Contemplo con preocupación las noticias que hablan del fin de la crisis y de cómo empiezan a recuperarse algunas economías: Francia y Alemania han crecido un 0,3% en el segundo trimestre y Japón inicia un espectacular despegue con un 3,7%. Mientras tanto, China avanza en tromba hacia la reactivación -que nunca abandonó del todo- y a convertirse en motor de ella. Tal como reiteradamente se ha venido pronosticando, llega la nueva era china con sus dudosos métodos.
Lo leo con disgusto digo, frente al alborozo de los demás. La transfusión de fondos públicos sin control ha reanimado al agonizante, promete que no hará excesos una temporada llevando una dieta adecuada, y el esparadrapo que cubre las cicatrices aún aguanta. En este panorama, que España siga en declive es una mala noticia sin embargo porque sola no podrá acometer la cirugía que precisa el sistema, ni gran intención de ello hay por otra parte.
De cualquier forma hasta en el supuesto mal informado EEUU, la población – según una encuesta Gallup-, cree en un 57% que la multimillonaria ayuda para salvar al capital no mejoró en nada o poco la economía real, un 60% que el plan de ayuda no hará nada por el crecimiento en los próximos años y el 51% que se tendría que haber gastado menos-
Hemos puesto el parche a esta crisis… hasta la próxima. La anterior de similar envergadura, la del 29 del siglo pasado, se saldó con el ascenso del fascismo y el nazismo y una guerra mundial. La involución ideológica ya está aquí. Se añaden elementos nuevos, sin embargo: la fiereza del lucro con sello chino a costa de sus trabajadores. Ha marcado el modelo que siguen de alguna manera el resto de las economías, también la española -si nos atenenos a cuantos piden reestructurar el mercado laboral-. El problema reside, dicen, en esa gravosa mano de obra que además exige derechos y pide seguridades. Ya os conté que en China el gasto de personal representa el 1% del total, según nos declaró para un reportaje de Informe Semanal un jefe de personal. Y nos despreciemos la gula del agonizante una vez repuesto ¿cuánto tardará en volver a desmandarse?
El capitalismo caerá o nos hundirá. Y no parece haber más alternativas. Confío parcialmente en la linea Obama, al menos intenta cambiar algo y no entrega por completo nuestros destinos a los consejos de administración privados como se ha venido haciendo en todo occidente los últimos años. Pero no dejan de ser medidas paliativas, cada recaída será, previsiblemente, peor. Hubiera sido preferible tocar fondo y cambiar el sistema. Así sólo prolongamos la vida del enfermo.
El monstruo necesita alimentarse del consumo, del gasto individual de unos ciudadanos cada vez más apretados. No soy ni de lejos economista, pero contemplo como causa fundamental del problema lo que los regentes de la economía neoliberal ven como solución. Hay una sobreabundancia de oferta. Si nos atenemos a España, cada ciudad, incluso pueblos, llena sus alrededores de multitud de centros comerciales. Doscientos Caprabos, trescientos Carrefour y quinientos Mecadonas, por citar algunos. Grandes cadenas de ropa han engullido al comercio tradicional, de forma que hoy la fisonomía urbana en ese aspecto es igual en todas partes. Allí tenemos a Zara, HM y las demás, en Pernambuco y en Cádiz, y no una dependencia, sino varias. Ya hablamos de las oficinas bancarias: somos el país del mundo con más sucursales por habitante del mundo. En Berlín costaba encontrar un cajero automático, están los justos, o menos, aquí los tenemos cada cuatro pasos. Y el problema es extensible prácticamente a todos los sectores, hoy habla El País del turismo, ya habíamos tratado el asunto. Y la gran pescadilla enroscada: nos han hecho sentir la necesidad de comprar sin medida, trabajar más para comprar más.
Parecería más racional que dispusiéramos de una oferta proporcionada –que tampoco ha redundado en una bajada de precios por la competencia-. Hace falta una reestructuración mundial. Grandes hilos ocultos trabajan en nuestra contra frente políticos serviles, esos que dependen de los bancos para subsistir, y a quienes les entregan nuestro dinero como pago de su propio secuestro. El sistema en el que vivimos no tiene remedio, debería haber petado con esta crisis, así sólo prolongamos su agonía o nuestro sometimiento. Pero, igual estoy equivocada, no soy economista. Los regentes del mundo lo hacen mucho mejor y saben lo que nos interesa.
Una foto «histórica»: comercios tradicionales. Están en Girona.
Soto
/ 17 agosto 2009Rosa ,creo que tienes toda la razón del mundo,estoy al cien por cien de acuerdo con la opinión que sostienes al final de tu Post:((«El sistema en el que vivimos no tiene remedio, debería haber petado con esta crisis, así sólo prolongamos su agonía o nuestro sometimiento. Pero, igual estoy equivocada, no soy economista. Los regentes del mundo lo hacen mucho mejor y saben lo que nos interesa.»)).
Si esta crisis «se va»,el consumidor compulsivo(la mayoria de la población) se olvidará de lo que pasó y todo seguirá como siempre,ellos consumiendo y las grandes multinacionales «robando» como siempre.Si ,debiera ocurrir lo que tu expones,seria una experiencia con grandes efectos terapeuticos.
Debieramos ponernos ,como tu dices ,a trabajar ,porque «viene el lobo»(China ,Japon ,los paises europeos que empiezan a iniciar la cuesta de la recuperación,nosotros no ),es verdad,pero los casos de corrupción(Trama Gurtel) tambien deben acometerse(la Justicia),si deben preocuparnos al mismo tiempo,pues tiene que desaparecer»los chorizos»…¿porque entonces conque mimbres trabajamos?.Este es el punto en el que expreso mi punto de vista ,creo yo,diferente.o quizás (lo más probable) no te entendí bien.
Apertas agarimosas
Soto
/ 17 agosto 2009Perdón ,le voy «dar al cuadrecito» ,para asi recibir estos comentarioa en mi correo.
Disculpas.
josemi2009
/ 23 agosto 2009Es cierto Rosa María que has dado con el quid de algunos problemas presentes en tu intervención, pero creo que el problema de éste país es que existen muchos pícaros por todos lados.
El empresario, saca todo lo que puede del trabajador, si pierde sus derechos, mejor, porque lo único para lo que sirven, según él, esos derechos es para que el gane menos dinero, de lo que se ha propuesto.
Luego mucho empresario pone una empresa para especular pura y duramente hablando. Si no gana lo mismo que el año pasado, según la filosofía del empresariado, pierde, con lo cual viene los ERES famosos, que se han permitido muchos, creo yo, de manera alegre. Cierto es que todo se reduce en materia económica cuando viene un crisis, pero los beneficios de otras épocas parece que no existen cuando viene los problemas, porque lo único que se hace es socializar las pérdidas, pero no los beneficios.
Seguro que en Alemania y Francia la clase empresarial monta los negocios con una dimensión más amplia que la pura esencia de ganar dinero que lo hace el español. Evidentemente no soy un economista, pero toda estructura razonable en materia económica se debe montar para que funcionen: pagar a sus trabajadores sueldos dignos, cotizar de manera adecuada con los impuestos, buscar que la empresa se perpetúe en el tiempo y no a las primeras de cambio monto otra en Bangla Desh cuando vienen mal dadas.
El sistema capitalista está ten enfermo como el comunista, porque todo lo centramos en el Dios Dinero y lo demás, como podía ser el valor humano no interesa, tanto tienes tanto vales. Creo que se perdió una oportunidad de conformar un nuevo capitalismo en las grandes conferencias internacionales. Mientras el PP sigue en su derrota enmierdadora que lleva la intención de atosigar a toda la sociedad con su corrupción. Espera que el gobierno, que dicho sea de paso algunas cosas las está haciendo mal, como la cobertura de los 420 euros, se hunda por si mismo y por mor de los acontecimientos, que país y que paisanaje en algunos casos