicios de noticias rusos como RT cuentan con un presupuesto de 120 millones de Dólares. Los de la BBC 370 millones y los del régimen de Obama una sorprendente cantidad de $716 millones. Lógicamente Rusia tiene difícil competir con esas naciones que tanto gastan para difundir su propaganda y mentiras por todo el mundo. RT con bajo presupuesto, está poniendo en evidencia a los grandes medios occidentales y parece que lo está haciendo bien»
La verdad es que los mandamases de los medios occidentales con base en USA están que trinan con RT, pues se escapa al control absoluto de la información global que tenían hasta ahora.
Saludos
Trancos
/ 4 marzo 2015Que les vayan dando. A los que han optado por ser sucedáneos digo.
«Si cagas en el lecho donde duermes, acabarás ahogado en tu propia mierda» (no recuerdo quién lo dijo pero lo dijo alguien). Y a algunos, la mierda ya les llega al cuello (eso lo digo yo):
http://vozpopuli.com/economia-y-finanzas/58516-cebrian-no-frena-la-caida-libre-de-el-pais-se-desploma-en-ingresos-difusion-y-publicidad
Uno
/ 5 marzo 2015Con todo el respeto, Rosa. He trabajado varios años con uno de los que citas como adalides del nuevo periodismo y, ni es buen periodista, ni es buen compañero, ni es buena persona. Oportunista, sí. Que vive del postureo, también. Pero, por lo demás, veneno. Quizás hay que citar menos, a veces, a los que se preocupan tanto porque vean lo que hacen y más a los que hacen todos los días sin que les vean, que son muchísimos más y, normalmente, muchísimo mejores. Por lo demás, amén al artículo. Saludos.