Mi noche en blanco

   La noche no comienza hasta que el sol se va…

 

Varias decenas de personas, cámara en mano, aguardan un espectáculo que se produce todos los días y que compite, en el Templo de Debod, en belleza y en expectación, al del Mirador de San Nicolás en Granada.

Pero otras vidas siguen de espaldas, incluso las que comienzan una etapa con un ramo colocado en la cola de un traje de novia…

El parque del Oeste se abre en praderas y árboles, en prolongadas cuestas descendentes. Abajo Brasil y en portugués, mueven músculos de la frente a los talones, mueven ánimos, y sonrisas: alegría de vivir.

En la Gran Vía un parque infantil para adultos. Un huerto. El primer círculo se asombra al ver aquellos productos en la mata y fuera de las Grandes Superficies. Y fotografía. El segundo de que un huerto produzca tanto asombro. Leo que la ciudadanía arrampló hasta con la tierra de las macetas para llevar a casa. Sin permiso. Un espantapájaros de verdad preside la ceremonia. Con grúa al fondo.

  

 Hay más grúas, símbolo de la ciudad, para decorar y amenizar  la noche en blanco, y ya ningún eufemismo…

Una mujer ha sufrido un esguince al tirarse por el monumental tobogán. La colchoneta era demasiado dura. Alguien se aviene a explicarlo porque la respuesta oficial es: “Más “alante” hay más atracciones”. La han cerrado. Se han llevado los apoyos. Pero el gentío sigue mirando. Los tubos desnudos en el aire ¿Expedita solución a la crisis?

Columpios, “subeybajas”, peleas de pelotas algo más allá en Malasaña, y figuras estáticas con humano dentro. Imposible equilibrio sobre un talón, la jarra vacía de cerveza en la mano para la mueca ¿desesperada? Dice que hace magia. Inevitable la magia si se carece de apoyos.

Bailan en Cibeles auténticas muchedumbres. Bares y cafeterías abarrotan sus barras, no se puede comer. Paseo a buen ritmo a la boca del Metro. Chueca vive en blanco todas las noches del año. Espera el paraíso. La sede de la Comisión y el Parlamento europeos mostrará un espectáculo de danza vertical. Por su fachada, suben y bajan acróbatas etéreos, como esta menina, que se desliza cantando.

Y desciende hasta el suelo la luna de plata con el violinista Ara Malikian sentado en ella y tocando durante los 35 metros de altura del trayecto.

 

  Si me facilitan el vídeo de la actuación, lo colgaré. Veo que es el mejor montaje de «Compañíadehecho», que dirige Pedro Aunión. Inserto muestra de un trabajo anterior. En éste se han crecido. Frente a un trozo de Europa en Madrid, la soñada, la aún posible, decenas de personas también, permanecimos una hora mirando hacia arriba en silencio. Del cielo a la cama, con el corazón lleno. Es un órgano éste que precisa intuición y olfato.

3 comentarios

  1. Avatar de Miguel Ángel Cuesta

    MACGO

     /  12 septiembre 2010

    Me dio rabia. Ayer estuve en Madrid pero fue un viaje de ida y vuelta. A ver si otro año…

  2. Avatar de vihernes

    Gracias por ser mis ojos en la noche imposible y blanca…

  3. Avatar de frantic

    ¿Dónde estaba todo eso? Yo pasé por la Gran Vía a una de la madrugada y salvo un montón de gente haciendo el chorras y la moñada esa de los tubos, no vi nada más. Me sentí totalmente engañada.