El último barómetro que el CIS acaba de hacer público refleja, en mi opinión, un profundo desencanto en la ciudadanía, y, al tiempo, una seria irritación. Y me temo que es mayor el primero, el desencanto, que la rabia que al menos sería motor de cambios. Como sabéis me gusta bucear en los datos de este trabajo sociológico que, por todas las variables que maneja, ofrece mayor credibilidad que la mayoría. Acudo también a dos expertos enlazados en el blogroll. Las prisas de los titulares suelen desenfocar algo la realidad.
Fermín Bouza, catedrático de sociología-opinión pública es una de las mayores figuras en su campo. Y no ve nada claro esa diferencia de 3 puntos entre la intención de voto entres socialistas y populares. De su erudita argumentación, extraigo la fascinante figura de los movimientos brownianos. Vendría a ser que una mota de polen cae en una gota de agua. Y se organiza una auténtica revolución en la que nada es estable: “el movimiento aleatorio de estas partículas se debe a que su superficie es bombardeada incesantemente por las moléculas del fluido sometidas a una agitación térmica”, dice Wikipedia. Imaginad a la sociedad española sometida en una misma mañana –hoy- a escuchar que Rajoy es “un auténtico corredor de fondo” y que ha remansado las agitadas aguas del PP, y poco después que Esperanza Aguirre le ha plantado como a un geranio, antes de que le echara la bronca, y para hacer constar su independencia. Y que el valiente y coherente Manuel Cobo no se retracta y pone sus cargos a disposición del partido. Y que Aguirre dice que ella es una víctima y Cobo su agresor. No sé si la benevolencia extrema que se muestra con el líder popular lo situará a estas horas aún en carrera o no. Pero en breve así volverá a ser.
El otro experto es un hallazgo para mí. Wonkapistas. Haciendo un recorrido histórico nos cuenta que la preocupación de los españoles por la corrupción, el fraude, los políticos y todo lo que les rodea, está volviendo al nivel de 1994-1995, aunque sin alcanzarla. Y que esta inquietud palidece al lado del paro y los problemas económicos que está alcanzando cotas máximas, este último. Aquí está el gráfico.
Y lo que yo veo es que la situación económica la ven mala o muy mala más del 57% y regular el 30% y que la cuarta parte de los españoles creen que el próximo año será peor. Que todo lo desplaza la preocupación por la estabilidad de sus cuentas corrientes. Sanidad, educación, el funcionamiento de los servicios públicos, la violencia contra la mujer, los problemas de la juventud siguen con cifras muy bajas. Hasta un 0,2% el racismo, por ejemplo. O las pensiones amenazadas, de lo que parecen no enterarse ni el 2%. Podéis bucear en todo en el enlace al CIS.
Ahora bien, la diferencia entre cómo creen que están capacitados para resolver los problemas PSOE y PP, se decanta con sólo un punto de diferencia en el caso del empleo, a favor del PP. Y 10% en la economía. Un 34% cree que el PP solucionaría la economía. En todo lo demás (14 aspectos esenciales frente a 2) al PSOE se le considera más apto, hasta llegar a un abrumador 42% y 17% en la igualdad entre mujeres y hombres. O muy similar, en las políticas sociales. Pero un sector muy numeroso -oscila en torno a la cuarta parte y hasta más del 30% en cuanto a empleo y vivienda-, piensa que ningún partido solucionará los problemas.
Ni un solo político español aprueba, aunque en estas encuestas los españoles suelen ser parcos en notas. La calificación más alta es para el ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba con un 4,77 %. José Luis Rodríguez Zapatero inspira poca o ninguna confianza a más del 72% de los españoles, y Rajoy al 80,2%. Un 25% de los españoles no votaría nunca al PP y un 11,7% al PSOE. Y un 10% a IU.
Los datos resultan demoledores a mi juicio. Desánimo, casi desolación, de una ciudadanía muy crítica con sus políticos. Si eso no les sirve de reflexión, cegados –algunos- por el poder, no sé a qué más esperan.
De cualquier forma, insisto: ¿Nadie se cuestiona el sistema?