El triunfo de la mediocridad

En 1913, un médico, sociólogo y filósofo argentino, José Ingenieros, publicó un libro que tuvo gran influencia entre los jóvenes latinoamericanos: “El hombre mediocre”. Entre los modelos que definía, el que daba título a la publicación. “El hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. De ahí que se vuelva sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y se convierta en parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social”. (…) «En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. Los mediocres no son genios, ni héroes ni santos. Un hombre mediocre no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición” (…) “A su vez, el hombre mediocre entra en una lucha contra el idealismo por envidia, intenta opacar desesperadamente toda acción noble, porque sabe que su existencia depende de que el idealista nunca sea reconocido y de que no se ponga por encima de sí. «Cuando la mediocracia encuba pollipavos no tienen atmósfera los aguiluchos».

 Camps_mando_Ferrari

Como salidos de un circo, los mandamases de Valencia no apuntan siquiera a esa mediocridad, sino a provocar vergüenza ajena. Es la mediocridad quien les encumbra. Pero sigamos mirando, en giro de casi 360º grados, el panorama político español y echémonos a llorar. ¿Y el mediático? Siguiendo en este caso la tendencia mundial, el periodismo no sabe qué hacer consigo mismo. Trivializar los mensajes a morir, para incitar a consumir a la ciudadanía aturdida, y consolidar más la mediocridad. Mantener el negocio contra viento y lógica. Reducir las plantillas, suprimir la experiencia, crear informadores inseguros con su futuro de pan y cuchara. Jubilados de lujo se ríen de las penas ajenas, porque, por el momento, disponen de un consolidado colchón. Comprometerse ni en sueños. Y la sociedad exhausta porque la tarea es demasiado ingente, “otros están peor”, y “nada se puede hacer”. El hombre mediocre de José Ingenieros ganó la partida en los albores del siglo XX, y mucho más –sí, mucho más- en los del XXI.

Pues bien, os preparan una reforma laboral que apenas ya nadie discute, y que sacraliza los beneficios de quienes nunca pierden a vuestra costa. No está nada claro que, nosotros, los apartados de la vida laboral, conservemos de por vida las pensiones. Al menos no os dejéis distraer con la zanahoria de lo que dicen los brillantes representantes del PP, del PSOE, de IU –que viene bueno-, y del resto de los partidos.

Todo se cuece más lejos. El valiente Obama les ha dicho a los chinos que no quiere meterse mucho en lo que hacen con los derechos humanos, que cada cuál se organiza como puede, pero que, vamos, podrían ser una pizca más rigurosos, si no les molesta que se lo diga,si les molesta, pues nada, que no ha dicho ni media. En la libertad de información y de expresión, por ejemplo, no ahondemos mucho más. Un mercado de 1.008.175.288 habitantes, según el último censo, sojuzgadas (salvo el Partido y su camarilla) es un inmenso campo para el negocio. Es lo que cuenta. Acaban de ser ejecutados nueve detenidos por las revueltas étnicas de Julio, porque osaron protestar. Y hace falta tener coraje para protestar contra la dictadura y el ejército rojo-sepia. Eran algunos de los que quedaron con vida en las manifestaciones reprimidas con saña y sangre. China y EEUU también, hacen fracasar la cumbre de Copenhague que trataba de frenar el cambio climático, grave amenaza de hoy del futuro. No es rentable ¡qué le vamos a hacer! Pues mirar las tetas de Pilar Rubio  -¿globos de silicona para un cuerpecillo deforme?- o darse una vueltecita por H&M y C&A que, por poco precio, satisface el mono consumista. A mí me deja como una seda. Comprar bufandas a 7 euros para este otoño de 21º. Después de una sesión matutina de tiendas, me digo «Bah ¿para qué escribir?», en serio. Ya lo decía José Ingenieros, hace casi un siglo: «Cuando la mediocracia encuba pollipavos no tienen atmósfera los aguiluchos».

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18 comentarios

  1. Celebes

     /  16 noviembre 2009

    Interesante post, pero creo que sería conveniente corregir esto «… 1.300.000 millones de personas»

    Me salen demasiadas personas, aún hablando de China.

  2. rosa maría artal

     /  16 noviembre 2009

    Gracias, ya dije que los periodistas somos «de letras», aunque no sea una excusa.

  3. Serían mil trescientos millones, no un millón trescientosmil… pero en cualquier caso se entiende.

    Me acuerdo de un breve texto de hace más de treinta años con el que mi profesor de bachillerato, Manolo Ramiro, pretendía hacer crítica sobre el concepto tradicional de oración gramatical; no recuerdo el autor:

    «Los chinos. Ochocientos millones. Con el ojo tan largo. Mirada al norte. Y con norte».

    Así que, digamos, la población china se ha incrementado en 500.000.000 en unos 32 o 33 años. Glub.

    Respecto a la idiocia imperante… también da mucho miedo.

  4. NadieOsSalvará

     /  16 noviembre 2009

    Un gran post.

    Me permito apostillar que lo que determina la postmodernidad actual es que esta clase de individuo mediocre ya no es simplemente aprovechado por el poder, como entonces, sino sencillamente IMPUESTO por la lógica del consumo. Las cosas son más graves en ese sentido ahora mismo que cuando el señor Ingenieros escribió su obra.

    Supongo que encontrar el libro del que habla editado en España es otra de tantas imposibilidades culturales de este bonito país que habitamos, ¿Me equivoco?

  5. rosa maría artal

     /  16 noviembre 2009

    He copiado y pegado el último censo chino. Es lo mejor. Esto me recuerda uno de mis cuentos favoritos cuando era pequeña: «El decir de las gentes». Un padre y un hijo iban de viaje con un burro. Primero se monta el padre en el animal y el hijo camina. Pasa un señor y les dice: ¡Qué barbaridad!, ¡Qué egoísmo!, Vd. bien cómodo, y su hijo andando. Así que deciden permutar los puestos. Pasa otro transeunte: ¿No te da vergüenza ir en el burro mientras tú pobre padre camina? Deciden entonces, subir los dos a lomos del burro. Se cruzan con un tercero: Serán brutos, menudo esfuerzo le están haciendo hacer al pobre animal. Se apean los dos. Llega el cuarto: ¡Hace falta ser tontos! Teniendo un burro, y van Vds. andando. Pues eso, pero muchas gracias.

  6. rosa maría artal

     /  16 noviembre 2009

    El libro se puede descargar en PDF en internet. En google.

  7. Perdona: no pretendí que nadie subiera o bajara de ninguna recua; a mí el viaje me parecía bien y el portador y / o los portados también. Lo único que vi era un error de número. Yo, que para ganarme la vida tengo, entre otras cosas, que medir con frecuencia objetos bidimensionales, bailo cifras todos los días y eso que tengo costumbre usándolas.

  8. rosa maría artal

     /  16 noviembre 2009

    Querida Pati, lo decía con todo humor, porque el primer comentario me dijo lo contrario, y cambié la cifra. He pretendido hacer un chiste pero se ve que no he acertado. Te sigo hace tiempo y tienes todo mi aprecio.

  9. Soto

     /  16 noviembre 2009

    Hola rosa Maria y amigos bloqueros:
    Hacia tiempo que andaba detrás de José Ingenieros,estupendo que se pueda localizar y tener a mano en la Red:((«El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social”. (…) “En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde.)).Yo ,lo veo aplicable al hombre o mujer del SigloXXI.Para mi ,repito,está clavada la radiografia de José Inginieros.Escribe con mucho criterio ((NADIEOSSALVARA)) ,que el urbanita actual es un ser impuesto para el consumo.Aún ,más a favor de José Ingenieros,desde mi humilde punto de vista,piensa tan poco y cobarde es el urbanita que no deja de ser un esclavo del sistema.Si,»exclavo,vivirá mejor(relativamente) pero pagando el IVA,del extrés ,de la soledad intima y de un «buscador de felicidad de exito egocentrico y narcisista ,que lo convierte en un simple payaso y monigote.
    Muy buen Post Rosa Maria .como el de ayer¿eh? cada uno con su estilo,lo que pasa que en el de ayer al final casi me sale a mi un grano…
    ..Aclaro que es una broma de las sanas ,sanas.no me gustan las bromas «con rabo»…que se las coman quienes la utilizan.
    Apertas agarimosas

  10. apajerabierta

     /  16 noviembre 2009

    Y pobre de tí como no seas un mediocre!! La sociedad -de mediocres- no tolera a aquel que piensa por su cuenta, que utiliza la imaginación, que no se deja dirigir por la propaganda, tanto política como de consumo. Si en vez de ir a trabajar en coche tomas el transporte público te miran mal. Peor si manifiestas que evitas comer carne o pescado debido a todos los efectos indeseables que aparte de para los animales, implica el consumo en masa de estos productos para el mundo. Si te abstienes de coger «una pava» en una reunión de amigos se apartan de tí. Acabas siendo un peligroso ecologista de mierda. Había una historia de un pastor que vivía en un pueblo. Cuando vuelve un día despues de pasar una temporada en el monte con el ganado descubre que el agua del pueblo, contaminada, ha provocado la locura en todos sus habitantes. El problema, es que es a él al que ven como loco. Al final, él tiene que acabar bebiendo agua, si quiere relacionarse con sus paisanos.

  11. Siguiendo el hilo de aparejabierta, en el que todo aquel que se desmarca del rebaño, es visto como un loco o extravagante por la misma manada. Al afectado sólo le queda aplicar de vez en cuando el refrán aquel que dice «si entre burros te vez, rebuzna alguna vez».

    Si no sigues los dictados de las modas. Si no te gusta el futbol y no saltas y voceas como un energúmeno cuando maracan goles, y lees en el bar un libro mientras tomas café o unas cañas en vez del Marca. Si viajas de por libre y pasas de agencias y paquetes turísticos. Si decides llevar una dieta sana a base de frutas y verduras , no por seguir una dieta para no engordar o por cuestiones estéticas, sino por cuestión de salud. Si dejas el coche en casa y vas al trabajo en bici. Por ésto último una paisana que es compañera de trabajo me miraba como si fuera un extraterrestre y siempre me preguntaba con cierta sorna: «¿hoy en que has venido en coche o en bici?»

    Pero donde yo me dí cuenta hasta que punto llegaba la mediocridad fue hace varios años cuando sufrí acoso psicológico laboral por parte de los compañeros. El «mobbing» no duró mucho porque era un trabajo temporal y yo marché antes de acabar el contrato, pero para mí se queda esos tres meses. Nunca en mi vida laboral, ni en ningún trabajo o empresa, me había pasado nada igual.

    En cuanto a la fotito que ha colgado Rosa y la repercusión mediática que ha causado, yo ésta mañana he pensado que algunos de los afectados dirían que todo es pura envida. Efectívamente, al ver las noticias esta noche, eso es lo que había dicho Rita Barberá. No hay que ser ningún pitoniso ni haber trabajado con Rappel, simplemente es que son muy previsibles. Y lo sonrientes que iban los dos: «dientes, dientes que eso es lo que les jode» decía la Pantoja mientras paseaba por Marbella de la mano de su «cachuli».

  12. apajerabierta

     /  17 noviembre 2009

    Hay otro libro,Juan Salvador Gaviota, también muy interesante, donde además de ponerse de manifiesto la fuerza de la mediocridad, se puede aprender aerodinámica.
    Algo que preocupa es que el sistema impone, con todos los mecanismos de que dispone, una masa mediocre. Eso es malo.Lo peor, es que es la masa mediocre la que que vota en esto que llamamos democracia. Para que no quede ningún resquicio sin cubrir, en España, tenemos la Ley D’Hont, que impide cualquier desvarío imaginativo.
    El sistema es perfecto. La tremenda y constante dosis de publicidad, que nos cala aunque no queramos, exalta nuestros deseos más egoístas. La selección, filtro diría yo, de las noticias que nos llegan genera los miedos y expectativas, que luego los partidos políticos nos venden para que les votemos. Si un partido defiende valores morales, si dice la verdad, si quiere realmente producir cambios en la sociedad que eviten el desastre al cual paso a paso se encamina la humanidad, ese partido no tiene nada que hacer.

  13. Lo que más pena me da de todo esto son dos cosas:

    1.- El tono de impotencia y «si no puedes con ellos, únete a ellos» con el que concluye la entrada.

    y 2.- Yo soy mediocre porque me han obligado a serlo. A palos laborales, amputación de alas de imaginación, pelear por mi exiguo hueco en esta sociedad de mediocres y usar mis virtudes deformadas para defenderlo.

    Incluso para ser mediocre en esta sociedad de mediocres hace falta imaginación, ganas y lucha.

    Voy a empezar un blog nuevo donde tengo un par de ideas que podrían funcionar, pero no os preocupéis, serán ideas mediocres, dentro del sistema. No sobresaldrán ni un cm. de la media.

  1. El triunfo de la mediocridad
  2. Mediocridad democrática o todos somos iguales – elhombrepantalla
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