La carta más destacada entre las que envían los lectores a El País, revela que Alberto Ruiz Gallardón, ministro de Justicia, cambió una cita de Manuel Azaña para meterse en el jardín que vincula ser auténticamente mujer con la maternidad. No era la “libertad” la referencia, sino la “República”, lo cuál es una sensible diferencia. Dice así el texto de C. Sáez.
“El 4 de abril de 1932 Azaña pronunció un discurso en Valencia donde recogía una frase que ya había manifestado en 1930: “La República no hace felices a los hombres; lo que les hace es, simplemente, hombres”. Existen, en efecto, publicaciones engañosamente rigurosas en las que se pretende que donde el presidente Azaña dijo “República” se lea “libertad”.
El ministro de Justicia en su última intervención en el Senado, según cuenta la crónica de Fernando Garea publicada por ese diario, optó, según parece, “por echar mano de citas y argumentos filosóficos y morales”, en un torpe alarde de erudición, sin preocuparse por contrastar sus fuentes. O quizá sí.
O quizá lo que ocurre es que seguía la estela ya iniciada por la derecha del PP con ocasión de los actos conmemorativos de la Constitución de 1812, la de apropiarse de los mejores hitos y personajes de la historia contemporánea de España, precisamente ellos, quienes se ocuparon durante lustros de vetar o reprimir su memoria, para hacer algo peor aún, tergiversar o deformar su auténtico significado”.
Es lo mismo que cuando Esperanza Aguirre –marcando pauta en el discurso del PP- mantiene esa empecinada querencia por Goebbels especialmente en la idea que practicaba: “una mentira repetida cien veces se convierte en verdad”. Al igual que el maquiavélico nazi el PP utiliza esa táctica de manipulación y propaganda, aunque acusando a otros de “repetir mentiras cien veces”.
Lo vemos a diario cuando portavoces del PP se encajan la cara de cemento para defender ahora como ideales -y repetirlo cien veces si es preciso- las medidas que adoptan y que antaño rechazaron con la misma vehemencia.
Uno de los nuevos “memes” a insertar en cabezas apolilladas por el desuso que repiten sin cesar las consignas del PP, es que “la soberanía nacional reside en el Congreso de los Diputados”. Lo dijeron el día de la Huelga General con escaso intervalo Engracia Hidalgo, Secretaria de Estado de Empleo, y su jefa: Fátima Báñez. Insistirán cien veces, mil, las que haga falta hasta que cale.
Todas esas “confusiones” no son inocuas. Se vacían las palabras para llenarlas con significados espurios. No es lo mismo República que Libertad, no es lo mismo que el pueblo sea el depositario de la soberanía nacional del que emanan todos los poderes del Estado –como marca la Constitución- que se lo cueza la “partitocracia” y la falsa imagen de la “mayoría absoluta” que deja fuera a tres cuartos de la población. No es ético construir “verdades” que calan “repitiendo mentiras cien veces”.
Lo peor es que la escalada aumenta. Se cuestionan hasta los pilares democráticos, disfrazándolos incluso con presuntos argumentos. Los sindicatos, el Estado del Bienestar… “El líder antisistema por la derecha”, como ha sido calificado en Twitter, Pedro J. Ramírez, se ha levantado en la mañana del domingo con ganas de ganar más dinero –que su periódico está en crisis y acaba de hacer un ERE- dando un paso adelante en su estrategia: “¿Es sostenible nuestra democracia?” pregunta en esta Red social en la que tiene casi 95.000 seguidores. Pues verá, lo insostenible es la nueva marca del fascismo feudal. Pero lo repetirá y lo repetirá, sacará cien portadas, y los cerebros huecos le harán un sitio.
Trampas, trampas y trampas. Muy mal intencionadas. Símbólico y gráfico es vender –incluso a ministros alemanes que osan interferir en la soberanía nacional española con flagrantes injerencias– que el 29M no tuvo suficiente apoyo. Patético engaño, infantil, burdo, dejar encendidas durante el día las luces de alumbrado urbano para minimizar el impacto eléctrico del paro. Una luz vale más que cien palabras.

Foto: Barahona





