Fundamentos de la magnánima sentencia del Supremo a Jaume Matas

Como las noticias se las lleva la corriente en un soplo, así ha sucedido con la rebaja de condena al ex presidente balear, Jaume Matas, que nos soliviantó ayer. Matas se dedicó a hacer encendidas declaraciones de alabanza a la justicia que había imperado y hasta defiende la labor del Instituto Nóos, aunque pertenece a otro sumario. Anuncia por cierto -y él sabe- que acabará en un problema fiscal sin más. Si todo continúa igual en España, claro.

Pues bien, quizás convenga conocer los argumentos del voto particular que ha emitido el magistrado Alberto Jorge Barreiro. En un prolijo texto legal al uso que desgrana a lo largo de 27 páginas cuanto necesitamos saber para aclararnos. Podemos ver los fundamentos de por qué sus compañeros del Tribunal Supremo han emitido esta sentencia, pero también los que a él le llevan a oponerse en algunas cuestiones. De hecho no objeta la decisión de la mayoría de que no hubo MALVERSARCIÓN DE FONDOS PÚBLICOS, ni FRAUDE A LA ADMISTRACIÓN, pero sí prevaricación y una clara autoría que corresponde al entonces presidente de Baleares. He tratado de resumir lo que me parece más relevante de la opinión de Alberto Jorge Barreiro, pero aquí –y gracias al diario Público- tenéis el texto completo. Es un muy instructivo para ver cómo funciona la justicia y cierta política.

PREVARICACIÓN

» En virtud de lo que antecede, es claro que tengo que discrepar del criterio de la mayoría de la Sala, toda vez que no puedo compartir el argumento de que por el hecho de que Antonio Alemany haya ejecutado realmente los trabajos que le encomendó el Presidente de la Comunidad Autónoma no concurra el delito de prevaricación, o que deje este también de aplicarse por el hecho de que esos trabajos fueran de interés general. Esos argumentos pueden ser válidos para excluir la aplicación del tipo penal de malversación, pero no el de prevaricación.

Y ello porque, en contra de lo que se dice en la sentencia mayoritaria, las resoluciones dictadas por la Directora General  de Relaciones  institucionales cumplimentando las decisiones e indicaciones de algunos de los acusados, sí son injustas y arbitrarias, dado que infringen de forma clara, patente y manifiesta la Ley la Ley 2/1.996 de 19 de noviembre, de Incompatibilidades de los miembros del Gobierno y de altos cargos de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, y los principios que encarna relativos a la objetividad e imparcialidad a los intereses generales en el ejercicio de la función pública.

Se dictaron unas resoluciones injustas y arbitrarias, ya que con ellas se buscaba incumplir de plano la Ley Autonómica de incompatibilidades, siendo ese precisamente el objetivo que se propusieron los acusados con la convocatoria, tramitación y resolución deun concurso público rodeado de suspicacias por los consejos orientativos y facilitación de datos que se aportaban a un concursante determinado, que a la larga acabó siendo el único.

Y en cuanto al resultado material de la acción delictiva y a la lesión del bien jurídico que tutela la norma penal, es claro que en elpresente caso se dieron tales elementos del delito. Pues, tutelando el tipo penal el recto y normal  funcionamiento de la Administración de acuerdo con los parámetros constitucionales que deben orientar su actuación,centrados en el servicio prioritario de los intereses generales, el sometimiento a la Ley y al Derecho, y a la absoluta objetividad e imparcialidad en el cumplimiento de sus fines, en este caso se han vulnerado esos bienes jurídicos al defraudar precisamente la normativa de una ley de incompatibilidades que está dictada para la rigurosa cumplimentación de tales principios, utilizando para ello la tramitación de un concurso simulado.

Por consiguiente, sí concurren en este caso los elementos objetivos y subjetivos del delito de prevaricación previsto en el art. 404 del C. Penal en la modalidad de continuado (art. 74), ya que los acusados actuaban a sabiendas de la manifiesta ilegalidad en que incurrían.

AUTORÍA

Ello es lo que en gran medida sucede en el caso examinado, en el que la conducta delictiva se ejecuta en el marco de una estructura piramidal y jerárquica de naturaleza administrativa, donde hay un máximo responsable (el Presidente de la Comunidad Autónoma), unos mandos intermedios pero de alta dirección y con diferentes categorías (la Consejera de Relaciones Institucionales y el Director General de Comunicación, Rosa Estarás y Joan Martorell, respectivamente), y en un escalón algo inferior de capacidad decisoria y competencial responsabilidad otras dos funcionarias: Dulce Linares y María del Carmen Umbert.

En este tipo de estructuras jerarquizadas se da la circunstancia de que cuanto menor es la capacidad decisoria y competencial de un funcionario más próximo suele estar a lamaterialización de la conducta delictiva y mayores posibilidades tiene de incurrir en la ejecución formal de la conducta típica, quedando así abarcado su comportamiento por el tipo penal desde la perspectiva de la concepción objetivo-formal de la autoría. Mientras que en los cargos de alta dirección donde se adoptan las decisiones más relevantes, los sujetos máximos responsables de la estructura organizativa no suelen materializar el hecho delictivo con actos formalmente subsumibles en la norma penal,por lo que ha de acudirse a una concepción más objetivo-material de la autoría para abarcar la relevancia real de su intervención delictiva. Se da así en no pocas ocasiones la grave contradicción de que la persona que es la máxima responsable de la acción delictiva es condenada como mero partícipe del delito, y quien es un mero ejecutor de los mandatos de un superior, competencial y disciplinariamente, es condenado como auténtico autor.

Pues bien, descendiendo al caso enjuiciado nos consta como probado en la premisa fáctica de la sentencia que el Presidente de la Comunidad Autónoma era la única persona que tenía un especial interés en que trabajara como su asesor personal el coacusado Antonio Alemany.

Y también figura probado, tal como ya se recordó en el primer fundamento de este voto particular, que era quien concibió la idea de convocar un concurso público controlado por la Administración, de forma que se procurara restringir la asistencia de licitadores y que se facilitara la máxima información a la persona que iba a intervenir como auténtico intermediario para la adjudicación del contrato con el fin de que hiciera llegar el dinero a Antonio Alemany, persona que era la auténtica beneficiaria desde el punto de vista económico del contrato simulado que se iba a formalizar mediante tan singular concurso.

(…)

Por consiguiente, si Jaume Matas era la persona que había concebido y planificado el concurso para otorgar un contrato administrativo simulado, y también era quien convenció a los protagonistas de la operación y dio las órdenes para que lo materializara su hombre de confianza en temas de comunicación, no resulta razonable, siendo como era además el recurrente la persona que dominaba la organización administrativa autonómica por autoridad y competencia, negar que era el autor por dominio del hecho y de la estructura organizativa. Máxime si se sopesa también que despachaba diariamente con la persona a la que había encargado llevar adelante la tramitación del concurso, Joan Martorell, que le gestionaba los temas relativos a las materias comprendidas dentro del nuevo contrato que se iba a adjudicar.

Todo ello significa que el Presidente de la Comunidad, con arreglo a las máximas elementales de la experiencia y a las reglas de la lógica de lo razonable, estaba al corriente de cómo avanzaba la tramitación del concurso. De modo que mantenía por tanto la supervisión de lo que estaba haciendo su hombre de confianza en la fase de ejecución del delito y no solo en la de su preparación, dada la inmediación espacial y temporal que tenía con la materialización del concurso y con sus protagonistas.

Así pues, más que ante un mero inductor estaríamos ante un autor por dominio del hecho. Y ello es precisamente el nombre que le asigna el Ministerio Fiscal en su escrito de alegaciones al recurso, si bien después no desarrolla en detalle tan acertada definición sobre la real intervención del acusado en la trama delictiva.

Sin embargo, al tener el delito de prevaricación la condición de delito especial propio por razón del autor, la Audiencia, siguiendo un asentado criterio doctrinal y jurisprudencial, calificó la intervención del acusado Jaume Matas como una “autoría por inducción” (art. 28 b del C. Penal). A lo que ahora replica la parte recurrente que estaríamos ante una inducción en cadena que resulta vedada por la dicción literal del texto legal, según la interpretación de un sector mayoritario de la doctrina y de algunas sentencias de esta Sala.

Pues bien, aunque la dogmática penal peca en algunas materias de cierto exceso de artificiosidad y tecnicismo, no llega ello hasta el punto de que un supuesto que axiológicamente se presenta como una autoría pueda derivar en atípico por entender que no cabe ni siquiera la participación por inducción.»

17 comentarios

  1. Indignadofff

     /  24 julio 2013

    En la mente del ciudadano de a pie, no teníamos muchas esperanzas de que los prevadicadores, como Matas, pudieran ser castigados con todo el peso de la ley. Sobre todo, si pertenecen a las redes de la política y de los poderosos. Eso ya lo preveíamos.
    No obstante, aún queda un resquicio de esperanza en la justicia, aplicada por aquellos jueces, que gracias a su imparcialidad y su y dignidad nos permiten tener alguna esperanza en este lodazal de corrupción por el que atraviesa este triste de país…

  2. Miguel

     /  24 julio 2013

    Cuando casi ya hemos perdido la capacidad de asombro…cuando se han ido por la alcantarilla las virtudes de la decencia, el altruismo, el respeto al derecho ajeno, el pudor, la solidaridad con el desposeído, la generosidad y las buenas costumbres en general…si la gente, pierde la confianza en la Justicia, estamos acabados.

    Hace ya muchos años que los seres humanos (hombres y mujeres) no sólo «EL HOMBRE», tuvieron que empezar a trabajar para ganarse el pan con el sudor de su frente para satisfacer sus propias necesidades y la de «otros» que no hacían nada.
    La vida de los hombres (y sobretodo la de las mujeres) ha sido como un Vía Crucis hasta el día de hoy, cayéndose y levantándose siempre… ¡Ha pasado más tiempo en el suelo que levantado! … Pero cada vez que cae, parece que es la primera vez, porque generación tras generación parece que se empieza de nuevo, pues la generación presente poco ha conocido realmente de las luchas de las generaciones pasadas, y por eso nunca ha aprendido, y por eso todo lo que hace le parece que lo hace por primera vez, la lucha es eterna, sempiterna, y siempre tiene el mismo final.
    Después de caer, se vuelve a levantar para seguir trabajando, demostrando lo imprescindible que es para su amo y demostrando inconscientemente lo masoquista que es para consigo mismo.

    En tiempos de crisis económicas, el amo, los amos, como forma de humillación y despojándose con todo descaro de sus máscaras religiosas, democráticas y legales y de manera arrogante y burlona, pone un espejo delante del esclavo para que se vea tal cual es: como un esclavo. Este hecho, lejos de ayudar a concienciar al esclavo lo degrada aun más, le baja la autoestima (si es que le queda alguna) y en medio de su desesperación lo hace presa fácil de su propio destino y a veces de su propio exterminio físico y mental. Saludos

    Imprescindible artículo de Pedro L. Angosto- 2012
    Rebelión

    ¡Embrutezcámoslos, son más dóciles!
    Hace un puñado de años, en un lugar desconocido de un país por descubrir, entre enero y diciembre, a una hora no señalada, se reunieron los líderes del G-20, sus asesores financieros, sus contables, sus sacerdotes y sus programadores culturales. Decidieron llenar el mundo de mierda. ¿No se dan cuenta –dijo el emperador al foro de poderosos- que cuanto peor les tratamos, más nos quieren, que cuantos más disparates hacemos, más nos elogian, que cuanto más recortamos sus derechos y sus conciencias, más aplauden, que cuanto más salvajes somos, más nos respetan? Al carajo con el Estado de Derecho, con las libertades ciudadanas, con la educación pública y laica, con la decencia, con la Declaración de Derechos del Hombre; a tomar por saco con los prejuicios de los moñas que dicen que hay que abolir la pena de muerte y reinsertar a los presos, con las garantías procesales, con las mariconas que se oponen a la tortura, con quienes hablan de educar al pueblo, con los que exigen derechos laborales, sociales y culturales: ¡¡¡Embrutezcámoslos, sólo así lograremos formar un inmenso ejército mundial de sumisos y conformistas que nos besen las manos mientras colocamos la horca sobre su cuello!!!

    Creo que por aquel entonces acababa la guerra de Vietnan, disminuían las protestas antibelicistas y los chicos del sesenta y ocho regresaban al redil para hacerse cargo de la gestión de las empresas familiares. Todo lo colectivo comenzó a ser malo, en las películas, en los libros, en la televisión, y se volvió a ensalzar al individuo que lo puede todo con sólo desearlo, tener fuerza y poner empeño, al pez gordo. Apareció Rambo, y él solito comenzó a devorar malos a la misma velocidad que una cosechadora se traga las mazorcas en un campo de maíz. El hombre, que hasta entonces lo había conseguido todo codo con codo, hombro con hombro, empezaba a convertirse de nuevo en enemigo de su hermano, en alguien que esgrimía como principal prueba de su valía y de su amistad con Dios, su riqueza, su capacidad para acumular dólares del modo que fuese. Comenzaba una nueva división social, arriba los que valían y habían subido a lo más alto por sí mismos, “sin la ayuda de nadie”; abajo, los que no habían sido emprendedores ni habían tenido la ambición necesaria para bañarse en oro, personas que nada aportaban al Olimpo de los elegidos y andaban todo el día dando la murga con los derechos de los demás y otras melindres. Desapareció la Unión Soviética burocratizada y artrítica, con ella el riesgo de contagio de lo que un día fue la gran ilusión. Llegó el consumismo y la dispersión, cada cristiano occidental tenía derecho a comerse la parte del pastel que aguantasen sus intestinos y a tirar a la basura el excedente. Todos fuimos ricos por un día, el dinero salía a borbotones de entre las piedras más altas para diluirse al llegar a los valles dónde, ávida, la gente esperaba agarrar, a codazos y dentelladas, su pequeña porción. Nos habíamos convertido en superhombres, ni siquiera nos frenaba el antiguo miedo a los infiernos, mucho menos nuestra conciencia aguada ni la necesidad de quienes, incapaces, no habían sabido colocarse en el sitio justo a la hora precisa. Casi todos invertíamos en bolsa, se hablaba del capitalismo popular, de que nada era tan democrático como una sociedad anónima, de las bondades de un sistema que permitía hacerse rico a los más bestias de cada lugar, del precio justo, de la inutilidad del Estado y de esos burócratas que sólo se dedicaban a hacernos la vida imposible con sus papeles y sus legalidades. Dejamos de ser nosotros y nuestras circunstancias, para ser –o creer ser- sólo nosotros, yo, infinito yo narcisista que todas las mañanas contemplaba como se le caía el pelo al mismo tiempo que aumentaba su panza y sus ingresos derivados de la especulación y la explotación.

    Después, les salvamos de la ruina en la que nos metieron invirtiendo, sin preguntárnoslo, lo que no teníamos, y lejos de agradecérnoslo, nos dijeron que les debíamos lo que les habíamos dado, amenazándonos mientras callábamos cabizbajos, con pasarnos del vientre de nuestra madre a las entrañas de la tierra sin intermediación alguna. Y dejamos de tomar la sagrada forma pero la forma se convirtió en sagrada mientras los orates nos trataban como otarios desde las televisiones públicas, las privadas y los cientos de tedetés nacidas para matar desde los santuarios de aquellos parientes lejanos de los que creíamos habernos separado cuando bajamos del árbol. Y apareció Belén Esteban como nueva Palas Atenea, y Sotres, Polaino, Dragó, Ramírez, Jorge Javier, Albiac, Terctsch, la duquesa, Peñafiel, Lozano, Aznar, Cantizano, Aguirre, Camps, Matamoros, Pantoja y la franca como nuevos dioses de las hordas, cada vez más convencidas de que, dado que la política es una mierda, mejor entregar todo el poder a los franquistas neocon, ¡qué más da, son todos iguales! Enfrentamos a la Virgen de la Almudena con la de Montserrat, y convertimos en seres celestiales a Florentino y a Sandro, a Ronaldo y a Messi, mientras la casa se nos caía encima, sin rechistar. Y vimos como mataban a cientos de miles de personas por petróleo en Irak, como colgaban ante las cámaras a un antiguo colega con barba, y nos fuimos a Afganistán a proteger lo que era nuestro y no de sus dueños. Y fuimos incapaces de organizarnos y salir a la calle para defender la libertad, para impedir que el juez que quiso juzgar la atrocidad franquista, siga siendo el único procesado en esa causa, para negarnos a ser cómplices de tanta muerte, para defender los derechos que tanta sangre costaron a nuestros abuelos, para decir que ningún Estado, ni siquiera el del Emperador negro en el que tantas esperanzas depositaron tantos, puede torturar para sacar confesiones desde una bañera llena de mierda y electrodos, que no se puede matar a un terrorista desarmado sin convertirte tú mismo en un asesino peor que todos los asesinos, que no podemos renunciar al Estado de Derecho, a las garantías procesales, a la presunción de inocencia.

    Y nadie dijo no, y nadie alzó la voz, y nadie se rasgó las vestiduras, y nadie dijo: Hasta aquí habéis llegado, no sabéis lo que significa la palabra democracia, la habéis vaciado de contenido, sobráis, buscad otro planeta. Los diarios nos regalaban baterías de cocina y delantales con el escudo de nuestro equipo favorito, vitoreábamos al Jesús del Gran Poder, a la Moreneta, a Santiago Matamoros y a San Fermín pedimos. Brutos, cada vez más brutos, perdimos el norte de nuestras vidas, dejamos los asuntos públicos en manos de corsarios, hipotecamos el futuro de nuestros hijos y contemplamos, sin la menor mueca de asombro, como quienes con sus políticas económicas salvajes nos hundieron en la miseria, recibían el voto masivo del pueblo en municipios, comunidades autónomas y gobierno para entregar hospitales públicos a constructoras arruinadas, para instalar el copago sanitario, para crear una sanidad para ricos y otra para pobres, para confiar la educación de nuestros menores a frailes y monjas, para entregar las pensiones a los banqueros y aseguradoras que nos metieron en este callejón, para volver al ojo por ojo y diente por diente, para llenar los Parlamentos de diputados y senadores similares al caballo de Calígula, dispuestos a pisotearnos y a decirnos una y otra vez que los ricos no van a la cárcel, que los estafadores no van a la cárcel, que el código penal se hizo para los pobres y el civil para los ricos, que no hay más camino que el que marca el pez gordo. Y sonreímos en el patíbulo, como sólo los brutos lo pueden hacer, con la risa del idiota que no sabe por qué se ríe, con la risa del que hace tiempo que dejó de saber que sólo, un hombre no es nadie, pero que unido a otros, lo es y lo puede todo.

    Ahora, mientras leo con cierto detenimiento las últimas encuestas del CIS, veo en la televisión como un Rambo negro mata a un barbudo desarmado en Pakistán siguiendo el mandato de Hammurabi y del Dios de la zarza. Pasan cinco millones de parados por mi puerta con una pegatina de Mariano Rajoy mientras se oyen los pitorrazos de la concentración de Ferraris y Bugatis que hay un poco más allá. Y me pregunto, con una botella de vino, comiendo una ristra de morcillas y fumando una cajetilla de ducados que me avisa de mi próxima muerte, ¿quién se ha encargado de quitar el alma al pueblo? ¿Quién se ha encargado de la educación del pueblo? ¿Dónde están los mínimos conocimientos humanísticos que debe tener todo ciudadano para discernir lo bueno de lo malo y lo malo de lo peor? ¿Para qué tanta tecnología, tanta telemierda? ¿Cuándo nos convertimos en brutos y serviles? ¿Cuándo olvidamos que el Estado de Derecho está por encima de la razón de Estado, que la razón de Estado por sí sola nos convierte a todos en presuntos delincuentes y es la madre del nuevo fascismo? Y sólo hayo una respuesta, cuando dejamos de pensar por nosotros mismos y en los demás. Hace ya mucho tiempo, aunque entre la multitud, he visto pasar a unos cuantos que con un martillo neumático van rompiendo el hormigón y en los huecos, plantan árboles. Llevan monos azules, y en sus espaldas un letrero: ¡¡¡Hasta aquí habéis llegado, cabrones!!!

  3. fernandog

     /  24 julio 2013

    El siguiente enlace es del diario EL País del 27/02/2010 previa a la expulsión del juez Garzón por la sala de lo penal del Tribunal Supremo:
    http://elpais.com/diario/2010/02/28/espana/1267311601_850215.html

    La resolución sobre Jaume Matas es otro ejemplo de como dicha sala del T.S. destroza la labor honesta y responsable de otros miembros de la judicatura (que no son además ni del PP ni del Opus Dei).

  4. Rebelión

     /  24 julio 2013

    Hace un minuto en el telediario de TVE,se referían a la dimisión de Griñán como un «escándalo» y hablaban de que Susana Díaz no pasará por las urnas.Julio Somoano,el director de informativos de TVE sigue haciendo de las suyas,no sabemos dónde está el «escándalo» y en cuánto a lo de las urnas Julio Somoano no dice lo mismo ni de Ana Botella ni de Ignacio González alcaldesa y presidente de Madrid respectivamente.

  5. Superviviente de la «ametralladora jurisprudencial» del juez Barreiro, tengo, al menos, una cosa más clara: es muchísimo más fácil «Tipificar» el delito de «Autoría» para el Ladrón de Gallinas. Es que ¡ a la justicia hay que entenderla!!
    Saludos

  6. Buenas tardes, amigos:
    Puedo entrar un momento. Sigue asombrándome lo inmensamente trabajadora que es Rosa; además, siempre de manera tan acertada y comprometida.
    He leído también el anterior post.
    Todo es de indignación, y lo más preocupante es la poca respuesta ciudadana (Ya lo leí también en el artículo del juez Baltasar Garzón, «pillado» por otra grande, Àngels Martínez Castells).
    Totalmente de acuerdo con Miguel¡¡¡
    También deseo mencionar la mentalidad tan sumamente semejante entre el Imán ceutí Malik Ibn Benasaides y Ana Mato y Gallardón. Los tres contra la mujer. Al respecto quiero pronunciar bien alto y claro que soy una mujer fornicadora. Además, me encanta serlo. Y lo soy mucho porque -aunque el Imán no lo haya mencionado- me ducho tantas veces como creo necesitarlo, mi gel y mi crema hidratante huelen muy bien; después me acicalo con disfrute y, evidentemente, me perfumo. La gente que me rodea me merece total respeto y mi compañía no debe ser la propia de aquellos vestidos desde la cabeza hasta los pies, sin resquicio de que el aroma puro y limpio emane de ellos.
    Me gusta ser fornicadora las 24 horas del día, señores fundamentalistas.
    Cuando el tercer pilar de un estado, la Justicia (desde Montesquieu), deja de ser independiente -y por tanto, justa)-, la Democracia ha muerto. Y así se encuentra este país, muerto.
    A esta situación hemos llegado. De momento no me rindo. Hay que seguir concienciando y luchando mientras tengamos un soplo de vida¡¡¡¡
    Un abrazo a todos.
    PD: Rosa, mañana regreso. Hoy he entrado en mi cuenta y he visto que me han chorizado casi 1000 € en impuestos municipales. Demasiados gastos, así que abanico y a seguir.

  7. ana alfonso

     /  24 julio 2013

    Cuanto más leo esto más perpleja me quedo . La mucha verborrea del Supremo para absolver a Matas, que acaba nivelandose con el Jurado popular que absolvió a Camps ¿?
    ¿y el respeto a, (no ya a los ciudadanos que estamos de más) el Juez Castro?

  8. fernandog

     /  24 julio 2013

    Curiosamente, la sala de lo penal del Tribunal Supremo ha archivado la causa contra Yolanda Barcina por el cobro de dietas de Caja Navarra al no apreciar delito. Destruir las cajas de ahorros era uno de los objetivos de los banqueros y nada mejor para ello que el expolio a la que han sido sometidas porque la factura ya la pagaríamos nosotros:
    http://www.lavozdegalicia.es/noticia/espana/2013/07/24/tribunal-supremo-archiva-causa-contra-yolanda-barcina-cobro-dietas-caja-navarra/00031374664766742409471.htm

  9. Patricio

     /  24 julio 2013

    Patricio. En este Reino de Táifas si eres político e incompetente llegarás a la cima pero si además tríncas , no pasa nada.
    Puedes incluso salir en los platós de televisión pregonando tus virtudes y logros.
    Te haces la víctima y juras por tu honor que todo ha sido una trama de tus adversarios y enemigos. Hay algunos gilis que te creerán.
    ¡¡¡¡Y a vivirrrrr…. del botín chorizado que son dos días !!!.
    A mi que me gusta cantar , mi canción del verano del 2013 (la he aprendido) es CAMBALACHE , compuesto en el año 1934.
    Hay una estrofa que ni pintada para los momentos actuales : «El que no llora no mama y el que no AFANA es un gil».
    Todo el tango es una delicia escucharlo. Es real como la vida misma.

  10. Miguel

     /  24 julio 2013

    Qué podíamos esperar de un tribunal elegido «a dedo» precisamente en parte por los partidos políticos. Asco. ¿Dónde podría encontrar la sentencia? En Westlaw no sale…

  11. Trancos

     /  24 julio 2013

    ¡Justicia!

    Te busqué en la calle,
    te busqué en el diario,
    la televisión,
    en las voces sordas de los tribunales.

    ¡Justicia!

    Te busqué en las caras,
    te busqué en las bocas,
    te busqué en las mentes,
    te busque en los ojos de nuestras ciudades.

  12. «Dale nomás, daaaale qué va, que allá en el Horno se vamo a encontrar. No pienses más, hacete a un lao, que a nadie importa si naciste honrao. Y es lo mismo el que labura (curra) noche y día como un buey, que el que vive de las minas (mujeres), que el que mata, que el que cura, o está fuera de la ley.»

    ¡Esto sí que es un CAMBALACHE!

    Un abrazo

  13. francisco gomez

     /  25 julio 2013

    ¿Tenemos lo que nos merecemos?¿nos merecemos lo que tenemos?

    Saludos Paco

  1. Fundamentos de la magnánima sentencia de...
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