La OCDE certifica el analfabetismo funcional de los españoles

Los adultos españoles tienen el peor nivel educativo de la OCDE. Este organismo ha realizado una especie de Informe PISA para mayores (de 16 a 65 años) y ha encontrado que somos los últimos en matemáticas de 23 países, y los penúltimos en comprensión lectora, solo superados en este caso por Italia.

Tenemos problemas para entender prospectos de medicamentos, una cuenta de la compra con ofertas variadas o para interpretar estadísticas sencillas como por ejemplo analizar gráficas del recibo de la luz o libros como El Quijote. Lo especificaba la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio. Quien, para no variar, echó la culpa de esta situación a la LOGSE, la ley de educación socialista que hizo universal y gratuita la enseñanza. Es probable que ella también tenga comprensión lectora al evaluar este dato y las edades de los estudiados.

Sin embargo, uno de los datos destacados del informe señala que los jóvenes puntúan mucho más alto que los mayores y están más cerca de la media, aunque siempre por debajo. De hecho, la diferencia entre los resultados entre unos y otros, mayores y jóvenes, (30 puntos) es de las más grandes (junto a la de Corea) de todos los participantes en el estudio. Japón  y Finlandia se sitúan en cabeza de la lista también entre los adultos.

El País hace un análisis detallado del estudio  que enlazo para los más interesados. Y también se detiene en la diatriba -desatada por el PP- de si tiene la culpa o no la LOGSE del analfabetismo funcional de los españoles. Llenarán horas las tertulias de tertulianos –valga la redundancia pero es que podían ser de pensadores, de expertos- con este tema para seguir idiotizando al personal. Menos mal que algún profesor dice que no es lo mismo evaluar los resultados de colegios solo para élites que podían pagarlo que la educación para todos que trajo la LOGSE.

En eldiario.es nos dan más detalles: los adultos españoles se quedan, de promedio, en el nivel 2, que equivale a realizar cálculos matemáticos sencillos. Eso sí, no entienden el gráfico de la factura de la luz ni pueden gestionar presupuestos, y tampoco son capaces de encadenar cálculos aritméticos de forma correcta para hallar el precio final de la compra.

Y sus consecuencias:

Lo cierto es que las cifras marcan una relación directa entre el desempleo y el nivel educativo. La tasa de paro para los españoles con competencias matemáticas en los niveles -1 y 1 es del 28%, más de tres veces la que registran quienes tienen competencias en los niveles 4 y 5, que es del 8,4%. El salario de los primeros es menos de la mitad de los segundos.

Y algo más:

Pero el informe PIAAC revela otro dato preocupante en el contexto de la altísima tasa de paro juvenil, que supera el 56%. Los jóvenes españoles no están, de media, al nivel de sus pares europeos. Esto, según el estudio «complica sus opciones de competir por los puestos de trabajo en un mundo cada vez más globalizado». 

El escaso uso de la cabeza para razonar es bien patente en los españoles, depende de la educación adquirida en la escuela pero no solo de ella, por supuesto. Ya Ortega y Gasset destacaba el orgullo patrio por la ignorancia, somos el único país donde se presume de la incultura.

Las razones de fondo las concretaba, con otro motivo, Ignacio Escolar hace unos días al fijar unos antecedentes incuestionables:

“En el caso de España, hablamos de un Estado que solo consiguió acabar con el analfabetismo hace apenas 40 años, casi un siglo más tarde que los países del norte de Europa con los que hoy nos queremos comparar. Nuestro porcentaje de universitarios es hoy alto, pero el factor que más influye en la educación sigue siendo el nivel educativo de las familias: cuántos libros había en la estantería del salón de sus padres. La herencia de un siglo XIX para olvidar y un siglo XX derrotados por una dictadura aún se nota, y mucho, en la España de hoy. Fenómenos antropológicos como el de Carlos Fabra, en Castellón, demuestran que el caciquismo jamás se marchó”.

Una base lamentable, propicia para hacer crecer alcornoques. El deterioro que observa la alto cargo del PP a partir de los 90 podría tener también relación con la nueva era del consumismo y el lucro  y,  sin duda, con la forma de encarar la información y el ocio desde aquella época. Es entonces cuando surgen las televisiones privadas.

Me centraré en esto para poner un ejemplo. Se acaba, hasta en la cadena pública, la producción de obras como D. Quijote de la Mancha, los Gozos y las sombras, Fortunata y Jacinta, Historias para no dormir, Doce Hombres sin piedad, El Rinoceronte, Eloisa está debajo de un almendro, La cabina, El asfalto, Historias de la frivolidad, Mariona Rebull, la Sra. García se confiesa, La bola de cristal, La mandrágora, La edad de oro, Érase una vez el hombre, El hombre y la tierra, que llevaba a cabo a pesar de ser llamada “la caja tonta”. Ha llegado la competencia, que siempre es sana; peor el reparto del negocio, la lucha por él en exclusiva.

A principios de los noventa empiezan a emitir Antena 3 y Telecinco, antes de acabar el año lo hará Canal Plus, de pago por visión, salvo los informativos y algún programa.  El primer día de Antena 3 ofrece, desde las 8 de la tarde, la presentación de su director general Manuel Martín Ferrand, luego noticias con José María Carrascal, la picota, la ruleta de la fortuna con Mayra Gomez Kempt, Y con el bebé son cinco, la tarántula de Antonio Herrero, un show de Juanjo Menéndez y videoclips hasta la despedida y cierre.    Telecinco se estrena el 3 de Marzo, media hora más tarde, a las 20,30. Con una gala inaugural, la película En busca del arca perdida, y boxeo. De cómo siguieron sois testigos.  A peor, a mucho peor aún, impregnando toda la sociedad.

La lectura de titulares en lugar de noticias completas, o de SMS o mensajes apocopados tampoco ayuda. No hablemos ya de la tarea épica que parece representar leer un libro. El último mío está dedicado precisamente a estimular el gozo de pensar. Pero… es escritura, todo es escritura, y esta gente analfabeta que decide solo ve la televisión. Y ya sabemos qué ve en televisión.

En todo caso el informe de la OCDE ha ratificado lo que es una clara evidencia: la incultura de los españoles, su pereza para adentrarse incluso en los razonamientos más simples. Pero, eso sí, explica la situación en la que nos encontramos: con mayoría absoluta del PP y con mucha gente aún engullendo sus patrañas a pesar de los atropellos sufridos y de cómo ofenden a la inteligencia. Por el bien de generaciones futuras, esto debería cambiar de una vez. Es una prioridad nacional sacar a tantos españoles de la burrez.

vergara.existen

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