España precisa un rescate… político

Preocupados por el estado de la economía, no hemos advertido cómo se hundía la política. No al punto que lo ha hecho. No hasta tener una sociedad sumida en la orfandad política y la depresión, según muestran los históricos de las encuestas. Hay un descorazonador mapa del desaliento progresivo.

percepción muy mala

La percepción de los españoles sobre la situación política raya lo dramático: en el último barómetro del CIS, el 50,4% estiman que es muy mala. El 31,4%, mala. Buena o muy buena…, no llegan al 2%. Sólo se incrementó aún más ese sentimiento tan pesimista en febrero de 2013, en pleno apogeo del caso Bárcenas. Entonces, cuando los papeles del extesorero revelaron una contabilidad B del PP, se llegó al 56%. Y en esa banda se ha ido manteniendo.

Es bastante evidente que esa trama de corrupción ha supuesto un descrédito atroz para la política en su conjunto, no sólo para el partido que la protagoniza. Llama la atención que en el mes anterior a unas elecciones en 2011, a las que llegamos inmensamente hartos, fuera el 33,4% quienes veían una situación política muy mala. Y en 2009 –con la crisis abofeteándonos la cara–, el 22,6%. El deterioro es espectacular. Sobre todo, la persistencia de esa valoración negativa.

Confianza en la economía y en la política. Fuente: CIS

Tradicionalmente, economía y política son estrechas compañeras de viaje. Suben y bajan en la confianza popular al mismo ritmo por los avatares de una u otra. En España no está sucediendo eso. A finales de 2011, la política registró un pico muy ascendente con una ciudadanía que al parecer saludaba alborozada la llegada del Partido Popular al poder. En este momento está ocurriendo lo contrario. Mientras algunos parecen creer en la recuperación económica, la valoración de la política desciende estrepitosamente.

En 1999, uno de los grandes tiburones del neoliberalismo, George Soros, escribía en su libro La crisis del capitalismo global: “Si la economía global llega a tambalearse, es probable que las presiones políticas la destrocen”. Ha sucedido justo al contrario: la economía –esta economía voraz– ha engullido a la política.

Los políticos, las personas, contribuyen a ese naufragio social. Acaban de disparar balas de goma a emigrantes que trataban de alcanzar la costa española a nado. Murieron al menos 14 de ellos. Y, lejos de producirse dimisiones sumarias, asistimos a declaraciones que avergüenzan al género humano.

Ya no se puede aguantar tanta mentira, tanta involución y tanta incompetencia en el partido gobernante. Insolencias supremas, botarates al quite y  tergiversaciones continuas. Al punto de ignorar la Constitución, como le ocurre, por poner un ejemplo –entre varios–, a la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, cuando acusa a los jueces de plegarse a la voz de la calle en la sentencia de los “escarches” como si esto fuera «la Revolución Francesa». No debe saber que el artículo 117.1 dice: «La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley» (leer esto, por cierto, llena los ojos de lágrimas por la ínfima calidad real de nuestra democracia).

Unos líderes de la oposición que no ejercen de tales y están consintiendo graves atropellos. Temen las primarias, no se vaya a colar un chiquilicuatre de tres al cuarto o se vaya a alterar el juego de poderes que tanta escaramuza ha costado domeñar para estar arriba.

Partidos y políticos están demostrando –en mayor o menor grado– que sólo les guían sus propios intereses. La silla donde aposentarse y cobrar sueldo y pensión (doble que los demás mortales). En algunos casos, el principal objetivo parece poseer la llave del poder decisorio y la caja fuerte. Saben de su profundo descrédito y lo obvian con inaudito desparpajo. Significativa pista de sus intenciones.

El problema es que muchos ciudadanos, enganchados a televisiones y falsos debates informativos, a medios manipulados, a la costumbre, se sienten desesperanzados porque no saben por dónde tirar. Su única salida son los partidos, y los partidos no les gustan tal como hoy se encuentran. Constituyen la minoría mayoritaria decisiva y caen en los mismos errores vez tras vez, como si dar vueltas a la noria solucionara algo. Otros, ampliamente intercomunicados, empiezan a saber que habrá de hacerse otra política, mucho más participativa. Su único freno es el inmenso aparato paralizador de las viejas inercias. La ignorancia y la desinformación que se fomenta para seguir manteniendo el tinglado como está.

TV.HAMELIN

Otra política, pero Política (con mayúsculas). No sólo votar, sino también participar para operar cambios sobre la triste realidad que nos encierra. Siglos de avances y retrocesos. La política es lo primero que tumban la codicia y los fascismos. La política que dignifica el papel del ciudadano, de un ser libre dueño de sus derechos, cuyo primer deber es mantenerlos. La que encamina sus objetivos a que la acción del Estado se ejerza en beneficio de la sociedad. No de unos pocos, no para el funcionamiento mercantil de una empresa, no usando a la población en su provecho.

La situación política es muy mala, piensan los españoles. La depresión sólo hunde cuando se cierran las puertas y no existen mecanismos para cambiar la realidad. España precisa un rescate político, necesitamos salvarnos, salvar a la gente, a la humanidad, al bien común.

 *Publicado en eldiario.es
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7 comentarios

  1. Reblogueó esto en REACCIONANDO.

  2. extremanyo

     /  13 febrero 2014

    El gran drama de la corrupción que asola a España no es tanto la corrupción económica, que también, sino la corrupción moral, la devastación del sentido de la dignidad y de las esencias de la democracia. Y ésta otra corrupción, esencialmente más corrosiva, afecta sobre todo a esa ciudadanía amorfa, desnortada, manipulada, que se recrea y autocomplace en la podredumbre de la tele-basura, en las miserias de los otros (esas supuestas miserias de marketing) con las que cubren las suyas. Ese era el objetivo último y, al parecer, lo han conseguido. Han vaciado de valores y de referentes a todo el sistema social, al igual que han vaciado de dineros las arcas públicas. Han arruinado todo un país. Aunque es evidente que para que ellos sigan subsistiendo es necesario que no se agote el basurero. Así que permitirán que sigamos hozando en la mugre y los escombros, que sigamos manteniendonos con la esperanza de encontrar un poco de alimento, aunque esté caducado y sea intragable para un ser humano. Entonces ya no seremos humanos y dará igual lo que nos suceda. ¿Confiamos pues en el milagro o en la revolución social? ¿Organizamos nuestra desobediencia civil o seguimos mansamente al rabadán que nos lleva al matadero?

  3. Abraxas

     /  13 febrero 2014

    Os dejo un correo que me ha enviado un amigo:

    Hace 102 años don Benito escribía esto…

    Fragmento del libro de Benito Pérez-Galdós «La fe nacional y otros escritos sobre España» publicado en 1912.

    «Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos… Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (…). No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos
    (…) La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental»

    Tendremos que esperar como mínimo 100 años mas para que en este tiempo «si hay mucha suerte» nazcan personas mas sabias y menos chorizos de los que tenemos actualmente… ¡pobres españoles! lo que nos costara recuperar lo perdido.

    … PUES YA HAN PASADO 101, D. BENITO

  4. Joaquín Barceló

     /  13 febrero 2014

    Después de leer este artículo, que suscribo totalmente, y las participaciones, no tengo palabras, no encuentro en mi cabeza, qué diría yo que pudiese agregar para acompañar. Solo puedo decir, Gracias, Rosa María Artal.

  5. Trancos

     /  13 febrero 2014

    ¡Uf! ¡No des ideas! Seguro que hay gente dispuesta a volver a rescatarnos de «politicastros», «partitocracias» y, como escribió alguien, de «la más abyecta democracia, que no es otra cosa que el gobierno de las pasiones…» (esto último es de un prelado, pero no recuerdo su nombre). La última vez fue en el 36 del siglo pasado. Si algo no nos ha faltado nunca en este país, son espadones y salvapatrias. Así que mejor no nombrar la soga en casa del ahorcado.

    Digo yo que casi mejor si nos rescatamos nosotros solos de alguna manera o algo. Vamos, si puede ser y sin ánimos de molestar. Es sólo una idea, pero si no, pues nada. Total, algunos del 23F todavía andan por ahí, vivitos, coleando e indultados. Y seguro que estarían encantados de volver a servir a la patria y a derramar por ella hasta la última gota de nuestra sangre. Y si la vuelven a cagar, se puede volver a lucir El Campechano, volviéndonos a salvar de los salvadores y todos contentos ¿no?

  6. Rosa, hace ya un tiempo que te leo, y ya sé que en cada artículo encontraré ese «algo» que me impacte, que me haga reflexionar, que me haga «crecer»

    Pero éste contiene párrafos dignos de ser reflejados en esa reforma constitucional que tanto necesitamos y debería formar parte de los contenidos de una nueva y renacida «Educación para la Ciudadania»

    «La política es lo primero que tumban la codicia y los fascismos.
    La política que dignifica el papel del ciudadano, de un ser libre dueño de sus derechos, cuyo primer deber es mantenerlos»

    No somos tan sólo «otro ladrillo en el muro» y no podemos quedarnos «esperando a los gusanos» (cuyas larvas se nutren de esa desafección POLITICA y comienzan a dar coletazos por Europa):

    PD: Por cierto, a esos que, como energúmenos, se lanzan al cuello de la autora de este MANIFIESTO DEMOCRÁTICO, tanto aquí como en twitter, les recomiendo que lo lean. ¿por que? Porque si las cosas «se tuercen», si la desesperación llevara a una violencia generalizada y descontrolada y destructiva QUIZAS RECUERDEN A QUIEN REFLEXIONA Y ANIMA A REFLEXIONAR ¿LLamaran entonces a las puertas de humanistas como Rosa para apagar las llamas? REFLEXIONEN

  7. Por eso es importante la unión de todos aquellos que queremos un cambio radical de sistema. «Podemos» es una de las respuestas que merecen ser atendidas. No hay revolución posible. El único cambio posible es desde dentro.
    La política no e smala porque es lo que todos hacemos incluso los bobos que se creen que no. Los malos son los que, han hecho de la política un modo de vida, una casta elitista, un medio para conseguir fortuna y prebendas. Contra eso debemos ir. La única forma: la democracia directa.

    Salud

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