El paro, la madre del cordero

A punto de cumplir un año en el cargo, Obama ha perdido 20 puntos de popularidad. Los periodistas nos cuentan que, aunque la recesión se está deteniendo, “todavía no se ha traducido en una creación de empleo”. Zapatero es el presidente que “más parados tiene de toda la UE”, repiten también machaconamente. Él solito creó la burbuja inmobiliaria española casi cuando iniciaba su estrellato político en la oposición al gobierno del PP, cuya ley de liberalización del suelo abrió la barra libre de las construcciones anárquicas –que, por demás, llevaban ya su tiempo de alegre festejo-. Por cierto, gracias al paisaje que nos han dejado, cada vez vienen menos veraneantes extranjeros. La burbuja turística que anuncio desde hace tiempo, también será culpa de Zapatero, quien –pico, pala, grúa y hormigonera- se construyó en sus ratos libres, esa desastrosa mole de cemento que cubre nuestras playas.

A lo que íbamos ¿Pueden Obama y Zapatero empleo? Si dispusieran de empresas estatales sí podrían hacerlo, pero dependen de otros. De un diseño económico cuyo cambio nadie se atreve a afrontar. Vamos, no “figura en las agendas” siquiera.

Mientras el periodismo oficial vende una versión, los estudiosos de la economía buscan brechas mediáticas para alertarnos. Veamos, el capitalismo sufre crisis de vez en cuando. Pero, oh maravilla, en la recuperación de cada una de ellas se reduce prácticamente a la mitad la creación de empleo y, también, el poder adquisitivo de la mayoría. Y ¿os lo podéis creer? Los beneficios empresariales aumentan. Quien mejor lo cuenta es el profesor Viçens Navarro, de cuyo reciente artículo en Público -al que he remitido varias veces-, destaco este dato:  «los beneficios empresariales, que habían subido un 7,4% al año durante el periodo 1950-1975, se incrementaron sustancialmente, alcanzando un 10,8% durante el periodo 2001-2007». (Antes ha dado las cifras de la destrucción de empleo).

¿Qué ocurre cuando “las rentas del trabajo disminuyen” y no se “reactiva el empleo”? ¿Qué ocurre cuando disponemos de menos dinero para vivir y un gran número de trabajadores se encuentra en paro? Que disminuye la demanda, el consumo. Y eso tiene sus consecuencias: “la ralentización de la demanda ha contribuido a la baja producción de empleo y al decrecimiento de la economía llamada productiva (es decir la economía donde se producen y distribuyen bienes de consumo), siendo esta sustituida por la economía especulativa basada en el capital financiero (es decir, en los bancos)”, sigue diciendo Navarro.

¿Qué motivos tenemos para pensar que se ha producido una “inflexión de esta tendencia”? Ni uno. En consecuencia, si cada crisis del sistema capitalista se salda con una menor recuperación del empleo, y un aumento del tráfico “de aire” que enriquece a quien lo practica ¿se va a crear empleo? Pues ni de coña, si me permitís la expresión.

Añadamos en España esa riqueza cultural, tan nuestra, la “picaresca”, que nos lleva a ser los líderes europeos -y a gran distancia- de la economía sumergida. El maestro Enrique Meneses remite a un viejo estudio aquí: “Tenemos casi cuatro millones y para que el número sea más abrumador se niega la existencia de economía sumergida. Hace unos veinte años tuve en mis manos el estudio de un catedrático de sociología, de Salamanca o Valladolid, no recuerdo bien, que señalaba entre un 25 y un 30% de masa laboral que trabajaba fuera del control del gobierno”. Y borda a continuación una reflexión que mejoraría algo las cosas: “La confianza que inspira Gordon Brown no parece alcanzar los tobillos. Descartado el Reino Unido, pasemos a Alemania. Ángela Merkel, presidenta de la Unión Demócrata-Cristiana (CDU), ejemplo favorito de Rajoy y del PP a la hora de echar en cara a ZP no aplicar las fórmulas del mismo capitalismo que ha producido el hundimiento económico mundial, gobierna un país donde el ladrillo ocupa un puesto insignificante y las exportaciones de maquinaria con tecnología de alta calidad y valor añadido es la base de su riqueza. Véanse el número de marcas de automóviles alemanas y compárense con las que tiene la “España de Zapatero”.” (…) “Francia, aunque en menor medida que Alemania, también depende de sus exportaciones industriales y de marcas de automóviles propias. Existen muchas empresas en las que aún manda el gobierno y tiene unos sindicatos super reivindicativos. ¿Liderar la Unión Europea? ¿Quizá la Italia de Berlusconi podría ser la Roma de César?”

Beneficios millonarios para nuestros ricos que apenas pagan impuestos (un 1% las SICAV), negociar con el aire y no con la producción, empresarios que no invierten en futuro. Y unos pocos datos significativos que extraigo de mi libro: “Algunas empresas españolas triunfan fuera –Zara, Telefónica, los Bancos y los Clubes deportivos- pero apenas hay un centenar reconocidas internacionalmente, nuestras estrellas económicas representan un 2% de las marcas mundiales. Sólo hay tres entre las 100 grandes compañías mundiales. La primera en aparecer en la lista Forbes, es el Banco de Santander, que figura en el puesto número 58. Telefónica está en el 76 y Repsol YPF, en el 92”. Telefónica, Repsol, aquella Argentaria que hoy engrosa el BBVA –a quien tampoco le va mal-. ¿No fue aquello que vendió Aznar? Todos los gobiernos del mundo lo hacían, digamos en justicia. Y, a los pobres que no se dejaban, les obligaba el FMI. Que le pregunten al depauperado Haití cómo la liberalización del comercio, decretada para ellos por el FMI, les situó en casa cereales más baratos estadounidenses -dado que estos estaban subvencionados por su gobierno- que los que producían ellos. Y tuvieron que abandonar los campos y marcharse a la caótica Puerto Príncipe a mal vivir. Y encima con gobernates corruptos.

Con todo, Obama y Zapatero sí pueden hacer algo por crear empleo: empresas públicas bien gestionadas que aporten puestos de trabajo y compitan en el libre mercado. Si el libre mercado es el marco, juguemos en él pero en igualdad de condiciones.

Actualización:

  Y entretanto una nueva constatación de la misería salarial española.

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11 comentarios

  1. Buenos días…
    De acuerdo totalmente con tu conclusión final.
    Tendemos a simplificar las cosas y sobre todo a buscar culpables así que, ¡Zapatero tiene la culpa! Pero tú lo has explicado muy bien, aunque no son muchos los que se paran a pensarlo…
    Al final, tendremos que recurrir a las viejas costumbres de nuestros antepasados: poner el dinero, el poco que tengamos, en un calcetín o bajo la losa rebelde del suelo de la cocina.
    Es una suerte haberte «encontrado» porque es un consuelo comprobar que todos en Marid, no piensan «igual»
    Que pases un buen día.

  2. Es verdad que no creo la burbuja inmobiliaria, pero no hizo ni el amago de tratar de frenarla, cambiando la ley del suelo o interviniendo en el precio, o tomando alguna medida que enfriase el mercado. Podría haber creado una situación un poquito mejor que la pesadilla en la que nos encontramos. Se limitó a recoger los frutos de un crecimiento basado en el crédito fácil, y en llenarse la boca con dos millones de empleos creados (todos ellos precarios y de escasísimo valor añadido). Cuando ha estallado la burbuja, ha seguido inyectando dinero en las constructoras, para que levantaran y taparan aceras (que productivo!), y en los bancos, los cómplices necesarios de la burbuja. Utilizando el dinero de todos para premiar a los que nos han metido en este lio. En fin, ha tirado un dinero que bien podría haber sido utilizado, para crear una infraestructura de banda ancha, o para sembrar árboles, o para instalar paneles solares en edificios etc… El no creó la burbuja inmobiliaria pero estaba al mando cuando la evidencia de la explosión era manifiesta, y no hizo nada. Y cuando finalmente ha estallado, ha protegido a la banca y a las inmobiliarias, los inmigrantes han pagado el pato con su sudor, sus hipotecas impagadas y su tristeza de que varios años trabajando como bestias, solo ha servido para que le deban al banco más de lo que van a ganar en su vida. En frente está el “titán” de Rajoy, este país está condenado.

  3. rosa maría artal

     /  18 enero 2010

    Totalmente de acuerdo, Eliecer. Lo digo de vez en cuando. Pero el problema es el sistema. Y no veo yo que nadie esté por la labor de cambiarlo. Claro que terminará por hundirse, con gran dolor por parte de la mayoría de la población. Y no quieren enterarse aunque ayudados por las constantes maniobras de distracción desde todos los poderes.

  4. rosa maría artal

     /  18 enero 2010

    Gracias Queralt.

  5. La burbuja turística.

    ¿La siguiente en hacer plof? No sé; pero que es burbuja y hará plof, seguro. Y se trata del hormigón, que ha proliferado como una plaga de malas hierbas venenosas asfixiando el paisaje… pero también de algo más: los precios de los servicios que en unos años -pocos- se han multiplicado de manera abusiva, el descuido en la calidad, la chapuza.

    Paso de vez en cuando vacaciones en Alcossebre. El afán urbanizador de propietarios de terrenos, promotores y ayuntamiento -y eso que éste no es de los peores sitios- nos ha dado como resultado el que, en no pocos lugares, incluso en urbanizaciones de lujo, se han olvidado las aceras para los peatones; ¡No hay aceras! En su lugar, extensiones de gravilla que tiene la finalidad de servir de aparcamiento para los automóviles de los visitantes… eso y otras muchas chapuzas y olvidos imperdonables que, junto a los bonitos edificios con acabados esmerados -que aunque de escasa altura contravienen la ley de costas- colocan elementos urbanísticos de características tercermundistas.

  6. apajerabierta

     /  18 enero 2010

    Yo diría que el sistema, es el que no funciona. La «energía» el «alma», lo que hace que el sistema funcione es la codicia, (es un nombre feo, pero es que no encuentro otro). Todos tenemos un cierta dosis de ella. Cuando pintan oros, pues vale, pero la codicia, va haciendo que los más listillos vayan acaparando más de lo que se puede digerir,(todos tenemos ejemplos en mente) y se empieza a construir de más, a intentar sacar unos beneficios financieros, fuera de toda lógica. Se fuerza la máquina y un día hace plof! y se lleva por delante a los menos culpables.
    Yo no tengo la solución (si la tuviese o me habrían dado el Premio Nobel o me habrían eliminado, pero creo que un replanteamiento moral y de valores es imprescindible. La solidaridad, el contentamiento, el desapego y la cultura son palabras que suenan un tanto cursis, pero sin ellas todo lo que se monte, carece de cimientos… Petará.
    No podemos basarnos en el crecimiento indefinido del PIB como objetivo. Es sólo un indicador (y no muy bueno). El objetivo es la felicidad del hombre y eso no lo mide el PIB. Un crecimiento indefinido en un mundo finito, terminan en colapso, no sólo de lo que entendemos sociedad, si no también de la especie humana, (y muchas otras, que como no hablan consideramos inferiores). El petróleo, llegará un momento que no se acabará, pero se acabará la posibilidad de extraerlo gastando menos energía que la que nos da. Con los minerales estratégicos ocurre lo mismo. ¿Qué decir de una especie, que como cáncer con muchas metástasis se expande sin control por el planeta a expensas de él?
    Os aconsejo que veáis este enlace, pone los pelos de punta: http://www.crisisenergetica.org/ficheros/arpoen.pdf
    Ser felices

  7. Soto

     /  18 enero 2010

    Hola Rosa Maria y amigos bloqueros:
    Copio lo que escribes al final del Post:
    ( Obama y Zapatero sí pueden hacer algo por crear empleo: empresas públicas bien gestionadas que aporten puestos de trabajo y compitan en el libre mercado. Si el libre mercado es el marco, juguemos en él pero en igualdad de condiciones)
    Lo tengo pensado muchisimas veces ,si no se crean emprsas estatles compititivas,repito,COMPITITIVAS, no hay nada que hacer ,estaremos siempre a merced de los especuladores,desalmados y buitres.Creo que no hay otra alternativa ,es que sino no hay maniobra pra «torceles el pulso» a este tipo de empresarios.Ya lo vemos ,cuando se apueban las conclusiones de las negociaciones entre empresarios,Sindicatos y Gobierno,siempre va cediendo el trabajador,Hay que reconocer,la objetividad ante todo,que fué el Psoe en la ultima legislatura cuando entonces el Ministro G

  8. Soto

     /  18 enero 2010

    Hola Rosa Maria y amigos bloqueros:
    Copio lo que escribes al final del Post:
    ( Obama y Zapatero sí pueden hacer algo por crear empleo: empresas públicas bien gestionadas que aporten puestos de trabajo y compitan en el libre mercado. Si el libre mercado es el marco, juguemos en él pero en igualdad de condiciones)
    Lo tengo pensado muchisimas veces ,si no se crean empresas estatales compititivas,repito,COMPITITIVAS, no hay nada que hacer ,estaremos siempre a merced de los especuladores,desalmados y buitres.Creo que no hay otra alternativa ,es que sino no hay manera de «torceles el pulso» a este tipo de empresarios.Ya lo vemos cuando se apueban las conclusiones de las negociaciones entre empresarios,Sindicatos y Gobierno,siempre va cediendo el trabajador,Hay que reconocer,la objetividad ante todo,que fué el PSOE en la ultima legislatura cuando entonces el ministro Griñán del Gobierno de Felipe Gonzalez anunció el despido improcedente y las regulaciones de empleo por causas objetivas y de organización( !no se aprovecharon los empresarios de ello,que digamos!)
    Lo ideal seria el montaje de otro tipo de sociedad global..¿como se hace? de corte socialismo democratico.entre tanto ya que todo lo domina el mercado,pongamoles a este una pieza muy importante:el contrapeso Estatal y tambien las regularizaciones y vigilancias de dicho mercado.
    Apajerabierta,entré en un momentito en tu enlace,lo dejo para leerlo con más calma ,»para metabolizarlo».
    Apertas agarimosas

  9. NadieOsSalvará

     /  18 enero 2010

    «…A lo que íbamos ¿Pueden Obama y Zapatero [crear] empleo? Si dispusieran de empresas estatales sí podrían hacerlo, pero dependen de otros…»

    La palabra «expropiación» flota en el aire, pero nadie la pronuncia…

    …porque todavía hay mucha gente que cree que tiene el puesto, el sueldo y la pensión asegurada. Y los demás, están esperando el maná. Y claro, expropiar es de comunistas bananeros, por supuesto. ¿De qué dimensiones tiene que ser el tortazo que nos despierte? Lamentablemente, lo vamos a ver más pronto que tarde.

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